sábado, 31 de julio de 2010

EL ESCENARIO PROACTIVO DE AEROCAFÉ

Por Gonzalo Duque-Escobar *

Permítanme estas consideraciones sobre el Aeropuerto del Café que se construye en Palestina, a 1350 m sobre el nivel del mar y equidistante entre Pereira y Manizales, donde los argumentos que daré sobre los beneficios del proyecto permitirán concluir que la obra debió financiarse con capital privado y estarán condicionados a que su pista logre extenderse hasta 3600 m de longitud. Si bien la inversión en infraestructura no es inflacionaria, debe establecerse que si el transporte aéreo competitivo termina siendo motor de desarrollo económico, contrariamente el transporte rural suele tener un efecto más profundo como catalizador de la pobreza.

Lo anterior para aclarar que las significativas bondades que mostraré de Aerocafé, no justifican que se haya optado por priorizar el gasto público en infraestructura productiva frente al que demandan las necesidades de desarrollo humano en la región; y segundo, para subrayar que, dado el impacto positivo sobre el empleo generado por puertos y aeropuertos, sin estos las ciudades mediterráneas como las del Eje Cafetero difícilmente pueden desarrollar su industria de valor agregado.

Posiblemente, el desafío que demanda la construcción de la obra en Palestina por la complejidad de los terraplenes donde se amerita la investigación geotécnica, y el mayor valor del proyecto que se obtuvo al actualizar sus costos después de varios años, son variables que seguirán gravitando hasta su desarrollo final dadas las dificultades que enfrenta el proyecto por no haberse consolidado entre los ciudadanos del Eje Cafetero una visión acorde a sus potencialidades. Aquí pesa la barrera que surge de la precaria identidad regional como factor que ha impedido su concertación entre los actores políticos y empresariales, y afectan las decisiones los modelos de planificación racional que desconocen las dinámicas urbanas que van consolidado la ciudad región, por lo que las acciones en materia de inversiones para el desarrollo exponen a estas capitales cafeteras que deberían complementar sus economías, a competir entre sí para ir palideciendo como consecuencia de fenómenos de vaciado interno, e incluso como efecto de hechos metropolitanos sobre el Eje Cafetero en su conjunto generados desde Cali y Medellín como nuevos escenarios que interactúan.

Como prueba de que la región cafetera no tiene competitividad aérea con los actuales aeropuertos, y de que una pista larga en Palestina es la clave, basta comparar los impactos del aeropuerto de Rionegro con los de Matecaña o Santa Ana: a pesar de las precarias condiciones asociadas a la nubosidad de esa región antioqueña, a su mayor altitud, y a una oferta ambiental más monótona que la nuestra, con el José María Córdoba en 2008 el metro cuadrado de tierra en Rionegro alcanza valores pico de $7 millones, se observan cultivos de flores inundando el valle de San Nicolás, en pocos lustros el entorno adquiere un notable desarrollo y el poblado del “Héroe de Ayacucho” crece hasta superar los 100 mil habitantes.

Y mientras en Colombia, donde la mayoría de aeródromos operan con la ciudad encima y sólo cumplen los aeropuertos de Cali y Barranquilla, entraría Aerocafé con ventajas cuando opere con pista larga, ofreciendo tarifas de pasajero y carga más competitivas, que las de Antioquia y Bogotá: un Jumbo que podrá despegar de Palestina con 112 mil libras, solamente levanta 75 mil libras en el aeropuerto de Rionegro. También, desde Aerocafé, por su ubicación de privilegio en el centro de Colombia, se podría establecer un centro de convergencias aéreas alterno a El Dorado, dada su limitación por los 2550 m de altitud, puesto que un Jumbo que sale de Bogotá “full carga” apenas levanta hasta 83 mil libras y además debe hacer escala para tomar combustible en Guayaquil o en Caracas.

Así las cosas, la propuesta es otra: reformulemos los instrumentos de desarrollo de los municipios vecinos para adecuarlos a los impactos de Aerocafé para incluir la reconversión de los procesos productivos, mediante la articulación del sector académico y empresarial para aprovechar las nuevas condiciones de desarrollo en agroindustria, flores, confecciones y artefactos de alto valor agregado, turismo y otros servicios. Por ejemplo, dadas las dinámicas asociadas a un seguro crecimiento urbano de Chinchiná, se deberá transformar su actual estructura de conglomerado urbano en ciudad intermedia, para convertirla en un escenario de oportunidades, pues en 25 años su población podría crecer en 50 mil habitantes, lo mismo que crecería Manizales.

[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-07-30] * www.galeon.com/gonzaloduquee

lunes, 26 de julio de 2010

La situación de los mineros de Echandía, en Marmato Caldas

La situación de los mineros de Echandía, en Marmato Caldas

Por Oscar Gutiérrez Reyes *

El jueves 23 de julio a partir de las 6 de la tarde, los mineros de la vereda de Echandía en Marmato Caldas sobre la vía veredal a la altura de la escuela y el cementerio, atravesaron un cerco de maderos y alambre de púas y extendieron plásticos negros -a manera de carpas- para protegerse del clima, montaron una olla comunitaria y se declararon en Paro contra la compañía multinacional canadiense Medoro Resources porque esta, escudada en su poder y su dinero, pretende, con el “ojo cerrado” del gobierno nacional, burlar y vulnerar los intereses de esta población del alto occidente caldense.

El origen del conflicto tiene que ver con la intención solapada -de la Medoro- de desarrollar una explotación de minería de socavón en un área que, según la legislación vigente es para la explotación de la pequeña y mediana minería y de ninguna manera para las grandes compañías y menos para esta que es de extranjera. Lo que sucede es que la autoridad minera se burla de la legislación y permite los abusos de la empresa canadiense.

Medoro Resources alega que compró los títulos mineros que –dice- le permiten explotar seis minas en el sector de Echandía. Si se respetara la legislación, esa compra sería ilegal. Los mineros, por su parte, alegan que la compañía quiere adelantar una explotación bastante moderna, mecanizada que con el correr de los días, los dejaría sin material para procesar y con el riesgo de que sus minas se desfonden por la manera como la multinacional adelanta los trabajos. Los canadienses aspiran a sacar 150 toneladas diarias de roca para beneficiar en la parte baja del cerro del Burro.

Y el riesgo es muy alto porque la empresa trabaja en todas las direcciones y se salta los niveles en los que puede trabajar como se denunció ante el Ministerio de Minas en foro realizado en Marmato. En esa reunión, la funcionaria del Ministerio de Minas sostuvo que dada la existencia de esa área como regida por el derecho privado, el Ministerio no tendría autoridad para intervenir en el conflicto de Echandía, lo que da carta blanca a la compañía para intentar imponer sus condiciones a los mineros.

Si se permite que la compañía se meta a predios ajenos, y son ajenos, -así la compañía alegue la existencia de un título- porque los mineros en una tenencia quieta, pacífica y continua, los explotan desde hace casi veinte años. Son treinta y siete minas, con doscientos veinte trabajadores directos, las familias de estos y las de quienes prestan servicios, -arrieros, comerciantes, transportadores y otros- que se verían altamente perjudicados, ya que al quedarse con las minas -la compañía- las cierra, se pierden los empleos y con ellos el sustento de trabajadores y familias.

También se verían altamente perjudicados los propietarios, que perderían los ahorros y las inversiones realizadas durante muchos años, para montar molinos y demás maquinaria y para acometer las obras civiles que les permiten, en diferentes montajes, beneficiar el oro que, con métodos artesanales, sacan del socavón estos forjadores de riqueza para la nación.

Antes de cumplirse 24 horas de declarado el Paro, los directivos de la compañía se hicieron presentes en Echandía, pero no para resolver el problema sino para intentar confundir y engañar a los mineros. Sin embargo, ellos no se dejaron y acordaron presentar a la Medoro un memorando donde le plantean los términos para el entendimiento y la concertación con la compañía y que se resume en los siguientes puntos:

• Que se les reconozca su calidad de poseedores legales y legítimos de esos predios y que quede claro que ejercen su actividad en un área que se rige por el derecho privado de acuerdo con el registro minero nacional.

• Que, siempre y cuando se llegue a un acuerdo escrito entre las partes, los mineros de Echandía estarían dispuestos a dejar trabajar la compañía, en la explotación minera, pero sobre la base de que garanticen que no harán daños y repararán los mismos en caso de hacerlos.

• Que como legales y legítimos tenedores, están dispuestos a adelantar una negociación económica sobre los derechos que les asisten como mineros, dentro de los parámetros previstos en la Constitución y la Ley.

• Que defenderán sus derechos e intereses bajo un marco estrictamente legal y que con su actitud no están atentando contra normatividad alguna.

• Que no pueden confundirse los intereses de la Medoro con los intereses de la comunidad y que los derechos civiles y económicos de todos los habitantes del sector conocido como Echandía parte alta, deberán ser discutidos y concertados a su debido tiempo.

De esta manera, como lo expresaron en la visita que hiciéramos a la zona, los mineros dejan claro que no están dispuestos a abandonar sus minas y que además tienen, ellos y otros sectores de la comunidad, intereses que proteger y defender como las tierras, los sembrados, las casas, los establos, la escuela, el cementerio y todo lo que significan muchísimos años viviendo en esa colina del oro de Caldas.

Es conocido que en toda el área de Marmato y municipios vecinos, la firma canadiense aspira a desarrollar una explotación a cielo abierto y es conocido también que pretenden hacerlo desplazando a los habitantes del Cerro del Burro -donde está situado Marmato- y por los procedimientos que ahora desarrollan, quieren también, sacarlos del Cerro de Echandía en una política en la cual, el gobierno le garantiza a la compañía, la seguridad inversionista, y a los mineros -que llevan allí generaciones enteras- les ofrecen ayudarlos a sacar de sus hogares, propiedades y terruños.

Es deber de demócratas y patriotas de Caldas y Colombia respaldar la lucha civil que adelantan estos mineros y exigir del gobierno y de la multinacional canadiense, respeto y cordura, coherencia y responsabilidad a la hora de resolver el conflicto con la comunidad de Echandía.

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*Coordinador del Polo Democrático Alternativo en Caldas

Relacionado:
Duque Escobar, Gonzalo (2003) Manual de geología para ingenieros, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/1572/

viernes, 23 de julio de 2010

SIGNIFICADO DEL BICENTENARIO (II)

1810: Una lucha de liberación nacional

Por José Fernando Ocampo T.

El grito de independencia de América constituyó todo un proceso ideológico y político que no surgió de la nada. Ese 20 de julio se forjó durante más de treinta años y, de pronto, desde mucho antes, con numerosas rebeliones indígenas contra la dominación española, la más famosa de las cuales fue la de Tupac Amaru en Perú, y por movimientos comuneros como el de 1781 en Colombia. Nunca fue fácil rebelarse contra la monarquía. Nunca fue fácil separarse de las creencias eclesiásticas. Esa conjunción entre autoridad religiosa y monárquica derivaba de los Papas y se distribuía a los soberanos católicos. A la autoridad civil le correspondía el nombramiento de los obispos en nombre de Dios y del Pontífice. Por eso le adjudicaban un origen divino. No es extraño que los primeros levantamientos de 1810 y 1811 no apuntaran contra la autoridad real, sino contra la mala administración de virreyes y funcionarios de las colonias. El rey todavía era intocable. El Memorial de agravios de Camilo Torres y demás rebeldes lo respetaba y lo acataba. En Caracas, el levantamiento de abril de ese año lo que reclamaba era la restauración de la monarquía feudal de Carlos III después de haber sido destronado por el ejército napoleónico.

Que Antonio Nariño publicara el texto de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en julio de 1795, cinco años después de que fueran proclamados en la Revolución Francesa y quince años exactos antes del levantamiento de 1810, constituyó un hecho subversivo para los gobernantes coloniales. A Nariño lo sometieron a juicio, destruyeron los ejemplares de la publicación, lo enviaron preso a España y montaron una muralla ideológica contra el peligro de todas las revoluciones del momento. La Real Audiencia que lo juzgó consideró su defensa más agresiva que la misma declaración sobre los derechos humanos. Fue a dar a las mazmorras de Cádiz por sus ideas. La historia de Nariño resulta impresionante. Se fugó de Cádiz, regresó a Santafé en 1797, allí fue encarcelado en el cuartel de caballería hasta 1803, por precaución las autoridades lo enviaron a una de esas mazmorras espantosas de Cartagena en 1809 hasta diciembre de 1810. En seguida tomó la dirección del movimiento revolucionario, organizó un ejército, se puso al frente de la campaña liberadora de 1813 y 1814, fue derrotado y echo prisionero en Pasto y enviado a España. No regresó sino hasta 1820, después de seis años de prisión, para estar presente en el Congreso de Cúcuta de 1821 y ser nombrado vicepresidente. Moriría un 13 de diciembre, dos años más tarde, en Villa de Leyva. Nariño nunca cedió sus principios revolucionarios, nunca se amilanó antes las adversidades, nunca abandonó su decisión de liberar a Colombia del yugo colonial. Se constituyó como “precursor” en un baluarte ideológico de la revolución y como “actor” del proceso independentista en un luchador invulnerable.

A Nariño lo acompañaba una generación que había recibido la iluminación de la Expedición Botánica del sabio Mutis. También fueron estremecidos por la Revolución Norteamericana y la Revolución Francesa. El mismo año de 1795 en que Nariño publicaba los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aparecieron pasquines sediciosos en Santafé de Bogotá y se formó toda una conspiración criolla inspirada por discípulos de la Expedición, entre los cuales se encontraban Francisco Antonio Zea y Sinforoso Mutis que seguirían siendo fieles a sus ideales de liberación y actuarían en el levantamiento de 1810. Mutis fue más que un sabio en botánica ordenador de la flora de América que ya de por sí lo lanzaba a la historia nacional. Defendió las teorías científicas de Galileo, Copérnico y Newton—rechazadas como herejía por la Iglesia—sobre el lugar de la tierra en el universo, sobre el papel de la ciencia en la sociedad, sobre el origen del universo, sobre la relación no contradictoria entre religión y ciencia. Su rebelión contra la Inquisición fue quizás el más extraordinario ejemplo proporcionado a la juventud neogranadina de que podía levantarse contra la dominación y la opresión. Con el pensamiento de Mutis se quebró el dogma, se resquebrajó el silogismo, se agrietó el dominio religioso, se desmitificó la monarquía, se abrieron las mentes a las nuevas ideas. Todo fue posible. Eso fue lo que lo convirtió con su Expedición Botánica en precursor de la Independencia.

A Mutis y a Nariño los persiguió el gobierno virreinal por sus ideas, porque fueron un baluarte de una nueva concepción de la sociedad y de la política, cada uno a su manera y en su momento. Se trató de un impresionante movimiento ideológico que se expandió con una rapidez inconcebible para una época sin medios de comunicación. Defendieron una nueva concepción del mundo y una nueva forma de gobierno. Mutis sobre el mundo, y abrió las mentes a nuevas concepciones. Nariño sobre el gobierno, y abrió la aspiración de independencia. No al control de un pueblo sobre otro, ni político ni económico. Ni directo ni indirecto. Ni por protección ni por defensa. No al control ni al dominio. Ese fue el verdadero sentido del movimiento del que Mutis y Nariño fueron precursores. Una lección. Ni la globalización ni el intercambio ni las comunicaciones pueden desvirtuar la independencia y la soberanía de las naciones para que la dominación y la protección disfrazada de unos países sobre otros mantengan la pobreza y el hambre sobre el mundo.

JOSÉ FERNANDO OCAMPO T.
3 de mayo de 2010

lunes, 19 de julio de 2010

AMENAZA CLIMÁTICA EN EL TROPICO ANDINO



Gonzalo Duque-Escobar *

A pesar de los acuerdos  internacionales legalmente obligatorios que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las evidencias que deja el dramático deshielo de las cumbres nevadas de Colombia y las lluvias anticipadas de julio tras un verano prolongado para la región andina del país, permiten afirmar que definitivamente han resultado insuficientes las acciones para prevenir los efectos del calentamiento del planeta, fenómeno explicado con un 90% de certeza por la actividad humana, y en especial por el uso intensivo de los combustibles fósiles.

Pero lo grave de esta modificación del clima global que surge de un modelo de desarrollo éticamente perverso, donde se proponen investigaciones en ahorro energético y  desarrollo de nuevas fuentes de energía, solo para no detener una máquina industrial que desperdicia recursos naturales para mantener un consumo desmedido, son las graves consecuencias resultantes sobre el medio ambiente. De ahí que, frente a la impotencia que se advierte para enfrentar las causas del problema, habrá que considerar fórmulas de adaptación más locales, a fin de mitigar las consecuencias de un fenómeno que se traduce en desastres naturales y mayor pobreza para pueblos enteros, como contrapartida a los apetitos del mercado. Si bien el papel del Estado y la austeridad como valor están de por medio, la preservación y extensión de los bosques, las prácticas agroforestales y silvopastoriles, y la  mitigación de la vulnerabilidad del hábitat frente a amenazas como flujos de lodo, deslizamientos e inundaciones, hacen parte de esa adaptación. 
 Al subir la temperatura del planeta este siglo, entre 1,8º y 4º C de acuerdo a las características que presenten diferentes zonas, como consecuencia de la fusión de los glaciares también se incrementará el nivel medio de los océanos entre 18 y 59 centímetros dependiendo la cuantía de la gravimetría de cada lugar. Las cuantías esperadas para Colombia son del orden de +3º C en la Región Andina y de +4º C en nuestras regiones costeras y de la Orinoquia y la Amazonía; además de un incremento alto del nivel del mar en el Caribe. Estos valores estimados para un escenario moderado, que serán definitivos para la pérdida de los ecosistemas glaciares de la patria, y graves para nuestras ciudades costeras y ecosistemas del litoral Caribe, afectarán el territorio mediterráneo. En la región andina las condiciones para las zonas de vida cambiarán en unos 500 m hacia niveles de mayor altitud, generando conflictos entre el tamaño de los predios y la nueva aptitud del suelo: por ejemplo la actividad cafetera de estructura minifundista invadirá el escenario de las tierras templadas, y estas el de los bosques de niebla que emigrarán a las praderas de los actuales páramos.

Pero esto no es todo, también se modificará la temperatura de las aguas de los océanos, fenómeno que a su vez provocará una mayor inestabilidad en la dinámica de la atmósfera y por lo tanto el desequilibrio generalizado en la máquina atmosférica, cuyas turbulencias se expresarán con olas de calor causantes de extensas sequías y frecuentes huracanes y vendavales cuando arrecie El Niño, o con lluvias violentas de mayor intensidad y promedios históricos más altos, desencadenando riadas, inundaciones y deslizamientos en las temporadas de La Niña.

No siendo despreciable el impacto de los fenómenos climáticos exacerbados para el medio urbano colombiano, para dimensionar su perjuicio en el medio rural,  esta puede ser una cadena típica de eventos: al arreciar  las lluvias, se incrementarán las tasas de erosión de las laderas de fuerte pendiente, conforme avance la socavación de los torrentes,  causando la sedimentación de ciénagas y demás humedales en los valles de salida de los ríos, valles que también resultarán inundados. Igualmente colapsará el transporte rural y con él la economía del campo, pues se reducirá  la movilidad y conectividad de estas comunidades a causa de la destrucción de los escasos caminos de montaña, como por el anegamiento y destrucción de los carreteables en las zonas llanas. Y con la mayor turbulencia de las aguas del mar a causa de la carga en suspensión aportada por los ríos e incrementada por la erosión costera dado el mayor ímpetu del oleaje, se reducirá la eficiencia de la fotosíntesis marina y por lo tanto el potencial de pesca, e incluso el de las cosechas de las tierras de cultivo fertilizadas con menos guano proveído por las bandadas que encontrarán menos peces.

* Profesor Universidad Nacional de Colombia [Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-07-19] * http://www.galeon.com/gonzaloduquee  Imagen: Estructura Fisiográfica de la Ecorregión Cafetera – IDEAM.



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jueves, 8 de julio de 2010

El valor estratégico de Urabá para el desarrollo portuario del Pacífico



Por Gonzalo Duque Escobar

Tribugá es un proyecto relativamente seguro a largo plazo que podría enfrentar competencia vecina para desarrollar su puerto profundo hasta lograr atender naves de 12.500 TEUs, con carga que se tendría que generar y consumir en la región, desde Centro América y el Caribe hasta la costa del Pacífico Sudamericano. Necesariamente esta fórmula deberá contemplar la posibilidad de que Manta, con dragados similares a los de B/ventura, pueda competir para aprovechar esas mismas tendencias y las futuras condiciones que ofrecerá Panamá.

Lo anterior obliga a contemplar la importancia de un segundo puerto en Urabá como complemento de Tribugá, dado el desarrollo urbano e industrial que se prevé, gracias a la Hidroeléctrica de Pescadero-Ituango y a la conexión entre las Américas.
Este escenario portuario alternativo al anterior, pude capitalizar la ventaja comparativa asociada a la posición geoestratégica y la presencia de los dos mares en Colombia, con una fórmula que no condiciona el desarrollo portuario a la generación y consumo de carga del país, al tiempo que para establecer una ruta interoceánica con un paso por el Darién, le restaría presión al impacto portuario sobre el ecosistema del Pacífico al facilitar los mayores desarrollos urbanos en Urabá y no en Tribugá.

La propuesta de construir un par de puertos profundos en Urabá y Tribugá unidos por FFCC con un túnel para el paso de la Serranía del Darién, y no por carretera, hace de esta alternativa un proyecto más competitivo y de bajo impacto ecológico. Esta alternativa que le puede competir a las rutas costa a costa de USA, le sirve de complemento al futuro Canal de Panamá, ya que su ampliación contempla reutilizar el 40% del agua, lo que limitará su capacidad en el tiempo para el creciente flujo interoceánico.

Manizales, 08/07/2010.

Más información:

Un contexto para el puerto de aguas profundas
en Tribugá, Colombia, en http://www.galeon.com/economiaytransportes/tribuga-contexto.htm
Una salida al mar para el occidente colombiano, en http://gduquees.blogspot.com/2009/11/una-salida-al-mar-para-el-occidente.html
¿Un megapuerto en Bahía Málaga?, en http://www.galeon.com/gonzaloduquee/malaga.pdf
Notas sobre puertos profundos en Colombia, en http://godues.blogspot.com/2007/09/notas-sobre-puertos-en-el-caso-de.html
Colombia frente a las rutas de los océanos, en http://www.galeon.com/economiaytransportes/rutas-oceanos.htm