domingo, 18 de abril de 2010

Contraplano: El café que nos desvela

Revista Eje 21/ Por Orlando Cadavid Correa (ocadavidc@une.net.co). Manizales, 18 /04 / 2010

Resulta increíble que Colombia –productor del café más suave del mundo— tenga que importar miles de toneladas de grano de inferior calidad desde otros países para poder atender el consumo interno.

Sin embargo, nadie se aventura a sostener que también se emplee en reexportaciones que pondrían en alto riesgo el prestigio internacional de nuestra aromática bebida que siempre se promociona como “100%. colombiana”.

Las compras de la rubiácea ya no se hacen en el lejano Vietnam (nombre que conserva el olor a pólvora belicista) sino en los cercanos mercados de Perú, Ecuador, México y Guatemala, que en enero fueron de 2.661 toneladas o sea el 8,6 por ciento de la producción nacional.

Estas operaciones son tan insólitas como si los escoceses se proveyeran de wiskhy en Estados Unidos; los rusos compraran su vodka en Japón; los alemanes adquieran su cerveza en China; los ingleses mandaran por su té a la Patagonia o los aztecas se surtieran de tequila en Bolivia.

Para tomarle el pulso a la crisis que golpea a la que fue por muchos años industria madre de la economía colombiana, el Contraplano consultó la opinión del cuatro veces ex ministro caldense Rodrigo Marín Bernal, un hombre muy versado en la menuda y la gruesa de este tema que le quita el sueño a unas quinientas mil familias vinculadas—muchas de generación en generación-- a la caficultura que defendieron a capa y espada cinco mosqueteros manizaleños verdaderamente irrepetibles: Pedro Uribe Mejía, los hermanos Leonidas y Fernando Londoño Londoño, Manuel Mejía Jaramillo, “Mr. Coffee”, y Arturo Gómez Jaramillo.

Diez reflexiones y consideraciones del doctor Marín: 1) La caída de la producción se ha debido al invierno. 2) No obstante el buen precio externo, los cultivadores no reciben un ingreso adecuado. 3) La Federación hace lo que puede. 4) Como consecuencia de la caída del ingreso cafetero, los cultivadores no están en condiciones de adelantar las prácticas culturales que el café exige, por lo cual la recuperación de la producción no está a la vuelta de la esquina. 5) La salida para la crisis es volver a los niveles anteriores de producción. 6) Ojalá se den este año los once millones de sacos que se esperan. 7) La política del gobierno ha sido acertada en materia cafetera. 8) La gestión del gerente de la Federación, Luis Jenaro Muñoz, es buena. 9) Como los tiempos cambian, ya no hay liderazgo en el sector. Ahora no se dan los líderes que hubo en el pasado. 10) Parece que se perdió tiempo, esfuerzo y plata en lo de las Tiendas Juan Valdés. La idea fue buena, pero no arrojó los resultados esperados.

No cree el dirigente manizaleño que el café pueda recuperar algún día su condición de industria madre de la economía colombiana, sencillamente porque la caída de los ingresos en dólares, provenientes del café, ha determinado que su participación en la balanza de pagos se haya mermado sensiblemente. Otro factor clave: las exportaciones de petróleo, carbón, níquel y oro prometen ser muy buenas en los próximos años, con lo cual la participación del café se mantendrá en niveles muy bajos.

Abordó, asimismo, el impacto adverso de la crisis en departamentos productores del grano como Caldas, Quindío, Risaralda, Antioquia, Nariño, Huila y Cauca, en los que la incidencia social y económica es alta: dada la estructura social del café, una producción de once millones de sacos afecta el bienestar de la población productora de la rubiácea y tiende a empobrecer las zonas cafeteras.
Según el ex ministro, en el Eje Cafetero pequeños y medianos cultivadores están tumbando sus palos para dedicarse a la cría de ganado vacuno.

La apostilla: En medio de las vicisitudes que afronta la caficultura, hay espacio para el humor. Se dice, en las mesas de “La Cigarra”, que está tan escaso el café que el saliente presidente Uribe, para sus demostraciones de equitación, en sus fincas de Rionegro y Montería, ya no monta su caballo con el pocillo de tinto lleno sino a medio llenar o vacío del todo.

No hay comentarios: