ENCANTOS DEL PCC:
PUEBLIANDO POR LA ECORREGIÓN CAFETERA
Por: Gonzalo Duque-Escobar*
A continuación, una muestra de preciosos poblados de Caldas y sus
alrededores para comprender la Ecorregión Cafetera como un constructo social e
histórico ya que, mirado el territorio desde la cultura, tal cual lo hace el
Museo Interactivo Samoga de la U.N. de Colombia con la propuesta de los Mundos,
se pueden identificar cuatro escenarios geográficos con su propia identidad:
Mundo Pachamama: en el alto occidente que, como tierra de currulaos,
resguardos y negritudes, además de ser una subregión panelera, es minera: en el
oro existe más novela y poesía que en el café. Además de estos dos poblados, veamos
allí a Marmato, Riosucio, Supía y Anserma. Como anexo, A recupera la cuenca del
Risaralda
Mundo Bachué: El Magdalena centro, tierra de bundes, ranchos de hamacas,
chinchorros, subiendas de bagres, nicuros y bocachicos; y también de los bogas
y vapores por el río y de la Expedición Botánica. Veamos a La Dorada, Honda, Samaná
y Victoria. Como anexo: Anotaciones a la navegación del Magdalena.
Mundo Yuruparí: La región
Cafetera propiamente dicha que empieza en Neira y llega hasta el norte del
Valle; es la de los bambucos, las chivas, el bahareque de guadua, los cables
aéreos, los Ferrocarriles Cafeteros y la música de carrilera. Veamos a Salamina, La Merced, Neira y Marsella. Como anexo, Diez
años del Paisaje Cultural Cafetero.
Mundo Chiminigagua: La
región San Félix-Murillo en la alta cordillera con sus volcanes, es aquella que
tiene sus íconos en el cóndor, el pasillo, el páramo, la ruana de Marulanda, la
palma de cera, el bahareque de tabla parada y el sombrero aguadeño. Veamos a
Aguadas, Marulanda, Pensilvania y Manzanares. Como anexo, Páramos: ecosistemas
vulnerables al cambio climático.
Adicionalmente, para Samoga, desde la ciencia y la tecnología,
imbricadas con la cultura, en los Mundos, Chibchacum, Bochica y Chía
respectivamente, deben surgir las estrategias para cerrar las brechas del
desarrollo en este territorio. Veamos:
***
MUNDO PACHAMAMA: La Tierra
RETROSPECTIVA
HISTÓRICA DE LA MINERÍA EN MARMATO
Con el
nombre de Marmato asociado al vocablo
“marmaja” mineral que los aborígenes Cartamas molían sobre piedras para extraer el oro, se identifica este
histórico poblado anclado sobre los
riscos del cañón del río Cauca, en una zona aurífera de Caldas cuya
historia está cruzada por la miseria,
el abandono y la codicia y cuyo nombre honró, Juan M. Boussingault al denominar
marmatita a una variedad del mineral esfalerita.
Durante
la conquista, la ruta que explora el Cauca medio, funda a Anserma (1539),
Cartago (1540), Supía (1540), Antioquia (1541) y Arma (1542); y aunque se
señala que Belalcázar y Juan Badillo declararon fundado el pueblo en 1537 donde
está ubicado el corregimiento de San Juan, se reconoce a Anserma como la
primera población de esta región. Pero los Cartamas fueron exterminados antes
de 1625 por el trabajo forzado en la Mita y Encomienda, cuando ya Marmato
figura como un Real de Minas de la Provincia de Popayán por lo que se obliga a
la incorporación de una parte de los 250 mil esclavos africanos traídos al
Nuevo Reino de Granada.
Fue el
oro la causa de que apenas en 1717 se crea el virreinato de la Nueva Granada
con las reformas borbónicas que buscan hacer de América un proyecto rentable.
En el Siglo XVII cuando la Nueva Granada suministraba el 39% del oro del mundo,
y Quiebralomo era la primera mina del orbe, cerca del 50 % de la producción se
concentraba en el Cauca donde se trabajaba casi en su totalidad por esclavos y
cuya primacía llega hasta la Independencia, seguida de Antioquia con un 20% y
parta la cual el mayor aporte de la fuerza de trabajo lo hacen los mineros
independientes. Las ricas minas de plata de Quiebralomo a lindes con Supía y de
Echandía vecina a Marmato cuya enorme riqueza reconoció Alexander von Humboldt,
fueron descubiertas antes de 1789.
Y tras
tener que saldar la deuda de la Independencia antes de haberse consolidado la
autonomía de la república, entran al escenario los ingleses aportando una
asistencia técnica que les asegurare el oro para el pago de los empréstitos,
así: en 1825 la Casa Goldschmith arrendó minas en Supía y Marmato, mientras
Boussingault compra para otra empresa londinense minas en Marmato, Quiebralomo
y Supía. También, la Colombian Minning Association que en 1820 se había
instalado en Santander, en asocio con la Exploration Company Ltd., logra la
explotación en la provincia de Riosucio y las minas de Marmato, mediante un
monopolio que ejerce por 20 años.
Entrado
el Siglo XX, luego de que The Royal Railway Ltd. con la construcción del Cable
Aéreo Manizales-Mariquita (1922) controla el transporte y que otras empresas
inglesas hacen lo propio con los seguros y la banca, decae el sector, para luego consolidarse un control
norteamericano centrado en las explotaciones mineras del Chocó, a tal punto que
en 1969 el ministerio del ramo reconoce que Mr. Harter, con siete compañías que
producen 2/3 del total nacional, logra orientar la política del oro en
Colombia.
Hoy,
dado el crecimiento de los precios del oro, que en pocos años duplican y
triplican el valor de las acciones de las multinacionales del ramo,
representadas por ejecutivos extraídos de la política nacional que les sirvan,
entre los proyectos de la minería aurífera, para las locomotoras del Plan de
Desarrollo, sobresalen en Colombia el del Cañón del Río Cauca, el del Batolito
de Piedrancha-Guachavéz en Nariño, el de la Serranía de Lucas al Sur de
Bolívar, el de Tararia en Guainía, y el del Batolito de Mandé ubicado en Chocó
y Antioquía.
En
consecuencia, al volver al caso de Marmato, tras conocer las inquietudes por
las pretensiones de una explotación a cielo abierto en La Colosa-Tolima con la
empresa surafricana Anglogold Ashanti y en Santurbán-Santander con la
canadiense Greystar, ¿qué pasará en Marmato cuando la multinacional Gran
Colombia Gold Corp. heredera de la Medoro Resources decida proceder con esta
clase de minería? La respuesta es clara: ni la Asociación de Mineros Unidos de
Marmato, ni el Resguardo Indígena de Cartama de Marmato, ni el Comité Cívico
por la Defensa de Marmato, desean sus devastadoras consecuencias ambientales y
sociales.
Para
que no se repita la historia, en la que nada les ha dejado el oro a estas
comunidades del occidente minero caldense después de siglos, está de por medio
la voluntad de cientos de familias de etnias mayoritariamente afrodescendientes
e indígenas que no han negociado sus raíces culturales, porque saben que la
alternativa para no quedar sin pasado ni futuro, es implementar una minería
artesanal amigable con el medio ambiente, que le incorpore sus símbolos y
valores como valor agregado a su producción, tal cual lo propone el Gobernador
de Caldas en el nuevo Plan de Desarrollo.
Imagen01: Marmato-Caldas, en PNC Periódico nº 9, en: oasportal.policia.gov.co y Blog de la SMP Manizales.
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RIOSUCIO
MESTIZA E INDÍGENA
En las
estribaciones de la Cordillera Occidental y en la hoya del río Cauca, sobre un
paraje ondulado ubicado a 1800 msnm entre Anserma y Supía, en 1819 cuando se
salvaba la batalla del Puente de Boyacá, se funda Riosucio al lado del Ingrumá
su cerro tutelar, como un proyecto de integración de las poblaciones del
asentamiento minero Quiebralomo constituido por grupos mestizos que laboraban
como mineros, y de la comunidad indígena de La Montaña conformada
fundamentalmente por grupos nativos dispersos e indígenas cristianizados de
Pueblo Viejo, su vereda más importante. La fundación de San Sebastián de
Quiebralomo data de 1550, mientras la creación de los resguardos de La Montaña
de finales del siglo XVI y de Cañamomo y Lomaprieta del siglo XVII.
Cuando en el siglo XVI España explotaba la mina aurífera
más grande del orbe, localizada en el cerro Quiebralomo por entonces
jurisdicción de la Gobernación de Popayán, existían dos parcialidades indígenas
vecinas al lugar: Cañamomo y la Montaña. A mediados del siglo XVIII por una
carestía surge un conflicto entre ambas, cuando para expandir sus cultivos la
primera ocupa tierras de propiedad indígena en La Montaña. La situación que
lleva a la fundación de un poblado al pie del cerro de Ingrumá en 1752 para atenuar
tensiones, exacerba el conflicto durante seis años más, hasta cuando con
prudencia y sabiduría se apaciguan los ánimos, para que las provincias
prosperen.
Ya en 1813, llega para establecerse en La Montaña el Padre
José Bonifacio Bonafont, natural de Socorro, quien al encontrar descaecido el
desarrollo de ambas parroquias y haber asumido como Cura, con el apoyo del
Padre José Ramón Bueno oriundo de Popayán que ejercía en Quiebralomo, discutía
con las vicisitudes que se daban entre ambas comunidades. Y aunque el
proceso de fundación empezó en 1814, habrá que esperar hasta 1919 para
consolidar la apuesta de hacer de los dos poblados uno solo, lo que finalmente
se decide considerando entre las opciones hacer la ocupación en Tumbabarreto y
un asentamiento en Ingrumá, en favor del segundo sitio, apareciendo Riosucio en
jurisdicción del Cantón de Supía, aunque por las conmociones de la
independencia la fusión definitiva de ambos poblados y el traslado de sus
parroquias y la erección de sus respectivos templos, tarda hasta el 7 de agosto
de 1819. Pero como las diferencias no se salvaron, unos y otros separadamente
iban a los rituales cristianos vistiendo sus galas el día de mercado, para
comprar mercaderías y ofrecer sus productos.
Los más acomodados: blancos y criollos con su servidumbre,
habitaban viviendas pajizas que construyeron en el entorno de la plaza
fundacional; contrariamente los negros, mulatos, zambos e indígenas vivían
aislados en los desmontes de la selva y en vecindades de sus primeras
parroquias. Finalmente, los de La Montaña que fueron tomando posesión en la
parte baja para quedar en el entorno del templo que consagraron a la Virgen de
la Candelaria, terminaron separados por una cerca divisoria de los venidos de Quiebralomo
ubicados en la parte alta, donde el templo consagrado a San Sebastián adornaba
una segunda plaza. Sobre la cerca divisoria, las comunidades acordaron poner la
imagen de un demonio para que recibiera las quejas y reclamos de la plebe,
argumentando que sí Dios no había podido unir al pueblo, que lo una el diablo.
En 1850, varias familias asociadas a las corrientes de la colonización antioqueña
irrumpen ocupando tierras de resguardos y fundando a Oraida en este territorio
de raíces y cultura mestizas ya consolidadas.
Pero qué tenemos hoy en Riosucio, esa población caldense de
57 mil habitantes que en un 74% se reconoce amerindia: el legado cultural de
esta comunidad cuya ancestral cultura parte de la sabia actitud de respeto a la
naturaleza, así su carácter indígena aceptado para el poblado sólo en tiempos
de la naciente República se desconociera luego por la excluyente élite de las
primeras décadas del siglo XX que abogaba por “blanquear” la raza. No obstante,
sobre la segunda mitad del siglo XX y en cada cita del Encuentro de la Palabra
y del Carnaval bianual cuyas raíces son africanas, en el pensamiento de las
comunidades de base y de la nueva intelectualidad se expresa la grandeza de
Riosucio, cuando a través de la danza, el disfraz y la palabra se reivindica el
concepto más incluyente de una Riosucio mestiza cimiento de la caldensidad.
Imagen02:
Templo de San Sebastián en Periodismo Informativo y Parcialidades de los resguardos
de Riosucio, en www.carnavalriosucio.org
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ANSERMA
PUNTAL DEL OCCIDENTE POR SUSRAÍCES UMBRA
Anserma,
fundada en 1539 por Jorge Robledo en territorio Umbra, Cabildo en épocas
coloniales que en 1570 se le consagra a Santa Bárbara, situada en una región
despoblada por siglos, salvo centros mineros como Marmato y Supía, y resguardos
indígenas, pese a sus dificultades para apuntalarse y mantenerse como
municipio, es una población que apenas alcanza esa condición definitiva desde
1882 cuando la Asamblea del Cauca lo erige como tal, gracias al rol desempeñado
como base logística para los procesos de fundación de pueblos vecinos en
tiempos de la colonización antioqueña.
A
pesar de que la comunidad indígena que habitaba entre Arma y Anserma, se creyó
extinguida en 1625 al ser forzada al trabajo en las minas, sufrir la
desmembración familiar o la desintegración de núcleos aborígenes con los
traslados y las escaramuzas contra los españoles ocurridas hasta 1557, existen
vestigios de su lengua y cultura aún vivas, localizados en vecindades de
Riosucio y Quinchía, documentados y
rigurosamente descritos por los Etnógrafos Guillermo Rendón y Anielka Gelemur,
quienes han consignado una notable iconografía importante para proyectar un
portentoso desarrollo artesanal y turístico en el occidente caldense y
risaraldense.
Creado
el departamento en 1905 con las provincias de Marmato, Robledo y Sur de
Antioquia, cuando Tolima llegaba hasta
Antioquia y Quindío aún pertenecía al Cauca, se enriquece el carácter del
caldense con el espíritu liberal del caucano presente en Riosucio y Anserma,
incluidas en la primera de aquéllas, y en Pereira y San Francisco (Chinchiná)
pertenecientes a la segunda, perfil al que se suma el talante conservador del
antioqueño laborioso que viene poblando la región entre Aguadas y Manizales
desde los albores de la República y en tiempos de guerras civiles. Esto para
señalar que el occidente cafetero debe ser entendido como un sujeto de
transformaciones ambientales que se extiende desde Anserma hasta Quinchía,
Marmato, Riosucio y Supía, por ser una construcción social que remonta épocas
de la cultura Umbra y luego de la historia de los mineros afrodescendientes,
hasta incorporar finalmente los fenómenos de la gesta colonizadora.
De ahí
la complejidad de nuestra sociedad, dada la diversidad cultural de la
ecorregión cafetera, y el riesgo de un enclave minero como se propone en
Marmato que desestructure el vasto territorio del occidente caldense y
risaraldense, donde según las crónicas de la conquista los españoles conocieron
la riqueza aurífera del subsuelo viendo barequear a los Cartamas en las
quebradas que bajaban del cerro.
Tras
la ocupación de la tierra de los Umbra con la expansión de la colonización,
finalizando el siglo XIX Ansermaviejo indígena gradualmente cede paso al
moderno poblado de continuos arquitectónicos en bahareque al entrar al siglo
XX, y consolidar una economía cafetera que le permite en los años 20 adornarse
de preciosas casonas, con balcones metálicos en la segunda planta, para que a
partir de 1939 al inaugurarse la Carretera de Occidente, se anuncie con su
intensa vida cultural como el más pujante de todos los de la cuenca del río
Risaralda, donde aún sorprenden por su actividad la biblioteca pública, además
de chirimías, semilleros de escritores, grupos de danzas, bandas…
Pero
esa etapa de modernidad en Anserma concluye con el advenimiento del café
Caturra en la década de los 70: símbolo de la crisis social, ambiental y urbana
consecuencia de la revolución verde que implementó monocultivos y arrasó la
diversidad cafetera. Luego, tras perder la senda ecológica y palidecer su
economía por el deterioro de los términos de intercambio, surge ahora una
oportunidad sin precedentes para resolver la profunda brecha de productividad
de las áreas rurales que explica la concentración del PIB de la ecorregión en
las capitales, todo gracias al Paisaje Cultural Cafetero PCC y dinámicas en el
nuevo escenario de las conurbaciones del occidente colombiano: primero, si se
satisfacen los presupuestos de la declaratoria de la Unesco; segundo, si se
articulan políticas de ciencia, tecnología y cultura para los medios rurales y
productores artesanales; y tercero, si se desarrollan los elementos
estructurantes de la cultura y se emprende la recuperación del medio
ecosistémico.
Sabemos
que unas cadenas productivas con
identidad cultural y servicios ambientales de productores organizados
expresando los íconos culturales de la región como tierra de resguardos y
negritudes, con sus comunidades indígenas en Anserma y Riosucio y ancestros
afrodescendientes en Marmato, además de los atractivos del bahareque como
arquitectura vernácula, son factores para aprovechar el potencial humano en las
oportunidades del PCC y desarrollar ventajas asociadas a la Autopista de La
Montaña entre Irra y La Virginia pasando por La Tesalia, cuando el tiempo de
recorrido a Medellín baje al 40% y se acorte la ruta entre varias ciudades
conurbadas y la subregión minera y panelera del norte o con el valle del
Risaralda pleno de cañaduzales entre laderas cafetaleras.
Imagen03:
Provincias del Departamento de Caldas en 1905. Libro Centenario SMP de
Manizales. Y Acuarela de Germán Zuluaga Uribe
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SUPÍA:
475 AÑOS BAJO LA TUTELA DEL CERRO TACÓN
Desde
1887 las torres del monumental templo de San Lorenzo, anuncian la presencia del
poblado fundado en 1540 y erigido municipio en 1777, que se ubica entre Marmato
y Riosucio a 1183 msnm, en una estrecha vega del río Supía afluente del Cauca,
en territorio de la nación de los aborígenes Ansermas, explorada por el
conquistador Juan Vadillo. En su circunscripción sobresalen Guamal y el
resguardo de Cañamomo y Loma Prieta, hábitat de dos comunidades autónomas; la
primera en un asentamiento ancestral de unos 1000 afrodescendientes, comunidad
cuyo origen se remonta a la esclavitud del siglo XVIII, y el segundo el
emblemático pueblo de 15 mil indígenas, de un resguardo cuya jurisdicción se
extiende hasta Riosucio.
El
colonial poblado, inicialmente lugar de paso sólo florece avanzado el siglo
XVIII con el auge de la minería aurífera durante la Colonia. Entre1580-1630,
mientras en la Gobernación de Popayán sobresalían las minas de lugares como
Cartago, Supía y Quiebralomo (Riosucio), en Antioquia, la minería de aluvión
prosperó en zonas como Remedios y Santa Fe, y la de filones en otros lugares
como las sienitas de Marmato y Supía. Posteriormente, ya en el siglo XVIII se
da un segundo apogeo minero, en el que el poblado se consolida. Luego a partir
de la independencia, Supía adquiere cierto protagonismo, no sólo por los
efectos de la colonización antioqueña cuando desde allí se funda Aguadas
(1808), sino también cuando llegan al Cantón de Supía los ingleses, a quienes
la naciente República les brinda la posibilidad de explotar las minas de
Marmato.
En
1813, cuando Juan de Sámano ya había retomado a Popayán, un grupo de notables:
el Padre Joaquín de Velarde, Don
Francisco Gervasio de Lemus, Don José María Gutiérrez y Don Pedro García, en un
acto patriótico declararon la independencia
de Supía respecto del dominio español, separándose de la Gobernación de
Popayán para anexarse al recién creado y efímero Estado Libre de Antioquia
(1813-1816), cuya capital fue Santa Fe de Antioquia, y cuyos dominios por la
vertiente oriental del río Cauca llegaron hasta Manizales. A finales del mismo
año, aquel militar español y último Virrey de la Nueva Granada, fue derrotado
por Antonio Nariño en la batalla de Alto Palacé.
Por el
precioso y mestizo territorio, en la segunda década de 1800, haciendo sus
observaciones ambientales y geológicas, transitó el científico naturalista
Jean-Baptiste Boussingault (1802-1887) con la misión de examinar para los
ingleses el estado de la explotación de oro en el distrito de La Vega de Supía.
Entre otras valiosas anotaciones, resultado de su experiencia al visitar las
minas de Quiebralomo en Riosucio, Llanos en Supía, y Casa Morena en Marmato,
describe los pasos del Cauca para la época: uno, el de Guanacas sobre la ruta
de Bogotá al alto Cauca; dos, los del Quindío para la ruta de Ibagué a Cartago;
y tres, el más norte para transitar por el Páramo de Herveo entre Mariquita y
la Vega de Supía.
A
mediados de cada año par, los supieños celebran la ya cincuentenaria Feria de
la Colación, evento nutrido de verbenas populares, presentación de bandas y
chirimías, caravanas turísticas, conciertos y variados espectáculos culturales,
para exaltar uno de los más notables productos gastronómicos de la ecorregión
cafetera, confeccionado de azúcar o panela, en cuyo núcleo adhiere una almendra
de corozo o corojo, fruto de una palma caribeña espinosa, que crece silvestre
en zonas bajas y secas de Colombia.
Finalmente,
para el Supía de hoy con sus 24 mil habitantes con un indicador de 29% de NBI,
mitad rurales y mitad urbanos, se tiene una compleja amenaza regional asociada
al déficit hídrico en tiempo de sequía, y un futuro promisorio que depende de
la recuperación de las cuencas del occidente de la ecorregión para asegurar el
vital líquido: en el que a la dimensión turística aprovechando su valiosa
oferta natural y cultural, y la de los municipios vecinos, se suman las
posibilidades geoestratégicas del Corredor del Cauca, de cara a una plataforma
logística sin precedentes entre La Felisa y La Virginia, cuyos detonantes
serían Pacífico 3 como ruta integradora del Occidente Colombiano, el
Ferrocarril Cafetero entre La Dorada e Irra, y el Tren de Occidente
Imagen04:
Supía. Templo de San Lorenzo en La Patria- y Panorámica, Photo en http://co.worldmapz.com
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ANEXO 1 Mundo de la
Tierra:
A
RECUPERAR LA CUENCA DEL RISARALDA
El Río
Risaralda, cuya cuenca con una extensión de 1261.5 Km2 se ubica en la vertiente
oriental de la Cordillera Occidental y en jurisdicción de Risaralda y Caldas,
desde su nacimiento en el alto Paramillo sobre los 3200 msnm, recorre en
dirección norte-sur cerca de 126 km a través de un valle de gran biodiversidad,
hasta desembocar en el Río Cauca a 900 msnm. Sus vertientes alimentadas por un
régimen climático bimodal, con una pluviosidad media anual de 2086 mm y lluvias
que varían entre 1800 y 2400 mm/año, alimentan afluentes representativos como
los ríos Chápata, Guarne, Guática, Totuí, Apía y Mapa, y las quebradas Mampuy,
San Luis, Arrayal y Dosquebradas.
Al
zonificar el territorio que baña el río con un caudal final de unos 17 m3/seg,
la cuenca alta tiene un cubrimiento del 34%, la cuenca media participa con el
26%, y la cuenca baja con el 16%, quedando el 23% restante para el río Mapa. Si
en la parte alta sobresale Riosucio fundado en 1819 sobre territorios indígenas
de La Montaña, Cañamomo y Quiebralomo; en la cuenca media el referente es
Anserma que fuera fundado como Santa Ana en 1539 por Jorge Robledo; y en la
cuenca baja estaría La Virginia que, habiendo surgido como poblado en 1905
donde habitaron los indígenas Sopinga, fuera erigido municipio en 1959,
mientras que en el Río Mapa el referente es el municipio de Apía fundado en
1886.
Si por
el departamento de Risaralda el río que discurre recibiendo el drenaje de la
vertiente oriental del Cerro del Tatamá que se levanta desde los 1000 hasta los
4150 msnm, baña en el 60% de su cuenca a diez municipios: Apía, Balboa, Belén
de Umbría, Guática, La Celia, La Virginia, Mistrató, Pueblo Rico, Quinchía y
Santuario; también sobre el 40% restante de su territorio el río transita por
jurisdicciones de seis municipios de Caldas, así: Anserma, Belalcázar,
Risaralda, Riosucio, San José y Viterbo. Además, dado que mientras la
temperatura media en el cerro Tatamá es de 6 C° pero en el valle del río se
eleva a 24 C°, la cuenca del Risaralda presenta todos los pisos térmicos, desde
el muy frío hasta el cálido.
Ahora,
entre las problemáticas de su territorio, además de la creciente amenaza del
cambio climático con un horizonte creciente de precipitaciones, en el que al
2100 las lluvias crecerán hasta un 30% según el IDEAM, y de la presión
antrópica que se ejerce sobre su estructura ecológica, están los usos
conflictivos del suelo asociados a procesos de deforestación por actividad
minera y ganadera, además de la contaminación antrópica por vertimientos y
residuos sólidos en áreas rurales y cabeceras, a lo que se suma la erosión en
las cuencas abastecedoras desnudas de coberturas boscosas, como factor que
incrementa la sedimentación, la pérdida de calidad del agua, y el riesgo de
inundaciones y deslizamientos.
Y
aunque en la cuenca alta sus riberas todavía conservan coberturas naturales
protegiendo rondas hídricas, esto no ocurre en la zona media -sobre todo en
Riosucio, Mistrató y Guática-, por la explotación forestal, ni en la zona baja
dados los usos agroindustriales o pecuarios del suelo, como problemáticas de
esta notable corriente, a las que se suma la contaminación del vital patrimonio
por diferentes causas, como lo son el beneficio del café, el uso y manejo de
plaguicidas, las actividades pecuarias y mineras, y el cultivo y transformación
de la caña de azúcar, además del vertimiento de aguas residuales municipales y
de actividades agropecuarias, y la disposición final de residuos sólidos en
cabeceras y sectores rurales.
Finalmente
y por fortuna, las apuestas coordinadas de las CARS -Carder y Corpocaldas,
quienes comparten la cuenca del río Risaralda y son conscientes de la
problemática, contemplan programas coherentes con las líneas de acción que
demanda la compleja situación, como lo son: a) la gobernanza para el
fortalecimiento institucional y la acción participativa con los actores
sociales del territorio; b) la gestión del conocimiento y la investigación; c)
la gestión integral del patrimonio hídrico mediante el ordenamiento territorial
y el saneamiento ambiental; d) la adaptación al cambio climático considerando
la gestión del riesgo y pervivencia de los ecosistemas; y e) el desarrollo
rural para el crecimiento verde y sustentable en el territorio.
Imagen05:
Río Risaralda- Curso del río, Área de la cuenca y Panorámica de la cuenca.
POMCA y Getruve en Flickr.com
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ANEXO 2 Mundo de la
Tierra:
CALDAS EN LA CONSULTA MINERA
Conscientes del potencial hidroenergético, agrícola y minero del Eje
Cafetero, tras observar las preocupantes dinámicas de las aguacateras atentando
contra el paisaje y de la pretendida sobreexplotación del patrimonio hídrico,
además de controvertir la política agropecuaria y energética del país, también
podríamos cuestionar las políticas del sector extractivo que, amparado en una
legislación laxa acoplada al mercado, se ha convertido en amenaza para sus
ecosistemas. Como ejemplo, en el departamento de Caldas, donde al 2021 se han
otorgado 367 títulos mineros en 26 municipios, actualmente se tienen 262
solicitudes de propuestas de concesión, 42 de ellas con viabilidad técnica
según la Agencia Nacional de Minería.
Este territorio con sus ecosistemas cafetero y de páramo, cuya vocación
agropecuaria históricamente ha estado comprometida por conflictos del uso del
suelo, que se expresan en la destrucción del bosque andino, víctima de una
severa potrerización que ha comprometido un notable potencial bioturístico, ve
ahora la amenaza para la estructura ecológica de soporte por un extractivismo
minero descontrolado, asunto que exige regulación y control soportados en el
amplio marco constitucional para la protección de su patrimonio natural y
cultural, como factores fundamentales para la pervivencia de la vida y la
cultura, haciendo del medio ambiente un elemento estratégico para su desarrollo
humano, social y económico.
Para ilustrar lo que se puede venir, actualmente, entre los principales
escenarios que han merecido atención en Caldas, además de la minería ilegal en
las vegas de ríos como el Cauca, tenemos dos casos: Manizales-Villamaría y
Marmato. Veamos:
En las microcuencas altas del Chinchiná existe minería centenaria. A
pesar de la vecindad al Parque de los Nevados y a la primera fuente de agua de
Manizales, mientras una pequeña minería de carácter artesanal, de incorporar
prácticas amigables con el medio ambiente puede resultar viable, contrariamente
la gran minería industrializada como la que se propone en Tolda Fría, a 2.900
msnm y vecina a áreas de interés ambiental y páramos protegidos por la Ley 2°
de 1959, no: con la exploración y explotación subterránea, al alterarse la
dinámica y dirección del flujo subterráneo podrían contaminarse fuentes de agua
abastecedoras en cuencas hidrológicas vecinas, como la Planta de Gallinazo.
Y en el caso de Marmato, un pueblo colonial anclado en la montaña, donde
la minería, antes que beneficiar a cientos de familias de etnias
mayoritariamente negras y mulatas, cuya historia cruza páginas enteras de la
historia del oro en Colombia, contrariamente con su modelo de enclave minero,
al arrasar la actividad extractiva tradicional acentúa la pobreza, lo que
explica necesidades básicas insatisfechas cercanas al 30% contrastando con un
PIB per cápita similar al de Manizales. Actualmente, este poblado responsable
del 3% de la producción nacional y séptimo municipio productor de oro en
Colombia, con la prórroga por 30 años del contrato a la minera Caldas Gold,
espera doblar su producción anual de 24.000 onzas de oro, y triplicar la de
plata que llega a 30.000 onzas año.
Como van las cosas, además de estar quedado sin pasado ni futuro al
perder sus raíces culturales, ¿por qué no reconvertir la actividad
implementando una minería asociativa e incluyente de tipo artesanal, limpia y
con valor agregado soportada en la cultura del alto occidente de Caldas?
Creemos que los marmateños pueden y merecen otra clase de minería que,
respetando los derechos del territorio y poniendo límites a la gran minería,
permita desarrollar la actividad ancestral de este poblado, y sobre todo la transformación
del oro en bienes con denominación de origen, en lugar de lingotes.
Finalmente, dada la complejidad del problema que deberán enfrentar los
municipios ¿por qué no exigir la institucionalidad del proceso de consulta
creando un órgano técnico departamental de apoyo, participativo y permanente,
donde concurran expertos representativos de los actores sociales del
territorio? Si bien los títulos mineros no dan un derecho ilimitado sobre el
aprovechamiento de los recursos naturales, igualmente cuando se trate de la
prohibición o regulación de la actividad minero-energética, las consultas
populares mineras además de garantizar la democracia participativa, deben
respetar la autonomía territorial considerando las competencias concurrentes
entre los municipios, sometiendo el POT ante los concejos municipales, y la
Nación mediante la autorización previa de la respectiva CAR como delegada del
Ministerio de Ambiente.
Recuérdese que, si desde el punto de vista del bien explotado la minería
no es sostenible, dado que el recurso extraído no se recupera; no obstante
podemos hablar de una minería limpia, socialmente responsable, y que sea
productiva transformando la materia prima, si en lugar de enclaves económicos
optamos por apalancar el desarrollo, y como tal por el respeto de los derechos
bioculturales del territorio y por el desarrollo tecnocientífico de nuestras
fuerzas productivas.
Imagen 06- Caldas: Títulos Mineros solicitados y en uso, en Extractivismo
minero; y Biomas y usos del Suelo en mapas de Corpocaldas.
***
ANEXO 3 Mundo de la
Tierra:
MINERÍA EN TOLDA FRÍA ¿Y EL
AGUA QUÉ?
A
pesar de que la Reserva Forestal Protectora (RFP) Bosque de la CHEC, en
jurisdicción compartida entre los municipios de Manizales y Villamaría, fue
constituida mediante Acuerdo del Consejo Directivo de Corpocaldas número 009 de
2002, la renovación del título para la mina Tolda Fría en Villamaría, se otorgó
en la Delegación Minera de Caldas en 2008, considerando que para dicha fecha
había perdido su vigencia la inscripción del polígono asociado a la Licencia de
Explotación 163-17, por haberse firmado e inscrito en el registro Minero
Nacional en 1998, y por lo tanto con anterioridad a la creación de dicha
Reserva Forestal Protectora.
Al
respecto, la Sociedad de Mejoras Públicas SMP de Manizales considera que dicha
renovación, no era procedente tratándose de un área fundamental de la nación y
de la ciudad, y que para el efecto no se contó con la sustracción del predio
donde se adelantaban las actividades por parte del beneficiario.
La SMP
de Manizales, en cabeza de la Comisión Jurídica conformada por Dra. Marina
Jiménez Buitrago y el Dr. Germán Conde como Socios, mediante acción popular
logró en 2017 que, por decisión de primera instancia del Tribunal
Administrativo de Caldas, se suspendieran temporalmente las actividades
extractivas en la mina Tolda Fría, alegando que el procedimiento que establece
la Ley 685 de 2001, por la cual se expide el Código de Minas, debe tener en
cuenta el carácter superior de la normatividad ambiental colombiana, donde
priman la función social y ecológica de la propiedad, y el bien general sobre
el particular.
Alega
la SMP que, al emprenderse la minería al interior de la Reserva Forestal
Protectora Bosques de CHEC con 3893 ha de extensión, resulta evidente la
violación del Artículo 204, Parágrafo 1, de la Ley 1450 de 2011, toda vez que
el proyecto minero se encuentra a 5 km del PNN de los Nevados, ubicado en un
bosque de niebla, con un 10% dentro de la Zona de Reserva Forestal Central de
Colombia y el 90% del área en la RFP Bosques de CHEC.
Igualmente,
la SMP en la acción popular de 2011, señala que, en tanto, Corpocaldas según
oficio 357406 de 2011 dirigido a la Personería Municipal de Manizales, autoriza
la apertura de una vía de tercer orden transitando 4 kilómetros para llegar al
interior de la RFP, y La CHEC como propietaria, ha permitido instalar un
campamento y helipuerto, también según palabras de la Delegada de Corpocaldas
en sesión del Concejo Municipal de Manizales, del 6 de julio de 2011, afirma
que Aguas Manizales, quien hace el monitoreo a la calidad del agua incluyendo
análisis de mercurio, en las Quebradas La María o Toldafría encuentra
cantidades de este metal dentro de los rangos permisibles. Dicho esto, la
benemérita SMP cuestiona: 1- que Corpocaldas permita dar paso a una vía,
penetrando un bosque virgen en un área de estricta protección; y 2- que el
mercurio, esté en el lecho de quebradas que deban ser monitoreadas por Aguas
Manizales.
Razonablemente,
nuestra Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales, previendo la amenaza sobre
ecosistemas estratégicos y el agua de la ciudad, al conocer lo que está
ocurriendo en la Vereda Montaño de Villamaría, ha logrado la suspensión
provisional de la Mina Tolda Fría, considerando que dicha explotación ubicada
entre los 2800 y 3000 msnm ocupando 165 hectáreas en dicha área de interés
ambiental, afecta de forma grave una cuenca que nutre las quebradas La María,
Tolda Fría, Romerales y California, que drenan al Río Chinchiná en predios que
comparten Manizales y Villamaría, y que cabe el principio de precaución, porque
de darse dicha explotación, con decenas de km de perforaciones exploratorias y
galerías de extracción, se afectaría la cuenca hidrológica profunda, pudiendo
resultar contaminados acuíferos vecinos que nutren los cuerpos de agua que
alimentan las boca-tomas de las plantas Luis Prieto 1 y 2 de la principal
fuente de agua de la capital caldense.
Aunque
la Corte Constitucional mantiene que pueden darse prácticas agropecuarias de
bajo impacto en páramos, en 2016 fue firme en decidir que la minería en estos
frágiles ecosistemas va en contra de la Constitución, en contraste a lo
presentado en el Plan Nacional de Desarrollo de entonces; añade que, pese a los
títulos mineros, dado que los páramos abastecen de agua al 70% de la población,
prevalece en ellos el derecho al medio ambiente sano.
En
2018, cuando el 77% de los páramos de Colombia ya han sido delimitados, el
Senado aprueba un proyecto de ley que protegerá los ecosistemas de páramo y
alta montaña facilitando la gestión sosteniblemente desde varios frentes, y
poniendo en firme la prohibición de la minería, la extracción de hidrocarburos
y la agricultura a gran escala en dichos ecosistemas, y logrando avanzar en su
definición y delimitación.
Ahora,
respecto al régimen de sustracción y cambio de uso del suelo, el enfoque de
sostenibilidad que determina la creación de las zonas de reserva forestal de la
Ley 2.ª de 1959, permite realizar una cantidad importante de actividades, por
lo que no es cierta la afirmación de que allí no se puede desarrollar ningún
tipo de actividad económica.
Pero
también, a pesar señalarse que en caso de que se requiera, las zonas podrán ser
sustraídas y se permitirá el cambio del uso del suelo, esto procede únicamente
bajo ciertas circunstancias, ya que cuando se trate de la minería, de acuerdo
con el artículo 34 de la Ley 685 de 2001, en armonía con el parágrafo 1.º del
artículo 204 de la Ley 1450 de 2011, en las áreas de reserva forestal
protectora: no se pueden desarrollar actividades mineras, ni ser objeto de
sustracción parcial o definitiva para tal fin.
Con lo
señalado hasta aquí, habrá que añadir que, dada la doble concurrencia de lo
local y nacional en los temas del uso del suelo y subsuelo, los derechos no son
ilimitados, puesto que según sentencia de la Corte allí aplican los preceptos
constitucionales de consulta previa y autonomía territorial. A partir del 2011
se empezaron a establecer medidas derivadas del mandato contenido en el
artículo 204 de la Ley 1450 de 2011: dicha norma establece, entre otras, las
siguientes determinaciones: las autoridades ambientales pueden sustraer las
áreas de reserva forestal; el MADS debe adoptar los estudios técnicos,
económicos, sociales y ambientales para realizar los procedimientos de
sustracción; y las áreas de reserva forestal protectoras no se pueden sustraer para
desarrollar actividades mineras. La limitante anterior es clave así la
sustracción aplique para zonas de reserva forestal de Ley 2.ª y para las áreas
de reserva forestal creadas.
Entonces
por la doble concurrencia, el Concejo Municipal por el Municipio y la CAR como
delegada del MASD por la Nación, son los responsables directos de lo que ocurra
en Tolda Fría. Siendo así, la pregunta para ellos es, si permitirán o no una
actividad extractiva cuyos impactos sean la inestabilidad causada a una barrera
natural del PNN de los Nevados, la degradación ambiental en la vecindad de un
páramo, el daño a una RFP que le provee el 65% del agua a Manizales, la
contaminación hídrica en el territorio, la afectación del hábitat de especies
emblemáticas como el cóndor y la palma de cera, y la amenaza para la
pervivencia de individuos de especies vulnerables identificadas en el Plan de
Manejo Ambiental de la RFP de Río Blanco (2010), conexo al corredor de
conectividad que llega a la RFP Bosques de CHEC. Al respecto, según sentencias
de la Corte T-445 del 2016 y C-123 del 2014, los entes territoriales por
razones ambientales pueden incluso prohibir la explotación.
En
conclusión, sabiendo que la situación en Manizales y Villamaría, donde la
presión sobre su estructura ecológica es evidente, no ha sido fácil: por
fortuna la minería en Tolda Fría, con el artículo 34 de la Ley 685 de 2001, en
armonía con el parágrafo 1.º del artículo 204 de la Ley 1450 de 2011, tiene la
puerta cerrada: allí, además de representar una amenaza para el agua de la
ciudad, así se excluyan el suministro de agua de las quebradas California y La
María para su tratamiento, dado que los acuíferos profundos podrán resultar
contaminados, se pueden proteger el páramo y los bosques de niebla que blindan
al PNNN, además de los mismos grupos biológicos de mamíferos y aves
identificados en la RFP de Río Blanco como especies endémicas vulnerables y en
riesgo de extinción, las que deben ser objetos de conservación dada la
conectividad biológica que se establece en el sector.
Imagen07: Áreas
tituladas en Extractivismo Minero, y Biomas de Caldas- Corpocaldas.
***
ANEXO 4 Mundo de la
Tierra:
DE
LAS VÍAS 4G Y 5G A LOS CAMINOS RURALES
Si la infraestructura
de transporte facilita el movimiento de bienes y servicios del país, el
transporte rural es un catalizador de la reducción de la pobreza. En
infraestructura vial y con una densidad de carreteras pavimentadas de 0.013
km/km2, Colombia entre 120 países ocupa el puesto 97, y en calidad de
infraestructura, el puesto 101 entre 133 países. Veamos el sistema carretero.
Las carreteras
primarias: una red que en Colombia cuenta al 2014 con cerca de 11.643 km de
vías, de ellas 7.960 km pavimentados, están a cargo del INVIAS y de la ANI; son
el 7,5% de las vías y conforman las troncales y transversales que integran las
principales zonas de producción y consumo, que conectan fronteras o puertos
buscando contribuir al desarrollo económico del país.
Las carreteras
secundarias, que unen cabeceras municipales o una cabecera con una vía
primaria, que en su mayoría están en afirmado, y que representan el 22.1% de la
red, son atendidas por los departamentos y el INVIAS. Otra cosa son las vías
urbanas, el activo físico de mayor cuantía para el país, que representan la
mayor inversión en infraestructura del transporte.
Y finalmente, las
carreteras terciarias, que unen cabeceras con veredas o veredas entre sí; la
mayoría están en afirmado, y a cargo de los municipios, y en menor grado del
departamento o el INVIAS. Si al 2017 la red sumaba 143 mil km, de los cuales
100 mil km estaban a cargo de los municipios y 28 mil km de los departamentos,
sus falencias se explican por brechas fiscales de municipios y departamentos.
En Colombia, la
inversión en infraestructura vial que históricamente ha sido muy baja ha estado
enfocada más al mantenimiento de la red, y en segundo lugar a la inversión en
ampliación de vías primarias, desarrollo de nuevos proyectos e integración de
las redes fluviales, férreas y carreteables. No obstante, entre 2002 y 2009,
según la Cámara Colombiana de Infraestructura, las dobles calzadas pasaron de
52 km a 726 km.
Las inversiones en vías
4G cuyo costo asciende a $47 billones, con 29 proyectos de los que 27 se
desarrollan entre 2015 y 2019, se reducirá el tiempo de transporte en más del
15%, impactando el 1.5% del PIB nacional. Adicionalmente los 12 proyectos 5G previstos
desde 2020 y los cuales incluyen obras carreteras, férreas, fluviales y
aeroportuarias, requieren una inversión cercana a $22 billones.
Pero para las vías
terciarias, ausentes o en mal estado en zonas de conflicto, y para la cual no
solía existir planeación, programas de mantenimiento rutinario, ni fuentes de
financiamiento segura, entre 2010 y 2017 el país invirtió $3,2 billones en 40 mil
Km, para una media de $460 mil millones anuales, siendo el 2008 con $850 mil
millones a través de los Contratos Plan para la Paz, el año con mayor
inversión.
Es que estas vías
rurales, son la cenicienta: 7 de cada 10 kilómetros de la red de carreteras de
Colombia pertenecen a una vía terciaria. Pero si de los 206.708 kilómetros de
vías de Colombia, 142.284 kilómetros están en la red terciaria, pese a la importancia
de las vías rurales para la generación de empleo en el campo, de ellas
generalmente más del 90% suele estar en mal estado.
Como referente, entre
2019 y 2022, además de $11,5 billones comprometidos en 50 obras que incluyen 19
proyectos de Cuarta y Quinta Generación (4G y 5G), también se invirtieron $5,6
billones para la atención de las vías rurales y red secundaria que representan
el 91,5%, para un promedio histórico de $1,4 billones por año. Además, con las
vías 4G Pacífico 1, 2 y 3, se reducirán a la mitad de tiempo los viajes
Medellín-Manizales.
Y para nuestro caso, si
en Risaralda la Nación invierte $250 mil millones en las vías La
Virginia–Quibdó, e Irra–Quinchía–Puente Umbra, y en Quindío la Gobernación
invierte $40 mil millones en vías rurales, en Caldas con un territorio más
complicado se contemplan inversiones del INVIAS y departamentales por $311 mil
millones para la conectividad con Antioquia por Supía, Riosucio y Sonsón, de
$53 mil millones entre Neira y Aguadas, y de $187 mil en la vía a Mariquita.
Imagen08: Red vial
primaria del departamento de Caldas. INVIAS 2022.
***
MUNDO BACHUÉ: El Agua
EL CENTENARIO MUNICIPAL DORADENSE 1923-2023.
El 7
de Agosto de 1920, el Gobernador General Pompilio Gutiérrez se reúne con un
grupo notable y firma una tardía acta de fundación para “El Corazón de
Colombia”, que ya estaba fundado con el liderazgo de Antonio Acosta. Un
año después se inaugura el trazado de la zona urbana, y ya el 26 de Abril
de 1923 mediante ordenanza No. 44 la Asamblea de Caldas, en
territorio que perteneciera a Victoria eleva a la categoría de Municipio a
La Dorada, cuyas primeras elecciones populares se celebrarán el 11 de
Octubre de dicho año, donde se elige al primer Concejo Municipal que se
instalará el 1° de junio de 1924.
En el
municipio cuya extensión es de 574 Km², la cabecera que es la segunda
ciudad en importancia del departamento de Caldas se localiza sobre la
margen izquierda del Río Magdalena, a 178 m de altitud por lo que
su temperatura promedio es de 28°C.
Como
antecedentes, dicha fundación estuvo muy ligada a la construcción del
ferrocarril entre Honda y Yeguas, con la extensión de la línea férrea de allí
al Conejo donde se inició el poblamiento. La estación del tren
ubicada en este poblado denominado La María, el que se había
establecido entre la parte sur del “Barrio Conejo y Dorada vieja”, se dio
al servicio el 1° de Junio de 1897.
Antonio
Acosta Gutiérrez, quien se había establecido en el lugar hacia el año de
1886 montando un leñateo en Conejo para aprovisionar las embarcaciones,
estuvo acompañado para fundar el puerto caldense, por José Sierra, Pedro
Molina, Ricardo Mejía, Rudesindo Castro, Deogracias Moreno, Mauricio Bernal y
Teodolinda Ortiz.
Es
que, finalizada la guerra de los Mil Días en 1904, los integrantes de la
guerrilla ya sin oficio se vincularon a la construcción del Ferrocarril desde
Honda hasta la quebrada de Yeguas, y al concluir dicha obra quedando cesantes
se establecieron conformando el poblado al que llamaron La María.
La
Dorada, que también se reconoce como la “Glorieta Nacional”, y al 2023 cuenta
con más de 76 mil habitantes de los cuales el 90% son población urbana que se
establece en una cabecera municipal compuesta por 37 barrios, y por
ubicarse su territorio en el Magdalena Medio donde es reconocido como el
segundo municipio ganadero de Colombia después de Montería, tiene como
principal actividad económica el sector pecuario, al que le siguen como
renglones la agricultura, la minería del oro, el comercio, la pequeña industria
y la pesca. Los indicadores señalan que la tasa de dependencia
económica en La Dorada es del 53,3%, y que la pobreza para el área urbana
es del 35% y para la rural del 78%.
Los
principales atractivos doradenses, además del carácter amable de su gente,
pasan por el Parque Simón Bolívar (o de La Iguana) que se encuentra
arborizado, y del Parque Santander también fresco y ventilado, entre otros
lugares donde sobresalen la preciosa y monumental Catedral de Nuestra
Señora del Carmen construida a mediados del siglo XX, el Parque Acuático
El Cortijo, los Puente Navarro y a Pto. Salgar, y los museos del Río
Magdalena y López Pumarejo; todo esto, además de los Carnavales
de Río y Sol en junio, y de excursiones al Río La Miel, a la Vereda
Buenavista y a la Charca de Guarinocito, entre otros lugares donde la
gastronomía y experiencia acuática esperan.
Pero
el estratégico lugar, de apostarle a una plataforma logística soportada en la
intermodalidad gracias a la hidrovía- que reduce fletes un 50% respecto a la
tractomula contra un 25% del tren- y en una revolución urbana – conurbándose
con Honda y Puerto Salgar- podría incrementar el PIB nacional en 1.2 a 1.7% y
generar entre 100 mil y 170 mil nuevos empleos para el país: esto si le apuesta
al Puerto Intermodal en Purnio – Guarinocito donde quedaría 6 m por encima del
nivel del río, y no en el sector Norte de La Dorada y “japoncito” donde las
inundaciones amenazan.
Como
referente, el impacto sería aún mayor, de extenderse la hidrovía al Sur hasta
Neiva para que además de la capital del huila y de Honda, también Girardot y
Ambalema vuelvan a ser puertos, se incorporen las 350 mil hectáreas del fértil valle
del Alto Magdalena, y si se implementan varias industrias minero-energéticas en
este sector del Magdalena Centro donde se cuenta con agua y energía abundantes,
y que deberá conurbarse para prevenir conflictos y aprovechar potencialidades.
Imagen09:
Arriba, panorámicas de La Dorada, y abajo, Guarinocito y Puente La Dorada
Puerto Salgar. Web del municipio, del PDP-MC, Co.pinterest.co, Kikipedia.org y Dairo
Correa, en- flickr.com.
***
HONDA, FRENTE A LOS DEVENIRES DEL
DESARROLLO
Ubicada en el Magdalena Centro, en territorio de aborígenes Ondaimas
sobre el punto de quiebre entre el valle alto y medio del río mayor de la
patria, vecino a un raudal y en la confluencia del río Gualí, aparece “la
ciudad de puentes y subiendas”, un puerto fluvial de 1560 ubicado a 220 msnm,
que se erige Villa en 1643 y Municipio en 1863, lugar donde pequeñas
embarcaciones como champanes y canoas pudieron remontar con riesgo la
corriente, pues el Salto de Honda puso límites a la navegación a vapor: modo de
transporte que intentó implantar Santander desde 1823, se establece desde
finales de la década de 1840 y se regulariza a finales del siglo XIX.
En la Colonia, viajeros y mercancías llegadas al Caribe con destino a
Santa Fe (1538), tomaban la ruta por tierra desde Cartagena (1533) hasta
Barranca Vieja, cerca de Mompós (1537), donde se embarcaban en canoa para
remontar el río en un viaje de 3 a 4 semanas, hasta detenerse en Honda, puerto
vecino a la próspera Mariquita (1551). De ahí la construcción del Canal del
Dique en el siglo XVI, una bifurcación artificial de 113 km del río Magdalena
construida para facilitar la navegación entre Calamar y la bahía de Cartagena.
El Salto de Honda, no solo dividió en dos la navegación del Magdalena
entre Neiva y Calamar, sino que también ha definido la suerte del hermoso
puerto tolimense, al convertirlo en nodo del sistema intermodal de transporte
gracias a la convergencia de las vías terrestres, a pesar de los avatares del
comercio interior y exterior de Colombia. El ingeniero militar y geógrafo
Agustín Codazzi, en el marco de la Comisión Corográfica, estudia la posibilidad
de allanar el raudal asociado a un desnivel de 69 m, para resolver el mayor
escollo para la navegación del Magdalena.
Aunque los vapores remontaron el meandro de la Curva Conejo en La María
(La Dorada), accediendo con relativa seguridad hasta el meandro Vuelta de la
Madre de Dios, lugar donde carga y pasajeros transbordaban a canoas o tomaban
cabalgaduras con destino al poblado localizado 25 kilómetros aguas arriba,
también más adelante surgen dos puertos: Caracolí una milla aguas abajo de
Honda para la navegación de 1000 km hasta el Caribe, y Arrancaplumas, aguas
arriba de la desembocadura del Gualí para navegar 400 km hasta Neiva.
Ahora, gracias a las copiosas riquezas que circulaban por el histórico
poblado, al surgimiento del café de las grades haciendas de Cundinamarca y al
incremento de la población en el Tolima Grande consecuencia del auge de la
explotación del tabaco, Francisco Cisneros inicia la construcción del
ferrocarril entre Honda y la Dorada poniendo en servicio el primer tramo entre
Honda y Caracolí en 1881 y 15 kilómetros adicionales en 1885; diez años después
extienden la línea 23 km entre Arrancaplumas y la quebrada Yegua, y en 1897,
finalmente, 35 km adicionales para alcanzar el puerto de La María (La Dorada).
Con el fin de las guerras civiles del siglo XIX y la bonanza cafetera de
principios del siglo XX, en 1907 el ferrocarril Honda – La Dorada se extiende
hasta Ambalema, en 1908 llega el tren de Bogotá a Girardot, entre 1921 y 1936
se construye el de Facatativá a Salgar, y en 1922 se inaugura el cable aéreo
Manizales – Mariquita. Actualmente, mientras Caldas reclama la salida a la
Hidrovía siguiendo el curso de la carretera al Magdalena de 1939 por Fresno, y
no por Cambao, se propone el Túnel Cocoló de 6 km que reduciría en 26 km la
distancia Honda-Bogotá, y avanza el proyecto vial Girardot- Salgar por Puerto
Bogotá, frente al puerto tolimense.
Hoy el futuro de Honda pasa por la multimodalidad, que se fortalecería
con el regreso del tren integrando la región andina a esta hidrovía cuyo
potencial para la navegación se ha estimado en 500 millones de toneladas-año,
según el Plan Maestro de Aprovechamiento del río Magdalena elaborado por la
estatal china Hydrochina Corporation, lo que obliga a conurbar La Dorada y
Honda para construir sinergias orientadas a desarrollar una plataforma
logística, buscando acrecentar los impactos del medio fluvial en el que
operarán convoyes de carga en el mediano plazo, tras el dragado concesionado
por Cormagdalena a la brasilera Odebrecht.
Imagen10: Vapores del Magdalena en Arrancaplumas:
juanmanuelrudas.jimdo.com
***
SAMANÁ, TIERRA DE AGUA Y MIEL
En el Magdalena Centro, entre Argelia y Marquetalia o entre Victoria y
Pensilvania, sobre un escarpado territorio de “agua y miel” con relictos de
bosques primarios estratégicos, aparece Samaná habitado por 27.970 personas de
las cuales 6.980 viven en la cabecera.
Constituido por los corregimientos de Florencia, San Diego, Berlín,
Encimadas y el propio Samaná, mismo que hasta 1920 llevó el nombre de San
Agustín, a donde la carretera que entró como trocha en 1932 debe esperar 80
años para su pavimentación, este precioso municipio, el más extenso de Caldas,
alberga dos tesoros naturales significativos, como lo son la Laguna de San
Diego que hace parte de una caldera volcánica, y la Selva de Florencia donde
también aparece el volcán Escondido.
Aunque la historia reciente del poblado y sus corregimientos se baña en
sangre e historias de desplazamientos, violaciones, secuestros y extorsiones,
hoy en medio de la esperanza y calidez de sus amables pobladores que luchan por
reconstruir sus territorios, se respira la paz.
Como evidencia del esfuerzo por el desarrollo comunitario, la primera
alcaldesa electa, hace méritos al implementar procesos de alto impacto:
verbigracia, optimizar los servicios e infraestructura del Hospital San José;
apoyar la apuesta de Fundecos con la Galería de Memoria Histórica “Arley Arias
García” donde las víctimas han visibilizado su dolor; y fortalecer la labor de
la Casa de la Cultura en la antigua cárcel, con sus programas de danzas
folclóricas y música colombiana, fortalecimiento de la biblioteca municipal y
emprendimiento en producción de alimentos para mujeres víctimas del conflicto.
Aunque la presencia de los conquistadores en tierra de los Pantágoras se
remonta al período que va de 1540 a 1585, lapso en el cual se funda en sus
vecindades a Mariquita (1551) por Francisco Núñez Pedroso, y se produce el
Holocausto del Ingrima consumado por los sanguinarios lugartenientes de Asencio
de Salinas, la colonización de la tenebrosa selva del sur de Sonsón sólo se da
en el siglo XIX por intrépidos mineros, que penosamente avanzan por la espesura
para explotar los aluviones auríferos de los profundos cañones de los ríos La
Miel, Dulce, Samaná y Tenerife. Norcasia, corregimiento de Samaná desde 1938,
pasará a ser municipio caldense en 1999.
Según lo señala José Miguel Alzate en “Samaná en la Historia”, erigido
Corregimiento adscrito a Pensilvania hacia 1884, gracias al apogeo de la
minería de socavón en la mina de La Bretaña vecina a Florencia donde se
emplearon 250 mineros, la Asamblea de Antioquia de forma apresurada declara
municipio a San Agustín, debiendo degradarlo dos años después en virtud de que
el ayuntamiento no pudo tener vida propia; esto, hasta que ya creado el
departamento de Caldas (1905), existiendo condiciones, por iniciativa del
párroco Daniel María López, en 1908 se logra su erección definitiva.
La Selva de Florencia, declarada Parque Natural Nacional en 2005, posee
ecosistemas que hacen parte del bioma subandino y en menor proporción del
andino. Se trata de una selva húmeda tropical de diez mil hectáreas en abrupta
topografía, que cubre altitudes entre los 1700 y 2300 msnm, donde se registra
un alto endemismo que se expresa en el mayor número de ranas del país, 42
especies de mamíferos, 52 especies de anfibios y reptiles, y 231 especies de
aves, potencial de avifauna que le merece un sitial de honor al lado de
Manizales. Además, su importante patrimonio hídrico, cuyas aguas drenan por los
ríos La Miel y Samaná Sur, representa un potencial hidroenergético que amerita
una planificación responsable y de alto contenido socioambiental.
Y finalmente, en este municipio dotado de oro de aluvión y plata, y de
fuentes de uranio que se prospectan en Berlín, y en el cual gracias a su
relieve pronunciado y pese a tener tierras con limitaciones, dada la baja
densidad demográfica por fortuna son pocos los conflictos de uso del suelo,
también aparece la Laguna de San Diego con 138 hectáreas y una altitud de 800
msnm: este es un humedal importante y único, con posibilidades turísticas, que
dada su naturaleza volcánica asociada a una explosión freatomagmática, y por
los ecosistemas acuáticos y terrestres que alberga, goza de la categoría de
Distrito Integrado para blindarse de la acción depredadora.
* Imágen11. Izq: Laguna de San Diego (Akelarre196) y Selva de Florencia
(Eltiempo.com), y Der: Panorámica de Samaná, en: http://pdpmagdalenacentro.org.
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LA
MAGIA VERDE DE VICTORIA, TIERRA DE AVES
Victoria, un precioso municipio caldense que al 2021 tenía 10.440
habitantes, cuenta con una historia de múltiples fundaciones en territorio
indígena Pantagora, donde la primera fue en 1557 bajo el dominio español recién
fundado Mariquita (1553), y la segunda a orillas del Magdalena donde no
prospera. Ya en el siglo XIX y en la década de 1840, en la Cuchilla de
Bellavista resurge Victoria como un proceso colonizador de antioqueños,
tolimenses y cundiboyacenses, hasta que en 1879 tras una sequía decide desplazarse
al S-E sobre los Planes o Guadualito, donde resulta erigida aldea en 1884 y
como municipio del Tolima en 1887 y posteriormente, en 1907, pasará a Caldas.
Aunque históricamente este poblado fue receptor de víctimas del
conflicto armado que durante más de sesenta años sacude a Colombia, en su
mayoría provenientes ellos de los municipios aledaños, aún se recuerda que en
épocas de la violencia partidista la masacre de 1963 causada por alias
“Desquite” en la vereda la Italia deja 38 víctimas; pero también sabemos que,
si en Victoria no acontecen hechos victimizantes después del año 2017,
actualmente los victorenses como gente de paz, pueden decir que definitivamente
en su territorio ya superaron la crisis asociada a la violencia cuyos hechos
victimizantes del oriente caldense, fueron en su mayoría cometidos por actores
armados del frente 47 de las FARC y del bloque paramilitar Ramón Isaza.
Su territorio, con una extensión de 507 km², con un régimen de
temperaturas que oscila entre 21 y 31°C, y que está bañado por las aguas de los
Ríos La Miel, Doña Juana, Pontoná y Purnio, limita por el naciente con el
puerto caldense de La Dorada, por el poniente con los municipios caldenses de
Marquetalia y Samaná, y por el norte con Norcasia y Samaná que igualmente son
de Caldas; y ya por el sur con los municipios tolimenses de Honda y Mariquita.
Sus principales vías de comunicación rurales son dos: desde Victoria (cabecera)
a Purnio – Doña Juana Baja – Cimitarra – La Fe – Isaza; y segundo, la carretera
Cañaveral – Doña Juana Alta – Corinto – Fierritos – La Pradera – La Guayana –
Carrizales – Isaza.
Si bien la economía de Victoria se soporta en la actividad ganadera, y
en cultivos como plátano, cítricos y otros frutales, también y gracias a su
potencial natural característico del trópico andino, puede apalancar el
ecoturismo aprovechando sus patrimonios biótico, hídrico y paisajístico,
fortalezas que le demandan prácticas silvopastoriles y protección de rondas
hídricas, como de los relictos de bosques y demás áreas protegidas del
territorio, ya que estas estrategias de adaptación al cambio climático sumadas
a la cultura amable de sus habitantes, pueden convertir a Victoria en un
baluarte del aviturismo. Caldas con 815 especies de aves equivalentes al 42% de
1.900 que posee Colombia, tiene en el Oriente su mayor fortaleza.
Victoria que desde antes ha contado con múltiples áreas de interés
ambiental, como lo son los relictos de Bosque Montecristo y Bellavista – Cuba,
y otros relictos de bosque localizados en la margen derecha del río La Miel,
además de los cerros de la vereda El Gigante, actualmente con
Corpocaldas ha declarado la Cuchilla de Bellavista, un área de 1.302 hectáreas
ubicada entre 900 – 1.000 m de altitud, como Distrito de Manejo Integrado,
asegurando dicho patrimonio con una figura que fortalecerá además de la conectividad
biológica, el aviturismo que igualmente puede extender sus beneficios a las
comunidades vecinas que habitan las márgenes de los ríos Guarinó y Doña Juana,
y la parte media del Purnio.
Hay que ir a Victoria, no sólo para conocer la imponente Ceiba de la
plaza Rafael Uribe Uribe o ascender al Mirador de la Cruz, sino también para
aprovechar a fondo su potencial ecoturístico, soportado en una variada oferta
de actividades que ofrecen los torrenciales ríos que atraviesan su territorio y
sus ecosistemas de bosques naturales, no solo para hacer recorridos como el
avistamiento de aves por la Cuchilla de Bellavista o un paseo por lugares como
el balneario Doña Juana”, sino también para tener aventuras como el “rafting” o
descenso en un bote sin motor por un río de aguas bravas y el nado con
salvavidas, aprovechando al aptitudes del río La Miel para el canotaje y el
balsaje.
* Imagen12- Ceiba de Victoria-Caldas, por Alcira Pamplona; y Registro de
aves en Victoria-Caldas, Por Eliana Fierro-Calderón, 2010.
***
ANEXO 1 Mundo del Agua:
ANOTACIONES
A LA NAVEGACIÓN DEL MAGDALENA
Los primeros empleadores del mundo son puertos y aeropuertos cuando son
nodos del transporte y no lugares de paso. El proyecto de la navegación es tan
bueno que se defiende solo: el problema es que enfoque debe ser en términos de
transporte verde, y del respeto a los derechos bioculturales del territorio… aunque
esto así, no se ha socializado.
Pero en cuanto a los beneficios, la hidrovía con una reducción de los
costos superior al 40% y movilizando seis millones de toneladas en un horizonte
moderado –con el río operando al 100 por ciento del tiempo- podría generar más
de cien mil empleos para Colombia.
Adicionalmente, dicho desarrollo que produciría un incremento del PIB
mayor al 1,2% de participación según la Fundación IGALA de la U. de Caldas que
bajo la dirección de Roy Estrada, al contar en el Magdalena Centro con
transporte económico se podría duplicar el PIB Caldense al incrementarse en
otro 0,4% el PIB, gracias a la disponibilidad de energía y agua suficientes
para desarrollar las industrias químicas de base minera del Plan Minero de
Caldas 2010-2016 elaborado por Gabriel Poveda Ramos, a solicitud de los
doctores Mario Calderón por la C de C y Emilio Echeverri como Gobernador de
Caldas.
Si en la cuenca del Magdalena donde se genera el 30% de la carga de la
región Andina y el 40% del PIB, el centro de gravedad se localiza en el
Altiplano, y también en el occidente colombiano donde se genera el 40% de la
carga y el 30% del PIB el centro de gravedad es el Corredor del Cauca entre La
Virginia y el Km 41, ¿por qué no desarrollar la hidrovía completa hasta Neiva?
Es clave empezar por los actores de la carga ya que lo que se exporta de café,
tiene como carga de compensación los insumos para el agro colombiano.
Si de conformidad con el estudio “Destrabando las arterias” (BID 2010),
porcentualmente las exportaciones y las importaciones crecerían cerca de 5
veces lo que se economice en el movimiento de las mercancías; entonces, para
dimensionar el impacto económico sobre el PIB regional de ambas plataformas
logísticas -la del Magdalena Centro la del Eje Cafetero-, basta señalar que los
ingresos por impuestos que se generan en Buenaventura, por donde se moviliza el
53% de la carga del país y se exportan unos 550 mil TEU al año de 2,5 millones
de TEU que salen de Colombia, suman $5,5 billones anuales.
Pero el Magdalena exige emprender acciones ambientales de largo plazo y
extremada urgencia. Los mayores desafíos para la navegación se relacionan con
la juventud de las montañas que se traduce en suelos erosionables lo que se
traduce en la necesidad de corregir los usos conflictivos del suelo y emprender
la reforestación de sus cuencas, para reducir la sedimentación del cauce y
formación de bancos de arena.
Habrá que recordar que las rupturas del Canal del Dique ocasionadas en
1984 y 2010 por caudales excedentarios, que además de la pérdida de vidas
humanas y de la muerte de animales, arrasó cultivos y propició el
desplazamiento de campesinos que ya venían siendo víctimas de las consecuencia
de un ecocidio cometido al dañar complejos de cientos de ciénagas cerrando sus
caños de alimentación en la Depresión Momposina, lo que impide que este extenso
territorio de 24 mil km2 no pueda cumplir su función amortiguadora de las
crecientes del Magdalena.
El objeto de la recuperación del Magdalena además de hacer que los
poblados ribereños vuelvan a ser puertos o asentamiento de pescadores, debe
prevenir la sobreexplotación de la pesca y la madera, y que se arrasan
humedales para extender cultivos y hatos ganaderos, si queremos hacer de las
comunidades y ecosistemas del territorio el principal objetivo del desarrollo,
y convertir el río convertido en una hidrovía incluyente y ecológicamente
funcional y sostenible.
La carga de sedimentos que llegan por el Magdalena al mar, son 150
millones de toneladas al año. Gracias al clima bimodal de la región andina, el
caudal del Magdalena a diferencia del Río Meta donde hay 9 meses de verano, es
un caudal bien regulado. El problema de las inundaciones en La Dorada que pasa
por acumulación de sedimentos del Volcán 1985 y del Trasvase del Guarinó, por
no ser carga de fondo en movimiento sino establecida, exige la batimetría.
De contarse con la voluntad del Gobierno Nacional, con el liderazgo
nuestros gobernadores acompañados por la clase dirigente, se puede lograr que
también el proyecto, por la expansión e impacto de sus beneficios, sea acogido
por la RAP del Eje Cafetero y por los departamentos vecinos. Para hacer viable
un desarrollo integral, además de conurbar el territorio entre Honda-La Dorada
y Puerto Salgar, haciendo uso de las figuras del ordenamiento territorial
colombiano. Por ahora la meta a corto plazo es alcanzar como objetivo práctico,
es que Cormagdalena cumpla con la batimetría, cubicación y el costo del dragado
del río de Barranca hasta la desembocadura del Guarió, para hacer oficial con
ello el avance de la navegación hasta Purnio.
Como agenda se propone: primero, extender la hidrovía inicialmente a
Purnio para que a los 3 millones de ton que mueve el río en Barranca, incluidas
2 de hidrocarburos, se sumen 6 millones que movilizaría el Puerto Multimodal de
la Dorada; y segundo, extender la hidrovía al Sur para llegar a Neiva, para
incorporar los beneficios de la actividad productiva de la cuenca alta del Río
Grande de la Magdalena y del resto del territorio ribereño en jurisdicción de
Cundinamarca y del Tolima Grande.
* Imagen13: Vapor remontando los rápidos del Salto de Honda, Tolima,
frente al talud de Puerto Bogotá. (Foto Thomas S. Boyd 1899)
***
ANEXO 2 Mundo del Agua:
SOS POR PRESIÓN ANTRÓPICA EN EL RÍO GRANDE
La suerte de este río
de la patria, pese a haber sido fundamental como ruta de acceso para la
ocupación del territorio y medio para la consolidación de la nación durante el
siglo XIX, está comprometida: en su cuenca, la pérdida acumulada de cobertura
boscosa favoreciendo la erosión, y de complejos de humedales por sedimentación
y expansión de hatos y cultivos, como causas que explican el desbordamiento del
río reclamando el espacio perdido, además de los vertimientos de aguas no
tratadas desde centros urbanos, y por 1200 minas de aluvión que usan mercurio,
y de las actividades agroindustriales con su huella hídrica verde, explican por
qué el río, hoy víctima del olvido, se encuentra degradado y contaminado.
La pérdida de la
regulación hídrica en la cuenca sumada al impacto del cambio climático y a la
sedimentación como causas que explican el desbordamiento del Magdalena,
reclamando el espacio perdido, son fenómenos que, por su impacto sin medida
sobre las poblaciones ribereñas y pérdida de ecosistemas ícticos en su cuenca y
el Caribe, obligan a preguntarnos: ¿qué proyectos de magnitud existen en
Colombia, que velen por la protección del medio ambiente y la preservación de
sus ecosistemas más estratégicos?
La fauna y flora, al
igual que poblados que ayer eran puertos y las propias comunidades de
pescadores de la cuenca Magdalena–Cauca que han debido abandonar sus oficios,
son las víctimas de los pasivos ambientales de las consecuencias de la acción
depredadora, de un modelo de desarrollo en Colombia que, desde mediados del
siglo XX viene afectando el ambiente en lo biomas de regiones diversas y
distantes de este río, que pese a estar beneficiado por un clima bimodal,
padece problemas de regulación hídrica y climática, de calidad del agua y de
pervivencia de los ecosistemas.
Por lo anterior, el
cambio climático y el uso conflictivo del suelo, además de plantear amenazas
para la biodiversidad, a escalas generales y de detalle en un escenario
complejo con ecosistemas fragmentados, exige priorizar una evaluación temprana
de los escenarios en riesgo, con sus dinámicas espacio-temporales y de los
factores específicos que inciden en la amenaza para los ecosistemas, como para
los pobladores ribereños expuestos a sequías e inundaciones. Como evidencia en
2010, cuando los niveles del río en Calamar, pasaron de 3 a 9 metros y el
caudal por el Canal del Dique se triplica, hubo una inundación de 35 mil
hectáreas que dejó 120 mil damnificados.
Ahora que estamos
advirtiendo una gestión relevante del Ministerio Público en casos ambientales
emblemáticos como el Río Grande de La Magdalena, la Procuraduría debería
requerirle a Cormagdalena la implementación del Plan de Ordenamiento y Manejo
Integral de la Cuenca del Río Grande de la Magdalena -POMIM- iniciado hace 20
años, donde se contemplaba un elemento de ordenamiento hidrológico y otro de
coordinación con las CAR y MASD, como instituciones encargadas de la gestión
medioambiental, para enfrentar la deforestación como causa de la sedimentación
que agobia al río Magdalena.
Si la deforestación que
no para, se traduce en la erosión que explica una carga de sedimentos de 150
millones de toneladas al año en el Magdalena, asociada a una tasa anual de 690
toneladas por kilómetro cuadrado, cuantía 4 veces superior a la tasa del Amazonas
o del Orinoco según, lo que se expresa en grandes impactos socioambientales y
económicos, no sólo para las comunidades y ecosistemas ribereños sino también
por los daños causados en el sistema de ciénagas de la Depresión Momposina, y
por la muerte de corales en los arrecifes de Islas del Rosario, consecuencia de
9 millones de toneladas de sedimentos que ingresan por el Canal del Dique.
La característica
contrastante a lo largo de los tramos distales del Magdalena, son sus cuerpos
de agua casi permanentes en llanuras aluviales, donde la sedimentación puede
darse en la forma léntica difusa en aguas estancadas, en deltas de llanuras
aluviales y canales desarrollados por extensión de diques subacuáticos,
desafortunadamente con los derrames en el río tras las intervenciones
restringiendo su cauce, pueden crear nuevos estilos de sedimentación, con
consecuencias ecológicas funestas, tal cual se advierte en los cambios
morfológicos de la bahía de Cartagena y en los daños en la Ciénaga Grande de
Santa Marta.
Imagen14: Cuenca del
Magdalena, cambios en usos del suelo 1970-2010 y afluentes. Fuentes, Ars.els.cdn.com
y J.D. Restrepo y H.A. Escobar, EEAFIT, 2018.
***
ANEXO 2 Mundo del Agua:
HUELLA HÍDRICA EN
COLOMBIA
Al cuantificar la
huella hídrica azul, verde y gris de las actividades agrícolas y pecuarias de
Colombia, se pone en evidencia una grave problemática en la Región Andina,
relacionada la concentración de la población y del PIB nacional. La magnitud de
dicha huella alcanza los 25000 Mm3 al año, cuantía en la que el 85% es HH
verde, el 10% es HH azul y el 5% HH gris. Al respecto, debe considerase que la
cuenca Magdalena-Cauca, aunque concentra 32,5 millones de habitantes
equivalentes al 65% de la población del país, sólo posee el 12% de su
patrimonio hídrico subterráneo y el 13% de las escorrentías. En cuanto a la
huella hídrica total del sector agropecuario, las mayores contribuciones
provienen del café, el maíz, el arroz, el plátano, la caña de azúcar y la palma
africana.
El Estudio Nacional del
Agua ENA (Ideam 2014) se ocupó de la Huella Hídrica en Colombia. Como
herramienta que permite estimar el contenido de agua oculta en cualquier bien o
servicio consumidos, la huella hídrica HH, además de tener en cuenta el agua
consumida y contaminada, y sus usos directos e indirectos en procesos
antrópicos, se basa en un desarrollo de tres conceptos previos: el Agua Verde,
que mide el agua dulce superficial o subterránea incorporada y que no retorna a
la cuenca origen; el Agua Azul, si se valora solo el agua de precipitación; y
el Agua Gris, si trata del volumen de agua contaminada en la cadena de
suministros.
Según el ENA, en la
demanda hídrica nacional, que en 2012 alcanzó 35.987 millones de metros
cúbicos, la participación de usos por sector fue: 46,6% agrario, 21,5%
energético, 8,5% pecuario, 8,2% doméstico, 5,9% industrial, 4,6% acuícola, 3,4%
minero e hidrocarburos y 1,3% servicios. De dicha demanda, el 67% se concentró
en el área hidrográfica de los ríos Magdalena y Cauca, el 16% en el Caribe y el
12% en la Orinoquía. En los cultivos permanentes, el de mayor HH azul fue la
palma de aceite, seguido del plátano y la caña de azúcar; por su parte el de
menor HH azul fue el café, que constituye también el cultivo permanente con la
mayor HH verde de Colombia, seguido de caña, palma de aceite y plátano,
mientras que el de la menor HH verde se encontró en flores y follajes.
En los cultivos
transitorios la mayor HH azul le correspondió al arroz de riego, seguido de la
papa y el maíz, mientras la menor estuvo en el arroz secano. La mayor HH verde
la presentó el maíz y el arroz de riego nuevamente, seguidos de la yuca y la
papa, en tanto que la menor estuvo en los cultivos de trigo. En la Orinoquía y
Amazonía los pastos de corte y forrajeros no presentaron HH azul por
comportarse como cultivos transitorios de secano. Se denomina agricultura de
secano la que, en lugar de irrigación, utiliza la lluvia. En pastos ganaderos,
mientras por áreas sobresalieron Vichada, Meta, Casanare, Antioquia, Arauca y
Córdoba, al abarcar cerca de la mitad del pasto de Colombia, contrariamente, la
superficie destinada a la ganadería extensiva en el Eje Cafetero solo
representó el 2,3% y en el Tolima el 3%.
Al cuantificar la HH
verde y azul para el sector agrícola y pecuario, como único sector con las dos
huellas hídricas, el ENA estima a nivel nacional, una participación porcentual
de 11% de HH azul, contra el 89% de HH verde. Pero otra cosa ocurre en la cuenca
Cauca-Magdalena que cubre el 24% del área continental. Al respecto, dada la
concentración del 70 % la actividad agrícola y del 80% del PIB del país en
dicho territorio, allí se generó el 68% de la HH verde agrícola y el 66% de la
HH azul agrícola; a esto se añade que, pese a la gran oferta hídrica de
Colombia, la cuenca Magdalena-Cauca, aunque concentra 32,5 millones de
habitantes equivalentes al 65% de la población del país, sólo posee el 12% de
su patrimonio hídrico subterráneo y el 13% de las escorrentías.
Si en la gran cuenca
del Cauca-Magdalena sobresalen los valles del Cauca y Alto Magdalena por la
abundancia de aguas subterráneas, dicha disponibilidad resulta precaria en el
Magdalena Medio y Bajo y en el cañón del Cauca. Esto es fundamental para las previsiones
sobre los efectos del ENOS (El Niño y La Niña), donde se prevén variaciones de
caudales con respecto al periodo de referencia (2010), según los escenarios
proyectados por el IMAT, así: Para el Magdalena Alto, reducciones del 1% al 42%
durante el Niño e incrementos mayores del 30% durante La Niña; para el
Magdalena Medio, con El Niño se presentarían disminuciones entre 1% y 35%, y
con La Niña incrementos del 7% al 30%; para el Bajo Magdalena durante El Niño
reducciones entre 20% y 46%, y con La Niña incrementos que superarían el 20%;
en tanto que para la Cuenca del Rio Cauca, con El Niño las disminuciones
excederían el 30%, y con La Niña los incrementos serían del 12% al 60%.
Imagen15- Huella
Hídrica en Colombia. Huella Hídrica de la agricultura en Colombia según La WWF
2012.
***
ANEXO
4 Mundo del Agua:
AVITURISMO:
SECTOR EMERGENTE Y PROMISORIO.
El turismo de
naturaleza, entendido como aquella actividad que se enfoca en la observación,
disfrute y recreación en espacios naturales, incluye el turismo de aventura, el
turismo rural y el ecoturismo. Mientras el turismo rural consiste en el
disfrute, la recreación y el descanso en el entorno natural, rural o campestre,
para lo cual se propicia la participación en actividades que permitan el
conocimiento de las costumbres y en general del modo de vida de las comunidades
locales, el ecoturismo es el conjunto de actividades que el visitante realiza
al aire libre, bien sea en áreas naturales o seminaturales con el fin de
disfrutar de paisajes, flora o fauna, e incluso para conocer manifestaciones
culturales cuyo conocimiento implica su comprensión, apreciación y
conservación.
Del segundo ítem,
interesa el aviturismo que consiste en observar e identificar aves en su
hábitat natural, ya que resulta estratégico para Colombia por ser el primer
país del mundo en diversidad de aves (más de 1900 especies), lo que equivale al
20% de las especies de aves en la Tierra, y donde al 2011 se reportaron 197
especies de aves migratorias, 193 casi endémicas y 79 endémicas; aunque pese a
este gran potencial, dada la creciente pérdida de ecosistemas, también
podríamos ser “el país de la extinción de las aves”. A nivel global según el
Servicio de Vida Silvestre de Estados Unidos (2011), se registraron 47 millones
de observadores de aves, de los cuales 17% toma un viaje internacional al año,
lo que equivale a 3 millones de viajes por año, que representan un volumen de 6
millones de turistas a observar aves.
Dicha actividad, que
exige buenas prácticas para un aviturismo incluyente y responsable, la guianza
y una experiencia significativa, y la calidad del servicio, también es un
sector promisorio para la Ecorregión Cafetera, en especial para mejorar
ingresos de comunidades vecinas a áreas de interés ambiental. Como referente,
en Latinoamérica, Colombia con Brasil y Costa Rica, aparece en el TOP 3 (2014),
así: por el número de visitantes a áreas protegidas con vocación Ecoturística,
Costa Rica 1,738,601, Brasil 7,305,178 y Colombia 917,146 visitantes; por
superficie en áreas protegidas, Brasil 978,725 km2, Colombia 149,238 km2 y
Costa Rica 13,132 km2; y en número de visitantes por km2 de Área Protegida,
Costa Rica 132.4, Brasil 7.5 y Colombia 6.4.
Además de los
Observadores expertos competitivos y muy dedicados, que traen su propio equipo,
dispuestos a viajar largas distancias para ver aves raras o nuevas y aumentar
su “lista de vida”, grupo que representa el 10% de los aventuristas y cuyo
perfil es predominantemente hombres entre 40 y 50 años; están los Observadores
“Entusiastas” o medianamente especializados, que representan el 50% del total y
que en mayor proporción son mujeres entre 50 y 70 años; y finalmente los
Observadores “Casuales” o ecoturistas que participan con el 30%, y que combinan
la observación de aves con otras actividades basadas en la naturaleza.
El país, dado que la
conservación resulta fundamental para su desarrollo económico y social, en el
marco del posconflicto, debería alinear esfuerzos con el proceso de paz en
beneficio de comunidades rurales de la Colombia profunda, mediante políticas y
estrategias que incluyan, además de formación en conservación del patrimonio
cultural y natural, conocimiento expedito de su territorio y formación de
guías; el tema de alimentación segura, calidad del alojamiento y saneamiento
básico; e incluso el apoyo a comunidades locales para la seguridad durante el
viaje y estancia, confiabilidad del transporte local, e información sobre
actividades de complemento.
Siendo el turismo una
de las actividades económicas más dinámicas del mundo, tanto por su aporte al
PIB (10%) y generación de empleo (12%), el avistamiento de aves en Colombia,
como subproducto del turismo de naturaleza complementado con ofertas de avistamiento
de aves a nivel urbano tal cual lo hace Bogotá, podría centrar su atención en
países como Estados Unidos y Reino Unido que tienen la demanda por aviturismo
más grande a nivel mundial, y en particular en Europa y Norteamérica donde se
encuentra la principal demanda potencial, ya que para el caso latinoamericano,
el país debe competir con Perú y Costa Rica y en menor grado con Brasil,
Argentina, Ecuador y Venezuela,
Imagen16: Aviturismo en
Eje 21 y de la Feria Internacional de las Aves-Colombia BirdFair 2016 en Cali,
Radiomacondo.fm
***
MUNDO YURUPARÍ: El Aire
HACIA EL BICENTENARIO DE
SALAMINA, LA CIUDAD LUZ
De la mano de la Escuela Taller de Caldas y del Paisaje Cultural
Cafetero de Colombia PCCC por su especialidad, la tierra de Agripina Montes,
Emilio Robledo y Tomás Calderón, debería llegar a su bicentenario en 2025 con
una condición que le haga tributo a su monumental arquitectura vernácula de
continuos urbanos en bahareque. Aunque en el bahareque existen variantes de
tierra, madera, metálico y encementado, el que se expande por la ecorregión cafetera,
mismo que se levanta allí sobre una cimentación de cantos rodados y tapia
pisada, constituido por una estructura de guadua y maderas nativas, donde los
paneles con riostras diagonales le dan al sistema el carácter “temblorero”, y
se cubren con una mezcla de limos inorgánicos y cagajón dispuesta sobre
esterilla de la misma bambusa, por ser la técnica constructiva más extendida en
el PCCC, podría dar mérito a una declaratoria de la UNESCO para reconocer al
poblado como Patrimonio de la Humanidad.
Si bien la “Convención sobre Protección del Patrimonio Mundial Cultural
y Natural”, fue adoptada por la UNESCO en 1972, casi medio siglo después el
catálogo de bienes con el título de Patrimonio Mundial conferido, cuenta ahora
con 1.121 sitios, de los cuales 897 son culturales, 218 naturales y 39 mixtos,
ubicados en 167 países; apareciendo entre los nuestros con la categoría de
Patrimonio Cultural: el Parque Arqueológico de San Agustín, al Sur del Huila
(1995); el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro vecino a Belalcázar e
Inzá, Cauca (1995); el Centro histórico de Santa Cruz de Mompox, sobre un brazo
del Río Magdalena (1995); el sistema vial inca Qhapaq Ñan de 30.000 kilómetros,
que recorre los Andes (2014); y el Paisaje Cultural Cafetero de Colombia, cuya
economía y cultura han girado alrededor del café (2011).
Para la “Ciudad Luz”, permítanme dos antecedentes: 1- que la
declaratoria del PCCC como un bien material e inmaterial diferenciado por
soportarse desde 1927 en un modelo de producción colectivo institucionalizado,
a través de la Federación Nacional de Cafeteros, quien además de incidir en la
producción de un café suave con tradición, se ocupó de elevar la calidad de
vida de los productores al electrificar el campo, y dotarlo de acueductos,
escuelas, puestos de salud y vías rurales, ampara territorio rural y urbano de
Salamina; y 2- que la región del PCCC declarada patrimonio cultural de la
humanidad en 2011, además de vincular 411 veredas, involucra a 47 municipios,
entre ellos Salamina, donde se ha creado la Fundación Escuela Taller de Caldas
y del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano “FETC-PCCC”, concebida para formar
en la recuperación de materiales, técnicas constructivas y saberes
tradicionales en dicho territorio.
Siendo así, el emblemático poblado que en 2025 cumplirá 200 años, merece
una gestión gubernamental anticipada ante la UNESCO, para tramitar la
declaratoria que le confiera el título de Patrimonio de la Humanidad, tal cual
lo propusieran en 1995, François Widemann del CNRS de Francia y Luis Gonzalo
Valencia del Ministerio de la Cultura francés, quienes ofrecieron acompañar el
proceso, acordando labores que desafortunadamente no concluyeron, fracasando el
cometido: para el efecto la tarea a reiniciarse en esta ocasión como soporte al
trámite, consistiría en complementar el levantamiento de los inmuebles del
poblado, subrayar el carácter patrimonial del bahareque como arquitectura
vernácula en el área ya delimitada y elaborar un plan de manejo y estímulos para
garantizar su restauración, intervención y preservación, con soportes tales
como la Escuela Taller de Caldas.
De exaltarse a Salamina como un “valor universal excepcional”, este
poblado de construcciones de bahareque y tapia con teja de barro, ubicado a
1822 msnm en lo alto de un ramal cordillerano, cuyo Centro Histórico fue
declarado Monumento Nacional en 2005, también se fortalecerán poblados del PCCC
con el ecoturismo como factor de desarrollo regional. Al respecto debo advertir
que, entre los atributos de la declaratoria del PCCC, así se aluda al factor
urbanístico, no aparece expresamente el bahareque subrayando como valor su
arquitectura vernácula, lo que invitaría a conocer, restaurar y preservar, este
y otros poblados que también exhiben esta arquitectura por doquier con puertas
y ventanas de maderas nativas, adornadas con calados, tallas y apliques, al igual
que zaguanes, patios y corredores igualmente decorados con macetas portando
coloridos jardines.
* Imagen17: Salamina- Acuarela de 1852 y Centro Histórico declarado en
2005.
***
NEIRA: ENTRE LA RURALIDAD Y LA CIUDAD REGIÓN
Estas notas pretenden mostrar la
necesidad de acometer tareas en pro del desarrollo de Neira, reconociendo
además de algunos elementos relacionados con la infraestructura futura asociada
a la intermodalidad, las circunstancias asociadas a la profunda brecha de
productividad entre los medios rurales y urbanos, y otras problemáticas
socio-ambientales y posibilidades que inciden en las dinámicas de
estructuración de su territorio, que entendido como una construcción social e
histórica, pueden ser resueltas para facilitar, además de la solución de los
conflictos, el aprovechamiento de las opciones de Neira en un medio de facto
conurbado, y urgido de acciones ambientales de adaptación al cambio climático y
de reconversión productiva de cara al Paisaje Cultural Cafetero de Colombia
PCCC.
Neira, un municipio de Caldas,
bañado por los ríos Tapias, Tareas y Guacaica, fundado en 1842 y cuya
superfície es de 350.6 km², cuenta con una población de unos 30 mil habitantes,
de los cuales 15 mil que son urbanos, se localizan en su cabecera ubicada a
1969 msnm. Entre los innumerables hijos notables de Neira, están el exministro
Mario Calderón Rivera (1932-2014), el Político Marino Jaramillo Echeverri
(1923-2016), y reconocido Maestro David Manzur Londoño (1929-), por fortuna
vivo a la fecha.
Neira, además de la cabecera,
cuenta con 4 centros poblados y 36 veredas, a saber:
Pueblo Rico: un mirador con gran potencia paisajístico y arquitectónico,
de conformación lineal, localizado sobre una cuchilla, en la ruta del antiguo
Camino Real que llegaba por La Linda a Manizales.
Tapias Estación Neira: es la Antigua Estación del Ferrocarril del
Pacífico, un lugar vecino a IRRA -corregimiento del municipio de Quinchía-,
donde los terrenos de la banca de la carrilera fueron invadidos.
La Isla: caserío vecino a Llanogrande y sobre el antiguo paso en la ruta
Manizales – La Pintada, cuando no existía la carretera Panamericana o Troncal
de Occidente, hoy denominada Pacífico Tres.
El río: ubicadoen el sector del puente del río Tapias, instalación que
sirvió para el cruce de caminos o rutas provenientes de “La vuelta a la Marrana
– el sector de Dantas “ y “El Empalme _ Tareas parte alta“. Las veredas,
son: San Pablo (sector Buenos Aires y La Matilde), La
Mesa (sector la Concha y Alto El Roble), Buenos Aires (sector
Verdún, La campana, Ventiaderos y Puerto Guacaica), Pueblo
viejo (sector Plaza Vieja), El Limón (sector El Guineo), El
Jardín (sector La Estufa), La Gregorita (sector Barcinal y Barro
Blanco), Ceilán (sector Alto y Bajo Ceilán), Trocaderos, Pan de
Azúcar (sector Morro Azul y Hoyo Frío), Cardal (sector Las Peñas
y Cardalito), Felicia, Tareas, El Descanso (sector El Empalme y El
Madroño), Los Zainos (sector Tres esquinas), Cantadelicia (Sector
Dantas), Aguacatal, Cholo, Armenia, El Río (sector Palermo, Magallanes
y Juntas), El Higuerón (sector La Quiebra, El Portillo y El
Salado), El Crucero (sector Fonditos y El Faro), Llanogrande, El
Laurel, El Zanjón, El Corozo, El Yunque, La Esperanza, San José (sector
Agrovilla y Changay), Cuba (sector Vaticano, El Bosque, Las Torres
), Santa Isabel, Guacaica, Chupaderos, Mangabonita, Quebradanegra y La
Cristalina.
Neira, posee dos escenarios
estratégicos: el sector del Cauca como corredor supra-regional y la
Conurbación Pereira-Manizales…
Lo industrial y lo artesanal, no
son lo mismo. En lo artesanal y en lo rural, los productos deben ser bienes
culturales con identidad cultural específica, soportados en economías
asociativas. Este sería el fundamento para una propuesta de cara a la ruralidad
de Caldas y Neira. En lo industrial y agroindustrial, donde se habla de
producción en serie, la complejidad de los bienes es la clave que los hace
competitivos.
El Paisaje Cultural Cafetero
PCCC exige diferenciar una caficultura orgánica y artesanal, nutrida de
elementos culturales y donde la clave está en los cafés especiales, de otra no
amigable con el medio ambiente y de corte agroindustrial. Esta declaratoria de
la UNESCO en 2011 abre una opción para una nueva economía rural, que exige la
recuperación del paisaje deforestado hace cuatro décadas, cuando se le dio paso
a una caficultura de base química que arrasó la biodiversidad y contaminó las
aguas. Es hora de emprender una reconversión del modelo socioambiental,
concebida en el marco del cambio climático y del PCCC, de valorar el patrimonio
arquitectónico del bahareque como arquitectura vernácula, y de apostarle a un
bioturismo verde.
Para un turismo internacional y
autóctono, debemos generar una oferta de bienes rurales con denominación de
origen y de servicios ambientales certificados, unos y otros con identidad
cultural. Esto además de garantizar la seguridad y la conectividad vial, y de
apostarle a un desarrollo aeroportuario con vuelos con alcance más allá de las
3000 mil millas, para alcanzar los mercados: europeo, norteamericano y del cono
sur ubicados a 5000 millas: Aerocafé sí se desarrolla con alcance
transoceánico, será clave. Como referente, mientras el cultivo del café apenas
le aporta el 0,8% al PIB del país, el turismo a nivel mundial participa con el
10% del PIB y genera 1 de cada 8 empleos.
La Transversal de Caldas de
212,7 km, dependerá de programas como el Paisaje Cultural Cafetero PCC. La
Transversal de Caldas Marulanda-Salamina, la vía Neira–Aguadas y la carretera
Riosucio-Anserma, tienen importancia, no como corredores logísticos, sino como
articuladores del transporte rural. Ya en un plano de mayor desarrollo, con
Pacífico Tres aparece el eje Irra-la Felisa, como corredor de conectividad que
le da al Cañón del Cauca una ventaja comparativa, para el turismo y para la
oferta de bienes perecederos, cuando se desarrolle una plataforma logística en
el Aeropuerto del Café, complementando a El Dorado y al José María Córdoba, al
configurarse un nodo aéreo para las américas. Dadas las limitaciones de El
Dorado, con Aerocafé Colombia será la bisagra aérea de las américas.
La planeación racional ha sido
exitosa en el número de fracasos, al considerar que lo urbano es homogéneo. La
importancia de la Ciudad Región del Eje Cafetero, como estrategia para integrar
los espacios ya conurbados de hecho, surge de los fundamentos de una moderna
revolución urbana, en la que, además de consolidar un gran mercado regional se
pueda incrementar la riqueza y redistribuir sus beneficios en el territorio.
Se requieren tres condiciones
para formar una ciudad región: articularse a un centro urbano de igual nivel de
relevancia, que sea económicamente complementario, y que esté a menos de 2 o 3
horas de distancia. Las capitales cafeteras podrían palidecer frente a Cali y
Medellín, o actuar como ciudad región complementando sus economías para
conurbarse con ellas.
Mientras la urgencia de las
megalópolis es la de volverse internacionalmente competitivas y manejar
problemas de escala, las ciudades intermedias deben conurbarse para conformar
la ciudad región, y complementar sus economías para no palidecer.
Entre tanto, los pequeños
poblados como Neira, deben articularse a un centro urbano de mayor nivel de
relevancia, desarrollando una competencia específica de cara a un centro urbano
de importancia. En esta agenda, el norte de Caldas, dado el carácter patrimonial
de su arquitectura en Neira, Salamina y Aguadas, debe desarrollar su propia
agenda como destino turístico.
Mientras Bogotá es nuestra única
megalópolis, Medellín es una ciudad intermedia grande que debe conurbarse y
Manizales una ciudad intermedia pequeña articulada al Eje Cafetero, que debe
conurbarse con las capitales cafeteras. La amenaza para Neira, se traduce en la
presión aguacatera amenazando el PCCC, la cultura rural y los frágiles
ecosistemas de los bosques de niebla.
Las zonas de servicios se
valoran por su nivel de equipamiento: centros de investigación, hoteles para
convenciones y para los propios ciudadanos, e instalaciones culturales y
deportivas… En el caso de Neira, urgen programas de educación profesional e
implementar programas de ciencia y tecnología imbricados con la cultura, para
cerrar las brechas educativas, y de productividad e ingresos tanto para el
medio urbano como para el rural.
Se puede ofrecer una función
para un centro urbano de relevancia desde un pequeño poblado como Neira,
desarrollando desde éste una competencia. Esto supone, además de su ventaja
como puerta del PCC mirando hacia Salamina y Aguadas, aprovechar ventajas comparativas
que resuelvan las limitaciones de la gran urbe vecina, tal cual ocurre con el
km 41 y Pueblo Rico. Pero igualmente, el PCCC, supone una caficultura orgánica
con sombrío, y la venta de bienes artesanales con denominación de origen y de
servicios certificados. Como complemento, recuperar la cuenca alta del
Guacaica, permitirá en Neira implementar el aviturismo.
La falta de políticas de Ciencia
y Tecnología C&T para el sector rural imbricadas con la cultura como
catalizadora del desarrollo, y el haber dejado al sector rural como comodín en
la negociación de los Tratados de Libre Comercio TLC como el de los EEUU, son
dos hechos que imponen retos sociales con el campo colombiano. Mientras los
ingresos urbanos medios de Bogotá alcanzan un promedio seis veces mayor al
ingreso rural de Colombia, y los de Manizales hacen lo propio cuadruplicando
los rurales de Caldas, el TLC con EEUU reducirá los ingresos rurales hasta el
50% de los niveles del 2011.
Neira, aunque tiene como
principal producto agrícola el café, y en su economía también la ganadería y
ahora el aguacate, ocupan un lugar importante, el poblado caldense es famoso
por sus tradicionales “corchos”, un dulce fabricado con panela y pata de res.
No obstante lo anterior, aunque se trate de un municipio de economía
fundamentalmente rural, las mayores fortalezas de Neira, se relacionan con:
1- el potencial turístico en el marco del Paisaje
Cultural Cafetero, relacionado con su patrimonio arquitectónico y natural, para
una actividad que podría fortalecerse con el Aviturismo y la integración con
Salamina y Aguadas.;
2- el potencial geoestratégico del poniente del
municipio vecino al Km 41 por el paso del corredor férreo del Cauca y de
Pacífico Tres, sumados al Aeropuerto del Café con una plataforma logística para
el desarrollo agroindustrial; y
3- 3-el hecho de hacer parte de la conurbación de
facto existente en la subregión Centro- Sur de Caldas.
Urgen entonces acciones
estratégicas, como: a- estabilizar el territorio en el ambiente urbano afectado
por procesos de degradación hidrogeológica; b-preservar y fortalecer el
patrimonio arquitectónico en el marco del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia
PCCC; c-ordenar y recuperar las cuencas y áreas de interés ambiental
implementando acciones de adaptación al cambio climático pensando en la
biodiversidad y en el agua; y d- ordenar, desarrollar y conectar el territorio
en el Km 41, pensando en un desarrollo agroindustrial que haga uso de las
ventajas de una plataforma logística para el modo aéreo en Palestina-Chinchiná,
si se extiende la pista.
Imagen 18- Neira – Caldas – La
Puerta del PCC de Colombia. Der. Plaza principal y Calle real. Izq. Pueblo
Rico, Fuentes: Reporterosasociados.com.co, Luis A Giraldo y La Patria, Wikipedia.org
y ABR.
***
LA MERCED – CALDAS, Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Aunque el municipio ubicado en
la margen derecha del río Cauca, apenas fue creado en 1969 por segregación de
Salamina y en 1910 erigido corregimiento, desde 1901 se había construido el
poblado, a 1.819 m snm en tierras que registran ocupación desde mediados del
siglo XIX, por colonos que se establecen entre resguardos y encomiendas.
Actualmente con una población de
5 mil habitantes que presentan un índice de NBI del 25,8% (11% en la cabecera y
33% en el resto), y de los cuales el 44% es población urbana y el 56% rural,
para los mercedeños el índice de pobreza multidimensional que en el municipio
alcanza 64%, afecta más los medios rurales (78%) que al sector urbano (35%).
Para el IGAC, de los 100 km2 de
superficie municipal, donde el 62% presenta amenazas naturales de origen
hidrogeológico, el 49% del territorio se considera vulnerable a la amenaza
climática, dadas la abrupta topografía y presencia de fallas geológicas activas,
sumadas a la presencia de cultivos limpios en laderas de alta pendiente.
Hoy el municipio que cuenta con
trece (13) veredas y el centro poblado La Felisa, depende del sector
agropecuario, ya que tiene como principal actividad agrícola el café, seguido
de aguacate, plátano y caña panelera; y de la ganadería. La actividad minera
presenta un desarrollo incipiente.
Y en cuanto al cambio climático,
según Corpocaldas y la Universidad Autónoma de Manizales en La Merced, aunque
predomina el piso térmico templado, hay zonas de régimen cálido y frío.
Añade el estudio que, la
precipitación promedio para el periodo de referencia (1976– 2005) en el
municipio de La Merced, fluctúa entre 1501 y 2000 mm anuales. En La Merced, los
escenarios de cambio climático en temperatura, para el IDEAM (2017), son:
•2011– 2040: Aumentos hasta 1
°C, • 2041–2070: Incrementos hasta 1,8 °C, • 2071– 2100: Aumentos hasta 2,2 °C,
y los principales aumentos para el municipio se esperan en la zona occidental
sobre el Cauca.
También para el IDEAM (2017),
los escenarios en la precipitación muestran cambios con relación al nivel de
referencia, así: • 2011– 2040: Aumentos entre el 21 y el 40%, con valores
máximos en el sur y centro del municipio. • 2041– 2070 y 2071- 2100:
Incrementos en el rango 31– 40% para la totalidad del municipio.
Nota: el máximo cambio esperado
en la precipitación con un nivel severo para finales de siglo, que llegaría
hasta el 40% en todo el municipio, tendría incidencias graves en zonas de alta
susceptibilidad a los deslizamientos.
Aunque las áreas más expuestas
del municipio a los deslizamientos y movimientos en masa son las vías que
conectan a La Merced con Salamina, La Felisa y Filadelfia, además de las vías
terciarias y sectores de fuerte pendiente con modelados o potreros, según el
EOT todo el municipio se encuentra en alto riesgo, ya que se caracteriza por
tener una propensión al sector agricultor y ganadero, dado el uso conflictivo
del suelo sumado a la creciente amenaza del cambio climático.
Recuérdese que cuando nace
CRAMSA, como entidad que fuera financiada con un préstamo del BID para atender
los problemas por erosión de suelos en Manizales, Salamina y Aranzazu,
posteriormente y antes de convertirse en Corpocaldas, dicha entidad también debe
ocuparse de la problemática de los procesos de degradación del suelo en La
Merced.
A modo de ejemplo, en el
municipio de La Merced merece subrayarse El Tambor sobre la vía que comunica La
Felisa con la vereda de ese mismo nombre, donde además del monitoreo se
requiere resolver el conflicto de uso del suelo reduciendo la actividad de pastoreo
en las laderas, estableciendo coberturas vegetales permanentes además de
implementar medidas correctivas de bioingeniería y de control de escorrentías
para prevenir su infiltración en zonas degradadas.
Las rocas impermeables y la
falta de coberturas forestales de La Merced invitan a asegurar el suministro de
agua mediante una reconversión del modelo agropecuario, e implementar el
aviturismo como estrategia de complemento para hacer viable la agroforestería,
como también la recuperación de rondas hídricas y cuencas abastecedoras
deforestadas.
Esto, no sólo pensando en
sequías durante las temporadas secas de El Niño, sino también en eventos
extremos de la temporada invernal, como la de 2022 que dejó 5000 habitantes de
La Merced tres días sin agua.
Según la distribución de los
registros de aves, pese a un enorme potencial aviar que superaría las 300
especies para la altitud del municipio, de ellas muchas endémicas, por falta de
observadores en La Meced sólo se registran actualmente menos de 50 entre unas y
otras, lo que equivale a una cuantía inferior a la cuarta parte de las especies
de aves ya registradas en Salamina.
Si bien la Merced no cuenta con
áreas protegidas del departamento de Caldas, esta figura puede ser utilizada
por el municipio y la sociedad civil para restablecer áreas degradadas y llevar
el turismo comunitario a cuencas abastecedoras de agua en sectores rurales, no
sólo buscando mitigar la amenaza del cambio climático, sino también para
implementar el ecoturismo como factor de desarrollo económico en el marco del
PCC, donde la oferta de bienes y servicios, además de artesanías, gastronomía y
música campesina o de bandas escolares, incluya el aviturismo.
Imagen19: Escenarios de Cambio Climático en la Merced al
2100 IDEAM CORPOCALDAS U A de M. Parapentismo desde El Tambor en el Cañón del
Cauca; en Web de la Hacienda Villa Amparo.
***
MARSELLA, ESPLENDOR VERDE EN EL
CORAZÓN DEL PCC
El Municipio de Marsella, cuyo
territorio con una extensión de 149 Km2 y una temperatura promedio de 18C°,
ubicado sobre la cordillera Central en la margen derecha del río Cauca, y a
unos 30 kilómetros al noroeste de Pereira o a 29 km yendo hacia el poniente por
Chinchiná, fue fundado en 1860 por Pedro Pineda, Nepomuceno Correa y José
Bedoya, entre otros. Inicialmente conocida como Villa Rica de Segovia, en 1915
cambia por Marsella al erigirse municipio.
En este territorio bañado
por las aguas de Río San Francisco y La Quebrada La Nona, y por donde transitó
el Ferrocarril del Pacífico pasando por las estaciones Pereira, Beltrán y La
Miranda, actualmente su economía se soporta en el sector agropecuario, dado que
los usos del suelo dominantes son para siembra del café y ganadería de ceba,
pero también para la minería y en menor grado, aunque en épocas remotas
sobresalía una explotación aurífera subterránea en La Isabela.
La cuenca del río San Francisco
con 9.530 Ha y que se comparte entre Risaralda (70%) y Caldas (30%), es
importante por la provisión de agua para comunidades rurales y para la
generación de energía al incorpora 3 m3/seg que llegan al embalse de La Esmeralda
para la hidroeléctrica de San Francisco. No obstante, dados sus conflictos del
suelo, requiere de acciones de adaptación al cambio climático en el mediano y
largo plazo, para garantizar su sustentabilidad.
Mientras en la parte alta
del municipio, aunque muchas de las unidades productivas tienen tamaño para la
caficultura y siembra de plátano, algunas comunidades padecen de restricciones
en movilidad sobre todo en la temporada invernal; también, en las tierras bajas
del territorio -veredas La Argentina, Beltrán y la Miranda-, la problemática se
relaciona con la vulnerabilidad frente al cambio climático, por la ganadería
extensiva, dada la pérdida de cobertura forestal.
Pero en este precioso
municipio de gente amable, su certificación para el Turismo Sostenible, se debe
también a los escenarios naturales donde sobresalen áreas de interés ambiental
como el Parque Regional Natural Alto del Nudo, la Reserva Forestal La Nona y El
Bosque de Don Manuel, y a su verde paisaje. Para apreciarlo, basta ir al Morro
para observar la hermosa panorámica desde el Sur con el valle del Risaralda, y
que pasa por la vereda Alto Cauca para llegar por el Norte hasta Palestina.
Si desde 2018 se ha
iniciado el plan de manejo y protección de Marsella para convertirlo en
patrimonio de Colombia, es para preservar su emblemática arquitectura y los
preciosos continuos urbanos de bahareque en guadua con tierra o encementado, y
los notables sitio de interés regional de este bello referente del Paisaje
Cultural Cafetero, como lo son: la Casa de La Cultura, el Cementerio Central y
el Jardín Botánico Alejandro Humboldt con su parque de Ciencia y Tecnología. Además
de las emblemáticas casonas, ¿por qué se rescata el gran valor arquitectónico
de estos bienes?: la Casa de La Cultura, por ser una majestuosa edificación de
1905 que sirvió como Colegio de las Bethlemitas, y que hoy ya restaurada es el
principal exponente del bahareque risaraldense; el Cementerio Jesús María
Estrada construido en 1928, porque ha sido declarado patrimonio de la nación
(1988); y el Templo Parroquial María Inmaculada por su estilo neogótico.
Al 2023, la población del
denominado “Municipio verde de Colombia” es de 16716 habitantes -de ellos 8813
urbanos-, y aunque en 2005 el INB era 33% para la población rural y 24% para la
urbana, ya en 2018 el indicador global de Marsella cae a 13,7% gracias a un
proceso que también lo ubica en la categoría 3 del Índice Gen Cero, un nivel
medio o de riesgo latente que le impone ejecutar políticas de salud, nutrición
y primera infancia.
Finalmente, entre los aspectos
por lo que Marsella como referente del PCC es un poblado que enamora a Colombia
con su riqueza turística, cultural y medio ambiental, es por su oferta de
atractivos naturales y patrimonio arquitectónico, además de sus jolgorios
(Festival de la Gallina, Fiestas de la Amistad, Fiestas de la Diversidad
Cafetera), a lo que se suma una variedad de productos artesanales y
gastronómicos que le dan identidad al marsellés.
Imagen20: Plaza de
Marsella-Risaralda, en Web de la Alcaldía de Marsella, Escalas urbanas Julián
Duque-Bernal, Panorámica Cementerio en Tripadvisor.com.pe, y Casa-de-la-cultura, en Web propia.
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ANEXO 1 Mundo del Aire:
CAFÉ Y CAMBIO CLIMÁTICO
Con el actual calentamiento global en el que se incrementan
simultáneamente la temperatura y la precipitación tal cual lo estamos
advirtiendo en las zonas cafetaleras de la región andina de Colombia, dada la
sensibilidad del cafeto a las variaciones extremas del clima, no sólo podemos
esperar una producción más baja y problemas fitosanitarios por el incremento de
la humedad relativa, sino también menos zonas aptas para este cultivo. No
olvidemos que Colombia, donde el café arábigo ha sido la principal especie
cultivada para la producción de café, es uno de los países más vulnerables al
cambio climático en el mundo, ya que debido a su ubicación geográfica podría
ver afectados su recurso hídrico y sus cultivos.
De conformidad con la organización de investigación australiana CSIRO,
en las últimas décadas no solo se han reducido cada vez más las cosechas por
hectárea cultivada, sino que también para el año 2050 la superficie apta para
el cultivo del café disminuiría en más de un 50%, afectándose con ello a muchos
caficultores, no solo de países como Brasil y Vietnam que son los dos mayores
productores mundiales, sino también de Colombia. Además, si en este país, se
vería afectada la seguridad alimentaria por la alta exposición y sensibilidad
de cultivos como yuca, arroz, plátano, papa, caña, maíz y frijol a los efectos
del clima, igualmente las zonas cafetaleras también estarían en un alto riesgo.
Este año en Colombia, mientras la producción acumulada de 12 meses se
situó en 10.6 millones de sacos mostrando una caída del 12% respecto al año
anterior, se espera que el 2023 cierre con una producción de 11,4 millones de
sacos, para la Federación Nacional de Cafeteros, la discusión de si producir
robusta en Colombia o no, para sustituir las importaciones de café, aunque
resulta hoy accesoria ya que el centro del debate debería ser el consumo
interno en el país, máxime que la caficultura colombiana atraviesa un año
volátil y convulso por cuenta de la caída del precio del grano y de las
exportaciones, también se ha puesto en el debate la necesidad de recurrir a la
siembra de robustas para cumplir con los compromisos de exportación en los
mercados tradicionales.
Todo esto, porque si la crisis ocurre en este país y en particular en el
Eje Cafetero, también en otros países tropicales el clima ya no será tan
estable como antes. De conformidad con los pronósticos actuales,
progresivamente se dará una reducción de la oferta, y por lo tanto igualmente
de la demanda ya que para los consumidores la emblemática bebida que ha sido
una de las más populares en todo el mundo, podría costar más. Como curiosidad,
aunque existen unas 130 variedades silvestres de café algunas seguramente más
resistentes al calor o a determinadas plagas, pero que si quisiéramos
desarrollarlas lleva tiempo, el mercado mundial ha estado dominado por dos
variedades: arábiga y robusta. Ver:
Si en conjunto, estas dos variedades representan el 99% de los granos de
café que se consumen en el mundo, y la producción de arábiga sigue siendo
superior a la de robusta en una relación del 60% de arábiga a 40% de robusta,
los colombianos deberíamos entender qué hay detrás de una taza de café, y
conocer lo que significa tomar una bebida de arábiga, que además de ser más
aromática y suave al paladar, es también más digestiva, máxime si en la misma
taza de café frente a la arábiga, con un café robusta se consume el doble de
cafeína resultando la bebida con un sabor amargo menos agradable.
Si las plantas de café que crecen en climas más cálidos absorben menor
cantidad de nutrientes, aunque producen mayor cantidad de granos al año,
también ofrecen tazas con cuerpos ligeros, otra cosa ocurre con los cafetos de
clima frío donde las cosechas tardan más, lo que se traduce en menor producción
de granos, pero más densos y con mayor variedad de sabores. De lo anterior, se
desprende el hecho de que los granos de café arábiga al estar cultivados a
mayor altura donde tarda más la cosecha suelen tener mejores propiedades
gustativas que el de tierra caliente, gracias al mayor desarrollo que alcanzan
las moléculas de cafeína.
Imagen21: escenarios de Cambio Climático al 2100 para Colombia (IDEAM), adaptada.
***
ANEXO 2 Mundo del Aire:
DIEZ AÑOS DEL PAISAJE CULTURAL CAFETERO PCC
El PCC de Colombia que comprende
340 mil hectáreas de la zona rural en 858 veredas cafeteras, ubicadas en el
trópico andino, es un territorio declarado por la UNESCO el 25 de Junio de 2011
patrimonio de la humanidad, lo que representaría una oportunidad para hacer de
dicho instrumento un factor de desarrollo rural integral, si mediante una
declaratoria de sujeto de derechos podemos resolver las disrupciones
socio-ambientales de dicho paisaje, bajo los atributos de dicha declaratoria.
Las diferentes problemáticas de la Ecorregión Cafetera son: 1 procesos
migratorios; 2 fragmentación de ecosistemas; 3 desmantelamiento de la
agricultura autárquica; 4 modelo agroindustrial de dependencia tecnológica; y 5
vulnerabilidad al cambio climático.
Como hipótesis para este
ejercicio, estas dos: en primer lugar, digamos que lo industrial y lo artesanal
no son lo mismo: en lo artesanal y en la producción rural, los productos deben
ser bienes con identidad cultural y denominación de origen, tener sello verde y
estar soportados en economías asociativas, buscando que la organización de
productores tenga control de la cadena productiva, mientras que lo
industrial y agroindustrial son otra cosa, donde obliga la metodología de los
clúster basada en la producción en serie y las economías de escala, entre otras
cosas. Y en segundo lugar, se interpretará el territorio, no como un espacio de
transformaciones, sino como una construcción social e histórica donde la
cultura surge de la interacción dialéctica de dos sistemas complejos como lo
son el medio natural y las colectividades que lo transforman.
Tal cual lo estamos advirtiendo
en Colombia, con el calentamiento global, fenómeno global que según el IDEAM
(2015), muestra el aumento de la temperatura media en Colombia entre 1971 y
2000, en 0.13° C por década, además de los eventos extremos incidiendo en un
territorio social y ambientalmente fragmentado ocurrirían alteraciones
climáticas preocupantes, ya que para finales del siglo XXI por cada grado
centígrado se producirá un cambio altitudinal de 170 m en las zonas de vida de
la ecorregión cafetera, fenómeno que además de incidir en la aptitud de los
suelos, demandará una planificación que contemple la gestión del riesgo, el
análisis de los cambios en el uso del suelo, y la valoración de los impactos
sobre la biodiversidad y la disponibilidad hídrica, entre otros.
Para el Eje Cafetero según el
IDEAM (2015), los escenarios 2011-2100 muestran que lloverá entre un 10% y un
40% más en el centro y occidente de Caldas, occidente de Risaralda y noroeste
de Quindío, al tiempo que dichos cambios serán despreciables en el oriente
caldense y cuencas medias del Otún y San Eugenio. Y en temperaturas, dichos
pronósticos muestran que los incrementos que en dicho lapso estarían entre 1°C
y 3°C, serían mayores en el valle del Magdalena, medianos en el corredor del
Cauca, cuencas medias de La Miel y Guarinó y valles de La Vieja y Risaralda, y
menores en páramos y subpáramos de ambas cordilleras. A modo de ejemplo, Zonas
bajas como el Sur Oeste del Quindío, que dejarán de ser aptas para el café, con
el clima futuro más cálido y más húmedo, enfrentarán problemas fitosanitarios.
Sobre la amenaza del aguacate
hass, afectando con extensos monocultivos de base química el territorio y como
tal los ecosistemas y la cultura se deben expedir normas para mitigar el daño
ocasionado a los derechos bioculturales del PCCC, como lo son la
implementación de sistemas agroforestales en lugar de monocultivos, el control
de agroquímicos y el mantenimiento de las rondas hídricas, con el fin de
favorecer además del empleo rural, la biodiversidad y la conectividad biológica
en el marco del calentamiento global. Pero la amenaza para el agua y la
biodiversidad en la ecorregión cafetera de Colombia, es la excesiva
potrerización y falta de coberturas boscosas y de conectividad biológica: según
Alma Mater (2002) al tiempo que la superficie apta para potreros que es del 4 %
alcanzó el 49 %, el potencial forestal que es del 54 %, bajó al 19%, lo que
expresa graves conflictos de uso del suelo que aún persisten y reclaman modelos
agroforestales en el marco de una agricultura autárquica tradicional, que hagan
viable la cultura rural campesina de base artesanal.
Siendo así, pese a contar con
los escenarios de cambio climático del IDEAM, anunciando la exacerbación de
lluvias y sequías como eventos extremos, se requiere para la toma de decisiones
en los procesos de ordenamiento y planificación territorial, de algo más para
lograr una construcción de un paisaje resiliente en este territorio biodiverso,
multicultural y mestizo, cuya problemática no solo pasa por la adaptación al
cambio climático en un medio deforestado, sino también por la crisis de la
economía rural campesina de base artesanal, consecuencia de modelos
agroindustriales que atentan contra la seguridad alimentaria y la pervivencia
de los ecosistemas frente a las dinámicas del cambio climático.
La clave estaría en el PCC de
Colombia PCC declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2011, por
representar una oportunidad para hacer de dicho instrumento un factor de
desarrollo rural integral permitiendo resolver una brecha de ingresos cuatro
veces menores respecto a los medios urbanos, que afecta a cerca de 500 mil
personas que habitan en 47 municipios de su área principal y 4 más de su
área de influencia, ya que allí se comprenden 340 mil hectáreas de la zona
rural en 858 veredas cafeteras, a las que se suman 3.500 hectáreas de cabeceras
municipales de la ecorregión, con poblados emblemáticos como Aguadas, Salamina,
Neira, Marsella, Salento y Pijao.
Pero dada la disrupción del
modelo cafetero en la ecorregión, para lograr la recuperación de sus
ecosistemas fragmentados y arrasados, un desarrollo rural compatible con la
cultura ancestral cafetera, y adaptar el paisaje al cambio climático, si es que
nos decidimos por el rescate de la estructura natural y simbólica con sus
elementos tangibles e intangibles conexos a la cultura y al ecosistema
cafetero: ¿por qué no declarar sujeto de derechos bioculturales el territorio
del Paisaje Cultural Cafetero reestructurando su territorio entendido como una
construcción cultural e histórica para reintegrarlo y ordenar su recuperación
integral, bajo los preceptos y atributos de la declaratoria de la UNESCO?
Finalmente, lo anterior
permitiría restablecer los derechos bioculturales en el territorio del PCC
desde el Sur de Antioquia y el Nor-Occidente de Tolima, hasta el Norte del
Valle, para abrir un claro de luz en este sector cuya crisis se explica, por un
modelo agroindustrial que atenta contra la cultura campesina y los ecosistemas,
y por no haberle incorporado valor agregado al grano de oro, ya que con el PCC
la suerte de los pequeños poblados cafetaleros dependerá de si se recupera o no
la salud del suelo y del agua, y el sombrío para la biodiversidad, lo que
supone cambiar los monocultivos de base química heredados de la Revolución
Verde para hacer viable un bioturismo sumado a la venta de servicios y bienes
que expresen nuestro patrimonio cultural y natural.
Imagen22: Web institucional del
PCC de Colombia y pinturas del Maestro Luis Guillermo Vallejo.
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ANEXO 3
Mundo del Aire:
CALDAS A RETOMAR LA CADENA DE LA
GUADUA.
En Colombia donde resta el 4% de
12 millones de hectáreas de guadua que existieron, debemos poner freno a la
depredación que explica este ecocidio y garantizar la necesaria conectividad biológica
en tiempos de cambio climático, para restablecer con los bosques de galería la
transición entre los bosques secos tropicales y los de niebla, dos ecosistemas
arrasados cuando sus extensiones iniciales de 9,7 y 9 millones de hectáreas,
también se han reducido y en su orden al 8% y 25%.
Como antecedente en 1952, el
Agrónomo Francisco Mejía Hoyos de la Escuela de Minas, consciente de la
importancia de la guadua para Colombia, y viendo que no se fortalece la
tradición de uso y más del 90% se pierde en el rodal, además de advertir sobre
la gravedad de la destrucción de sus reservas, fue el primero en subrayar en su
obra “La Guadua” la importancia de investigar y detener la intensa presión
ejercida sobre la guadua angustifolia por ser una de las especies nativas más
afectadas del país.
En 1820, el botánico Kunth
constituye el género de la subfamilia del bambú y de la familia poácea,
llamándolo “guadua” por la denominación indígena local para este material
americano, que ocupa el segundo lugar en diversidad de los bambús en
Latinoamérica, y que ha sido importante en la cultura del país andino, por
tratarse de un excelente recurso renovable, de rápido crecimiento, fácil manejo
y multitud de usos, y por brindar beneficios económicos, sociales y ambientales
a las comunidades rurales.
Sabiendo que al 2000 las
exportaciones colombianas al lado del Valle del Cauca y Antioquia, con destinos
a Estados Unidos y Europa, tuvieron el protagonismo del Eje Cafetero donde se
reporta la existencia del 40% de las 50 mil hectáreas de rodales que aún
subsisten en el país, rescatemos la importancia de diversas acciones que en lo
corrido del siglo y ahora, se han emprendido desde las Corporaciones Autónomas
Regionales, Cámaras de Comercio y Academia, no sólo por sus universidades sino
también con el SENA, para que volvamos al tema. Veamos:
Si actualmente Corpocaldas con
la Gobernación implementa la agenda con el Plan de Manejo de la Guadua, como
estrategia que impulsará el mini clúster iniciado por la Cámara de Comercio a
principios de siglo, y el SENA al vincularse a la Mesa Sectorial de MinAgricultura
acompaña la nueva cadena productiva, esperamos que en el departamento donde la
mayor expresión del potencial del bambú lo expresa la excelsa obra de Simón
Vélez creador del Pabellón ZERI, la Escuela Taller de Salamina cultora del
bahareque como arquitectura vernácula fundamental para el Patrimonio Cultural
Cafetero -PCC-, retome dicha ruta.
Como referente en Risaralda,
donde además de la copiosa producción científica de la UTP que contó con el
invaluable apoyo de la agencia GIZ de Alemania, las dinámicas productivas e
industriales alcanzan connotado desarrollo en la empresa Yarima-Guadua con el
liderazgo de la Dra. Lucía Mejía Marulanda, una de las productoras de guadua
insignia del país, se da el aprovechamiento sustentable de un relicto
certificado de rodales naturales, para generar 3200 piezas mensuales de
excelencia, y se enseña sobre el manejo integral de la plantación mirando las
oportunidades de expansión regional.
Además de los desarrollo de
David Manzur (1980-86) para la propagación vegetativa de la guadua angustifolia
Kunth, y del libro Bambusa Guadua de Marcelo Villegas (1989), entre otras
investigaciones habrá que resaltar en nuestro entorno, los estudios de los Ing.
Jorge Eduardo Salazar y Fernando Mejía (1985), sobre las propiedades físicas y
mecánicas de este “acero vegetal” como elemento estructural con propiedades
sismorresistentes, y el aporte del Arq. Jaime Mogollón (1987) sobre su
apropiación tecnológica mediante el sistema normalizado en guadua y madera.
Añádase la valoración
fundamental de la arquitectura vernácula del bahareque de guadua como principal
atributo del PCC, por ser una tecnología que floreció en Manizales desde
finales del siglo XIX hasta los incendios de la década de 1920, según lo subraya
el Arq. Jorge Enrique Robledo en “Un siglo de bahareque en el Antiguo Caldas”
(1993); y la expedición de la Norma Sismorresistente para estructuras con
guadua (NSR-10 – Título G), elaborada por la Asociación Colombiana de
Ingeniería Sísmica.
Imagen23: Arriba: Réplica del Pabellón de Guadua de Simón Vélez, en Expo
Hannover 2000. En: plataformaarquitectura.cl. y Guadual. Fuente: Villegas
Editores. Abajo: Partes comerciales de la guadua y Pseudosasa japonica. NJ
1978.
Guadua- cepas y trozos comunes. Fuente: Blog Comguadualca,
y Artesanías de Guadua de Río Negro, en Pacho-Cundinamarca. Car.gov.co.
***
ANEXO
4 Mundo del Aire:
SANCANCIO,
COMO BIOCORREDOR AMBIENTAL Y NODO ECOTURÍSTICO
El cerro tutelar de la
ciudad coronado por una cruz metálica desde 1951, definido como área de interés
ambiental en el POT de 2017, y referente cultural, estético y paisajístico de
Manizales, es el otero denominado Sancancio o La Camelia por Fermín López,
quien desde 1837 se establece temporalmente al pie de sus laderas por lo que en
1903 ocupa su lugar Joaquín Arango Restrepo. Desde la perspectiva geológica, se
trata de un domo volcánico de 1,2 millones de años, cuando se conforma una
estructura ígnea asociada a la falla Villamaría-Termales, que es la fractura de
distensión con dirección S 65° E donde también aparecen el domo Tesorito y el
Flujo de lava Lusitania alineados con otros cuerpos de magma andesítico
extruidos e igualmente de carácter monogénico.
Como antecedente, en
1998 la alcaldía de Manizales había convocado a la Universidad Nacional a
desarrollar una propuesta integral para intervenir el morro Sancancio,
iniciativa que aunque recogía la voluntad de los propietarios del lugar y era
acorde con el Plan de Desarrollo “Manizales Calidad Siglo XXI”, no prosperó
pese a que el proyecto magistralmente orientado y presentado en 2001 contempló
además de senderos, zonificar en altura el morro y sembrarlo con especies
nativas que expresaran con sus colores la biodiversidad del trópico andino. De
otro lado, mientras en el POMCA del río Chinchiná (2013), se tenía que el cerro
Sancancio con una superficie de 57,3 hay una altura de 2220 m snm, no
presentaba riesgo de amenaza natural, la morfología en sus laderas mostraba
cárcavas y escarpes como vestigios de deslizamientos y reptaciones asociados a
áreas de pastoreo y deforestadas, que lo hacen vulnerable al cambio climático.
En suma, en el caso de
Sancancio como área de interés ambiental ubicada dentro del perímetro urbano,
el espacio debe estar destinado a usos de restauración, rehabilitación y
recuperación de los ecosistemas que hacen parte de la Estructura Ecológica de
Soporte del medio citadino, por lo que según la facultad dada a los municipios
en el artículo 35 de la Ley 685 de 2001, no se permiten actividades de
exploración o explotación minera tal cual ocurrió en el costado S-E con una
cantera en épocas remotas. Actualmente en este estratégico lugar se debe
promover la conservación y desarrollo ecoturístico bajo la connotación
paisajística, incentivando el desarrollo privado y la integración predial, pero
partiendo de un Plan de Manejo como el formulado en 2012, que podría ser
actualizado o ajustado por Decreto Municipal para incorporar una figura
definida en el Componente General de la Estructura Ecológica de Soporte: los
beneficios de Transferencia de Derechos de Construcción hacia las áreas
receptoras de los ámbitos normativos.
Por lo tanto, si desde
2017 el cerro Sancancio goza de la declaratoria de Área de Interés Ambiental,
según consta en el Documento Técnico de Soporte elaborado por la Secretaría de
Planeación de conformidad con las directrices de la Estructura Ecológica de la
Componente Urbana, y a la solicitud de la SMP de Manizales tras la tragedia
invernal de abril 19 de 2017, también ahora con el liderazgo de la benemérita
se retoma el sueño de ciudad para recuperar a Sancancio como parte de un
corredor biológico, construyendo senderos ecológicos para accederlo
cuidadosamente dada su fragilidad que condiciona los usos para no comprometer
su proyección futura y considerando que, siendo estrecha la cumbre del Morro,
en lugar de un acceso vehicular podría construirse un bulevar peatonal y un
sistema liviano de telesillas.
Finalmente, dotando el
estratégico escenario de un mirador con locales, senderos y equipamientos, la
propuesta de desarrollo turístico con enfoque ecológico previniendo usos
conflictivos del suelo y que no puede olvidar la vocación de santuario del
preciado lugar, también debería apuntarle al beneficio de los sectores
populares del entorno vinculando a los jóvenes y mujeres cabeza de hogar,
previamente formados en tecnologías blandas como aviturismo, culinaria,
artesanías y música, con el concurso del Sena y de las universidades, en el
marco de un proyecto de ciudad como el que se propone para el Cabildo Abierto
de la Comuna Palogrande, que mira a largo plazo un biocorredor entre el Jardín
Botánico, el Cerro Sancancio, el Batallón Ayacucho y el Bosque Popular El
Prado.
Imagen24: Sancancio, el Cerro Tutelar de Manizales, en 1949. Centro de
Historia de Manizales.
***
MUNDO CHIMINIGAGUA: El Fuego
AGUADAS:
ESPLENDOR ENTRE NEBLINAS Y PASILLOS
En tierra de arrieros
donde empalizadas entre neblina y pantanos conducen a la fonda atendida por
Manuela Ocampo, sobre los 2.200 msnm en 1808 se funda Aguadas, 9 km al este de
Arma, vecina a una ceja de bosque protector de la selva andina más extensa al
norte del páramo de Herveo, cuando José Narciso Estrada oriundo de la Vega de
Supía, José Antonio Villegas del valle de San Nicolás de Rionegro y otros,
deciden establecer un nuevo poblado en dicho paraje de clima saludable,
provisto de agua, apto para el viajero y estratégico para asegurar predios
amenazados por las corrientes colonizadoras de principios del siglo XIX.
Desde 1542 se había
fundado Santiago de Arma en los dominios del cacique Pipintá, cuando Belalcázar
le ordena al capitán Miguel López Muñoz establecer una villa con carácter de
fuerte militar, para someter las hostiles tribus vecinas, lo que le permitió a
familias españolas establecerse para dedicarse a la explotación de yacimientos
auríferos, contar con alcalde mayor, cabildo y encomenderos, hasta que al
agotar las minas, escasear el agua y palidecer las rentas, emigran en su
mayoría al valle de San Nicolás, por lo que en 1786 el rey ordena trasladar el
poblado con sus privilegios y símbolos a Rionegro.
Así, la ruta que llega
de Medellín y Rionegro, se bifurca en Arma y Aguadas: de un lado para cruzar el
río Cauca en Bafú y entrar a la Provincia de Marmato donde están Supía, Anserma
y Cartago; y del otro, a la Provincia del Sur de Antioquia conforme el frente
de colonización va ocupando con sus fundaciones la vasta concesión Aranzazu,
cuyos dominios inicialmente establecidos entre la vieja Arma y el Chamberí,
mediante artimañas de don Juan de Dios y su derechohabiente la sociedad
González-Salazar & Cía., se extienden por la vertiente oriental del río
Cauca hasta la Provincia de Robledo ubicada al sur del río Chinchiná.
Tras la fundación de
Sonsón (1800) y Abejorral (1805), la nueva aldea de 1808, será el portal más
septentrional de entrada en la tierra del sombrero de iraca y el pionono, a la
ruta donde el esplendor de nuestra arquitectura vernácula en continuos de bahareque,
se repetirán al sur en las nuevas fundaciones del norte caldense: Salamina
(1825), Pácora (1831), Filadelfia (1850) y Aranzazu (1853), y para transitar
por las fértiles tierras de la alta cordillera Central, que entre blancas
neblinas se extienden desde Sonsón y pasan por Encimadas, para continuar por
los verdes valles de San Félix, Marulanda y el páramo de Romeral, hasta las
empinadas laderas vecinas de Cerro Bravo.
De ese modo, en el
proceso de colonización, conforme se van fundado poblaciones, la economía de la
aldea empieza a soportase, primero a lo largo del siglo XIX en la ganadería, el
cultivo del maíz y el laboreo de las minas, sumados al comercio aprovisionado
por arrieros que unen centros como Rionegro ya beneficiado por el traslado de
Arma y como Medellín con su desarrollo paulatino entre 1830 y 1850.
Y segundo, en el siglo
XX concluidas las guerras civiles que producen cambios significativos en las
territorialidades políticas del país, como la creación del departamento de
Caldas (1905), al florecer la economía cafetera por estos dominios de la gesta
colonizadora, apogeo que llega hasta el advenimiento de la revolución verde con
el monocultivo del caturra (1970) y su propuesta de graves consecuencias
ecosistémicas y sociales, por conducir a un modelo de dependencia tecnológica,
causa de la actual crisis cafetera.
De este pueblo, tierra
de Maestros como Libardo Flórez Montoya, Aníbal Valencia Ospina y Javier Ocampo
López, parroquia en 1819, distrito en 1880 y hoy cuna del pasillo en Colombia,
cuya economía se basa en café y plátano, y en menor escala en caña panelera y
ganadería, habitado por gente amable con sentido de familia y poseedora de un
folclor que conserva tradiciones y costumbres paisas, merecen mención los
hermanos Félix, Diego, Tiberio y Emiliano Estrada Botero, artífices de una
portentosa empresa de arriería, conformada por mil quinientos bueyes y mulas
que en la alborada del siglo contribuyó al progreso de “La mariposa verde”
sacando su café a la vía fluvial del Magdalena. Recuérdese que en la primera década
de 1900, al industrializarse el café y surgir la portentosa arriería en
Manizales con unas 10.500 mulas y bueyes, los hermanos Estrada de Aguadas, con
1500 animales – 700 bueyes y 800 mulas-, se convierten en la principal empresa
transportadora.
* Imágen25:
“Pasilleano”, Óleo de Carlos Alberto Osorio Monsalve, y Aguadas Pueblo
Patrimonio de Colombia, en Caldesecotravel.com
***
MARULANDA,
EL POBLADO LENTO QUE ENORGULLECE A CALDAS
El municipio
cordillerano de Marulanda, con 374 km2 de extensión, vecino a Marquetalia,
Manzanares y Pensilvania con quienes conforma la subregión del “Alto Oriente”
del departamento, y que bajo su jurisdicción tiene al centro poblado del
corregimiento de Montebonito a 1.800 m snm, fue fundado en 1877 por el General
Cosme Marulanda como legitimo representante de la Concesión González &
Salazar, y erigido en 1885. Su emplazamiento se da sobre un paraje denominado
“Plancitos”, localizado en la margen izquierda del río Guarinó, a 2.825 m de
altitud, y en tierras que en épocas precolombinas fueron de los Pantagoras.
Pero la noticia que
enorgullece a los caldenses, es que gracias a su arquitectura de tabla parada,
al cuidado con el territorio, y a sus costumbres, Marulanda por su
biodiversidad, medio ambiente y otros atributos, al igual que Pijao Quindío
recibido el reconocimiento internacional como “Municipio lento” por el
movimiento “Cittaslow” nacido en Italia, con el fin de exaltar la calidad de
vida en poblados que “detenidos en el tiempo”, hacen que sus condiciones
ambientales y cultura tranquila y apacible, sean visibles y sustentables.
Entonces, si la vía Salamina-San Félix-Marulanda con 58 km, después de 50 años
siendo estratégica sólo expresa el olvido continúa, ¿por qué no concluir su
asfaltado?
Si de este precioso
poblado cuyos lugares de interés son la Iglesia principal y el Parque Ángel
María Melguizo, y sobre todo un patrimonio natural exuberante de bosques
nublados y páramos, donde sobresalen las Cuevas de Bermúdez, el Parque
municipal de la Palma de Cera y el Cerro de las Tres Marías: culturalmente, se
destaca la ruana de Marulanda como principal bien de su industria artesanal a
partir de la lana de oveja, cuyo emprendimiento se debe al liderazgo de la
Cooperativa Ovina. Igualmente, los marulandeños también celebran el Festival de
la lana, la papa, la leche y la arriería en noviembre, y las Fiestas de la
Virgen de las Mercedes en septiembre.
En la dimensión social
y económica, en este municipio de 2.700 habitantes, donde las mujeres son el
47.3%) y los hombres el 52.7%, el indicador de Necesidades Básicas
Insatisfechas al 2018, registró un indicador promedio de 7,9% para toda la
población, alcanzando un 3,4% para el área urbana contra un 10% ´para el sector
rural. Si bien la economía de Marulanda se relaciona no el sector agropecuario,
se cuenta con una tradición ovino-lanar soportada en un poco más de 3.000
ejemplares, ya que la Cooperativa Ovina fue creada en 1937, donde se estaca la
producción de artesanías de lana como la ruana.
En Marulanda, y en la
vereda El Páramo a 3.100 msnm y a 14 Km del área urbana, nace el río Guarinó
cuyo caudal medio es de unos 30 m3/seg al recibir al río Perrillo en
suroriente, desde donde continúa marcando el límite departamental con Tolima
hasta su desembocadura en el río Grande de La Magdalena. De su cuenca de 624,85
Km2, donde la mayor proporción está desprotegida por su cobertura predominante
de pastos, el 57% le pertenece a Marulanda, el 30% a Manzanares y el resto a
Victoria, Marquetalia y La Dorada. Mientras en Montebonito al 2016 los
pastizales con el 60% dominaron los usos del suelo, la cobertura boscosa apenas
llegó al 30%.
En cuanto al cambio climático,
la Agenda Ambiental de Corpocaldas-UAM, señala que según la temperatura
promedio de la línea base (1976-2005), en el municipio de Marulanda, donde
predominan los territorios fríos y de páramo bajo, con presencia de territorios
de páramo alto y en menor proporción territorios templados. Aunque habrá
aumentos en la temperatura que variará progresivamente hasta 2 °C para el 2100,
también habrá incrementos en la precipitación superiores al 11%, razón por
la cual se deberá avanzar en las estrategias de adaptación al cambio climático
considerando entre otros impactos, problemas fitosanitarios por el
incremento de la humedad relativa.
Aunque Marulanda es uno
de los municipios de Caldas con mayor riqueza ambiental, cuenta con parte de la
Reserva Forestal Protectora Central de la ley segunda de 1993, y posee el
nacimiento y la mitad de la cuenca del río Guarinó, además del frágil ecosistema
de páramo y de una alta densidad de bosques primarios y secundarios
fundamentales para Caldas, donde además de bosques de palma de cera y de una
gran variedad de flora y fauna altoandina, podría estimularse un programa de
ecoturismo comunitario enfocado al aviturismo, como estrategia clave para
ponerle límites a la ganadería extensiva, y asegurar la conservación y
preservación de este fundamental patrimonio.
Finalmente, en el marco
de la Gobernanza de los Páramos y de la Adaptación al Cambio Climático, se
debería declarar PNN al páramo de Herbé que integra el páramo de Sonsón con el
de los Nevados, y extender dicha figura a las 102 Ha de este último para generar
unas pautas que permitan abordar la gestión de estos ecosistemas estratégicos
para la biodiversidad y los ambientales, previniendo así los graves impactos de
suelos en sectores de Marulanda (Caldas) donde tenemos el Páramo de Las Marías,
y en el Páramo de Letras (Tolima), para no repetir los daños ya conocidos en
los demás páramos de Colombia reportados por el Instituto Geográfico Agustín
Codazzi, IGAC (2014).
Imagen26: Marulanda,
panorámica aérea y vista del entorno de su cabecera. Fuentes: Sena y Alcaldía
de Marulanda. Festival de la Lana PNUD 2016 y Continuo urbano de bahareque en
La Patria.
***
MANZANARES:
“LA CIUDAD CORDIAL” ENTRE LAS MONTAÑAS DE CALDAS.
Manzanares, el precioso
poblado caldense donde cada dos años se celebra la fiesta de la cordialidad, es
un municipio fundado en tierra que estuvo ocupada antes de la conquista
española por indígenas Marquetones y Pantágoras, el 2 de julio de 1863 al pie de
los cerros tutelares de Monserrate y Guadalupe, y que es erigido en 1864 cuando
también la aldea fundada por colonos provenientes de los departamentos de
Caldas, Tolima y Antioquia, cambia su nombre de Villa de El Edén por el actual
cuando en esta tierra donde se funde la cultura paisa, ya el comercio y la
arriería procedente de Salamina, Aguadas y Medellín con destino al Magdalena
cruzaba por el estratégico y próspero lugar habitado por gente amable y
laboriosa.
Aunque apenas en 1879
se erige como municipio en épocas del Estado soberano del Tolima que lo anexa
al circuito judicial de Honda, ya en 1907 Manzanares junto con Marulanda,
Pensilvania, Marquetalia y Victoria según el decreto Nro. 763 de 1907, pasa al
recién creado departamento de Caldas cuando apenas el poblado empezaba a
prosperar tras largos litigios asociado a la ocupación de predios ya
adjudicados, y la mayoría de ellos desde 1870 cuando se reclamó el reparto de
tierras por parte de personas que siguieron llegando en busca de tierras de
labranza, con lo cual el destino de Manzanares cambia entrado el siglo XX, al
dejar de ser un lugar de paso para convertirse en una importante y próspera
despensa agropecuaria.
Pero también ,
Manzanares ha tenido varios templos en su plaza principal: primero el
fundacional en bahareque y que fuera elevado a la categoría de parroquia en
1866; posteriormente un segundo templo con paredes de tapia dividido en tres
naves y columnas de madera; y ya en 1902 se procedió a la construcción del
tercero con características monumentales, pero que se incendió en 1945 quedando
en pie sus columnas de piedra y el emblemático frontis; y finalmente se
procedió a la construcción del actual con ferro-concreto y ladrillo, de estilo
románico y republicano y tendencia modernista, adornado con más de 40 vitrales,
mismo que en el año 2017 al es elevado a la categoría de Basílica Menor.
El municipio, con una
extensión de 209.7 kilómetros cuadrados y poblado por 23 mil habitantes de los
cuales 10 mil habitan la cabecera, y que dista 117 km de Manizales, 14 km de
Pensilvania y 42 km de Freno, y cuenta con 3 corregimientos: Aguabonita que fue
el primer asentamiento fundacional abortado por la estrechez de la cuchilla
ubicada sobre la ruta a las veredas San Vicente, Guayaquil y La Gallera; Los
Planes conformado por un poblado cruzado por la vía que conduce hacia
Marquetalia y también por la que conduce a la vereda San Juan la Siria; y Las
Margaritas que se ha desarrollado sobre un eje a lo largo de la vía que conduce
hacia la vereda Las Mercedes.
En cuanto al clima,
aunque la cabecera con una altitud de 1.863 m snm tiene una temperatura
Promedio de 19° C, para el municipio al 2000 la precipitación media
variaba de 2500 a 4000 mm anuales y la temperatura promediaba alrededor de los
17,5 °C, con el cambio climático y de conformidad con los escenarios que
entrega el IDEAM y presenta y la U. Autónoma de Manizales en las Agendas de
Cambio Climático de Corpocaldas, aunque las precipitaciones aumentarán en
promedio hasta un 10% para finales del siglo con mayor incidencia hacia el W
dela cabecera del municipio, la temperatura se incrementaría así: para el 2040
en 1°C, para el 2070 en 1,8°C y para el 2100 en 2,2°C, con tendencia a un mayor
incremento de la anomalía hacia el naciente.
Actualmente, la
economía del municipio es eminentemente agrícola, con el café como principal
cultivo con el 80 % de participación en la producción y generación de empleo
para este sector que representa el 34% del PIB, seguido de la caña panelera y
del aguacate; el siguiente renglón de su economía agraria es la ganadería con
una población total de 5.300 reses distribuidas en doble propósito el 87 %,
ceba integral el 10 % y lechería un 3 % con una producción promedio de 4.400
litros diarios. Y pese a que existe una Planta de Tratamiento de Frutas y
Hortalizas concebida antes de 2015 en el marco del Proyecto Arquímedes como
estrategia departamental para crear los distritos agroindustriales, en las
subregiones de Caldas, el programa no ha tenido el impacto esperado.
En la dimensión social
para Manzanares, donde el Índice de Pobreza Multidimensional es de 37,5 a nivel
municipal, con un indicador del 28,8 en la cabecera y del 48,8 en la zona
rural, las Necesidades Básicas Insatisfechas el al 2020 muestran un NBI sobre
el 13%, al igual que en Norcasia, Victoria y Samaná; y aunque en Caldas a nivel
rural tan solo Marmato, Supía y Marquetalia se enmarcan en la categoría de
microfundio (menos de 3 has), los Índices de Concentración de la Propiedad
Rural a Nivel Municipal entre 2000 y 2010, se incrementaron pasando de 0,715 a
0,723 en tierras y de 0,746 a 0,804 en propietarios, lo que contrasta con
Marquetalia donde ambos indicadores al 2010 son del 0,505 y del 0,607 en su
orden.
Finalmente, en
Manzanares cuyo territorio está bañado por las aguas del Guarinó, La Miel y el
San Juan, el tema de la conectividad depende de la vía Petaqueros-Manzanares
como conexión del Alto Oriente Caldense que principalmente en el sector de
Buenavista, (Petaqueros, sector río Guarinó, límites con Tolima) además de
vulnerable es crucial, por tratarse de la ruta vial más estratégica de dicho
territorio que sistemáticamente resulta afectada durante las temporadas
invernales. Allí, se debería construir un puente sobre el río Guarinó para una
conexión por la Marina en límites entre Manzanares y Marquetalia para pasar por
el Tablazo a Fresno – Tolima, y conformar un clúster entre estos tres
municipios con Pensilvania – Caldas.
Imagen27: Izq. Templo
de la Basílica Menor en Manzanares-Caldas. Site.caldas.gov.co. Der. Manzanares-
Caldas: templo principal construido en 1902 e incendiado en 1945. Archivo
Sebastián Escobar.
***
ANEXO 1 Mundo del Fuego:
PARAMOS: ECOSISTEMAS VULNERABLES AL
CAMBIO CLIMÁTICO.
¿Por qué no extender el
PNN de los Nevados desde 58,3 mil Ha hasta 130 mil Ha, que es el área de
páramos en el lugar? Aún más debería extenderse la figura de PNN al norte de
dicho lugar y hasta la ceja de páramo de Sonsón, para abrazar la franja
cordillerana que fuera denominada Páramo de Erbé o Mesa de Herveo en época de
la Colonia, con lo cual se garantizaría no solo un corredor de conectividad
biológica en el estratégico ecosistema y el agua para las poblaciones del Norte
o Oriente de Caldas, sino también la pervivencia de especies como la palma de
Cera del Quindío y el Cóndor de los Andes- que son emblemas de Colombia-, hoy
en peligro de extinción.
Nuestros páramos, como
elementos biogeográficos tropicales, que por condiciones de clima, flora y
suelos comparten Perú, Ecuador, Venezuela, Panamá y Costa Rica, en el caso de
Colombia benefician la Región Andina con sus tres cordilleras y el sector Nariño-Putumayo,
además del área de influencia de la Sierra Nevada de Santa Marta, lugares donde
la pervivencia de la biota y las actividades socioculturales y económicas,
aunque están amparados por la Ley 99 de 1993 por ser altamente vulnerables,
requieren no sólo de su conservación sino también de estrategias de manejo
sostenible para su adaptación al cambio climático.
En Colombia donde se
concentra la mitad de los páramos del mundo, estos ecosistemas propios de
latitudes tropicales, que al definirlos se sitúan entre los bosques altoandinos
y la isoterma de nieves perpetuas así su precipitación media anual varíe según el
lugar, con el calentamiento global han venido migrando a zonas de mayor
altitud, tal cual se advierte en el país al observar su dinámica en los
glaciares del Parque Natural de los Nevados: si en 1970 cubrían 29 km2, de
ellos 20 km2 en el Ruiz, 9 km2 en el Santa Isabel y 3 km2 en el Tolima, hoy en
extensión sólo tienen la tercera parte.
Se puede hablar de
subpáramo, páramo propiamente dicho y superpáramo; y aunque el límite
altitudinal varía según el lugar, existe una variedad de vegetación paramuna
entre matorrales, frailejonales, chuscales y pastizales que los caracteriza.
Mientras en la transición entre el bosque altoandino y el subpáramo las
temperaturas medias son inferiores a los 9°C, y en el páramo medio menos de 6
°C, en el superpáramo están por debajo de 3 °C. Y dado que en Colombia las
condiciones biográficas favorecen a la Cordillera Oriental, el de
Sumapaz-Cundinamarca- con 333.420 Ha de las cuales la tercera parte están
protegidas, es el páramo más grande del mundo.
Aunque existe una
equivalencia altitudinal de bosque altoandino y subpáramo, al delimitar el
subpáramo entre los principales indicadores se tienen, además de una humedad
relativa promedio del 85%, la presencia de heladas aunque la temperatura media
anual es de 10°C, y unas altitudes
típicas establecidas en rangos entre 3.000-3.300 y 3.500-3.800 msnm y por
ahora, dado que estos límites tienden a elevarse cerca de 170 m por cada °C que
se incremente la temperatura por el cambio climático, que además de deshielos
traerá incremento en las lluvias para los páramos.
Pero entre las tres
franjas de páramo cordilleranos, si en la Cordillera Oriental aparecen la mitad
de ellos, y en todos el paisaje dominado por el modelado glaciar pleistocénico
está caracterizado por valles en U, lagunas emplazadas en áreas de socavación
limitadas por abundantes bloques y afloramientos rocosos que fueron arrastrados
por los glaciares, otra cosa ocurre en los de la Cordillera Central donde
adicionalmente aparecen estructuras vulcanogénicas que durante los últimos tres
millones de años afloraron en los fragmentos volcánicos del Galeras, Huila y
Ruiz, irrumpiendo en la suave y ondulada topografía.
Para estos ecosistemas
estratégicos por los servicios ambientales como la regulación del clima y del
patrimonio hídrico, aunque se ha logrado la declaratoria de Sujeto de Derechos
en 2020 para proteger la vida, la salud y el ambiente sano en unas 58.300 Ha,
urge no solo ampliar el PNN para cubrir el Complejo de Páramos y declarar las
Zonas Amortiguadoras para vincular a las comunidades que pueden desarrollar un
ecoturismo comunitario sostenible, en lugar de un extractivismo turístico que
además de desolar escenarios borrando la cultura, monopoliza la oferta con
paquetes excluyentes de todo incluido que dejan por fuera a las comunidades
locales.
Finalmente, si para en
el PNN de los Nevados donde el régimen bimodal de lluvias varía de 1.500 a
2.000 mm por año en la vertiente Occidental contra 1000 mm anuales en la
Oriental, y al año 2000 aún se mantenía el 80% de ecosistemas naturales, habrá
que tener en cuenta la urgencia de declarar el Área de Amortiguamiento mirando
el Complejo de Páramos cuyas 102 mil Ha superan la del PNN, para proteger estos frágiles ecosistemas
ubicados altitudinalmente entre los 3.550 y los 5.280 msnm, donde se incluyen
los páramos de Quindío, Peñas Blancas, Aguacatal, Santa Isabel, del Ruiz y
Herveo.
Imagen28: Parque
Natural Nacional los Nevados- Jurisdicciones y Zonas amortiguadoras. SINA,
2002.
***
ANEXO 2 Mundo del
Fuego:
MURILLO ENFRENTA LA AMENAZA
CONVIVIENDO CON EL VOLCÁN
Murillo, poblado del norte del Tolima que
históricamente se ha destacado como una despensa por su producción ganadera, de
trigo, fríjol, cebada, yuca y papa, aunque aparece como aldea de una nueva
migración de Antioqueños y Boyacenses al ser fundada el 24 de octubre de 1872
por Ramon María Arana, Clemente Cifuentes y Rafael Parra, en 1985 es elevada a
la categoría de municipio, con un territorio que abarca 417.29 km², cuyos
límites son los municipios de Villahermosa por el norte, Líbano por el oriente y
Santa Isabel por el sur, y los departamentos de Risaralda y Caldas por el
poniente.
Como referente histórico de esta
población donde ahora viven 4950 habitantes, de los cuales 2000 habitan en la
cabecera, tenemos; 1- el nombre inicial de Lepanto que se le asigna, cambia por
el de Murillo en honor al dos veces presidente de Colombia, el médico y
escritor Manuel Murillo Toro (1816-1880) por su origen tolimense; 2- La
carretera que comunica al Líbano con Murillo por deberse a la Ordenanza No.021
de julio de 1937, es contemporánea a la vía de 1939 entre Manizales y Fresno, y
a la troncal de Occidente por Anserma y Riosucio.
Si actualmente, la pavimentación de la
vía Cambao-Líbano-Manizales, mejorará la conectividad de la cabecera municipal
ubicada a 3000 m snm sobre una meseta en las estribaciones del Nevado del Ruiz,
el desafío para Murillo estará no solo en aprovechar su riqueza paisajística de
paramos y nevados, sus fuentes termales y potencial piscícola de ríos y
multitud de lagunas como El Escondite, Verde, Negra, Colorada y Mosul, sino
también el patrimonio arquitectónico del bahareque de tabla parada como
arquitectura vernácula, característico de la ruta del Cable Aéreo
Manizales-Herveo-Mariquita de 1922.
El área rural de Murillo cuyo territorio
segregado del Líbano desde 1985, con una altitud media de 2500 metros sobre el
nivel del mar, hace parte del piedemonte cordillerano que empieza en el PNN de
los Nevados al incorporar mesetas y derrames lávicos de los últimos 2 millones
de años, los que explican los páramos desde donde drena su sistema hidrográfico
conformado por los ríos Recio y Lagunillas que se alimentan de los glaciares
del Nevado del Ruiz, además de los río Vallecitos y La Yuca, y de otras corrientes
menores como las quebradas La Esperanza, Guamal, Las Dantas, El Carmen, Las
Parcelas, Las Novillas, Los Lagartijos, Peñones, Rosario y Blanca.
Y yendo al tema del volcán, mientras en
el resto del país nos preguntamos qué le puede ocurrir al poblado más
emblemático del Complejo Volcánico Ruiz-Tolima por ubicarse a 17 km del Cráter
Arenas, los murillenses de la mano de su alcalde que ha pensado en el Festival
del Volcán, reflexionan sobre estrategias para convivir con el fenómeno mirando
el patrimonio natural que nos ha dado: empezando por las aguas, los paisajes y
la biota del páramo, gracias al espesor de casi 1 km de las lavas vertidas
sobre el cinturón paleozoico de la Cordillera Central tras un vulcanismo de
edad pleistocénica que también le aporta fertilidad a los suelos, de la alta
cordillera.
Es que además de agua, biodiversidad,
paisaje y servicios ambientales desde este territorio, los suelos asociados a
las cenizas volcánicas depositadas en los últimos 20 mil años gracias a la
dispersión de los piroclásticos transportados por el viento a gran distancia
conformando varias capas desde San Félix hasta Roncesvalles, pasando por
Murillo donde la fertilidad de las tierras supera más de 10 veces la feracidad
de los Llanos Orientales de Colombia, por lo cual el Gobierno Nacional puede
replicar en Murillo algo similar a lo ocurrido con la emergencia económica de
1985 cuando se expidió la Ley 44 de 1987 para otorgar beneficios, buscando con
ello convertirlo en una despensa agrícola de Colombia.
Además, si la apuesta es facilitar los
procesos de transformación ambiental y productiva que se requieren para hacer
del volcán un huésped condicionante de acciones y beneficios, evitándose con
ello que las comunidades tengan que sufrir y padecer las agresiones del medio
por no comprenderlo, ahora que el PNN de los nevados ha sido declarado sujeto
de derechos bioculturales, ¿por qué no declarar su zona amortiguadora del PNN
estimada en 1 km según el estudio de la Fundación Grupo HTM elaborado para
Corpocaldas en 2014? Esta estrategia permitiría vincular a las comunidades
vecinas para que se apropien de los procesos de adaptación ambiental y
conservación del territorio.
Siendo así, los murillenses apalancados
en un ecoturismo comunitario no extractivista que en lugar de explotar el medio
lo coseche mirando este frágil territorio como un patrimonio para no repetir
experiencias y modelos que ha degradado santuarios en la Sierra Nevada y en
poblados emblemáticos del Paisaje Cultural Cafetero, podrán convivir con el
volcán respetándole su territorio, lo que incluye la zona cercana al cráter
Arenas por tratarse de un riesgo alto donde las alertas tempranas no aplican, y
de páramos en los cuales la protección, conservación y sostenibilidad, deben
estar garantizadas mediante planes de manejo ajustados a la Resolución 0769 de
2002.
Imagen 29: Murillo-Tolima,
de oriente a occidente, por Alexander Jiménez en Retos MTB.
***
ANEXO 3 Mundo del
Fuego:
RÍO
BLANCO: ¿NEGLIGENCIA O ENCRUCIJADA?
El emplazamiento en La
Aurora de Tierraviva, ubicándola a 140 m de la Reserva Forestal Protectora
(RFP) de Río Blanco en Manizales, desconociendo que el estudio “Articulación de
Zonas con Función Amortiguadora SIDAP Caldas” de la Fundación Grupo HTM elaborado
para Corpocaldas en 2014, recomendaba un ancho de 700 m para una Zona con
Función Amortiguadora de una RFP, significa desconocer el Decreto 2372 de 2010.
Llevar a una zona con
función amortiguadora (ZFA) “la jungla de concreto” con un huella ecológica
cuatro veces superior al área de la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco,
produciendo impactos 100 veces superiores a los que generaría desde Manizales
por estar 10 veces más cerca, supone alterar de forma grave e irreparable el
hábitat de las especies que allí se protegen y modificar la dinámica
bioclimática del bosque de niebla en la cuenca, y con ello sus servicios
ambientales.
Partiendo de que la RFP
de Río Blanco por albergar especies endémicas vulnerables y en peligro de
extinción, y proveerle a los manizaleños servicios ambientales como el 35% de
su agua cuya oferta depende de la regulación hidro climática, para no avanzar
con un uso conflictivo del suelo que se traduce en pasivos ambientales
afectando un bien vulnerable que debe estar protegido, como carga que deberán
saldar las especies protegidas con su pervivencia, ¿por qué no aplicar el
Principio de precaución que se contempla en el Art 1 Numeral 6 de la Ley 99 de
1993?
La huella ecológica
superando tres veces el área de la reserva que es de 4932 hectáreas, genera un
desbalance ecológico de 15 mil hectáreas. En consecuencia, si dicha área de
interés ambiental, como construcción social e histórica es un territorio sujeto
de derechos socioambientales, dada su condición de RFP de interés nacional y
para la ciudad, debería estar amparada por los artículos 1, 79 y 80 de la
Carta, la Ley Ambiental General (Art 1) y los principios rectores de la Ley 388
de 1997 del Ordenamiento Territorial (Art 2).
Además: según el
Decreto 2372 de 2010, la reserva, alinderación, declaración, administración y
sustracción de las áreas protegidas bajo las categorías de manejo como
integrantes del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, “son determinantes
ambientales y por lo tanto normas de superior jerarquía que no pueden ser
desconocidas, contrariadas o modificadas” (SIC) en la elaboración, revisión y
ajuste y/o modificación de los Planes de Ordenamiento Territorial de los
municipios y distritos, de acuerdo con la Constitución y la ley.
Conforme a lo anterior,
en materia de ordenamiento territorial, nuestras entidades territoriales no
pueden regular el uso del suelo de las áreas reservadas, delimitadas y
declaradas como áreas del SINAP, quedando sujetas a respetar tales
declaraciones y a “armonizar los procesos de ordenamiento territorial municipal
que se adelanten en el exterior de las áreas protegidas con la protección de
éstas” (SIC),un asunto que reafirma el espíritu del Estado de proteger la
diversidad e integridad del ambiente y conservar las áreas de especial
importancia ecológica, desde su propia periferia tal cual lo haría una ZFA.
Como antecedentes, la
empresa constructora CFC, para urbanizar en La Aurora a lindes con la Reserva
Forestal Protectora de Río Blanco pudo obtener el cambio de uso del suelo,
mediante una declaratoria de suelo urbano en el POT del 2003 para La Aurora; y
solicitar en 2010 la sustracción de dicho predio como parte integrante de la
Zona de Reserva Forestal Central, de Colombia (Ley 2 de 1959). Aquí, vale la
pena recalcar que el suelo de protección dentro de cualquiera de las clases
contempladas en Ley 388 de 1997, tiene restringida la posibilidad de
urbanizarse.
Los 10 mil habitantes
que vivirían en la urbanización Tierraviva ocupando 12,5 hectáreas de 56
hectáreas que posee la empresa urbanizadora CFC, suponen una densidad de unos
204 mil habitantes por milla cuadrada, contra 10 mil habitantes por milla
cuadrada de las áreas urbanas y periurbanas de Manizales, o de 40 mil
habitantes por milla cuadrada de la zona central más densamente urbanizada de
la ciudad, la cual corresponde a las zonas comercial y de servicios desde el
Centro Histórico hasta el Cable.
De conformidad con el
principio de que la intensidad de los fenómenos físicos ondulatorios, varían
inversamente con el cuadrado de la distancia (Kepler 1604, en Guía Astronómica
Pg 39), los impactos sobre la Reserva de Río Blanco generados por iluminación,
variación térmica y ruido que se ocasionan urbanizando a tan solo 140 m de
distancia de dicho bien, son diez mil veces superiores a los ocasionados por
dicha urbanización sobre el PNN de los Nevados que está a 14 km, y por lo tanto
100 veces más lejos de Tierra Viva que de la RFP de Río Blanco.
Lo anterior permite
dimensionar la necesidad de un anillo de contención o Zona con Función
Amortiguadora ZFA de 700 m de ancho, como el sugerido por la Fundación Grupo
HTM en el estudio de 2014 elaborado para Corpocaldas, titulado “Articulación de
Zonas con Función Amortiguadora SIDAP Caldas” (Pag 31), e incorporado en el
Cuadro 7 del POMCA del Río Chinchiná: Fase de
Zonificación Ambiental de la Cuenca (Pág. 30), el que fuera retirado
posteriormente argumentando la falta del documento de soporte (Pag 8). Como
referente, la Fundación Grupo HTM, por la misma época fue la responsable de
formular la Estructura Ecológica de Manizales.
Finalmente: recuérdese
que en 2018, el Juez octavo administrativo de Manizales, ordena frenar
construcción de viviendas de la construcción de la ciudadela Tierra Viva en
cercanías a la reserva natural Río Blanco, donde la decisión se basó en el
principio de precaución contemplado por la Ley y de conformidad con lo señalado
por la Corte Constitucional (CCC, Sentencias T-236/17 y 238/ 17, 2017), en
cuanto a que exista peligro de daño al medio ambiente tal cual se ha observado
en este documento.
Imagen30: Izq. Mapa 11
que aparecía en el POMCA del Río Chinchiná, mostrando las áreas protegidas de
la Cuenca. Der. Plan Parcial de La Aurora en Centro de Estudios y Gestión de
Derechos para la Justicia Espacial.
***
ANEXO 4 Mundo del
Fuego:
NUESTROS BOSQUES DE NIEBLA
EN RIESGO
Estos
ecosistemas únicos y de gran valor por su biodiversidad y como reguladores del
ciclo hídrico y fuentes de estabilidad climática, podrían desaparecer en
Colombia donde el modelo de ocupación del suelo entra en conflicto con su
frágil estructura ecológica, en especial por la ganadería y el urbanismo como
factores disipadores de su atmósfera húmeda y brumosa.
Si queremos
preservar los escasos relictos de dichas selvas nubladas que en Colombia
llegaron a sumar 9,7 millones de hectáreas, de las que sólo resta la cuarta
parte, habrá que mitigar el riesgo frente a la amenaza antrópica mediante
acciones judiciales efectivas, y de protección, recuperación y adaptación al
cambio climático.
De lo
contrario, los pocos bosques andinos nubosos que aún no hemos arrasado, y que
aparecen entre 1800 y 3000 msnm, en mayor proporción sobre las vertientes
occidentales de las cordilleras Occidental y Central (caso Río Blanco), podrían
correr la misma suerte de los guaduales del país, poáceas representativas de
nuestros andes tropicales que durante los últimos dos siglos cambiaron su
extensión de doce millones de hectáreas a solo cincuenta mil, 20 mil de estas
en el Eje Cafetero y 6 mil en Caldas.
En la
región andina estos frágiles ambientes húmedos caracterizados por la neblina
perenne, son un portento ya por la biota propia con variedad de epífitas,
musgos, líquenes, hongos y helechos; ya por la alta riqueza de anfibios, con
121 especies en la Cordillera Central, 118 en la Occidental y 87 en la
Oriental, (Cavelier et al. 2001); ya por las especies endémicas y en vía de
extinción que albergan, como gallarias, tucanes, dantas de páramo, tapires,
osos de anteojos, palmas, credelas y prunas.
Se estima
que sólo el 2,5% de los bosques tropicales del mundo son nublados. Allí, el
aire proveniente de regiones bajas, húmedas y cálidas, aporta humedad que en
lugar de precipitarse se condensa, garantizando la vida de especies que
dependen de un ambiente de saturación hídrica perdurable. De ahí la gravedad
del daño que suele ser irreversible cuando se alteran los ciclos biogenéticos,
en estos ecosistemas montanos de nuestros andes, considerados fundamentales
para el mantenimiento de las fuentes de agua y como sumideros de carbono, y
cono complemento del banco de germoplasma por sus plantas silvestres tropicales
parientes de especies domesticadas.
Según el
Instituto Humboldt IAvH, la literatura especializada registra en el Eje
Cafetero los siguientes bosques nublados: Caldas, en Manizales (Río Blanco) y
Aranzazu (El Laurel); Quindío, en Salento (cuenca alta río Quindío y Reserva
Acaime) y Génova (Servia y Mirlas); Risaralda, en Pereira, (Ucumarí, SFF Otún
Quimbaya y La Suiza), Santa Rosa de Cabal (La Selva y la reserva Campoalegre),
Mistrató (Alto de Pisones y El Empalmado), Pueblo Rico (Siato y PNN Tatamá) y
Santuario (Los Planes). Faltarían otros, varios incluidos en áreas protegidas.
Si dentro
del rango de altitudes de dichos bosques, aún continúan incidiendo factores
severos que comprometen dichos ecosistemas, cuando se trate de bosques de
niebla vitales, donde la amenaza gravita comprometiendo la prestación de
servicios ambientales esenciales y la biodiversidad, tal cual ocurre en Río
Blanco, CHEC y Cocora, por qué no aplicar el principio precautelar, y proceder
con una figura de PNN para blindarlos, o en su defecto con una declaratoria de
sujeto de derechos como alternativa última que les queda a los bosques de
niebla para su pervivencia en Colombia, y luego retomar el programa del IAvH
(2007) trazando nuevas metas de conservación y uso sostenible de la
biodiversidad, a la luz de las nuevas problemáticas de nuestros bosques
tropicales nubosos en la región andina, para actualizar la información sobre
biodiversidad, reformular las políticas y metas que tenían alcance al 2010.
Lo anterior
permitiría, controlar los factores que los continúa diezmado, e incorporar la
amenaza del cambio climático no contemplada entonces por el IAvH, como
fenómenos determinantes de primer orden para la pérdida de biodiversidad, y el
deterioro de los servicios ambientales en áreas de baja altitud vecinas a
centros urbanos importantes de las cuencas de la región andina, que es donde
persisten las actividades y cambios de uso del suelo, que conllevan los
impactos severos sobre los bosques nublados que hoy se extienden desde las
selvas subandinas hasta el páramo.
Imagen31:
Bosques de Niebla en Colombia. IAvH 2007.
***
***
*Profesor Especial de
la Universidad Nacional de Colombia, Ingeniero Civil con estudios de posgrado
en Geotecnia, Geofísica y Economía; además, Expresidente de la Red de
Astronomía de Colombia RAC, Socio de la SMP de Manizales, Socio Honorario de la
SCIA, Miembro Correspondiente de la Academia Caldense de Historia y Miembro de
la Corporación Aldea Global. Web: Godues E-Mail: gduquees@unal.edu.co Manizales,
febrero 18 de 2024. Portada: La Ecorregión en los Mundos de Samoga. U. Nal. de
Colombia.
***
Fuentes Bibliográficas:
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D. Carlos Mario, Ortiz O. Doralice, Duque E. Gonzalo. (2014). Corporación Aldea
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Upegui; Doralice Ortiz Ortiz; Gonzalo Duque Escobar. Boletín Ambiental 199 –
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Temas rurales para la
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Temáticas Ambientales
de Villamaría – Caldas. Por: Gonzalo Duque-Escobar de la Red de Veedurías
Ambientales de Caldas, -Encuentro organizado por la Federación de ONG de Caldas
y Corpocaldas-. Villamaría-Caldas. Agosto 18 de 2023.
Temáticas Ambientales
del Alto Oriente de Caldas. Por: Gonzalo Duque-Escobar; Documento
presentado a nombre de la Red de Veedurías Ambientales RVA de Caldas, 24 de
agosto de 2023.
UMBRA:
la Ecorregión Cafetera en los Mundos de Samoga. Gonzalo Duque-Escobar,
(2015. Act. 2022). Museo Interactivo Samoga. Universidad Nacional de Colombia
Sede Manizales.
¿Violación de
derechos ambientales en Río Blanco? Duque Escobar, Gonzalo.
Ponencia en Universidad Luis Amigó. Manizales, mayo 18 de 2021.