domingo, 31 de octubre de 2010

CIENCIA ENTRE LOS MANGLARES DE SAN ANDRÉS. ED RAC 586

Apreciados amigos de la astronomía

Entre las sedes de la Universidad Nacional de Colombia aparecen además de las creadas en Bogotá, Medellín, Palmira y Manizales para atender varias de las regiones pobladas del interior de la patria, otras denominadas sedes de frontera ubicadas en Arauca, Tumaco, Leticia y San Andrés, donde la Institución complementa su misión, la misma que explica el porqué esta semana entre el 24 y 30 de octubre, hemos estado con el Planetario Móvil del OAM desarrollando un programa de astronomía a 700 kilómetros de las costas continentales en el Jardín Botánico de San Andrés, dependencia perteneciente a la Sede Caribe, gracias a una invitación de su Director el Biólogo Petter David Lowy Ceron.

Luego de conocer la interesante propuesta museográfica materializada por el Profesor Petter creador de ese maravilloso coleccionario de plantas cuya arquitectura concebida por el Arquitecto Santiago Moreno resuelve los desafíos ambientales dentro de los lineamientos estéticos de la oferta cultural de una región insular intertropical, fuimos desarrollando día a día nuestro programa con la participación de 1502 usuarios en cuarto frentes, así: el del movimiento aparente de los astros con elementos de los calendarios y las historias que se tejen entre las constelaciones; el de la fragilidad del medio ambiente local con sus problemáticas y potencialidades; el de la astronomía general a partir de un curso breve a modo de iniciación, y el de un taller para levantamientos topográficos y costeros con alumnos de la sede.

Y nos hemos ocupado de la cuestión ambiental en este paradisíaco lugar del suroccidente del Caribe donde el medio ecosistémico nutrido de arrecifes coralinos y el potencial humano de su población en un cincuenta por ciento raizal, ofrecen innumerables oportunidades para los isleños, las que exigen poner límites a ciertas acciones antrópicas articulando al conocimiento científico los saberes caribeños, ya que en dicha dimensión se ha justificado plenamente la misión de esta sede de frontera creada por la primera universidad del Estado a modo de instrumento estratégico, para dar respuesta a los asuntos sociales y ambientales de este archipiélago colombiano vital para la soberanía sobre más de 350.000 km2 de mar continental de la Patria, en un marco científico, tecnológico y artístico, compatible con la cultura y el medio natural insulares.

Con las diferentes actividades desplegadas desde un planetario ubicado entre manglares y palmeras, y en otros lugares de la localidad de la emblemática isla del Terciario que emerge como una formación calcárea entre la brisa y el mar con la figura de un “caballito de mar”, y por los comentarios de los anfitriones y usuarios en su inglés criollo para ellos y en español para nosotros, luego de comentar la jornada o al compartir momentos de descanso al son de sus aires musicales de origen europeo que amenizaban el espacio o que se escuchaban sobre la ruta en que se daba la tertulia, se hizo evidente el notable interés de los talentosos jóvenes universitarios y demás sanadresanos, por la astronomía y por otros temas de la ciencia y la cultura.

Desde el OAM, Gonzalo Duque-Escobar
http://www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales __________________________________________________________

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lunes, 11 de octubre de 2010

La paz tras las rejas

El Espectador/ Editorial |Colombia, 10 Oct 2010 -

EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ QUE acaba de ganar el encarcelado disidente chino Liu Xiaobo es un muy justo reconocimiento a un luchador que se ha jugado con todo su "larga y pacífica lucha por los derechos humanos y fundamentales en China", como lo reconoció el Comité Noruego al anunciar el resultado.

La airada reacción del gobierno chino al considerar una “obscenidad” su concesión demuestra hasta dónde el tema tocó fibras más que sensibles dentro del gigante asiático.

A pesar de que en la historia de los premios Nobel de la Paz se ha presentado uno que otro “descache”, como en los casos de Teddy Roosevelt y Henry Kissinger, para citar dos ejemplos, y otros algo “biches”, como el del año pasado a Barack Obama, la mayoría de los galardonados han dedicado su vida a luchar contra las condiciones de opresión, violencia, discriminación o guerra que padecían. Muchos afrontaron la represión o el encarcelamiento por asumir la vocería de quienes no tenían voz. De allí que “sus” gobiernos, sin importar el ropaje ideológico, optaron entonces, como hoy lo hace Pekín, por rechazar la designación. Baste recordar los casos de la líder del movimiento en favor de la democracia en Myanmar, Aung San Suu Kyi, quien todavía se encuentra en prisión domiciliaria por parte de la junta militar que gobierna el país con mano de hierro; del disidente soviético Andrei Sajarov o Lech Walesa; ninguno de ellos, como sucederá con Liu Xiaobo, pudieron acudir a recibir personalmente el merecido reconocimiento.

Xiaobo participó activamente en las grandes protestas de Tiananmen (4 de junio de 1989), movimiento que fue reprimido de manera inmisericorde por las autoridades chinas y acerca del cual se desconoce aún el número de muertos, que el gobierno cifró entonces en algunos cientos. Desde ese momento selló su destino al ser condenado a 20 meses de prisión y quedó en la mira de un Estado que logró impresionantes cambios en materia económica, convirtiéndose en una de las locomotoras del mundo, pero que ha mantenido la postura radical de conservar un régimen autoritario en materia de libertades y derechos humanos. De ahí que cualquier movimiento en favor de un cambio en este campo haya sido reprimido con toda la fuerza posible por las autoridades comunistas. Y, como reza el adagio popular, si por la plata baila el perro, muy pocos gobiernos en Occidente se atreven a ponerle el cascabel al gato y cuestionar el oscurantismo político de Pekín so pena de perder la relación favorable, en lo económico y comercial, con la gran potencia del siglo XXI.

Liu, de 54 años, es un antiguo profesor universitario y escritor que promovió la elaboración de un gran manifiesto por la libertad y la democracia, conocido como la Carta 08, que fue firmado por un significativo número de intelectuales en su país, aun a costa de su seguridad personal. La misiva pide cosas tan “absurdas” como una democracia legislativa, la separación de poderes, un sistema judicial independiente, así como libertad de asociación, religión y prensa, pues “la democratización de China no puede ser aplazada más tiempo”. Por este motivo se le condenó en diciembre pasado a 11 años de prisión, por “incitar a la subversión del poder del Estado” y le han conferido a Xiaobo la categoría de “radical y separatista”, siendo ésta la pena más larga impuesta en China por este motivo.

Algunas importantes felicitaciones no se han hecho esperar, entre ellas la de Vaclav Havel y el Dalái Lama, así como una muy sorpresiva y significativa: la de Barack Obama, quien instó a Pekín a liberar al galardonado, al que considera un “portavoz elocuente y valeroso en favor de los valores universales”. Sería de esperar que pasada la efervescencia y el calor del momento actual las autoridades procedan a liberar a Liu Xiaobo y abran realmente un debate sobre este importante cambio estructural, pues la grandeza y fortaleza de China no sólo será medida a futuro por sus logros económicos.

Elespectador.com