lunes, 30 de agosto de 2010

CONSTRUYENDO PAZ EN EL MAGDALENA MEDIO

Por Gonzalo Duque Escobar.

Al examinar las principales problemáticas ambientales del departamento, entre ellas la del oriente para las comunidades de pescadores de la Charca de Guarinocito y poblados ribereños de La Dorada, y la de Marmato donde los mineros podrían quedar sin pasado y sin futuro si no se salvaguarda su cultura, quiero referirme a la primera de estas donde los pescadores del Magdalena caldense, a pesar de las precarias condiciones que les ofreció por décadas el mercado y el Estado, son los actores y principales protagonistas de un desarrollo que señala un futuro esperanzador.

En territorio del citado puerto caldense -uno de los centros urbanos epicentro de intensas dinámicas económicas, sociales y ambientales del país- aparecen bajo su jurisdicción Guarinocito, Buenavista y Horizontes, tres pequeños poblados de campesinos ribereños que usan la canoa y la atarraya para cosechar en el Magdalena, de afluentes, río y ciénagas, especies autóctonas como el bocachico, el bagre y el nicuro, del cual los turistas disfrutan en la gastronomía local bajo el grato ambiente de un exótico rancho de hamacas.

Estos pescadores por estar asociados y capacitados para constituirse en artífices de un mejor destino, intentan hoy combinar la pesca con otras actividades productivas armonizadas con el comportamiento estacional de la subienda, para programar en tiempos de veda la recuperación del espejo de agua y adelantar otras intervenciones vitales sobre las microcuencas abastecedoras de sus charcas, y reclaman el control de la erosión y el saneamiento básico que afecta los humedales y el paisaje. Además, conscientes de la importancia de recuperar y mantener el ecosistema acuático para prevenir la extinción de especies y no repetir lo que ocurrió con la mueluda y otros anfibios, saben que la pesca como medio de subsistencia exige, además de la preservación de su cultura, prácticas adecuadas y acciones correctivas donde los usos del suelo resultan conflictivos, y la educación ambiental y el ecoturismo son aliados fundamentales.

La problemática de estas comunidades vulnerables por lustros eclipsada bajo el manto de las urgencias de la cabecera porteña con sus devenires políticos y de orden público, empieza a brillar en el horizonte gracias al tesón y deseo de superación de los pescadores, siempre y cuando se logre de actores sociales estratégicos el acompañamiento decidido del Plan de Acción Inmediato emprendido de forma interinstitucional por Corpocaldas, donde descuella por su naturaleza, misión y gestión, entre los participantes convocados, el Programa de Desarrollo para la Paz del Magdalena Centro PDPMC cuyas iniciativas más tempranas y fundamentos éticos señalan el camino.

Esta ONG con sede en La Dorada que despliega su programa de desarrollo humano y comunitario basado en la construcción de confianza, el apoyo empresarial y el fortalecimiento institucional, cumple cinco años apostándole a la paz en el Magdalena Medio sobre territorio caldense, antioqueño, de Cundinamarca y Boyacá, cimentando valores y principios como la democracia, la solidaridad, el respeto y la inclusión.

Sabemos que los escenarios donde surgen los mayores conflictos socioambientales de la patria son las explotaciones mineras, los yacimientos petroleros y las grandes obras de infraestructura: pues bien, mientras en tales casos las acciones correctivas generalmente resultan siendo simples paliativos que aceleran los conflictos, en el caso que nos ocupa el Plan de Acción Inmediato que los cobija, gracias al carácter incluyente y construcción interinstitucional y participativa de las propuestas que se nutren con lecciones fundamentales como las de los pescadores de Guarinocito, sirven para la construcción de la paz, así sea un instrumento de planificación de corto plazo.

Las historias de vida de estos pescadores, matizadas por innumerables dificultades superadas con su esfuerzo, están entrando a la estrategia comunicativa del conjunto de los planes de acción inmediatos de Caldas, particularmente a los procesos de “empoderamiento” comunitario para el ordenamiento territorial, donde la utilización del recurso hídrico excedentario de La Miel y Guarinó para la generación hidroeléctrica exige acciones de responsabilidad ambiental y social: en efecto, para el oriente caldense estas experiencias de pescadores enseñan que la recuperación del ecosistema de las cuencas empieza por la estabilización de los ríos y el manejo adecuado de sus embalses en ese territorio, pasa por el necesario fortalecimiento de las organizaciones sociales de base, y requiere la articulación institucional y compromiso empresarial, como vía para lograr que los beneficios generados por nuestros recursos contribuyan a propósitos sociales y ambientales concertados.

*Profesor Universidad Nacional de Colombia http://www.galeon.com/gonzaloduquee

[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-08-30]

sábado, 28 de agosto de 2010

SIGNIFICADO DEL BICENTENARIO VII

SIGNIFICADO DEL BICENTENARIO VII
1810: La llamada Doctrina Monroe y la independencia de Colombia

Por José Fernando Ocampo T.

Referirse a la llamada Doctrina Monroe en la historia de América es como levantar una gran polvareda de tendencias, contradicciones, posiciones, enfrentamientos, de una historia de dos siglos. En ella se puede sintetizar la historia moderna de América. Pero eludir su significado puede implicar que se ignore el sentido de la independencia de un pedazo del mundo que pasó por tres siglos de dominación colonial y arriesgar la comprensión de su historia contemporánea. Son varias las dificultades que enfrenta la posibilidad de hacer un planteamiento histórico acertado. Una, la política estadounidense en Colombia desde el robo de Panamá hasta el presente. Otra, la influencia de la historiografía mexicana y cubana posterior a sus dos revoluciones, determinada por las intervenciones de Estados Unidos. Y, además, el cambio histórico operado por Estados Unidos, de vanguardia de la revolución democrática mundial del siglo XIX en una potencia poderosa y agresiva del siglo XX.

Se trata de las relaciones de Estados Unidos con Colombia, sobre las que se pueden distinguir cuatro etapas. La del período de la guerra de independencia de relativa indiferencia hasta el reconocimiento de la soberanía de Colombia en 1922; la del período republicano de alianza estratégica en el siglo XIX, sin interferencia alguna significativa; la del robo de Panamá hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, de adecuación de las condiciones de modernización económica; y desde allí hasta el presente, de dominio económico e injerencia política hasta el tratado reciente de utilización de las bases militares. Las dos primeras no tienen carácter colonialista o imperialista. Las dos últimas definen el proceso y el ejercicio de dominación indirecta por medios económicos y hasta de posibilidades de una dominación directa. Distinguir el carácter de esta relación con sus características profundamente diferentes, permite comprender el sentido de la Doctrina Monroe.

El debate entre los historiadores colombianos ha sido agudo. Y, en mucho, distingue sus orientaciones políticas y su visión sobre la realidad colombiana contemporánea. Indalecio Liévano Aguirre inspiró toda una tendencia de la llamada “nueva historia”, desde la defensa de Bolívar monárquico hasta la del régimen feudal de Núñez. Germán Arciniegas se mantuvo en una posición americanista que no le perdona a Estados Unidos su transformación en potencia imperialista. Por eso Arciniegas se separa tanto de Liévano Aguirre sobre el carácter de la Doctrina Monroe. Liévano coincide con los historiadores de la revolución mexicana como Carlos Pereyra y José Vasconcelos, para quienes la Doctrina fue siempre un instrumento del expansionismo estadounidense, con lo cual tergiversan su sentido histórico de defensa continental por más de medio siglo, que sí acoge Arciniegas .

Fue Santander, y no Bolívar, en el mensaje que dirige al Congreso de 1824 en calidad de vicepresidente, quien comprendió el sentido del mensaje del presidente Monroe al Congreso de Estados Unidos: “Semejante política consoladora del género humano,” dice, “puede valer a Colombia un aliado poderoso en el caso de que su independencia y libertad fuesen amenazadas por las potencias aliadas. El Ejecutivo no pudiendo ser indiferente a la marcha que ha tomado la política de los Estados Unidos, se ocupa eficazmente en reducir la cuestión a puntos terminantes y decisivos.” Se había formado en 1815 la Santa Alianza de dos potencias feudales europeas y se había recompuesto por la Cuádruple Alianza de Austria, Prusia, Rusia e Inglaterra, a la que se uniría pronto España. Surgía en América el temor y la sospecha de una verdadera alianza de las potencias europeas por la reconquista de América. Por eso Sucre le escribe a Bolívar en medio de la campaña del sur: “En este año veremos el desenlace de Europa, el cual va más que nada a decidir de la América. Todo colombiano debe ahora poner un ojo en el Perú, y otro en la Santa Alianza. Esta maldita coalición de los Reyes de Europa me hacen temer mucho de la existencia de nuestras instituciones; no puede negar usted que más cuidado me da de ellos que de los godos del Perú…Creo que usted cuenta más que demasiado con los ingleses; estos serán como los demás, amigos de tomar su parte, y lo único que harán por su poder será tomar la mejor parte…” (En Arciniegas, Bolívar y la revolución, pag. 130)

En diciembre de 1823, fecha del discurso del presidente Monroe al Congreso sobre la defensa de América, la posibilidad de una reconquista europea no estaba descartada. Pero poco a poco, una tras otra, las potencias europeas fueron reconociendo la realidad de la independencia americana. Y hacia mediados del siglo la historia de América tomó otro giro, una vez alejado el peligro de la reconquista. En América del Norte la recomposición de Estados Unidos con la incorporación de Florida, Louisiana y las provincias de México. En América Central la división en pequeños países después de separarse de México y Colombia. En América del Sur con guerras y transacciones que reestructuraron los límites heredados de la Colonia. Pero al llegar el cruce de los dos siglos, la guerra hispano-norteamericana y el robo de Panamá por Estados Unidos determinan su transformación en una potencia imperialista que se lanza a la conquista de mercados de capital, una vez en el mundo se ha agotado la posibilidad de nuevas anexiones territoriales.

La Doctrina Monroe, entonces, cambia de carácter, se incorpora al del Destino Manifiesto, al de la Enmienda Platt, a la de las invasiones en América Latina. Así lo declaraba Teodoro Roosevelt en su mensaje al Congreso un año después de Panamá: “Un mal crónico, o una impotencia que resulta en el deterioro general de los lazos de una sociedad civilizada, y en el hemisferio occidental, la adhesión de los Estados Unidos a la Doctrina Monroe, puede forzar a los Estados Unidos, aun sea renuentemente, al ejercicio del poder de policía internacional en casos flagrantes de tal mal crónico o impotencia.” (Mensaje al Congreso, diciembre de 1904). De allí resultarían las intervenciones de Estados Unidos en Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, México, Guatemala, Panamá, Granada. Y así prepararía las condiciones de su dominio económico con misiones económicas, tratados de comercio, planes de defensa continental y protección de su área de influencia estratégica. Como diría Arciniegas al concluir su artículo sobre Monroe: “Cerrándole el paso al imperialismo yanqui, y colocados en el mismo nivel los Estados Latinoamericanos, se volvería al pensamiento original que de Angostura pasó a Bogotá y de Bogotá a Washington, cuando de norte a sur y de sur a norte lo que se buscaba era una definición continental, hecha con los ingredientes de la república, del gobierno representativo, de la libertad. Es decir: la independencia continental.” (op. cit., pag. 136)

jueves, 26 de agosto de 2010

UNA URGENCIA DEL ORDENAMIENTO URBANO

Por Gonzalo Duque Escobar *

Uno de los temas de ciudad que requiere consideración en Manizales, es el ordenamiento territorial con perspectiva regional y visión de futuro, para hacer coherente su desarrollo urbano con las urgencias de la planificación en el escenario del Eje Cafetero y la apertura de los mercados. Para el efecto definamos nuestra capital como una urbe de tamaño intermedio, condición mediterránea, ubicada en el trópico andino, y conurbada en la ecorregión cafetera de Colombia donde la ciudad región incluye varios centros urbanos menores con fortalezas fundamentales.

En lo interno, el examen de nuestra ciudad supone partir de algunos presupuestos, entre los cuales señalo dos: que su zona industrial oriental debe valorarse por su posición con respecto a los medios de transporte ubicados al occidente, y que su zona residencial de excelencia castiga sus atributos estéticos y paisajísticos con el paisaje de chimeneas. Y en lo externo, que mientras la urgencia de las megalópolis (el caso Bogotá) es alcanzar la competitividad internacional y el manejo de problemáticas de gran escala, y la urgencia de los pequeños poblados articularse a un centro urbano de relevancia, la premura de las ciudades intermedias, pequeñas como Manizales y Pereira o grandes como Medellín y Cali, es llegar a conformar una ciudad región, lo que se logra entre centros urbanos cercanos y de similar relevancia que complementen sus economías.

Esto es, ahora cuando las funciones urbanas no sólo se dan dentro de la ciudad sino también en la región sobre la cual ella ejerce su influencia, Manizales debe resolver las graves deficiencias estructurales de su modelo urbano buscando ordenar el territorio, para fortalecer su vocación industrial y académica y sortear con acierto los impactos crecientes de las dinámicas que se van dando al ritmo de los hechos metropolitanos que la alcanzan, primero por la mayor proximidad suya a Pereira y Armenia gracias a la Autopista del Café, y mañana por la posición media del conjunto sobre el eje de desarrollo Cali-Medellín, gracias al avance de las autopistas en el Valle del Cauca y al brazo sur de las Autopistas de la Montaña que nos unirá con Medellín.

Ahora, cuando empieza a conurbarse el occidente del país, de conformidad con lo que señala la nueva planeación urbana para las ciudades intermedias estas capitales deben integrarse hacia adentro y hacia afuera, para no palidecer; y la forma de hacerlo es complementando sus economías para no sufrir procesos de vaciado causados al competir entre sí y ejercidos por las economías de los centros urbanos que ya se acercan: así las cosas, nuestras capitales cafeteras deberán fortalecerse en competencias diferentes y complementarias, como son: la industrial en Manizales y la comercial en Pereira, para sacar ventaja en el eje Cali-Medellín.

Ahora, si el futuro de Manizales pasa por el desarrollo de su sector industrial soportado en la articulación de actividades de investigación y desarrollo tecnológico con la academia y el SENA, igualmente la ciudad deberá crear condiciones excepcionales para los industriales orientando esfuerzos tributarios para los sectores productivos estratégicos más vulnerables, aprovechando ventajas culturales y naturales del territorio, como un Aerocafé grande que tenga “bancabilidad” por ser necesario para las industrias afines al carácter mediterráneo de nuestro territorio y la de nuestra condición de centro económico de Colombia, y corrigiendo los desaciertos de un ordenamiento territorial ambientalmente conflictivo donde la zona residencial más costosa de Manizales avanza sobre el paisaje contaminado propio de una zona industrial que ha tardado en emprender acciones encaminadas a la mayor competitividad donde impera la producción limpia.

En virtud de los retos propios de la apertura, la ANDI conoce las industrias que le generan a la ciudad mayores beneficios, los sectores amenazados por la competencia en virtud de su precario nivel tecnológico, y las empresas que deben emprender acciones ambientalmente vitales. Y en relación con el ordenamiento territorial, si bien la industria colombiana tiene un marcado carácter urbano de tipo mediterráneo como resultado de un proceso de industrialización endógena que quiso sustituir importaciones, y que las zonas destinadas a dicha actividad en Manizales no se protegieron de otros usos conflictivos del suelo que llegaron para acomodar las demás funciones urbanas, antes de buscar los nuevos escenarios urge resolver en el ordenamiento existente esta situación con herramientas de fondo, como en el caso de la cuenca de la quebrada Manizales para no perder en lo que tenemos construido, la única zona industrial apta de la ciudad y consecuente con su carácter.

[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-08-16] * Profesor Universidad Nacional de Colombia http://www.galeon.com/gonzaloduquee

lunes, 16 de agosto de 2010

LA ASTRONOMÍA EN COLOMBIA: PERFIL HISTÓRICO


Sede Histórica del Observatorio Astronómico Nacional, República de Colombia.

LA ASTRONOMÍA EN COLOMBIA: PERFIL HISTÓRICO


Por: Gonzalo Duque Escobar


1. DE LOS MUISCAS A LA COLONIA

Si hubo algún desarrollo, entre todas las culturas precolombinas de Colombia se destaca la cultura muisca, dado que sólo en el Altiplano Cundiboyacense se desarrolló un mercado. Con el desarrollo de la agricultura se evalúa el de los calendarios, pues éstos están en la base de toda civilización. Entre sus deidades están Chiminigagua, Xue y Chía, que en su orden representan el propio origen del Universo, el Sol y la Luna, además de Bachué (madre del género humano) y Bochica (principio del bien). Según la Calendárica de los Muiscas, obra de J.D. Duquense de La Madrid, 150 años después de la conquista, el calendario muisca poseía una base jeroglífica con reglas para medir el tiempo, y una tabla de años y símbolos para los siglos. El año de 354 días era de base lunar, y se dividía en 12 meses.

No obstante, a pesar de lo anterior y de los desarrollos en la importante estatuaria de la cultura de San Agustín, Huila, y del significado de los emplazamientos agustinianos, según Jorge Arias de Greiff dice, no existe registro alguno de un saber que permita hablar de “historia de la ciencia precolombina”.

En 1492, la hazaña de Cristóbal Colón presenta un gran desafío para la Navegación y la Cartografía. Con la aparición de las carabelas, se alejan los navegantes de los mares para entrar a la inmensidad de los océanos, donde no es viable la navegación por cabotaje. Se aprovechan las corrientes oceánicas, mismas que de regreso traen maderas desconocidas a las costas africanas y europeas anunciando tierras del otro lado, e invitando a lanzarse arriba del trópico de Cáncer; pero la deriva de la carabela a causa de la extensa corriente, lleva a Colón unos 18 grados abajo, llegando al Caribe. Más aún, sabiéndose evaluar la latitud observada en la altura de la Polar, para la época no se podía estimar la longitud necesaria para obtener la distancia a un puerto como Cádiz.

Por lo tanto, frente a las nuevas exigencias para la navegación, en adelante se erigirán los observatorios, se capacitará a los marinos en astronomía y se elaborarán efemérides precisas, para soportar la expansión de los mercados entrando por los océanos. Así y todo, no habiéndose inventado el reloj móvil para las observaciones desde las embarcaciones en movimiento -el cronómetro- , el puntero para el navegante es la Luna, astro de complejos y muy lentos movimientos para los cuales falta una teoría, la que sólo se hará posible después de la Teoría de Newton con los desarrollos de la mecánica celeste. Si bien la Casa de la Contratación de Sevilla es la primera institución oficial creada el año de 1503 para el conocimiento de los saberes náuticos, donde se empieza a calificar a los pilotos navales en el arte de la navegación oceánica, y el Real Observatorio de Greenwich se crea en 1675 por el Rey Carlos II, el invento del cronómetro por Harrison llega apenas en 1726: sextante, cronómetro y efemérides, serán más tarde el instrumento de navegantes y exploradores para las rutas comerciales en los albores de la revolución industrial.

Entrando a esta América, en 1704 el Padre Louis Feuillee, perito hidrógrafo de origen francés, levanta la bahía de Santa Marta y le da latitud. Observa además, en compañía de Couplet, el eclipse lunar del 3 de Agosto de 1704; en 1705 levanta en planos el Castillo de San Felipe de Barajas de Cartagena de Indias y en 1711 explora las costas de Perú y Chile. Don Juan de Herrera y Sotomayor, gobernador del castillo e ingeniero de fortificaciones del virreinato, observó seis eclipses de Luna y varias emersiones de los satélites galileanos entre 1719 y 1726; además determinó la latitud de Cartagena y de Panamá. Con esta información, desde París y desde Greenwich, Edmond Halley y Giovanni Cassini obtienen por separado la Longitud de Cartagena de Indias.

Después de Felipe V quien crea la Armada Real en 1719 y el Observatorio de Cádiz en 1717, llegan Fernando VII y Carlos III. Continúa Carlos IV, quien pierde la Armada al mando del almirante británico Horatio Nelson, con el preámbulo en San Vicente y con la derrota definitiva en Trafalgar (1805). El Rey Carlos III creyó que la ilustración debía traer prosperidad a los súbditos de España, y para el efecto privilegiando los intereses de los comerciantes, buscó un Estado fuerte y eficiente. Contrariamente, Carlos IV hace la contrarreforma en favor de los intereses de los terratenientes, y con ella acentúa el feudalismo aboliendo las libertades otorgadas a los poblados y limitando los derechos a los burgueses.

Según Jorge Arias de Greiff, aunque en la Nueva Granada el criollismo logró frustrar los avances del Estado y la posibilidad de modernizar la economía, las luces del siglo XVIII entraron para abrir el camino a los siglos XIX y XX. Con la reconstrucción borbónica de España, para la política española del siglo XVIII, América debe ser un proyecto rentable y autoabastecido, y auto-defendible. Sus recursos deben ser conocidos, estudiados y comercializados. Para el efecto, se crean tres Expediciones Botánicas: la del Perú (1777), la de La Nueva España (1785) y la de La Nueva Granada (1783). Ésta tercera, encomendada a José Celestino Mutis.

En 1770 la Armada Real despliega una enorme actividad de reconocimiento hidrográfico y costero en América. Así en 1790, con la expedición del napolitano Malaspina al servicio de España, se determinan varias posiciones astronómicas en el Pacífico colombo- ecuatoriano. Simultáneamente, la expedición Hidalgo entra al Caribe, levanta las Antillas y 30 puntos de la costa de Colombia y Panamá. Pero con el desastre naval de la Real Armada en 1805, fecha en la que iniciará el Sabio Caldas como astrónomo del virreinato de la Nueva Granada, aquella interrumpe 15 años de labores continuas.

En 1783, el sacerdote y científico español José Celestino Mutis (1732-1808), da inició a la real Expedición Botánica del nuevo Reino de Granada, cuya misión es explorar la flora y fauna nativa en parte del territorio nacional. Sobresale la obra pictórica conformada por cerca de seis mil dibujos y acuarelas de la escuela de dibujo organizada por Mutis para registrar gráficamente las plantas y flores recolectadas por la Expedición, y de la cual hacía parte artistas como Salvador Rizo y Matís. Dicha obra sustraída en 1817 por Pablo Morillo durante la reconquista de las colonias americanas se traslada al real Jardín Botánico de Madrid, donde hoy se conserva.


2. FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS (1768-1816).

Fray Domingo de Petrés quien había llegado de España para la reconstrucción y reparación de los templos santafereños averiados por el terremoto de 1785, por orden de Mutis emprende el 24 de mayo de 1802 la construcción del Observatorio Astronómico en el Jardín de la antigua Casa Botánica, sede de la Expedición., para concluirlas entre 1803 y 1804.

El prócer de la independencia nace en Popayán, donde estudia con José Félix Retrepo; se traslada a Bogotá, se gradúa bachiller en jurisprudencia y se dedica al comercio entre ambos lugares, para lo que cruza valles y páramos entre los poblados de relevancia de la época. Por su espíritu investigador, se hace a literatura e instrumentos de medida, como barómetro y termómetro, y aparatos astronómicos. Después de haber determinado la latitud de Popayán y haber hecho observaciones sistemáticas de alturas con barómetro, en 1797 Caldas hace trabajos cartográficos por triangulación topográfica y determinaciones de latitudes en lugares recurriendo a observaciones astronómicas, como las que sirvieron a Alexander von Humboldt y Aimé Bonplant para elaborar el mapa del río Magdalena.

El 22 de Diciembre de 1798, F. J. de Caldas observa la ocultación del primer satélite galileano y en 1800 se dedica a la botánica, habiendo desarrollado su método del cálculo de las alturas en función de la variación del punto de ebullición del agua.

En 1800, el naturalista alemán Alejandro Humboldt (1767-1835) llega a tierras de Venezuela y Trinidad, determina latitudes y longitudes en varios lugares de los llanos colombo- venezolanos, viaja luego a la Habana, regresa a la Nueva Granada, e igualmente determina las coordenadas del Fuerte San Felipe en Cartagena de Indias y observa el eclipse de luna del 29 de Marzo en Barú, para tomar el camino del Río Magdalena, entrar a Santa Fé de Bogotá, regresar al Tolima, y por el Quindío, cruzar la cordillera Central colombiana rumbo a Popayán, Quito, Guayaquil y Lima.

Humboldt le recomienda a J.C. Mutis ocupar a F.J. de Caldas como Astrónomo en el Observatorio que se construirá en Santa Fé, según diseño de Fray Domingo Pertrés inspirado en los observatorios astronómicos de París y Greenwich, mientras Caldas viaja por su lado a Quito para entrevistarse con Humboldt y allí se entera de la importante obra.

Se vincula Francisco José de Caldas a la Expedición Botánica y como tal recorre el norte del Ecuador. En 1805 regresa a Santa Fé, portando además del valioso herbario, equipos astronómicos para inaugurar y poner en marcha el Observatorio Astronómico cuya construcción se había iniciado en 1803. Trae Caldas instrumentos como el cuarto de círculo de Bird y el péndulo de Graham, útiles para añadir a la lista de los equipo guardados por Mutis durante 20 años. En 1805 Mutis encarga la dirección del Observatorio al sabio payanés.

A partir de 1805, América cuenta ya con un Observatorio Astronómico fijo, el primer observatorio al frente del cual ejerce como Astrónomo Francisco José de Caldas, quien desde allí obtiene la latitud del histórico lugar de observación, estimándola en 4º 36’ 06”; también determina la altitud de Bogotá y por observación, desde el Observatorio Astronómico, la del Nevado del Tolima. Además hace observaciones meteorológicas, de eclipses y de emersiones e inmersiones de satélites referidas al Meridiano de Bogotá y, finalmente, otras observaciones para concluir con la refacción de los almanaques de 1811 y 1812.

Vienen los sucesos de La Independencia y se involucra Caldas en los del 20 de Julio de 1810, como subdirector del Diario Político. Posteriormente, después de la guerra civil entre los federalistas (Caldas lo es) y los centralistas (como lo es Antonio Nariño), cuando Caldas debe refugiarse en Antioquia, aparece la insurrección de Bolívar al servicio de las provincias unidas y, tras el saqueo y los destrozos ocasionados a Santa Fé y la capitulación, regresa a esta ciudad.

Con las acciones del Rey Fernando VII contra Caracas y Santa Fé, en 1816 el ejército de la reconquista al mando del Pacificador Pablo Morillo toma a Cartagena y se traslada a Santa Fé, mientras Juan Sámano que viene de Quito y avanza por el occidente, captura a Caldas, lo lleva a Popayán y de allí a Santa Fé, donde es sacrificado el 28 de Octubre de 1816. Entre tanto por orden del militar pacificador, el Observatorio Astronómico queda en manos del alcalde Benedicto Domínguez, y se publica la lista de libros secuestrados a Francisco José de Caldas y los faltantes para que la gente los retorne.

Entra en la escena José María Lanz (Joseph) nacido en Campeche en 1764, quien viaja luego a España y Francia donde estudia ciencias naturales. En 1781 entra a la Academia de Guardias de Cádiz, institución perteneciente a la Armada Real, donde destaca en ciencias. Como miembro de ésta, participa en campañas por Cuba y México, y trabaja en el Atlas Marítimo hasta 1788, en el Observatorio de Cádiz y en los astilleros del Norte de España. El Real Observatorio de Cádiz era uno de los observatorios astronómicos más avanzados de la época. Retirado J. M. Lanz en 1794, pasa a Francia donde se dedica al estudio y a la enseñanza, se hace coautor de un texto inédito de cálculo diferencial y en 1808 publica un ensayo sobre la comprensión de las máquinas.

Vive Lanz en París con Boussingault, de quien recibe sendos barómetros de Fortín y cronómetros de Breguet para utilizarlos en la Carta Geográfica de la Gran Colombia, objeto del llamado Proyecto Zea conformado por Rivero (director), Boussingault, Roulin, Bourdon y Goudot y Lanz, siendo entonces Santander el Vicepresidente de la nueva república. Después de la liberación de la Nueva Granada en agosto de 1819, Bolívar había nombrado al general Francisco de Paula Santander vicepresidente de la Nueva Granada. Ya en Santa Fé de Bogotá, Lanz recibe el Observatorio Astronómico: en su inventario no aparecen el cuarto de círculo ni el péndulo que Caldas trajo de Ecuador, aunque Jean Baptiste Boussingault afirma haberlos visto en el Observatorio Astronómico en 1823, al lado del telescopio reflector donado por el Rey de España.

En 1824 se inaugura el Museo de Historia Natural con la Escuela de Minas adjunta, e inicia el proyecto. La sede del primero es la Casa de la Botánica de Mutis, en cuyo solar está el Observatorio Astronómico. En 1827 se entrega el trabajo “Atlas de la Gran Colombia” en 12 planchas para los 12 departamentos: Istmo, Magdalena, Zulia, Guayaquil, Aznay, Venezuela, Apure, Orinoco y Maturín, Cundinamarca, Boyacá, Cauca y Ecuador; además, un mapa general. Según Jorge Arias de Greiff, las fuentes del Atlas de la Gran Colombia son las publicaciones del Depósito Hidrográfico de Madrid, el Atlas de Humboldt, los mapas de Maldonado, Caldas, Talledo y Anguiano, y los mapas publicados en Londres en 1811 y 1819, por Arrowsmith.

El Vicepresidente Francisco de Paula Santander, en sus propósitos educativos toma el plan de la Universidad Pública de la propuesta de Moreno y Escandón. Así con la Ley del 18 de Marzo de 1826, se crea la Universidad Central y también la Academia Nacional. Francisco de Paula Santander designa como miembros de la Academia Nacional a Pedro Acevedo, Vicente Azuero, Andrés Bello, José María del Castillo y Rada, Benedicto Domínguez, José Fernández Madrid, Pedro Gual, Joseph Lanz, Cristóbal Mendoza, José Joaquín Olmedo, Santiago Pérez de Valencia y Arrollo, Manuel Benito Rebollo, José Félix de Restrepo, José Rafael Revenga, José María Salazar, Francisco Soto, Mariano de Talavera, Jerónimo Torres, Estanislao Vergara y Francisco Javier Yanes. Esto es, con lo más granado de la intelectualidad, las artes, la ciencia y la política de entonces, crea Santander la Academia Nacional.

Simón Bolívar tras concluir la campaña del Perú, llega a Bogotá en 1826. El gobierno anexa en 1828 el Observatorio al recién creado Museo Nacional el más antiguo de Colombia y uno de los más antiguos de América, cuya historia se remonta a 1823, año de su creación, y nombra como Director de ambas dependencias al abogado Benedicto Domínguez.

Al llegar Simón Bolívar del sur, todo el proyecto de Santander se derrumba, pues el prócer recelaba del modelo constitucionalista de EE.UU., nación que apoyaba estas acciones de modernidad y liberalismo propias de un régimen soportado en un parlamento de base civil conforme a las ideas renovadoras de la revolución francesa, y que tanto incomodaban a los absolutistas identificados con los intereses de las empresas terratenientes. Así este proyecto de educación y ciencia, deberá esperar hasta 1832 cuando en el segundo régimen de Santander se reorganiza por decreto la Academia Nacional con nuevos nombres, entre ellos Joaquín Acosta, Rufino Cuervo, Juan María Céspedes, Lino de Pombo y José María Triana.

Si la primera empresa para la consolidación de la naciente república fue la del proyecto educativo de Santander, iniciado con las reformas de 1826, la segunda es la Comisión Corográfica de Colombia encomendada al geógrafo e ingeniero militar Agustín Codazzi, quien tenía la misión de levantar la carta geográfica general del país y elaborar los mapas de cada una de sus provincias. Nace así en 1849 la Misión Corográfica para describir e inventariar los recursos, y el soporte de los registros espaciales lo obtiene de las fiables diferencias de longitud y de las latitudes obtenidas por Francisco José de Caldas, Joaquín Francisco Fidalgo y Alexander Humboldt. Es evidente que estas actividades Astronómicas ya no tienen la demanda de antes, cuando la inmensidad de los territorios lo exigía a los navegantes y colonizadores en épocas del descubrimiento y de los bastos imperios a colonizar.

En la cartografía de Antioquia y en su prospección minera y geológica, sobresalieron Tyrrel Moore y el capitán de ingenieros Carl von Greiff, mientras en el registro de las cumbres del sur de Colombia y el levantamiento del oriente del país, los geólogos Reiss y Stübel. La figura principal en la cartografía es su director, el coronel Agustín Codazzi, quien ha elaborado un extraordinario trabajo geográfico en Venezuela, y luego recorre Colombia durante dos lustros para que su trabajo inconcluso lo culminen algunos miembros de la propia Misión Corográfica.

El Colegio Militar (1848) y el Cuerpo Central de Ingenieros del Estado (1866), según Jorge Arias de Greiff, ponen en evidencia: el interés de los criollos del radicalismo por conocer la patria y una demanda social que explica el surgimiento de los primeros atisbos de instituciones. En 1827 el Observatorio Astronómico se encomienda a Benito Osorio. En 1928 se anexa aquel al Museo de Historia Natural, y en 1829 la dirección del Museo y del Observatorio pasan a Benedicto Domínguez, hasta 1832 cuando la dirección de uno y otro, y del Laboratorio Químico, pasan a Joaquín Acosta hasta el año de 1837. Durante la anterior década las observaciones meteorológicas han sido el objetivo del Observatorio Astronómico.

Desde 1840 hasta 1848, año en que se anexa el Observatorio al Colegio Militar, la dirección del Observatorio había sido encomendada a Francisco Javier Matiz. En el Colegio Militar, obra de Tomás Cipriano de Mosquera, se preparan Ingenieros Militares y Civiles, y de él salen personajes como Cornelio Borda y Don Indalecio Liévano. Pero en 1854, durante el gobierno de José María Melo en el que se da la imposición de medidas librecambistas en la República, se cierra el Observatorio Astronómico quedando en el abandono y encomendándosele su vigilancia a un artista.

De 1859 a 1860 Cornelio Borda ejerce la Dirección del Observatorio; en 1862 Indalecio Liévano retoma su dirección. Durante 3 días, en la batalla de San Agustín de 1862, el Observatorio es utilizado como fortaleza militar por el ejército del general Leonardo Canal. También en 1866 repite Liévano, quien con José María González Benito crea el Cuerpo de Ingenieros del Estado al cual adscriben el Observatorio Astronómico para que retome además de la meteorología, la práctica de las observaciones de las ocultaciones, como también el cálculo de las alturas. En abril de 1867 después de clausurado el Congreso, designado en el poder de Santos Acosta y desatada la guerra civil, el Observatorio Astronómico funciona como cárcel del Estado para Tomás Cipriano de Mosquera, hasta el mes de noviembre. En el período se cancela el Colegio Militar, y docentes, alumnos y presupuesto pasan a la Universidad Nacional de Colombia, institución creada por la Ley del 22 de septiembre de 1867.

Concluida la función como prisión, en 1868 el Observatorio Astronómico se adscribe a la Universidad Nacional de Colombia y se le encomienda a José María González Benito, quien relaciona el centro con astrónomos de renombre y logra su dotación con instrumentos para aplicarlos al estudio riguroso de los astros, además de transferirle el contacto a la Escuela de Ingeniería, y con ella a la Sociedad Colombiana de Ingenieros. Así, al preparar en la astronomía a los ingenieros civiles de la Escuela, ellos aportarán durante su ejercicio profesional información útil para la elaboración del mapa del país, empresa aún por desarrollar. De otro lado el propio Observatorio Astronómico se alimenta con el espacio académico que abre la Escuela a la enseñanza de la astronomía matemática y de la dinámica. Durante este periodo como Director, Gonzáles Benito publica los Estudios y Lecturas sobre Astronomía.


3. JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ BENITO (1843-1903).

José María González Benito nace en Zipaquirá, donde trabaja con don Manuel Ponce en el levantamiento topográfico de las salinas y pueblos vecinos, y de él aprende el cálculo diferencial e integral cuando la educación era un asunto de relaciones personales antes que de la enseñanza formal. Dice Jorge Arias de Greiff que González Benito, ya como ayudante de Indalecio Liévano contribuye al trazado del ferrocarril de Zipaquirá a Nemocón. Posteriormente se traslada a Anolaima y ganando interés por la geología y la paleontología recorre la cordillera de Sumapaz hasta Tunja.

En 1862 Liévano lo emplea como su ayudante en el Observatorio durante un año, tiempo suficiente para que sume a sus intereses los de la astronomía y meteorología; entonces en 1864 se traslada a Europa donde conoce a Leverrier y a Bousingault como conferencistas, tomando más entusiasmo por la mineralogía y la astronomía, y consolidándose como una de las mentes más estructuradas de los albores de nuestra historia científica.

Regresa por tercera vez, José María González al lado de Indalecio Liévano, quien por segunda ocasión lo vincula al Observatorio Astronómico. Además recibe el título de Ingeniero en 1866 y luego entra a conformar la Oficina Central del Cuerpo de Ingenieros por llamado del poder ejecutivo de la época. También en 1868 se le nombra profesor de meteorología y astronomía en la Universidad Nacional, recibiendo del rector Manuel Ancízar el cargo de Director del Observatorio Astronómico, en el que dura poco ya que retorna a Zipaquirá para terminar los trabajos anteriores.

Después de producir una carta geográfica de la sabana y la altiplanicie de Bogotá, en 1871 retorna a la Universidad Nacional como profesor de geología y paleontología, y de ahí al Observatorio Astronómico por tercera vez asumiendo las cátedras de astronomía y meteorología. Entre sus alumnos están Francisco Montoya, Modesto Garcés, Ruperto Ferreira y Enrique Morales.

Trabajó José María González Benito con instrumentos suyos y de Indalecio Liévano en el Observatorio Astronómico sin cobrar sueldo, lo que, según dice Jorge Arias de Greiff, le hizo ganar recelos y provocó su retiro en 1872. Ya desde su casa observa lluvias de estrellas que reporta a Europa, pero en septiembre del mismo año y por cuarta vez se le nombra por decreto del ejecutivo Director del Observatorio, como también profesor de astronomía y geodesia de la Escuela de Ingeniería.

Viajando a Europa como Cónsul, lo sucede Luis Lleras Triana en la Dirección del Observatorio, hasta el año de 1876. Este último morirá en la guerra de 1876 pero dejará un proyecto para instalar un ecuatorial y una cúpula giratoria en el Observatorio, y una recomendación sobre el instrumento meridiano y el péndulo sideral. También Lleras Triana, quien traduce la geometría de Legendré, pensaba intensificar el uso del sextante y del cronómetro por los ingenieros para la confección de nuestras cartas geográficas.

En 1875 regresa Jesús María González Benito al país como miembro acreditado de la "Royal Astronomical Society", y el Estado le compra un instrumento ecuatorial adaptado a la latitud de Bogotá, un anteojo de pasos meridianos, un teodolito astronómico, un anteojo de 5 ½ pies de distancia focal con montura altacimutal, y un espectroscopio de prismas. Además, se le encomienda la construcción de la cúpula giratoria sobre la escalera, concebida antes por Luis Lleras Triana.

En 1880 y por quinta vez vuelve al Observatorio Astronómico González Benito como su Director, con Ruperto Ferreira como su Subdirector. Reorganizan ambos el centro y aumentan su dotación en momentos en que el ambiente nacional es de interés por la ciencia, según se desprende de la conmemoración que se hace de la casa en que habitó Francisco José de Caldas y de la remodelación del edificio del Observatorio Astronómico.

Gracias a González Benito, en 1881 el Observatorio Astronómico cuenta con cúpula giratoria, un refractor de 16 cm y una estación meteorológica completa. Ese año al Observatorio se le designa una zona para la observación sistemática entre los paralelos 40º y 55º, con declinación norte, y por intermedio del reconocido Director se participa en la unificación del manejo de la hora, asunto del cual tratará el Congreso Mundial de Washington en 1884, durante el cual se adopta como "Meridiano Cero" el de Greenwich.

En 1882, aparece el primer número de los Anales del Observatorio Astronómico Nacional OAN, en Bogota. También aparece ahora Abelardo Ramos, director de la revista Anales de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, para atacar a González Benito y con ello lograr que no se le renueve el contrato como Director del Observatorio. Para el cargo propone al brillante joven Julio Garavito Armero, su alumno y quien se desempeña como profesor de ingeniería y geodesia en la Escuela de Ingeniería. Es que Abelardo Ramos proviene de la Escuela Americana, tiene una visión utilitarista de la profesión y encuentra en González Benito un personaje incómodo, propio del renacimiento y que no se ajusta al prototipo profesional del ingeniero “moderno” que de astronomía sólo debe conocer los requerimientos de la cartografía sin distraerse en manchas solares, en lluvias de estrellas y en colas de cometas.

En 1885 el fabricante de relojes, Ing. Rafael Nieto Paris, es nombrado director del OAN, quien fabrica un reloj eléctrico ideado por él para realizar mediciones astronómicas en el Observatorio.

En 1891 es nombrado director el Matemático e Ingeniero de la Universidad Nacional de Colombia Julio Garavito Armero, considerado el científico en las ciencias exactas más destacado de nuestra historia.

Mientras, refugiado en su casa ubicada en el parque de los Mártires, González Benito construye allí un reconocido observatorio, equipado con un telescopio de 9,5 cm de diámetro y 1,65 cm de distancia focal, sobre montura ecuatorial. Luego, González Benito es presentado por Camilo Flammarion y Bouquet de la Grye a la Sociedad Astronómica de Francia haciéndose miembro de la misma en 1893 en calidad de Miembro Fundador.

Pasada la Guerra de los Mil Días en 1903 González Benito propone la creación del Instituto de Colombia, reuniendo las Academias de Matemáticas, Ciencias Naturales y Ciencia Morales y Políticas; y muere ese mismo año a los 60 años de edad, un día antes de la inauguración del nuevo Instituto.

La Sociedad Colombiana de Ingenieros se había instalado en 1867 cuando su primer presidente, Abelardo Ramos, objetaba asignaturas como elementos de astronomía y geodesia por contemplar el término elementos, y en su defecto reclama una astronomía práctica para que los ingenieros contribuyan a las posiciones geográficas con la debida exactitud y detalle que permitan superar al Atlas de la Misión Corográfica.


Entre tanto la Sociedad Colombiana de Ingenieros publicaba en sus anales las efemérides astronómicas para lograr ese cometido. En el Número 57 publicado en 1892, Julio Garavito Armero presenta una serie de artículos titulada “Determinación Astronómica de Coordenadas Geográficas”, donde contempla los métodos más apropiados para determinaciones en latitudes bajas, usando teodolito de hilos micrométricos, lo cual modifica el método Talcott.

En 1902 se crea por decreto la Oficina de Longitudes, y entonces a partir de ahí todas las poblaciones del país referirán sus coordenadas al Observatorio Astronómico, creándose una única base para la definición geográfica del país. La Oficina de Latitudes cuenta entonces con las secciones de astronomía y geodesia, de topografía y de niveles, mientras la Oficina de Historia Natural cuenta las secciones de biología y de minería.

Se usarán el Método de Talcott modificado por Garavito y la señal telegráfica con el Observatorio Astronómico, para calcular y reportar las coordenadas a lo largo y ancho del país, con errores que deben ser inferiores a 0,3 seg de tiempo en longitud y a 0,5 seg de arco en latitud. Estos resultados se publican en 1918 y 1921.

El origen de La Oficina de Longitudes parte de la necesidad de delimitar la frontera con Venezuela, como consecuencia del laudo arbitral de la Reina regente de España, en 1891. Para determinar los puntos arcifinios y naturales que servirán de hitos, en nombre de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, Ruperto Ferreira, Modesto Garcés y Julio Garavito elaboran un completo proyecto que incluye telegrafía portátil. Igualmente, la Oficina de Longitudes da posición astronómica a los hitos fronterizos con Brasil y Perú. Jorge Arias de Greiff destaca que el método de Garavito es un perfeccionamiento de uno ideado por el mexicano Díaz Cobarrubias y cuyo proceso de cálculo lo mejoró el insigne matemático venezolano Francisco José Duarte, en Venezuela.

El 20 de Agosto de 1903 en el Observatorio Astronómico se instala la Sociedad Geográfica de Colombia. En 1905 en la Escuela de Ingeniería se gradúan Tomás Aparicio, Belisario Ruiz Wilches y Jorge Álvarez Lleras. En 1934 por iniciativa de Belisario Ruiz Wilches se establece el Instituto Geográfico y Militar con el propósito de lograr la cartografía del País, a partir de la aerofotografía. Así surge Scadta abriéndose este camino pionero en América ya iniciado en Ecuador.

Aparte de los instrumentos de Scadta, llega al Ministerio de Obras Públicas de Colombia un estereoautógrafo marca Wild, y para la Facultad de Matemáticas e Ingeniería un aereocartógrafo marca Photogrametrie. Ambos equipos se instalan en el Observatorio Astronómico y más tarde se trasladan al Instituto Geográfico. De otro lado, para el soporte de la aereofotogrametría, se inicia el establecimiento físico de la red de apoyo, con lo cual la geodesia astronómica será la actividad fundamental para desarrollar una triangulación de primer orden a lo largo y ancho del país.

En 1930 Jorge Álvarez Lleras debe hacer una nueva determinación del Observatorio Astronómico para el datum, usando un anteojo de pasos Gustav Heyde y un micrómetro modificado por la Casa Filotécnica de Milán, obteniendo 4º 35´ 56” de latitud Norte (contra 4º 35´ 55”.19 de Garavito en 1897) y 74º 04´ 51”.30 de longitud Oeste. Hasta acá los trabajos del Instituto Geográfico Militar y Catastral, pues en adelante se recurrirá a métodos estandarizados y exógenos.


4. JULIO GARAVITO ARMERO (1865-1920).

Volviendo a Julio Garavito Armero, este bogotano ingresa de 22 años a la Escuela de Ingeniería, y en 1891 se gradúa de profesor en Matemáticas y de Ingeniero Civil. Un año después, en 1892, es Director del Observatorio Astronómico y se le confieren las cátedras de mecánica racional y de astronomía en la Escuela de Ingeniería. Más adelante trabajará su Método Talcott y aportará a la geodesia, pero también tratará temas como la relatividad de Albert Einstein, y hará trabajos de astronomía observacional y de astronomía dinámica.

Aplica el método de Olbers para determinar las órbitas de los cometas de 1901 y 1910, usando registros de observación suyos. Preside la comisión para la observación del eclipse de Sol de 1916, visible en Quibdó, Medellín Puerto Berrío y Bucaramanga, para lo cual observa desde Puerto Berrío, y por telégrafo trabaja la parte analítica sobre esta actividad con Jorge Álvarez Lleras, Julio Garzón y Santiago Garavito y otros, en Medellín y Bogotá.

Pero señala Jorge Arias de Greiff que pasados los siglos XVII, XVIII y primera mitad del XIX, brilló Julio Garavito Armero en una de las mayores conquistas de la mente humana: la astronomía dinámica, materia que sirvió para la confección de las tablas y efemérides que prestaron apoyo a exploradores y navegantes. Según Arias de Greiff, valen las menciones de las teorías dinámicas de Jacobi y Hamilton aplicadas por Delaunay al movimiento de la Luna, así como los trabajos de Leverrier y Newcomb complementando las teorías del movimiento planetario, para ponderar el trabajo inconcluso del más importante astrónomo de la historia de Colombia, titulado “Fórmulas Definitivas para el Movimiento de la Luna”.

Además de haber logrado demostraciones originales de teoremas relativos al cambio de variables canónicas y trabajos empleando estas variables al método Hamilton–Jacobi para órbitas elípticas, y de haber desarrollado una expresión para el complejo "problema de los tres cuerpos", con las “Fórmulas Definitivas para el Movimiento de la Luna”, Julio Garavito quiso alcanzar un instrumento teórico de gran utilidad para preparar efemérides como complemento del cronómetro en la determinación de longitudes.

La mayor complejidad del ya difícil problema radica en la aceleración secular de la Luna, demostrada por el astrónomo inglés Edmond Halley, y en el tratamiento de los errores observacionales, dada la incertidumbre de la fuente que los explica. En 1802 el matemático francés Simon Laplace demuestra la fuente teórica de esa aceleración. En 1827 el francés Marie-Charles Damoiseau las calcula usando métodos numéricos. En 1832 el astrónomo Giovanni Plana elabora un método de rápida convergencia para obtenerlas. En 1846 el científico Pontecoulant (Louis Gustave le Doulcet) elabora otra teoría y hace lo propio por otro difícil camino.

En 1860 y 1867 el francés Charles Delaunay avanza en otro método elegante para representar el movimiento lunar instantáneamente, dado que algunos elementos de la órbita cambian continuamente. En 1864 el danés Peter Andreas Hansen se toma 30 años par desarrollar una teoría más práctica aunque menos elegante, la que se usa hasta 1920. En 1877 George William Hill trabaja una teoría usando un modelo ingenioso.

Finalmente, en 1896, aparecen los trabajos del norteamericano Ernst William Brown en los que se incluye un término empírico para ajustar los cálculos a la deriva del movimiento lunar observado, cuyas tablas finales salen apenas en 1919. Garavito Armero, que no conocía la naturaleza del movimiento, se ocupa en detallar la deriva explicándola como una función en términos del movimiento medio del Sol, y de la diferencia del movimiento de la Luna y el Sol; usa para el efecto la ecuación de la órbita variacional empleando el método de G.W. Hill que emplea coordenadas rectangulares, denominado por Poincaré “Soluciones Periódicas de Primer Género”.

Hubiera alcanzado su tarea Julio Garavito, pero muere en Marzo de 1920 a la edad de 54 años. Al entrar en escena los computadores se sustituyen los cálculos de tablas lunares para las efemérides basados en el empleo de los logaritmos: Wallace Eckert como director del laboratorio de la empresa Watson, dirigió la construcción de un número de computadoras innovadoras para realizar cálculos astronómicos, incluyendo la calculadora electrónica de la secuencia selectiva SSEC (1949) y la calculadora naval de la investigación de la artillería NORC (1954. Este profesor de astronomía y pionero de la computación también se hizo famoso por sus cálculos para las misiones Apolo a la Luna.

Por recomendación del Observatorio Astronómico, organismo con el cual Colombia adhiere a la Unión Astronómica Internacional en 1967, el nombre de Julio Garavito Armero se asigna al cráter de la cara oculta de la Luna ubicado en 47º,6 Sur y 156ª,7 Este. Hoy 5 cráteres, éste y otros cuatro más vecinos, llevan estos nombres: Garavito S, C, D, Q, y Y.

El nombre de Francisco José de Caldas no quedo incluido por la restricción de la Unión Astronómica Internacional para los héroes militares, políticos y filósofos propuestos, con menos de 200 años de muertos; y así fue como se presentó la candidatura del “Sabio Caldas” por Jorge Arias de Greiff.

A la muerte de Garavito asume la dirección del Observatorio Astronómico Jorge Álvarez Lleras, después de realizar su viaje a EE UU y Europa en 1919 para conocer sobre el funcionamiento de los servicios meteorológicos, y con el propósito de organizar el Servicio Meteorológico Nacional creado en la Ley 74 de 1916.

Pero es época del gobierno de Marco Fidel Suárez, y el Observatorio será entregado a los religiosos del Observatorio del Ebro en España, como también el Servicio Meteorológico Nacional al Padre Simón Sarasola del Colegio San Bartolomé, a pesar de la polémica surgida por semejantes medidas, entre el gobierno y la Sociedad Colombiana de Ingenieros. En 1921 empezó la observación sismológica en Colombia, por iniciativa de los padres Enrique Pérez Arbeláez quien fuera el Fundador y Director del Observatorio Meteorológico Nacional del Colegio de San Bartolomé de Bogotá, y por el Padre Sarasola.

En 1930 cambia la suerte del Observatorio Astronómico con la llegada de Enrique Olaya Herrera al poder: el Decreto N° 1806 de 1930 reorganiza el Observatorio Astronómico Nacional y asume Jorge Álvarez Lleras su dirección y desarrolla el bitelescopio de reflexión, un instrumento de utilidad para el estudio del eje polar y la rotación terrestre. Además, concluida la II Guerra Mundial, aparecen otros aparatos de las casas europeas que se originan en este proyecto.

Este discípulo y colaborador de Julio Garavito Armero publica a lo largo de su vida, innumerables obras matemáticas, astronómicas y económicas; pero en 1947 decae la salud de Álvarez Lleras, quien muere un lustro después.

Ahora el nuevo director del Observatorio Astronómico es Belisario Ruiz Wilches, quien ha pasado por el Instituto Geográfico, como uno de sus principales gestores, y de ahí a la Escuela de Ingeniería donde creó el Observatorio Geofísico. Desde el Observatorio Astronómico emplazado en los predios del actual Palacio de Nariño, Ruiz Wilches crea una estación astronómica en los predios de la Universidad Nacional de Colombia, equipada con un telescopio Zeiss de 30 cm de diámetro y 300 cm de distancia focal, de montura ecuatorial adaptada; este instrumento comprado a Francia había pertenecido al Observatorio de Marsella.


5. ULTIMOS AÑOS: la creación de la Escuela.

La Universidad Nacional de Colombia construye una nueva sede del Observatorio en la Ciudad Universitaria de Bogota, entre 1947 y 1952.

La Universidad Nacional de Colombia, institución que tiene a su cargo el histórico Observatorio Astronómico de 1805, en su propio campus construye hacia 1947 un nuevo Observatorio que amplia en 1952, quedando adscritos ambos a su Facultad de Ciencias, y equipa la nueva sede con un refractor apocromático Zeiss-Secretan F15 con 4 elementos de 20 cm y 3 m de distancia focal y con un reflector Smith Cassegrain F10 de 16”.

Ahora la ciudad capital se ha expandido sobre los potreros y el brillo citadino ha contaminado el cielo por todos los costados del lugar, por lo que las posibilidades del modesto equipo han terminado completamente. En los años siguientes asume la dirección del Observatorio Astronómico Nacional Jorge Arias de Greiff, quien trabaja el proyecto de un observatorio ubicado finalmente en la vecindad del Parque Natural de los Nevados, aprovechando los espacios académicos de la reforma Patiño que amparada por el programa Alianza para el Progreso, priorizaba la incorporación de las disciplinas en una educación superior, antes centrada en las profesiones, como estrategia para abatir en el futuro el modelo de dependencia tecnológica.

Dentro de esa política, desde 1979 hasta 1984 el plan quinquenal sigue en marcha y bajo el liderazgo de Jorge Arias de Greiff se hace la prospección de los sitios potencialmente aptos en Colombia para montar un observatorio astronómico de importancia. Finalizando el gobierno de Belisario Betancur el proyecto alcanzó a ingresar al COMPEX y como fórmula de apalancamiento, el trueque cafetero sería la forma de pago para adquirir un telescopio en la República Democrática Alemana, equipado con un espejo de 100 cm de diámetro, tipo Ritchey-Chretien, para no repetir lo que hay en Venezuela. El lugar para instalar el preciado equipo, estaría 10 km al Este del Nevado del Tolima y 1 km al Norte de él.

Pero en 1986 durante el gobierno de Virgilio Barco, las prioridades internacionales en materia de políticas de desarrollo cambian del enfoque relacionado con la dependencia tecnológica hacia los problemas de las necesidades básicas insatisfechas, y también las del país en esta materia. Además, los sucesos del Palacio de Justicia y del desastre de Armero asociado a la erupción del Ruiz, y posteriormente la crisis del café que afecta a la Federación Nacional de Cafeteros quien había colaborado ya en el Planetario de Bogotá, hacen que el proyecto por esa vía que también exploró la Sociedad Julio Garavito como promotora del Planetario de Medellín, se detenga. Entonces mientras la suerte para Colombia queda limitada a las posibilidades de Colciencias, y alineada a sus requerimientos el equipo de astrónomos del Observatorio Astronómico Nacional decide trabajar el desarrollo de sus programas de posgrado en tres líneas de investigación: Astronomía Fundamental, Astronomía Estelar y Astronomía Galáctica.

Como resultado de estas actividades, el Observatorio Astronómico cuenta ahora con una Especialización y una Maestría en Astronomía, además de un importante número de publicaciones en revistas indexadas fruto de la investigación, como de textos de astronomía y de otras actividades de apoyo y promoción de la astronomía, con reconocido liderazgo nacional. Y recientemente, se ha creado en Medellín el primer pregrado en Astronomía de país por la Universidad de Antioquia bajo el liderazgo del Astrofísico Jorge Iván Zuluaga, para iniciar labores en 2009. Entre otros hechos, merecen mención el proyecto para poner en órbita el primer satélite Libertad 1 logrado el 17 de Abril de 2007 por el Observatorio Astronómico de la Universidad Sergio Arboleda bajo la dirección del Astrónomo Raúl Joya O., la depurada técnica desarrollada para la captura de imágenes y videos de algunos cueros celestes por el Astrónomo Alberto Quijano V, en las observaciones del Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño, y la distinción que le ha hecho la Unión Astronómica Internacional al astrónomo colombiano Antonio Bernal González, al dar su nombre al asteroide 2005 AK del Cinturón Mayor que desde el 27 de abril de 2009 se denomina 198592 Antbernal, por su labor divulgativa y técnica en el Observatorio Fabra de la Asociación Astronómica de Castelldefels, en Barcelona.

Hoy día, en Colombia sobresalen varios astrónomos y astrónomas, con oficio en reconocidos proyectos de varios observatorios y centros de investigación de las naciones más desarrolladas del planeta, y otros más que conforman grupos académicos debidamente acreditados en Colciencias, acometiendo labores que ponen en alto al país o que aportan a la construcción de la Nación. Por mencionar algunos: la Geóloga Planetaria Adriana C. Ocampo del “Jet Propulsion Laboratory” de Nasa, el Astrofísico David Ardila Arzayús, vinculado como investigador del telescopio espacial Spitzer y quien hizo parte del equipo de investigadores del COBE cuyos líderes recibieron el Nóbel de física en 2006, y el Cosmólogo Profesor Juan Manuel Tejeiro del Observatorio Astronómico Nacional de la U.N. de Colombia.

Para la organización de la astronomía del país, la Red de Astronomía de Colombia RAC propuesta en 1992 en Pereira y creada en 1993 en Barranquilla, congrega a cerca de medio centenar de grupos de astrónomos aficionados y profesionales de todo el país. También desde julio de 2006 Colombia ha creado la Comisión Colombiana del Espacio CCE, con el objeto de fortalecer el conocimiento sobre la Tierra y el espacio ultraterrestre mediante la utilización de tecnologías modernas que pretenden invertir en conocimiento geoespacial, y con la aspiración de lograr un satélite colombiano en 2011.


6. DOS LECCIONES Y DOS DESAFÍOS.

No parece equivocada una percepción que señale como los dos hechos científicos más relevantes en la corta historia de Colombia, de un lado, la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada encomendada al sabio y eclesiástico español José Celestino Mutis (1732-1808), y del otro la Misión Corográfica para la naciente República encomendada al militar y geógrafo italiano Agustín Codazzi (1793-1859).

En el primer caso, si bien el sabio Mutis logró plasmar un valioso registro escrito y gráfico, de alta calidad, conteniendo un inventario de variados recursos naturales como la biota andina, entre otros, también hoy requerimos avanzar en una tarea similar que se ocupe de la extensión de ese conocimiento estratégico, que podríamos denominar de la “economía verde”, investigando el potencial de nuestra biodiversidad para asegurar con él la soberanía de la Nación en la propiedad de patentes, y hacer frente a la amenaza asociada a la apertura de los mercados y a la “reprimarización” de nuestra economía.

Y en cuanto al fundamental legado geográfico del emblemático General Codazzi, responsable de la elaboración de las cartas de nuestro territorio y quien logró además la identificación de las grandes regiones culturales de la Patria, debe añadirse que hoy es evidente el retrazo en nuestra cartografía temática, tanto analítica como sintética, y de detalle, para no mencionar los profundos vacíos existentes en la definición y caracterización de las variantes regionales de esta Colombia, pluricultural y ambientalmente diversa, que indudablemente va cambiando y evolucionando sin que quede registro de lo que ha ocurrido para advertir tendencias, potencialidades y problemáticas.


7. BIBLIOGRAFIA DE BASE.

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8. NOTAS

Este documento articula dos trabajos:
Guía Astronómica: La astronomía en Colombia, Gonzalo Duque Escobar. Manizales 1998, en: http://www.galeon.com/guiaastronomica/ 

IYA 2009 invita a Descubrir el Universo desde Colombia, Gonzalo Duque Escobar. Manizales 2009, en:
http://godues.blogspot.com/2009/01/iya-2009-invita-descubrir-el-universo.html


9. IMAGEN

El OAN. Fuente: Observatorio Astronómico Nacional, Bogotá. Don Pacho, en http://img88.imageshack.us/img88/3855/astronomicalobservatory01s2wv.jpg

Medellín, Agosto 14 de 2010.

*Gonzalo Duque Escobar: Profesor Especial de la Universidad Nacional de Colombia, Ex-Presidente de la Red de Astronomía de Colombia RAC y Director del Observatorio Astronómico de Manizales OAM.

Relacionados:
Cultura & Astronomía (C&A)
La Astronomía en Colombia: Perfil Histórico

martes, 3 de agosto de 2010

LIBRO: Fundamentos de Economía y Transportes. Gonzalo Duque Escobar.

TEXTO: Fundamentos de Economía y Transportes. Gonzalo Duque Escobar.


Fundamentos de Economía y Transportes

Gonzalo Duque-Escobar

Manizales, 2006





TEXTO PARA EL MÓDULO DE ECONOMÍA DEL TRANSOPORTE

ESPECIALIZACIÓN EN VÍAS Y TRANSPORTES

PROGRAMA DE INGENIERÍA CIVIL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MANIZALES






Contenido:



I - Parte

- Ciencia, tecnología y sociedad


II - Parte

- Economía General

- Macroeconomía

- Microeconomía


III - Parte

- Introducción a la economía del transporte


IV Parte

- Movilidad y desarrollo en el eje urbano y periurbano de Manizales.

- Historia de los procesos urbanos y económicos del Eje Cafetero

- Ferrocarriles: integración y progreso para Colombia

- Una salida al mar para el occidente colombiano

- Elementos para la visión prospectiva de Aerocafé

- Ventajas y retos de Aerocafé



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LIBRO: Mecánica de los Suelos. Gonzalo Duque Escobar y Carlos Enrique Escobar



.
Mecánica de los Suelos.
Gonzalo Duque Escobar y Carlos Enrique Escobar Potes
Manizales, 2002

TEXTO PARA LA ASIGNATURA MECANICA DE SUELOS I
PROGRAMA DE INGENIERÍA CIVIL
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE MANIZALES



SOIL MECHANICS

geomecanica

Mecánica de los suelos. Duque-Escobar, Gonzalo y Escobar Carlos-Enrique  (2003) Texto de geomecánica para el curso de Mecánica de Suelos I Programa de Ingeniería Civil de la Rev.2014) l. Sede Manizales. (pdf)

ENLACE

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

CONTENIDO ……….

Cap 01: Origen, formación y constitución del Suelo. Las arcillas.  cap1.pdf (116.0Kb)

Cap 02: Relaciones de volumen y peso para Suelos. …………….  cap2.pdf (258.7Kb)

Cap 03: Estructura del suelo y granulometría…… …………….  cap3.pdf (316.6Kb)

Cap 04: Plasticidad de los Suelos……………….. …………….  cap4.pdf (68.94Kb)

Cap 05: Clasificación e identificación de los Suelos. ………..  cap5.pdf (79.46Kb)

Cap 06: Capilaridad. Propiedades hidráulicas de los suelos…  cap6.pdf (214.6Kb)

Cap 07: Redes de flujo………………………………….……..  cap7.pdf (455.0Kb)

Cap 08: La erosión del suelo y su relación con el agua……..  cap8.pdf (175.1Kb)

Cap 09: Consolidación de suelos……………………..……. cap9.pdf (742.4Kb)

Cap 10: Esfuerzos en el Suelo………………………..…… cap10.pdf (770.8Kb)

Cap 11: Teoría del círculo de Mohr………………………….. cap11.pdf (364.6Kb)

Cap 12: Esfuerzo cortante en suelos…………………..……  cap12.pdf (147.9Kb)

Cap 13: Triaxial y envolvente de falla………………..……cap13.pdf (75.87Kb)

Cap 14: Compactación de suelos……………………..……  cap14.pdf (56.81Kb)

Cap 15: Exploración y muestreo de suelos…………………..  cap15.pdf (103.3Kb)

Factores: Tabla de factores, equivalencias y unidades…….  apendice.pdf (86.86Kb)

Bibliografía: Fuentes básicas y complementarias……….…  contenido.pdf (92.57Kb)

ANEXO: Geotecnia y medioambiente……………….…………. http://www.bdigital.unal.edu.co/1704/

***

MANUAL OF GEOLOGY FOR ENGINEERS 

manualgeo

Manual de geología para ingenieros. Duque-Escobar, Gonzalo (2003) (Rev.2014). Fundamentos geología física y de Colombia, para el Programa de Ingeniería Civil de Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales. PDF

 OBRA COMPLETA

   ENLACES:

PDF (Presentación de la obra)  Link 174kB
PDF (Contenido)  Link 454kB
PDF (Capítulo 1 : Ciclo geológico)  Link 679kB
PDF (Capítulo 2 : Materia y energía)  Link 554kB
PDF (Capítulo 3 : Sistema solar)  Link 625kB
PDF (Capítulo 4 : Tierra sólida y fluida)  Link 582kB
PDF (Capítulo 5 : Minerales)  Link 418kB
PDF (Capítulo 6 : Vulcanismo)  Link 734kB
PDF (Capítulo 7 : Rocas ígneas)  Link 561kB
PDF (Capítulo 8 : Intemperismo o meteorización)  Link 426kB
PDF (Capítulo 9 : Rocas sedimentarias)  Link 592kB
PDF (Capítulo 10 : Tiempo geológico)  Link  422kB
PDF (Capítulo 11 : Geología estructural)  Link 620kB
PDF (Capítulo 12 : Macizo rocoso)  Link 1MB
PDF (Capítulo 13 : Rocas metamórficas)  Link 783kB
PDF (Capítulo 14 : Montañas y teorías orogénicas)  Link 660kB
PDF (Capítulo 15 : Sismos)  Link 588kB
PDF (Capítulo 16 : Movimientos masales)  Link 515kB
PDF (Capítulo 17 : Aguas superficiales)  Link 754kB
PDF (Capítulo 18 : Aguas subterráneas)  Link 888kB
PDF (Capítulo 19 : Glaciares y desiertos)  Link 1MB
PDF (Capítulo 20 : Geomorfología)  Link 495kB
PDF (Lecturas complementarias)  Link 405kB
PDF (Bibliografía)  Link 563kB
PDF (Autor)  Link 152kB

 

 

ENLACES AMBIENTALES DEL MUSEO INTERACTIVO SAMOGA DE LA U.N. DE COLOMBIA

Acciones frente al clima y el desarrollo.  

Acecha El Niño fortalecido por el calentamiento global.

Acuerdo Climático: avance necesario pero insuficiente.

Adaptación al cambio climático para Manizales.

Agua como bien público.  

Agua y Clima.  

Aguacate en la tierra del café.  

Al Bahareque le Fue Muy Bien.

Amenazas naturales en los Andes de Colombia.  

Amenaza climática en el trópico andino.  

Aprendizajes en procesos participativos de reconversión productiva.

Árboles, poblaciones y ecosistemas.

Arroyo Bruno, entre la muerte negra y la vida wayuu.

Aspectos geofísicos de los Andes de Colombia.  

Asuntos del clima en Colombia vistos desde El Niño.  

Bioturismo y adaptación ambiental para la Ecorregión Cafetera.

Bosques, Cumbre del Clima y ENSO.

Bosques en la Cultura del Agua.   

Bosques para la Estabilidad del Medio Ambiente.

Caldas en la consulta minera. Calentamiento global en Colombia.

Cambio Climático en Caldas – Colombia.

Cambio climático y gestión ambiental en Caldas.

Cambio Climático y Pasivos Ambientales del Modelo Urbano.

Cambio climático y sustentabilidad del territorio.

Caldas en la biorregión cafetera.

Ciencias Naturales & CTS.

Ciencia, tecnología y ruralidad en el POT de Caldas.

Clima andino y problemática ambiental.  

Clima, deforestación y corrupción.

Clima extremo, desastres y refugiados.

Clima: las heladas en Colombia

Colombia biodiversa: potencialidades y desafíos.

Colombia en el día de la Pachamama.

Colombia Tropical ¿y el agua qué?

Colombia, país de humedales amenazados.

Colombia: riesgos geodinámicos y hábitat.

¿Colombia sostenible?

Con el solsticio, pasada la navidad se acentuará El Niño.

Crisis del clima: y el cambio climático ¿qué?.

CTS, Economía y Territorio.

Cuando llegan las lluvias.

Cuatro PNN, patrimonio natural de la Ecorregión Cafetera.

Cultura del agua en los ríos urbanos.

Curso de capacitación CIDEAMA.  

De la Cumbre de Durban al desastre de Colombia.  

Degradación del hábitat y gestión ambiental.  

Del antropocentrismo al biocentrismo.

Desarrollo urbano y huella ecológica.   

Desarrollo y revoluciones tecnológicas. 

Día de los océanos: mares y océanos del planeta azul.

Dia Internacional de La Tierra – Colombia.

Diálogos con el Territorio y Gestión del Riesgo Natural.

Dinámicas del clima andino colombiano.

Dinámicas Territoriales y Paisaje Cultural Cafetero.

Doscientos años de regresiones rurales en Colombia.

Ecorregión Cafetera: evaluación ambiental del territorio. 

Ecorregión Cafetera: Minería y Medio Ambiente.  

Eje Cafetero: cambio climático y vulnerabilidad territorial.   

Eje Cafetero: construcción social e histórica del territorio.

El agua en Colombia: glosas.   

El agua en la biorregión caldense.   

El desastre en el río Mira.

El día mundial del Medio Ambiente.

El Estado y la función del suelo urbano.

El fantasma de la imprevisión.

El inestable clima y la crisis del agua.  

El ocaso del bosque andino y la selva tropical.   

El Paisaje Cultural Cafetero: ¿Sujeto de Derechos?

El porqué de los aguaceros en Colombia.

El Río Grande: Retos y Opciones.

El Ruiz continúa dando señales…

El siniestro de Mocoa, designio de la imprevisión.

El territorio caldense, un constructo cultural.

El territorio del río Grande de la Magdalena.

El tortuoso camino de los acuerdos climáticos.

El volcán y el desastre de Armero.

Expansión aguacatera y consulta minera en el Eje Cafetero.

Fisiografía y geodinámica de los Andes de Colombia.

Geomecánica.

Geotecnia para el Trópico Andino.

Gestión del riesgo natural y el caso de Colombia.

Gestión del Riesgo por Sismos, Volcanes y Laderas en la Política Ambiental de Manizales.

Gestión y política pública ambiental, para el patrimonio natural en Colombia.

Gobernanza forestal para la ecorregión andina.

Guerra o Paz, y disfunciones socio-ambientales en Colombia.

Huella hídrica en Colombia.  

Huracán Iota: el tifón que abate a San Andrés.

Huracanes y Terremotos acechan.

Institucionalidad en el Paisaje Cultural Cafetero.

La economía en la era del conocimiento.

La encrucijada ambiental de Manizales.

La gran cuenca Magdalena-Cauca.  

La historia del Cerro Sancancio.

La septuagenaria Plaza de Mercado de Manizales.

Laderas del Trópico Andino: caso Manizales.

Las Cuatro Estaciones y el Cambio Climático.

Las cuentas del agua.

Laudato sí: El Cuidado de la Casa Común: memorias.  

Legalidad y sostenibilidad de la guadua en la ecorregión cafetera.

Llega el invierno, pero la vulnerabilidad, ¿qué?

Llegó La Niña… ¿y entonces?

Manizales: ciudad de los ecoparques.

Manizales, ¿ciudad del agua?  

Manizales: El futuro de la ciudad.

Manizales: perfil de su territorio y complejidades de su ordenamiento.

Manizales: política pública ambiental y gestión del riesgo.

Manizales: un diálogo con su territorio. 

Manual de geología para ingenieros. 

Más allá de las profecías Mayas. 

Más espacio y oportunidades para el ciudadano.

Medio ambiente, mercado y Estado.

Misión de Sabios de Caldas: encuesta.

Muelle de Tribugá: ¿es posible el desarrollo sostenible?

No hay más terremotos, simplemente desastres más grandes.

Nuestras aguas subterráneas.

Nuestro frágil patrimonio hídrico

Nuestros bosques de niebla en riesgo.

Opciones de Caldas en medio ambiente, cultura y territorio.

Otra vez El Niño: ¿cómo adaptarnos?  

Paisaje y Región en la Tierra del Café.  

Paramos vitales para la Ecorregión Cafetera.

Patrimonio hídrico: carencias en la abundancia.  

PCCC: disrupciones y derechos bioculturales.

Perfil Ambiental de Manizales y su territorio.

Plusvalía urbana para viabilizar el POT de Manizales.

Por falta de bosques con el agua al cuello.

Preservación Ambiental e Hídrica dentro de la Declaratoria del PCCC.

Procesos de control y vigilancia forestal en la región andina de Colombia.

¿Qué deja la temporada invernal y para dónde va?

¿Qué hacer con la vía al Llano?

Reconstrucción con adaptación al cambio climático en Colombia

¿Réquiem por la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco? 

Retos ambientales y logísticos en la hidrovía del Magdalena.

Riesgo en la zona andina tropical por laderas inestables.

Riesgos para el agua en la ecorregión cafetera de Colombia.

Riesgo sísmico: los terremotos.

Río Blanco, cuna de vida… 

Riosucio mestiza e indígena.

Sol, clima y calentamiento global.  

Subregiones del departamento de Caldas: perfiles.

Templanza y solidaridad frente al desastre.

Territorio y Región: Caldas en la ecorregión cafetera.

Tierra y ruralidad en Colombia.

UMBRA: la Ecorregión Cafetera en los Mundos de Samoga.

Un pacto con la sociedad y la naturaleza.

Un país con grandes retos ambientales.

Un SOS por la bambusa guadua.

Una mirada al contexto regional.

Vías lentas en el corazón del Paisaje Cultural Cafetero.

Visión retrospectiva y prospectiva del desarrollo regional.

Vida y desarrollo para el territorio del Atrato.

¿Violación de derechos ambientales en Río Blanco? 

Vulnerabilidad de las laderas de Manizales.

¿Y el agua en Colombia qué?