sábado, 19 de enero de 2008

RIESGO EN LA ZONA ANDINA TROPICAL POR LADERAS INESTABLES

Por: Gonzalo Duque Escobar 1

Palabras claves

DESLIZAMIENTOS, AMENAZA, GEOTECNIA, MOVIMIENTOS MASALES.

Resumen

Este trabajo se ocupa de una de las amenazas más importantes del medio tropical
andino: los deslizamientos de tierra vistos desde la óptica de los desastres
naturales. Se definen los movimientos de masas. Luego se discuten los parámetros
de la inestabilidad, la evaluación de los peligros por estos fenómenos, sus causas y
factores y la metodología para el análisis de la vulnerabilidad y el estudio del riesgo.

Finalmente se presentan los elementos básicos de la situación en Colombia, como
escenario de laderas susceptibles a los movimientos de masas de suelo.


1-PRESENTACION

Las presentes notas relacionadas con la definición de riesgo y amenaza, y la aplicación de estos conceptos para eventos como los relacionados con la inestabilidad de las vertientes, pueden tener importancia para las comunidades de la región andina.

La zona tropical andina se caracteriza por la inestabilidad de los suelos y por un ambiente de gran actividad tectónica. Estos aspectos se relacionan con la juventud de sus montañas sometidas a procesos orogénicos desde el paleozoico al reciente. El clima y la biodiversidad, configuran el medio ecosistémico de este escenario.

El presente trabajo estará centrado en una de las tres amenazas más relevantes de nuestro medio, los deslizamientos al lado de terremotos y volcanes, que son las amenazas naturales de mayor importancia en la zona montañosa andina.

En Colombia, el 70% de la población habita la zona andina. Nuestros suelos de montaña, por la condición tropical del país, son fundamentalmente suelos residuales y esa consideración los hace merecedores de un tratamiento singular, pues la mecánica de suelos que empleamos ha sido desarrollada para medios con las características de los suelos transportados, más típicos de las latitudes altas.

El desarrollo de metodologías para la evaluación del riesgo por deslizamientos, incorporando la complejidad de nuestros suelos, resulta de vital importancia en nuestro medio.

2-ESTUDIO DEL RIESGO

Se pueden definir riesgo, amenaza y vulnerabilidad, como conceptos probabilísticos a los que se pueden asociar funciones para facilitar su manejo en términos de pronósticos.

-Riesgo: Posibilidad de afectar significativamente las vidas o bienes a causa de un fenómeno dañino dentro de un período de tiempo y con una probabilidad determinada.

-Amenaza: Evento o fenómeno perjudicial con un cierto nivel de magnitud y alcance
espacial, que tiene una probabilidad de ocurrencia significativa en un período de tiempo dado.

La probabilidad será cualitativa si decimos que es alta o baja, o será cuantitativa si le señalamos al evento su frecuencia temporal.

La relación entre amenaza y riesgo se establece por medio de la expresión:

Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad

Siendo la vulnerabilidad el factor de riesgo que tiene en cuenta la resistencia o fragilidad de las personas y de los bienes expuestos. Por lo tanto:

Vulnerabilidad = Exposición/Resistencia

Riesgo = Amenaza x Exposición/Resistencia

La vulnerabilidad puede ser física, cultural y socioeconómica. El riesgo puede ser directo indirecto o de otros ordenes, según la amenaza sea natural, antropogénica o tecnológica. La amenaza depende del evento detonante, y de su grado de susceptibilidad, como de la energía potencial que lo caracteriza, razón por la cual se puede escribir:

Amenaza = Detonante x Susceptibilidad x Potencial

Riesgo = Detonante x Susceptibilidad x Potencial x Exposición/Resistencia

En el riesgo por deslizamientos podemos incidir sobre la amenaza, pero en el riesgo sísmico sólo queda la alternativa de intervenir la vulnerabilidad. En el riesgo volcánico podemos incidir sobre la exposición (evacuación temporal o definitiva) y en el riesgo sísmico normalmente intervenimos la fragilidad (parámetros de sismoresistencia y seguridad ignífuga).


2.1- Ordenes de las amenazas naturales

Una amenaza natural puede o no provenir de otra de mayor orden incluso puede ocasionar un evento posterior. Los deslizamientos pueden surgir a causa de un sismo o una lluvia y pueden ocasionar también aludes y avalanchas. De esta secuencia posible surge la necesidad de establecer la siguiente clasificación para las amenazas naturales:

- Primer orden: sismos, huracanes, volcanes y lluvias.

- Segundo orden: deslizamientos, maremotos, inundaciones.

- Tercer orden: aludes y avalanchas.


2.2- Clases de riesgos.

Se hace necesario diferenciar y calificar el riesgo asociado a una amenaza dada, para no generar expectativas ociosas.

- Riesgo evitable (por su origen o consecuencia)

- Riesgo controlable (evento predecible o efecto atenuable)

- Riesgo incontrolable (no predecible, evaluable o solucionable)

- Riesgo aceptable (diferencia entre el mayor nivel de riesgo y la máxima previsión.

Pero además existen el riesgo de cúmulo o total y el riesgo específico o local. El primero de interés para los individuos y agentes individualmente considerados y el segundo para la autoridad competente y para el sector de responsabilidad. Ambos, el riesgo de cúmulo y el específico, deben ser evaluados para facilitar el manejo de las contradicciones que surgen de la naturaleza del problema, dado que presentan valores diferentes entre sí y que los deslizamientos están asociados a amenazas de primer orden (lluvia y sismo).


3- DESLIZAMIENTOS EN ZONAS MONTAÑOSAS

Los movimientos de masas son las amenazas más importantes en las zonas andinas. Los
daños a bienes y pérdida de vidas se relacionan aquí con la inestabilidad de las vertientes intervenidas: deslizamientos, derrumbes, flujos.

El movimiento de masas ocurre cuando el esfuerzo cortante supera la resistencia al corte del suelo, lo que se da cuando ocurre al menos una de estas situaciones:

a) Al incrementarse el esfuerzo cortante (sismos). Aquí se incrementan las fuerzas actuantes.

b) Al caer la resistencia al corte del suelo (saturación). Esto reduce las fuerzas resistentes del suelo.


3.1- Clasificación de los movimientos masales y parámetros de in estabilidad.

Las diferentes clases de movimientos de masas, se describen en el cuadro No. 1 (M. Vargas, 1982).

Cuadro No.1. Clasificación de los movimientos de suelos y rocas en regiones tropicales.

Fenómeno CLASE COMO OCURRE CUANDO OCURRE COMO EVITAR

1- Movimientos plásticos o viscosos.

1a- Reptación efectuada por las camadas superficiales.
Movimientos lentos de rastreo, movilizando sólo una parte de la resistencia al corte
Movimiento constante acelerado durante la época lluviosa
Impermeabilización de la superficie y drenaje superficial

1b- Deslizamientos de "talus" Movimientos continuos de antiguos depósitos de laderas
Corte hecho al pie de un "talus" durante la época lluviosa
Lo anterior más subdrenaje con drenes horizontales o galerías filtrantes

2- Deslizamientos a lo largo de superficies con cohesión y fricción.

2a- Deslizamientos planos o traslacionales.
Asentamientos del manto relativamente delgado sobre la superficie de la roca de fondo
Rotura durante o después de precipitaciones con más de 100 mm/día durante el invierno
Lo mismo con cambio de configuración del talud,canales colectores, bermas en el pie muros de contención por gravedad o anclaje.

2b- Deslizamientos rotacionales.
Deslizamiento de suelos residuales o masa saprolítica, eventualmente con bloques de roca

3- Deslizamientos estructurales de masas rocosas.

3a- Deslizamientos de cuñas o placas de roca
Deslizamiento a lo largo de discontinuidades planas
Rotura repentina durante o después de tormentas con más de 100 mm/día, pero no necesariamente durante la época lluviosa
Anclaje de rocas y estructuras ancladas

3b- Deslizamientos de masas rocosas muy fracturadas
Similar a los deslizamientos planares y rotacionales

3c- Caída de rocas.
Desmoronamiento de bloques de roca (boulders)

4- Flujos rápidos.

4a- Flujo de masa barrosa Erosión o licuación de camadas superficiales
Durante tormentas con precipitaciones de más de 50 mm/hora en épocas lluviosas de añossecos.
Si son moderados, se construyen en la vaguada estructuras disipadoras para evitar la
incorporación de material del fondo del cauce

4b- Flujo de bloques de roca y "boulders"
Demolición de masas rocosas muy fracturadas.

Fuente: Milton Vargas. Clasificación y mecanismos de deslizamiento de tierra y roca en zonas
tropicales. I Congreso Suramericano de mecánica de rocas, Santafé de Bogotá, 1982.


Los parámetros que influyen en la inestabilidad del suelo se relacionan con el agua, el material, la geometría del terreno, y las situaciones del ambiente (fuerzas, procesos, etc). Los parámetros son:

- Tipo de material: roca, capa alterada y cobertura.

- Pendiente: gradiente, forma y longitud.

- Condiciones hidrológicas: infiltración, permeabilidad, NAF, cantidad de agua.

- Procesos morfológicos: erosión fluvial e hídrica, movimientos masales.

- Parámetros externos: distribución de la pluviosidad, es decir, relación
(intensidad/período), sismicidad, vulcanismo.

Pero también es verdad que las laderas (cuestas naturales) han sido transformadas en taludes por los modelados de la actividad antrópica y que con la expansión de la frontera agrícola, por prácticas deficientes en el uso y manejo del suelo, se han producido el descontrol hídrico y pluviométrico, la erosión y la deserfiticación de los suelos andinos.


3.2- La Evaluación

- Preguntas y respuestas en la evaluación.

La cultura de la información es escasa en nuestro medio. Sin información no se pueden hacer análisis y sin este se cae en la improvisación o en los sobrecostos. Para evaluar acertadamente un evento de movimiento de suelos, deben responderse las preguntas básicas.

¿Qué pasó?... Mecanismo

¿Qué lo causó?... Causa

¿Continuará?... Estabilidad actual

¿Qué hacer?... Prevención y corrección

¿Ocurrirá en otro lado?... Predicción espacial

¿Cuándo ocurrirá?... Predicción temporal

¿Es evitable?... Causa


- Etapas de la evaluación

Las siguientes son las etapas para lograr una evaluación exitosa, que conduzca a resultados concretos y útiles.

1º Secuencia de eventos: testigos, instrumentos, mecanismos, volumen, energía, causas, signos.

2º Condiciones ambientales: averiguar las causas y hacer estimativos espacio-temporales sobre la ocurrencia y extensión de los eventos. Utilizar datos meteorológicos, sismológicos y registrar si se dieron cambios previos en áreas aledañas como construcciones, riegos, explosiones, deforestación, roturas de líneas con líquidos, sobre cargas, interrupción de drenajes o cultivos.

3º Inspección detallada de morfología y estado de áreas aledañas y del deslizamiento:
grietas, flujos de agua, obras, edificaciones, cultivos.

4º Análisis adicional.

5º Plan de instrumentación, manejo y control, según obras decididas.

6º Abandono del sitio y evaluación de las consecuencias.


3.3- Causas de los movimientos y medidas a tomar.

La causa real de un movimiento de masas es casi un problema forense. Los factores
contribuyentes pueden ser más visibles que la causa real o que el detonante del problema.

- Causas intrínsecas: suelen ser naturales y se relacionan con el agua subterránea, material, tectónica, topografía abrupta, etc.

- Causas detonantes: pueden ser naturales como la lluvia, el sismo, la erosión, o artificiales como cortes, deforestación, etc.

- Causas contribuyentes: similares a las causas detonantes pero que simplemente anticipan el evento.

- Las medidas pueden ser preventivas o correctivas, según prevengan la ocurrencia del
evento o corrijan los efectos por él ocasionados.


3.4- Los factores de amenaza y de riesgo.


Los factores de amenaza en caso de deslizamiento son:

- Son la susceptibilidad debida a factores internos.

- Los eventos detonantes como lluvias, sismos, erosión, sobrecargas.

- El potencial de energía, tanto la destructiva interna como la potencial.


Los factores de riesgo por deslizamiento son:

- El nivel de la amenaza de deslizamiento.

- El grado de exposición de elementos que puedan sufrir daños posibles, como los elementos sobre la ladera o al alcance o por generación de aludes u obstrucción de corrientes.

- La resistencia al fenómeno, no sólo desde el punto de vista físico sino también funcional. Se asume que la resistencia es un concepto opuesto al de la fragilidad.


La amenaza se puede representar en un mapa de susceptibilidad al deslizamiento, donde
cada color involucra el grado de susceptibilidad del territorio a la ocurrencia de
deslizamientos y cuyos niveles en forma decreciente son rojo, naranja y amarillo, o verde para las zonas no susceptibles.

Si se ha de valorar el peligro o amenaza debemos reconocer su existencia, evaluar la
capacidad de manejarlo, estimar su probabilidad de ocurrencia, evaluar eventuales efectos y tomar la decisión de aceptarlo o no.

Si se trata del manejo del peligro o amenaza, las posibilidades son evitarlo, removerlo, controlarlo (reducirlo), minimizar sus efectos o recurrir a sistemas de alarmas.


3.5- Metodología para el Análisis de vulnerabilidad a la ocurrencia de deslizamientos.

Las siguientes son las etapas para proceder a los análisis de vulnerabilidad, en caso de amenaza de deslizamiento, para evaluar una situación de riesgo dada.

- Seleccionar una amenaza potencial y asignarle características. Se alude a un tipo de movimiento de masas dado, con un volumen, intensidad y extensión dados.

- Identificar vidas y bienes amenazados y otros componentes físicos o servicios
comprometidos.

- Determinar los efectos del evento sobre las personas y bienes señalados y sobre los sistemas de servicios. Además de los daños estructurales están los daños funcionales de los sistemas.

- En el caso de empresas de servicios comprometidas, debe estimarse la demanda de
servicios básicos para el público y la reducción del servicio a causa de un evento desastroso.

- Determinar los componentes críticos y vulnerables a la amenaza para estimar la reducción de la oferta de servicios de una empresa o de un sistema.

- Ampliar otros efectos indirectos derivados del evento, por ejemplo por la ocurrencia de amenazas de tercer orden o por daños a terceros.

- Consolidar la información en una evaluación final, susceptible de ser revisada y actualizada en forma periódica y extraordinaria.


3.6- Metodología para el estudio del riesgo en caso de deslizamiento.

- Identificación de la amenaza: recopilar y analizar información, identificación preliminar del riesgo y de las medidas urgentes.

- Evaluación de la susceptibilidad. Estudios cartográficos, hidrológicos, geológicos,
agrológicos, de erosión, uso y manejo del suelo, zonificación de susceptibilidad,
caracterización geotécnica de materiales, evaluación de estabilidad y susceptibilidad.

- Estudio de eventos detonantes de la amenaza: climatológicos, hidrológicos, sismológicos, de erosión o sobrecargas naturales, y efectos antrópicos. Se puede dar deslizamiento con lluvia y con sismo, deslizamiento sin ellos o con uno de ellos. La probabilidad final será la suma las probabilidades de cuatro situaciones diferentes.


Fig. 1: Izquierda, Costo Probable de falla CP. Derecha, nivel de riesgo Nr.

- Estudio del riesgo: evaluación de la amenaza, la vulnerabilidad y del riesgo. En la figura 1 derecha, la función que relaciona la probabilidad de falla Pf con la magnitud de un evento, alude a su grado de siniestralidad S, y la que relaciona la probabilidad de ocurrencia Po con la magnitud de un evento, alude a la frecuencia probable del fenómeno F.

La primera función (S) expresa la curva de daños cuya pendiente es positiva, y la segunda función (F), la curva de ocurrencia cuya pendiente es negativa. El producto de ambas da el nivel de riesgo del evento Nr que gráficamente se representa por una campana cuyo máximo coincide con la intersección de las dos curvas anteriores, S y F.

- Medidas: sistemas de observación y alarmas, reducción de la exposición, reducción de la amenaza, incremento de la resistencia, y jerarquización de prioridades y estudios.

- Estudios económicos (Ver figura 1 izquierda): análisis de las funciones de costo esperado Ce, que es la suma del costo usual (curva Cu) y el costo de falla (curva Cf). El costo de falla Cf involucra pérdidas, reposición, interrupción, lucro cesante y efectos sociales; el costo usual Cu involucra estudios, control, construcción y mantenimiento. La suma de ambas funciones es una parábola (Ce)cuyo mínimo coincide con la intersección de ambas funciones.


4- LA SITUACION EN COLOMBIA

En Colombia predominan rocas blandas, es decir, materiales intermedios entre suelos y
rocas. Por ejemplo, las rocas de bajo o medio metamorfismo como esquistos, filitas, algunas serpentinitas y anfibolitas, e incluso algunos gneises y rocas mal consolidadas y mal cementadas, como margas, lodolitas, limolitas y areniscas blandas.

Las rocas blandas son susceptibles a los cambios de humedad típicos del ambiente tropical.

Para la zona andina en el oriente de Colombia predominan espesos coluviones y en el
occidente suelos residuales y volcánicos. El occidente está afectado por tectonismo y
sismos.

Es importante para el ambiente andino tropical considerar los suelos residuales con sus estructuras relictas o heredadas, que a diferencia de los suelos transportados, donde las discontinuidades son horizontales (predecibles), estas resultan con orientación aleatoria y buzamiento impredecible.

Los espesores de las alteritas son mayores en las zonas tropicales (vegetación y clima), como la cordillera Oriental de naturaleza sedimentaria. Los saprolitos son típicos de la zona andina (roca cristalina), como las zonas de batolitos a lo largo de la cordillera Central y Antioquia.

Los andosoles se desarrollan en lugares con cenizas volcánicas donde se desarrollan
haloisitas y alófanas (Cauca, Nariño y zona cafetera). Las lateritas son suelos típicos del Cauca y los Llanos Orientales.

Además de un clima con contrastes de temperatura y precipitación, existen factores
tectónicos.

La precipitación es alta en Chocó y el margen llanero, moderada en la zona cafetera y baja en las zonas desérticas de Colombia (Guajira, Alto Magdalena, Villa de Leiva).
Colombia en su zona andina, tiene fallas, muchas activas, mostrándose en sus laderas
inestables zonas con intenso fracturamiento donde los materiales presentan trituración y brechamiento. El occidente está afectado por las fallas de Romeral y Palestina (rumbo) y el oriente por el sistema de las fallas frontales de los Llanos (inversa). Ambas son de alto riesgo sísmico.

La falla geológica condiciona el drenaje interno y tras todo ello se presenta una
cronoestratigrafía en repetidas ocasiones desfavorable puesto que en los estratos de diferentes edades se presentan contrastes de permeabilidad, zonas débiles, etc.


5.1- Zonificación.

Si se integran en una zona cualquiera de Colombia, aunque sea a nivel regional, un mapa geológico, un mapa tectónico y un cuadro de movimientos masales clasificados, se pueden inferir algunos factores de inestabilidad (inherentes, detonantes, etc.).

Si superponemos relieve y sobrefracturamiento obtenemos zonas más o menos propensas a deslizamientos.

En Colombia las áreas de influencia del sistema Romeral y de las fallas del margen llanero se pondrían en evidencia como zonas altamente inestables.

J. Montero (1990) señala en Colombia varias provincias con amenaza alta a deslizamiento así:

- Entre la falla Romeral y el Cauca. Con rocas metamórficas, rocas con cataclasis y arcillas alófanas remoldeadas.

- La cordillera Oriental. Con suelos espesos (alteritas) sobre lutitas que son químicamente alterables.

- El margen llanero. Muy afectado por el ambiente tectónico y la naturaleza sedimentaria de los suelos.

- Zonas con potentes flujos alterados. Como la Estampilla (Manizales), donde se
encuentran depósitos fluviotorrenciales alterados y en procesos de movimientos masales.

- Zonas de coluviones. Como los de Quebrada Blanca en la vía al Llano.

- Saprolitos. En zonas de debilidad tectónica.

En resumen la juventud de las cordilleras, el ambiente tectónico intenso y la naturaleza del clima, son factores que se conjugan para explicar la inestabilidad de nuestras laderas.


6- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Las comunidades primitivas de América que por siglos padecieron sin comprender las
agresiones del medio, dejaron un legado hoy inutilizado, para bien de las colectividades humanas de nuestros medios andinos más transformados, que paradójicamente habitando un medio paranatural, no hemos hecho de los fenómenos naturales propios del trópico andino, huéspedes condicionantes de acciones y beneficios.

Esa fragilidad del medio construido, explicada por falencias dialécticas entre nuestra cultura y el medio ecosistémico que habitamos, nos lleva a admitir que en el medio tropical andino apenas iniciamos la fase de recolección de información, cuando imaginábamos que ya la procesábamos. Simplemente hacemos uso de tecnologías basadas en procesos desarrollados para medios exógenos y evidentemente no adaptadas a nuestros suelos.

Se recomienda avanzar en el desarrollo de la geotecnia en Colombia, articulando a los
trabajos los aportes de otras disciplinas como la agrología, la geología, la antropología, la biología, la ecología y la climatología, para dar respuesta a multitud de problemas entre ellos los desastres naturales.


7- BIBLIOGRAFIA

CARDONA, Omar Darío. Evaluación de la Amenaza, la vulnerabilidad y el riesgo. Taller
regional de capacitación para la administración de desastres. ONAD, PNUD, OPS, UNDRO.
Bogotá, 1991.

DUQUE ESCOBAR, Gonzalo. Manual de Geología para Ingenieros. Universidad Nacional,
Manizales. 1998. www.geocities.com/manualgeo

--------------- Y ESCOBAR POTES, Carlos Enrique. Mecánica de los Suelos. Universidad
Nacional de Colombia, Manizales. 2000. www.geocities.com/geotecniaysuelos

--------------- Desarrollo Sostenido en la Prospectiva de la Problemática Ambiental y la Supervivencia. Agosto 1990. www.geocities.com/gonzaloduquee

--------------- Notas sobre la Prevención y el riesgo por Amenaza Volcánica. Primer Simposio Internacional sobre Aspectos Vulcanológicos, Sismológicos y Geológicos. 1986. www.geocities.com/gonzaloduquee

GONZALEZ, Alvaro Jaime. Notas del Curso Estabilidad de Taludes, del Postrado de
Geotecnia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales, 1994.

GRISALES GARCIA, Alfonso. Suelos de la zona cafetera. Fondo Cultural Cafetero,
Volumen 4. editorial Bedout S. A. Colombia, 1977.

HERMELIN, Michael. Bases de Geología Ambiental. Universidad Nacional. Medellín.
1987.

MONTERO, Juan. Curso de Estabilidad de Taludes, Procesos, Factores y Causas de
Inestabilidad de Taludes y Laderas. Santafé de Bogotá. 1990.

SCHUSTER-KRIZEK. Landslides. Academia Nacional de Ciencias. U. S. A. 1978.

SPETERS, Robert. Notas de la Charla "Tecnologías para el Estudio de Amenazas Naturales en el Medio Andino". ITC y DTU de Holanda. Jueves 30 de marzo de 1991, Universidad Nacional, Manizales.



Manizales, Noviembre 8 de 2000.

1 Gonzalo Duque Escobar: Ing. Civil. Profesor As. Universidad Nacional de Colombia.



Relacionado: 
Duque Escobar, Gonzalo (2003) Manual de geología para ingenieros. En

viernes, 18 de enero de 2008

RIESGO EN ZONAS ANDINAS POR AMENAZA VOLCANICA [1]

Por: Gonzalo Duque-Escobar


PRESENTACIÓN

Las presentes notas relacionadas con la definición de riesgo y amenaza, y su aplicación al vulcanismo, pueden tener importancia para las comunidades de la región andina para enfocar las tareas de Prevención de Desastres, Microzonificación y Planeamiento Urbano.

Los Andes son una zona de actividad volcano-tectónica en virtud de la juventud de sus montañas sometidas a procesos orogénicos desde el paleozoico al reciente y su geología se relaciona con el denominado “Cinturón de Fuego del Pacífico”, que en Sudamérica se expresa con los Andes.




Figura 1: Cinturón de Fuego del Pacífico

El Cinturón de Fuego del Pacífico se inicia con los Andes, una cadena montañosa que viene desde las costas del sur de Chile, sigue por las sierras del Perú y Ecuador y finalmente llega a las cordilleras de Colombia. Pero el Cinturón de Fuego después continuará por Centroamérica y Norteamérica, para doblar a la altura de las Islas Aleutianas y bajar por Asia Oriental hasta Indonesia; de ahí continúa hacia Oceanía pasando por Nueva Zelanda y por el este de Australia, y sale recorriendo el perímetro de la Antártida, para finalmente cerrar en Chile.


VOLCANES EN COLOMBIA

En Colombia, el 70% de la población habita la zona andina y el 20% está sometida al riesgo por amenaza volcánica, dado que existen cerca de 15 volcanes activos entre cerca de medio centenar de estructuras bien identificadas. Nuestros Volcanes aparecen en grupos, que según el insigne investigador Jesús Emilio Ramírez S.J. en su obra Historia de los Terremotos de Colombia (1983) son cinco, así:

El primero con los volcanes vecinos al Ecuador que son el Nevado de Cumbal, la Serranía de Colimba, el Chiles y el Cerro Mayasquer. En el segundo están los volcanes alrededor de Túquerres y Pasto que son el Galeras, el Morosurco, los dos Patascoi, el Bordoncillo, el Campanero, el Páramo del Frailejón y el Azufral. El tercer grupo son los volcanes entre Popayán y Pasto como el Cerro Petacas, el Doña Juana, el Cerro de las Ánimas, el Juanoi y el Tajumbina; estos están sobre la Cordillera Oriental. El cuarto grupo incluye los volcanes de la parte media de la cordillera Central entre el nacimiento del Magdalena y la región de Popayán; son ellos la Serranía de la Fragua, el Nevado del Huila, la región de Silvia y del río Coquiyó, el Puracé, el Pan de Azúcar y Paletará en la Sierra de Coconucos, y el Sotará. Al norte de Ibagué aparece el quinto grupo que con alguna modificación comprende estos: Nevado del Tolima, Machín, Quindío, Cerro España, Nevado de Santa Isabel, Cisne, Paramillo de Santa Rosa, Nevado del Ruiz (que se reconocía como Mesa de Herveo), Cerro Bravo, Tesorito, Alto de Mellizos, Cerro Tusa, Farallones de Valparaiso, y otras estructuras.

Según el Padre Ramírez el Ruiz, Tolima, Puracé, Doña Juana, Galeras, Cumbal y Cerro Negro-Mayasquer son volcanes con erupciones históricas o actividad magmática, mientras el Machín, el Huila y el Azufral son volcanes en estado fumarólico.

La actividad del complejo volcánico Ruiz-Tolima se puede calificar de moderada. Entre los eventos registrados se destacan erupciones plinianas menores de 2 Km3 del Tolima (10.000 aC) y el Quindío (9.000 aC); menores de 1 Km3 del Tolima (1.600 aC) y el Ruiz (1.200 aC y 1.595 dC); la excepción es un flujo piroclástico Holoceno de 5 Km3 asociado al Machín. Según Thouret, Murcia, Salinas y Cantagrel, Ingeominas 1.991, las últimas erupciones prehistóricas de tipo pliniana y de flujos piroclásticos datadas, son del Cerro Machín, Cerro Bravo, Tolima y Ruiz (900 dC, 1.250 dC y 1.600 dC).

La actividad histórica del Ruiz está representada por los eventos de 1.595 (pliniana), 1.845 (con flujo piroclástico) y 1.985 (subpliniana); todas ellas con importantes flujos de lodo, el mayor de todos el de 1.845 y el menor el de 1985. Hay un pequeño evento del Tolima cercano al año 1.900.


ALGUNAS DEFINICIONES

Es mucho más barato prevenir que curar. Veamos en costos la máxima: de la prevención al desastre hay un orden de diferencia y del desastre a su recuperación hay otro orden; por lo tanto de la prevención a la recuperación del desastre la diferencia es de dos órdenes. Ahora, Amenaza y Riesgo, aunque se relacionan, no son lo mismo.

Riesgo: posibilidad de afectar significativamente las vidas o bienes a causa de un fenómeno dañino dentro de un período de tiempo y con una probabilidad determinada.

Amenaza: evento o fenómeno perjudicial con un cierto nivel de magnitud y alcance espacial, que tiene una probabilidad de ocurrencia significativa en un período de tiempo dado.

La probabilidad será cualitativa si decimos que es alta o baja, o será cuantitativa si le señalamos al evento su frecuencia temporal.

Relaciones entre amenaza y riesgo

La relación entre amenaza y riesgo se establece por medio de una expresión en la que la amenaza resulta ser un factor del riesgo, así:


Riesgo = Amenaza x Vulnerabilidad


Siendo la vulnerabilidad el factor de riesgo que tiene en cuenta la resistencia o fragilidad de las personas y de los bienes expuestos. El inverso del factor "fragilidad" es en este caso "la "resistencia". Por lo tanto:


Vulnerabilidad = Exposición/Resistencia


Riesgo = Amenaza x Exposición/Resistencia


La vulnerabilidad puede ser física, cultural y socioeconómica. El riesgo puede ser directo o indirecto, o de otros ordenes; y según la amenaza esté asociada al medio natural o dependa en sí del medio transformado, puede ser calificada de natural, o de antropogénica o tecnológica.

La amenaza depende del evento detonante, y de su grado de susceptibilidad, como de la energía potencial que la caracteriza, razón por la cual se puede escribir:

Amenaza = Detonante x Susceptibilidad x Potencial


Por lo tanto,

Riesgo = Detonante x Susceptibilidad x Potencial x Exposición/Resistencia

En el riesgo por deslizamientos podemos incidir sobre la amenaza, pero en el riesgo sísmico sólo queda la alternativa de intervenir la vulnerabilidad. En el riesgo volcánico podemos incidir sobre la exposición (evacuación temporal o definitiva) y en el riesgo sísmico normalmente intervenimos la fragilidad (parámetros de sismo-resistencia y seguridad ignífuga).

Órdenes de las amenazas naturales.

Una lluvia puede generar un deslizamiento, y éste un flujo de lodo. El orden permite establecer la secuencia de los eventos, y según éste, normalmente suelen darse los fenómenos con un nivel de precedencia que responde a esta clasificación:


* Primer orden: sismos, huracanes, volcanes y lluvias.

* Segundo orden: deslizamientos, maremotos, inundaciones.

* Tercer orden: aludes y avalanchas.


GESTIÓN DE DESASTRES.


Los desastres de magnitud, crean áreas de gran densidad poblacional. Campamentos para damnificados y centros de socorro, donde los servicios vitales adecuados pueden faltar, dada la ruptura de líneas vitales de agua, energía, alcantarillado, comunicaciones y transportes.

Falta de agua potable y carencia de instalaciones sanitarias básicas pueden disminuir el nivel de higiene existente. A ello debe sumarse la posible contaminación del agua, el suelo, el aire y los alimentos por los efectos directos o indirectos del desastre.

El ambiente también se altera por interrupción de servicios, aumento de criaderos de insectos, anulación de áreas afectadas, migraciones y hacinamiento.

Métodos para atenuar los efectos adversos del desastre


A- Medidas de prevención: como mejoras físicas o estructurales, organización eficiente del sistema de su operación y de mantenimiento.

B- Medidas de preparación: como planificación de acciones rápidas y eficaces para restaurar los servicios y controlar o mitigar los daños al sistema y los efectos al ambiente.


Dos niveles del Plan Operativo de Emergencias


A- Plan Estratégico: a nivel nacional o regional. Debe diseñarse en función del riesgo de cúmulo.

B- Plan Operativo: a nivel local. Debe diseñarse en función del riesgo específico, coordinado con el anterior.


Comité de Emergencia (responsabilidad)

- Análisis de vulnerabilidad del sistema.

- Coordinación y comunicación con otras entidades de emergencia.

- Contactos con proveedores de equipos, suministros, productos, insumos y servicios.

- Desarrollo de tareas de prevención y de preparación (obras, simulacros).

- Hacer inventario y registro de recursos.

- Entrenar al personal y actualizar el plan.


Análisis de vulnerabilidad (etapas)

- Seleccionar una amenaza potencial y asignarle características.

- Identificar componentes físicos y servicios auxiliares del sistema.

- Determinar los efectos del evento sobre el sistema.

- Estimar la demanda de servicios básicos para el público.

- Determinar los componentes críticos y vulnerables a la amenaza.

- Ampliar otros efectos indirectos derivados del evento.

- Consolidar la información en una evaluación final.


RIESGO Y AMENAZA VOLCÁNICA

Una metodología de evaluación del Riesgo Específico y del Riesgo de Cúmulo, exige conocer y aplicar las probables características de extensión, frecuencia e intensidad de los eventos volcánicos, que por su nivel de peligro puedan y deban ser considerados como amenazas ligadas a las erupciones de un volcán, atendiendo sus circunstancias particulares.

Para otras amenazas, esta metodología puede ser igualmente aplicada, puesto que los eventos de las erupciones, por su variedad y tipología, son un excelente instrumento de análisis.

Uno de los interrogantes que se platea el planificador, es ¿a qué atender?: ¿a los peligros frecuentes o a los grandes eventos?. Aunque no existe relación exacta entre la Frecuencia y la Siniestralidad de los eventos, la relación entre estas dos variables es inversa. Esto se ilustra con la Tabla #1.



Tabla #1. Fenómeno\ORDEN


Muy alta - alta -moderada - baja



1- Siniestralidad


Meteoritos Erupciones Sismos Inundaciones


2- Frecuencia:


Inundaciones Sismos Erupciones Meteoritos


Tabla #1.
Frecuencia y la Siniestralidad de las Principales Amenazas Naturales.

Si aplicamos esto a las erupciones, basta decir que erupciones de 100 km3 tienen períodos de 2000 años, de 18 km3, períodos de 333 años y de 2.7 km3, períodos de 18 años.

Ahora, comparemos las grandes erupciones históricas con los grandes desastres volcánicos calificados por el número de vidas humanas que han cobrado: de conformidad con la Tabla #2, no existe relación directa entre las magnitudes de la Amenaza y del Desastre.


Tabla #2: Volcán y año: Volumen km3 y Muertes


Tambora 1915 con 100 km3 y Tambora 1915 con 56000 Muertes


Cosiguina 1935 con 25 km3 y Krakatoa 1883 con 36400 Muertes


Krakatoa 1883 con 18 km3 y M. Pele 1902 con 30000 Muertes

M. Katmal 1912 con 16 km3 y V.N. del Ruiz 1985 con 23000 Muertes

Paricutin 1943 con 12 km3 y Sta María 1902con 6000 Muertes

Tabla #2. Magnitudes de la Amenaza y del Desastre, en caso de erupciones volcánicas.


Los factores que definen el estilo eruptivo de un volcán, son las características de la cámara y del magma, los contactos magmáticos-hidrotermales, la estructura y morfología del volcán y la intensidad de los procesos endógenos y exógenos.



Figura 2: Erupciones de bajo a mediano coeficiente explosivo y magnitud moderada: Hawaina, Estromboliana y Subpliniana.

Los volcanes andinos suelen ser andesíticos y dacíticos; los primeros de coeficiente explosivo intermedio bajo y los segundos de coeficiente explosivo intermedio alto. Además, es imperativo diferenciar los volcanes con altitudes sobre 4800 m, dada la presencia de glaciares en sus cumbres, por ser estos la causa segura de flujos de lodo en casos de erupción. Entre los que tienen glaciares, el Ruiz, el Tolima, el Huila y el Cumbal. No tienen glaciares otros como el Cerro Bravo, el Machín, el Puracé, el Galeras y el Azufral.

Una de las amenazas más importantes en el ambiente andino, es la de los flujos de lodo cuando las erupciones se producen en los volcanes con mantos glaciares: estas riadas comúnmente denominadas avalanchas porque regularmente alcanzan alturas superiores a los 10 m sobre los lechos de los ríos, a su paso impetuoso destruyen puentes y viviendas ribereñas, erosionan el terreno e incorporan sólidos mientras avanzan con régimen torrencial, hasta que pueden alcanzar el valle de salida después de recorrer decenas de kilómetros a velocidades que generalmente van desde los 20 hasta los 30 km/h; allí se esparce e inunda el escenario, y por la reducida velocidad que suele caer por debajo de los 5 km/h, empieza a formar depósitos con los materiales arrastrados. La proporción de sólidos y agua en estas riadas, suele variar del 40% al 60%.

Otro punto central para el planificador, es el de las consecuencias de una erupción donde pueden darse varios eventos diferentes de forma casi simultánea. Consideremos casos históricos específicos de eventos volcánicos, para ilustrar las consecuencias que pueden producirse en ellos. Ver Tabla #3.


Flujo de Lava Volumen ¾ de km3 V. Etna 1669, con 20000 víctimas

Ceniza Efecto posterior, V. Grieta Laki 1783, con 10000 víctimas

Flujo Piroclástico Volumen 1 k3 V. Monte Pele 1902, con 30000 víctimas

Flujo de lodo Volumen 0.1 k3 V.N. Ruiz 1985, con 23000 víctimas

Blast. ( Erup. Lateral) Volumen 2,7 k3 V. St Helens 1980, con 61 víctimas

Tabla #3. Consecuencias de Erupciones Históricas.


No se presenta un ejemplo de desastre por gases. Existen erupciones de gases, y los gases volcánicos pueden tener efectos sobre la salud humana y de los animales.

Además de las nubes de gas a alta temperatura que son letales, las masas de gas a menor temperatura pueden contener gases irritantes, gases tóxicos y gases asfixiantes. Las fuentes de gases asociados a un volcán, se relacionan con las rocas del basamento (calizas por ejemplo), la existencia de lagos en el cráter (materias orgánicas descompuestas) y gases del propio magma. Los gases densos suelen bajar por las laderas del edificio volcánico y ocupar las depresiones.

También los eventos pueden presentar ubicación espacial específica predecible, o incierta. Y la contundencia de los efectos, valorada por la intensidad de los daños, puede ser alta o baja. Ver Tabla #4.



Fenómeno Volcánico


Frecuencia por siglo


Siniestralidad esperada


Área afectada

Flujo de Lava




10-100 veces


20%-100%


1-10 km2

Cenizas




1-5 veces


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Flujo Piroclástico




1-5 veces


70%-100%


1-10 km2

Flujo de lodo




1-10 veces


50%-100%


10-100 km2

Blast.(Erupción lateral)


1-3 veces


70%-100%


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Gas


1-5 veces


1%


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Tabla #4 . Frecuencia, daño y extensión de los eventos volcánicos.


Dadas las posibilidades de la Amenaza, se hace necesario separar dos conceptos de riesgo. El Riesgo local o específico, que es de importancia para un elemento expuesto, y el Riesgo total o de cúmulo, que debe interesar a la autoridad territorial. Ver Tabla #5



Fenómeno Volcánico


Posible control


Riesgo local o específico


Riesgo total o de cúmulo

Flujo de Lava




Si


Agravado (1)


Bajo (5)

Cenizas




No


Reducido (4)


Bajo (5)

Flujo Piroclástico




No


Reducido (4)


Moderado (3)

Flujo de lodo




Duda


Mediano (2)


Reducido (4)

Blast.(Erup Lateral)




No


Muy Bajo (6)


Agravado (1)

Gas


Duda


Reducido (4)


Bajo (5)

Tabla #5. Riesgos Específico y de Cúmulo para eventos volcánicos.



CÁLCULO DEL FACTOR DE RIESGO

Se ilustra con un croquis en la Figura 3. Mapa de Amenazas, la planta de un volcán, en el cual la zona MM está amenazada de caída de cenizas con capas de espesores estimados de 2 m, 1 m y 1/2 m, para eventos como el que se representa en la región NN que cubren un 30 % de la zona amenazada, y que llegan a distancias de 5, 10 y 15 km, respectivamente, medidas desde el cráter. En la Figura 3., se representan estos límites con las líneas finas que forman los cuadrantes circulares, concéntricos con el cráter, y éste con un círculo oscuro.

Obsérvese que la zona amenazada está sesgada hacia el norte del cráter. Y que la dirección del viento puede variar desde el NW al NE, en la zona MM.



Figura 3: Mapa de Amenazas Volcánicas.

Adicionalmente, el drenaje comprende 4 corrientes de agua, A, B, C y D, donde A y B confluyen en el río C, que transcurre por el costado oriental, con dirección sur-norte. Supongamos existe la posibilidad de deshielos.

Si la hoja técnica del Volcán correspondiente al Mapa de Amenazas indica lo siguiente:

1. Que las erupciones de ceniza se presentan en promedio cada 75 años, y la siniestralidad esperada en las zonas dentro de MM varía con el espesor de las capas, siendo del: 75%, del 50% y del 15%, según la distancia al cráter vaya aumentando. Eso se espera que ocurra afectando y cubriendo el 30% del área amenazada.

2. Que los flujos de lodo, cada 150 años afectarían los ríos A y B con una siniestralidad esperada del 80%, y también a los otros 2 ríos identificados con C y D, pero con una siniestralidad del 50%, y cubriendo el 90% del área amenazada. El río C recibe los lodos de los ríos A y B.

3. Que los derrames de lava, cuya ocurrencia probable se da cada 300 años, se espera que alcancen una longitud de sólo 7 Km desde su nacimiento, a lo largo de los tres ríos A, B y D que drenan desde el cráter, y cubriendo el 100% del área señalada en los planos de detalle.

4. Que las nubes ardientes (flujos piroclásticos) esperadas cada 300 años, alcanzan los 10 km por cualquier lado del cráter, incluido el costado sur, pero afectando un 25 % del círculo que lo rodea y produciendo una siniestralidad del 100%. Esto significa que las nubes ardientes no están condicionadas por el viento y que el círculo que delimita las zonas amenazadas no se ha dibujado completo en el plano.


Con esta información podemos obtener el indicador Factor de Riesgo probable (FR), anual en este caso, el que se calcula a partir del grado de siniestralidad (SE), si se estima en el mapa de amenaza o de susceptibilidad la magnitud superficial de las zonas potencialmente amenazadas (AH), y en ellas la extensión espacial o área (AE) de cada evento específico, cuyo período de retorno (TA) se ha expresado en años.


Esto, mediante la expresión:


FR= (% Área amenazada y afectada x % Siniestralidad del evento) / Período anual del evento.

Si reemplazo estas expresiones por las letras equivalentes dadas en el último párrafo, la formula dada queda así:


FR = ((AE/AH) x SE)/TA. (1)


Si son varios eventos los que amenazan un lugar dado, el riesgo que se corre en ese lugar específico será la suma de los riesgos asignados a cada uno de los eventos que lo amenazan. Así la Fórmula (1) se transforma en:


= (2)


Luego con la información que se ha dado de cada uno de los eventos del Mapa de Amenazas, apliquemos la Fórmula (2) para una propiedad específica valorada en U$ 1.5 millones, que está localizada 9 km al nor-este del cráter y sobre la vaguada del río B (ver mancha oscura y rectangular en Figura 3.)


El Factor de Riesgo anual, FR anual, en este caso donde intervienen cenizas, flujo de lodo y nube ardiente, en su orden, pero no las lavas, será el resultado de esta suma:



FR anual= (0.3x0.5)/ 75 + (0.9x0.8)/150 + (0)/ 300 + (0.25x1.0)/ 300

En cada paréntesis se encuentran multiplicados los valores del porcentaje del área que será afectada y el porcentaje de siniestralidad del fenómeno respectivo, y en cada denominador el período de años de la respectiva amenaza. Luego, al hacer las operaciones indicadas, se tiene:


FR anual = 0.76%


¿Cómo podemos interpretar este valor? El aporte económico neto anual, que equivale a una prima técnica de seguro, PT anual, destinada al cubrimiento del riesgo para dicho bien, es el resultado de multiplicar el Factor de Riesgo anual,FR anual, calculado para dicho bien y en el punto que se ha considerado, por el valor estimado del bien. Esto es:



PT anual = FR anual x Valor del bien



PT anual = 0.76% x U$ 1.5 millones



PT anual = U$ 11.400 anuales


Así que este bien valorado en U$ 1.5 millones deberá paga una prima técnica anual de U$ 11.400, valor que no incluye la administración de este aporte y los imprevistos.

Si dividimos el Valor económico del bien por el de la prima técnica anual, obtenemos una magnitud expresada en años, que es el tiempo equivalente TE de recuperación del bien, en años, así:

TE en años = Valor del Bien/ PT anual

TE en años = U$ 1.5 millones/ U$ 11.400

TE =131.6 años


Es como si cada 131,6 años el bien se malograra a causa de las amenazas señaladas.

Y finalmente, el riesgo de cúmulo es la suma total de la valoración de los riesgos de todos los elementos o bienes amenazados, cada uno de ellos con un riesgo específico diferente.


BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES


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BOOTH, Basil y FITCH, Frank. La Inestable Tierra. Salvat Ed. Barcelona. 1986

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DUQUE -ESCOBAR, Gonzalo. Vulcanismo. Manual de Geología para Ingenieros, Universidad Nacional de Colombia. Manizales, 1998 en http://www.geocities.com/manualgeo_06

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---------------- Conceptos Básicos de Vulcanismo. Boletín de Vías Nº 53. Universidad Nacional de Colombia. Manizales, 1985.

---------------- Riesgo Volcánico del Ruiz, Realidades e Hipótesis, Boletín de Vías Nº 56. Universidad Nacional de Colombia, 1986.

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SMITHSONIAN INSTITUTION. Volcanoes of the world. USA. 1968.

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Manizales, Enero de 2006



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[1] Adaptado de un fragmento de la ponencia presentada por Gonzalo Duque-Escobar con el título

RIESGO EN ZONAS DE MONTAÑA POR LADERAS INESTABLES Y AMENAZA VOLCANICA , en el “ VII CURSO INTERNACIONAL SOBRE MICROZONIFICACION Y SU APLICACION AL PLANEAMIENTO URBANO PARA LA MITIGACION DE DESASTRES- CISMID”. Lima, 16 de octubre al 10 de noviembre de 1995,


ENLACES SUGERIDOS: (ver Volcanes…. Duque Escobar, Gonzalo (2012). En:http://godues.wordpress.com/2012/05/13/volcanes/ )


Gonzalo Duque-Escobar