lunes, 11 de agosto de 2025

Terremotos: eventos y previsiones


Terremotos: eventos y previsiones

Por: Gonzalo Duque-Escobar*

El sismo de la península de Kamchatka que sacudió la remota costa este de Rusia, provocando olas de tsunami en Japón, Rusia y las costas occidentales de Estados Unidos con marejadas de 1,5 metros llegando a Hawaii, y obligando también a emitir alertas en varias naciones del Pacífico, las costas del oeste de Canadá y del Pacífico Sudamericano, nos recuerda el gran sismo del 12 de diciembre de 1979 que generó las marejadas que abatieron a Tumaco.

Este evento de julio 30 con su magnitud Richter de 8,8 grados, aunque desencadenó varias erupciones volcánicas como la del Klyuchevskoy, no compite ni con el sismo de 1952 de magnitud 9,0 vecino al lugar, y menos con los mayores registrados que superando los 9 grados, son: Valdivia-Chile (1960) con 9,5; Índico-Indonesia (2004) con 9,3; Alaska-USA (1964) con 9,2; y Honshu-Japón (2011) con 9,1, para aludir solamente a los terremotos ocurridos y medidos desde 1813.

La citada península rusa hace parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, esa vasta franja tectónica de más de 40.000 kilómetros de longitud donde las placas tectónicas son: Filipinas, Pacífico, Nazca, Sudamérica, Australia y Norteamérica. Allí se concentra el 90% de la actividad sísmica mundial, se albergan 450 volcanes activos y algunas de las profundas fosas oceánicas, que son depresiones del fondo marino como la de Kuriles vecina al epicentro, cuya profundidad máxima alcanza 10.542 metros.

Y en Colombia, donde el Servicio Geológico estima que la tendencia sísmica anual, es de siete sismos con magnitudes entre 5,0 y 5,9, uno entre 6,0 y 6,9, uno cada cinco años entre 7,0 y 7,9 y uno de magnitud mayor a 8,0 cada treinta años, los mayores eventos registrados se han dado al Sur: 1906 con magnitud 8,6 en la frontera con Ecuador; 1858 con magnitud 7,6 en Nariño; 1979 con magnitud 7,9 también en Nariño, y 2016 con magnitud 7,6 entre Ecuador y Colombia.

Y para el Eje Cafetero, si en retrospectiva el terremoto del Quindío con magnitud 6,2 del 22 de enero de 1999 pese a su menor energía ha sido el más mortífero y destructivo en la historia de Colombia, ya que las víctimas mortales fueron 1.185 personas, y el de viviendas destruidas o gravemente averiadas sólo en Armenia llegó a 21.000, la evaluación permitió valorar los daños en 1.857 millones de dólares sin incluir los costos de la fase de emergencia, cuantía que equivalió al 2,2 del PIB de Colombia para el año 1998.

Y finalmente, una llamada a la previsión porque, si la falla de Romeral que recorre nuestra provincia sismo tectónicamente activa que va desde el Macizo Colombiano hasta el río Arma pasando por Manizales, ya liberó su energía sísmica en Popayán (1983) y el Quindío (1999), no lo ha hecho entre Palmira y Tuluá y tampoco en Caldas, razón por la cual urge microzonificar nuestros poblados del norte y caldense y el reforzamiento del bahareque para proteger su patrimonio arquitectónico que soporta el Paisaje Cultural Cafetero.
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*Gonzalo Duque Escobar, Profesor Especial de la Universidad Nacional de Colombia, Ingeniero Civil con estudios de posgrado en Geotecnia, Geofísica y Economía. Web: https://sites.google.com/unal.edu.co/godues1

Documento del Museo Samoga; La Patria; Manizales, agosto 11 de 2025.

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Fuentes Bibliográficas:

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