jueves, 20 de octubre de 2022

Las energias renovables, una gran apuesta que aún tiene tareas pendientes

www.semana.com 26/9/2022

Por: Abogados_energía

El desarrollo de proyectos de energías renovables no convencionales ha sido uno de los principales avances del país en materia energética. Sin embargo, aún hay tareas pendientes.


Las energías renovables no convencionales son uno de los pilares en la transición energética. Ya se han hecho inversiones por cerca de 3.000 millones de dólares. - Foto: Celsia S.A.

Colombia inició una revolución energética: el desarrollo de nuevos proyectos de energías renovables no convencionales. En tres subastas se adjudicaron proyectos de energía eólica y solar por más de 2.888 megavatios (MW) y más de 3.000 millones de dólares en inversiones. Este ha sido uno de los principales ejes en el proceso de transición energética. Sin embargo, su desarrollo tiene grandes retos. Por una parte, la viabilidad en los puntos de conexión. El caso más evidente es el de la línea Colectora que sacará la energía renovable que se genere en La Guajira. Pero todavía no está en operación; está retrasada por temas sociales y ambientales, y los proyectos no se han podido conectar.


Por otra, en el campo internacional también vienen presiones. Con la tendencia de transición energética y las tensiones originadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania, para no depender ni del gas ni del petróleo ruso, los países –en especial los europeos– están acelerando la incorporación de estas tecnologías con lo que se dificulta el abastecimiento y se elevan los precios de los insumos.

Para Juan Pablo Gutiérrez, asociado principal del área de energía y recursos naturales de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU), actualmente el desarrollo de los nuevos proyectos de generación de energía renovable requiere de un acompañamiento permanente del Gobierno nacional y de un marco jurídico que solucione los eventuales retrasos en la construcción y entrada en operación comercial de los proyectos de generación producto del tiempo excesivo en el momento de surtir la consulta previa y de obtener el licenciamiento ambiental. “De igual manera, se necesita una solución a las líneas de transmisión que se requieren para entregar a los usuarios la energía eléctrica generada por las nuevas fuentes. A modo de ejemplo, el proyecto Colectora 500 kv, que se requiere para transportar la energía que será generada por fuentes eólicas y fotovoltaicas desde La Guajira presenta ya un atraso de más de dos años, lo cual debe ser solucionado”, agrega.

También ahora, en momentos de discusión de la reforma tributaria y cuando se estudia la viabilidad de las exenciones e incentivos, para distintos analistas consultados es clave mantener los incentivos para estas energías renovables no convencionales y los que se han incorporado al sector de movilidad eléctrica. La claridad normativa y la seguridad jurídica respecto de la efectiva y oportuna viabilidad de implementación de los proyectos son retos claves en este desarrollo.

“Existen aspectos esenciales en materia jurídica que constituyen y continuarán marcando la discusión en esta materia. La suficiencia del marco jurídico sectorial para garantizar el desarrollo efectivo y oportuno de la transición energética; la claridad en las regulaciones de manera tal que los inversionistas nacionales y extranjeros puedan implementar los proyectos sin contratiempos, y la mejora en los procesos de licenciamiento y consulta con comunidades, son algunos”, dice José Zapata, de Holland & Knight.


José ZapataHolland & Knight

Sin embargo, no son los únicos puntos de discusión. Para Zapata, también hay otros: la oportuna respuesta de las autoridades competentes para atender las dificultades asociadas con la construcción y entrada en operación de los proyectos, de manera tal que no se termine presentando un escenario de ejecución de garantías sin desarrollo de los proyectos; la estabilidad y la seguridad jurídica en cuanto a la normatividad aplicable a los proyectos correspondientes y el entendimiento y la comprensión de los jueces del contexto en una realidad litigiosa. Pero, además, situaciones coyunturales, como la discusión tarifaria están creando otras tensiones que podrían generar riesgos para la sostenibilidad de los proyectos a futuro.

Precisamente, una de las mayores preocupaciones jurídicas está relacionada con el anuncio del presidente Gustavo Petro de intervenir a la Creg, en el caso de las tarifas. “No ha debido llegarse a este anuncio. Es claro que el regulador debe anticiparse de manera más efectiva y oportuna a la realidad del mercado y las condiciones de los consumidores. El anuncio no materializado constituye un marco desafortunado en cuanto a la política en el sector y la seguridad jurídica requerida”, concluye Zapata.

Esta situación podría poner en riesgo la institucionalidad de un sector que logró recuperarse del apagón de 30 años atrás y ha salido fortalecido. También inquietan las tensiones sociales que no solo afectan el desarrollo de los renovables sino también la operación de plantas ya establecidas, como sucedió recientemente con los bloqueos en las vías a la Central Hidroeléctrica de El Guavio y se ha repetido en algunas térmicas. Incluso, algunos consideran que podría desembocar en acciones jurídicas contra el Estado.

martes, 18 de octubre de 2022

Cambio Climático en Colombia: La Amenaza

 

CAMBIO CLIMÁTICO EN COLOMBIA

Por: Gonzalo Duque Escobar; Ricardo Álvarez León y Henry González González

Manizales, 2022.

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CAP. I- LA AMENAZA.

Por: Gonzalo Duque-Escobar*

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El clima en Colombia

Imagen. Colombia: Mapas de Tipos climáticos según Köppen (Wikipedia.org), Precipitaciones (Gu-maps-Colombia.com) y Temperaturas (Hispanopress.blogspot.com)

Las zonas climáticas de la Tierra, como factor que determina el paisaje, la vegetación y la vida animal, tienen un profundo efecto sobre la cultura. El clima, o modelo meteorológico a largo plazo de una región, depende de varios factores: la latitud, que determina lo caliente o fría de una zona, como la extensión e influencia de sus estaciones; las características de las masas de aire predominantes, sean calientes o frías y húmedas o secas, y los factores físicos tales como la distribución relativa de la tierra, el mar, las montañas, los valles, los bosques y los glaciares.

En Colombia, aunque gracias a la presencia de las cordilleras se tiene todos los climas, en su zona andina predomina el clima de montaña tropical, mientras que en los valles interandinos el clima dominante es el de selva tropical ecuatorial. Dicha región, muestra temperaturas medias que varían entre 28° en los ambientes cálidos y húmedos de las zonas bajas, hasta 0° C bajo cero en las cumbres nevadas. Mientras que, en la región andina de Colombia, el clima es bimodal: cada año tenemos dos temporadas secas que parten desde los equinoccios y dos húmedas a partir de los solsticios; en los Llanos Orientales, salvo en la Serranía de La Macarena, el clima es intertropical lluvioso de sabana, con una estación de lluvias muy marcada y otra de sequía.

En tanto, si al Sur se pasa del clima de sabana al Clima húmedo y lluvioso, para continuar con el de selva súper húmeda en La Amazonía, donde el clima húmedo y cálido, presenta lluvias abundantes durante todo el año; la Región Pacífica prevalece un clima cálido y un régimen pluviométrico intenso, y en la Región del Caribe colombiano predomina un clima cálido donde alternan épocas de sequía y lluvias continuas, pero con una marcada influencia de los vientos alisios del Nor-Este en la zona más Norte; y en la región insular del Caribe, el Archipiélago muestra un clima cálido semi-húmedo, con lluvias que se concentra entre octubre y noviembre, al estar influenciado por los alisios del Nor-Este.

El fenómeno climático

Imagen: Evolución de la temperatura entre 1880 y 2010, Portal.clubrunner.ca; y Emisiones de CO2 Vs. Temperatura. NOAA-NCDC.

El cambio climático, es la teoría que predice el crecimiento futuro de las temperaturas a nivel global durante las próximas décadas, a partir del incremento en el valor medio de la temperatura observado en la atmósfera terrestre y en los océanos. Aunque el clima del planeta siempre ha variado, el problema del cambio climático es que el ritmo de estas variaciones se ha acelerado durante las últimas décadas, de manera anómala. El clima en la tierra, ha presentado alteraciones por causas antrópicas y naturales. La cantidad y patrón de calentamiento global que se ha observado, no puede explicarse únicamente mediante factores naturales.

Además, si el cambio climático y la consecuente ocurrencia de fenómenos naturales extremos conexos puede tener entre sus causas la mayor actividad solar, también es el resultado del aumento de concentraciones de gases de efecto invernadero asociados a la acción antrópica, tales como dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos presentes en la atmósfera terrestre. La teoría antropogénica predice que el calentamiento global se relaciona con emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como el CO2. Y pese a que cerca del 18 % de los científicos ha disentido de la opinión consensuada, el 97% de los investigadores, coinciden en que el actual calentamiento, es el efecto de los gases de invernadero (GEI), en especial el del dióxido de carbono CO2 (85%) relacionado con los combustibles fósiles, seguido el Metano (8%), del Óxido de Nitrógeno (5%) y de los Fluoruros (2%).

Las Causas

 

Imagen: Cambio climático- causas antropogénicas y naturales. El Pais.com y Nasa.gov

Respecto a las causas naturales, aunque astrónomos y geofísicos soportados en correlaciones, pueden afirmar que cuando el Sol está tranquilo la Tierra permanece fría, aún no sabemos el porqué de los cambios de la actividad del Sol.  A modo de ejemplo, hubo una “pequeña glaciación” asociada a un periodo frío ocurrido entre 1550 y 1850, en el que se presentaron tres picos fríos (1650, 1770 y 1850); esta pequeña edad del hielo coincidió con un período de baja actividad en las manchas solares.

Pero también, el actual calentamiento que ha surgido desde la Revolución Industrial, se puede observar a principios del siglo XX y en los últimos 50 años: basta mirar nuestros glaciares en retroceso, cuya superficie en el PNN de los Nevados ha pasado de 27 a 12 Km cuadrados de extensión entre 1970 y 2020. Para 2 °C de calentamiento, la fracción de precipitaciones extremas atribuibles a la influencia humana se eleva a cerca del 40 %”. Nature Climate Change (2015), dice que “un 18% de las precipitaciones diarias moderadamente extremas en tierra, son atribuibles al aumento de la temperatura observado desde la época preindustrial, resultado principalmente de la influencia humana; y según The New York Times (2015) “en la actualidad alrededor del 75 % de las precipitaciones diarias moderadamente extremas en tierra son atribuibles al calentamiento".

El factor antropogénico.

Imagen: Países vs posibilidades de sobrevivir al cambio climático. Ecoinventos.com/

En las próximas décadas podría duplicarse el nivel del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, con respecto a los niveles que había antes de la Revolución Industrial. El mayor aporte del CO2 proviene de combustibles fósiles como el petróleo, donde Colombia entra como país con recursos energéticos como carbón e hidrocarburos. Esta teoría genera un debate social y político, pero también un consenso en la comunidad científica internacional. Las emisiones de CO2 en 2021 y en Colombia, han sido de 77,57 megatoneladas, con lo que el país ocupar el puesto número 137 del ranking entre 184 países.

Entre las causas del deterioro ambiental que exacerban la amenaza del cambio climático, sobresalen la contaminación industrial en los medios naturales y paranaturales, la expansión urbana o minera -caso Río Blanco y Toldafría para el caso de Manizales-, y la degradación del ecosistema por indebido uso o mal manejo no sólo de los recursos, sino también del agua, la biota y los suelos de cultivo que son bienes inalienables de interés general por tratarse de un patrimonio natural.

Aquí, al igual que la deforestación consuetudinaria que explica la precaria cobertura vegetal de nuestras montañas como factor de descontrol hídrico y pluviométrico, que se expresa en sequías o inundaciones, y en procesos severos de erosión y de sedimentación, también los combustibles fósiles, como carbón y petróleo, juegan un papel protagónico, lo que impone medidas estructurales relacionadas con el modelo energético y el transporte, para “descarbonizar” la economía. El problema ambiental de Medellín, pone en evidencia esta problemática. Con el calentamiento global, el ecoturismo deberá enfrentar un reto sin precedentes que debe abordarse desde ahora, en temas como el Paisaje Cultural Cafetero, y la forma de hacerlo es empezar por conocer las causas y consecuencias de dicha problemática, para trazar estrategias de conservación, y actuar en consecuencia.

El Efecto invernadero

Imagen: Izq. Pérdida de energía de la energía radiante, en: fvsa.org.ar. Der. Variación del nivel del mar entre 2000 y 2100. Fuente: IPCC

El efecto invernadero es causado por gases que se encuentran en la atmósfera. Estos gases que permiten la vida en la Tierra, atrapan parte del calor del Sol que se refleja por el planeta.

El calor atrapado por la atmósfera de la Tierra, mantiene la temperatura media global en +15º Celsius; si se incrementa ese valor hasta 18ºC, se causarían fenómenos nocivos. En amarillo se muestra el efecto de la atmósfera sobre la luz solar incidente; y en rojo, el efecto causado sobre la radiación infrarrojo ya reflejada. El incremento promedio de la temperatura media podría afectar más al hemisferio norte, que al del sur. En promedio, el calentamiento es mayor sobre los continentes que sobre los mares. En Sudamérica, el calentamiento parece tener menor intensidad sobre el Cono Sur (1º a 2ºC).

En Colombia las zonas de relieve montañoso como la Región Andina que es la más habitada se calentarían entre 2º a 3ºC, y las planicies y praderas de las regiones no montañosas, como la Costa norte, y en especial la Orinoquía y la Amazonía, se calentarán de 3º a 4ºC. Aún más, según el IDEAM, para el periodo 2071 – 2100, se espera que la precipitación media en el país, disminuya entre 10 a 30% en cerca del 27% del territorio nacional (Regiones del oriente y del Caribe), y que se incremente entre 10 a 30% en cerca del 14% del territorio nacional (Regiones montañosas como la Andina y Sierra Nevada). Varios expertos en temas climáticos lanzaron alertas señalando que el acuerdo de la cumbre COP 21, es inconsistente con el objetivo de evitar que la temperatura del planeta no supere los 1, 5º C. Para lograrlo, la economía mundial debería estar descarbonizada en 2050 y las emisiones deberían disminuir al menos un 70 % en 2050, respecto a los niveles de 2010.

El ENSO

Imagen: Izquierda, dinámica anual de la ZCIT. Fuente: www.fondear.org.  Derecha: El ENSO histórico. Fuente: NOAA.

El ENOS o ENSO (inglés) presenta dos fases opuestas, una de calentamiento y lluvias en conocido como El Niño y la otra de enfriamiento llamada La Niña. Se trata de un patrón climático recurrente de los parámetros meteorológicos del Pacífico ecuatorial, que implica como mínimo cambios entre 1 °C y 3 °C respecto a las condiciones normales para el resto del siglo, los que se darán en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico Ecuatorial, con períodos que van de tres a siete años, y aunque sus consecuencias se centren en Colombia, Ecuador y Perú, sus impactos pueden alcanzar a todos los países del mundo si no se actúa inmediatamente.

De no acometerse acciones de largo plazo y extremada urgencia, las consecuencias de El Niño al igual que La Niña, amenazarán de forma creciente al medio ambiente global y a nuestra economía nacional. Dada la llegada de El Niño o de La Niña, y las dificultades vividas para cerrar unas reglas del juego que permitan conseguir un acuerdo operativo en la Cumbre del Clima que regularmente se lleva a cabo, Colombia, además de cumplir lo acordado en cumbre, debe revisar y ajustar sus medidas y estrategias para enfrentar su vulnerabilidad a los impactos del calentamiento global, relacionadas, entre otros aspectos, con las acciones de adaptación al cambio climático, buscando generar una mayor capacidad de respuesta tanto en los medios rurales y urbanos para enfrentar las sequías prolongadas e intensas de dicha fase seca del ENSO, como también durante los futuros eventos invernales de La Niña.

Deforestación

Imagen: Izq. Biomas terrestres: Mapamundi.co. Der. Cobertura forestal de Colombia. IDEAM

A mediados de 2015, la población mundial alcanzó los 7.300 millones de personas. Aunque 1.600 millones de seres humanos en los países más pobres sobreviven por los alimentos, materiales, agua, medicinas, fibras o leña que les provee, también con la deforestación los árboles están desapareciendo de la superficie de la tierra: cerca del 46% de los bosques del mundo, se ha arrasado por el Homo sapiens. Según la Universidad de Yale, aunque tenemos un percápita global de 422 árboles, a través de la explotación forestal y de actividades como la agricultura, la ganadería o   la minería, cada año derribamos alrededor de 15 mil millones de árboles, y en el comercio de madera mundial, de conformidad con la WWF, la ilegalidad representa 7.000 millones de dólares al año.

Las especies arbóreas que se estiman en 60 mil a nivel global, 9.600 de ellas en peligro de extinción. Del total, la mayoría que son tropicales, equivalen 1/5 de todas las especies de plantas terrestres. Brasil es el país con la población arbórea más diversa, con 8.715 especies, por delante de Colombia (5.776), Indonesia (5.142), Malasia (4.993), Venezuela (4.656), China (4.635), Perú (4.439), Ecuador (3.591), México (3.364) y Madagascar (3.234). En cuanto al número de especies endémicas, la clasificación también está liderada por Brasil (4.333), seguido de Madagascar (2.991), Australia (2.584), China (2.149), Malasia (1.520), Papúa Nueva Guinea (1.395), Indonesia (1.372), Nueva Caledonia (1.365), México (1.341) y Colombia (1.282). Si en la década de 1990 Brasil fue el país en el que hubo mayor deforestación, con 22.264 km², y en Colombia, el hábitat natural de algunas se ha reducido el 80 por ciento, cinco de los 10 países que más deforestan en el planeta, son de África.

En Colombia, las principales causas de la deforestación son la expansión de la frontera agropecuaria, especialmente para ganadería extensiva, siembra de cultivos ilícitos, tala ilegal, minería e infraestructura, incendios forestales y presión por   el crecimiento poblacional.

Como referente: si en Colombia, de 9,7 millones de hectáreas de bosques de niebla, en lo recorrido de la vida republicana solo resta el 25%, y de los bosques secos que cubrieron 9 millones de hectáreas, solo queda el 8 %, también en 200 años los guaduales de Colombia pasaron de 12 millones de hectáreas a tan sólo 50 mil, quedando de ellas 20 mil hectáreas en el Eje Cafetero y 6 mil en Caldas.

El papel de los bosques

Imagen: Colombia: Índices de Aridez y de Retención y Regulación Hídrica, y provincias hidrogeológicas. ENA 2010. IDEAM

Ya los inviernos cada vez más húmedos y los veranos más secos, expresan el descontrol hídrico y pluviométrico, resultante de la tala de bosques, dado que, tras la pérdida de la cobertura forestal, se pierde la función reguladora del clima, ya que los bosques tienen una doble función: retienen humedad y descargan las nubes.

De la primera función, el resultado es la existencia de las aguas subterráneas gracias a que se favorece la infiltración, y por lo tanto el control hídrico, dado que el caudal de los ríos con cobertura vegetal gracias a los manantiales, resulta ser casi el mismo en invierno que en verano. Pero, lamentablemente, al desmantelar los bosques, favoreciendo las escorrentías, y darles muerte a las aguas subterráneas, se ha generado el descontrol hidrológico.

De la segunda función, tras la condensación de la humedad contenida en las masas de aire durante su tránsito desde los valles hacia la montaña, al descargarse las nubes también las lluvias resultan más moderadas y bien distribuidas. La condensación del agua contenida en la atmósfera, fenómeno que se establece en el ámbito del bosque, se anuncia con su ambiente húmedo de los musgos y el fresco del aire vecino al follaje.

Pero desafortunadamente, como consecuencia de la deforestación, se presenta además del descontrol hídrico y pluviométrico, una carga de sedimentos de 150 millones de toneladas año que llegan al Caribe, 66% aportados por el Magdalena y 34% por el Cauca, lo que se expresa en grandes impactos socioambientales y económicos para como la pérdida del 90% de la pesca y el blanqueamiento del 80% de los corales entre Cartagena y Santa Marta.  Si por el “efecto de pavimento” asociado a la potrerización de las montañas, las escorrentías van a las quebradas de inmediato, es porque sin la cobertura boscosa son breves los tiempos de concentración de las aguas lluvias y enormes los caudales de los torrentes. Así, la erosión de los cauces de montaña resulta inminente, mientras que, en los valles de salida de los ríos, la sequía y las inundaciones complementan la desgracia.

La problemática ambiental

Imágenes: Izq: Pronóstico global de incremento de la temperatura por cambio climático, en: apod.nasa.gov. Der: El mapa superior deshielo de Groenlandia de 1992 a 2002 en Biblioteca-tercer-milenio.com. El mapa inferior, el hábitat costero del Caribe, uno de los más afectados. Nicholls et al 1997.

El calentamiento global podría exterminar una fracción importante de las especies del planeta. La fusión del hielo en proceso, puede incrementar en decímetros el nivel del mar durante las siguientes décadas, causando erosión costera. Se prevé el incremento de los desastres asociados al clima:  huracanes, sequías e inundaciones, y pérdidas causadas en la economía mundial de hasta un 20% del crecimiento. Habrá que desarrollar estrategias para prevenir la erosión costera, como preservación y propagación de los manglares, también vitales en caso de tsunamis.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, la CEPAL y el Fondo Mundial para la Naturaleza, para el año 2050 los desastres naturales podrán ocasionar pérdidas por US$ 100.000 millones. Además, la región, aunque solo contribuye con el 11% de las emisiones globales, por ser altamente vulnerable a los desastres naturales, deberá incrementar de forma sustancial sus inversiones en adaptación al cambio climático y en la mitigación preventiva, durante las próximas décadas. El cambio climático reducirá el número de huracanes en el Atlántico, pero estos serán más intensos. Las aguas abisales (profundas) de la Antártida se enfriaron de manera sensible a pesar del calentamiento global y esto podría hacer que América del Norte y Europa empezar a enfriarse en la próxima década.

Los ecosistemas mediterráneos y del Caribe, van a ser los más perjudicados: se cuantifican impactos del calentamiento, que probablemente se empezarán a notar a partir de 2020.  Concentraciones elevadas de CO2 podrían reducir la calidad del forraje; además el calentamiento global puede cambiar los rendimientos de semillas. Si no actuamos ahora, nuestros hijos heredarán un mundo más caluroso, aire más contaminado y agua más sucia, inundaciones y sequías más intensas y más fuegos arrasadores. Es probable que, aunque se detengan hoy las causas del calentamiento, la recuperación del ecosistema tardará décadas y los daños serán irreversibles.

Escenarios de CC para Colombia

En Colombia según el IDEAM, para el 2040, 2070 y 2100, habrá incrementos de Temperatura promedio en las áreas continentales y en su orden, de 0,9°C; 1,6°C y 1,4°C. Dichas cuantías se duplicarán en las zonas costeras, Orinoquia y Amazonia, mientras que en las zonas montañosas sólo alcanzarán a la mitad. También, en los mares y para los tres períodos, la temperatura se incrementaría en promedio y en su orden 0,6°C; 1°C y 1,5°C.

Las lluvias, que se incrementarán en las zonas de montaña entre un 10 y 40%, también se reducirán entre un 10 y 40% en la costa norte, en el archipiélago de San Andrés y en la Amazonía y Orinoquía. El mayor incremento de precipitaciones que se podrá presentar, con un aumento promedio del 28% respecto a los valores actuales, se dará para el fin de siglo en los departamentos de Risaralda y de Caldas.

Imagen: Escenarios de Cambio Climático 2011-2100. IDEAM 2015.

Una situación similar, deberá esperarse en el Nor-Occidente del Quindío y en la vertiente Oriental del Tatamá. Similarmente, los mayores incrementos de temperatura, se darán en el Valle del Magdalena (Más de 2°C) y en el Corredor del río Cauca (cerca de 1,5°C), comprometiendo poblados vecinos.

Sin duda alguna la investigación científica de nuestros principales centros relacionados con esta temática – el caso El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM como entidad del gobierno de Colombia dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible responsable de la información científica, hidrológica, meteorológica-, además de universidades y de dependencias de instituciones con funciones afines, es la mejor forma de contribuir al desarrollo de un objetivo común de protección climática a largo plazo, como el que se propone.

¿Y la Ecorregión Cafetera qué?

Imagen: Usos potenciales y actuales del suelo al año 2000, en la Ecorregión Cafetera. SIR – Alma Mater (2002).

El territorio con una población de 3,7 millones de habitantes -76% urbanos y 24% rurales, y una extensión 27.249 km2 del trópico andino, es un jardín deforestado. Veamos: según SIR – Alma Mater (2002): mientras la superficie apta para potreros era del 4 % del territorio, las coberturas en dicho uso alcanzaron el 49 %, y mientras el potencial forestal era del 54 %, las áreas en bosque bajaron al 19 %. Añade además que, para el año 2000, en los usos agrícolas y agroforestales, de un potencial del 21% y 20% en su orden, la cobertura agrícola era del 30% y la agroforestería no se implementaba.

Cuenta la Ecorregión Cafetera en su valioso patrimonio natural con cuatro Parques Naturales Nacionales PNN: el de los Nevados, el Tatamá, la Selva de Florencia, y el Santuario de Fauna y Flora Otún-Quimbaya. El Páramo de Tatamá, junto con los páramos del Sol en Frontino y El Duende que hospeda el Cerro Calima, son los únicos tres páramos de Colombia que no han sufrido alteración humana. Súmense a lo anterior, varias reservas forestales protectoras, distritos de suelos.

El Sistema Regional de Áreas de Protegidas, SIRAP de la Ecorregión Cafetera en jurisdicción de 92 municipios de cinco departamentos – Eje Cafetero, N de del Valle del Cauca y NW de Tolima-, es un proceso de planeación participativa que incorpora conceptos de ordenamiento territorial para la gestión ambiental y un modelo de desarrollo sostenible, desde el año 2000 ha venido vinculando el tema de cambio climático en su plan de acción. No obstante, a pesar de la Ley 99 de 1993, cuyo Art.1. N4 dice: “Las zonas de páramos, subpáramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos, serán objeto de protección especial”, este valioso patrimonio está amenazado, no sólo por el cambio climático, sino también por los históricos pasivos ambientales y presiones actuales de naturaleza antropogénica.

El caso de Caldas

Imagen: Escenarios de Cambio Climático en Caldas al 2100. IDEAM

Para el fin de siglo la temperatura del Departamento de Caldas, según el IDEAM, podrá aumentar en 2,4°C en promedio, y los principales aumentos se podrán presentar en la región magdalenense donde podría incrementarse hasta en 2,5°C, sobre la temperatura actual de referencia.

Y en precipitaciones, aunque Caldas sólo presentará disminuciones de precipitación del 10% en el oriente para los periodos evaluados, estima el IDEAM que por las vertientes del Cauca se darán aumentos de entre un 20% en 2040 y hasta un 28% en 2100, y que para fin de siglo la precipitación podrá aumentar entre un 30% y 40% en el pie cordillerano, desde Villamaría y Manizales hasta Salamina.

Para el IDEAM, los principales efectos en el departamento, podrían presentarse en los sectores de infraestructura vial y cuencas deforestadas en zonas de alta pendiente, debido al aumento de los porcentajes de precipitación y precaria regulación hídrica. Además, las coberturas nivales hoy en retroceso, seguirán disminuyendo en volumen debido al incremento de la temperatura, al tiempo que el sector agrícola podría afectarse por plagas sostenidas en el tiempo y enfermedades fitosanitarias relacionadas con una mayor humedad relativa, lo que podría afectar severamente el rendimiento en cultivos de importancia para la alimentación y la industria.

Caldas, un paisaje verde deforestado

Imagen: Biomas de Caldas, Usos y Coberturas del suelo al año 2000. Corpocaldas.

Pero Caldas cuyo PIB le aporta el 1,6% a la Nación, con una superficie de 7888 km2, una altitud media de 3190 msnm, y una población cercana al millón de habitantes, frente a la amenaza ¿cómo está? Pese a su relieve y ubicación geográfica, y de un sistema hidrográfico nutrido por dos cordilleras - la Occidental y Central cuyas vertientes drenan por cuencas del Magdalena y del Cauca-, también es un territorio vulnerable: además de una conurbación de 550 mil habitantes, en la cuenca del Río Chinchiná-Guacaica, bañada por uno de los ríos más contaminados de Colombia, es un paisaje deforestado que anuncia conflictos severos en el uso del suelo, y una amenaza alta de desabastecimiento para el corredor del Cauca entre Irra y la Pintada.

En Caldas, al 2019 el área de cultivos con una extensión de 104 mil ha, distribuidas en café (78907 ha), plátano 25004 ha y otros cultivos (10497 ha), sumada a las 111 mil ha del área forestal y en guadua, arrojan un total de 215 mil ha equivalentes al 29% del departamento, cuantía inferior a las 294 mil ha de las tierras destinadas a actividades ganaderas y pecuarias, o sea a potreros, que representan el 40% de Caldas. Siendo así, urge en Caldas resolver la carencia de instrumentos mínimos, como una cartografía temática y de detalle con mayor resolución para las zonas urbanas que las rurales, e incluir en ella los mapas agrológicos, sin perder de vista las acciones que van en curso desde Corpocaldas y las oficinas de atención y prevención de desastres OMPAD de Manizales, y CREPAD de Caldas.

Y Manizales qué

Imagen: Escenarios de Cambio Climático para Manizales al 2100. Corpocaldas-UAM e IDEAM.

Los desastres vividos por siniestros invernales en Manizales, obligan a superar el pesimismo y desconcierto ciudadano para repensar la gestión integral del riesgo asociado al cambio climático: a modo de ejemplo, el colapso del gasoducto y del servicio de agua en 2011, se pueden interpretar mejor al recorrer la vía al Magdalena, para señalar que lo que muestra su corredor con los mega deslizamientos, es la destrucción antrópica del suelo, a diferencia de lo que muestra la montaña reforestada del otro lado del río, en la que los ocasionales deslizamientos son la expresión de un fenómeno natural llamado erosión, más limitado. De ahí que debamos entender conceptualmente que el corredor de una carretera va más allá de su pavimento, muros y transversales, al extender su dominio hasta las micro cuencas y laderas del corredor vial.

Al igual que lo sucedido con el Terremoto del Eje Cafetero (1999), donde las consecuencias superaron en varios órdenes las que se derivan de los acontecimientos de Manizales, suele ocurrir que siempre los desastres desnudan los conflictos y contradicciones que padece la sociedad afectada, al tiempo que sus consecuencias terminan flagelando con mayor severidad a los más pobres en razón a su vulnerabilidad económica y ambiental. Al respecto quisiera señalar que la Ingeniería como tal, no solo diseña del lado de la falla, sino que su propuesta científico-tecnológica en sí misma resulta insuficiente, requiriendo para su desempeño, además de la adaptación de los saberes y haberes de la cultura local, evaluar el riesgo no solo mirando la amenaza natural, sino también la vulnerabilidad total, desde una dimensión integral.

Tres acciones integrales

Imagen: Colombia - Ecosistemas amenazados (IAvH) y Vulnerabilidad al cambio climático (WFP)

En primer lugar, la investigación e instrumentación de la amenaza, porque podría sentarse como tesis que, de mantenerse la dinámica del último lustro, sus efectos desbordarían nuestro nivel de resiliencia, por la incapacidad de recuperar la base económica y ambiental de la ciudad: al comparar Las Niñas 2007/8 y 2010/11, ambas de nivel moderado y 10 meses de duración, mientras en la primera las cifras de damnificados no llegaba a 50 mil por cada invierno y los eventos eran puntuales, en la segunda superó 2 millones en cada una de sus dos temporadas de lluvias, y como eventos quedaron cerca de 30 municipios para reasentar, caso Gramalote, para no hablar de Bogotá sumida en el agua de los humedales que le robó a la sabana.

En segundo lugar, la adaptación al cambio climático, lo que supone cambiar rumbos y corregir disfunciones en el modelo socioambiental, mediante una construcción social del territorio para establecer unas relaciones de simbiosis y parasitismo entre los habitantes y el medio natural,  ecológicamente sólidas y compatibles con la cultura: esto, para enfrentar estructuralmente la deforestación, la exposición a la amenaza y los conflictos entre uso y aptitud del suelo, cada que surge como oportunidad un nuevo ciclo de ordenamiento territorial como el de 2012-2023.

Y en tercer lugar, las políticas públicas para una planificación que incorpore la gestión del riesgo de forma integral, asunto para el cual el Estado Colombiano ha dado pasos fundamentales, al cambiar el perfil de la anterior oficina de Prevención y Atención de Desastres que surgió tras los sucesos de Armero, por la Dirección General del Riesgo con mayor capacidad y jerarquía, al tiempo que empieza a fortalecer el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres SNPAD de Colombia, el sistema de información ambiental, la gestión del recurso hídrico y el inventario de asentamientos y aseguramiento de bienes en riesgo: Manizales y Caldas, deben ahora fortalecer sus instrumentos a nivel departamental y municipal, para emprender la rehabilitación, reconstrucción y prevención, sector por sector.

Y para finalizar, sí de la prevención al desastre la diferencia es de un orden y del desastre a su recuperación de otro más, vale el dicho: “más vale prevenir que curar”.  Sólo que las acciones han de ser de extremada urgencia y largo plazo, y por lo tanto estructurales, para desarrollar una cultura de adaptación al cambio climático, dada la complejidad de la crisis socioambiental de Colombia.

Epílogo I

Imagen: Colombia. Inundaciones en Atlántico y Sequías en El Llano. Tusemanario.com y Colombia.com

Urge un nuevo modelo de ocupación del territorio que además de corregir un uso conflictivo del suelo y expansionista en la ocupación del territorio, tal cual lo padecemos al ver cómo presionamos la estructura ecológica del departamento y la capital caldense, para favorecer la especulación con la plusvalía urbana o extraer el oro contaminado nuestras fuentes hídricas, también logre prevenir: 1- el deterioro ambiental, 2- el incremento de la vulnerabilidad al cambio climático, y 3- la fragmentación de los frágiles ecosistemas de nuestros biomas del trópico andino.

Las acciones necesarias son la gestión ambiental territorial, la participación comunitaria, la incorporación de información útil y suficiente para el análisis de los problemas ambientales, y su relación con las administraciones municipales, con la planificación urbana y con el mercado, sobre todo el inmobiliario y el minero que presionan nuestras reservas forestales en Río Blanco y en Toldafría.

Recuperar rondas hídricas y cuencas degradadas además de proteger la estructura ecológica, y de garantizar el agua para las fuentes energéticas, sistemas agrícolas y abastecimiento humano, beneficia las especies endémicas vulnerables y en riesgo de extinción, al resolver la fragmentación de su hábitat.

Epílogo II

En Colombia, al igual que las demás ciudades, Manizales, fundada el 12 de octubre de 1849 sobre un ramal cordillerano y a 2150 m s.n.m. en la cuenca media del Chinchiná, lugar que hasta el siglo XVI fuera habitado por indígenas Quimbayas, ha sido una ciudad donde las debacles asociadas a procesos naturales y a otros de origen antrópico, exigen una adaptación ambiental mediada por la cultura. Lo anterior, ya que son muchos y variados los pasivos ambientales de Manizales, relacionados con el uso conflictivo del suelo rural en un paisaje gravemente deforestado, sino también en el medio urbano por un modelo de ocupación expansionista que presiona la estructura ecológica del territorio.

Imagen: Fragmentación urbana y Cambio Climático. UN-Periódico.

La planificación para un desarrollo sustentable, en la que los usos del suelo garanticen la funciones social y ecológica de la propiedad, además de la prevalencia del interés general, debe empezar por una adaptación a las dinámicas del clima, cuyo fin sea proteger los derechos bioculturales de este territorio caldense como constructo cultural, y por lo tanto los frágiles ecosistemas con su biodiversidad y los servicios ambientales para las comunidades de base que lo habitan, en especial el suministro confiable de agua de calidad y la regulación hídrica y climática, previendo sus impactos.

Finalmente, para el plan de adaptación al cambio climático y las acciones estructurales propuestas en las múltiples dimensiones del desarrollo, se requerirá implementar estrategias de gobernanza que faciliten la apropiación social de los procesos de ordenamiento y planificación, entendiendo el territorio como una construcción social e histórica, dado que en él es donde surge la cultura como el resultado de las complejas relaciones dialécticas entre la naturaleza y la sociedad. No olvidemos que la Constitución Política de 1991, que establece el desarrollo sostenible como meta social, le asigna una función ecológica a la propiedad, señala inequívocos deberes al Estado la materia, y precisa los derechos y obligaciones ambientales de los ciudadanos.

* Gonzalo Duque-Escobar - Profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, Miembro Correspondiente de la Academia Caldense de Historia, Socio Honorario de la SCIA y Socio de la SMP de Manizales. Manizales. Junio 3 de 2020.  Ref. Este es el Capítulo 1 de un texto sobre Cambio Climático con autoría compartida de Ricardo Álvarez León y Henry González González, para ser publicado en 2022.

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