viernes, 27 de marzo de 2009

PRIORIDADES PARA MÁS DOCTORES INVESTIGADORES EN COLOMBIA




Por Gonzalo Duque-Escobar*

Finalizando esta primera década del Siglo XXI, en que se van cerrando períodos laborales de docentes investigadores que iniciaron actividades académicas durante la expansión universitaria de los años 70, y multiplicando el ingreso de doctores graduados en cualquier lugar y asunto, para su relevo generacional, es previsible el efecto negativo en la pequeña cuantía de doctores que tiene Colombia que en el año 2007 llegaba a 4500 - y no necesariamente todos ellos investigadores activos y aplicados en Colombia-, cantidad que apenas alcanzaba a la mitad de la meta que en 1994 señalaba la emblemática Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, en “Colombia: al filo de la oportunidad”.

Ahora a pesar de la crisis y decrecimiento en materia económica, cuando es evidente la dificultad para mantener el necesario esfuerzo que hacen las diferentes instituciones de educación superior por incrementar el número de docentes con doctorado en Colombia, pero “sin ton ni son”, después de haber logrado duplicar su número de doctores graduados por millón de habitantes de la década precedente, también habrá que señalar para hoy la necesidad de destinar recursos adicionales públicos y privados, y al tiempo la de canalizar mejor su aplicación respondiendo a criterios de calidad y pertinencia seleccionando y evaluando los escenarios de estudio, para dar respuesta adecuada a prioridades estratégicas y de largo plazo para el país, buscando al mejorar de forma efectiva el correspondiente indicador, atender primero las áreas más deficitarias por escasez de doctores investigadores, como lo son primero en matemáticas, filosofía, y ciencias físicas y naturales, luego en ingenierías y ciencias de la vida, y en tercer lugar en ciencias del comportamiento y ciencias sociales.

Y así estemos graduando menos doctores por cada millón de habitantes que en Argentina y Chile, y muchos menos que en Brasil y México, el otro asunto se relaciona con las prioridades en cuanto al nivel de educación de los investigadores, y para el cual habrá que reconocer que la desafortunada propuesta de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras ANIF de menos doctores y más graduados en maestría, siendo francamente de corte utilitarista y cortoplacista, también permite señalar que lo que pasa en Colombia, es que faltan muchísimos más graduados en programas de maestría que los ya existentes para dar respuesta a las numerosas urgencias del sector empresarial, quien deberá comprender también que faltan muchos doctores para obtener una masa crítica adecuada, que de respuesta a las demandas que surgen de las problemáticas y potencialidades estructurales de las fuerzas productivas, entre otros aspectos y sectores de la Nación.

(*) Desde el OAM, Ed. Circular RAC 509
www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales

Imagen: hdulceyh.googlepages.com/

viernes, 20 de marzo de 2009

AGUA PARA TODOS




Por Gonzalo Duque Escobar*

Con el equinoccio llega la primera temporada de lluvias para la zona andina de Colombia, donde el clima es bimodal, a diferencia de la Costa Atlántica y de los Llanos Orientales donde el clima es monzónico. Esto que es importante para los agricultores quienes esperan la florescencia pasado el periodo de estrés hídrico ocasionado por el verano andino que se inicia con cada solsticio, también resulta serlo para los comités de emergencia y los responsables de la movilidad, que tanto trabajo tienen en las frecuentes emergencias de las temporadas invernales.

Pero también, mientras en el Congreso de Colombia se empieza a considerar el referéndum impulsado por organizaciones comunitarias de base, instituciones de investigación, centros universitarios y organismos gubernamentales, que propone declarar el agua como derecho fundamental, el 22 de marzo día del solsticio se celebra el día mundial del agua por considerarla un elemento esencial para la vida y la naturaleza del planeta, y un bien que parece estar destinado a convertirse en el «oro azul» del siglo XXI y por el cual los seres humanos que padecen problemas estructurales para su acceso arriesgan sus vidas y entran en conflictos.

Cuando en el planeta 1.300 millones de personas no tienen un acceso adecuado al agua potable y 2.500 millones más padecen de la amenaza asociada al saneamiento básico, vale la pena reflexionar un poco sobre las relaciones entre un recurso hídrico que por ser cada vez más escaso merece ser un bien público cuya propiedad debe ser del Estado, con la biodiversidad, los desastre naturales y la seguridad alimentaria, además de su relación con el calentamiento global dado que como consecuencia del cambio climático se espera la migración de más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. Esto, para comprender la urgencia de garantizar el agua como un derecho fundamental y prevenir el riesgo de dejarla a merced de las fuerzas del mercado donde la racionalidad del servicio se encamina a fines lucrativos.


(*) Desde el OAM, Ed. Circular RAC 508
www.manizales.unal.edu.co/oam_manizales


Figura: http://iesgoyageografiaehistoria.blogspot.com