jueves, 20 de noviembre de 2008

MANIZALES FRENTE A UN DESAFÍO AMBIENTAL


Por Gonzalo Duque-Escobar*

Hemos asistido a uno de los desastres más severos de la capital caldense, relacionado con los fenómenos hidrometeorológicos de mediados de noviembre de 2008. Y esto preocupa porque se trata de una ciudad ejemplar en materia de prevención de desastres, donde se ha desarrollado una tecnología para el manejo de aguas y control de la erosión, además de un notable y exitoso sistema de monitoreo para anticipar la evacuación de pobladores en zonas críticas advirtiendo la probable ocurrencia de eventos geodinámicos causados por las lluvias de las temporadas invernales.

Ahora que se da inicio a la reconstrucción de los escenarios afectados, para actuar sobre las causas reales, es importante señalar que la lluvia torrencial solo ha sido el detonante de tales eventos, que la alta susceptibilidad del suelo en el perímetro urbano a los deslizamientos ha sido el principal factor contribuyente, y que la causa real y estructural de semejante desastre pasa por el modelo ambiental urbano y compromete seriamente a la sociedad en su conjunto.

A modo de reflexión, los deslizamientos causados por las lluvias y los flujos de lodo que les sucedieron, en virtud de las graves consecuencias sociales y económicas que han llevado a declarar en alerta roja a Manizales, invitan a examinar dos temas como son el clima y los bosques, donde gravitan causas antrópicas y se infieren acciones de los entes planificadores y ambientales, para procurar un modelo urbano que, antes que presionar el medio circundante, opte por la densificación del espacio ya ocupado.

Asuntos del clima

El desastre ambiental observado en Manizales ha ocurrido como consecuencia de las intensas lluvias de esta temporada, a pesar de que actualmente en el Pacífico tropical prevalecen condiciones casi neutras de interacción de la atmósfera y el mar, las que probablemente prevalecerán hasta inicios del año 2009, dado que los episodios de El Niño o La Niña suelen darse de marzo a mayo.

El calentamiento global, advertido en el deshielo de los nevados colombianos, y que podría alcanzar a 2º C en la zona andina y a 3º C en las regiones costeras colombianas y de la amazonía y oronoquia, durante las próximas décadas, probablemente se estaría expresando con la ocurrencia de lluvias torrenciales y de seguro lo hará con ellas en los próximos lustros.

El clima en toda la zona andina de Colombia es bimodal: las lluvias se inician en Marzo 21 y Septiembre 22 con los equinoccios, y los veranos en Junio 21 y Diciembre 22 con los solsticios. Pero ambas temporadas, la seca y la húmeda, están condicionadas por la temperatura del Pacífico ecuatorial y por lo tanto por los fenómenos recurrentes y no periódicos de enfriamiento (La Niña) y calentamiento (El Niño), en este océano. En las últimas décadas se ha observado una mayor frecuencia de fases cálidas, la que alcanza a entre una o dos veces por década.

Para el caso de Colombia, durante los años de El Niño cuando las temporadas veraniegas son en promedio más secas, arrecian los incendios forestales pero también las depresiones tropicales y los huracanes en el Caribe, alterando con lluvias intensas las temporadas secas de Julio y de Enero. Y una reaparición del fenómeno de La Niña, proceso inverso al de El Niño, hace que de la temporada veraniega y de sequía se pase a una en que las lluvias y deslizamientos sean el común denominador, lo que se refleja en aumentos inusitados de los caudales de los ríos e inundaciones en las zonas bajas mal drenadas.

El rol de los bosques

Es que los bosques, además de retener las aguas lluvias para prevenir el descontrol hídrico, también descargan las nubes y mitigan el descontrol pluviométrico.

Pero lo preocupante ahora, es que en los medios urbanos se empieza a padecer los efectos de la deforestación de los medios rurales y periurbanos. Por el “efecto de pavimento” asociado a los potreros que se conforman en las vecindades de las quebradas se hacen breves los tiempos de concentración de las escorrentías. Y tras los enormes caudales y la erosión de los causes, resulta inminente la conformación de los flujos de lodo y las inundaciones que complementan la desgracia.

En general, la preservación del medio ambiente, invita a intensificar las políticas y los planes forestales, para blindar de paso los efectos sobre el recurso hídrico y la erosión, y en especial para mitigar el riesgo de sequías prolongadas y lluvias más intensas. Lo nuevo es que esto deberá incluir el efecto sobre el hábitat urbano, para no mencionar que la combinación de lluvias torrenciales y procesos de erosión hídrica, afectan también el recurso ictiológico, desde el medio fluvial hasta el marino.

De un lado, con los bosques se garantiza la existencia de las aguas subterráneas y por lo tanto la de los manantiales que le dan estabilidad al caudal de los ríos; sin ellos las corrientes de agua se desbandan en invierno y se secan en verano. Y también con los bosques las lluvias resultan más moderadas y bien distribuidas, dada la condensación de la humedad atmosférica en su ámbito, fruto de la descarga de las nubes que se advierte en el ambiente húmedo de los musgos y en el fresco del aire bajo el follaje. Pero lamentablemente las precipitaciones resultan más copiosas, puesto que ya no existen bosques que puedan condensar la humedad incorporada en las masas de aire que durante el día avanzan desde los valles hacia la montaña.

Epílogo

Sabemos que las laderas de la empinada morfología tropical andina en el territorio vecino a la ciudad de Manizales, por su juventud geológica, al estar afectadas por un intenso ambiente tectónico y expuestas a los fuertes contrastes del clima: en estado natural son altamente inestables; y por lo tanto, que su estado de equilibrio crítico es altamente susceptible de desmejorarse con las talas y los modelados.

Por lo tanto, salvo que se recurra a prácticas con tecnologías que recuperen la estabilidad de largo plazo de las laderas, en el escenario construido y también su periferia inmediata y mediata, los importantes esfuerzos que se han venido haciendo para hacer de la ciudad un escenario ambientalmente viable, como la tecnología desarrollada en Corpocaldas y el Padem, serán infructuosos.

Y de cara al futuro, al estimar que el crecimiento urbano previsto en los próximos 25 años para Manizales, es de tan solo unos 50 mil habitantes- lo que significa que mantendremos el conveniente carácter de una ciudad intermedia y conurbada interactuando con las capitales del Eje Cafetero-, podremos pensar, antes que en cantidad, en calidad de vida, y optar desde ahora por un modelo urbano denso o compacto, más compatible con el medio ecosistémico y con la cultura; y de no persistir en los complejos urbanos cerrados de la periferia citadina que además presionan con su extensión el medio natural, por un modelo mucho más humano.

Manizales, 20 de Noviembre de 2008.

* Profesor Especial Universidad Nacional de Colombia sede Manizales.

Fuente de la imagen: http://img98.imageshack.us/img98/8771/manizales31nx6re6.jpg

lunes, 17 de noviembre de 2008

MANIZALES EN ALERTA ROJA POR DESLIZAMIENTOS Y FLUJOS DE LODO.



Por Gonzalo Duque Escobar

Lluvias de intensidad histórica con un evento del viernes 14 de noviembre que superó los 100 mm, consecuencia de un régimen climático cada vez más extremo, han afectado de forma severa a Manizales al generar deslizamientos y flujos de lodo, con graves consecuencias e importantes pérdidas económicas que obligaron al alcalde de Manizales, Juan Manuel Llano Uribe, a declarar alerta roja en esa ciudad para enfrentar el colapso debido a las emergencias presentadas.


Además de una víctima mortal y de por lo menos 120 familias evacuadas, se ha enfrentado el restablecimiento del servicio regular de agua en una parte importante de la ciudad y atendido el cierre de vías, entre ellas la salida para Bogotá que continúa cerrada.

A pesar de los importantes avances de la ciudad en materia de seguridad ambiental, los desequilibrios de suelos no consolidados sobre una topografía con altas pendientes, suelen causarse por deforestación de cauces y laderas del ambiente periurbano y por el modelado de algunas zonas de alta pendiente, donde avanzan los procesos de expansión urbana presionando el ecosistema; esto se ha traducido en un progresivo deterioro de las condiciones ambientales de zonas periurbanas, lo que incrementa la potencial amenaza para varios sectores en sus entornos, dado que los requerimientos geotécnicos relacionados con la estabilidad no siempre se extienden a dichos lugares y apenas se aplican a las zonas construidas.

Es importante señalar que no todas las víctimas directas de la ocurrencia de estos desastres son pobladores de sectores deprimidos donde existen otros "riesgos prioritarios" relacionados con necesidades básicas, puesto que esta vez varios sectores afectados han sido zonas residenciales de estratos altos de Manizales, lo que pone en evidencia que existe una baja percepción del riesgo causado por esta problemática ambiental menos compleja que la de los sectores informales.

Manizales cuenta con una red de 11 estaciones meteorológicas ubicadas en puntos estratégicos de la ciudad para el monitoreo de las lluvias, gracias a un convenio entre la Oficina Municipal para la Prevención y Atención de Desastres OMPAD y el IDEA de la Universidad Nacional de Colombia, en el que se aplican desarrollos de Corpocaldas que hacen viable anticipar la probable ocurrencia de deslizamientos en zonas críticas de la ciudad causados por lluvias intensas; pero en adelante, este monitoreo deberá incorporar la prevención de flujos de lodo en áreas que deberán ser incorporadas como escenarios propensos a ellos, hasta que no se construyan las obras de mitigación requeridas. Según el experto Isben Chitita C quien ha identificado las magnitudes de incertidumbre que afectan las estimaciones de parámetros hidrológicos locales, los 70 mm pueden ser superados al menos una vez cada tres años en Manizales.

Pero también se deberá involucrar la cultura ciudadana en el adecuado manejo de las zonas de ladera y zonas verdes y del drenaje natural, como las vecinas a los complejos residenciales cerrados de la periferia urbana, para prevenir las consecuencias asociadas a los desastres ambientales que hoy se expresan en Manizales en la pérdida de vidas humanas y de la propiedad, además de otras pérdidas económicas significativas relacionadas con la alteración de las funciones urbanas.

Crédito a la imagen: Ana Maria Grisales - INGEREDES.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El Machin: la mayor amenaza volcanica de Colombia



Dados los acontecimientos del segundo fin de semana de noviembre de 2008: después de varios enjambres de sismos y de observar actividad fumarólica y evidencias de emisión de cenizas en el Machín, creo importante sacar estas 3 notas de hace días relacionadas con la mayor amenaza volcánica de Colombia.


Imágen del diario El Tiempo



NOTAS SOBRE LA ACTUALIDAD DE LA AMENAZA VOLCÁNICA DEL MACHÍN


Gonzalo Duque Escobar


Esta frase extraida del interesante escrito sobre la mayor amenaza volcánica de Colombia: el Volcán Machín, de la Fundación Ecológica Cosmos, recibido en junio 9 y que se anexa, es adecuada, en cierto modo cierta y digna de comentarse ampliamente; dice:


"Estamos pues en mora de que se tomen medidas efectivas para prepararnos y prevenir un desastre. Es cierto que no hay manera de saber cuándo ocurrirá pero sí sabemos que ocurrirá y dónde."


Su problema estaría en que no creo se podría señalar con exactitud y en el espacio lo qué ocurrirá en un momento dado, dado que también cada erupción futura en el Machín podría tener magnitudes e intensidades diferentes.


Así y todo, creo el evento de trabajo, el que se debe y puede asumir para enfrentar dicha amenaza, la justifica, dado el notable potencial eruptivo del Machín, al tener menor altitud que otros volcanes como el Ruiz o el Huila, dado que existen otros factores inconvenientes que acentúan su amenaza. Así no existan glaciares en su cumbre, su altitud de 2750 msnm se traduce en mayor energía potencial a causa de la menor altura que se ofrece como resistencia para el ascenso del magma. Y en cuanto al riesgo, que no supera el del Galeras, el artículo hace importantes consideraciones: al respecto vale reflexionar sobre la inconveniente exclusión del riesgo asociado al Machín hecha en el Plan de Desarrollo del Quindío, con el irresponsable argumento de no afectar la actividad turística.


Ahora, siendo el Machín un volcán de características muy explosivas y antecedentes eruptivos de gran magnitud, p.e. un evento holoceno de 5 km3 de volumen, probablemente el evento al que habrá que atender entre todos los posibles, exige actuar anticipadamente sobre el poblado de Cajamarca y sobre los pequeños asentamientos de su vecindad, como El Toche, con mayor intensidad, haciendo del lugar un objeto de planificación con enfoque preventivo y participativo, y por lo tanto actuando con la propia comunidad como sujeto de ella, para definir en conjunto el nivel de riesgo que se desea y puede asumir. Cosa similar debe hacerse en el Cerrobravo, otro volcán de catastróficas erupciones pasadas y vecino a Letras, Puerto Brasil y Delgaditas, así sus manifestaciones actuales no resulten equiparables y el probable vulcanismo futuro relacionado con una actividad poscaldérica, parezca continuar muy atenuado según se advierte de los depósitos y morfología de sus últimos eventos.


Para el efecto, en zonas de riesgo volcánico y durante los períodos de calma se deben tomar acciones de planificación anticipada para la debida ocupación del territorio, mientras en las temporadas de crisis deben propiciarse acciones previas propias de una fase de emergencia, y en ambas existen componentes educativos complementarios. El mapa de amenazas volcánicas de Machín y su estación de monitoreo básico ya existen; también existe un valioso y capacitado grupo humano con recursos que deben mantenerse y sobretodo mejorarse, en el Observatorio Vulcanológico de Manizales adscrito al Ingeominas.


Invito a entrar en http://www.galeon.com/cts-economia/riesgo-volcanico.pdf


Manizales, Octubre 12 de 2008.




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EL VOLCÁN MACHÍN



Néstor Ocampo Giraldo *


DESCONOCIDO Y PELIGROSO


Es sorprendente. El volcán Machín, volcán activo considerado de máxima peligrosidad en Colombia, es casi desconocido. Antes del año 2000 nadie hablaba de él, no aparecía en los libros de geografía, no se mencionaba en los Planes de Prevención y Atención de Desastres, ni se le consideraba en los Planes de Ordenamiento Territorial o en los Planes de Desarrollo. Ni siquiera aparecía en la Internet. Lo que no se nombra no existe y eso es lo que ocurría con el volcán Machín, la amenaza volcánica más grave en Colombia.


Eso empezó a cambiar cuando la Fundación Ecológica Cosmos, de Calarcá, se puso en la tarea de 'hacer existir al Volcán Machín'. La iniciativa surgió de una charla en la que algunos de sus integrantes cayeron en la cuenta de que conocían la existencia del volcán hacía muchos años pero que nunca oían hablar de él. Por eso el 2 de Enero de 2000 iniciaron una campaña de visitas al volcán invitando a periodistas de diversos medios, profesores universitarios y de colegios, estudiantes, miembros de cuerpos de socorro, y cuanta persona se interesara en ir a conocer 'el volcán que no existe'.


Las visitas aún se realizan regularmente porque no es fácil para una sociedad asimilar lo que significa un volcán y menos cuando hay personas que se empeñan en ocultar su existencia. Como sucedió años atrás cuando un Secretario de Gobierno del Departamento del Quindío señaló de terroristas a quienes estábamos divulgando información sobre le Machín. Por fortuna pudimos contar con el apoyo de Marta Lucía Calvache, vulcanóloga de INGEOMINAS, quien durante tres días se reunió con autoridades y ofreció conferencias y rueda de prensa para dejar bien claro, en el Quindío por lo menos, que el volcán sí existe y que lo irresponsable es no hablar de él. Los 'enemigos de la existencia del volcán' argumentan que divulgar la información causaría temor en la gente, bajaría el precio de las tierras, ahuyentaría inversiones estratégicas en la región y que nadie querría venir a establecer sus negocios o a vivir aquí. Esta es la manera de pensar de quienes han reducido todas las dimensiones de lo humano a lo meramente económico; para ellos las personas no interesan, lo único importante es su capital, su propiedad, sus negocios. El sufrimiento, la infelicidad o la ruina de miles de personas no significan nada para ellos. La existencia del volcán obliga a que desde ahora se tomen medidas para que la ocurrencia de una erupción cause los menores daños posibles a nuestra sociedad.


UBICACIÓN


El Cerro Machín, Alto de Machín o el Hoyo, como se le denomina popularmente, se encuentra en la ladera oriental de la Cordillera Central a una distancia, en línea recta, de 7 Km. al nororiente de Cajamarca, 17 Km. al noroccidente de Ibagué y 32 Km. al suroriente de Armenia. Se puede llegar allí, por carretera, desde Ibagué (El Boquerón), Cajamarca y Salento. El acceso es fácil, se llega en carro hasta dentro del cráter del volcán, allí hay varias fincas y viven ocho familias.


Es suficiente tomar un mapa para ver que se encuentra en pleno corazón de Colombia, en el centro del llamado 'triángulo de oro' (hipotético triangulo, con vértices en Bogotá, Medellín y Cali) donde se concentra la mayor parte de la población y de la infraestructura económica del país. Y es fácil prever que la ocurrencia de una erupción sería la más grande catástrofe que hayamos conocido, se estima que afectaría, directamente, a más de un millón de personas.


CARACTERÍSTICAS


No todos los volcanes son iguales y este es de lo más singular. Es un volcán activo y altamente explosivo. Es el de menor altura en Colombia (2.750 m.s.n.m.); se confunde con la topografía del sector debido a que el centro del cráter está ocupado por varios domos con actividad fumarólica, y es 'tan grande que no se ve', pues el diámetro del cráter es de 2,4 Km. Estas características lo hacen prácticamente invisible para quienes no lo conocen pues no corresponde con la imagen común que tenemos de un volcán.


Es bueno aclarar que se considera como un volcán activo aquel que ha tenido, al menos, una erupción en los últimos 10.000 años. Existe registro geológico de seis erupciones, en El Machín, en los últimos 5.000 años, que 'se han caracterizado por producir columnas eruptivas de varias decenas de kilómetros de altura que depositaron capas de ceniza de varias decenas de centímetros en zonas como Armenia, flujos piroclásticos de centenares de metros de espesor que rellenaron los valles de los ríos que drenan el volcán y flujos de lodo volcánico (también llamados 'lahares') que alcanzaron a llegar hasta el río Magdalena formando enormes abanicos aluviales en las zonas de Chicoral, Espinal, Guamo y Saldaña'. La última erupción ocurrió hace, aproximadamente, 850 años y de ello quedó memoria en una leyenda indígena de la región. Un cálculo fácil indica que, en términos geológicos, estamos cerca de una nueva erupción, podría suceder en cualquier momento. Otras manifestaciones de la actividad volcánica son: la presencia de fumarolas, microsismisidad permanente, aguas termales dentro y en las cercanías del cráter, geoformas del edificio volcánico bien conservadas y mayor presencia de gas Radón en el sector.


Las primeras referencias a la existencia del volcán Machín se deben al geólogo alemán Friedlaender (1927) quien fue informado de su existencia por el Hermano Amable quien lo descubrió. Desde un principio el volcán fue catalogado como un volcán-somma o pliniano que es el nombre técnico que se da a los volcanes explosivos, precisamente los de mayor peligrosidad por la dimensión y características de sus erupciones. De este mismo tipo han sido el Krakatoa, el Vezymianny, el Vesubio, o el Mont Saint Helen. El registro de anteriores erupciones indica que siempre han sido explosivas, muy fuertes, y han cubierto de material un territorio amplio en los departamentos de Tolima, Quindío, Risaralda, Valle del Cauca y Cundinamarca.


EL VOLCÁN Y EL PASO DE 'LA LÍNEA'


La cercanía del volcán Machín a la carretera que une al centro con el occidente del país, por el paso de 'La Línea', es otro aspecto que nos depara sorpresas. En documento editado por INGEOMINAS en el año de 1999 (EL VOLCÁN CERRO MACHÍN, LA PREVENCIÓN DE DESASTRES Y EL ORDENAMIENTO TERRITORIAL) se puede leer lo siguiente:


'La políticas de ordenamiento territorial deberían tener en cuenta la actividad del volcán Machín en temas como densidad de población y localización de obras de infraestructura estratégica para el país, tales como la comunicación entre el centro (Región Andina) y el occidente (el Pacífico).'


En el año 2005 se iniciaron las obras del túnel de 'La Línea' y en el Estudio de Impacto Ambiental, elaborado por la firma Gómez Cajiao y Asociados, ni siquiera se nombra al volcán Machín como posible amenaza para el mismo, ni siquiera como algo de importancia en el contexto de la obra. Y el gobierno ha insistido en hacer allí el túnel, a pesar de las oportunas recomendaciones de INGEOMINAS. Esto es inadmisible por varias razones.


En primer lugar porque con la modernización de la carretera y la construcción del túnel se incrementarán las actividades económicas en la región y, en consecuencia, aumentará la población en Ibagué, Cajamarca, Calarcá, Armenia y a todo lo largo del eje de la vía. En otras palabras, estamos invitando a decenas de miles de personas más a vivir en una zona de grave amenaza volcánica y eso contradice el buen criterio de prevenir los desastres.


En segundo lugar porque al insistirse en el paso de la cordillera por ese lugar se cometen varios errores. Uno de los problemas más conocidos del desarrollo territorial de Colombia es la excesiva concentración de la población y de la infraestructura económica en una reducida parte del territorio nacional (el antes mencionado 'triangulo de oro') mientras que el resto permanece casi despoblado y en completo atraso. Se pudo pensar (aún es necesario hacerlo) en un paso por otro lugar que abra nuevas regiones a la población y a la actividad económica. El paso por 'La Línea' sigue siendo el único paso útil de la Cordillera Central para las exportaciones e importaciones del país. En caso de una erupción esa carretera se perdería por lustros, posiblemente por décadas, y el famoso túnel de 'La Línea' no quedaría sirviendo más que para criar murciélagos; el país quedaría partido en dos, sin comunicación entre el centro del país y Buenaventura con consecuencias desastrosas para la economía nacional. El desastre sería doble. De un lado el millón de personas afectadas directamente y por el otro el país entero con su economía quebrada.


ACTIVIDAD VOLCÁNICA


El Volcán Machín ha adquirido notoriedad en los últimos días debido a la inusual actividad sísmica que se presenta en el edificio volcánico y sus alrededores. Esto se está registrando desde finales del año 1998 pero se ha incrementado dramáticamente en los últimos meses. En diciembre de 2007 ocurrieron 381 pequeños temblores, en Enero de 2008 fueron 492, en Febrero 162, en marzo 80, en Abril 747 y en Mayo 437. Buena parte de esos microsismos tiene su origen en ruptura o quiebre de estructuras geológicas al interior del volcán y eso es lo preocupante. Hay otros indicios de actividad volcánica como aumento actividad fumarólica, cambios en las emanaciones de gas Radón y posibles deformaciones en uno de los domos que obstruye el cráter del volcán.


Estamos pues en mora de que se tomen medidas efectivas para prepararnos y prevenir un desastre. Es cierto que no hay manera de saber cuándo ocurrirá pero sí sabemos que ocurrirá y dónde. El pasado 21 de enero se creó una comisión especial, al más alto nivel del Estado, para tratar el tema y ya se han visto algunas acciones como la instrucción impartida por el Ministerio de Educación sobre la necesidad dar a conocer la existencia del volcán dentro del currículo educativo; reuniones que se han convocado para la elaboración de un 'Plan de contingencia' (debería ser de 'Prevención y contingencia') para el caso de una erupción, en el Quindío, y también se ha incrementado el monitoreo del volcán (aún es insuficiente) para conocer más sobre lo que allí está sucediendo y poder avisar con tiempo la ocurrencia de una erupción.


Ya se habla del volcán y eso en un avance, pero no olvidemos que los procesos sociales de asimilación de un aspecto tan problemático de nuestra realidad es algo que toma mucho tiempo, demora muchos años. Y aún falta mucho por hacer.


Calarcá, Junio 9 de 2008.


* FUNDACIÓN ECOLÓGICA COSMOS, RED CIUDADAN@S POR CALARCÁ, VEEDURÍA CIUDADANA AL TÚNEL DE LA LÍNEA



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La amenaza volcánica y la gestión del riesgo, en la planeación y ordenamiento del territorio de Colombia.

Por Gonzalo Duque-Escobar

Luego de los sucesos del Galeras, se da la noticia sobre las preocupantes señales de actividad del volcán Cerro Machín, vecino a Cajamarca, sobre el cual nuestros científicos por intermedio del Ingeominas han hecho estudios y Mapas de amenaza volcánica concluyendo sobre un riesgo significativo dado que la actividad futura de este volcán podría afectar intensamente, durante meses o años, una extensa región de las hoyas centrales del Cauca y Magdalena, entre Ibagué y Armenia.

Esta seria amenaza se infiere de este edificio volcánico por el gran potencial explosivo asociado a la química particular que anuncia sus lavas, y por la magnitud, extensión y tipo de eventos que muestran sus aparatosas erupciones. Al respecto me permito señalar dos consideraciones para el riesgo volcánico: una para la previsión a corto plazo, que se relaciona con el proceso magmático, y es la del Monitoreo volcánico y la definición del Modelo eruptivo. Y otra, la previsión general que se materializa en Mapas de amenaza para estudiar el riesgo, y que se ocupa del conocimiento de la Historia y prehistoria eruptivas, y de la Evolución e historia estructural del volcán.

Esta loable y muy difícil labor, la han desarrollado oportunamente los científicos del Ingeominas en varios volcanes como el Galeras, el Huila, el Ruiz y el Cerro Machín, entre otros, pero en los planes de desarrollo y ordenamiento territorial no se contempla nada. Entonces el problema aparece ahora en el terreno de la previsión general; dado que en Colombia no se han aplicado los Mapas de amenaza volcánica durante los Períodos de calma, para proceder con los planes de ocupación del suelo y de exposición al riesgo; y porque la utilidad de los Mapas de amenaza volcánica la hemos restringido únicamente al manejo de los Períodos de crisis, para desarrollar los planes de defensa civil y de administración de recursos que se demandan en la respectiva emergencia, pero ya hemos visto las dificultades que presentan las órdenes de evacuación con los sucesos de la erupción del galeras el 17 de enero de 2008, y las posible ocurrencia de eventos de carácter sorpresivo como el que cobró la vida de varios científicos en el Galeras el 14 de enero de 1993.

Me temo que con esa visión de corto plazo y la baja propensión a las acciones estructurales para la gestión del riesgo, estemos desaprovechando el esfuerzo de muchas instituciones del país empleado en el conjunto de los valiosos instrumentos de prevención, como son, además de los Mapas de amenaza, la educación básica, el monitoreo volcánico, los planes de emergencia, las medidas de defensa civil y la organización comunitaria; todos estos tienen que entrar al terreno de la previsión general.

Para el efecto, los políticos, los planificadores y la autoridad ambiental que no se están anticipando a las situaciones de riesgo previstas con la responsabilidad y gravedad que estas demandan, deben volver sobre los planes de desarrollo del orden nacional y departamental, donde la gestión del riesgo volcánico no aparece.

Que también sirva esta advertencia, porque además el peso de semejante responsabilidad está quedando en los que sí han cumplido, entre ellos: los vulcanólogos colombianos del Ingeominas, y las instituciones de socorro, salvamento y defensa civil.


Fuentes:

www.geocities.com/gonzaloduquee_00/riesgo-volcanico.htm
www.galeon.com/cts-economia/exodo-huila.pdf
www.geocities.com/gonzaloduquee_00/armero.htm
www.geocities.com/manualgeo_06/

Manizales, 01 febrero de 2008.

Relacionado:
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