jueves, 27 de octubre de 2016
domingo, 23 de octubre de 2016
Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas
Elementos para la construcción de una visión
estructurada del desarrollo de Caldas
Logo Gobernación de Caldas
Por: Gonzalo Duque-Escobar *
PRESENTACIÓN
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Este documento ofrece elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo del departamento de Caldas, como son diagnósticos y propuestas prospectivas regionales, contenidas en un conjunto de documentos ya publicados en el marco de mis actividades como Profesor de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales desde 1976, y como Miembro de la Centenaria Sociedad de Mejoras Públicas desde 1988.
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Esto para contribuir como miembro del Codecti y del CROT de Caldas en 2014, al fortalecimiento, coherencia en las acciones y decisiones de los entes territoriales del departamento, que en el marco de las políticas públicas departamentales y en sus Programas de Gobierno “Caldas compromiso de todos” y “En la ruta de la prosperidad”, se han trazado y en su orden, las administraciones de Guido Echeverri Piedrahita y Julián Gutiérrez Botero.
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El Autor:
Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
* Gonzalo Duque Escobar. Profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Socio de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales y Miembro Honorario de la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos de Caldas SCIA, filial de la Sociedad Colombiana de Ingenieros SCI. http://godues.webs.com
NOTA: Este es un documento elaborado a nombre de la SMP de Manizales.
Cap 1- A modo de introducción
ferrocarril-de-caldas-en-la-estacion-manizales
Imagen: Ferrocarril de Caldas. Centro de Historia de Manizales, En: http://www.bdigital.unal.edu.co/9220/
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1-1 Perfil histórico
Visión retrospectiva y prospectiva del desarrollo regional
http://www.bdigital.unal.edu.co/2400/
Resumen:
Consideraciones sobre el pasado presente y futuro del desarrollo del Gran Caldas: para este trabajo cuyo hilo conductor es la historia, primero se presentan algunos hechos asociados a la Conquista y la Colonia para señalar la exploración y ocupación fraccionada del territorio; luego algunos aspectos relevantes de la economía a partir de la fundación de Manizales ocurrida en el marco de la Colonización antioqueña; enseguida se señalan los impactos del formidable período de los ferrocarriles cafeteros por resultar comparables a los del Canal de Panamá inaugurado en 1914; y se sigue con otro período de verdadero desarrollo en el cual los beneficios del café transforman las zonas rurales, para culminar con un periodo de verdadera crisis social y ambiental asociada a la revolución verde, cuyo inicio coincide con la segregación del Departamento de Caldas y en el cual se da la inversión demográfica, desde el campo hacia los espacios urbanos.
VISIÓN RETROSPECTIVA Y PROSPECTIVA DEL DESARROLLO REGIONAL
Ecorregión Eje Cafetero. Fuente: http://www.sirideec.org.co/
Sin ser un historiador y como el más lego de todos los que en la materia aventuramos, me propongo en las siguientes notas presentar para este encuentro internacional con la historia y la cultura, una visión sobre el pasado y futuro del proceso de desarrollo regional del denominado Eje Cafetero de la República de Colombia, gracias al honroso encargo que me hiciera la Academia de Historia del Departamento de Caldas, atendiendo solo mi calidad de obrero de la cultura, ya como Profesor de la Universidad Nacional de Colombia, ya como Miembro de la Sociedad de Mejoras Públicas de esta ciudad.
Para el efecto y dado el carácter y la temática de este Primer Foro Latinoamericano, conmemorativo del Centenario de nuestra Benemérita Asamblea Departamental, intentaré plantear la visión que me propongo en este ejercicio, tomando como hilo conductor la dimensión histórica, para contemplar en ella varios períodos del desarrollo regional, que a mi juicio parecerían ser de alguna utilidad.
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Explorando y ocupando el territorio
Estas breñas de empinadas laderas en tierras mediterráneas del centro occidente de Colombia, que ligan los volcanes nevados con los estrechos valles tropicales de los ríos Cauca y Magdalena, dos depresiones que marcan los plegamientos de los Andes más septentrionales de América, fue explorada por el sector occidental cuando Sebastián de Belalcázar y sus capitanes fundaron la ciudad de Anserma en 1539, sobre la cabecera de la cuenca del río Risaralda, un año después a Cartago donde hoy está Pereira, y tres después la población de Arma; y por el oriente, por quienes intentaron hasta 1553 al menos 5 veces la fundación de Victoria, en vecindades del río La Miel y de la entonces provincia de Mariquita. Y en cuanto al occidente de la región de la cual me ocuparé, a comienzos del siglo XVI el espacio lo poblaba la nación indígena de los Ansermas, la que se esparcía entre las cimas de la Cordillera Occidental de Colombia y el río Cauca, entre los actuales departamentos de Antioquia y del Valle del Cauca.
Carabelas, en static.icarito.cl
Abatida y menguada la población indígena donde sobresalían los laboriosos Quimbayas por el poniente y los grupos Pijaos por el naciente, y saqueadas sus riquezas durante la Conquista, ya en la Colonia se concentran las actividades antrópicas en dos frentes: uno para la explotación del enorme potencial minero en algunos ríos y montañas, introduciendo la esclavitud negra a las áreas de Marmato, Supía, Arma y Victoria, donde merece destacarse la fundación del Real de Minas de Quiebralomo en 1540 convertido en centro esclavista por haber sido uno de los más ricos del país por aquel entonces. Y otro, para el estudio de la biota de la Nueva Granada en Mariquita, gracias a la Expedición Botánica encomendada a Mutis como punto central de las propuestas ilustradas de Carlos III para hacer de América un proyecto rentable para España, y con el cual la corona contribuyó a generar unas condiciones que, sumadas a hechos como la Batalla de Trafalgar y la incursión napoleónica en España, favorecieron la Independencia de las tierras Americanas.
Aquí creo importante resaltar que la Nueva Granada abastecía el 40% del oro mundial, razón suficiente para haber declarado un nuevo virreinato con capital en Santafé y construido la defensa amurallada para Cartagena de Indias. Mientras la minería en la provincia del Cauca, donde se generaba el 70% de la producción de oro, se soportaba en la esclavitud, el modo de producción empleado en Antioquia era fundamentalmente diferente, por soportarse en el trabajo del minero independiente, tal cual se puede inferir de los rasgos raciales dominantes en la población vecina a Barbacoas y a Santa Rosa de Osos.
Ya en los albores de la República, siendo este un territorio despoblado en el que la economía urbana sucumbía frente a las actividades agropecuarias y mineras, por lo que el Estado no podía gobernar sus inconexas provincias, y donde el modelo político administrativo de subordinación centralista de la Colonia acentuaba la insularidad de Colonias y Capitanías, parten corrientes migratorias de la denominada Colonización Antioqueña que llegan a estos lares, como un fenómeno social tan importante para nuestra historia como lo fueron la Revolución de los Comuneros y la Independencia. En los procesos de ocupación global de nuestro territorio, dicha colonización fue complementada por otras migraciones de colonos provenientes del gran Tolima y del ya estado soberano del Cauca.
En esta compleja Colonización, luego de la ocupación de tierras baldías de Antioquia durante su primera etapa entre 1770 y 1874, sigue la que avanza por las tierras selváticas del costado occidental de la Cordillera Central, ubicadas desde el norte de Caldas hasta Quindío, tierras sobre las que existían títulos de propiedad colonial como la Concesión Aranzazu y la Concesión Burila, lo que conduce a enfrentamientos entre colonos y propietarios. Así, las expediciones se establecieron en colonias, y fundaron pueblos que a su vez sirvieron de puntos de partida para avanzar a otras zonas y repartir las tierras. Entonces se fundaron Aguadas en 1808, Salamina en 1825 y Manizales en 1849. Y de tales conflictos entre colonos y Concesiones, y entre aparceros y latifundistas, cuenta el historiador Albeiro Valencia Llano, que “los terratenientes avanzaban con sus brigadas de asalto -inspectores, jueces, guardianes, levitas, alcaldes, leguleyos-, iban destruyendo cultivos, arrastrando las sementeras; incendiando casas”.
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De una economía de subsistencia a otra de acumulación
Finalizando el primer período presidencial Tomás Cipriano de Mosquera (1798-1878), quien ha impulsado la navegación de vapores por el Magdalena, la apertura de caminos y la mejoras de los servicios de correo, entrando el General José Hilario López al poder, cuando la República se prepara para declarar la manumisión de 16 mil esclavos (1852), se da una emancipación que era temida en los grandes feudos de las provincias de Popayán y Cauca y en las grandes minas de Antioquia, Chocó y Barbacoas, y se proponen cambios fundamentales como la ley agraria, la separación de la Iglesia y el Estado, la libertad de prensa y la federalización de la República.
Esclavos, en grandesexploradoresbbva.com
A medio siglo de haberse perdido la importancia comercial alcanzada por Honda durante la Colonia, quien actuó como nodo terminal de la navegación del Magdalena desde Barranquilla, en la ruta para las mercancías con destino a Bogotá, Antioquia, el Cauca y Quito, después de la independencia cuando se afecta la hidrovía por la apertura de puertos sobre el Pacífico en Guayaquil, Tumaco y Buenaventura y por el camino para Antioquia establecido por Nare, surge Manizales como el poblado más estratégico de la provincia sur del Estado de Antioquia; entonces esta aldea que se desarrolla sobre una retícula con centro en la plaza mayor, va emergiendo al ritmo de la arriería, al tiempo que se va desarrollando un bahareque de tierra como tecnología vernácula, con la que se expresa la adaptación del hábitat a la oferta cultural y natural por la amenaza sísmica del trópico andino, con esta tecnología constituida por un una mezcla de estiércol de equinos y limos inorgánicos aplicados sobre una esterilla de guadua, dispuesta sobre una armadura de tallos de la misma bambusa.
Durante esta segunda media centuria que cierra el Siglo XIX, luego de duros años de trabajo empleados por los colonos con la esperanza de hacerse a la tierra como medio de subsistencia y buscando el ascenso social, Manizales pasa a ser el teatro de las confrontaciones armadas de 1860, 1876 y 1884, entre los estados de Antioquia y Cauca, donde el necesario aprovisionamiento de las tropas favorece su economía de subsistencia, al generarse una demanda adicional de alimentos bebidas y vestuario, cuya oferta posiblemente da pie al surgimiento del plato montañero, un típico de la gastronomía regional preparado con las provisiones de plátano, maíz, fríjol y carne de cerdo aportados por los colonos. Los gastos para la manutención de cerca de 3 mil soldados de las huestes conservadoras que de este lado enfrentaban a los liberales del Cauca, que en número prácticamente igualaban a la población de la Manizales de la primera guerra, pero también el ambiente por las confrontaciones, le causan pérdidas enormes al país, lo que impide el desarrollo de las importantes obras ferroviarias que venían en curso.
Para 1876 la población de la aldea de bahareque y tapia pisada llegaba a 10 mil habitantes, y la del país a unos 3 millones. Entre tanto, la promisoria economía del fértil valle del río Cauca, donde se esperaba el fruto de grandes esfuerzos, como fueron la construcción del Ferrocarril del Cauca, el telégrafo y el carreteable entre Palmira y Cali, además de la creación de la Compañía de Vapores del Cauca y del Banco del Cauca, se fue a pique como consecuencia de la inestabilidad política de estas guerras civiles: específicamente, por la guerra de 1876, cuyo impacto causó tanta ruina que la mayoría de las haciendas que venían produciendo en un régimen de servidumbre, quedaron sin capacidad para reiniciar la explotación de tierras en dicho territorio.
Pasado este difícil período, las pequeñas fincas de pan coger del área entre Quindío y Manizales, que se laboran bajo el modelo de producción familiar, se siembran ahora, con propósitos comerciales, primero en caucho y posteriormente en café, dando origen a un sistema económico y social diferente al de peonaje y haciendas característico de los grandes predios de los estados de Cundinamarca y Cauca, fundamentado en el trabajo asalariado del colono, ya que con la colonización del Siglo XIX, al establecerse el principio de “la tierra para quien la trabaje”, se crean las bases en este territorio del Gran Caldas, para un modo de producción capitalista.
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El grano de oro para el desarrollo
Los habitantes de la “Tierra del café”, poseen una cultura donde inciden determinantes de la caucanidad y de la antioqueñidad, relacionados con los modos de producción de la minería de la Colonia y de la actividad agraria que parte del el siglo XIX. Si en el Caucano gravitó el modo esclavista en la minería y feudal en la hacienda terrateniente, en el colono venido de Antioquia, que laboró como minero independiente, convertido ahora en un campesino propietario, la nueva caficultura será una actividad minifundista soportada en el trabajo asalariado de pequeños propietarios, donde la cultura se enriquece con el aporte del caucano de clase media, caracterizado por sus imaginarios de libre pensador, lo que forja una sociedad laboriosa y emprendedora en este territorio cafetero, y una economía que florece durante los primeros setenta años del siglo XX.
Colonización antioqueña, en lacolonizacionpaisa.blogspot.com
Así, en una perspectiva socioambiental, Manizales, Pereira y Armenia como capitales del Eje Cafetero, un territorio antes denominado El Gran Caldas y que lo constituyen los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, son también tres ciudades hijas de la Colonización Antioqueña, y por lo tanto herederas de una cultura imbricada: primero por tener profundas trazas de esa racionalidad propia de las empresas terratenientes de Antioquia, la tierra del hacha y la ruana, y segundo por estar inficionada por la mentalidad abierta y liberal de la “caucanidad”, cuya racionalidad impulsa al ciudadano no vinculado a la tierra ni a la minería, hacia el comercio y la producción manufacturera; pues ciertamente dado que en la tierra del sabio Caldas se recibía información de la Capitanía de Guatemala por su vecindad a Panamá gracias a las actividades mineras en Barbacoas, del Virreinato del Perú al depender de Quito, y de la Capitanía de Venezuela a través de la Nueva Granada con quien finalmente se desarrollaba el comercio caucano, con la posibilidad de ampliar miras y tener más horizontes de referencia, se moldea la mente del payanés hacia las ideas progresistas.
Aunque Manizales aparece cuando empieza la transformación política y social de Colombia (1849), Pereira se funda cuando Mosquera da la guerra con Ecuador por Tumaco (1863), y Armenia surge al detonar en Santander la guerra de los “Mil Días” (1899-1903); si bien las fechas de fundación de estas tres ciudades intermedias y capitales conurbadas de la tierra del café, emplazadas sobre los abanicos aluviales de tres ríos que nacen en el Complejo Volcánico Ruiz-Tolima para drenar por la vertiente occidental de la cuenca media del río Cauca, son del período republicano, el mayor esplendor de la región apenas conformada, se vivió en la década de 1920, gracias al impacto de los ferrocarriles cafeteros, donde café y ferrocarril aparecen como fuerzas motrices del poblamiento del centro-occidente colombiano.
Para entonces cambia la fisonomía de esta capital que pasa de ser un pequeño poblado a tener aires de ciudad, gracias a su nueva arquitectura ecléctica donde participan estilos victorianos y afrancesados, ya que el nuevo modelo urbano que abandona el trazo de la retícula para seguir las curvas de nivel a lo largo de la escarpada topografía, exhibe un bahareque que ha evolucionado al utilizar láminas de acero, tablas y cemento, para proteger una estructura de madera con mayores proyecciones; igualmente, los numerosos periódicos y tertulias anuncian una corriente de intelectuales y artesanos. Si para la fundación de Manizales (1849), la población del país apenas sobrepasaba los 2 millones de habitantes, y cuando se funda el Departamento de Caldas (1905), alcanza 4 millones y medio, en 1970 ésta se acerca a 20 millones y actualmente (2010) a 44 millones de habitantes.
Si bien la rubiácea de la antigua Etiopia llegó durante la Colonia con las Misiones Jesuitas al oriente de Colombia, los primeros cultivos comerciales aparecen en Santander, desde donde Antonio Pinzón lo lleva, primero a Antioquia facilitando su difusión durante la segunda mitad del Siglo XIX, y luego a estas tierras para impulsar el hábito del consumo y estimular su siembra con propósitos mercantiles. Le sucede en su proyecto a este visionario, su hijo Carlos Eduardo Pinzón (1874-1925), quien en la década de 1920 alcanzará a exportar cerca del 35% del café colombiano, tras abrir el mercado de los Estados Unidos, por lo que The New York Times lo bautiza El Rey del Café. Para entonces el “grano de oro” representaba el 16 % del PIB de la nación y su principal exportador era la Casa Comercial Pedro A. López, también propietaria del entonces Banco López cuya quiebra ocurrida en 1923 da origen al actual Banco de La República, con el cual se moderniza e institucionaliza el sistema financiero para tan importante período de la economía del país.
Ahora, habiéndose constituido el café en el motor del desarrollo nacional, dicho empresario antioqueño pudo apoyar el Cable Aéreo Manizales-Mariquita, obra construida por los ingleses entre 1912 y 1922, con 9 estaciones a lo largo de 72,6 km, un medio con la longitud necesaria para cruzar la Cordillera Central y encontrar en el puerto de Honda la salida al Caribe, transitando el Magdalena; también hace lo propio este emérito comerciante promoviendo el Ferrocarril de Caldas como apéndice del Ferrocarril del Pacífico, el que por decisión del Congreso de la República se construye entre 1916 y 1927, con una ferrovía de una yarda a lo largo de 117 km para unir a Cartago con Manizales, asegurándole a la región la salida al Mar de Balboa por el Puerto de Buenaventura. En este punto resulta importante decir que, inaugurado el Canal de Panamá en 1914, Buenaventura que respondía por el 8% de las exportaciones del país, pasa a mover el 32%.
Igualmente que gracias al café se da la explosión de la navegación por el Magdalena, cuando el Ferrocarril de Antioquia, construido entre 1875-1914 llega a Puerto Berrío, y bajan los de la Sabana alcanzando los puertos de Girardot en 1909 y de La Dorada en 1921. Para la salida del café, los vapores navegaron el Magdalena hasta el incómodo puerto Caracolí, vecino la quebrada Yeguas frente a Pescaderías, lugar vecino a Honda, tras salvar con dificultad la Curva Conejo donde florecerá, por las dificultades de este meandro, La Dorada. Hacia 1904, The Railway Company extendió hasta Yeguas el ferrocarril que venía de Girardot llevándolo aguas abajo de Honda, población ubicada cerca del salto donde el río Gualí cae al Magdalena. Tras salvar el salto de Honda, Aguas arriba, se reiniciaba la navegación desde el puerto Arranca-plumas, hasta Neiva.
La importancia del “grano de oro” será fundamental, primero para encontrar la viabilidad del Departamento de Caldas que se crea en 1905 al haberse constituido Manizales en un próspero poblado de 25 mil habitantes, cuando Medellín llegaba a 60 mil, además por lo que se apreciará en la década de 1920 cuando el meridiano económico de Colombia pasará por esta ciudad como fuente de divisas para la industrialización del país, condición que le permitió reconstruirse luego de los devastadores incendios de 1922, 1925 y 1926, que arrasan cerca de 1/3 del pujante poblado. Al fin de cuentas, la industrialización de Colombia y su primera apertura cultural y económica, no se dieron ni con la quina, ni con el tabaco, ni con el caucho, sino con el café, recurso con el cual también pudo seguir avanzando el país a pesar de la crisis de la economía global de 1929.
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Comités de Cafeteros para el desarrollo y caturra para la crisis
Aunque el antiguo Caldas apenas surge en 1905 tras la reforma territorial de Rafael Uribe Uribe (1859-1914), en cuestión de nada se pasa de una economía de subsistencia y de grandes empresas de arriería que le apuntan al mercado nacional, a otra de acumulación, con ferrocarriles y cables aéreos que buscan los puertos marítimos.
De ahí que los modelos de urbanización que se advierten en una trama urbana más orgánica y el bahareque de la zona Cafetera enriquecido en formas y nuevos materiales, hayan evolucionado como consecuencia de la apertura cultural y comercial; allí, la nueva sociedad presume un abolengo y tradición que no posee en virtud de su breve historia, y el café como cultivo de pequeña superficie asegura la estructura minifundista de la tenencia de la tierra, lo que a su vez incide en la conformación de unas comunidades donde el liderazgo abunda y el ingreso se distribuye, y en un modelo de ocupación soportado en multitud de pequeños poblados vecinos entre sí, lo que tendrá validez hasta la década de 1970.
Los caminos del café en Manizales. Luis Guillermo Vallejo
Pero en 1927 se funda en Colombia la Federación Nacional de Cafeteros, institución que tiene hoy una cobertura de medio millón de familias en los 356 municipios productores de 15 departamentos de Colombia. El sistema que garantiza un precio de sustentación financiado por un fondo nacional que se nutre de la contribución de los cafeteros, se soporta en una organización representativa, compuesta por productores elegidos por los mismos cafeteros para los Comités Municipales y Departamentales, como instituciones que en últimas han logrado irradiar los beneficios de la caficultura al campo, aportando y cofinanciando para el medio rural la construcción de caminos, acueductos, puestos de salud, redes eléctricas y escuelas rurales. Entre tanto, tras la crisis del año 29 el nuevo modelo de desarrollo y la banca internacional, desestiman los ferrocarriles y cables para empezar a promover el sistema carretero y con él fortalecer la Demanda agregada, por lo que la Colombia andina, y en especial la región, entra a la era de la Chiva y el Yipao. Para entonces la economía y la vida de las comunidades de los pequeños pueblos y caseríos de las veredas de nuestra región, resultan pujantes, por lo menos hasta 1970.
Pero si en efecto, la zona cafetalera de Colombia por excelencia es la del área de influencia de las capitales de Caldas, Risaralda y Quindío, gracias al impacto inicial del Ferrocarril de Caldas y luego por el aporte integral de la organización de los productores cafeteros, tal como ocurrió en el caso de Medellín como consecuencia del Ferrocarril de Antioquia y su naciente industria, a mediados del siglo XX cuando Manizales ha celebrado su Centenario, la población de toda la región del Gran Caldas se ha polarizado por la vertiente occidental de la Cordillera Central, estableciéndose sobre el eje Manizales- Pereira- Armenia, donde ascendía a 421 mil habitantes, distribuidos en 21 poblaciones. Esto, mientras en la vertiente occidental del Magdalena donde está La Dorada, llegaba a 58 mil, y por la vertiente occidental del Cauca, donde están Marmato, Anserma y Riosucio, en el más mestizo de este territorio, sumaba 141 mil habitantes. Este hecho aunado a las consecuencias de un centralismo que desde la crisis de 1929 terminaba clonándose en las provincias, facilitará la escisión del Gran Caldas, al crearse los departamentos de Risaralda y Quindío en 1966, en el Gobierno de Carlos Lleras Restrepo (1908-1994).
Pero si antes de la segregación del Gran Caldas el conjunto de poblados importantes y vigorosos que se distribuían a lo largo de la geografía de la ecorregión, gozó por varias décadas de los beneficios de una caficultura organizada y del alto efecto de la redistribución del ingreso, después de la segregación llega el caturra con los efectos de una revolución verde cuyos paquetes tecnológicos y financieros no pudieron ser asimilados por los campesinos, como propietarios de la próspera región: la consecuencia, sus tierras pasaron a manos de comerciantes y profesionales, entre tanto aquéllos migraron a la ciudad para no encontrar en ella el empleo y las oportunidades soñadas, justo en momentos en los cuales la reconversión tecnológica presentaba mayores exigencias y empezaba a modificar la estructura del empleo. Así es que la fisonomía de las capitales cafeteras cambia dramáticamente y su economía empieza un proceso acelerado de tercerización, en este período en que se da el ocaso de la sociedad industrial. En la medida en que se ha venido conurbando el territorio vecino a las capitales cafeteras, la racionalidad agropecuaria en la tenencia de la tierra, ha cambiado por otra relacionada con los potenciales usos del suelo urbano.
Aquí vale la pena señalar que en materia de infraestructura, la región presenta diferencias y asimetrías profundas: de un lado, las áreas urbanas de las capitales y municipios cercanos a estas, donde se concentra la infraestructura y el ingreso; y las zonas rurales lejanas a las capitales conurbadas, menos equipadas y en las cuales cambian las condiciones relativas según se trate de zonas cafeteras donde el transporte rural ha cumplido una función esencial como catalizadora de la reducción de la pobreza, dada la alta densidad de su red vial, o de las cuencas altas donde la baja densidad poblacional y la precaria conectividad del territorio afecta poblados rurales aislados, como Marulanda (Caldas) y Pueblo Rico (Risaralda). De esta particular circunstancia, el Quindío ha podido sacar ventaja al tener integrado su territorio, lo que no Caldas ni Risaralda, donde la Transversal de Caldas que integra el 40% del territorio y la Vía al Pacífico por Apía en Risaralda, en cada caso, podrán atenuar esta deficiencia, máxime ahora cuando se hacen grandes inversiones en sendos proyectos, por parte del gobierno departamental en el primer caso y de la nación en el segundo. Además en Caldas, La Dorada actúa como un escenario urbano cuyo promisorio futuro dependerá de la suerte de la recuperación y navegación del río Magdalena y de su conurbación con Honda, y con la segunda, de la implementación de un sistema multimodal de transporte como detonante del desarrollo del Magdalena Medio y la Nación, donde el puerto fluvial como infraestructura estratégica, apenas es un elemento facilitador de los procesos globales del desarrollo, impactado por dicho proyecto.
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De la segregación a la integración
Hoy las tres ciudades capitales del Eje Cafetero que apenas suman 1.134.536 habitantes, campeonas del desempleo a pesar de su posición geoestratégica inexplotada, asociada a una ubicación de privilegio en el denominado “Triángulo de Oro de Colombia”, población que se distribuye en 388.525 habitantes para la capital caldense como la más septentrional de todas, en 457.103 para la del Risaralda como el pujante núcleo articulador del conjunto urbano, y en 288.908 para la del Quindío como la ciudad que ocupa la posición más meridional, conforman entre sí una ciudad región donde se comparten sueños y frustraciones. Unas y otras, aunque agravadas por el clientelismo e impulsadas por las ideas liberales desde las bases cafeteras, también son consecuencia de un conjunto de contradicciones surgidas antes, durante y después de la segregación del “Gran Caldas”, ya que los factores que explican este hecho de 1966, continuarán gravitando por los años siguientes, mientras se va construyendo una nueva identidad cultural en cada departamento, como elemento que facilite el aprovechamiento de los indiscutibles efectos positivos de una descentralización ya consagrada en la nueva constitución política de Colombia, la que logró darle una vida administrativa a los municipios de una Nación que había acentuado la inequidad del desarrollo con su viejo modelo centralista, medida que para surtir efectos deberá acompañarse de una descentralización del presupuesto general de la Nación.
5 - catedrales de las capitales cafeteras
Templos mayores de Manizales, Armenia y Pereira. C de H de Manizales.
En la última generación -25 años-, la población de las tres capitales del Eje Cafetero ha crecido así: 41% en Manizales, 96% en Pereira y 60% en Armenia, crecimiento que pone en evidencia la asimetría en los niveles de conectividad interna y externa de los tres núcleos urbanos, cifras que muestran, primero, cómo evidentemente gravita la ventaja de Pereira como centro de la conurbación, y en segundo lugar las ventajas de la vía terrestre Bogotá-Buenaventura por Armenia. A modo de referente, en el mismo período, de 1985 a 2010 Medellín crece un 86%. Es que definitivamente la soledad de Medellín ha dejado en condición desfavorable a Manizales, sobre todo a partir de la apertura económica que se implementa en Colombia desde la reforma del año 1991. Ahora, con las autopistas de la Montaña, la integración del Eje cafetero y Medellín conurbará el conjunto y por lo tanto beneficiará a Manizales, ciudad que podría gozar de mayores beneficios si se da la conexión del sistema férreo, con el tren entre La Dorada e Irra para articular el sistema de carga de la Región Andina a la hidrovía del Magdalena y a los dos mares de Colombia.
Hoy, los nuevos desarrollos urbanos aún por implementarse en los planes de ordenamiento territorial del país, deben propender por la integración hacia adentro y hacia afuera de los núcleos urbanos. Esto es, las ciudades deben conformar sus áreas metropolitanas, articulando funciones que armonicen con las mejores competencias de los municipios periféricos. Igualmente las ciudades intermedias, una vez se conurben, deben integrarse para formar un clúster, con base en tres elementos: que las economías entre los centros urbanos en lugar de competir se complementen, que las distancias entre dichos centros se reduzca a menos de tres horas, y que los centros que interactúen tengan el mismo nivel de relevancia.
Y en la dimensión local, es evidente que Pereira ha logrado una conformación de un área metropolitana, lo que no ha podido lograr Manizales, ni Armenia que no ha sorteado con acierto las discrepancias con Calarcá. A pesar de todo, más por razones del destino, de la intuición y de la natural vocación, las tres capitales del Eje Cafetero han encontrado una forma de complementar sus economías para no palidecer más tarde bajo los efectos metropolitanos de Cali y Medellín, orientando la de Manizales hacia el sector industrial y académico, la de Pereira hacia el comercio, y la de Armenia al turismo. Para Pereira, la consolidación de un Clúster comercial y la metropolización del transporte urbano extendido hacia Manizales y Armenia, al igual que la conectividad férrea en La Virginia donde se consolidaría una plataforma logística sobre un nodo que detonaría con el tren entre La Dorada y Buenaventura, parecen ser estrategias promisorias.
Pero el reto de Manizales debe empezar por ordenar y reconvertir su industria, orientándola a tres líneas específicas sobre las cuales todavía no existe una conciencia empresarial: uno, a industrias de alto valor agregado que hagan uso del transporte aéreo en un aeropuerto que supere las limitaciones regionales, tal cual lo propone Aerocafé extendiendo su pista a 3600 m para extender su mercado hasta 5000 millas; dos, a industrias que satisfagan el mercado nacional, renglón para el cual fueron concebidas cuando imperaba el modelo de sustitución de importaciones; y tres, a industrias químicas de base minera que deben ubicarse del lado de la materia prima y no del consumidor, las cuales pueden hacer uso de una vía que busque los mares como la que se propone con la hidrovía del Magdalena y con el Ferrocarril de Occidente saliendo a Urabá y Buenaventura. Aún más, la propuesta de fortalecer las capitales como ciudad región con vocación Universitaria y Eje del Conocimiento, además de desarrollar el sector servicios y la economía verde (biotecnología, ecoturismo…), hace viable este desafío, siempre y cuando la academia se contraiga para cualificarse en áreas estratégicas, transformándose en universidades de conocimiento.
A su vez Armenia, ya ha logrado articular las fortalezas de la valiosa oferta ambiental del Quindío, dotándolo de una valiosa infraestructura de parques temáticos para constituirse en el segundo destino turístico de Colombia, y luego diversificar su economía aprovechando los beneficios de su condición de bisagra entre las cuencas del Cauca y Magdalena, y como nodo que enlaza la economía de Bogotá con la del Pacífico. Pereira a su vez, con el peso que adquiere al articular las economías de Manizales y Armenia, podrá sacar notoria ventaja al convertirse en el centro de una nueva conurbación entre Cali y Medellín, dado que las Autopistas de la Montaña y las dobles calzadas del Valle del Cauca facilitarán los hechos metropolitanos de esa gran ciudad-región, la que podrá ser vista como la conurbación más importante del Pacífico Latinoamericano cuando el desarrollo portuario de Colombia sea otro.
Y para cerrar, una mención a tres proyectos estructurantes que han quedado en este aparte: uno, el Ferrocarril Cafetero, un tren de montaña entre La Dorada y el Km 41 que integre la Región Andina para estructurar el sistema de transporte de carga de Colombia; dos el Aeropuerto del Café con pista de 3600 m para lograr impactar la región y hacer viable el Paisaje Cultural Cafetero, dado que Matecaña siempre estará limitado a aviones de mediano alcance; y tres, un puerto profundo en el Pacífico concebido en el marco del eje interoceánico Urabá-Cupica. El primero supone construir el nuevo Túnel Cumanday perforado en las granodioritas estables vecinas a Cerro Bravo, para que al articular esa vía férrea al Tren de Occidente, se pueda movilizar a menor costo un contenedor entre Bogotá y Buenaventura, y se facilite la salida del carbón andino al Pacífico colombiano. El segundo, como medio aéreo fundamental para resolver la condición mediterránea del Eje Cafetero, llegando a bajo costo a Norte América, Europa y el Cono Sur; y tercero la construcción de un canal interoceánico en el Chocó biogeográfico como corredor logístico en la interface de los dos océanos de la economía planetaria. Esto, siempre y cuando planifiquemos y gestionemos estos proyectos, no viéndolos como simples inversiones en infraestructura, sino como verdaderos catalizadores del desarrollo nacional, y particularmente como expresión de la gran conurbación que ya se advierte en el occidente colombiano entre Cali y Medellín, con el Eje Cafetero como su elemento urbano integrador, articulado también al Magdalena Centro con su hidrovía.
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Retos y enfoques para la agenda
Es evidente que la sociedad de hoy reclama un Estado que debe implementar políticas sectoriales, culturales y educativas en el nivel local, atender con urgencia los desafíos ambientales y de pobreza e inequidad, y de paso erradicar la corrupción y adecuar de forma coherente el ordenamiento territorial de conformidad con la oferta cultural y natural de las regiones, y en atención a su problemática social y ambiental.
Mapa de Manizales en 1970. Planoteca UN
Pero sabemos que estos no son los tiempos de la sociedad industrial, del Estado solidario que expande sus beneficios gracias a los postulados Keynesianos, ni de unas fuerzas productivas soportadas en procesos intensivos en mano de obra. Ahora son los tiempos de la sociedad del conocimiento en la cual la estructura del empleo ha cambiado, así esta nueva sociedad sea más competitiva y se encuentre espacial y socialmente fragmentada. Pero en el caso de Colombia, cada vez más transmutada por la tecnología y donde el conocimiento ya alcanza el mayor protagonismo entre los factores de producción, ha quedado al servicio del mercado y por lo tanto de espaldas a las grandes necesidades de una Nación, donde la pobreza y la fragmentación social imponen otras prioridades. Luego, el nuevo empleo que ya no se basa en destrezas manuales y fuerza muscular, sino en el desarrollo de competencias intelectuales para articularlo a procesos intensivos en tecnología, deberá soportarse en la educación, implementando otro modelo educativo que desarrollo el talento humano, la creatividad y la inteligencia social y emocional, como factores requeridos para el emprendimiento y la innovación.
Ahora, si partimos de la premisa de que el enfoque holístico, prospectivo y democrático de la planeación y del ordenamiento del territorio, no es suficiente para lograr el desarrollo entendido como crecimiento sostenido con irrigación de los beneficios del progreso, es porque desconocemos que mientras no se priorice la acción del Estado en la formación del capital social, frente al crecimiento económico, y mientras no se equilibre la inversión en infraestructura social con la inversión destinada al impulso de las fuerzas productivas, no se estará situando a las personas en el centro del desarrollo.
Y admitiendo que el desarrollo humano consiste en un proceso educativo, entonces para cerrar la brecha de productividad entre los medios rurales y urbanos, lo que incluye la brecha existente entre productores rurales y empresarios agroindustriales, urge emprender un desarrollo educativo y cultural que haga factible una reconversión del sector agropecuario, orientada hacia modelos de producción limpia, donde saberes, conocimientos, aprendizajes y experiencias se integren a un desarrollo social y cultural de una región que no resulta ser tan homogénea como se ha pensado, al definirla como cafetera: esto es, se propone re-significar y re-elaborar el conjunto de símbolos y valores del patrimonio que da soporte a la identidad de un territorio biodiverso, mestizo y multicultural, dado que: en la Alta Cordillera de nuestra ecorregión los símbolos de la identidad se relacionan con el pasillo, el páramo, el bahareque de tabla, el sombrero aguadeño y la ruana de Marulanda; en el Magdalena Centro, con la navegación por el Magdalena, la Expedición Botánica, el bunde y la guabina, el rancho de hamacas y la subienda de nicuros, bagres y bocachicos; en Marmato, Supía y Riosucio, con la cultura indígena de las comunidades Embera y Umbra, y con la minería del oro y el carbón, nutrida del significativo aporte de las comunidades afrodescendientes, y con los currulaos en esta tierra de artesanías, panela y café. Existe más novela y poesía en el oro que en el café.
Y en el caso específico de Manizales, para mitigar el impacto que pueden tener los desaciertos y controversias de hoy sobre la confianza de la sociedad civil, respecto a las potencialidades de la ciudad y su región, miremos la capital como una urbe que gracias a su potencial cultural y natural, tiene la capacidad de emerger de sus desgracias y derrotas, haciendo uso del civismo de la gente, tal cual lo registra su historia con incendios, terremotos, erupciones volcánicas y otras acciones mucho más devastadoras, consecuencia de la despiadada acción humana sobre los bienes comunes o públicos. Al fin de cuentas, la civilidad es el valor supremo de la cultura urbana.
* Ponencia UN-SMP para Celebrar el Centenario de la Asamblea de Caldas. Primer Foro Latinoamericano de Historia y Cultura de un Continente, 25 y 26 de Noviembre de 2010. Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales.
1-2 Problemáticas y potencialidades
Problemáticas y potencialidades de Manizales y Caldas
http://www.bdigital.unal.edu.co/46685/
Resumen:
Una mirada aproximada a los problemas de Caldas y a sus potencialidades culturales y naturales, obliga a mirar el escenario regional pensando en propuestas de agenda pública abordando el tema de su sustentabilidad, en cinco dimensiones de conformidad con la teoría del desarrollo: la social, la ambiental, la económica, la cultural y la político-institucional.
PROBLEMÁTICAS Y POTENCIALIDADES DE MANIZALES Y CALDAS.
Temario preparado para el “Plan de Acción Centenario SMP de Manizales: Un diálogo con el territorio” y llevado al Capítulo “Temas cívicos para agendas de desarrollo regional”, del libro “Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales – 100 años de civilidad en la construcción de territorio” por la SMP de Manizales (2012), y ajustado en 2015. Este es un documento U.N. & SMP Manizales.
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Dimensión Desarrollo Humano y Social:
Urge fortalecer la solidaridad. El fundamento del orden y por lo tanto de la paz, parte de la justicia social.
Para la SMP priorizar la formación del capital social sobre el crecimiento económico y la construcción de políticas para resolver la exclusión y la inequidad, deben ser un objetivo del civismo del Siglo XXI[1]. Cuando se comparan los indicadores de desarrollo humano de los tres departamentos del Eje Cafetero en el período 1993-2002, se observa que Risaralda siempre ha tenido el mayor índice, seguido de Caldas y por último, Quindío, pero también un estancamiento de casi una década en términos de desarrollo humano y la ampliación de su brecha con el agregado nacional [2].
Sabemos que un reto fundamental para Manizales y Caldas, es controlar la expulsión poblacional al exterior: según Rosero, el municipio Caldense con mayor índice de expulsión en 2007 es Manizales con el 57%[3].
Las capitales del Eje Cafetero con una población de 1,1 millones, participan del 46% de los 2,4 millones de habitantes de los tres departamentos. Pero la población urbana conurbada entorno a las potenciales zonas metropolitanas de estas ciudades, es de 441 mil en Caldas, de 596 mil en Risaralda y de 380 mil en el Quindío, para un total de 1,4 millones de habitantes, y por lo tanto la proporción rururbana en la ecorregión alcanza al 58%, de conformidad con el censo DANE 2005[4].
Ahora, entre las poblaciones más sobresalientes por grupos étnicos en los tres departamentos cafeteros de la ecorregión, sobresalen Riosucio con el 74% de población Indígena y Marmato con el 56% de población Afro, aunque merecen mención Pueblo Rico, Quinchía y Mistrató por ser municipios de donde los grupos indígenas con una participación entre el 27 y 34%, son relevantes. Y en cuanto a los de mayor proporción de población rural al excluir los centros poblados, están Filadelfia (58%), La Merced (58%), Marmato (59%), Marquetalia (59%), Pácora (53%), Pensilvania (55%), Risaralda (56%), Samaná (57%), San José (71%), Buenavista (60%), Balboa (67%), Belén de Umbría (51%), Guática (62%), La Celia (59%), Mistrató (67%), Pueblo Rico (72%), Quinchía (66%) y Santuario (53%). Lo anterior de conformidad con Alma Mater [5]
Problemáticas de La Dimensión Social: Desestructuración del tejido social en el medio urbano; pobreza acentuada por desequilibrios regionales en NBI; marginalidad y exclusión social; baja escolaridad y la deserción escolar; desempleo rural y urbano; el déficit en calidad y cobertura del sistema de salud y agua potable; falta de vivienda digna y segura, inseguridad y drogadicción; deficiencias estructurales en salud, educación, nutrición y empleo; procesos de lumpenización del medio urbano; conflictos socio-ambientales relacionados con proyectos mineros, energéticos, de infraestructura y cultivos ilícitos y áreas en zona de desastre; falta de políticas para la prevención de la violencia.
Potencialidades de La Dimensión Social: Calidad humana y sanas costumbres de la población; una excelente distribución demográfica dado el modelo de poblamiento; extensión del saneamiento básico al hábitat humano y rural; infraestructura escolar, de vías y de servicios públicos en las áreas cafeteras y centros poblados; políticas de reubicación de asentamientos humanos de zonas en riesgo no mitigable; programas de protección de cuencas abastecedoras de agua potable para caseríos y veredas; presencia de ONG que trabajan por la paz y el desarrollo comunitario, y de instituciones como la Federación Nacional de Cafeteros y las Universidades Públicas.
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Dimensión Territorio y Medio Ambiente[6]:
Urge buscar la sostenibilidad. La clave está en emprender acciones asociadas con lo social, lo ecológico y lo económico. Según las coberturas en 2002, de un uso potencial del suelo para usos forestales del 54% del territorio, los bosques solo llegaban al 19%; y en ganadería, mientras el potencial de la ecorregión es sólo del 4%, la cobertura llegaba al 49%.
Si bien el escenario de las transformaciones del medio muestra logros significativos en la tecnología del control de la erosión y la prevención de los desastres, como hábitat la ciudad muestra que ya no es el poblado amable de mediados del siglo XX, sino una pequeña urbe de guetos duales donde la periferia se reparte: de un lado están los condominios cerrados, enverdecidos y con vías de acceso pero sin funciones significativas, donde los estratos altos se protegen de la entropía social; y del otro, el hábitat de masas de desposeídos, que habita guetos de estructura tugurizada ubicados en las zonas de riesgo, donde el tejido social casi ha colapsado, la sociedad se ha fragmentado y la pobreza extrema arrincona a las personas entre la informalidad y la delincuencia.
Mientras persista ese modelo urbano que concentra la infraestructura social y de servicios a favor de los sectores pudientes, se acentuarán la pobreza y la desigualdad. Mientras implementemos modelos de ciudad insolidaria, excluyente y sin opciones de vida para los pobres, las consecuencias se harán insostenibles: los programas públicos terminarán fracasando, las intervenciones sobre el tejido social no llegarán al objetivo, la fragmentación social privilegiará el asistencialismo y clientelismo, los programas de seguridad palidecerán frente a las tensiones, y la población cada vez más pobre hará del ambiente citadino un medio lumpenizado.
Problemáticas de La Dimensión Ambiental: La condición mediterránea de la región como factor de aislamiento; carencias del hábitat en el medio rural; prácticas agropecuarias con degradación del medio ambiente; deforestación de cuencas; conflictos de uso y aptitud del suelo; contaminación de fuentes hídricas y suelos; destrucción de la biodiversidad y de ecosistemas estratégicos; amenazas geodinámicas e hidro-meteorológicas y falta de adaptación al calentamiento global; amenaza de proyectos de economía extractiva que desestructuran el territorio; y presión sobre los ecosistemas por las dinámicas urbanas. Y en los medios urbanos, un modelo expansionista de ocupación del territorio, que no solo privatiza el… y especula con…, la plusvalía urbana, sino que también hace inviable el transporte público colectivo y favorece la fragmentación social y espacial de la ciudad.
Potencialidades de La Dimensión Ambiental: Ecosistemas estratégicos como el parque de los Nevados, fuentes hídricas, bosques y humedales; potencial agropecuario de la zona cafetera, alta cordillera y valles del Risaralda y Magdalena; recursos naturales en un medio potencialmente productivo y geo-estratégicamente ubicado; potencial minero aprovechable para el bienestar dándole valor agregado; acceso a la hoya del Magdalena en La Dorada; proyectos estratégicos para la conectividad suprarregional por aire, agua y tierra; posibilidad de desarrollos tecnológicos verdes para estabilizar el área urbana y las vías.
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Producción e ingresos:
Urge humanizar la economía. Un modelo de economía socialmente solidario y ambientalmente responsable.
El PIB en Caldas, cuya estructura del 55% para el sector terciario, 24% para el sector secundario, 14% para el sector primario y 7% para los impuestos, entre 2004 y 2014 creció en promedio 2,6%, contra una media nacional anual del 4,8% para el mismo período. Entre otros factores que han impedido emprender acciones redistributivas del ingreso y de la riqueza en la sociedad de Colombia, sobresale la negación a la primacía de la formación del capital social sobre el crecimiento económico, asunto que exige resolver las falencias en educación, ciencia, tecnología e innovación.
La brecha de productividad entre la ciudad y el campo, que explica por qué los ingresos urbanos medios de Bogotá alcanzan a ser seis veces mayores que el ingreso rural de Colombia, se asocia a la falta de políticas de C&T para el sector rural, y en especial aquellas imbricadas con la cultura como catalizadora de su desarrollo. Semejante circunstancia se explica, no por falta de políticas rurales, sino por una inconcebible equivocación que se soportada en el prejuicio de la mayor eficiencia de las empresas terratenientes, cuando en realidad el 51% del PIB agropecuario se genera en el 14% de la tierra destinada a la producción rural. [7] Pero al haberse dejado al sector rural colombiano como comodín en la negociación de los TLC, se espera una reducción de los ingresos rurales del 25 hasta el 50%, cuantía más grave aún si se considera la pobreza campesina.
Ya en el contexto de la región, mientras el Quindío, las zonas Centro sur de Caldas y oriental de Risaralda, en sus áreas cafeteras han logrado la integración de su territorio, existen falencias estructurales de conectividad interna para la movilidad en el resto de la ecorregión del Triángulo del Café, especialmente en las tierras frías de regiones cordilleranas, y por lo tanto en ellas el transporte rural no ha logrado cumplir su cometido como un catalizador en la reducción de la pobreza.
La baja productividad rural por ausencia de combinaciones de factores de producción y reducida capacidad de los actores sociales, empresariales e institucionales vinculados al sector productivo explican por qué para Manizales a pesar de haber perdido durante las dos últimas décadas cerca de 20 empresas importantes, generó en 2008 del 70% del PIB de Caldas.
Problemáticas de La Dimensión Económica : Inequidad y concentración de la riqueza; proceso de desindustrialización; deficiencias de un sistema de transporte de carga no intermodal que privilegia el modo carretero; problemas focales de seguridad alimentaria; problemas de conectividad regional; brecha de productividad entre ciudad y campo; posibles impactos en los ingresos rurales por el TLC; falta de competencias laborales; carencia de oportunidades y recursos para los municipios; falta de políticas de ciencia y tecnología para el sector rural; deficiencias en cadenas productivas y falta de organización y apoyo para los pequeños productores rurales y artesanales; efectos dañinos de la falta de complemento entre las economías de Manizales y Pereira.
Potencialidades de La Dimensión Económica: La vocación industrial y cultural de Manizales; ubicación del Triángulo del Café en el centro del eje Cali-Medellín; posibilidad de complementar la economía regional para la ciudad de las capitales cafeteras para la ciudad región; alto efecto redistributivo del ingreso asociado a la estructura de la tenencia de la tierra cafetera; recursos de C&T asociados al sistema educativo y empresarial; la red de caminos cafeteros para el transporte rural; el potencial minero e hidroenergético del Eje Cafetero.
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Dimensión Cultura y educación:
La premisa es, por la cultura ciudadana. Debemos fortalecer la identidad cultural y la educación como pilares del desarrollo.
La ecorregión, no resulta ser tan homogénea como se supone. Sabemos que existen diferentes subregiones, pero no hemos desarrollado sus íconos culturales para soportar un desarrollo sostenible que obliga considerarla, como una región pluricultural y biodiversa, así:
§ El alto occidente como tierra de resguardos y negritudes, que además de ser una subregión panelera, es minera: en el oro de Marmato y Riosucio existe más novela y poesía que en el café.
§ La región Cafetera que empieza en Neira y llega hasta el norte del Valle, es la de las chivas, el bahareque, los cables aéreos, los Ferrocarriles Cafeteros y la música de carrilera.
§ La región San Félix-Murillo sobre la alta cordillera, que tiene sus propios íconos en el páramo, el cóndor, el pasillo, la ruana de Marulanda, la palma de cera y el sombrero aguadeño.
§ El Magdalena centro en la tierra de la expedición botánica, que es tierra de ranchos de hamacas, de chinchorros, de subiendas de bagres, nicuros y bocachicos, de bundes y guabinas, y del petróleo de Barranca y de los vapores por el río de la Magdalena.
Pero en los últimos 40 años, la población de que habitó el campo en las diferentes provincias de la ecorregión, se ha desplazado a las capitales cafeteras y otros medios urbanos, sobre todo después y como consecuencia de la revolución verde que transformó en desposeídos urbanos a los prósperos campesinos.
Pero también en el nuevo escenario, la pobreza ha cambiado: ya los pobres de la ciudad son una mezcla de los pobres urbanos con su particular noción del consumo y peculiares costumbres, y de los pobres rurales como los recién desplazados con otra identidad y sin hábitos metropolitanos, e hijos de esa violencia que asola la ruralidad de la patria. Los pobres de hoy conforman una masa sin identidad ciudadana, profundamente fragmentada y pauperizada, dada la dinámica de una economía de mercado que pone en retroceso los beneficios del Estado y políticas que han facilitado la concentración del ingreso.
Problemáticas de La Dimensión Cultural: Falta de procesos culturales; ecosistemas estratégicos por inventariar; escenarios culturales por realzar; déficit en cartografía temática y de detalle; un modelo educativo anacrónico y aburrido que no desarrolla el talento humano; falta de pertinencia en los programas educativos; un modelo educativo sesgado que no contempla la cultura y el arte, diseñado para la sociedad industrial de ayer y no para la sociedad del conocimiento; falta de políticas y de recursos en pro de la cultura, el arte y la educación física; déficit de infraestructura social, cultural y recreativa para los sectores populares; políticas de mantenimiento y promoción del patrimonio cultural tangible e intangible.
Potencialidades de La Dimensión Cultural: La posibilidades de articular la economía verde con la economía del conocimiento; la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero sumada al potencial biodiverso y pluricultural; la oferta de bienes culturales y servicios ambientales; la experiencias del programa Escuela Nueva; medios urbanos con infraestructura y servicios culturales, educativos y científicos; sectores intelectuales y cívicos comprometidos.
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Dimensión Político institucional:
Urge implementar la gobernanza. La clave está en soportar la gobernabilidad en la planeación al derecho.
En lo político-institucional, pese a que fuimos reconocidos como el Departamento Modelo de Colombia en virtud de la excelencia de nuestra gente y de instituciones ahora centenarias como la Benemérita SMP (1912) y la Cámara de Comercio de Manizales (1913), en las últimas décadas la moral pública se ha derrumbado, e imperado en la vida ciudadana una cultura de antivalores: el destino de los precarios presupuestos del erario público que se ha privatizado, sirve a los inmorales actores que se amparan comprando el respaldo de quienes, en nombre de la pasiva intelectualidad, ejercen la conciencia ciudadana.
De ahí que la Benemérita insista en propuestas como sustituir los modelos de acción para la gobernabilidad, por la gobernanza como práctica que recurre a la planeación al derecho [8] y exige fortalecer la sociedad civil y las organizaciones de base, para la reconstrucción del tejido social, fortalecer el Estado social de derecho para lograr construir una democracia participativa nutrida en los valores más fundamentales de la sociedad, tales como el orden, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad, la coherencia, el respeto, la libertad, la honestidad, el compromiso, la inclusión, la transparencia y la dignidad.
Según la ley, los Municipios deben orientar el proceso de planeación y ordenamiento de su desarrollo territorial, con una visión de desarrollo sostenible, por lo que los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial deben ser el resultado de un proceso participativo, interinstitucional e interdisciplinario y de carácter permanente, y conducir a propuestas y acciones de desarrollo que sean antes que todo, instrumentos de Paz. Sólo mediante la participación comunitaria el P.O.T. es una práctica simple y útil con posibilidades de largo plazo.
Las Sociedades de Mejoras Públicas, son organizaciones cívicas con funciones consultivas y capacidad legal para la contratación, lo que facilita su gestión en virtud del nuevo escenario que ofrece apalancar desde los entes territoriales recursos de regalías para proyectos de alto impacto, como los relacionados con el desarrollo humano y social para comunidades vulnerables en situación de riesgos y con NBI insatisfechas. La Ley 1217 de 2008 le da funciones a las SMP[9], como consultoras, aplicables al P de D y al POT [10].
Problemáticas de La Dimensión Institucional: La fragmentación social; la corrupción y el asistencialismo; privatización de empresas estatales estratégicas; pérdida de gobernabilidad por el quehacer político; necesidad de adaptar los POT para el ciclo 2012-2024 con una mirada regional, integral, de equidad y previsiva; pérdida de valores fundamentales para la vida y la convivencia; la ausencia institucional en los escenarios rurales. Carencia de políticas institucionales de género y minorías, para la participación e inclusión.
Potencialidades de La Dimensión Institucional: La cultura cafetera como sistema estructurado de organización social con liderazgo comunitario; la capacidad de la sociedad civil para la participación social en los mecanismos de seguimiento y control ciudadano; la academia como soporte para implementar un modelo en la administración pública soportado en la gobernanza; el nuevo ciclo del ordenamiento territorial donde se viabiliza la alianza de los entes territoriales.
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Notas de pié de página
[1] El Plan de Acción 2010-2012 de la SMP en su Eje Temático Cultura y Desarrollo Humano, tiene entre sus objetivos, “Lograr elevar el indicador de desarrollo humano de Manizales y la región, mediante un pacto por la región”. Ver en:http://www.smp-manizales.galeon.com/plan-smp.pdf
[2] Informe regional de desarrollo humano (IRDH) Eje Cafetero, PNUD & Crece, 2004.
[3] Censo General del DANE 2005. http://www.dane.gov.co
[4] Censo General del DANE 2005, aunque la proyección de habitantes que hace Alma Mater, en Fichas Municipales de la Ecorregión Eje Cafetero, para las capitales cafeteras al 2011, es: Armenia290.444, Manizales 390.175 y Pereira 459.291, para una población total de 1.139.910.
[5] Fichas Municipales de la Ecorregión Eje Cafetero. Oscar Arango et al. (2010). UTP & Red Alma Mater 10 años. ISBN: 978-958-98166-7-2.
[6] El concepto Medio Ambiente, involucra la Cultura y el medio ecosistémico. Ver: El Reto de la Vida, de Augusto Ángel Maya.
[7] Cátedra Manuel Ancízar. Tierra y Territorios en Colombia. Sesión 11: Globalización, libre comercio y desarrollo rural Universidad Nacional de Colombia.13 de mayo 2011. http://www.unradio.unal.edu.co/nc/categoria/cat/catedra-manuel-ancizar.html.
[8] Ver “Participación de la sociedad civil en el ordenamiento territorial”. Duque Escobar, Gonzalo and Torres Arango, Claudia (2009) In: Jornada Académica y Taller de la SMP de Manizales, 07 Noviembre de 2009, Manizales.http://www.bdigital.unal.edu.co/1671/
[9] y [10] Ver en: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/ley/2008/ley_1217_2008.html
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Ref 1: Temas cívicos para agendas de desarrollo regional. Duque Escobar, Gonzalo (2012) In: Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales 100 Años de civilidad en la construcción de territorio. Ed. Blanecolor S.A.S. Manizales, Colombia. ISBN 978-958-57465-0-3 – http://www.bdigital.unal.edu.co/7240/
Ref 2: Plan de Acción Centenario SMP de Manizales: Un diálogo con el territorio. Duque Escobar, Gonzalo (2012) [Objeto de aprendizaje – Teaching Resource] http://www.bdigital.unal.edu.co/5801/
Imagen: Plano de Manizales año 1970. In Planoteca U.N. de Colombia Sede Manizales.
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1-3 Desafíos para los caldenses
Girasoles emblemáticos para la problemática ambiental de Caldas http://godues.wordpress.com/2011/12/05/
Resumen:
Entre los temas socioambientales y económicos emblemáticos para el departamento de Caldas y su capital Manizales, se podrían presentar estas propuestas verdes: el ordenamiento de las cuencas, una revolución educativa, el desarrollo de la identidad cultural, un nuevo modelo urbano, la recuperación del Magdalena, y salvar el patrimonio de Marmato
GIRASOLES EMBLEMÁTICOS PARA LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL DE CALDAS
Entre los temas ambientales emblemáticos para el departamento de Caldas y su capital Manizales, estas propuestas verdes:
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1- Bosques para mitigar el impacto del calentamiento ambiental.
Urge avanzar en el ordenamiento de las cuencas del departamento y emprender las acciones más importantes asociadas a la regulación hídrica y pluviométrica para asegurar el suministro de agua potable y para a la preservación de los ecosistemas. Esto supone mejorar notablemente la cobertura de bosques, la recuperación de humedales y fuentes de agua, el establecimiento de los corredores regionales de conectividad para la supervivencia de la biodiversidad, y el impulso al desarrollo e implementación del sistema regional de áreas protegidas y de interés ambiental, que se propone y avanza desde Corpocaldas. Ver: Bosques en la Cultura del Agua
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2- La revolución educativa para la reconversión productiva rural.
Caldas es un territorio fundamentalmente rural, cuya problemática socioambiental urge del desarrollo educativo para hacer viable la reconversión productiva del sector agropecuario, orientada hacia modelos de producción limpia: la revolución verde que trajo el monocultivo del café, además de traer agroquímicos, fungicidas y pesticidas, expulsó a los campesinos hacia la ciudad porque sin escolaridad suficiente no pudieron asimilar los paquetes tecnológicos y financieros de la nueva caficultura: ellos dejaron de ser prósperos propietarios para pasar a enfilar los escenarios de pobreza e informalidad urbana. Ver: Un nuevo modelo educativo
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3- El desarrollo de la identidad cultural para asegurar la sostenibilidad ambiental.
Caldas no es tan cafetero como se supone, por lo que se requiere resignificar y re-elaborar el conjunto de símbolos y valores del patrimonio que da soporte a la identidad de sus bioregiones: en la Alta Cordillera los símbolos de la identidad se relacionan con el pasillo, el páramo, el bahareque de tabla, el sombrero aguadeño y la ruana de San Félix; en el Magadalena Centro, con la navegación por el Magdalena, la Expedición Botánica, el rancho de hamacas y la subienda de nicuros, bagres y bocachicos; en Marmato, Supía y Riosucio, la cultura indígena de las comunidades Embera y Umbra, y la minería del oro con significativo aporte de las comunidades afrodescendientes: existe más novela y poesía en el oro que en el café. Finalmente, si bien las regiones se comparten con otros entes territoriales, también la zona cafetera, que va de Neira hasta el norte del valle. Ver: Los Mundos de Samoga para la Ecorregión Cafetera
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4- Recuperar el Magdalena.
Recuperar el Magdalena, para lo cual se debe reestructurar Cormagdalena, dado que esta entidad como empresa privada no tiene capacidad suficiente para desarrollar sus dos objetivos misionales: el primero, recuperar el río Magdalena, meta que no puede cumplir al no tener capacidad efectiva para recuperar su cuenca, y el segundo, restablecer la navegación por esta arteria fluvial de la Patria, lo que solo puede lograrse cuando se cumpla el primer objetivo. Es que Cormagadalena al no ser autoridad ambiental tampoco puede hacer nada diferente a muros y dragados, y por lo tanto requiere transformarse en autoridad ambiental para que tenga el carácter y la capacidad que le demanda su primer objetivo misional. Ver: Ciudad, puerto y río en tierra de pasillos, bundes y guabinas
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5- Salvar a Marmato.
Urge salvar a Marmato, un poblado de 1537 que se pretende borrar de plano al haber sido declarado en riesgo para trasladarlo a El Llano y dar paso a una explotación minera a cielo abierto y a gran escala en este lugar de interés histórico, cabecera de una población mayoritariamente negra e indígena y donde el patrimonio arquitectónico puede rescatarse dado que el riesgo puede ser mitigable con obras de estabilización que reduzcan efectivamente la amenaza geotécnica. Tras sacar el oro de la montaña en pocas décadas, su población culturalmente dedicada a la actividad minera desde épocas coloniales, tendrá que cambiar su actividad y de paso quedará sin pasado, sin presente y sin futuro. Ver: Retrospectiva histórica de la minería en Marmato
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6. Priorizar y descentralizar la infraestructura social para una ciudad amable.
Nuestra ciudad es hoy un escenario donde la pobreza y la informalidad abaten a la mayor parte de la población, donde existe una proporción significativa de indigentes que sobreviven y cosechan residuos en las diferentes texturas del medio urbano. Urge una respuesta estructural que se aleje de los modelos cartesianos de la planeación que propenden por el desarrollismo y orientan el gasto y la inversión de obras sin un enfoque social, para tomar la vía de una planeación participativa que propenda por el equipamiento social en salud, educación y cultura, basado en la descentralización de las funciones urbanas para incrementar la movilidad no motorizada y facilitar el uso racional y adecuado del suelo urbano, buscando satisfacer los requerimientos de la sociedad en su conjunto acercando los servicios a los sectores populares, para mejorar las relaciones entre calidad ambiental, densidad urbana, movilidad, acceso a los recursos y posibilidades de desarrollo. Ver: Un nuevo modelo urbano
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Compendio temático. Manizales, Junio 3 de 2010. Imagen: Girasol en: gde-fon.com
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1-4 El ordenamiento urbano
Los guetos urbanos o la ciudad amable
http://www.bdigital.unal.edu.co/2064/
Resumen:
Mientras persistamos en modelos de ciudad insolidaria, excluyente y sin opciones de vida para los pobres, las consecuencias se harán insostenibles: los programas públicos terminarán fracasando cuando las estrategias ya no apliquen, las intervenciones sobre el tejido social no llegarán al objetivo, la fragmentación social privilegiará el asistencialismo y clientelismo, los programas de seguridad palidecerán frente a las tensiones, y la población pauperizada quedará entre las fronteras de la ilegalidad y la delincuencia.
LOS GUETOS URBANOS O LA CIUDAD AMABLE
Ya los pobres de la ciudad son una mezcla de los pobres urbanos con su particular noción del consumo y peculiares costumbres, y de los pobres rurales como los recién desplazados con otra identidad y sin hábitos metropolitanos e hijos de esa violencia que asola la ruralidad de la patria, donde la urgencia de enfrentar la concentración en la propiedad de la tierra, obliga a mirarla como un bien que debe verse, no sólo como medio de producción, sino también en su función social más profunda: como soporte de una cultura. Esto, si queremos la paz y de paso facilitar las soluciones a la traumática descomposición de la vida urbana, donde urge resolver la precariedad de una educación deficitaria en valores y que en promedio no alcanza el nivel profesionalizante.
Si bien algunos menesterosos viven en las diferentes texturas cosechando los residuos de las actividades citadinas, también este medio presenta otros escenarios periurbanos degradados a modo de guetos, donde la vida deteriorada y condiciones de inequidad, sumadas a la desigualdad inherente de las clases sociales, alimentan los factores que generan acciones perturbadoras de la seguridad sobre las demás zonas del sistema urbano, lo que ha impulsado la proliferación de otros guetos constituidos por unidades residenciales cerradas para la clase pudiente que se aísla y protege, y donde las vías al perder su carácter público limitan su función social.
Mientras persista ese modelo urbano que concentra la infraestructura social y de servicios a favor de los sectores pudientes y no se reconozcan unos mínimos para priorizar la atención a la pobreza y en lo posible corregir la desigualdad; entre tanto el modelo de ciudad no resulte descentralizada e incluyente; y mientras el Estado no priorice la pequeña y mediana empresa como generadoras y articuladoras de las actividades al alcance de los pobres: no se logrará prevenir la “guetificación”, reducir el desempleo, y combatir las tensiones y la violencia urbanas.
De ahí la importancia de concebir los necesarios procesos de renovación urbana, no como proyectos de infraestructura sino como procesos sociales para la recuperación del hábitat, o de lo contrario la buena intención del Estado terminará destruyendo la economía solidaria de complemento para unas comunidades vulnerables, al implementar programas que no consideran las singulares actividades características de dichos espacios, adaptados como activos donde la tipología de la vivienda debe ser compatible con los oficios que complementan el menguado ingreso familiar.
Pero estos pobres de hoy conforman una masa sin identidad ciudadana, profundamente fragmentada y pauperizada dada la dinámica de una economía de mercado que pone en retroceso los beneficios del Estado y concentra el ingreso. Entonces, si estos pobres urbanos han quedado sin empleo y los desplazados rurales sin tierra, en unos y otros encontraríamos alguna afinidad aleccionadora según consta en las historias de vida del pasado Siglo: la urbanización de la Colombia agraria, consecuencia de esa revolución verde que generó una dinámica demográfica favorecida por el analfabetismo rural que le impidió al campesino asimilar la nueva tecnología del monocultivo y su fórmula financiera, y acelerada por el espejismo de las opciones citadinas sumado a la pobreza campesina.
En consecuencia, si los enfoques de la planeación han favorecido los guetos y la asimetría en la distribución de oportunidades- como la salud donde el acceso físico varía pero el económico se restringe según se trate del régimen subsidiado o contributivo-, y si además la revolución tecnológica y la apertura han afectado los ingresos que dependen del trabajo: dichos cambios imponen nuevas condiciones y la necesidad de reducir la brecha de productividad, servicios e ingresos que desfavorece al campo frente a la ciudad, y en la propia ciudad donde igualmente una similar fisura consecuencia de la inequidad y pobreza, obliga a pensar en políticas y programas sectoriales, y en subsidios y fondos solidarios como parte de la solución.
Y mientras persistamos en estos modelos de ciudad insolidaria, excluyente y sin opciones de vida para los pobres, caracterizados por una competitividad que desprotege la pequeña y mediana industria, quiebra tiendas y pequeños negocios, y rompe cadenas de economía solidaria vitales para que los pobres cosechen sus escasos activos, entonces las consecuencias descritas se harán insostenibles: los programas públicos terminarán fracasando cuando las estrategias ya no apliquen, las intervenciones sobre el tejido social no llegarán al objetivo, la fragmentación social privilegiará el asistencialismo y clientelismo, los programas de seguridad palidecerán frente a las tensiones, y la población pauperizada quedará entre las fronteras de la ilegalidad y la delincuencia.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-09-26 Imagen: Imagen: Barriada manizaleña, en iammyownreporter.com
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1-5 Política y desarrollo
Precedente promisorio para la crisis del Eje Cafetero.
http://www.bdigital.unal.edu.co/50621/
Resumen:
El Eje Cafetero es una región mediterránea dotada de una oferta cultural imbricada en la “antioqueñidad” y la “caucanidad”, de una base natural biodiversa propia del medio tropical andino, y localizada en el centro occidente de Colombia, con grandes ventajas derivadas de la creciente conectividad gracias a su ubicación geoestratégica y a un escenario conurbado que supera el millón cien mil habitantes.
PRECEDENTE PROMISORIO PARA LA CRISIS DEL EJE CAFETERO
Esta región mediterránea del centro occidente de Colombia, dotada de una variada oferta cultural y base natural, con la biodiversidad propia de un medio tropical andino, múltiples paisajes y pisos térmicos, es un territorio cuya historia temprana se soporta en una estructura económica caracterizada por la distribución equitativa de la tierra y del ingreso, consecuencia de las corrientes migratoria del siglo XIX y de la caficultura como cultivo de pequeña y mediana superficie. De esas épocas fundacionales de economía de subsistencia y arriería, quedan las evidencias en poblados como Aguadas y Salamina. Ahora, en una perspectiva sociocultural los habitantes de la ecorregión cafetera somos herederos de una cultura imbricada en la “antioqueñidad” y la “caucanidad”: primero por las profundas huellas de los laboriosos y virtuosos actores de la colonización antioqueña, y segundo por el aporte del caucano como natural promotor de empresas comerciales, gracias a una apertura que en épocas coloniales vive Popayán, fruto de las actividades mineras en Barbacoas, sus relaciones con Quito y el Virreinato del Perú y el comercio con la Nueva Granada.
El café que llega a este territorio desde Antioquia y se convierte en producto de exportación hacia 1870, fue el gran motor del desarrollo nacional: concluidas las guerras civiles en 1903, la economía de Colombia empieza a crecer de forma sostenida al 5% anual, para acelerar su ritmo casi al 7% en la década de los años veinte, gracias a los vapores, cables y trenes de montaña como nuevos modos de transporte para la exportación del grano de oro, desplazando el meridiano económico de Colombia a Manizales. Si de dicho período de acumulación, además de las estaciones del Cable Aéreo y del Ferrocarril de Caldas queda nuestro Centro Histórico con su arquitectura republicana amenazada por la pérdida del espacio público, del subsiguiente período de verdadero desarrollo cafetero queda la constelación de pequeños y numerosos poblados de la colonización que acentúan la ocupación no polarizada del territorio en que se soporta la declaratoria de la Unesco de 2011 y que esperan la implementación de acciones ambientales y económicas de desarrollo rural necesarias para la sustentabilidad del Paisaje Cultural Cafetero.
La actual conurbación de esta región emplazada sobre abanicos aluviales de torrenciales y cristalinos ríos que descienden del complejo volcánico Ruiz -Tolima por la vertiente occidental de la cuenca del río Cauca, muestra el esplendor de continuos arquitectónicos patrimoniales y aldeas de bahareque embebidas en la verde jungla, cuyos edificios y casonas cargan una historia centenaria fruto del portentoso impacto de una economía que apalancó el poblamiento del centro-occidente colombiano y la industrialización del país. Desde 1927 hasta 2007 la producción cafetera en Colombia crece cerca de cinco veces, haciendo del “grano de oro” hasta la primera mitad del siglo XX el factor fundamental de la expansión de la demanda interna, y a lo largo de la centuria el producto primordial dentro de las exportaciones agrícolas colombianas. Aunque su participación en la producción agropecuaria cae casi cuatro veces en los últimos 40 años, sigue siendo el gran motor en el sector agropecuario al generar el 27% del empleo agrícola y el 30% de las exportaciones agropecuarias.
Ya a mediados del siglo XX se empieza a conformar una ciudad región, donde las frustraciones regionales relacionadas con el centralismo impulsan la segregación del “Gran Caldas”, un hecho afortunado de 1966 que anticipa la descentralización consagrada en la Constitución Política de 1991 al darle vida administrativa y presupuestal a los municipios, cambio notable que ahora con la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial de 2011 permite desarrollar propuestas supra-regionales de importancia, para la construcción concertada del territorio como una región coherente y próspera bajo el rótulo de Eje Cafetero. En los últimos 25 años el crecimiento de la población de sus capitales: 96% en Pereira, 60% en Armenia y 41% en Manizales, muestra las ventajas derivadas de la creciente conectividad de la conurbación, que de consolidarse como un clúster urbano con un mercado de más de 1.134.536 habitantes aprovechando su posición geoestratégica sobre el centro del Triángulo de Oro de Colombia, podría capitalizar las ventajas de un escenario de 200 kilómetros de radio donde habita el 52% de los colombianos y se genera el 64% del PIB nacional.
[Ref.- La Patria. Manizales, 2015.08.30] Imagen: Conurbación del Eje Cafetero. SIR – Alma Mater.
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1-6 La democracia
Más Estado para una nueva sociedad
http://www.bdigital.unal.edu.co/2180/
Resumen:
Dado el protagonismo del saber como factor de producción y el surgimiento de una nueva sociedad dual y fragmentada, urge fortalecer el rol del Estado para corregir los excesos de una economía absolutamente deshumanizada, en la cual la solidaridad ha quedado a merced del mercado y la estructura del empleo ha cambiado.
MÁS ESTADO PARA UNA NUEVA SOCIEDAD
Bienvenida la reforma a las transferencias de la Nación donde el 10% de estos cuantiosos recursos destinados a Ciencia, Tecnología e Innovación, apalancarán la triple articulación entre un sector productivo agropecuario e industrial que urge ser reconvertido, una academia que le apunte más al conocimiento como factor de producción, y un Estado que debe implementar políticas sectoriales, culturales y educativas en el nivel local, erradicar la corrupción y adecuar de forma coherente el ordenamiento territorial de conformidad con la oferta cultural y natural de las regiones y su problemática social y ambiental.
Para establecer un tipo de relación conveniente entre los actores de una sociedad en la que nunca ha habido suficiente para los que no tienen nada pero sobran recursos para satisfacer las necesidades superficiales, resulta imprescindible, primero examinar la cuestión de los modelos de sociedad y luego ver el papel del conocimiento científico y su relación con la cultura popular, porque comparto la idea de que hemos pasado de una sociedad regulada por el Estado a otra sociedad fragmentada y dual, donde se ha acentuado la inequidad afectando esa inmensa masa de desposeídos urbanos y rurales, y olvidado los saberes y valores culturales que pueden alimentar la frágil economía de miles de campesinos y artesanos sin medios de producción.
Ya no son los tiempos de la sociedad industrial en la que el Estado expandió sus beneficios a legiones de obreros gracias a los postulados Keynesianos, y de unas fuerzas productivas soportadas en procesos intensivos en mano de obra, sino los tiempos de esta sociedad transformada por la tecnología donde la economía se ha tercerizado, el conocimiento como factor de producción está más al servicio del mercado que de la Nación, la estructura del empleo basado en destrezas manuales y fuerza muscular ha cambiado a la de un trabajo intensivo en competencias intelectuales orientadas al emprendimiento y la innovación, y donde las mejores opciones para la nueva industria colombiana están en la producción de bienes relacionados con la informática, la biotecnología, los nuevos materiales y la industria química.
Hoy el cambio tecnológico y el neoliberalismo han impactado las políticas del pleno empleo y la seguridad social, por lo que de fallar la necesaria acción del Estado para el control del monopolio y la redistribución del ingreso, dada la precariedad de las finanzas públicas las duras consecuencias no pueden ser peores para los más vulnerables de Colombia: el acceso a los servicios esenciales queda a merced de las fuerzas del mercado, se acentúan las consecuencias de la privatización de la salud y la educación, y la flexibilización laboral en un contexto de bajo nivel de escolaridad se traduce en desempleo, puesto que si en la media, la población del sector rural no ha concluido la primaria y la del urbano apenas ha cursado gran parte de la secundaria, nuestro capital humano promedio no está preparado en el ciclo profesional.
Sabemos que el país con sus reformas constitucionales de los noventa, además de establecer garantías civiles e involucrar las dimensiones de la diversidad ambiental y cultural, decidió viabilizar la apertura económica y permitir la sustitución de la estructura productiva nacional. Si en lo primero se han dado desarrollos, al examinar la parte relacionada con el modelo económico y encontrar que mientras las exportaciones de materias primas han crecido pero nuestras empresas han cerrado, podríamos sentenciar que se optó por la desactivación del potencial humano y material en perjuicio de la Nación ya que la flaqueza del empleo como evidencia resulta demoledora: mientras menos de 1/3 de la fuerza laboral se encuentra en el sector formal, apenas 1/10 se abriga bajo relaciones salariales con un contrato de trabajo estable y a término indefinido.
Y en la cuestión del conocimiento y los saberes, dado que el modelo de sociedad se liga estructuralmente al desarrollo tecnológico, sabemos que el progreso de Colombia exige que los beneficios de las exportaciones de materias primas y sobre todo de recursos no renovables, priorice la generación del capital social como condición previa para el desarrollo de productos con un valor agregado que se adquiere al combinar con los tradicionales factores de producción ciencia y cultura como agentes estratégicos, para aprovechar el variado potencial natural y cultural de la Nación ya que esto es lo que le corresponde al Estado, y no la lógica que propugna por una competitividad a ultranza y un desarrollo tecnológico que le reste protagonismo a los sectores agrario, minero y demás proveedores de materias primas, en especial a los pequeños productores de la economía rural y urbana.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-10-25] Imagen: Pobreza en Colombia – http://diarioadn.co
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Cap 2- El territorio
4 Mapa del departamento Caldas
Imagen. Mapa del departamento de Caldas
.2-1 Perfil del territorio
Elementos de agenda pública para el Plan de Desarrollo de Caldas 2016-2019 https://godues.wordpress.com/2016/05/15/
Resumen:
Documento elaborado en el marco de las actividades de apoyo de la U.N. al PD 2016-2019 de Caldas. Manizales, Abril de 2016, donde se entrega un árbol de problemas elaborado a partir del análisis de las problemáticas, estrategias y opciones previas identificadas por diferentes actores sociales, en las mesas de trabajo implementadas en cada una de las subregiones al elaborar el Plan de Desarrollo de Caldas.
ELEMENTOS DE AGENDA PÚBLICA PARA EL PLAN DE DESARROLLO DE CALDAS 2016-2019
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Documento elaborado en el marco de las actividades de apoyo de la U.N. al PD 2016-2019 de Caldas. Manizales, Abril de 2016.
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Los elementos de agenda pública para el Plan de Desarrollo 2016/19 de Caldas, se encuentran asociados a las discusiones realizadas en las mesas de las líneas estratégicas de los 27 municipios del departamento, siendo el producto de las discusiones y diálogos entre el Estado y la academia, tomando como base las propuestas y aportes entregados por la Sociedad Civil, ajustados a la visión del territorio como un escenario pluricultural y biodiverso conformado por seis subregiones.
Cada uno de los ítems señalados son aspectos que requieren una focalización de programas para atacar sus causas y mitigar sus consecuencias; de igual manera, si bien no se hace explícita cada una de las líneas estratégicas del Plan de Desarrollo Departamental, la totalidad de estas situaciones se encuentra inmersa en sus múltiples elementos.
La metodología a aplicar será la Matriz de Véster, en la que los que expertos han validado los factores seleccionados, así como el nivel de incidencia de cada uno de ellos, y para los cuales su interpretación debe ser una invitación a la construcción de planes y programas focalizados a la entrega de respuestas concretas a las problemáticas estructurales que surjan del análisis de la situaciones conflictivas emblemáticas, examinado el departamento de Caldas como un todo.
A continuación se señala un conjunto de situaciones ideales para el territorio, de cara a las complejas problemáticas que actualmente enfrenta de conformidad con lo identificado por los diferentes actores sociales en el proceso de construcción participativo emprendido por la actual administración, aunque para focalizar los precarios recursos y enormes esfuerzos en pocos escenarios que generen impacto, se han priorizado nueve (9) elementos transversales a las siete líneas estratégicas del Plan Departamental de Desarrollo, en la seis subregiones.
PROBLEMÁTICA
SITUACIÓN IDEAL
1- Hoy la capital que con su área metropolitana le apuesta a los guetos urbanos y no logra construir sinergias para resolver su aislamiento, ve cómo su economía empieza a palidecer por los efectos metropolitanos de la gran conurbación.
1. Un nuevo modelo urbano que descentralice la infraestructura social y productiva, y que haya conformado su área metropolitana y la Ciudad Región, para lograr sinergias económicas y políticas de cara al desarrollo entendido comio mejoramiento de las condiciones de vida y humanización de la ciudad.
2- Modelo agroindustrial cafetero de dependencia tecnológica, soportado en monocultivos y agroquímicos: Sin soporte cultural y ecológico para el PCC ni valor agregado, y sin Aerocafé, no habrá turismo.
2. PCC apalancado en el bioturismo, vías y poblados lentos, en Aerocafé como aeropuerto de alcace transoceánico y en la reconversión de un modelo agrocafetero de producción limpia, controlando la cadena productiva.
3- Conflictos entre uso y aptitud de suelos, deforestación intensa y extendida, cambio climático y crisis del agua, soportadios en una concepción instrumentalizada de la naturaleza al definirla como un recurso objeto de explotación.
3. Ordenamiento de las cuencas con perspectiva de corredores de conectividad biológica, de adaptación al cambio climático y de protección de cuencas abastecedoras, donde el agua, el suelo de cultivo y la biodiversidad son considerados un partrimonio.
4- Un modelo educativo que no desarrolla el talento humano: al estar pensado para la sociedad industrial de ayer y no para la sociedad del conocimiento, solo prioriza ciencia, matemática y lenguaje.
4. Un nuevo modelo educativo con perspectiva rural y urbana, que le de igualdad prioridad a la cultura, al arte y a la formación del cuerpo humano, y que le tienda rieles al empleo temprano en la ciudad y en el campo.
5- Caldas no es tan homogénea: urge implementar procesos socio-ambientales soportados en la cultura, a partir de la apropiación del territorio como una construcción social e histórica, y del civismo como valor supremo de la cultura urbana
5. Se ha resuelto la fragmentación socio-espacial del territorio bajo el presupuesto de que la ecorregión es mestiza, pluricultural y biodiversa, gracias al fortalecimiento del tejido social, de la identidad cultural y a los procesos de empoderamiento del territorio.
6- Existe una profunda brecha de productividad entre los medios urbanos y el campo, agravada por un amenaza adicional: los precarios ingresos rurales, podrán bajar del 25% al 50% con los Tratados de Libre Comercio (TLC)
6. Políticas de Ciencia, Tecnología imbricadas con la cultura para cerrar la brecha de productividad entre los 400.000 habitantes urbanos y los 270.000 rurales de Caldas, e incluso los 300.000 de sus cabeceras.
7- Una reducción sistemática en la participación del PIB observada en lo corrido del siglo, consecuencia de los procesos de desindustrialización y de la estructura del empleo, entre otros factores, lo que ha venido abriendo una brecha sostenida en el crecimiento de Caldas respecto al nivel nacional, a pesar de sus potencialidades culturales y naturales.
7. Transporte intermodal apalancando la plataforma logística y el desarrollo de industrias químicas en el Magdalena Centro y el Corredor del Cauca, y un nuevo polígono industrial con una zona franca para Manizales apalancada en la producción de bienes y servicios afines a la sociedad del conocimiento: las mejores opciones estarían en la economía naranja, las Tic´s y la biotecnología.
8- El marginamiento de zonas rurales por la precaria conectividad entre comunidades y entre subregiones, y el aislamiento de Caldas como consecuencia de su condición mediterránea, agravada por barreras orográficas como la Cordillera Central, pese a contar con el Puerto de la Dorada y de las ventajas geoerstratégicas y posibilidades para la intermodalidad del Ferrocarril Cafetero.
8. Desarrollo de la conectividad entre municipios y subregiones, incluyendo los de los departamentos vecinos, haciendo del transporte rural un catalizador de la reducción de la pobreza, e Inserción de Caldas en los nuevos corredores logísticos del país promoviendo el sistema ferroviario y las hidrovía del Magdalena como fundamento de un sistema intermodal de transporte de carga para la región Andina.
9- El Para-Estado y la problemática rural asociada a la inequidad como determinantes del clientelismo, la corrupción y el conflicto armado en Colombia, además de otras formas de violencia que exigen resolver la ausencia del Estado y fortalecer la sociedad civil para construir la Paz.
9. Una apuesta por la Paz soportada en el fortalecimiento del Estado mediante el monopolio de la fuerza militar y del control fiscal por parte suya, y en una reforma rural profunda y de la institucionalidad, como estrategias para combatir la inequidad y la corrupción.
Una vez identificadas, analizadas y expuestas cada una de las situaciones que debe perseguir el departamento prontamente, se examinó la situación actual del territorio en cada una de ellas para realizar la Matriz de Vester, la cual se muestra a continuación.
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ANÁLISIS CON LA MATRIZ DE VESTER
PROBLEMÁTICA y SITUACIÓN IDEAL
PROBLEMÁTICA
y SITUACIÓN IDEAL
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1
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2
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3
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4
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5
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6
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7
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9
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Σ
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1
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Un modelo urbano incompetente
desarticulado y conflictivo / Un nuevo modelo urbano más verde – con
integración regional
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X
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1
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0
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2
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2
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2
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2
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2
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Crisis socioeconómica y ambiental
cafetera / PCC apalancado en el bioturismo y las vías lentas
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0
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X
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2
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2
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1
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1
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2
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12
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3
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Conflictos severos entre uso y
aptitud del suelo / Ordenamiento de cuencas con adaptación al cambio
climático
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0
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3
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X
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2
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1
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3
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2
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15
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4
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Modelo educativo anacrónico y
bajo nivel de escolaridad / Nuevo modelo educativo que desarrollar el talento
humano
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0
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0
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0
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X
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2
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1
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1
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8
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5
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La fragmentación socio-espacial
/ Desarrollo de la identidad cultural y del civismo
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3
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1
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0
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3
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X
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2
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2
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15
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6
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Brecha de productividad e ingresos
entre ciudad y campo / Estrategias de CyT imbricadas con la Cultura
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2
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2
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3
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2
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X
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3
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2
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20
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7
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La des-industrialización y la apertura de
mercados / Polígono Industrial y Zona Franca
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1
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2
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0
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2
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1
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2
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X
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3
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13
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8
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La precaria conectividad
interna y externa / Transporte rural y Corredores logísticos
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2
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2
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2
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1
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0
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0
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3
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X
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1
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9
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El Para-Estado como factor de
corrupción y de violencia / La institucionalidad como una apuesta por la Paz
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2
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1
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2
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3
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3
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2
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1
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1
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9
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18
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13
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15
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14
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13
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18
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122
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Fuente: Elaboración propia.
La elaboración de la Matriz de Vester se realizó bajo los siguientes criterios:
0: Irrelevante. 1: Alguna relevancia. 2: Mediana relevancia. 3: Alta relevancia.
En la sumatoria de la columna se ponderan las Causas (Ver Modelo Educativo y Para-Estado) y en la sumatoria de las filas (Ver Brecha de productividad e ingresos) se consignan Consecuencias.
Los mayores puntajes sumadas ambas columnas, tal cual ocurre con la Brecha de productividad e ingresos, consecuencia de las carencias en Ciencia y Tecnología, y con la ausencia del Estado como factor de violencia ya corrupción, permite identificar los problemas Causa-Consecuencia.
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Interpretación
Para lo anterior es importante resaltar que se hace necesario buscar a través de alianzas políticas y de procesos de gobernaza el apalancamiento de los macroproyectos que harán del Eje Cafetero y con el Caldas, la región estratégica para un sistema intermodal de transporte (8), con plataformas logísticas instaladas en el Magdalena Centro de cara a la hidrovía y en el corredor del río Cauca extendiendo el sistema ferroviario hasta Urabá, sobre todo si se logra la articulación intermodal de la cuencas del Cauca y del Magdalena a través del Ferrocarril Cafetero como integrador del sistema de carga para la Región Andina, como enlace entre el Altiplano y los dos mares de Colombia.
La principal estrategia que debería implementar el departamento para dar solución a sus problemáticas más relevantes, se debe relacionar en primer lugar con las Políticas de Ciencias y Tecnología (6) que incorporen la Cultura, soportadas en un Modelo educativo (4) pensado para la sociedad del conocimiento y no para la sociedad industrial de ayer, dos asuntos para los cuales la articulación del Estado con los sectores de la producción (9), resulta fundamental.
De cara a estos tres elementos se requiere fortalecer la presencia de la Universidad en la provincia y de las Tic como herramienta de soporte (6), lo que puede tener mayor impacto no solo en la productividad sino también en la solución de los conflictos socioambientales cuando previamente se haya elevado el nivel de escolaridad e implementando un modelo educativo que contemple, no sólo las ciencias, las matemáticas y el lenguaje, sino también las ciencias sociales, el arte, la cultura y el desarrollo del cuerpo humano (4). Llevar la ciencia y la tecnología, es habilitar el conocimiento como factor de producción, tal cual lo propone el Plan de Desarrollo 2016-2019.
Ahora la cultura será necesaria, no solamente para abrazar los conocimientos ancestrales, fortalecer los vínculos subregionales y la cultura popular (5), sino también para abrirle espacio a los productores rurales y artesanales bajo el entendido para que ellos no aplica la metodología de clúster, válida para la industria y la agroindustria, sino la del desarrollo de productos rurales y artesanales con denominación de origen, y de servicios ambientales soportados en la organización de pequeños productores controlando la cadena productiva, empleando modelos de producción limpia certificados y accediendo a mercados preferenciales (2).
Como proyectos complementarios, habrá que desarrollar el transporte rural como factor de conectividad, trabajar la identidad cultural y desarrollar opciones para el acceso a las Tic no solo desde la provincia sino también desde el campo, además de fortalecer la presencia del Estado y de los gremios de la producción para obtener como resultado final cuencas reforestadas (3), donde se resuelvan los conflictos entre uso y aptitud del suelo a partir de modelos de reconversión productiva económicamente viables, que peserven la identidad cultural e incorporen prácticas silvopastoriles y agroforestales como estrategia de adaptación al cambio climático y de producción limpia, además de la venta de servicios ambientales haciendo del PCC la locomotora del turismo (2).
Ahora, en la dimensión urbano-regional, para enfrentar las demandas de generación de empleo de calidad, las principales opciones parecen estar 1- en la construcción de sinergias entre economía del conocimiento, economía naranja y economía verde (7); 2- en la competitividad regional, lo que obliga a resolver la movilidad y conectividad rural y subregional (7) y 3- en transformar el modelo urbano por otro más verde y más humano que descentralice la infraestructura social y productiva, de un lado para hacer amable y sustentable la ciudad (1), y del otro para buscar sinergias económicas, demográficas y culturales conurbando las áreas metropolitanas del Eje Cafetero y configurando la ciudad región Pereira-Manizales (8).
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* Documento elaborado por Gonzalo Duque Escobar y Carlos Mario Ramírez Guapacha, en el marco de las actividades de apoyo de la U.N. al PD 2016-2019 de Caldas. Manizales, Abril de 2016.
Imagen de Portada. Blog SMP Manizales.
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2-2 Perfil ambiental urbano
Perfil ambiental de Manizales y su territorio
http://www.bdigital.unal.edu.co/39987/
Resumen:
Perfil ambiental de Manizales en su contexto regional, para esta ciudad intermedia de 400 mil habitantes emplazada sobre abanicos aluviales de la cuenca del río Chinchiná, capital de Caldas y epicentro de este territorio pluriétnico y biodiverso sobre el cual establece sus relaciones económicas y políticas,
denominado “La tierra del café”.
PERFIL AMBIENTAL DE MANIZALES Y SU TERRITORIO
A continuación, una perspectiva ambiental en su contexto regional para Manizales, una ciudad intermedia emplazada sobre abanicos aluviales de la cuenca del río Chinchiná, epicentro de un territorio pluriétnico y biodiverso sobre el cual establece sus relaciones económicas y políticas.
Imagen: Manizales del año 1912, año en que se crea la SMP de Manizales. Centro de Historia de Manizales.
A1- Medio ecosistémico natural.
Gracias a las dos cordilleras, nuestro clima es bimodal: cada año, dos temporadas invernales que inician con los equinoccios, cierran con dos veraniegas cuando llegan los solsticios. Nuestro ecosistema biodiverso asociado al frágil medio tropical andino, se desarrolla en un medio montañoso de suelos jóvenes de origen volcánico, en un ambiente tectónico activo. El complejo Ruiz-Tolima, las fallas de los sistema Romeral, Palestina y Cauca-Patía, el Cañón del Cauca, el Valle del Magdalena, los ecosistemas de páramo y bosques alto-andinos vecinos a la Mesa de Herveo, y al Tatamá y Caramanta. De las siete zonas agropecuarias de mayor productividad del país, cuatro benefician a la región: la zona cafetera, la alta Cordillera Central, el valle del Cauca y el valle del Magdalena.
En el inventario minero, de 210 explotaciones y yacimientos que posee el Gran Caldas, 120 pertenecen a Caldas y 60 al Quindío. Sobresalen: por el oro el alto Occidente; por el manganeso el Bajo Occidente; y por calizas, mármoles, uranio y un gran potencial hídrico, todo el Oriente Caldense.
A2- El medio transformado.
El proceso de ocupación y de transformación del medio natural, comienza con la presencia de comunidades amerindias organizadas en cacicazgos, distribuidos por toda la región: entre estas tenemos Irras, Cartamas, Pícaras, Ansermas, Concuyes, Pozos, Paucuras, Carrapas, Quimbayas, Palenques, Amaníes, Marquetones y Pantágoras. Luego, tras la conquista, se establecen nuevos asentamientos como Anserma, Supía, Marmato, Cartago, Arma, Vitoria, Mariquita y Honda, en los que la minería, como la principal actividad de la Colonia, se da mediante la esclavitud. Ya en el siglo XIX cambia ese modo de producción por el del colono independiente y obreros asalariados.
Similarmente, si en las Provincia del Cauca y Cundinamarca desde la colonia hasta el siglo XIX primaron las haciendas de régimen feudal, tras la colonización antioqueña ocurrida a lo largo del siglo XIX y la consecuente ocupación de grandes baldíos y tierras de Concesiones del territorio, se da la construcción del Paisaje Cultural Cafetero, soportada en una economía cuyo modo de producción es capitalista, cambio que se debe a la presencia del colono quien reza: “la tierra para quien la trabaje”.
Posteriormente, a esta transformación rural le sucede la urbana caracterizada por un modelo de poblamiento bien distribuido que se explica por la estructura minifundista de la propiedad gracias al café y al proceso colonizador, el que se empieza a invertirse a partir de 1970 tras la irrupción de la Revolución Verde.
B1- Uso; transformación, flujo y disposición final de recursos.
La ecorregión cafetera es un jardín biodiverso mal utilizado que alberga el 7% de las especies de plantas y animales (Instituto von Humboldt, 1997), un patrimonio biótico hoy amenazado por procesos antrópicos como deforestación, potrerización, uso de agroquímicos y desarrollos urbanos. Antes dominada por bosques, la ecorregión ahora sólo conserva una fracción de su cobertura original, porque muchos paisajes son cafetales, plataneras, potreros, plantaciones forestales y algunos cañaduzales. Según las coberturas en 2002, de un uso potencial del suelo para usos forestales del 54% del territorio, los bosques solo llegaban al 19%; y en ganadería, mientras el potencial de la ecorregión es sólo del 4%, la cobertura llegaba al 49%; además en los usos agrícolas y agroforestales, de un potencial del 21% y 20% en su orden, la cobertura en el uso agrícola subía al 30% y la agrofostería no se implementaba.
La ciudad, toma materia y energía del entorno y tiene sus propias “excretas”: Manizales genera 300 toneladas diarias de basura, y vierte 20 toneladas de carga contaminante en las aguas servidas de áreas no industriales, a sus tres distritos sanitarios (Olivares, Chinchiná y La Francia), a los que se suman cerca de 17 toneladas adicionales de las aguas de origen industrial que afectan cuerpos de agua, como la Quebrada Manizales donde se establece el principal sector industrial.
B2- Las Zonas y sus Funciones en los medios rulares y urbanos (I-R-C-S)
La Zona Industrial, que vale por su posición con respecto a los medios de transporte, por no ocupar el sector vecino al río Cauca en el occidente donde están los modos troncales (Aeropuerto del Café, Troncal de Occidente y Tren de Occidente), está mal localizada si se trata de persistir con industrias convencionales; y por quedar en la Q. Manizales presenta severos conflictos ambientales, ya por amenazas mitigables asociadas al uso conflictivo del suelo en su cuenca, ya por la afectación al ecosistema con sus vertimientos.
La Zona Residencial, que debe estimarse por su valor estético y paisajístico, muestra que las urbanizaciones más costosas de la ciudad ocupan el paisaje contaminado de su zona industrial, afectada por vertimientos industriales. Igualmente, falta desarrollar ciudadelas autosuficientes en sectores populares como la Enea, La Sultana y Bosques del Norte, bien dotadas de infraestructura social y productiva, en lugar de expandir el hábitat favoreciendo los apetitos de los urbanizadores e inviabilizando el sistema de transporte masivo, con severo perjuicio para los sectores populares.
La Zona Comercial, cuya importancia radica en que alberga el Centro Histórico en el que se soporta el carácter de nuestra ciudad y los edificios institucionales, se ha venido degradando más por la irrupción del automóvil que por la informalidad. Allí los moradores de los viejos inmuebles, no cuentan con garantías para mantener el valioso patrimonio arquitectónico e histórico.
La Zona de Servicios, que suele valer por su nivel de equipamiento, debe incrementar el potencial de generación de riqueza de la ciudad asociado al sector de los servicios: en ella, más que por el número de camas, el sistema de salud o el hotelero se deben valorar por los servicios que ofrecen para los habitantes locales; y las Universidades que deben valer por sus programas de PhD, laboratorios y producción científica, se han venido valorando como centros de docencia por el número de estudiantes que llegan a la ciudad, y no como centros de investigación y desarrollo..
C1- Conflictos y contradicciones (Sociales, Ambientales, Económicos e Institucionales)
Dada la crisis del actual modelo democrático, expresada en falta de liderazgo, desestructuración de los partidos y privatización de la cosa pública: Se debe fortalecer la sociedad civil e implementar los mecanismos de participación ciudadana con fundamento en el civismo activo, con la civilidad como valor supremo de la cultura urbana.
Dada la crisis socioeconómica que se expresa en pobreza, desempleo e informalidad: Se debe ubicar a las personas en el centro del desarrollo, priorizando la formación de capital social sobre el crecimiento económico. Se deben implementar políticas de ciencia y tecnología imbricadas con la cultura, para resolver la brecha de productividad que sume en la pobreza los medios rurales. Se debe consolidar la Ciudad Región del Eje Cafetero, conurbar el territorio y fortalecer el transporte rural como catalizador de la reducción de la pobreza.
Se debe desarrollar un nuevo modelo urbano más verde y más humano, priorizando la conformación de ciudadelas autosuficientes, descentralizando la infraestructura social y económica, densificando el medio urbano para desarrollar la movilidad soportada en el transporte masivo y la peatonalización en lugar del carro.
Dada la amenaza del cambio climático y la falta de políticas públicas ambientales que enfrenten la problemática de los riesgos en el medio rural y urbano: Se deben ordenar las cuencas, reforestar sus quebradas, implementar la cultura del agua, resolver los conflictos entre uso y aptitud del suelo y replantear el modelo agroindustrial cafetero desde la perspectiva ecológica, además de prevenir la especulación del suelo urbano que trafica con la plusvalía urbana y el uso del suelo.
C2- Gestión ambiental
Entre los temas socio-ambientales emblemáticos para el departamento de Caldas y para su capital Manizales, las propuestas verdes serían:
1- Una revolución educativa, con un modelo que desarrolle el talento humano, para lograr la reconversión productiva rural y el desarrollo social.
2- Más bosques y ordenamiento de cuencas, para proteger la biodiversidad y mitigar el impacto del calentamiento ambiental.
3- El desarrollo de la identidad cultural en la ecorregión, soportado en su carácter triétnico, en el marco del Paisaje Cultural Cafetero.
4- Macroproyectos como el Ferrocarril Cafetero, el Puerto Multimodal de La Dorada, Aerocafé, la Transversal Cafetera y el Tren de Occidente para articular al país por Caldas.
5- Un nuevo modelo urbano con “crecimiento hacia adentro“, que descentralice la infraestructura social y económica, y conurbe el territorio.
6- Salvar el patrimonio material e inmaterial de Marmato y los ecosistemas de la zona de amortiguamiento del PNN de los Nevados, amenazados por las dinámicas del mercado y enclaves mineros.
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* [Ref.: Artículo para la Revista de la SCIA 1956-2014, en sus 58 años. Año 2014.] Créditos. Fragmento de “Manizales: un diálogo con su territorio”. GDE (2014). http://www.bdigital.unal.edu.co/12209
Imagen: “Plaza del Libertador 1923”. Centro de Historia de Manizales.
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2-3 El medio rural
Desarrollo y ruralidad en la región cafetalera
http://www.bdigital.unal.edu.co/5802/
Resumen:
Para el desarrollo rural de la ecorregión del Eje Cafetero, están las políticas de ciencia y tecnología imbricadas en la cultura, para una reconversión del modelo socioambiental que se ajuste a los presupuestos en que se soporta la declaratoria de Paisaje Cultural Cafetero y facilite el ordenamiento y reforestación de cuencas para enfrentar el cambio climático, y la implementación de “vías lentas” a través de “poblados lentos, como estrategia para un bioturismo basado en la oferta de bienes culturales y servicios ambientales.
DESARROLLO Y RURALIDAD EN LA REGIÓN CAFETALERA
Al abordar los desafíos de la ruralidad en la ecorregión cafetera, un territorio urbanizado con dinámicas consolidadas que continúan, resulta imperativo el examen de los procesos de adaptación social, económica y ambiental de los medios rurales a las exigencias urbanas, para resolver sus conflictos asociados a las presiones sobre el medio ecosistémico dado el modelo agrario, los desequilibrios resultado de procesos de exclusión y falta de oportunidades, y la brecha de productividad que se expresa en pobreza.
Terminada la guerra de los 1000 días en 1903 en Colombia, surge un nuevo modelo cafetero que facilita la industrialización del país, transforma en 70 años la vida rural en su zona andina, favorece el poblamiento del Eje Cafetero y trae la primera apertura cultural a Colombia gracias al comercio del grano. Y tras un desarrollo rural consecuencia de la irrigación de los beneficios de la caficultura gracias al alto efecto redistributivo del ingreso y a la organización de los pequeños productores asociados en la Federación Nacional de Cafetero (1927), tras la crisis de 1929 el país pasa de los cables aéreos y ferrocarriles cafeteros a la chiva y el jeepao, para crear mediante los Comités mejores condiciones de vida con la red de caminos rurales, el agua, la escuela, el puesto de salud y la electrificación del campo.
Luego en 1970 llega el monocultivo del café, un modelo inspirado en los desarrollos de la revolución verde basado en productos de base química, que en nombre de la modernidad y el progreso arrasa la biodiversidad, para facilitar las plagas y contaminar el agua y el suelo, y al tiempo sacar hacia la ciudad al campesino que con solo dos años de escolaridad no logró asimilar el nuevo modelo financiero y tecnológico de esa caficultura. Empujado por la pobreza y traído por las oportunidades, el campesino emigra a los medios urbanos donde la creciente demanda de formación para el empleo industrial le cierra puertas y obliga a emplearse en el rebusque, y a ubicarse en los extramuros citadinos para conformar los cinturones de miseria que han transformado las capitales cafeteras durante las últimas décadas.
Y en tanto la población se polariza en estas capitales, los pequeños y pujantes poblados se deprimen en medio de una creciente crisis social, ambiental y económica, dado que las políticas públicas siempre abordaron los temas del desarrollo agrario sin considerar la ciencia y la tecnología, con créditos que han favorecido la empresa terrateniente y dejado de lado al productor rural aludiendo su falta de capacidad para soportar créditos y generar empleo. Pero esta política equivocada que ahora concentra más del 60% del PIB regional en las capitales cafeteras, por no haber incluido el conocimiento como factor de producción en el campo, resulta ahora más cuestionable cuando al examinar la productividad se encuentra que en Colombia, los campesinos con solo el 14% de la tierra generan el 51% del PIB agropecuario.
Entonces, si deseamos mejorar los ingresos rurales y cerrar la brecha de productividad incorporando el conocimiento a la tierra, al trabajo y al capital, habrá que diferenciar la producción agroindustrial de la rural para incluir las comunidades rurales en los temas del desarrollo: la primera por su carácter industrial donde son de interés las economías de escala y la producción en serie, y la segunda de naturaleza artesanal y en la que los imperativos son cadenas productivas, organización de productores, producción de bienes y servicios de calidad con identidad cultural, y apoyo institucional y financiero para los pobres rurales.
Aún más, deben contemplarse esfuerzos adicionales ya que el nivel de escolaridad de cuatro años de básica en el campo dificulta implementar programas de ciencia y tecnología imbricados con la cultura, y que la problemática de la movilidad y conectividad impide el papel del transporte rural como catalizador de la pobreza. Y acerca de los ingresos rurales medios en Colombia a causa de la brecha que explica niveles seis veces menores que los ingresos urbanos promedio de Bogotá, habrá que añadir que se prevé una caída del 50% en los ingresos rurales como consecuencia del TLC, ya que este sector fue sacrificado para favorecer las líneas estratégicas de la agroindustria colombiana.
Al respecto, habrá que innovar estrategias como sacar ventajas del Paisaje Cultural Cafetero aprovechando los procesos de bioturismo rural en curso, para la oferta de bienes culturales y servicios ambientales soportados en la base cultural y natural de la ecorregión cafetera, e implementar las “vías lentas” que propone la SMP de Marsella donde también se contempla enfrentar la amenaza del cambio climático, mediante una reconversión productiva que resuelva los conflictos estructurales entre uso y aptitud del suelo interviniendo y reforestando las cuencas y fortaleciendo las comunidades de base, a partir de procesos ambientales participativos con el concurso de los actores sociales estratégicos de cada territorio.
[Revista Eje 21 .Manizales, 09 Feb 2012] Imagen: Mapa de NBI para los municipios de Caldas, a 2012.
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2-4 El medio conurbando
La ciudad región del Triángulo del Café
https://godues.wordpress.com/2013/05/07/
Resumen:
A continuación, un perfil de las capitales del Eje Cafetero, una región mediterránea del centro occidente colombiano cuyo poblamiento se debe al impacto de los ferrocarriles cafeteros de la década de 1920, y cuya oferta cultural y del variado medio tropical andino contrastan con una problemática socioambiental que expresa la crisis del café -su principal producto y base de la economía por cerca de una centuria-, una dificultad exacerbada por la ruptura del pacto cafetero y sacudida por la apertura económica.
LA CIUDAD REGIÓN DEL TRIÁNGULO DEL CAFÉ
Imagen: Estructura Fisiográfica Ecorregión Eje Cafetero. Fuente: IDEAM
A continuación, un perfil de las capitales del Eje Cafetero, una región mediterránea del centro occidente colombiano cuyo poblamiento se debe al impacto de los ferrocarriles cafeteros de la década de 1920, y cuya oferta cultural y del variado medio tropical andino contrastan con una problemática socioambiental que expresa la crisis del café -su principal producto y base de la economía por cerca de una centuria-, una dificultad exacerbada por la ruptura del pacto cafetero y sacudida por la apertura económica.
Hoy las capitales del Eje Cafetero que han tomado vocación económica en diferentes renglones que se complementan y cuyo futuro impone consolidar sus perfiles para integrarse, cuentan con un origen común como herederas de una cultura imbricada en la “antioqueñidad” y la “caucanidad”, donde se conjugan de un lado las profundas huellas de los empresarios y laboriosos colonos de la colonización antioqueña, y del otro el aporte del caucano como hombre de mentalidad abierta y natural promotor del comercio.
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Armenia
En la zona meridional de la conurbación, aparece “La Cuidad Milagro” construida sobre suelos ondulados, de piso templado bañado por el río Quindío y vestido de frondosos guaduales, ciudad poblada por gente amable cuyo empuje logró emergerla victoriosa tras el terremoto de 1999.
Armenia está dotada de lugares de interés como el emblemático Museo Quimbaya y otros a los que se llega por varias rutas que transitan entre barrios y espacios verdes como el Parque de la Vida, uno de los atractivos ambientales más importantes de la ecorregión cafetera, para llevar al viajero hacia el Parque del Café en Montenegro y Panaca en Quimbaya, los dos parques temáticos más importantes del país, o hacia el Valle de Cocora en Salento o al Museo de la Guadua y el Bambú en Córdoba.
Esta urbe, la que mejor simboliza la cultura de la rubiácea como principal eje motriz de su sector primario al
lado del plátano, suma hoy a su actividad productiva la dinámica de un desarrollo que avanza certeramente encontrando sinergias en el sector servicios, como las obtenidas de la afortunada integración del potencial del Quindío para el turismo, con las que ha logrado forjar el segundo destino de Colombia gracias al desarrollo de su infraestructura y a los atributos naturales, paisajísticos y culturales de la preciosa tierra de la “Palma de Cera”. Por esta razón en cada aniversario de la centenaria urbe, se celebra el Reinado de la Chapolera, y en esta fiesta y demás jolgorios de la vecindad, se contempla el tradicional Desfile del “yipao”, aunque en lo cultural se pueden señalar otros eventos de la ciudad cuyo enfoque también apunta a fortalecer la vocación turística, como son el Concurso Nacional de Duetos Hermanos Moncada y el Salón de Artistas Quindianos, los que se añaden a las programaciones de la Fiesta Nacional del Café en Calarcá y el concurso de Velas y Faroles en Quimbaya.
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Manizales
Con su arquitectura ecléctica y conocida como “La Perla del Ruiz”, con su belleza y garbo de sus hijos, Manizales, aparece sobre un ramal cordillerano desde donde se observa una diversidad de paisajes: páramos y nieves perpetuas, bosques de niebla, fincas cafeteras y cañaverales sobre la margen del Cauca. Si bien la economía de ésta la más septentrional de las capitales se había diversificado gracias al temprano establecimiento de una industria, que tras la apertura económica se ha contraído, aún quedan plantas de café soluble, calzado, alimentos, bebidas y metalmecánica, entre otras, y la firme convicción de recuperar la actividad.
Y al lado de esta producción manufactura también se proclama hoy una ciudad universitaria y eje del conocimiento, así esa vocación apenas en proyecto no encuentre eco en una planeación prospectiva con inversiones y articulaciones sectoriales. Y para hacer mérito al carácter cultural que se evoca por lo del pasado siglo y del que dan cuenta actividades que se sostienen con eventos de nivel internacional como La Feria de Manizales con más de medio siglo, y ahora Patrimonio de la Nación por su Temporada Taurina y magníficos Conciertos, Exposiciones y Desfiles, quedan retos como el de establecer procesos culturales de soporte similares a los de las exitosas orquestas y bandas con sus semilleros, necesarios para anclar el Festival Internacional de Teatro de Manizales que en su trigésima segunda edición colma plazas, vías y recintos, y el Festival de Jazz que con cerca de una década de vida busca quebrantar un medio a veces premoderno.
Pero al lado de esta dificultad sus universidades, dos con origen en el proyecto de Universidad Popular de 1943, le imprimen a la capital caldense aires modernos con sus 7 programas de Doctorado y complejos laboratorios que suman ventaja al lado del Centro Nacional de Investigaciones del Café y del Centro Regional de Estudios Cafeteros.
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Pereira
Y en el centro del escenario conurbado cuando el paisaje abrupto se suaviza, aparece la “trasnochadora, querendona y morena” Pereira, la ciudad más poblada del Eje cafetero, cuya ventaja obtenida de su posición de privilegio la convierte en el centro comercial de la región, gracias también al carácter abierto de su emprendedora sociedad. Esta capital construida sobre el abanico aluvial del Otún donde el medio natural exhibe en su variada cobertura vegetal una de las biodiversidades más ricas de la nación, es un medio urbano dinámico que se dispone sobre un escenario tejido por el Megabús y que se articula por el norte con el Viaducto César Gaviria a Dosquebradas.
Al recorrer el visitante que llega a la metrópoli, podrá descubrir los encantos de Ciudad Victoria, del Museo de Arte Moderno y del Zoológico Matecaña, cuando no la Plaza de Bolívar y el emblemático Parque El Lago si transita por el centro. Cuenta la pujante capital risaraldense con un comercio donde sobresalen los mercados de grandes superficies y centros comerciales. A esa economía se suman la industria de confecciones y alimentos que se extiende a Dosquebradas, y una agroindustria variada cuyos principales productos incluyen Café, Plátano, Cítricos, Piña y Flores tropicales.
Igualmente, la oferta de servicios de la “Perla del Otún” comprende múltiples actividades para atraer clientes, y una oferta de variadas rutas turísticas y programas complementarios que convierten a Pereira en un verdadero territorio de oportunidades, para las cuales el equipamiento urbano cuenta con el Abadía Plaza: el primer hotel del Eje Cafetero con Cinco estrellas, y Expofuturo el más moderno centro de exposiciones y convenciones de la región ubicado en inmediaciones de la Villa Olímpica.
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El Desafío
Si bien cada ciudad independientemente considera legítima su actividad polifacética, el riesgo de palidecer surge de poner a competir sus economías. Y para no palidecer frente a las acciones metropolitanas que se avecinan desde Cali y Medellín, además de priorizar la acción del Estado en la formación de capital social frente al crecimiento económico, las tres capitales deben sacar ventaja como ciudad región gracias a la complementariedad de sus economías, a su tamaño relativamente similar y a la creciente conectividad y movilidad interna.
No obstante, para lograrlo falta consolidar las áreas metropolitanas en Manizales y Armenia, y sobre todo emprender una reconversión de su industria y agroindustria, además de resolver la condición mediterránea de la conurbación, primero con los corredores viales para los mercados internos, segundo encontrando una salida al mar más expedita, y tercero materializando un aeropuerto para sacar productos de alto valor agregado y a bajo costo hasta los mercados lejanos.
Manizales, 28-12-2010
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2-5 Asuntos del clima
Agua, ordenamiento territorial y desastres
http://www.bdigital.unal.edu.co/5487/
Resumen:
La lección que queda del segundo evento de 2011 que deja a Manizales sin agua en dos meses, obliga a romper paradigmas: uno de ellos, que el área de influencia de una línea vital, además del modelado o medio transformado, comprende el medio natural que le sirve de soporte; y otro, que dado que las obras de ingeniería se diseñan del lado de la falla, con el incremento de la amenaza climática, habrá que emprender acciones dados los umbrales del riesgo más cercanos a la certeza de falla.
AGUA, ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y DESASTRES
R=1-(1-1/Tr)n
Resultado de imagen para riesgo godues vida util
En la fórmula: R =Riesgo de falla, Tr= Período de retorno de las amenazas y n= vida útil de una obra. Tr y n, en años. La conclusión es que las obras se diseñan del lado de la falla, donde R>50%, pues de lo contrario la ciudad no sería viable: obsérvense los valores de la diagonal. Como fundamento, 1/Tr es la probabilidad temporal del evento.
Obsérvese el incremento de R de 0,63 a 0,98 para una obra con una vida útil “n” de 100 años, cuando el período de retorno “Tr” de la amenaza cambia de 100 a 25 años: es el caso de los eventos hidrometeorológicos, por el calentamiento global.
Veamos el ploteo de valores:
Valor del riesgo, período de retorno de la amenaza y vida útil de una obra.
Repite el evento de la Planta Luis Prieto Gómez que suministra la mayor proporción de agua potable para Manizales, con una avalancha de medio millón de metros cúbicos, muy superior a la del pasado 19 de octubre, que vuelve y destruye a su paso sobre el río Chinchiná, las dos tuberías de conducción de agua potable para la ciudad, recién reparadas a pesar de su sobre elevación que no resultó suficiente. Igualmente, colapsaron por el movimiento en masa procedente del hato La Marmolera, y del cual se hacía el monitoreo necesario por el riesgo cuyas consecuencias superaron los niveles esperados, el gasoducto que pasa al otro lado del rio y dos puentes vehiculares, entre ellos el de la vía a los hoteles termales.
Ahora la diferencia es, primero que contamos con la Planta Niza recién puesta en servicio para proveer la mitad del consumo de agua que podría bombearse al tanque más alto vecino a Niza donde se recibe el agua potable de la planta de Gallinazo, para redistribuirla en toda la ciudad dado que un circuito ha quedado fuera de servicio, y segundo que además se tienen repuestos y mayor capacidad para reparar de forma expedita las conducciones de agua dañadas, reinstalar un puente metálico para pasar el Chinchiná en el lugar de los hechos y de reponer sin mayores tropiezos la citada línea de gas.
No obstante, la lección que queda de estos daños que afectan las líneas vitales y otros ocurridos sobre la vía al Magdalena y la carretera al norte por Neira, exige nuevas consideraciones ambientales para romper paradigmas.
Uno de ellos con la propuesta de Corpocaldas de meses atrás, útil para enfrentar el grave deterioro de la vía Maltería-La Esperanza, y que consiste en implementar una figura ambiental que vea más allá de las cunetas, muros, transversales y pavimentos de la carretera, entendiendo que una vía como cualquier línea vital comprende todo el corredor ecológico del sistema, y las relaciones socioambientales y económicas que se dan en ella, y donde la extensión del área de influencia del modelado comprende, además del medio transformado, el medio natural que le sirve de soporte y que lo conforman las microcuencas interferidas.
Y a pesar de que el Cambio Climático es realmente la amenaza, y la Niña solamente el fenómeno natural que exacerba el clima, estos desastres son antrópicos: existen normas para aplicar los instrumentos de planificación existentes, pero en los suelos no están bien aplicadas o se violan, lo que finalmente conduce a permitir, a través del Plan de Ordenamiento Territorial, el uso conflictivo del suelo en lugares sin aptitud para el destino que tienen, lo que potencia las amenazas, cuando no el mayor riesgo para las personas y las líneas vitales. De ahí que se construya sobre deslizamientos y ocupen humedales y vaguadas a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Igualmente, tampoco se ha valorado con suficiente resolución el alcance espacial y temporal, y probabilidad de ocurrencia de las amenazas, en muchos casos; de ahí que se deban sumar esfuerzos para proveer a Corpocaldas y a las dependencias responsables de la gestión del riesgo, de una cartografía con mapas temáticos donde se incluya la espacialización del conjunto de variables que esto demanda, sino también para los mapas ambientales que requiere el ordenamiento de las cuencas y otros necesarios para el ordenamiento ambiental del territorio a lo largo y ancho del departamento, dado que se inicia un nuevo ciclo del ordenamiento territorial en Colombia.
Otro asunto, es que prevalece la creencia de que la ingeniería es garantía absoluta por no decir invencible, cuando por regla general sus diseños están del lado de la falla: una obra construida para una vida útil de 25 años, sometida a eventos con un período de retorno de 25 años, tiene un riesgo del 64%, similar al que presentan obras cuya vida útil es de 100 años, frente a eventos con 100 años de período de retorno. Ahora, las obras con una vida útil de 25 años que deban enfrentar amenazas cuyo período de retorno sea de 100 años, tienen un riesgo de falla del 98%, casi cercano a la certeza de falla. Véase tabla anterior: Riesgo v.s. Período de retorno de una amenaza y Viva útil de una obra.
* [Ref: La Patria, Manizales, 12/12/2011] Imagen: Tabla Valor del Riesgo según el Período de retorno de una amenaza. Fuente: www.bdigital.unal.edu.co/6497
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2-6 El subsuelo
Geología económica del Eje Cafetero.
http://godues.wordpress.com/2010/12/28/
Resumen:
Según el inventario minero de Ingeominas (1972), la región cuenta con 220 explotaciones y depósitos metalíferos y no metalíferos: 124 en Caldas, 60 en el Quindío y 36 en Risaralda. La minería es una actividad que se remonta a la época precolombina, fue importante como motor en la colonización antioqueña, y aún hoy, aunque con excepciones, se desarrolla con características artesanales. Veamos las principales ocurrencias en la región.
GEOLOGIA ECONOMICA DEL EJE CAFETERO
Según el inventario minero de Ingeomminas (1972), la región cuenta con 220 explotaciones y depósitos metalíferos y no metalíferos: 124 en Caldas, 60 en el Quindío y 36 en Risaralda.
La minería es una actividad que se rremonta a la época precolombina, fue importante como motor en la colonización antioqueña, y aún hoy, aunque con excepciones, se desarrolla con características artesanales.
En la región las principales ocurrenncias son oro, plata, zinc y mercurio, además de otros minerales metálicos y no metálicos que son vitales para el desarrollo de las fuerzas productivas, como calizas, mármol, arcillas y carbón.
– Oro y plata. Asociados a cuerpos intrusivos y depósitos aluviales. Como yacimientos de filones, en Caldas, se destacan Marmato y Riosucio, el distrito Manizales-Villamaría y otros yacimientos en Samaná, Florencia y Manzanares. En Risaralda la región de Santa Cecilia-Pueblo Rico; en Quindío no hay áreas de interés.
Como aluviones auríferos, están las terrazas del Cauca, los ríos Samaná y Guarinó, en Caldas; Risaralda y San Juan, en Risaralda, y La Vieja y Boquerón, en Quindío. Esta minería se practica básicamente sin control estatal.
– Hierro. Se destacan yacimientos del complejo volcánico Ruiz-Tolima, utilizados en la industria del cemento.
– Antimonio. Son escasas las ocurrencias en la región. Se conocen manifestaciones en Villamaría (Caldas) y en los alrededores de Salento (Quindío), unas y otras asociadas a rocas metamórficas y metasedimentarias.
– Plomo-zinc. Son numerosas las mineralizaciones; se conoce la mina Las Nieblas, y en Caldas, ocurrencias en Samaná y Marquetalia.
– Cobre. Manifestaciones numerosas en Caldas y Risaralda, algunas de ellas explotadas antiguamente.
– Manganeso. El ambiente de la fosa del Cauca parece favorable, siendo reportadas manifestaciones en San Félix, Viterbo y Apía, sobre rocas sedimentarias del Cretáceo.
– Mercurio. Se detecta un cinturón que se extiende de Aranzazu a Salamina; existen manifestaciones en Aguadas (El Pico), sobre la formación Quebradagrande y en las Vegas del río Supía y Guaca, en la desembocadura del río Cambía.
– Carbón. El Terciario Carbonífero de Antioquia se extiende a Riosucio, Quinchía y posiblemente Aranzazu. Los mantos anuncian una cuenca intra-montañosa con reservas bituminosas apreciables y con buen poder calorífico.
– Asbestos. Se reportan en Neira (Caldas) y Córdoba y Pijao (Quindío), asbestos con fibras de mala calidad asociados a rocas básicas de la falla Romeral.
– Caliza-mármol. Sobresalen los yacimientos de Samaná, La Victoria y La Dorada (Caldas); existen numerosas explotaciones como la de Neira (Caldas), Manizales y Pijao (Quindío). Las últimas en forma de lentejones.
– Grafito. Asociados a esquistos negros y shales, podrían darse yacimientos; la única ocurrencia conocida está en el norte de Caldas.
– Arcillas. Abundantes en el Quindío; en Caldas y Risaralda se explotan niveles que incluyen caolinitas. Los yacimientos más interesantes están en Génova, Calarcá, Quimbaya y Pijao, formados como suelos residuales. La naturaleza detrítica supone largos transportes pero subyacen suelos altamente productivos.
– Caolín. Se presentan numerosas ocurrencias en Aguadas, San Félix y Marquetalia (formación Abejorral y Valle Alto).
– Talco. En la Felisa (Salamina) asociado a serpentinas de la Falla Romeral.
– Azufre. Se han explotado yacimientos asociados a morrenas en el costado norte del nevado del Ruiz. Existe otra ocurrencia interesante en la Laguna del Otún.
– Agregados de ríos. Las principales fuentes son los ríos Vieja, Otún, Risaralda, Cauca, Chinchiná y Barragán.
Algunas fuentes resultan hoy sobre eexplotadas, por lo cual se intensifican explotaciones en Cerro Bravo y en macizos rocosos vecinos a los grandes cascos urbanos.
– Uranio. Se encuentran anomalías en Irra (Risaralda) y Berlín (Caldas), asociadas las primeras a sedimentos del Cretáceo y las segundas a un intrusivo del Terciario.
– Recursos geotérmicos. Los estudios de prefactibilidad de la CHEC permitieron identificar tres zonas anómalas: la Laguna del Otún (Cerro España), la región de Nereidas (Playa Larga) y la región de Cajamarca (El Machín). Hoy se prospecta el potencial del campo de Nereidas, en territorio de Villa María.
Tomado de: Cap. 05. LOS MINERALES. MANUAL DE GEOLOGIA PARA INGENIEROS. Gonzalo Duque Escobar. U.N.de Col. Manizales, 2003. En: http://www.galeon.com/manualgeo/ Imagen: Esmeralda. Muzo Colombia. Esmeral.com.
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2-7 Fortalezas del territorio
Eje Cafetero: fortaleza minero-industrial y posibilidades agropecuarias http://www.bdigital.unal.edu.co/6656/
Resumen:
Potencialidades agropecuarias y del valioso inventario minero para Caldas, que le dan soporte a los elementos fundamentales del Plan Industrial Minero y a nuevas opciones de clústeres regionales agropecuarios, en momentos en los que se perfila un crecimiento de la oferta energética local en el oriente caldense y la implementación de modos de transporte más eficientes como la navegación por el río Magdalena.
EJE CAFETERO: FORTALEZA MINERO-INDUSTRIAL Y POSIBILIDADES AGROPECUARIAS
Un ejercicio interesante para señalar las posibilidades del Eje Cafetero e inferir acciones y estrategias para proyectar la industria de base minera y agropecuaria, es partir del escenario de sus potencialidades y limitaciones, para prospectar las actividades productivas orientadas a la transformación de nuestras materias primas, y crear condiciones para industrias que puedan elevar el PIB regional, antes que conceder en bruto a terceros la riqueza de la región.
En primer lugar, nuestra geología económica muestra un variado recurso minero, donde aparecen cerca de 220 explotaciones y depósitos metalíferos y no metalíferos (Ingeominas 1972), distribuidos así: 124 en Caldas, 60 en el Quindío y 36 en Risaralda. De esta riqueza aunque el mejor prospecto a la vista lo constituye el oro no sólo de Marmato, Quinchía y Riosucio, sino también el de las terrazas del Cauca, del piedemonte del oriente caldense y de la región del Tatamá, merece subrayarse el gran potencial de manganeso en Apia y Viterbo relacionado con la fosa tectónica del Cauca; los carbones de Quinchía y Riosucio; los yacimientos de caliza y mármol de Victoria y La Dorada; los yacimientos de arcilla en Génova, Calarcá, Quimbaya y Pijao; y los recursos hidroenergéticos del oriente cuyo potencial equivale a tres o cuatro veces la generación de la Miel.
Habiendo más que mostrar, lo crucial de este inventario es que por encargo del PNUD la mente clara del Profesor Gabriel Poveda Ramos ya había señalado en el Plan Minero-Industrial para Caldas 2006-2016, once perfiles de proyectos cuya factibilidad dependía sólo de: un medio de transporte como el ferrocarril a los mares, para reducir fletes tres a cuatro veces respecto a la tractomula -asunto viable en La Dorada cuando se navegue el río- y de una amplia oferta energética local para adquirir electricidad a largo plazo, tres o cuatro veces más barata.
Los prospectos del notable investigador que se asocian a productos básicos y materias primas estratégicas, están orientados al aprovechamiento de residuos de oro para obtener zinc metálico, a la producción de ácido sulfúrico y fosfatos de calcio fertilizante, al aprovechamiento del manganeso del occidente para bióxido de manganeso electrolítico y de algunos yacimientos de sal para obtener cloro gaseoso y soda cáustica, a la gasificación de los carbones del occidente caldense, a la transformación de las calizas en carburo y al aprovechamiento de las arcillas ya señaladas.
Y en segundo lugar el agro, importante porque en el territorio participamos de cuatro de los siete suelos más productivos del país: la región San Félix-Roncesvalles en lo alto de la cordillera Central, la zona cafetera sobre la ruta de la colonización entre Neira y Caicedonia, un fragmento del valle del río Cauca que comprende los ríos La Vieja y Risaralda, y otro fragmento del fértil valle del río Magdalena.
Pese a las limitaciones de los suelos más accidentados de los flancos cordilleranos y de otros suelos pobres con vocación forestal dado su deslavado de bases consecuencia de las intensas lluvias en zonas como las cuencas medias del oriente caldense y del Alto del Nudo, podemos implementar, primero modelos silvopastoriles y agroforestales, combinados con una oferta de bienes culturales y servicios ambientales variados y cualificados como estrategia para cerrar la profunda brecha de productividad del medio rural; y segundo, crear las condiciones asociativas para unos clústeres regionales agroindustriales y pecuarios, en sectores clave como la palma africana, las heliconias, las frutas tropicales y la ganadería.
En resumen, para los asuntos mineros es hora de emprender una tarea compleja que exige del conocimiento: primero, para emprender la evaluación y caracterización de nuestros yacimientos atendiendo a un orden de prioridades; segundo, para la formulación de unos términos de referencia para atraer la inversión extranjera, donde se contemplen principios y criterios rectores para prevenir enclaves de economía extractiva que desestructuren territorios; y tercero, para el desarrollo del potencial energético del oriente y de medios de transporte en ambas cuencas, para reducir entre 3 y 4 veces los costos energéticos y los del transporte como se ha señalado.
Y en cuanto al sector agropecuario, indudablemente habrá encontrar sinergias entre la economía verde y la del conocimiento para partir de unas políticas basadas en ciencia y tecnología, además de implementar una red vial terciaria como catalizadora de la pobreza rural y de hacer del Paisaje Cultural Cafetero una estrategia para el bioturismo. Con lo primero resulta viable elevar la productividad del campo, primero soportados en la cultura para apoyar lo rural y artesanal sin confundirlo con lo industrial, y segundo iniciando el desarrollo de diferentes clúster regionales y agroindustriales innovando en los eslabones de cadenas productivas intensivas en tecnologías duras, blandas e intermedias, que aprovechen el potencial de nuestros suelos.
* [Ref. La Patria. Manizales, 2012-05-28] Imágenes en: flickr.com
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2-8 El ecosistema
El ocaso del bosque andino y la selva tropical
http://www.bdigital.unal.edu.co/12218/
Resumen:
La deforestación y el comercio ilegal de la madera como causas primeras del gradual ecocidio cometido sobre nuestros bosques andinos y selvas tropicales, un patrimonio fundamental para el agua y la biodiversidad, obligan a desarrollar políticas públicas que enfrenten esta problemática como una estrategia de adaptación al cambio climático.
EL OCASO DEL BOSQUE ANDINO Y LA SELVA TROPICAL
Dos problemas estructurales íntimamente ligados, la deforestación y el comercio ilegal de la madera, han sido las causas primeras del gradual ecocidio cometido sobre un patrimonio fundamental para el agua y la biodiversidad, como lo son nuestros bosques andinos y selvas tropicales.
Si en Colombia la tasa anual de deforestación en 2013 llegó a valores superiores a 300 mil hectáreas, también en la Ecorregión Cafetera, un territorio biodiverso que alberga al 7% de las especies de plantas y animales del país donde el paisaje estuvo dominado por bosques, ahora solo se conserva menos del 20% de dicha cobertura.
Para el Ideam, mientras la cifra entre 1990 y 2010 llegó a 310 mil hectáreas-año, y en en el Chocó se pierde la batalla contra la deforestación: la Región Andina fue la zona más afectada, seguida de la Amazonía. En cuanto a los principales procesos de destrucción de bosques y selvas de Colombia durante los últimos 60 años, Julio Carrizosa Umaña señala la colonización con propósitos de ganadería extensiva cuando se ofrecieron como alternativa a la reforma agraria, luego el uso de estos como protección de grupos armados y más tarde la presión sobre estos ecosistemas como soporte de cultivos ilícitos.
Indudablemente, faltarían la expansión urbana, la palma africana y la actividad minera. La tala ilegal en Colombia cuya cuantía alcanzó al 42 por ciento de la producción maderera según el Banco Mundial (2006), cantidad equivalente a 1.5 millones de metros cúbicos de madera que se explota, transporta y comercializa de forma ilegal, evidencia una problemática que amenaza la sostenibilidad de los bosques nativos, y la subsistencia de especies maderables apreciadas en el mercado, como el abarco, el guayacán y el cedro, para lo cual las Corporaciones Autónomas aplican nuevos modelos y ajustan los existentes, para hacerlos más efectivos.
El Eje Cafetero, donde los paisajes están dominados por potreros, cafetales, plantaciones forestales, plataneras y cañaduzales, también la infraestructura y uso de agroquímicos, le pasa factura a los ecosistemas boscosos. Aún más, de un potencial del suelo que es del 4% para potreros, dicha cobertura en 2002 llegó al 49%; de un potencial del suelo para usos forestales del 54%, en 2002 los bosques del territorio solo llegaban al 19%; y de unos usos agrícolas y agroforestales cuyo potencial es del 21% y 20% en su orden, la cobertura agrícola en 2002 subía al 30%.
Y respecto a los bosques naturales de guadua, una especie profundamente ligada a nuestra cultura que se expresa en el bahareque, cuyo óptimo desarrollo se da entre 1000 y 1600 msnm, afortunadamente las CAR de esta ecorregión han logrado mitigar la tendencia a su pérdida mediante la implementación de la Norma Unificada para su manejo, aprovechamiento sostenible y establecimiento de rodales y la combinación de dos estrategias: el proceso de Certicación Forestal Voluntaria, cuyo objeto es la apropiación del guadual por parte del propietario para lograr la articulación de los planes de manejo y de cosecha, y la zonificación de las áreas potenciales y el inventario de áreas cubiertas con guadua.
A pesar de los esfuerzos que históricamente se han hecho desde el Estado colombiano para combatir el delito de la ilegalidad forestal y la preocupante pérdida de los bosques naturales, dos flagelos que podrían acabar con los recursos forestales del país en cien años, se requiere avanzar en el desarrollo de una cultura forestal, del suelo y del agua que abarque a todos los miembros de la cadena forestal, e incluso a los consumidores finales.
Para el efecto se requiere fortalecer los aspectos técnicos, normativos, operativos y financieros en los instrumentos y estrategias de las autoridades ambientales responsables del control y vigilancia forestal y del cuidado de los recursos naturales; y desarrollar campañas orientadas al conocimiento de la normatividad sobre legalidad forestal y a la sensibilización sobre la importancia del bosque; y segundo, desarrollar políticas públicas que enfrenten esta problemática como una estrategia de adaptación al cambio climático, con directrices que contemplen el ordenamiento de cuencas, establecimiento de corredores de conectividad biológica e implementación de modelos agroforestales y silvopastoriles, para resolver los conflictos entre uso y aptitud del suelo, lo que obligaría a replantear el modelo agroindustrial cafetero desde la perspectiva ecológica.
* [Ref.: La Patria, Manizales, 2014-03-31] Imagen: Cambios en las coberturas por el uso del suelo en la Ecorregión Cafetera. SIR-Alma Máter.
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- 2-9 Los desastres
Manizales: política pública ambiental y gestión del riesgo
http://www.bdigital.unal.edu.co/6523/
Resumen:
Esta nota, pretende contribuir a las reflexiones de la sociedad civil, interesada en una respuesta estructural a los conflictos que ha vivido la ciudad de Manizales en el ocaso de la ola invernal de las dos Niñas de los últimos años. Entre los asuntos públicos uno de los principales problemas de la ciudad, se relaciona la problemática del riesgo asociado a los fenómenos naturales propios del trópico andino.
MANIZALES: POLÍTICA PÚBLICA AMBIENTAL Y GESTIÓN DEL RIESGO
Tras una historia urbana signada por desastres como la erupción del Ruiz en 1985, los terremotos profundos de 1961/62, 1979 y 1995 o el sismo superficial de 1999 de importancia para el Eje Cafetero, y ahora las Niñas 2007/8 y 2010/11 con su enorme impacto para nuestra conectividad vial y frágiles laderas y para el suministro del agua de esta ciudad del trópico andino, si en algo pareciera existir consenso entre los manizaleños es que, entre los asuntos públicos después de la corrupción, nuestro principal problema se relaciona con la ausencia de una política pública ambiental que abrigue, entre otros aspectos socioambientales, la problemática del riesgo asociado a los fenómenos naturales, y que empiece por reconocerle al agua y la tierra el carácter de patrimonio por ser fundamento de la vida, y no de un recurso objeto del mercado.
Pero hacer viable y eficaz la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de una política pública coherente, obliga a apostarle a objetivos estratégicos viables desde la perspectiva social, económica y ambiental para alcanzar su sostenibilidad, a materializar decisiones democráticas sobre derechos civiles en el plan de desarrollo, a expresar unos usos no conflictivos del suelo espacializados al detalle en el plan de ordenamiento territorial, y finalmente a implementar una pedagógica en torno a ese proceso para ayudar a su comprensión y apropiación social, como cualificación de un desarrollo ambiental soportado en el empoderamiento del territorio.
Si nuestra problemática contempla la amenaza del cambio climático con sus consecuencias hidrogeológicas en cuencas deforestadas y frágiles montañas, de las fuentes sísmicas y en especial Romeral por la incidencia de terremotos de intensidad severa como detonantes de incendios y sacudidas que pueden hacer de edificaciones vulnerables desechos de concreto a la espera, y de los eventos volcánicos del Ruiz y en especial de Cerro Bravo ahora en calma, también dicha política deberá encarar otros aspectos relevantes, como: 1- deterioros ambientales urbanos donde el espacio público brilla por su compleja problemática; 2- degradación de ecosistemas y áreas de interés ambiental por efectos de una expansión urbana; 3- contaminación hídrica y de suelos por altos niveles de concentración de vertimientos industriales y agroindustriales; y 4- guetificación de la ciudad consecuencia de un modelo urbano inequitativo concebido más para el transporte motorizado que para las personas.
Nuestras políticas públicas ambientales, deberán incorporar varios objetivos clave para la gestión integral del riesgo, como son el desarrollo de las capacidades relacionadas con: a) la previsión a corto plazo que atañe a la instrumentación de los fenómenos geodinámicos, alertas tempranas y modelación de los eventos probables, y la previsión general de los desastres donde resultan vitales los mapas de amenaza para resolver la ocupación conflictiva del suelo e implementar modelos de exposición al riesgo; b) con la atenuación de los efectos adversos de los eventos mediante medidas de prevención tanto con mejoras físicas o estructurales como de gestión eficiente de los sistemas estratégicos y líneas vitales, y medidas de preparación asociadas a la planificación de acciones rápidas y eficaces para restaurar los servicios y controlar o mitigar los daños al sistema construido y los efectos al ambiente; y c) con los diferentes niveles de las emergencias, donde el plan general debe diseñarse en función del riesgo de cúmulo y los planes operativos en función del riesgo específico, coordinados con el anterior.
En el tema de sismos y volcanes, para subrayar el desafío y naturaleza de la tarea que se demanda, me permito estas ideas sumarias: aunque la amenaza del Ruiz no resulte significativa para la ciudad frente a una erupción pliniana comparable a los eventos históricos de 1595 y 1845, y a pesar de conocer los daños ocasionados en Manizales por los sismos profundos ya señalados, habrá que empezar a tomar acciones de largo plazo y extremada urgencia frente a la amenaza volcánica de Cerro Bravo y paralelamente mejorar las condiciones de sismo-resistencia y seguridad ignífuga dado lo ocurrido en Popayán y Armenia y el advenimiento del gas, para sortear tarde que temprano un sismo superficial del entorno vecino de la falla Romeral.
Y para finalizar, el tema de las laderas en el que habrá que avanzar buscando la adaptación al cambio climático y en la investigación científica resolviendo en detalle las zonas urbanas potencialmente inestables y ordenando nuestras cuencas y microcuencas, puesto que al observar las dos últimas Niñas citadas, pese a su condición intrínseca similar, los graves efectos dejan ver una dinámica creciente del calentamiento global que anuncia consecuencias cada vez mayores, tal cual lo advertimos al observar la Sabana de Bogotá convertida en una “Venecia” y 30 municipios colombianos como Gramalote que requieren reasentamiento, cuando no por los múltiples estragos sobre la vía al Magdalena, en las quebradas La Mula, Manizales y El Perro.
[Ref. La Patria, Manizales, 2012-04-30] Imagen Gestión Integral del Riesgo. Idea U.N.- Corpocaldas 2015.
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2.10 El calentamiento global
Agua y clima en el desafío ambiental
http://www.bdigital.unal.edu.co/52380/
Resumen:
El patrimonio hídrico en Colombia al igual que los páramos de Colombia y nuestros bosques alto andinos, sufren la consecuencia de la deforestación y de la minería ilegal, entre otras situaciones relacionadas con las complejas problemáticas sociales y ambientales del cambio climático, la contaminación hídrica y la destrucción de ecosistemas estratégicos, lo que obliga a intensificar acciones de participación social y de apoyo sectorial en el ordenamiento territorial, para avanzar en la solución de los grandes conflictos estructurales entre uso y aptitud del suelo, además de fortalecer la presencia del Estado en algunos territorios de Colombia.
Imagen: Izq. dinámica anual de la Zona de Confluencia Intertropical ZCIT, en: www.fondear.org. Der. Eventos del ENSO durante medio siglo. Según ERSST.
El fenómeno meteorológico del ENSO conocido como El Niño y La Niña se explican por las anomalías de temperatura del Océano Pacífico, que se constituyen en freno para el desplazamiento natural y regular de la Zona de Confluencia Intertropical ZCIT, una franja de bajas presiones en la zona Ecuatorial que explica el clima bimodal colombiano.
Sabemos que en la región andina de Colombia, el clima es bimodal: cada año tenemos dos temporadas secas que inician con los equinoccios (Junio 21 y Diciembre 22) y dos húmedas a partir de los solsticios (Marzo 21 y Septiembre 22).
Para la zona andina colombiana, en los períodos de El Niño las temporadas de invierno y verano del año son más secas, y más frecuentes e intensos los huracanes del Caribe; y durante La Niña, ocurre lo contrario; ambas temporadas son más húmedas, y se presentan menos tormentas tropicales.
Mientras para Colombia el fenómeno El Niño se manifiesta con un déficit de lluvias, contrariamente en Perú y Bolivia lo hace con lluvias torrenciales.
Aunque las frecuentes inundaciones o sequias que disminuyen la oferta del recurso hídrico, especialmente en época de El Niño y de La Niña, en su orden, son la amenaza directa asociada al cambio climático, también El Niño y La Niña son los fenómenos de mayor variabilidad climática interanual de la zona tropical, con influencia directa en la ocurrencia de eventos climáticos extremos de temperatura y de precipitación.
Sin bien el desarrollo del El Niño/La Niña es de carácter cíclico y comportamiento errático, a largo plazo la fuerza de este fenómeno puede cambiar, intensificándose como consecuencia del calentamiento global para generar eventos climáticos extremos como inundaciones o sequías en diferentes regiones del planeta.
En el caso colombiano, al observar las dos últimas Niñas 2007/8 y 2010/11, pese a su condición intrínseca similar y calificación de sus niveles como eventos moderados, los efectos dejan ver una dinámica creciente del calentamiento global que anuncia consecuencias cada vez más intensas, tal cual lo advertimos en la segunda Niña al observar la Sabana de Bogotá convertida en una “Venecia” y la lista de 30 municipios colombianos como Gramalote, que afectados por las olas invernales requieren reasentamiento, 20 de ellos fuera de su jurisdicción.
Ahora bién: aunque astrónomos y geofísicos soportados en correlaciones, pueden afirmar que cuando el Sol está tranquilo la Tierra permanece fría, aún no sabemos el porqué de los cambios de la actividad del Sol.
Hubo una “pequeña glaciación” asociada a un periodo frío ocurrido entre 1550 y 1850, en el que se presentaron tres picos fríos (1650, 1770 y 1850); esta pequeña edad del hielo coincidió con un período de baja actividad en las manchas solares.
Entre 1979 y 2010 el área de los glaciares del Complejo Volcánico Ruiz-Tolima pasó de 32 o 29 a 12 o 10 kilómetros cuadrados. Pero cuando se funda Manizales (1849), como consecuencia del último pico de esa pequeña glaciación, según Antonio Flórez (2002) e Ideam-Unal (1997), los hielos del PNNN sumaron cerca de 93 kilómetros cuadrados, 10% sobre el Cisne y el Quindío.
Aunque solo podemos afirmar que la Constante de radiación solar, no es tan “constante”, de conformidad con los modelos heliofísicos es el magnetismo de la atmósfera solar quien influye en la luminosidad del Sol, y por lo tanto en los cambios en radiación solar.
Respecto al donde y cuanto, al subir la temperatura del planeta este siglo, entre 1,8º y 4º C de acuerdo a las características que presenten diferentes zonas, como consecuencia de la fusión de los glaciares también se incrementará el nivel medio de los océanos entre 18 y 59 centímetros dependiendo la cuantía de la gravimetría de cada lugar.
Las cuantías esperadas para Colombia son del orden de +3º C en la Región Andina y de +4º C en nuestras regiones costeras y de la Orinoquia y la Amazonía; además de un incremento alto del nivel del mar en el Caribe. Cada variación en 1ºC en el régimen de temperatura media, altera la base climática de los ecosistemas en 170 metros de altitud.
Con el cambio climático, y los consecuentes fenómenos climáticos extremos, arreciará la erosión del suelo en la Región Andina, dado el descontrol hídrico y pluviométrico consecuencia de su alto nivel de deforestación, y con ella los procesos de sedimentación fluvial.
Al respecto, el sistema hídrico colombiano transporta anualmente 300 millones de toneladas de sedimentos en suspensión, de las cuales el río Magdalena aporta 138 millones, el Meta con 44 millones, el Guaviare con 28 millones, y el Patía con 19 millones. (IDEAM -SIAC, 2001).
Los economistas estiman que mientras el costo de mitigar los efectos del cambio climático es del uno por ciento del PIB mundial, de no hacerlo se produciría una recesión de hasta el veinte por ciento del PIB mundial.
Según el quinto Reporte de Emisiones presentado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2014), se necesita limitar el calentamiento a 2 °C, reduciendo las emisiones de efecto de invernadero al 2050, entre un 40% y 70% de los niveles de 2010.
Ahora, en razón al calentamiento global, sólo tenemos 40 años para explotar nuestro carbón. Para no exceder el límite de 2°C antes del 2050, a nivel mundial habrá que reducir: el 80% del carbón, la mitad del gas y un tercio del petróleo que se destina como combustible. Pero el carbón colombiano por ser de alta calidad, tendría uso preferencial para industrias de alto consumo energético: es un carbón duro, de alto poder calorífico y bajo contenido de azufre.
A pesar de los esfuerzos que históricamente se han hecho desde el Estado colombiano para combatir el delito de la ilegalidad forestal y la preocupante pérdida de los bosques naturales, dos flagelos que podrían acabar con los recursos forestales del país en cien años, se requiere avanzar en el desarrollo de una cultura forestal, del suelo y del agua, que abarque a todos los miembros de la cadena forestal, e incluso a los consumidores finales.
Fragmentos de la ponencia “Agua y clima en el desafío ambiental”. In: Tercer Encuentro de Responsabilidad Social con El Territorio: Cumbre de Salento, 19 y 20 de Mayo de 2016, Salento, Quindío (Colombia) - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/52380/
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2-11 La conectividad urbana
Conectividad para la ciudad región del Eje Cafetero
http://www.bdigital.unal.edu.co/42901/
Resumen:
La conurbación Pereira – Manizales, además de contar con un sistema de conectividad interna representado por la Autopista del Café y mañana con la variante La Tesalia, gracias a la posición geoestratégica del Eje Cafetero, pese a su condición mediterránea empezará a tener crecientes posibilidades de inserción a la red primaria del sistema de transportes, al facilitar la multimodalidad con el Ferrocarril Cafetero y la Hidrovía del Magdalena, para el acceso a modos que en su orden ofrecen fletes 3 y 6 veces más económicos que el modo carretero.
CONECTIVIDAD PARA LA CIUDAD REGIÓN DEL EJE CAFETERO
Definitivamente, Manizales y Pereira como fundamentos del núcleo urbano cafetero, parecieran destinadas a correr la suerte de un desarrollo condicionado por sus decisiones relacionadas con las dinámicas metropolitanas que se vienen dando entre el Eje Cali –Medellín y Bogotá, donde gracias a su posición geoestratégica el país podría implementar por Caldas un corredor transversal de carga que complemente el paso de La Línea y haga viable el regreso del tren andino para establecer la multimodalidad, integrar el occidente de Colombia a la hidrovía del Magdalena, a la Troncal del Magdalena y a la Ruta del Sol, y articular el centro del país al Tren de Occidente y a la nueva Conexión Pacífico, permitiendo sacar la carga del Altiplano a Buenaventura y Urabá.
La importancia del tren y de la hidrovía para salir al mar, es que al facilitar la multimodalidad y ofrecer en su orden fletes 3 y 6 veces más económicos que el modo carretero, las exportaciones de Colombia se hacen competitivas. Hoy, sacar un contenedor desde el altiplano al mar, cuesta lo mismo que sacarlo del Perú y llevarlo al Asia. Pero también, ambos medios exigen grandes volúmenes de carga. El carbón andino cuyo potencial es de 30 mil toneladas diarias, parte de ella saliendo a la cuenca del Pacífico por Buenaventura en tren, sería el puntal para la viabilidad económica del proyecto. Como referente, el Tren de Occidente en un año sólo moviliza 150 mil toneladas, mientras la carga carbonera que sale de El Cerrejón y la Drummond en un sólo día, es de 170 mil toneladas.
La conurbación Pereira – Manizales, además de contar con un sistema de conectividad interna representado por la Autopista del Café y mañana con una variante de 24 Km denominada Tesalia, gracias a la posición geoestratégica del Eje Cafetero, pese a su condición mediterránea empezará a tener crecientes posibilidades de inserción a la red primaria del sistema de transportes, con medios como la actual vía a Mariquita donde se han hecho inversiones cercanas a 1/3 de billón de pesos y la vía Murillo-Cambao, dos carreteras de segundo orden claves para resolver los bloqueos invernales de la ciudad en la salida a Bogotá, además de la Transversal de La Línea con su futuro túnel.
Para empezar, en la ciudad región Manizales- Pereira, con el flujo de carga desplazado a la Variante Tesalia, además de un desahogo vial en la ruta Chinchiná-Santa Rosa que redundará en el incremento de la movilidad y la economía interna, se crearán las condiciones para desarrollar una gran plataforma logística sobre el corredor del Cauca, entre La Felisa, El Km 41 y La Virginia, al crearse el principal nodo del Occidente Colombiano para las actividades del transporte, operación y distribución de carga, tanto de tránsito nacional como para la exportación/importación, el que detonaría cuando se logre consolidar el eje urbano Cali-Medellín, y la conexión del sistema férreo a la hidrovía del Magdalena y a nuestros mares en Urabá y Buenaventura.
En dicho escenario, si Pereira y Manizales emprenden acciones para actuar como clúster urbano generando sinergias económicas y coordinando acciones metropolitanas con Cali y Medellín, se desarrollará el Corredor Bimodal Cafetero cruzando la Cordillera Central por el nuevo Túnel Cumaday, constituido por el Ferrocarril Cafetero y la Transversal de Caldas, al conformarse un gran eje logístico entre el Magdalena Centro y el Corredor del Cauca, resultado de integrar el sistema férreo de la Región Andina de Colombia para lograr la conexión del Altiplano con la cuenca del Pacífico y el Eje Cafetero, y con el Puerto Multimodal de La Dorada.
Finalmente, entre los modos fundamentales para esta conurbación mediterránea, estaría el Aeropuerto del Café, proyecto fundamental para el Paisaje Cultural Cafetero cuyos estudios han sido consolidados bajo la notable gerencia del Ingeniero Luis Fernando Mejía Gómez. Esta obra que ayer se proyectó sobre enormes terraplenes que incorporaban la incertidumbre propia de cualquier obra subterránea, para buscar economías dados los precarios recursos de la región, ahora se ha proyectado sobre un viaducto de concreto y con una pista 8 m más baja que modifica su dirección, para reducir sustancialmente la magnitud de los llenos e incertidumbre natural del proyecto, llevándola a un costo superior, pero necesario para blindar el proyecto de conformidad con las directrices del gobierno.
[Ref. La Patria, Manizales 2014-09-15]. Imagen: Composición con mapas (adaptados) de la Variante La Tesalia y de la conurbación Manizales Pereira. Fuentes, La República (ANI) y Google Earth.
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2.12 La conectividad subregional
Anotaciones a las vías de Caldas
http://www.bdigital.unal.edu.co/51487/
Resumen
Vías estratégicas para mejorar las condiciones de accesibilidad y conectividad de las subregiones de Caldas, identificadas por diferentes actores sociales del departamento, donde además del escarpado relieve y singular distribución demográfica, la principal barrera orográfica del territorio es la Cordillera Central, y en menor grado el río Cauca y los principales afluentes del Magdalena - See more at:
ANOTACIONES A LAS VÍAS DE CALDAS
En el interesante proceso de formulación participativa del Plan de Desarrollo 2016-2019 de la administración de Guido Echeverri, al examinar las demandas de conectividad interna y externa de las subregiones del departamento con los alcaldes, y sumar otras propuestas de otros actores sociales obtenidas de trabajos similares, además de percibir la importancia que se le da a dicha problemática, se reclaman aparte de macroproyectos como el Aeropuerto del Café y los que permitirían insertar a Caldas en el Sistema de Transporte Intermodal de carga para el País, como el Ferrocarril de Occidente, la Hidrovía del Magdalena y el Ferrocarril Cafetero, otros proyectos estratégicos para la paz relacionados con la oferta vial departamental, así:
1- La Transversal de Caldas para articular el oriente y norte de Caldas, carreteable a mejorar de aproximadamente 116 kilómetros promovido por la SMP de Manizales que partiría de Perico, pasaría por Victoria, Marquetalia, Manzanares, Marulanda, Salamina y La Merced, y saldría a la Felisa. A esta vía se sumaría la conexión por Cementos Caldas para integrar la fértil y marginada región Marulanda-San Félix pavimentando con asfalto natural (mapia) la parte destapada de la carretera de 96 kilómetros entre Marulanda y Manizales, como alternativa a la vía de 129 kilómetros por Salamina.
2- Para el oriente caldense, además de beneficiar a Samaná concluyendo la pavimentación de los 28 km hasta Cañaveral (Victoria), surgen dos proyectos: uno, un puente sobre el Guarinó para conectar a Pensilvania, Manzanares y Marquetalia con Fresno, , que además de integrar esta fértil región por el sector de la Marina y El Tablazo detonaría la creación de un mini clúster subregional y habilitaría una alternativa a los accesos Manzanares-Petaqueros y Mariquita-Victoria; y dos, pavimentar los 180 km de la Vía del Renacimiento entre Sonsón y La Dorada, carretera con una longitud de 180 kilómetros -112 de ellos transitando por Caldas-, vital para la salida de Pensilvania a Puente Linda y para el proyecto hidroeléctrico Butantán en el alto Samaná.
3- Para la marginada región Marulanda-San Félix, cuyas feraces tierras hectárea por hectárea son 10 veces más productivas que una hectárea promedio de los Llanos Orientales, dos salidas: una, la Transversal de Caldas llegando de Salamina para continuar a Manzanares, vía donde el mapia de las canteras de Isaza en Victoria, debería ser una alternativa válida como pavimento ecológico, dado el precario tráfico vehicular, al igual que para otras carreteras ubicadas hasta 100 km del yacimiento; y dos, la carretera Marulanda-Manizales de 96 kilómetros por Cementos Caldas, como alternativa a la vía de 129 kilómetros por Salamina.
4- Para el norte, además de la tradicional carretera de 115 kilómetros entre Neira y la Pintada por Pácora, ruta donde brilla la arquitectura patrimonial de Salamina y Aguadas que fue soporte para la Declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero en 2011 hecha por la UNESCO, los alcaldes reclaman dos nuevas conexiones: la ruta Castilla-Pacífico 3 cruzando el Cauca, carretera de 9 kilómetros para conectar a Pácora con la nueva Troncal de Occidente; y la ruta de Aranzazu a Juntas, en vecindades de Irra y el Km 41, que permitiría el desarrollo agroindustrial al facilitar la salida por Aerocafé de perecederos como aguacate y heliconias.
5- Para el Occidente, además de los 24 kilómetros para la salida expedita de Riosucio a Irra por Bonafond, y de evitar la ubicación inadecuada de peajes que graven la conexión con la capital, también urge pavimentar el anillo vial que pasa por el Llano y San Juan, y la conexión con Caramanta. Se tiene pavimento en los 5 kilómetros que separan El Llano de la Troncal de Occidente, avanza el pavimento entre Supía y Caramanta, Antioquia, y falta pavimentar Marmato-Supía por San Juan, que son 17 kilómetros.
Según la Oficina de Movilidad Sostenible del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional, tal cual lo consigna su director Diego Alexander Escobar, estos proyectos deben responder varias hipótesis que se deben dilucidar, para priorizarlos en función de las áreas del departamento desatendidas, costos y aspectos demográficos y de producción potencial y generada, mediante una evaluación integral soportada en la cuantificación de índices de movilidad y accesibilidad, tarea que en parte se facilita gracias al acervo de información de la Secretaría de Infraestructura de Caldas.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016/04/11] Imagen: www.invias.gov.co ewww.inficaldas.gov.co
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2.13 La conectividad rural
Vías lentas en el corazón del Paisaje Cultural Cafetero
http://www.bdigital.unal.edu.co/5465/
Resumen:
El Plan de Acción Inmediata para la Cuenca del San Francisco, es una estrategia de los actores sociales comprometidos con la construcción sostenible de su territorio, donde la estrategia parte de implementar el "bioturismo" y hacer de la carretera de Marsella la primera "vía lenta" de Colombia. La vía lenta propuesta por los marselleses en el marco del Paisaje Cultural Cafetero, fortalece la oferta local de bienes culturales y servicios ambientales de las comunidades rurales de Marsella.
VÍAS LENTAS EN EL CORAZÓN DEL PAISAJE CULTURAL CAFETERO
Una estrategia formidable para hacer del Paisaje Cultural Cafetero un factor de desarrollo, es la implementación del “bioturismo”, concepto que incorpora cultura y medio ecosistémico, apalancado con un programa de vías lentas que cruce poblados lentos, tal cual lo gestiona la Sociedad de Mejoras Públicas de Marsella, un municipio de Risaralda fundado a 1525 metros sobre el nivel del mar en 1860, al oeste del Alto del Nudo, cuando esa organización consiente del potencial cultural y natural de su territorio ubicado en medio de verdes montañas, decide hacer de la deteriorada vía que transita entre Pereira y Chinchiná, una fortaleza. La carretera que primero corta las microcuencas que drenan al río Cauca hasta llegar al poblado, sigue a lo largo de la cuenca del río San Francisco por El Trébol, hasta entrar a Caldas.
En el marco de los Planes de Acción Inmediata PAI, como acciones interinstitucionales que Corpocaldas desarrolla para atender los problemas socioambientales más significativos del departamento de Caldas, se involucró la Cuenca del San Francisco, un escenario compartido con Risaralda, para esta estrategia que busca congregar a los actores clave del olvidado territorio, bajo el presupuesto de que el “bioturismo” podrá hacer de la carretera de Marsella, la primera “vía lenta” de Colombia y luego, en un plano de mayor nivel de desarrollo, de esta cabecera el primer “poblado lento” del país.
Vías lentas con poblados lentos, no solo es una estrategia ingeniosa de los marselleses para implementar el Paisaje Cultural Cafetero en el corazón de la ecorregión cafetalera Colombiana, sino también un reto que obliga a fortalecer la oferta local de bienes culturales y servicios ambientales de las comunidades rurales, ahora comprometidas con la recuperación ambiental de su cuenca, para avanzar en la construcción de una agenda que invite al turista a sumergirse en un “bioturismo” propio de esta tierra, para encontrar casas de bahareque a la vera de caminos de arriería, transitar en medio de sistemas de producción limpia, encontrar biodiversidad en arroyos de aguas cristalinas y suelos sanos, escuchar desde las cañadas reforestadas el arrullo de aves y cigarras, y disfrutar de la atención de campesinos montañeros garantes de las buenas costumbres, en una oferta de paisajes andinos, platos típicos cafeteros y preciosas artesanías de la tierra.
No sorprende que sea Marsella la primera población que lo proponga, porque ayer lo hizo con su emblemático Jardín Botánico cuando no contaba con las posibilidades de ahora, pero sí con el olvido que se expresaba en el deterioro de su vía interdepartamental; esto, dado que la apuesta cuenta con un Plan de Acción Inmediata PAI que articula el esfuerzo interinstitucional de la Central Hidroeléctrica de Caldas Chec, de Corpocaldas y la Carder, de la SMP de Marsella y el Municipio de Marsella, del departamento de Risaralda, de la Asociación Ecológica Cafetera, de los municipios de Santa Rosa, Chinchiná y Marsella, y en especial el de los líderes y representantes de las comunidades de base como actores centrales de un proceso participativo orientado a la construcción social del territorio, que reconoce la importancia del transporte rural como catalizador de la pobreza.
El citado PAI para la cuenca del Río San Francisco como herramienta de planificación de corto plazo creada por Corpocaldas, para atender las problemáticas socioambientales más representativas de su territorio, al ocuparse de los asuntos emblemáticos de esta cuenca puede hacer viable el Paisaje Cultural Cafetero al llevar al territorio un conjunto de acciones económicas, sociales y ambientales en beneficio de sus habitantes. Dicha cuenca está constituida, así: en la zona baja por predios vecinos al río Cauca, donde la actividad ganadera marca los principales conflictos entre uso y aptitud del suelo; en la zona media por fincas, donde café y plátano se cultivan con prácticas dominantemente intensivas en productos de base química y la vía intermunicipal les otorga el mayor valor económico; y en la zona alta por predios de suelos pobres con bosques fragmentados que llegan hasta el Alto del Nudo, donde el recurso hídrico es excedentario.
De ahí que para el PAI los actores sociales enunciados hayan propuesto la reforestación de la cuenca alta y las quebradas, resolver problemas de erosión y deslizamientos que afectan la red vial, programas de reconversión productiva en predios de comunidades rurales, implementar cadenas productivas para artesanos rurales y programas de saneamiento básico, y el fortalecimiento de la organización comunitaria; todo esto para apalancar el proyecto de la vía lenta sobre el corredor vial que va de Marsella a Chinchiná por el Trébol, donde el “bioturismo” espera.
Fuente: Universidad Nacional de Colombia y Corporación Aldea Global. [Ref.: El Andino, Manizales, 9 al 15 de Dic de 2011] Imagen: Mosdaico con temáticas del PCC, en : https://godues.wordpress.com/2012/03/22/
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
Cap 3- La gente
Imag 3. Manizales: la aldea de bahareque, por Luis Guillermo Vallejo
.3-1 El caldense
El carácter amable, pujante y laborioso del cafetero http://www.bdigital.unal.edu.co/6731/
Resumen:
Al surgir en el siglo XX una caficultura de pequeña superficie y alto efecto redistributivo del ingreso, se acentúa y moldea el carácter definitivo del cafetero colombiano al crearse una sociedad igualitaria, donde gravitan dos modos sociales diferentes de explotación minera de la Colonia, y convergen el carácter emprendedor del antioqueño mostrado por Carlos E. Pinzón, y la mente abierta del caucano de clase media de quien Francisco José de Caldas es digno representante.
EL CARÁCTER AMABLE, PUJANTE Y LABORIOSO DEL CAFETERO
En términos generales caldenses, risaraldenses y quindianos, compendian el carácter de la sociedad cafetera de Colombia, cultura que va más allá de una fusión con variados matices de comunidades que han participado en la definición del verde y quebrado territorio: primero como la colonización antioqueña que vino por el norte para mezclarse en el oriente con asentamientos del Tolima Grande y Cundinamarca e incluso del altiplano en la alta cordillera; y segundo con el principal frente de esa colonización que bajó por Manizales para hacer lo propio con poblaciones del Estado Soberano del Cauca, y que fundaron pueblos paisas por el poniente, centro y medio día del Gran Caldas.
Pero las capitales cafeteras, máxima expresión urbana de la proeza colonizadora paisa, pueden ser el referente inequívoco para la tesis de que en el centro occidente colombiano poseemos una cultura donde inciden, además de determinantes de la caucanidad y la antioqueñidad, procesos dialécticos consecuencia de la construcción social e histórica de este territorio, cimentado en la economía cafetera de los primeros setenta años del siglo XX. Otrora el Cauca que abarcaba el fértil valle del Cauca y penetraba hasta Marmato, dominaba el litoral y las selvas del Pacífico, mientras Antioquia se reducía a las montañas más septentrionales de la cordillera Central desde Manizales, y zonas del Magdalena medio, bajo Cauca y Urabá.
En la Colonia, la Nueva Granada se erigía como productor de oro en el mundo, casi todo proveniente de la economía minera del Cauca y Antioquia, una y otra diferenciadas por sus modos de producción social: la caucana soportada fundamentalmente por esclavos africanos y la antioqueña mayoritariamente por el trabajo del minero independiente. Este hecho que gravita en la clase de sociedad que se forjará en cada provincia, también explica diferencias étnicas como la mayor proporción afrodescendiente en el Chocó como apéndice del Cauca, y más mestiza en Antioquia donde la actividad se inicia en regiones bajas como Remedios y llega a las tierras altas de Santa Rosa de Osos.
Aislada por dos siglos en tiempos de la Nueva Granada, Antioquia que se aplicaba a una economía extractiva, donde la agricultura de subsistencia se condicionaba por la ubicación del yacimiento dada la baja productividad de las tierras, o por el dominio del terrateniente, tras el crecimiento demográfico y agotamiento de las minas se generan esos frentes migratorios que pueblan el centro-occidente colombiano.
Después de las guerras civiles que cierran el siglo XIX y de la guerra de los Mil Días, surge un nuevo modelo cafetero de pequeña superficie y alto efecto redistributivo del ingreso, que acentúa y moldea el carácter definitivo del cafetero al crearse una sociedad igualitaria, poseedora de una cultura que se nutre gracias al comercio del café, industria exportadora que le genera excedentes de capital; entre tanto al sur, el Cauca soporta su economía en las grandes haciendas del fértil valle con sus masas de campesinos asalariados y sin tierra, basada en un modelo de servidumbre que culmina tras la implantación de los ingenios azucareros que se plantan para el bloqueo capitalista a la economía de la revolución cubana.
No obstante, a pesar de haberse abatido el espíritu del caucano, primero por el yugo de la esclavitud y luego con el régimen de servidumbre, en la clase media de esta sociedad se forja un carácter librepensador que marca diferencia con la mentalidad sacralizada de la sociedad antioqueña de las primeras décadas de la República, tan proclive al pensamiento conservador. Como evidencia, las guerras de 1860, 1876 y 1885 entre los estados soberanos de Antioquia y Cauca, donde contrastan las ideologías de los actores proclives a imaginarios cristianos o franceses según el bando, cuando esta aldea llamada Manizales funge como teatro de los acontecimientos.
Así entonces, en la cultura cafetera no sólo converge el carácter emprendedor del antioqueñomostrado por Carlos E.Pinzón, sino también la mente abierta del caucano de clase media, quien encuentra en el comercio un espacio de desempeño económico, que no entra en conflicto con los intereses del terrateniente ni del campesino desposeído y agobiado por la gran hacienda.
El espíritu más abierto de ese caucano, de quien Francisco José de Caldas es digno representante, se debe a una apertura cultural muy temprana que no conoce Santafé y menos Antioquia: en Popayán se recibe información proveniente de la Provincia de Panamá adscrita a la Capitanía de Guatemala cuando se explota el oro de Barbacoas, del Virreinato del Perú dado que Popayán depende de Quito, quien a su vez se administra desde Lima, y de la Nueva Granada con quien finalmente se comercia en una época en la que la actividad mercantil a gran escala estaba condicionaba por la Corona a que se hicieran con España.
[Ref: La Patria, Manizales, 2012-06-11] Imagen: temas cafeteros, mostrando a Salamina (Luis Fernando Rodríguez García), el jeppao (Alfonso Espinel Rodríguez) y la arriería (Maestro Juan Ruiz).
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3-2 La sociedad del conocimiento
Ciencia y Tecnología en la sociedad del conocimiento
http://www.bdigital.unal.edu.co/5323/
Resumen:
Desde las disciplinas tradicionales resulta utópico intentar la solución a las profundas problemáticas del mundo actual. Hoy, tanto los procesos de construcción de un territorio dado, como su contexto social, económico y ambiental, resultan más complejos. Requerimos además del diálogo de saberes, del concurso de la propia ciencia y tecnología con sus herramientas para obtener de ellas una aproximación a las posibles soluciones.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Para quienes transitamos por los terrenos de la educación, es evidente que desde las disciplinas tradicionales resulta utópico intentar la solución a las profundas problemáticas del mundo actual y abrir el camino para los procesos de construcción de un futuro sostenible, dos tareas que fueron factibles en tiempos de la revolución industrial de los Siglos XVIII y XIX, y que en tiempos recientes de la sociedad industrial que acabamos de superar, esa que surge cuando el capitalismo industrial supera la fase mercantilista y acaba con el predominio del sector primario, apenas podían enfrentarse con limitado éxito y de forma puntual. Esto porque ahora tanto los procesos de construcción de un territorio dado, como su contexto social, económico y ambiental, resultan más complejos.
Aún más, así en la actualidad encontremos unas ciencias que surgen de la fragmentación o especialización de otras o de la interdisciplinariedad, la teoría y el método de cualquiera de ellas no bastan, puesto que los nuevos planteamientos y caminos para la sociedad contemporánea, no solo deben enfrentar las consecuencias de un desarrollo científico y tecnológico que condiciona el medio ambiente y las relaciones históricas y sociales en que se soporta la estructuración del territorio, sino que exigen además del diálogo de saberes del concurso de la propia ciencia y tecnología con sus herramientas teóricas, metodológicas e instrumentales, para obtener de ellas una aproximación a las posibles soluciones planteadas en forma interdisciplinar y posiblemente transdisciplinar, para luego ser concertadas entre los actores sociales comprometidos con dichos procesos.
Resulta fácil imaginar los cambios para la humanidad que se dieron en el Neolítico como consecuencia del conocimiento y uso de la agricultura y la ganadería, e igualmente sabemos que después de ese período el mayor conjunto de transformaciones sociales, económicas y culturales de la historia se produce durante la Revolución Industrial, cuando la economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por la máquina, y cuando el uso de los combustibles fósiles como nuevas fuentes energéticas sumado al creciente desarrollo de los medios de transporte, impulsan la expansión del comercio.
Pero en el contexto de Colombia, admitiendo las asimetrías del desarrollo económico y cultural entre regiones y comunidades, esta tarea exige tener más a la mano la información que se demanda sobre el territorio en el proceso de su planificación y ordenamiento, y que en parte puede accederse en Internet, pero sin la cual no puede configurarse la línea base de diagnóstico y construir y desarrollar el conocimiento en sí, dado que “conocer” supone procesar información para crear estructuras e imágenes que modelen una situación, y a partir de esa conceptualización ideal de la realidad objeto de estudio, proceder a reflexionar desde cada disciplina, construir visiones integrales y proponer alternativas de cambio para satisfacer la demanda social del caso.
Si centramos la atención en los medios urbanos y suburbanos de Colombia, tras la reestructuración que sufre nuestra sociedad al estar evolucionado desde una economía basada en la industria a otra soportada en los servicios, empezamos a advertir los límites del desarrollo y consumismo que surgen de la fragilidad del medio por los daños ambientales de la contaminación del suelo y del agua, la destrucción de la biodiversidad y el incremento en la frecuencia e intensidad de los desastres, consecuencia de las prácticas productivas y de la falta de adaptación a la creciente amenaza del calentamiento global; como también al ver los impactos de los profundos cambios en la sociedad colombiana derivados de globalización y la privatización, donde la corrupción, la fragmentación social, la pobreza y la violencia resultan crónicas dadas las deficiencias en las políticas públicas, donde urge priorizar el desarrollo humano sobre el crecimiento económico y atender las previsiones ambientales.
Si queremos entrar a la modernidad, habrá que derrotar los procesos de pauperización, resolver la fragmentación social acentuada por la complejidad de la lucha de clases, prevenir el desmejoramiento de las condiciones laborales, corregir las prácticas abusivas de la desinformación deliberada para la población y prevenir los procesos de desinstitucionalización, además de poner fin a la preeminencia del capital sobre la educación, la salud, los servicios públicos, las instituciones científicas y los derechos civiles; en fin, habrá que hacer todo lo que implique formar en valores, humanizar la economía, fortalecer el Estado y empoderar a la sociedad civil, para dar paso a una cultura de respeto por las personas y por el medio ambiente.
Circular RAC 634. OAM, http://oam.manizales.unal.edu.co Imagen: Imagen: wizardteam.a4.c
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3-2 La educación
Un nuevo modelo educativo http://www.bdigital.unal.edu.co/9466/
Resumen:
El bajo nivel educativo de la medida, va más allá de la baja calidad de la educación: se relaciona con un modelo educativo desmotivante y anacrónico, pensado para la sociedad industrial de ayer, que al privilegiar solamente las matemáticas, la ciencia y el lenguaje, no desarrolla el talento humano para esta época, y para esta sociedad que es la de protagonismo del saber o del conocimiento.
UN NUEVO MODELO EDUCATIVO
Bajo rendimiento escolar, preadolescentes embarazadas, niños iniciados en el consumo de estupefacientes… No es difícil advertir en tantas señales de desesperanza, la problemática de la educación asociada a la influencia curricular y extracurricular, y familiar, ligada al contexto educativo y social, a través del debilitamiento y pérdida de valores de convivencia, solidaridad y diálogo entre actores. Por doquier, la insatisfacción, desmotivación e indisciplina de nuestros jóvenes, es la consecuencia de una profunda crisis en la educación básica, tanto en primaria como en secundaria, que se expresa en las fallas en la vigilancia y control social del entorno escolar y se traducen en conflictos entre actores, con menoscabo de la autoridad.
Se ha advertido el bajo nivel educativo de nuestros educandos en la medida, calificando el alcance deficitario de los objetivos pedagógicos respecto de las capacidades intelectuales de nuestros jóvenes, sin precisar que el asunto va más allá de la baja calidad de la educación, y sin advertir que urge reformar el actual modelo educativo por resultar anacrónico y aburrido, al estar pensado para la sociedad industrial de ayer y no para la sociedad del conocimiento: el tipo de educación debería responder a esta sociedad donde la estructura del empleo ha cambiado. De ahí la necesidad de una educación que se decida por formar en el ser antes que en el tener, y que priorice además de ciencias, lenguaje y matemáticas, las humanidades, el arte, la música, la cultura y la formación del cuerpo, para que el nuevo modelo logre desarrollar el talento humano.
El origen de las contradicciones de nuestra educación, muestra la pluricausalidad de la problemática escolar, ya que en los conflictos inciden factores etiológicos personales, familiares, escolares y sociales. Aunque estos pueden surgir, entre otros, de creencias, valores, intereses o deseos; o de la personalidad del alumno o de las normas internas de la escuela, también pueden asociarse a las señales que la sociedad ofrece en términos de alternativas y modelos de vida, tras desestructurar sus normas e instituciones. De ahí la importancia de un ambiente cultural educativo con intercolegiados de ciencia, teatro, deporte…; de un aula que se extienda al teatro, la cancha, el museo y el jardín botánico.
Pese a esa complejidad y a que efectivamente, cuando se reconocen y aceptan los conflictos sin distorsión de su percepción, se facilita su solución y obtienen beneficios asociados a la superación de la crisis correspondiente, a partir de políticas públicas y acciones concertadas e interinstitucionales de mayor envergadura, puede incrementarse el nivel de resiliencia del sistema educativo en su conjunto, para enfrenar el extenso escenario de factores que afectan al alumno: capacidades intelectuales, características sicológicas y afectivas, nivel económico, entorno familiar y sociocultural, relaciones sociales, métodos de enseñanza, currículo y recursos escolares.
A modo de ejemplo: en la administración del periodo 2004-2007, el Programa “Medellín Transparente” sumó a los $150 mil millones anuales del Situado Fiscal que la nación le aportó para la educación, recursos provenientes de las Empresas Públicas de Medellín por $420 mil millones al año, destinados a mejorar la educación básica pública desde el preescolar hasta la secundaria, lo que finalmente le permitió a la capital antioqueña transformar plantas físicas escolares, que eran “galpones” en edificios dignos con suficiente dotación, además de ofrecer servicios de restaurante escolar los siete días de la semana a los niños pobres, efectuar el pago oportuno y ofrecer novedosos programas de capacitación para docentes, implementar servicios médicos, odontológicos y sociales para los infantes, y conformar grupos de apoyo y gestión escolar participativa…
Y ahora, cuando se informa que el programa “Antioquia la más educada”, destinará la histórica cifra de cuatro billones de pesos, al mejoramiento y cobertura de la educación en el vecino departamento, las preguntas son: ¿en qué va el pacto por la educación en Manizales?; ¿qué explica una brecha del 30% en indicadores de calidad, cobertura y otras variables entre instituciones de educación básica privadas y públicas de nuestra ciudad?; ¿qué nos espera si el 60% de los escolares de la educación públicas que son el 80% en la ciudad, reprueban en las Pruebas Saber?; y ¿por qué estamos satisfechos el 87% de los Manizaleños con esta educación?
[Ref: La Patria, Manizales, 2013-06-10] Imagen, Museo Interactivo de la Ciencia y el Juego, Samoga.
http://samoga.manizales.unal.edu.co
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3-3 La cultura
La identidad del territorio caldense http://www.bdigital.unal.edu.co/9599/
Resumen:
Caldas requiere del desarrollo de una identidad cultural y de proyectos de C&T para cerrar la brecha de productividad entre su capital y la provincia, además de priorizar la formación del capital social sobre el crecimiento económico y emprender estrategias y acciones ambientales sostenibles para su territorio.
LA IDENTIDAD DEL TERRITORIO CALDENSE
Caldas, urge del desarrollo de una identidad cultural orientada a la construcción de sinergias territoriales, y de proyectos de ciencia y tecnología articulados a un modelo educativo profundo, para cerrar la brecha de productividad entre su capital donde se concentra el PIB caldense, y la provincia donde pobreza y falta de oportunidades contrastan con su potencial natural y cultural, aún inexplorado e inutilizado.
Debemos fortalecer y valorar el carácter heterogéneo de nuestro territorio, que emulando la cosmogonía Aristotélica lo constituyen cuatro escenarios: por el “elemento tierra” el occidente minero con sus raíces indígenas y afrodescendientes, cuya historia se remonta a la provincia del Cauca; por el “elemento agua” el oriente caldense, que se expresa en el potencial de la navegación del Magdalena y recursos hidroenergéticos en La Miel y el Samaná; por el “elemento fuego” la alta cordillera de fértiles tierras, recursos geotérmicos y ecosistemas de páramos, con sus volcanes de la Mesa de Herveo; y por el “elemento aire” el aroma del café por los dos corredores de la colonización antioqueña, establecidos por sendos flancos cordilleranos.
Primero, respecto a la subregión del “elemento tierra” cuyos referentes culturales fundamentales como la cultura Umbra y el aporte de comunidades de mineros afrodescendientes a la caldensidad, parten de la Colonia cuando la Nueva Granada producía el 70% del oro del mundo y Quiebralomo era la primera mina del orbe, se debería rescatar a Marmato previniendo el traslado de su cabecera en respuesta a las políticas mineras, y aprovechar los 9,8 millones de onzas de oro de sus entrañas, implementando una minería integral con desarrollos artesanales del preciado metal, en lugar de permitir un enclave minero que arrase el poblado y la montaña, y desestructure dicho territorio mediante una actividad extractiva sin valor agregado.
Segundo, en la tierra del “elemento agua” donde los íconos son la navegación del río, subiendas, ranchos de hamacas y la Botánica de Mutis, poseemos un potencial energético cercano a dos millones de kilovatios, cuyas regalías contribuirían a la viabilidad de los municipios cordilleranos del naciente caldense, y la posibilidad de una reducción significativa de costos del transporte hacia y desde el Caribe por el Magdalena, dos factores que harían viables varias industrias químicas de base minera contempladas en el respectivo plan sectorial de Caldas 2006-2016, gracias a un trascendental estudio de Gabriel Poveda Ramos que contiene perfiles de proyectos donde las materias primas provendrían de yacimientos cercanos de carbón, calizas, sal y arenas silíceas.
Tercero, el ecosistema del “elemento fuego” en la alta cordillera de feraces suelos y paisajes de nieves y volcanes, donde los símbolos de la identidad son empalizados, cóndores, frailejones, la ruana de Marulanda, el sombrero aguadeño y el pasillo; allí la primacía debe ser cuidar el agua como fuente de vida y el frágil ecosistema de humedales y páramo, y atender la amenaza volcánica como determinante, pues de sur a norte aparecen Santa Isabel, Ruiz, Cerro Bravo y Romeral.
Y cuarto, para el “elemento aire” en la tierra del café, donde el Paisaje Cultural Cafetero realzando el bahareque de guadua, cultivos diversificados con sombrío y la música de carrilera, obliga a replantear un modelo de producción soportado en agroquímicos y monocultivos que expresa en sumo grado el deterioro de los términos de intercambio, consecuencia de haber reprimarizado la producción, olvidando la transformación y el comercio del café colombiano.
Al revisar los grandes desafíos de la época, además de priorizar la formación del capital social sobre el crecimiento económico, urge recuperar cuencas hidrográficas para preservar agua y biodiversidad; prevenir el aislamiento de Manizales; conurbar la subregión Centro Sur con Pereira; gestionar acertadamente proyectos como Aerocafé, Miel II, la Transversal Cafetera y la navegación del Magdalena; extender las acciones del Paisaje Cultural Cafetero a Aguadas, Salamina y Manzanares; desarrollar las TIC y el transporte rural en Caldas; resarcir pueblos coloniales de secular mísera “sembrados” en oro como Marmato, Riosucio, Supía y Anserma; desarrollar estrategias para que el Oriente caldense aproveche el potencial industrial derivado del recurso minero-energético y la multimodalidad en el puerto doradense, además de desarrollar las opciones agropecuarias del valle magdalenense, de la alta cordillera y de la zona cafetera.
http://galeon.com/cts-economia [Ref: La Patria, Manizales, 2013-07-08] Imagen: Mosaico con créditos en cada imagen.
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3-4 El empleo
Rieles para el empleo cafetero
http://www.bdigital.unal.edu.co/3558/
Resumen:
Uno de los temas preocupantes del Eje Cafetero, se relaciona con el problema del paro. Centraré la atención en los tres sectores de la economía regional, para intentar mostrar cómo las causas que lo explican no son coyunturales y por lo tanto las medidas requeridas deben ser estructurales. Por ejemplo, las causas estructurales del desempleo se relacionan con una nueva sociedad en la que el avance tecnológico ha modificado la estructura del empleo.
RIELES PARA EL EMPLEO CAFETERO
Uno de los temas preocupantes del Eje Cafetero, se relaciona con el problema del paro, expresión con la cual no me refiero a una declaratoria de brazos caídos, sino a esa desocupación o desempleo estructural donde por años mantenemos las mayores tasas del orden nacional. En consecuencia, centraré la atención en esa variable del desarrollo separando los tres sectores de la economía regional, para intentar mostrar cómo en materia laboral la situación de las capitales cafeteras de Colombia, es más grave y preocupante de lo que podríamos estimar, al encontrar que las causas que lo explican no son coyunturales y por lo tanto las medidas que lo enfrentan no resultan estructurales.
En primer lugar, veamos nuestro sector primario donde hay algo más que café: en él se involucra la producción de materias primas fundamentalmente provenientes del agro, dado que no somos potencia pesquera ni minera. Para calificar su situación solo basta señalar que más del 60% del Producto Interno Bruto PIB regional, se concentra en Manizales, Pereira y Armenia, por lo que la profunda brecha con los escenarios rurales de la ecorregión muestra que las fértiles tierras del Magdalena, de la alta cordillera, del valle de la Vieja y el Risaralda y de la zona cafetera propiamente dicha que empieza en Neira y avanza hasta el norte del Valle, no gravitan y por lo tanto están en condiciones económicas absolutamente lamentables. Todo empieza porque nuestra actividad agropecuaria nunca ha incorporado políticas de ciencia y tecnología, y en consecuencia porque el conocimiento como factor de producción no entra a combinarse al lado de la tierra, el trabajo y el capital. Aún más, nuestros campesinos con solo cuatro años de educación básica en promedio y la grave problemática del transporte rural, no hacen viable la incorporación de los desarrollos tecnológicos necesarios para elevar sustancialmente la baja productividad rural.
En segundo lugar, examinemos someramente nuestro sector secundario cuyas actividades por regla general se ubican de cara a los escenarios urbanos, dado que es allí donde se transforman las materias primas. Si en el anterior punto señalábamos la condición menos desfavorable de nuestras capitales con relación al campo, de conformidad con la proporción del PIB regional, la real situación de nuestras fuerzas productivas industriales es la de su grave obsolescencia aún por resolverse para lograr subsistir en un proceso de desindustrialización que no ha concluido. Aún más, la industria del Eje Cafetero no solo es mediterránea y urge su reconversión, sino que permanece aislada a pesar de su posición estratégica en el triángulo económico de Colombia, dada la carencia de medios de infraestructura del transporte que la articulen a corredores logísticos supra-regionales por agua, mar y tierra.
En la problemática de paro laboral también gravitan otros factores, como el cambio del modelo de producción modificando la estructura del empleo en virtud del desarrollo tecnológico: conforme las industrias van siendo menos intensivas en mano de obra, las competencias laborales otrora dependientes de fuerza muscular y habilidades manuales, pasan a demandarle altas competencias intelectuales y sociales a una población urbana cuyo nivel de escolaridad media de apenas 10 años, no llega al ciclo profesional o tecnológico donde se desarrolla la capacidad laboral y empresarial.
Y como tercer punto, sondeemos el sector terciario, constituido por las actividades en las cuales entran la venta de bienes y servicios. Si bien es cierto que la producción artesanal y rural se ha desdibujado para privilegiar su industrialización, también la evolución en el sector de servicios empieza a mostrarse con la aparición de las grandes superficies de mercado, tales como Makro o Carrefour en Pereira y el Éxito o el futuro Home Center en Manizales.
Estas nuevas opciones de mercado nos acercan a la modernidad en la misma proporción en la que desmantelan procesos económicos de pequeña escala en la economía local, dado que recurren a proveedores con ofertas a gran escala, para abastecer varias capitales en las cuales tienen sucursales. Manteniendo las proporciones, resulta para ellos tan irracional depender del suministro de un pequeño productor, como resulta imposible para un tendero absorber la producción de una de nuestras centrales lecheras.
En conclusión, más allá de las medidas típicas para resolver el paro en la ecorregión cafetera haciendo uso de las fórmulas de la teoría del modelo económico neoliberal, o con inversiones públicas sociales, sin mitigar el déficit de calidad y cantidad de educación no marchará la locomotora del empleo cafetero así logremos destrabar la movilidad rural y urbana, y reconvertir nuestra obsoleta industria: a partir del analfabetismo funcional no se podrán implementar las políticas de ciencia y tecnología necesarias para resolver la brecha de productividad rural que explica la pobreza y el paro rural, e impulsar el emprendimiento empresarial requerido para enfrentar con éxito la desocupación urbana.
[Ref: La Patria, Manizales 2011.05.09] Imagen, Tasas de desempleo en el mundo Fuente: CIA World Factbook (edición 2005) https://upload.wikimedia.org
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3-5 La competitividad
Plan de CTeI y TIC en Caldas
http://www.bdigital.unal.edu.co/9083/
Resumen:
El avance del Plan de CT&I para Caldas, presentado en 2013, es el inicio de un proceso continuo de discusión para consolidar un instrumento que debe apropiarse por la comunidad académica, útil para construir un territorio de paz y con identidad, donde la Cultura, la Ciencia y la Tecnología permitirán abatir la brecha de productividad entre la capital caldense y la provincia, y resolver el tema del desempleo urbano y rural, entre otros aspectos propios del desarrollo.
PLAN DE CTEI Y TIC EN CALDAS
Entrega nuestro Gobernador al Consejo Departamental de Ciencia Tecnología e Innovación CODECTI, a través de su Secretaría de Desarrollo Económico, importantes avances del Plan de CT&I para Caldas, proceso aún por discutir y consensuar para que se apropie primero por los actores académicos de nuestro entorno. Al respecto, para abatir la brecha de productividad entre la capital caldense y la provincia, y resolver el tema del desempleo urbano y rural en tiempos de la globalización de la economía y del protagonismo del saber, habrá que priorizar la formación de capital social sobre el crecimiento económico, e imbricar la C&T con los saberes ancestrales y populares para aprovechar de forma sostenible el potencial ambiental y cultural de esta frágil ecorregión biodiversa y pluricultural, urgida de una segunda expedición botánica y de una misión corográfica para el levantamiento en detalle de las subregiones, como también del reconocimiento de sus productores artesanales y rurales.
Un primer paso se ha dado en Manizales, cuando la sociedad civil con su voto favorable a la educación, da un mandato a la autoridad municipal en el marco del plan estratégico de ciudad “estoy con Manizales”, así la percepción sobre la calidad de la educación que se imparte sea satisfactoria para el 87% de la población, pues los porcentajes medidos de estudiantes que no alcanzan el nivel satisfactorio en matemáticas y en lenguaje, llega a un 55% en promedio. Y un segundo paso, con la expansión de la fibra óptica que va llegando a cada rincón de la geografía caldense, gracias al aporte del nuevo Ministerio de las TIC y al liderazgo del gobierno departamental. Dichos elementos merecen consideración al trazar las prioridades de investigación y desarrollo tecnológico de Caldas, dados el cambio en la estructura del empleo y la pobreza rural, para aprovechar las opciones de producción de bienes y servicios en tiempos de la actual sociedad del conocimiento, y de la globalización de la economía y la cultura con la tecnología digital como su primer protagonista.
Al respecto, mientras en esta ciudad donde el empleo generado por los “call center” estaría superando la cuantía del industrial que se estima en cerca de 9000 personas, se acaba de inaugurar un segundo centro digital en un centro educativo de un barrio popular.
Seguramente, alfabetizar a la población en el mundo digital y el dominio del inglés, permitirá desarrollar competencias profesionales para elevar el impacto laboral de los “call center” a un segundo plano de desarrollo, expandiendo la oferta de servicios calificados de los manizaleños, mientras que para el conjunto de los caldenses se generarán oportunidades de ocupación, incluso desde la provincia, si se prepara su población para acceder a un mercado laboral donde día a día las empresas basan su desarrollo en la adaptación a nuevas formas de trabajo en red y los negocios a distancia.
Pero el actual modelo educativo concebido para la sociedad industrial de ayer, donde se priorizan la ciencia, las matemáticas y el lenguaje, tendrá que desarrollarse el talento humano mirando la cultura y el arte, además de abordarse el rol de las nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje, para implementar novedosos procesos pedagógicos con los medios y recursos tecnológicos que ofrecen las TIC, y lograr desarrollos más eficientes, integrales y económicos.
El nuevo Plan que avanza en el CODECTI con notable liderazgo del ejecutivo departamental, que reconoce además de iniciativas como el Centro de Bioinformática y Biología Computacional a nombre del Alianza SUMA y apoyado por el Mintic, Colciencias, Microsoft Corporation, y de procesos como la Escuela Activa Urbana que lidera la Fundación Lúker y la Escuela Nueva impulsada por el Comité de Cafeteros de Caldas, contempla iniciativas que merecen reformularse como el Proyecto Arcano de alto valor estratégico para el desarrollo de las subregiones caldenses. En el documento, que define las características y demandas más relevantes de las seis subregiones caldenses, se presenta un instrumento para trazar estrategias y temas prioritarios en CT&I desde el CODECTI, donde se pondera sector por sector la capacidad científica de Caldas atendiendo diversos criterios: allí aparecen señaladas las TIC, la biodiversidad y los recursos mineros flaqueando frente a las mayores capacidades académicas y científicas en ciencias agropecuarias y en temas del hábitat, cuyas mayores fortalezas no sorprenden, gracias a desarrollos notables como los de Cenicafé, Corpocaldas, la OMPAD, la UDEGER y las Universidades. Hoy contamos con 19 grupos calificados por Colciencias en niveles A1 y A.
Queda entonces como tarea la generación sistemática y continua de un conocimiento que privilegie los intereses de la Caldas, donde ciencia, tecnología y cultura se articulen como factor de producción al lado del trabajo, la tierra y el capital, para lograr procesos participativos endógenos, en una apuesta nuestra de construcción de región.
[Ref: La Patria, Manizales, 2013-01-21]
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3-6 El potencial cultural y natural
Economía verde y economía del conocimiento
http://www.bdigital.unal.edu.co/11443/
Resumen:
Una opción sin precedentes para la ecorregión cafetera, es la creación de sinergias entre economía verde y economía del conocimiento, para desarrollar ventajas competitivas a partir del medio tropical andino biodiverso y del carácter triétnico de su población, desde las instituciones científicas e importantes universidades que hacen presencia en este territorio conurbado.
ECONOMÍA VERDE Y ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
Aunque un siglo atrás el meridiano económico de Colombia pasaba por el Eje Cafetero, hoy, cuando padecemos una crisis que se explica por no haber incursionado en la transformación y mercadeo de la rubiácea, y quedar solo aplicados al desarrollo de una eficiente caficultura cuyos beneficios capitalizan las multinacionales que controlan el negocio del producto símbolo de nuestra economía, para salir de la actual crisis podríamos intentar acciones y estrategias de desarrollo a partir de acuerdos regionales, si aprovechamos las ventajas naturales y culturales del medio biogeográfico, articulando y reorientando las fortalezas académicas y culturales en la ecorregión cafetera para construir sinergias en el escenario de dos nuevas tendencias globales: la de la sociedad del conocimiento, que emerge conforme palidece la sociedad industrial de ayer, y la del surgimiento de una economía verde asociada a la biomasa, que llevará gradualmente al declive la economía de los combustibles fósiles causantes del calentamiento global.
Evidentemente, las materias primas biológicas, antes que comercializarlas en bruto, deberán ser transformadas por nosotros mismos empleando las capacidades locales para desarrollar plataformas tecnológicas complejas basadas en la bioingeniería, propiciando un desarrollo autóctono que debe empezar por la transformación del café colombiano, tal cual lo hacemos ahora en la planta de café liofilizado en Chinchiná. A modo de reflexión, mientras promovíamos en tiempos de Lucho Herrera con la camiseta tricolor nuestro café pergamino, un producto que no aparecía en los supermercados, países no productores tomaban ventaja transformado y comercializando el café venido de nuestros países: hoy aparecen como primer productor de café soluble en el mundo Alemania, y como el más notable por los cafés exquisitos de variados y reconocidos sabores, Italia.
Pero podemos integrar la economía verde y la economía del conocimiento, primero porque en cuanto al medio biótico, contamos con 38 cuencas pertenecientes al medio tropical andino biodiverso, que en medio de zonas de reserva como los parques naturales nacionales de los Nevados, Tatamá y Bosque de Florencia, ecosistemas acuáticos y de páramo, bosques alto andinos húmedos y secos, y manchones de guaduales, aunque fuertemente fragmentados pueden ser complemento de estrategias de conservación y desarrollo sostenible. Y segundo, dado que en lo cultural, además de la herencia asociada al carácter triétnico del territorio, gracias a la conurbación del Eje Cafetero hacen presencia instituciones como Cenicafé, importantes universidades públicas como la U.N. sede Manizales, U. de Caldas, U. Tecnológica de Pereira, U. del Quindío y U. del Tolima, y otras instituciones privadas de educación superior donde existen programas clave para incursionar en el terreno de la biotecnología, aplicada a procesos industriales, médicos, agrícolas o ambientales.
Esta tarea no resulta fácil, por dos razones: en lo interno, por dificultades humanas no solo para articular esfuerzos entre sectores productivos, académicos y gubernamentales, sino y sobre todo entre grupos de trabajo académico aplicados a la investigación, que perteneciendo a una misma institución o a la misma ciudad, no comparten recursos complementarios, sin pensar que desatender las demandas sociales en materia de desarrollo conduce a una postura ética cuestionable por tratarse del uso de recursos públicos. Y en lo externo, por el colonialismo que se ejerce a través de las fuerzas del mercado por poderosas multinacionales que están invirtiendo en nuevas plataformas tecnológicas para transformar la biomasa, afectando derechos y culturas de comunidades vulnerables del planeta, caso Monsanto, Wal-Mart, Solazyme, Evolva SA, Amyris y otras, tal cual lo señala el Grupo ETC en múltiples documentos publicados en www.etcgroup.org
Además del Paisaje Cultural Cafetero, que es una propuesta verde, entre otras para el Eje Cafetero, he creído en el desarrollo de la química del carbono en el campo de los alcoholes, complementando los enfoques de Santander en la UIS y Ecopetrol aplicados a la petroquímica, y de las universidades de Antioquia a la química del carbón mineral. En el marco de esa idea la Universidad Nacional presentó un portafolio de proyectos a la Industria Licorera de Caldas (2012), para abordar su reconversión empresarial y tecnológica, con estrategias como transformar productos de la región, por ejemplo la papa en vodka, y avanzar más allá de los licores, dado que en la química de los alcoholes las opciones pasan por biocombustibles, sucroquímica, alimentos, medicamentos y productos industriales.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2013.12.30] Imagen: Colombia Biodiversa Mincultura.gov.co & Samoga Unal.edu.co
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3-7 La sociedad civil
El civismo del siglo XXI
http://www.bdigital.unal.edu.co/4694/
Resumen:
El civismo del siglo XXI debe reflexionar y actuar para enfrentar las problemáticas sociales, ambientales y económicas del territorio, un escenario donde las relaciones entre los actores sociales en estos tiempos de la sociedad del conocimiento, se dará cada vez más bajo el imperio de la razón y los argumentos, y no del consenso coactivo.
EL CIVISMO DEL SIGLO XXI
Cuando se aproxima el centenario de la Sociedad de Mejoras Públicas SMP de Manizales, amerita hablar del civismo del Siglo XXI. Creada en 1912, son muchos sus aportes para el progreso de la ciudad, a pesar de los avatares generacionales que ha tenido esta ONG, cuya historia la han escrito ciudadanos adultos, libres y de buenas costumbres que, con abnegación y entusiasmo nos trazaron la ruta a quienes nos mantenemos dispuestos a actuar cívicamente en defensa de la cuidad y su gente, y donde las propuestas mínimas han estado asociadas con la “buena educación” otrora aprendida de la mano de Carreño, y a los “asuntos del ornato” en una ciudad tristemente encementada y fragmentada, dado que para superar sus flaquezas igualmente se han tenido acciones verdaderamente fundamentales en todos los tiempos.
Y lo decimos así, porque los haberes de la Benemérita muestran obras e iniciativas tan portentosas como la Catedral de Manizales y el fundamental apoyo institucional para el surgimiento de la primera universidad pública del centro occidente de Colombia; la primera como símbolo del progreso de Manizales con el liderazgo del Padre Adolfo Hoyos Ocampo, verdadero líder, hacedor, y acicate del espíritu cívico de los Manizaleños por abanderar las mejores causas de su época al servicio de la comunidad, y la segunda al apoyar la creación de la Universidad Nacional (1948) y la de Caldas (1949) en el marco del proyecto de la Universidad Popular que impulsaban para la época las fuerzas vivas de la región, donde se contemplaban programas de interés para la naciente industria, el campo, la educación y la cultura.
Pero para el presente de Manizales, las épocas han cambiado: ya no son los de la sociedad industrial soportada en el modelo de sustitución de importaciones, ni de la democracia representativa y el Estado planificador, solidario y empleador, que subsidiaba la educación y la salud públicas, y ejercía el control de precios para favorecer al consumidor; todo esto consecuencia del modelo keynesiano implementado tras la recesión de 1929, hecho de la economía global que marcara el final de una década de gloria cuando el meridiano económico de Colombia cruzó por Manizales, gracias al café como motor de la floreciente economía nacional.
Entonces, han cambiado las cosas, porque tras una estanflación que parte de la crisis energética de 1974, y para la cual la escuela de Chicago centra el problema de la economía mundial en la oferta, se implementa el modelo neoliberal que lleva a la apertura económica y a la reforma del Estado y la Constitución colombiana, para viabilizar el desmonte y privatización de las empresas oficiales, entregar la salud y la educación a las fuerzas del mercado, y trasladar los impuestos al consumidor ya castigado por la libertad de precios; hoy son los tiempos de la democracia participativa y del apoyo a los sindicatos de industria, cuando las dinámicas de la globalización que terminan por inducir el proceso de desindustrialización obligan a la reprimarización de la economía colombiana, para financiar el desarrollo a costa de los recursos naturales.
En este nuevo contexto la SMP de Manizales se propone actuar, consciente de que el civismo del siglo XXI debe reflexionar y actuar para enfrentar las problemáticas sociales, ambientales y económicas del territorio, un escenario con el que se dialoga para lograr su construcción colectiva mediante procesos que no permiten reducir la misión institucional a la “buena educación” y a los “asuntos del ornato”, bajo el entendido de que las relaciones entre los actores sociales en estos tiempos de la sociedad del conocimiento, se dará cada vez más bajo el imperio de la razón y los argumentos, y no del consenso coactivo. Y debe hacerlo bajo las nuevas y difíciles circunstancias, para rescatar lo local y señalar los deberes ciudadanos, a pesar de la globalización de la economía y la cultura, dado que el modelo laboral se ha hecho duro, la economía se ha deshumanizado y el medio ambiente está amenazado por las fuerzas del mercado.
Si los países desarrollados enfrentan ahora el reto de ser cosmopolitas y afianzar la igualdad de derechos y libertades, frente a la exclusión de ciudadanos extranjeros procedentes de corrientes migratorias alimentadas desde otros países y culturas so pena de no asegurar la convivencia, en estos países en vía de desarrollo tenemos otro reto posiblemente mayor, como lo es el de afrontar la inequidad y la pobreza, en especial la primera dado que no sólo responde a factores más profundos como la concentración de la riqueza y un modelo económico equivocado de crecimiento sin desarrollo, sino porque se traduce en desigualdad entre clases sociales, y en que los pobres urbanos rayen en la miseria y las comunidades rurales subsistan en condiciones cada vez más lamentables.
[Ref: La Patria, Manizales, 2011-09-26] Imagen en: http://samoga.manizales.unal.edu.co
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3-8 Cargas y beneficios
Plusvalía urbana para viabilizar el POT de Manizales
http://www.bdigital.unal.edu.co/53584/
Resumen:
Aunque existen instrumentos para una distribución equitativa de cargas y beneficios como la valorización y la compensación, hoy las ciudades modernas están aplicando un instrumento de gestión más efectivo como lo es la Plusvalía urbana. Si queremos una opción para financiar un desarrollo urbano equitativo, es hora de aplicar dicha obligación fiscal por ser un instrumento más serio de financiación un POT, ya que según los expertos recuperar la Plusvalía urbana además de resultar legítimo es también un asunto perentorio.
PLUSVALÍA URBANA PARA VIABILIZAR EL POT DE MANIZALES
La Plusvalía urbana es el instrumento moderno de aplicar cargas y beneficios para financiar el POT:
• Pros y contras de la Plusvalía urbana calculada, no por la vía del precio, sino por la del cambio de valor del suelo urbano, o Pros y Contras del modelo de Cargas y Beneficios por otra vía, cuando la valorización no hace viable un desarrollo de la ciudad con equidad, sin los conflictos del modelo de ocupación del territorio incentivados por las dinámicas del mercado.
• Aunque existen instrumentos como la valorización y la compensación, hoy las ciudades modernas, caso Curitiba (Brasil), están aplicando el instrumento de gestión de la Plusvalía urbana, existente en Colombia donde se contempla por la Ley 388 de 1997.
• Es hora de dejar a un lado la valorización, para aplicar un instrumento más serio de financiación de un POT, como lo es la Plusvalía urbana, que es una obligación fiscal (no tributaria). Según Samuel Jaramillo, Víctor M. Moncayo C. y Óscar A. Alfonso R, la participación del Estado en las Plusvalías urbanas, además de resultar legítima es también perentoria.
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La Plusvalía urbana asegura la función social del suelo urbano regulando el mercado:
• Se entiende por “Plusvalía urbana” el incremento en el valor del suelo producto de una acción estatal relacionado con las obras públicas y sus mejoras, o por un cambio normativo en las decisiones estatales asociado al uso del suelo, pero no por un mayor valor derivado de la propia cosa o de la actividad individual del propietario.
• En el caso de las plusvalías es importante diferenciar al menos dos de las escuelas teóricas en su conceptualización: una de origen marxista, fundamentada en la teoría del valor- trabajo, y esta de origen keynesiano, desarrollada a profundidad en Colombia por el profesor Currie, la cual inspiró la Ley 388 de 1997.
• El cobro de dicha Plusvalía urbana por parte del Estado, hace prevalecer el interés colectivo sobre tales valores añadidos al patrimonio por encima del derecho individual de propiedad y de las distorsiones del mercado.
• Según la Ley dicho impuesto se deberá destinar a “distribuir y sufragar equitativamente los costos del desarrollo urbano, así como al mejoramiento del espacio público y, en general, de la calidad urbanística del territorio municipal o distrital”.
• La vía del valor y no del precio, para el cálculo correcto de la Plusvalía urbana previene la desnaturalización del impuesto, dado que en el segundo caso los precios se desvirtúan por efectos de la especulación y eventuales burbujas inmobiliarias.
• La Plusvalía urbana como control a la especulación que distorsiona los precios de la tierra, disciplina el mercado y facilita la gestión del suelo urbano. La actividad especulativa desnaturaliza la función social del suelo al obstruir su gestión actuando sobre el mercado y no con el mercado.
• Ojalá la aplicación y cobro de la Plusvalía urbana se lleve a cabo con buen criterio y equilibrio, para no desvirtuar esta moderna herramienta de financiamiento del desarrollo urbano, fundamental para lograr los recursos públicos que demandan los procesos de desarrollo urbano encaminados a lograr la equidad en la inversión en infraestructura social y productiva, con enfoque de justicia social.
• Manizales requiere de este valioso instrumento para fortalecer sus ingresos corrientes provienen de impuestos como el predial, vehículos, sobre tasa a la gasolina, industria y comercio, o de las transferencias de la nación a través del sistema general de participación y regalías, y de otras rentas, como rendimientos de capital o utilidades de sus empresas.
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Si la intención es construir “la ciudad sostenible“, …La Plusvalía urbana es la clave
• Mientras en Bogotá las cuantías establecidas se incrementaron del 30% al 50% desde 2006 y en Pereira se viene aplicando mediante el Acuerdo No. 65 de 2004, en Manizales fracasó la implementación de este instrumento que regularía la especulación del suelo, cuando en 2015 solamente se proponía una cuantía del 30%, igual a la que se aplica en Medellín desde abril de 2013.
• El argumento, los agentes del mercado inmobiliario han pactado el pago de cargas por otra vía que no es la de la Plusvalía urbana como compensación por los beneficios que se derivan de los procesos de expansión de las obras públicas, relacionados con la infraestructura urbana: red vial y de SSPP, y nuevos equipamientos, entre otras.
• Si bien la viabilidad de un modelo urbano sostenible depende del desarrollo de instrumentos que propendan por una distribución equitativa de cargas y beneficios, ésta fórmula no descarta el cobro de la Plusvalía urbana como un impuesto directo que permite prevenir los procesos especulativos que distorsionan el modelo de ocupación del territorio.
• Son los rendimientos urbanísticos – índices de construcción, ocupación, edificabilidad y aprovechamiento del suelo-, la clave del urbanismo económico al servir de base para gravar las Plusvalías urbanas.
• Sabemos que dicho pago para el caso de los urbanizadores, al eximir del pago de la plusvalía a otros propietarios, priva al municipio de ingresos necesarios para asumir obras complementarias para el desarrollo social relacionadas con las nuevas dinámicas urbanas, que no resultan viables por la vía de la valorización en las zonas urbanas de los estratos populares de la ciudad.
• Como ciudadanos estamos obligados a blindar la democracia, para que la inversión pública y las decisiones sobre el uso del suelo tradicionalmente orientadas por la lógica del mercado, consideren darle mayor importancia a la gente y al medio ambiente al implementar este impuesto como mecanismo de distribución equitativa de cargas y beneficios, y no otra fórmula para evitar la apropiación de la Plusvalía urbana por parte de los propietarios de la tierra.
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Conclusiones 1
Imagen: Sector de Monteleón
• En Manizales, a la problemática del suelo advertida en procesos que acentúan las inequidades, como la fragmentación y renovación urbana, la presión sobre la selva andina y las zonas de riesgo de la periferia, se suman las dinámicas incontroladas de expansión de la frontera urbana ejercidas por quienes controlan el modelo de ocupación territorial, para mantener la distribución inequitativa de cargas y beneficios y la separación de costos y utilidades, asociada a la actividad urbanizadora.
• Habrá que tomar decisiones para lograr una distribución equitativa de cargas y beneficios mediante la Plusvalía urbana para imponer límites a los apetitos del mercado controlando los procesos especulativos del suelo, facilitar la función social de la propiedad y prevenir un modelo conflictivo de ocupación del territorio.
• Manizales, además de prevenir la especulación del suelo urbano que trafica con la Plusvalía urbana y el uso del suelo, entre otras acciones debería avanzar en propuestas sostenibles y modernas de administración pública para financiar un verdadero desarrollo, mediante decisiones y acciones socialmente equitativas, económicamente viables y ambientalmente sostenibles.
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Conclusiones 2
• Manizales debe prevenir la separación de costos y utilidades obtenidos de la actividad urbanizadora haciendo uso de la Plusvalía urbana, por ser una moderna herramienta de aplicación de cargas y beneficios, y corregir una estratificación de Ley altamente inconveniente, inequitativa y anacrónica, mediante la cual se otorgan subsidios y cobran contribuciones en función de la morfología urbana de la vecindad y de las características de la vivienda, y no de la realidad socioeconómica del ciudadano.
• Se requiere de políticas públicas para una planificación en la que el modelo de ocupación del territorio le apueste a estrategias de “crecimiento hacia adentro” y la infraestructura social y económica se descentralice, para que el suelo urbano cumpla su función social, se favorezca la movilidad y el hábitat resulte menos conflictivo.
• Urge un nuevo modelo de desarrollo urbano y de ocupación del territorio para Manizales, para corregir un uso conflictivo del suelo y expansionista del territorio, y la concentración de la inversión en infraestructura social y productiva, como factores que además del deterioro ambiental son causa de la fragmentación espacial y social de la ciudad.
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Gracias
Ponencia para el Foro-Debate “Ponencia SMP-UN para el Foro-Debate: “Cargas y Beneficios en el Plan de Ordenamiento Territorial: pros y contras de la Plusvalía en Manizales”, desarrollado en el Recinto del Honorable Concejo Municipal de Manizales, el martes 6 de Septiembre de 2016.
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3-9 El Estado
Más Estado para una nueva sociedad
http://www.bdigital.unal.edu.co/2180/
Resumen:
La Constitución Política de 1991, es el desmonte del Estado Keynesiano y el resultado de varios factores: la Séptima Papeleta; los procesos de paz con el M19; el narcotráfico y el paramilitarismo, y la crisis económica puesta en evidencia con la llamada crisis del petróleo, y una inflación galopante, entre otros.
GUERRA O PAZ, Y DISFUNCIONES SOCIO-AMBIENTALES EN COLOMBIA
https://godues.files.wordpress.com/2016/09/d2929-guerra2by2bpaz2b-2bcolombia.png?w=583&h=172
Si bien la firma del histórico acuerdo de la Habana no es la Paz; si es una oportunidad para crear condiciones propicias que permitan emprender los complejos procesos con que ésta se construye, a partir de una aceptación colectiva y de un cambio de actitud personal, como condiciones necesarias de soporte para las reformas estructurales, urgentes pero de largo plazo, que resolverán las disfunciones socioambientales que se han venido acumulando por más de medio siglo, como consecuencia de un Estado débil y de un modelo económico que al cooptarlo con la reforma a la Carta de hace 25 años, ha acentuado la inequidad, facilitado la corrupción y favorecido la violencia que explica cerca de ¾ de millón de víctimas mortales y más de cinco millones de desplazados, causados por el conflicto armado.
El solo hecho de un referendo que decide desde la ciudad el problema que agobia el campesino al auscultar la opinión, fortalece la democracia. Ahora, si pareciera que apostarle a no perpetuar el conflicto mediante la vía del perdón no fuera importante, basta considerar las consecuencias de unas relaciones asimétricas, en las que los pobres son cada vez más pobres y los ricos más ricos, y en la que se advierte la brecha entre los colombianos rurales y urbanos, lo que obliga a parar el conflicto armado para ubicar a las personas en el centro del desarrollo, en vez de persistir con la vía de las armas para mantener vigentes las políticas públicas que en beneficio del Mercado vulneran los derechos humanos, en lugar de fortalecer el Estado Social de Derecho.
Al examinar la fragmentación y la crisis social en un panorama agravado por la impunidad presente en el ejercicio de impartir justicia, por la corrupción de quienes usurpan la voluntad de los servidores públicos, por la inseguridad generalizada que siembra temor y desesperanza en las personas, por la violencia en la familia, en las escuelas y en el trabajo, y por la pérdida de confianza en las instituciones y en las personas que las representan, queda claro que siendo fundamental la desmovilización de la guerrilla, la Paz sólo es posible si entre otros asuntos, además de atender la grave problemática socio-ambiental , 1- se fortalece el Estado a través de la democracia mediante la gobernanza y el fortalecimiento de la sociedad civil; 2- se armoniza el desarrollo de los mercados internos sin doblegarlos al interés económico de las multinacionales; 3- se implementan reformas en las políticas laborales afectando variables económicas y financieras; 4- y se desarrollan políticas fiscales y monetarias que antes que conceder privilegios y reprimarizar la economía, permitan incrementar la base tributaria para financiar el gasto público destinado a programas sociales y a la construcción de la Nación.
Definitivamente, porque sin la reforma de las leyes que menoscaban el bien general, el empleo no crecerá conforme se dé el crecimiento económico, los devenires económicos generarán conflictos sociales y políticos, y el mal tiempo para la democracia afectará el clima para La Paz que todos buscamos. Veamos:
Máscaras de guerra y paz (1)
En estos tiempos de grandes decisiones y cambios fundamentales como los que supone la Paz que soñamos tantos colombianos, naturalmente van saliendo dificultades surgidas del conflicto de intereses entre las partes, como de la incapacidad consustancial de algunos actores sociales con precario desarrollo conceptual. Las primeras de aquellas, por regla general consecuencia de posturas antes veladas y ahora abiertas de quienes tienen más poder del que merecen y que no desean perderlo, y las segundas, fruto de una percepción limitada del mundo, la que se expresa en desconfianza para actuar con acierto, por parte de una inmensa mayoría de colombianos, que desafortunadamente beben mensajes cargados de pasiones y malas intenciones, orquestados por los primeros.
Hace lustros escuchaba en mi Universidad al respecto, de un importante académico de esos que sueñan con la construcción de la Nación, la tesis anterior ilustrada con una magistral idea: el establecimiento en que se soporta una sociedad, después de todo necesariamente termina por cumplir su vida útil tras un ciclo de evolución, razón por la cual, tras la intensificación de los conflictos surge la crisis y con ella la necesidad de un cambio estructural. Una imagen para ilustrar la dinámica de semejante proceso, es la de un espacio que estando atado a un ordenamiento propio de su estado inicial, tras el surgimiento de una nueva sociedad y las nuevas circunstancias, exige liberar sus ataduras para dilatarse, reacomodarse y cerrarse de nuevo, con otras fronteras y posibilidades para los actores; pero es allí donde algunos, tras liberar las ataduras del establecimiento, al no saber a dónde ir ni cómo moverse para sacar legítima ventaja, terminan atentando contra el proceso y rompiendo compromisos.
Para nadie es un secreto que la historia social de Colombia, ha estado cruzada por la injusticia de unos privilegios e inequidad relevantes; que la distancia ideológica entre liberales y conservadores, al no generar contradicciones políticas solo cierra espacios y alternativas de participación; y que el excluyente lenguaje de la competitividad tan solo ofrece opciones reales para una reducida fracción de la población. En ese orden de ideas, sólo con estos elementos podría trazarse un escenario de acuerdos fundamentales, a partir de los cuales se implementen políticas para corregir la inequidad, cerrar la profunda brecha de ingresos promedio entre ciudad y campo, democratizar las oportunidades políticas en bien de la sociedad civil, destronar el imperio de una corrupción que se escuda en la impunidad de la justicia, y corregir los factores económicos y políticos que históricamente oprimen a las grandes mayorías.
A modo de ejemplo, el conflicto de la tierra donde la verdadera inequidad resulta visible solo cuando se mide la concentración de la propiedad a partir de los precios de mercado y no de la extensión de los predios como suele presentarse, o de los impuestos dado que el valor en el registro predial tampoco funcionaría cuando sabemos cómo la corrupción afecta el sistema predial ejerciendo influencias sobre alcaldes y demás funcionarios para subvalorar la propiedad, como pago de favores por el financiamiento de campañas electorales. Dicho conflicto, importante por su rol como dinamizador histórico, ya que tras las guerras civiles del siglo XIX consecuencia de la ambición política y alimentada por la pobreza en un escenario profundamente rural, terminadas las contiendas pero no los conflictos, se crean las condiciones para la violencia partidista de mediados del Siglo XX, cuya causa fundamental parte de una problemática social desatendida, como son las necesarias reformas laborales para los trabajadores y el acceso a la tierra para los campesinos, dos temas que resultan eclipsados por la disputa bipartidista del poder.
Y mientras sigan persistiendo el divorcio entre “país político y país nacional” manteniendo cerrado el escenario de participación política, el atraso del campo expresado en una brecha de productividad e ingresos, y los aires guerreros que camuflan el enfrentamiento del campesinado con los propietarios de tierra intentando perpetuar la inequidad, se perpetuará la actual violencia insurreccional que se vive en el campo, y posiblemente se hará más compleja la solución a los nuevos conflictos urbanos, que ya se multiplican y extienden más allá de las metrópolis colombianas, alcanzando las pacíficas ciudades de la zona cafetera.
Lo anterior no solo para advertir que, si bien el ritmo en que surgen los conflictos y su potencial intensidad serán crecientes en virtud de la acelerada dinámica y mayor complejidad de los cambios de vida y experiencias sociales en el curso del tiempo; también más allá de un simple acuerdo para detener la guerra sin atender los males que la explican, el proceso de paz necesariamente debe alcanzar acuerdos mínimos para trazar políticas y emprender acciones sociales, económicas y ambientales, suficientes para desencadenar cambios estructurales, como resultado fundamental para la construcción de una Nación más digna.
Retrospectiva de la Constitución Política (2)
El 4 de Julio de 1991, al firmarse en Colombia la reforma fundamental a nuestra carta máxima, fruto de un consenso entre partidos, pasamos del Estado de derecho de 1886, a un Estado social de derecho, en el que se consagran además de los derechos fundamentales de los ciudadanos, otros derechos económicos, sociales y colectivos, y varios mecanismos como la tutela y las acciones populares para asegurarlos, creándose al tiempo la Defensoría del pueblo como un instrumento para velar por los derechos humanos.
Como antecedente lejano, si tras la crisis de los años 30 habíamos abandonado el modelo agrario e incursionado en el de sustitución de importaciones bajo los preceptos Cepalinos, más adelante facilitamos la dictadura de Rojas para enfrentar la violencia política, y en 1957 mediante un plebiscito creamos el Frente Nacional como una coalición bipartidista, para modernizar el Estado. Pero en los 90, con la presencia guerrillera y los aires de la modernidad, era evidente que el fin no se había alcanzado: pese a los cuatro gobiernos que se repartieron el poder, el Estado no logró crear las condiciones para fortalecerse, resultando así un “para-estado” que lo sustituyo conformado por quienes ejercían la justicia por su propia mano y por organizaciones que lo cooptaron, además de la presencia de actores armados.
Fue entonces cuando las dinámicas de la apertura económica facilitaron una nueva reforma constitucional para adecuar el Estado, dándose de paso el cambio de la democracia representativa por la participativa, al consignar en ella novedosos elementos como el respeto por las minorías étnicas, la libertad de cultos y la equidad de género, y diferentes mecanismos de participación democrática como la consulta popular, el plebiscito, el referendo, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria de mandato. Y en materia de derechos ciudadanos, se crearon la acción de cumplimiento, la acción popular, la acción de legalidad, las acciones de grupo, el derecho de petición, e instrumentos como las juntas de vigilancias, veedurías ciudadanas, y audiencias públicas, al tiempo que se estableció que “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”.
También ha habido reformas sustantivas a la carta: la transferencia de recursos a las entidades territoriales, la expropiación de bienes sin indemnización por razones de interés social, la extradición de nacionales por delitos cometidos en el exterior, la expansión del régimen pensional para incluir a casi toda la población, la pérdida de derechos políticos por delitos contra el patrimonio del Estado, y la reelección presidencial inmediata, entre otros.
Ahora, si en materia económica se crearon las bases para dar paso a la economía de mercado bajo los preceptos del modelo neoliberal, al admitir que el Estado enajenara o liquidara sus empresas monopolísticas que no cumplan los requisitos de eficiencia, así promoviera la democratización de la titularidad permitió otorgarle a terceros el desarrollo de su actividad económica. Entonces, al desmontar el Estado Keynesiano, esta vez pudieron más el modelo neoliberal y la apertura económica, que el carácter democrático de la Constitución; a modo de ejemplo, basta ver los efectos de la Ley 100 de 1993 sobre la salud, las pensiones y los riesgos profesionales, que desdiciendo del espíritu solidario de la carta incorpora una política social subsidiaria y neoliberal, en beneficio de organizaciones empresariales de intermediación (EPS, IPS, ARS y ESE).
Posiblemente, tras el cambio de modelo económico incorporado, aunque algo se ha logrado con la Constitución Política, el capitalismo salvaje parece haber podido más que la consagración de principios como la solidaridad, complementariedad y subsidiariedad, toda vez que a partir de los años 90, la institucionalidad del “para-estado” actuando con expresión militar, social, política y económica, ha prosperado y se ha acentuado como nunca en la historia del país. Basta escuchar las noticias sobre la muerte de niños Wayuu en Guajira para saber de la corrupción a través del soborno, la adjudicación indebida de contratos, el clientelismo y el desvío de recursos públicos; de la confrontación armada entre las FFAA y guerrillas para entender el flagelo de legiones de campesinos desplazados sin tierra que cargan las huellas de la violencia; o de la tragedia de líderes y reclamantes de tierras en Montes de María y Urabá muertos o afectados por presiones, hostigamientos y amenazas.
Tercera vía y desarrollo en Colombia (3)
Si deseamos un mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos, debemos partir de la educación por ser un proceso con el cual se liberan y desarrollan las personas, formándolas en actitudes, valores y respeto por lo público, además de generar en los individuos capacidades que les permita actuar como miembros de la sociedad civil de forma responsable con el medio ambiente y con visión de futuro, decidiendo sobre los asuntos propios del hábitat. Al respecto, antes de abordar la calidad de la educación, habrá que empezar por replantear el actual modelo educativo por anacrónico, al ser un tema de primer orden, dado que esta sociedad demanda formar en competencias para la nueva sociedad del conocimiento, sin perder de vista que nuestro particular contexto natural y cultural, responde al ámbito latinoamericano.
Con la intensión de buscar soluciones a los problemas del país, de conformidad con la triada priorizada para el período Santos II, “Paz, equidad y educación”, el gobierno implementará propuestas en el marco de “La tercera vía”, un híbrido que toma elementos del capitalismo y del socialismo para seleccionar alternativas y argumentar opciones acordes con una visión no conflictiva del futuro, pero trazando políticas públicas en un mundo cada vez más abierto, donde a primera vista no habría posibilidad práctica de encontrar tres vías y tampoco una tercera desde la perspectiva de la teoría económica, salvo que la propuesta sea priorizar la formación de capital social sobre el crecimiento económico, y no la fórmula contraria que nos ubicó en un sitial de privilegio entre las naciones menos equitativas del planeta.
Lo anterior, porque en la realidad colombiana donde paros agrarios, conflictos mineros y desempleo formal caracterizan a esta sociedad, dada la naturaleza compleja tanto del sistema social como del natural, la problemática socio-económica en un escenario premoderno como el nuestro, no puede admitir respuestas simples, dado que en virtud de la naturaleza de las relaciones entre colectividades humanas y medio ecosistémico, más allá del neoliberalismo y del keynesianismo, necesariamente se dan muchas formas de capitalismo y múltiples formas en la organización social, incluyendo la democracia comunitaria. Para el efecto, veamos nuestras circunstancias en las tres dimensiones del desarrollo:
En lo ambiental, durante los últimos años, la deforestación que alcanza niveles del 41% en la Región Andina, aunque en Colombia las tasas hayan disminuido, ha pasado factura con inundaciones y sequías por toda la geografía nacional, y con la contaminación hídrica por los vertimientos industriales y agroindustriales principalmente, así seamos el sexto país del mundo en oferta de agua, hemos comprometido el 50% del valioso patrimonio: con sendas problemáticas, nuestros ecosistemas se han desmejorado de forma sistemática, incluidos páramos y humedales legalmente protegidos, pero también los bosques andinos que permanecen a la deriva, por lo que una proporción considerable de la biodiversidad está amenazada.
En lo social, nuestras principales problemáticas se relacionan con violencia, conflicto armado, desplazados, narcotráfico y corrupción. Mientras la guerra históricamente ha estado ligada al desarrollo económico colombiano, la violencia ha partido del ejercicio indebido del poder buscando el control y asalto del Estado, para acumular tierras y riqueza. Y como fenómenos asociados, además del desplazamiento forzado cuyas víctimas sumarían 5 millones, tenemos el narcotráfico ejercido por bandas criminales dedicadas al microtráfico, sicariato y extorsión, o por las Bacrim herederas de las Auc, quienes retomaron el control de las actividades criminales de paramilitares y narcotraficantes.
Y en lo económico, aunque los temas sustantivos se relacionan con inequidad y pobreza, empleo y productividad, crecimiento económico, inversión en infraestructura y balanza de pagos, aunque el país ha presentado notables avances los principales problemas se asocian, en primer lugar, con la inequidad, que a diferencia de la pobreza resulta más difícil de resolver; en segundo lugar, con la falta de acceso a un empleo de calidad y con la obsolescencia del aparato productivo, consecuencia de una brecha de productividad por carencia de políticas de ciencia y tecnología en especial para el agro, donde aquélla explica la concentración del ingreso en los medios urbanos; y por último la salud, dada la falta de cobertura y dificultades de acceso equitativo a servicios de buena calidad en forma oportuna y eficiente.
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Artículo para la Revista Civismo 468. Créditos: (0) [Ed. Circular RAC 635] (1) [Ref.: La Patria/ Manizales, 2013-02-04.] (2) [Ref.: La Patria. Manizales, 2016.08.02] (3) [Ref. La Patria, Manizales, 2014.08.18]
Imagen, mosaico de papagayas tomadas de pinterest.com festivalcolombiepaixjustice.wordpr, es.123rf.co y otros portales.
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at:
http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Cap 4- Corredores de conectividad
Imag 4. Vapor por el Magdalena, en elplaneta.co
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4-1 La conectividad vial
Eje Cafetero: transporte y desarrollo regional
http://www.bdigital.unal.edu.co/9244/
Resumen:
Conferencia presentada en el Foro Infraestructura y Desarrollo “Alternativas para la vía Manizales-Mariquita”, evento celebrado en el marco del Centenario de la Cámara de Comercio de Manizales (1913-2013), organizado por la Universidad Nacional de Colombia con el soporte logístico de la Sociedad Caldense de Ingenieros Civiles SCIC y la Cámara de Comercio de Manizales, como una actividad que hace parte de la estrategia del Comité Académico de la Sub-región Centro Sur de Caldas. Lugar, Auditorio Carlos E. Pinzón de la Cámara de Comercio de Manizales. Fecha, Manizales, viernes 15 de marzo de 2013.
EJE CAFETERO: TRANSPORTE Y DESARROLLO REGIONAL
Imagen - Torre de Herveo en Manizales/ Fuente SMP de Manizales
Introducción
Estamos en este lugar conmemorando los 100 años de la Cámara de Comercio de Manizales, para asistir a un hecho histórico, como lo es recibir uno de los proyectos más relevantes de nuestra región: las alternativas de la nueva vía al Magdalena, por haber sido la Centenaria Institución la gestora de obras similares en importancia, como lo fue el FFCC de Caldas construido entre 1915 y 1927, gracias a la visión empresarial de Don Carlos E. Pinzón (1879-1925), su primer Presidente.
Marco histórico
De la arriería del siglo XIX en tiempos del bahareque, pasamos a los FFCC y cables cafeteros impulsados por Carlos E. Pinzón desde la Cámara de Comercio, hace 100 años.
Luego vienen los caminos cafeteros y la vía al Magdalena (1939), para cerrar con el marginamiento de Manizales consecuencia de la apertura de la Troncal de Occidente por Irra previo a la segregación del Viejo Caldas (1967).
Hoy, el Gobierno de Santos escribe una página del desarrollo regional con la transversal cafetera por Caldas, una obra comparable a las anteriores y que esperamos pueda tener las características de una vía de primer orden comparable a las Autopistas de la Prosperidad, para que sea una alternativa y real complemento de la vía por la Línea.
Dinámicas urbanas
Imagen - Manizales año 1900. Centro de Historia de Manizales
Para ver que el transporte es sólo un factor detonante de las condiciones de desarrollo preexistentes en un territorio, y no su propia causa, basta señalar algunos ejemplos:
- Mientras el desarrollo de Medellín ha sido consecuencia del sistema de convergencia de las vías de Antioquia en torno a su capital, los poblados periféricos han sufrido los consecuentes fenómenos de vaciado.
- Mientras poblaciones como Puerto Wilches no crecen a pesar de su ubicación a la vera del Magdalena con su ferrocarril y carretera, Montería ubicada al margen del sistema vial nacional sí ha crecido, gracias la riqueza del Sinú-San Jorge, región cuya productividad le impondrá límites a su desarrollo.
- Mientras grandes urbes como Bogotá crecen y los poblados de su periferia palidecen y expulsan población, algunas poblaciones del entorno, caso Girardot y Soacha, logran mantenerse gracias a las competencias que desarrollan de cara a las demandas de la capital.
- Mientras las megalópolis como Bogotá, están obligadas a resolver problemas de escala y a volverse internacionalmente competitivas, las ciudades intermedias tienen como prioridad conformar una ciudad región, y por lo tanto a conurbarse.
Pueden conurbarse las ciudades intermedias cuando siendo de similar nivel de relevancia, estén a menos de tres horas de distancia y decidan complementar sus economías, para no competir entre sí.
Lo anterior a prevenir el fenómeno de vaciado sobre Manizales, con alternativas que la aíslen.
Dinámicas regionales
Si en el valle interandino del Magdalena se genera el 30% de la carga de Colombia y en la región Caribe el 20%, en el Occidente Colombiano se genera el 40% de la carga del país. El 10% restante, le corresponde a la Onoquia, Amazonía y Nariño.
Mientras en la Región Andina Central el Altiplano es la zona de mayor relevancia de generación de carga dada la participación de Bogotá, para el Occidente Colombiano el centro de gravedad se localiza al sur de Pereira, como consecuencia de la relevancia productiva del Valle del Cauca.
En el “triángulo de oro de Colombia”, donde se genera el 64% del PIB nacional y habita el 52% de la población del país, el Eje Cafetero a pesar de su condición mediterránea, tiene una posición de privilegio como centro de convergencias aéreas y terrestres.
Resulta conveniente mirar la historia de Manizales desde su fundación hasta la segunda mitad del siglo XX y articularla al desarrollo del Centro Occidente de Colombia, para comprender la importancia de la caficultura que parte de la colonización antioqueña, el protagonismo de Manizales y luego su relevo por Pereira como nuevo centro de las actividades regionales, para valorar el desarrollo urbano del Eje Cafetero y sus posibilidades en el Siglo XXI, tras la conurbación del Occidente Colombiano. De ahí la importancia de mantener la convergencia del sistema de transportes sobre la conurbación Manizales- Pereira.
1- La aldea de bahareque en tiempos de la arriería
Imagen - Escultura del Monumento a los Colonizadores de Manizales. Luis Guillermo Vallejo.
El primer período que transcurre entre 1849 a 1905, es de ocupación y pertenece a la colonización antioqueña, uno de los procesos sociales más importantes de la historia de Colombia ocurrido en el siglo XIX. En él se da la fundación de nuestras ciudades bajo una economía de subsistencia, y Manizales como teatro de los acontecimientos se favorece por las inversiones en las guerras entre los estados federales de Antioquia y Cauca, ocurridas en 1860, 1876 y 1884.
Las nacientes aldeas de bahareque y teja de barro, construcciones de estructuras de guadua, arboloco y más maderas nativas empañetadas con cagajón y de propiedades sismo-resistentes, se levantaban en una retícula ortogonal. Esta época cierra con la portentosa empresa de la arriería de miles de mulas y bueyes que transitan desde Manizales por las trochas del occidente colombiano y la Cordillera Central, para sacar el café por el río Magdalena.
2- Ferrocarriles Cafeteros
Luego, tras cerrar la “Guerra de los mil días” (1903) y recuperarse la economía mundial, llega un segundo período de verdadero crecimiento económico para Colombia gracias al café de esta región, en el que se crea el departamento de Caldas (1905). Tras los grandes incendios (1922/25 /26) que consumen 36 manzanas del poblado, surge una nueva ciudad de arquitectura ecléctica.
Con el concurso de la Cámara de Comercio (1913) y de la SMP de Manizales (1912), instituciones de las cuales don Carlos E. Pinzón es cofundador, cuando los vapores navegaban el Cauca entre Puerto Caldas y Puerto Isaacs, los ingleses preocupados por el impacto que tendrá el Canal de Panamá (1903-1914), construyen el Cable Aéreo a Mariquita (1913-1922) y el gobierno nacional el FFCC de Caldas (1915-1927) como apéndice del FFCC del Pacífico. En 1927, se crea la Federación Nacional de Cafeteros.
3- El período del “Departamento modelo de Colombia
Continúa el tercer período que es de verdadero desarrollo, consecuencia del transporte rural y del liderazgo cívico cafetero, período que va desde la recesión del año 29 hasta el desmembramiento del territorio del Viejo Caldas (1967).
Gracias al efecto redistributivo del ingreso cafetero intensificado por el pequeño tamaño de la propiedad, con los comités de cafeteros se construyen escuelas y puestos de salud, se abren caminos veredales y, tras consolidar la CHEC, se electrifica el campo. Además, en esta época donde surgen Lúker (1906), Única (1919) y La Patria (1921), se da impulso a las fuerzas productivas al construir vías como la Carretera de Occidente y la Vía al Magdalena (1939) y crear, a partir del proyecto de Universidad Popular (1943), la universidad pública (1948).
3- El período de la crisis cafetera
Después de los tiempos del Jeep, el Willys y “la chiva”, fruto de la revolución verde se pierde el sombrío y con él la biodiversidad, al implementar el monocultivo del Caturra (1970); además aparecen los agroquímicos que atentan contra el suelo y el agua, y se acentúa el deterioro de los términos de intercambio.
En este período de crisis, los prósperos campesinos propietarios ayer, emigran a la ciudad para proletarizarse y modificar la estructura urbana, en la que la forma de “cometa” de Manizales, constituida por la retícula ortogonal del poniente y las avenidas que avanzan al naciente, se nutre de áreas satelitales desarticuladas que ocupan frágiles laderas, haciéndolas vulnerables a los movimientos en masa durante las temporadas invernales.
¿Y ahora qué?
Imagen - Manizales 1937. Libro Centenario SMP Manizales
La globalización de la economía y la cultura, el protagonismo del saber, el auge del sector terciario, las condiciones geográficas y de recursos naturales asociados, y el buen desarrollo esperado de la Constitución Política, deben servir para aprovechar las posibilidades surgidas de los largos años requeridos para los procesos de identificación de los tres departamentos del Eje Cafetero, consolidar la competitividad subregional a partir de políticas que prioricen la formación del capital social sobre el crecimiento económico, y de estrategias como un ordenamiento y equipamiento tecnológico orientados al emprendimiento y la innovación, para la construcción de un territorial de paz.
Tiempo de esperanza
Para ese desarrollo, un elemento central de soporte es la dotación de una infraestructura del transporte que facilite la articulación interna y externa del territorio, tarea que se ha propuesto el Gobernador de Caldas cuando priorizó desde los inicios de su gestión temas como las vías terciarias, dado el rol del transporte rural como catalizador en la reducción de la pobreza, como objetivo prioritario de su plan de gobierno.
Igualmente Aerocafé, aprovechando su posición geoestratégica como nodo de convergencias para naves de mayor alcance y tarifas reducidas, dada la necesidad de contar con un aeropuerto que haga viable el Paisaje Cultural Cafetero y una solución estructural a la condición mediterránea de la ecorregión. En un radio de 200 km, la población servida por Aerocafé, de más de 23 millones de habitantes, le permitirá complementar la oferta de El Dorado para vuelos de largo recorrido.
A modo de epílogo
Sea esta la oportunidad para agradecerles y reconocerles, antes que todo al Señor Presidente Dr. Juan Manuel Santos como también al ex Ministro Dr. Germán Cardona Gutiérrez a la Ministra Cecilia Álvarez-Correa Glen y al Director General de INVÍAS Dr. Leónidas Narváez Morales, e igualmente al Gobernador de Caldas Dr. Guido Echevery Piedrahita, al Alcalde de Manizales Dr. Jorge Eduardo Rojas Giraldo y a nuestros Parlamentarios, tanto por la gestión, formulación y entrega de este proyecto en Fase I fundamental e histórico para la región, como al Gobierno nacional por el buen recibo que se haga de las sugerencias que con sensatez se propongan desde este territorio, buscando mejorar su desempeño, dado que existen posibilidades de implementar un corredor logístico con una vía de primer orden que articule regiones, y no una carretera de segundo orden para unir dos ciudades sin opciones de “bancabilidad” para una APP.
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Ponencia In: Foro Infraestructura y Desarrollo “Alternativas para la vía Manizales-Mariquita”, Viernes 15 de marzo de 2013, Auditorio Carlos E. Pinzón de la Cámara de Comercio de Manizales.
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4-2 El transporte rural
El transporte rural y el desarrollo de Caldas
http://www.bdigital.unal.edu.co/2444/
Resumen:
Una reflexión sobre el papel y la importancia del transporte rural como catalizador de la reducción de la pobreza e integrador del territorio hacia adentro, y su diferencia con el sistema vial principal para el transporte troncalizado, que integra hacia afuera el territorio caldense.
EL TRANSPORTE RURAL Y EL DESARROLLO DE CALDAS
A propósito del encuentro “Soluciones Viables para el Desarrollo Rural en el Triángulo del Café” que convoca para el 10 de diciembre en Pereira a funcionarios públicos y de la academia de Caldas, Risaralda y Quindío, quisiera hacer una reflexión sobre la importancia del transporte rural como catalizador de la pobreza, para reconocer el fundamental beneficio de los caminos abiertos por nuestros cafeteros desde hace 80 años y dado el aporte que hace el Plan Vial del Departamento de Caldas resolviendo la grave problemática de conectividad de pueblos y caseríos del norte y sobre todo del centro oriente del departamento, cuyos caminos resultan continuamente bloqueados por daños severos en sus bancas viales durante cada temporada invernal, como la que se vive ahora.
Para dicho examen resulta necesario tomar como referente el del aislamiento sistemático al cual se ve sometida Manizales por la pérdida de la vía al Magdalena, ruta que hace parte de las vías nacionales, puesto que no se puede entender el transporte rural sin diferenciar, de un lado, entre lo que es una red de transporte terrestre de segundo y tercer orden para la extensa y accidentada geografía caldense, soporte de una movilidad que además de resultar capital para el acceso a los servicios de los productores del campo, no sólo les garantiza el acceso al mercado sino también poder accederlo físicamente tal cual ocurrió con los caminos cafeteros; y de otro, el sistema vial principal que integra hacia afuera el territorio y por el cual se establecen los mayores flujos troncalizados de personas y de mercancías entre los centros urbanos como Manizales, y de producción y consumo de la nación.
Comparando ambos sistemas, sus características difieren: primero, porque mientras el transporte rural goza de un alto nivel de resiliencia pero mínima capacidad de irradiación, el troncalizado no: una falla funcional o estructural como la que vive la vía Honda- Manizales, resulta fatal para la economía caldense y difícil de reparar. Y segundo, porque desde la perspectiva de la inversión pública en infraestructura vial, dado que los niveles de servicio difieren, por su mayor volumen de tráfico los corredores principales pueden concesionarse para que los recursos públicos se ocupen del transporte rural, cuyo menor tráfico al no soportar peajes obliga a medir su rentabilidad por los beneficios sociales en esas zonas geográficas marginadas, de baja densidad poblacional y reducida movilidad, como lo es la región de San Félix y Marulanda.
Y para la evaluación de dichos beneficios, los del transporte rural, basta decir que no resulta viable el desarrollo regional sin ocuparlo de nuestros campos y montañas, y por lo tanto sin una red de caminos que lo soporte, como la del Plan Vial de Caldas que se ocupa de más de 500 km con este histórico programa de pavimentación y mejoramiento de carreteras y caminos entre cabeceras municipales, vital para enfrentar desafíos como la reconversión agropecuaria, la reducción de la pobreza y el ordenamiento de cuencas, y por lo tanto un proyecto de tal trascendencia que merecen la mayor atención del ciudadano y del Estado, para lograr su sostenibilidad social, ambiental y económica. Si resulta urgente la solución estructural del aislamiento de Manizales, no lo es menos resolver la articulación de Caldas por razones estratégicas de orden geopolítico para la caldensidad, y desarrollar el transporte rural por sus funciones complementarias para el transporte global, y su profundo impacto económico y social en el departamento.
A modo de información, de conformidad con lo que señala la Revista Civismo entre las propuestas de la Benemérita SMP de Manizales para ligar los municipios de Caldas, articulando el 40% de su territorio y beneficiando al 20% de los caldenses, se trabaja la Transversal de Caldas para unir con sus 212,7 km los corregimientos de La Felisa (Supía) y Perico (La Dorada). Aquí debe señalarse que esta carretera une tantos municipios de Caldas, como los de la vía al norte entre Neira y Aguadas. Y de otro lado la Vía al Magdalena, cuyo nombre hace mérito al destino buscado con los 130 km de la carretera a Honda, ruta que ahora se reclama como el corredor fundamental para vincular al Eje Cafetero con el futuro puerto intermodal de la Dorada, y alternativo con Bogotá por lo cual debe rectificarse en la montaña y abreviarse con un túnel en Cocoló. Si bien la vía al Magdalena transita en un 78% por el Tolima, Manizales en el 2005 con $3,3 billones generó el 70% del PIB de Caldas.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-12-6] Imágenes del transporte rural en Caldas, con créditos a sus respectivas fuentes.
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4-3 El Magdalena
Honda - La Dorada: potencial nodo intermodal para una plataforma logística. http://www.bdigital.unal.edu.co/53172/
Resumen:
Esta ponencia, que aborda el tema del plan maestro de transporte intermodal de carga, subraya la importancia del Ferrocarril Cafetero y la extensión del corredor férreo del río Cauca hasta Urabá para articular la Región Andina mediante el sistema ferroviario a la hidrovía del Magdalena, y para la salida el Altiplano a los martes de Colombia, sin poner a competir ferrocarril, carretera a hidrovía a lo largo del Magdalena. Además de proponer una plataforma logística conurbando Honda - La Dorada y alimentando la hidrovía con trenes, propone apalancar el desarrollo ferroviario en la locomotora del carbón andino si se quiere establecer un sistema intermodal de carga estratégico para la competitividad del país.
HONDA-LA DORADA, POTENCIAL NODO INTERMODAL PARA UNA PLATAFORMA LOGÍSTICA
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Imagen: Puente de Hierro sobre el Río Gualí, en Honda. Fuente: http://www.banrepcultural.org
La Conurbación Honda – La Dorada
IMA Izq. Hoy las decisiones se toman en las grandes ciudades; de ahí la importancia de una Conurbación para el M.C. Fuente propia/ IMA Der. Tres modos puestos a competir a lo largo del Magdalena, según la visión del PMIT 2015-2035. Imagen tomada de http://www.medellinherald.com
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La cuenca baja del sistema de drenaje tributario en el Magdalena Centro MC, tiene como principal protagonista el río, con sus meandros y la Charca de Guarinocito; esta tierra de ranchos de hamacas, de la subienda y del bunde tolimense, también fue la tierra de la Expedición Botánica y de los vapores por el río.
Históricamente, desde las exportaciones cafeteras del siglo XX, por el mayor tamaño de las embarcaciones, al no haberse dragado el lugar para acceder a Honda, con la llegada de los vapores solo hasta Caracolí Honda – La Dorada pasa a ser el “punto cero” de la navegación del Magdalena. Allí llegan el ferrocarril proveniente de la Sabana, por Salgar y Girardot en la década de 1920.
Cuenta el MC con cerca de 500 mil habitantes de etnias y culturas diversas de 20 municipios, y con un potencial para desarrollar una plataforma logística soportada en el eje urbano Honda-La Dorada, asociada a la convergencia del sistema multimodal y a su posibilidad de articular el Centro y el Occidente de la Región Andina de Colombia.
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Centros de Generación de Carga
IMA Izq. Eje Cafetero en el centro del Triángulo de Oro de Colombia, un territorio donde habita cerca de la mitad de la población del país. Adaptado de es.wikipedia.org IMA Der. Hidrovías y Red férrea en la región andina. Fuente: Roda 2005 adaptado
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Aunque en las hoyas del Cauca y el Magdalena, habita el 70% de los colombianos y se generan el 70% de la carga y el 70% del PIB nacional, por la dependencia del sistema carretero y la falta de un sistema multimodal que articule los modos fluvial y ferroviario, con los trenes e hidrovías sólo se moviliza 1,5% de las mercancías en Colombia.
Honda y La Dorada conurbados en el Magdalena Centro y articulados a la Hidrovía del Magdalena, podrían conformar el principal nodo del transporte intermodal de carga en la Región Andina, al ofrecer una posición geoestratégica que puede al tiempo ser ventaja competitiva para estructurar la mayor plataforma logística mediterránea de Colombia.
Para establecer un sistema intermodal de carga, se requiere la expansión del sistema férreo en Combia, con dos elementos: 1- articular la hidrovía del Magdalena con el Altiplano y con el Norte de Valle, que son los centros de gravedad de generación de carga en la Región Andina; y 2- extender el Corredor Férreo del Cauca desde Buenaventura hasta Urabá y La Dorada, para conectar el Altiplano con los dos mares de la Patria.
Así el Puerto Multimodal sobre la Conurbación Honda – La Dorada, podría convierte en el más estratégico de los Proyectos Yuma, y en la bisagra del Transporte Intermodal de carga de Colombia, gracias a su carácter nodal para la navegación por el Magdalena y de puente para transversalizar el sistema ferroviario de Colombia.
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Conectividad en la Ecorregión Cafetera
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Según la Superintendencia de Puertos y Transporte, las nueve zonas portuarias de Colombia en 2014 movilizaron 185 millones de toneladas, cifra equivalente al 98% del comercio exterior del país, donde la carga en contenedores participó con 2,13 millones de TEU, de los cuales 1,58 millones correspondieron al Caribe y 0,55 millones al Pacífico.
Si la carga movilizada por Magdalena alcanzó a 2 millones de toneladas al año en la década del 2000, donde 1,5 millones fueron hidrocarburos, y si en contenedores Bogotá sólo genera 6 millones de toneladas anuales, aunque ahora se estima en 8 millones de toneladas-año la carga movilizada por el río, para la rentabilidad de la hidrovía habrá que prever la caída de los hidrocarburos.
Si el transporte carretero cuesta 3 a 4 veces más que el ferroviario y 6 más que el fluvial, para implementar un sistema estructurado de transporte que resuelva la condición mediterránea de la Región Andina de Colombia, además de una logística integral, se requiere de la navegación por la cuenca del río Magdalena y de la extensión del Sistema férreo de la cuenca del río Cauca, hacia el Norte y el Este, además de la variante por Loboguerrero.
Hacia el Este, desde el Km41 hasta el Altiplano pasando al por La Dorada; y hacia el Norte, desde el Eje Cafetero hasta Chigorodó, para continuar desde allí hasta Urabá y Cupica, como estrategia para articular nuestros dos mares.
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Los costos del Transporte
IMA Izq. El Plan Maestro de Transporte Intermodal PMTI, aunque reconoce la dependencia del modo carretero para la salida de carga al mar, no logra integrar los modos como fundamento de la intermodalidad. Imagen en: PMIT 2015-2035. IMA Der. Proyectos férreos, fluviales y marítimos en el PMTI de Carga, donde se advierte la falta de transversalidad del sistema férreo y la sobreoferta modal a lo largo del Magdalena. Imagen en: PMIT 2015-2035.
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Según el PMTI 2015-2035, una reducción del 1% en el costo “ad valórem” de los fletes, puede aumentar las exportaciones entre 6 y 8 veces. Y según la Cámara Colombiana de Infraestructura CCI, los costos del transporte en los principales renglones de exportación de Colombia (petróleo, carbón, flores, café y textiles), representan entre el 10% y 35% del valor, cuando en el orden internacional su incidencia es del 6%.
El estudio “Destrabando las Arterias…” BID (2010), al considerar el impacto del transporte en el comercio de América Latina y el Caribe, permite concluir que una reducción del 10% en los costos del transporte, permitiría incrementar las exportaciones un 30%.
Para el BID, según las estimaciones más conservadoras, si con una reducción del 10% la cantidad de productos importados y exportados crecería entre el 9% y el 10%; en un escenario favorable la expansión asociada a dicha reducción sería mayor en los productos manufacturados (66,3%) y los minerales y metálicos (69,2%), que en los productos agrícolas (54%).
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Del Altiplano a Urabá
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Los trenes como las hidrovías únicamente son viables, movilizando carga suficiente y a gran distancia: mientras día a día la Drummond o Cerrejón movilizan por separado 9 trenes de 10 mil toneladas por día, el Ferrocarril del Pacífico no logró consolidarse con sólo 240 mil ton anuales en 2014.
EL PMTI contempla intervenir 12.681 km de la Red Básica, 6.880 km en Redes de Integración, 1.769 km en 5 vías férreas, y 5.065 km de hidrovías en 8 ríos.
En materia de trenes, el PMTI al priorizar el Ferrocarril La Dorada – Santa Marta y no contemplar la extensión del Corredor Férreo del Cauca hasta Urabá, desestructura el potencial del Sistema Férreo, pone a competir ferrocarril carretera y río a lo largo del Magdalena, y se olvida de Urabá donde avanza Antioquia con sus grandes megapuertos y de la variante férrea de Loboguerrero.
En Urabá además del tradicional puerto de Turbo, Conconcreto invertirá U$1.000 millones para un puerto en Necoclí y la clase empresarial de Antioquia U$536 millones para construir Puerto Antioquia sobre la margen del río León en Urabá.
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De Buenaventura a Urabá
IMA Izq. Hidrovías del Magdalena y Atrato, y Corredor Férreo del Cauca, extendido a Urabá, Cupica y La Dorada. Imagen: adaptada de latoma.paris-sorbonne.fr IMA Der. Reservas Medidas de Carbón en MT. Fuente: UPME.
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Con el Ferrocarril Cafetero, cruzando la Cordillera Central y conectado a la Hidrovía del Magdalena, se integra el sistema de carga en la Región Andina de Colombia.
El PMTI acaricia la idea de un túnel por La Línea, obra que seguramente será el paso que propone ODINSA para cargar tractomulas en un planchón férreo, desconociendo el Ferrocarril Cafetero ya inscrito en el PND 2014-2018, además de la imperiosa necesidad de alimentar con trenes la Hidrovía.
En este documento se propone el Ferrocarril Cafetero cruzando la Cordillera Central por el Túnel Cumanday, para integrar la Hidrovía del Magdalena con el Corredor Férreo del Río Cauca. Este proyecto U.N. de Colombia – SMP Manizales, fue inscrito por los parlamentarios caldenses, en el PND 2014-2018.
También sugerimos la variante Loboguerrero para el Ferrocarril del Pacifico, propuesta vallecaucana soportada en túneles y viaductos, que a un costo de U$ 1000 millones evitaría el actual ascenso de la Cordillera y que economizaría 100 km de recorrido, respecto a la actual línea férrea por Yumbo y por La Cumbre.
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El carbón andino
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Los carbones colombianos son básicamente duros (térmico, metalúrgico, coquizable y antracitas). Colombia cuenta con unas reservas medidas de 7 mil millones de toneladas MT de carbón. En 2014, la producción nacional superó los 84 millones de toneladas, 93% de ella concentrada en La Guajira y Cesar donde la explotación es a gran escala, y 7% en el interior.
Pese a que por el cambio climático al 2050 deberá reducirse el 80% del consumo mundial de carbón, el 50% del gas natural y el 30% del petróleo, habrá que consumir las enormes reservas del país en los próximos 40 años, asunto por fortuna viable gracias a que todo el carbón de Colombia es de buena calidad.
El carbón de Córdoba, puede financiar el corredor férreo a Urabá y Cupica; los carbones de Cundinamarca y Boyacá, el Ferrocarril Faca-Salgar y el Ferrocarril Cafetero, y el carbón de Amagá y El Cauca, la variante férrea de Loboguerrero. Las reservas medidas de los distritos carboníferos de Cundinamarca y Boyacá suman 412 millones de toneladas MT, y las de Córdoba, son de 381 MT.
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Movimiento de carga
IMA Izq: En verde, propuestas para extender el Sistema Férreo en Colombia; en rojo, Red ferroviaria pública; y en negro, Trenes privados. Fuente ANI Imagen Aaptada. IMA Der. Con el Ferrocarril Cafetero cruzando la cordillera Central de Colombia tunelando las granodioritas estables de Cerro Bravo, se implementaría un sistema Intermodal de carga para Colombia, articulado a la hidrovía del Magdalena. Imagen de Geotren.es, adaptada.
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Los ferrocarriles son eficientes con bajas pendientes, transportando grandes volúmenes de carga y a gran distancia.
En Colombia se movilizan cerca de 300 millones de toneladas por año. El 26% de la carga del país se transporta a través del ferrocarril, donde el carbón tiene el 98% de la participación, seguida del cemento.
Actualmente, mover un contenedor desde el Altiplano hasta los mares de Colombia, cuesta en promedio U$2400 y llevarlo de allí hasta el Asia, U$ 1500.
Ahora, para exportarlo, en Colombia se tarda en promedio sólo 14 días, mientras los países de Alianza Pacífico tardan únicamente 10 días.
Pero con hidrovías y ferrocarriles llevar el contenedor desde Bogotá hasta el mar utilizando los trenes en lugar del modo carretero, los fletes caerían cerca de tres veces, con lo cual el potencial exportador colombiano crecería unas nueve veces de conformidad con el estudio “Destrabando las arterías”, BID (2010).
Como fundamento del sistema intermodal de carga para la Región Andina de Colombia, se requiere una estructuración de la red ferroviaria soportada en dos ejes fundamentales: el corredor ferroviario del río Cauca articulado a los mares y la hidrovía del Magdalena, alimentada desde los dos centros de generación de carga de la Región Andina de Colombia.
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La hidrovía del Magdalena
IMA Izq. Carga por el río y profundidad de dragado, en Cormagdalena. IMA Der. Esquema de obras control fluvial y de ubicación del canal dragado en la hidrovía del Magdalena. Imagen de Cormagdalena
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La recuperación del Magdalena, pretende establecer un canal navegable de 48m, con profundidad variable desde La Dorada, conformando convoyes de hasta 7200 toneladas tirados con remolcador en un arreglo R-2B-2B-2B de 256 m de eslora, 6 pies de calado y 26 m de manga.
Respecto a los convoyes, para una solución de transporte verde y más rápido, se podría elevar la frecuencia y remolcar sólo dos pares con 5000 ton, para adaptar los convoyes al río y no lo contrario al requerirse radios de curvatura menores a 400 m en el canal navegable. Para evitar la desconexión del río con los humedales del Magdalena Centro, deberá implementarse un canal navegable ecológico, utilizando barcazas de hasta 3,5 pies de calado y no de 6 pies entre Barranca y Salgar.
Y para una mayor eficiencia de la hidrovía, habrá que alimentar el sistema de barcazas con ferrocarriles llegando a Salgar y La Dorada desde el Altiplano y el Norte del Valle, y no con tractomulas, e implementar la locomotora del carbón andino exportado al Pacífico para hacer viable el transporte intermodal con los trenes pasando por la hidrovía.
La suerte de la hidrovía, está absolutamente condicionada al ordenamiento y reforestación de sus cuencas tributarias. Imagen: Carga por el río y profundidad de dragado, en Cormagdalena.
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Dos plataformas logísticas
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Con la Hidrovía del Magdalena y con el sistema ferroviario cruzando la cordillera a baja altura por Caldas, el país podría tener un sistema intermodal de carga viable, aprovechando el estrechamiento de la cordillera y las rocas estables para un tunelado por el norte de Cerro Bravo, si la inversión en infraestructura se soporta en la locomotora del carbón andino para hacer viable el modo férreo y la hidrovía del Magdalena desde y hasta los puertos de nuestros dos mares.
Con la intermodalidad soportada en trenes e hidrovías, al tiempo se abrirían nuevos horizontes para el Eje Cafetero, siempre y cuando se construyan sinergias económicas y territoriales entre sus capitales, al fortalecerse la Ciudad Región frente a Cali y Medellín. Si en la cuenca del Magdalena donde se genera el 30% de la carga de la región Andina y el 40% del PIB el centro de gravedad se localiza en el Altiplano, en el occidente colombiano que se genera el 40% de la carga y el 30% del PIB el centro de gravedad está localizado al norte del Valle.
Con una transversal férrea entre La Dorada y el Km 41 como el Ferrocarril Cafetero, que se sumaría a las ventajas de la Hidrovía del Magdalena y a la necesaria extensión del sistema ferroviario del corredor del río Cauca, detonaría el desarrollo de condiciones favorables en sus dos nodos de conectividad sobre el Eje Cafetero, al surgir las mayores plataformas logísticas de la Región Andina de Colombia.
Para que el Ferrocarril de Occidente resulte económicamente viable, debería ir más allá del norte del Valle, y contar con una variante con túneles y viaductos por Loboguerrero para no bajar a Yumbo y superar la altura de la cordillera, por tres razones: una, porque su futuro depende de la conexión con La Hidrovía del Magdalena y con Urabá; y dos, porque la locomotora del carbón andino como cadena de valor, no se ha activado.
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El Ferrocarril Cafetero
IMA 11. Corredor Bimodal Cafetero: La viabilidad del proyecto se apalanca en el modo ferroviario, al poder movilizar por lo menos unos 10 millones de toneladas de carbón por año. Imagen: Civiltec, en La Patria, adaptada.
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Este tren de unos 150 km cuyo objeto es integrar la hidrovía del Magdalena y el corredor férreo del Río Cauca, tendría un costo cercano a los $5 billones, y el túnel Cumanday doble y largo para la conexión bimodal, unos $2 billones.
Construyendo el Ferrocarril Cafetero entre La Dorada y el Km 41, de contarse con carga suficiente se habilitaría un corredor de carga con fletes tres veces más económicos entre el Altiplano y Buenaventura, y a futuro la extensión del sistema intermodal llegando a Puerto López en la Hidrovía Meta – Orinoco, y hasta Urabá, lo que habilitaría el Canal Interoceánico Urabá – Cupica.
La ventaja del Ferrocarril Cafetero, es doble: 1. Su oferta de fletes a bajo costo haría viable la salida del carbón andino al Pacífico para financiar el proyecto. 2. Al enlazar la hidrovía del Magdalena y el Corredor Férreo del río Cauca, detonaría el transporte intermodal para la Región Andina de Colombia.
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Industrias Químicas de Base Minera
IMA 12. Un sistema fluvial en tren de doble aparejo remontando el Magdalena. Imágenes Unipymes y PDP-MC.
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Cuando el río Magdalena y el Ferrocarril de Occidente se conecten con el Ferrocarril Cafetero, al contar con energía disponible y un transporte intermodal más económico, según el Plan Minero de Caldas 2010-2016 elaborado por Gabriel Poveda Ramos, la Ecorregión y Caldas podrían desarrollar industrias químicas de base minera.
Gracias a un potencial de 210 yacimientos mineros existentes en el Eje Cafetero, se podrían aprovechar, entre otros minerales las jaguas y fraguas del oro de las explotaciones de Marmato y del oriente de Caldas, las calizas que afloran en Neira y en Victoria, las arenas silíceas de Pueblo Rico y Cerro Bravo, y el manganeso de Apía y Viterbo, para exportar commodities estratégicos desde los nodos logísticos del Magdalena Centro y del Eje Cafetero.
De dichas industrias, según Gabriel Poveda Ramos, estos serían los productos a obtener: de los desechos auríferos, sulfuros de varias clases, ácido sulfúrico y zinc metálico; de las rocas calcáreas, fertilizantes, acetileno, cianamida, cloruro y cemento; de las citadas arenas, silicato de sodio, sílice gel y carburo de silicio; y del manganeso, bióxido de manganeso electrolítico.
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Intermodalidad y exportaciones
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El Plan Maestro de Transporte Intermodal, además de persistir en el modo carretero para el flujo de carga entre el Altiplano y Buenaventura, y de poner a competir a lo largo del río tren, ferrocarril y carretera a lo largo del Magdalena hasta Santa Marta, olvida que los fletes por la hidrovía costarían sólo la mitad respecto al tren, y que sin carga suficiente ambos modos: el férreo y el fluvial compitiendo por ella, no resultan viables.
Con la notable economía de un sistema intermodal donde ferrocarriles e hidrovías se articulen para salir a los mares, la Región Andina incrementaría varias veces el promedio de sus exportaciones. Finalmente, para el Eje Cafetero, la hidrovía y el Corredor Férreo del río Cauca, se traducirán en ventajas competitivas para crear nuevas industrias químicas de base minera y de manufacturas, por ser las regiones nodales mejor ubicadas respecto a los centros de generación de carga de la Región Andina de Colombia.
Según el documento “Destrabando las arterias…” BID (2010)*: por cada 10% que se reduzcan los costos del transporte en América Latina y el Caribe, las exportaciones en promedio podrían crecer un 30%. Pero si durante el segundo lustro de 2005-2011, la carga movilizada por el Río Magdalena, varío entre 1,5 y 3,3 millones de toneladas gracias a la participación de los hidrocarburos, habrá que pensar en el Carbón antes de que se agoten las reservas de petróleo de Colombia.
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Trenes como integradores del sistema
IMA 14. Ubicación estratégica del MC y de la conurbación Honda-La Dorada para la intermodalidad de Colombia. Imagen en http://www.probarranquilla.org. IMA 15. Hidrovías en América del Sur (Adaptado): Fuente fenalcarbon.org.co
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Además, para salir del Altiplano a Buenaventura, en dicho el Plan Maestro de Transporte Intermodal se contempla pasar camiones en un tren-plataforma por un túnel vecino a La Línea, tal cual lo propone ODINSA descuidando lo fundamental: que movilizar carga en un recorrido de tan solo 513 kilómetros entre la capital y dicho puerto, el modo Carretero alargaría tres veces los costos respecto al modo férreo.
Además, si en las décadas precedentes entre el 75% y el 90% de la carga que se mueve por el Magdalena ha sido hidrocarburos, bajo el presupuesto de que trenes e hidrovías solamente podrán ser rentables con carga suficiente, el PMTI olvida que las reservas de petróleo se acabarían en seis años y no propone una política pública alterna soportada en la locomotora del carbón andino, como estrategia para viabilizar el sistema intermodal y darle sentido al dragado del río.
Contrariamente lo que aquí se propone, es implementar la locomotora del carbón andino para viabilizar la inversión en trenes transversalizando y extendiendo el modo ferroviario, hasta lograr la integración del Altiplano y del Norte del Valle, ya con la Hidrovía del Magdalena, ya con los mares de Colombia en Buenaventura, Cupica y Urabá.
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Conclusiones
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De conformidad con los fundamentos de un sistema intermodal de carga, Colombia debería emplear trenes e hidrovías buscando desarrollar un sistema troncal eficiente para el movimiento entre las regiones mediterráneas productoras y de consumo, hasta nuestros mares, en lo posible sin trasbordo de mercancías.
Con la multimodalidad, en el Magdalena Centro MC se dará una de las dinámicas urbanas más importantes de Colombia: allí, donde la Dorada probablemente duplicaría su población en los próximos 25 años, la conurbación del puerto caldense con Honda y Salgar permitiría prevenir conflictos y potenciar desarrollos.
Dragar aguas arriba de Conejo para llegar a Caracolí, además de mitigar las inundaciones en Bucamba, fortalecer la multimodalidad posibilitando la conurbación para consolidar un clúster urbano para el MC.
Cuenta el MC con cerca de 500 mil habitantes de etnias y culturas diversas de 20 municipios, y con un potencial para desarrollar una plataforma logística soportada en la convergencia del sistema multimodal y su posibilidad de articular el Centro y con el Occidente de la Región Andina de Colombia.
Si con carga suficiente, respecto al modo carretero el tren puede reducir entre tres y cuatro veces los fletes y el modo fluvial seis veces, esta posibilidad pasa por habilitar la locomotora minera del carbón andino, dado que sin trenes no habrá locomotora del carbón, y sin carbón tampoco habrá forma de financiar la extensión del sistema ferroviario colombiano.
La futura oferta hidro-energética del Oriente de Caldas cuyo potencial se estima en unos dos millones de KW, y el potencial navegable del Magdalena estimado en 150 trenes de 10 mil toneladas por día, permitirán la implementación de prospectos minero-industriales asociados a productos básicos y materias primas estratégicas.
Como opciones para de industrias químicas, entre otras alternativas estarían los propuestos por el notable investigador Gabriel Poveda en el P de D minero-energético de Caldas, para el aprovechamiento de residuos de oro para obtener zinc metálico, a la producción de ácido sulfúrico y fosfatos de calcio fertilizante, y a la transformación de las calizas en carburo, y de carbón licuado a partir de los notables yacimientos de Cundinamarca y Santander.
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Gracias
IMA 16. Caracolí (Izq), en blog de Tiberio Murcia, y de Arrancaplumas (Der), en blog de
Juan Manuel Rudas, ambas instalaciones ubicadas en vecindades de Honda, Tolima
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Referencia: Presentación para el Foro Académico “Desarrollo Geologístico y Estratégico en el Magdalena Centro y su Proyección Nacional e Internacional”, Viernes 22 de Julio de 1916, Auditorio Hernando Parra Casas, Cámara de Comercio de Honda, Tolima.
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4-4 FFCC
Un tren andino para la hidrovía del Magdalena
http://www.bdigital.unal.edu.co/48024/
Resumen:
Para implementar la multimodalidad e integrar el sistema de transporte de carga de la Región Andina de Colombia, una solución viable es el Ferrocarril Cafetero, que contempla un túnel de 17 km perforando las rocas estables del norte de Cerro Bravo, a 2200 msnm entre Brasil y Mangabonita. Dicho tren entre La Dorada y el Km 41, articularía la Hidrovía del Magdalena con el Corredor Férreo del río Cauca, y a futuro permitiría el establecimiento del Corredor Bimodal Cafetero, facilitando la construcción de la Transversal Cafetera, una carretera de 80 km/h que complementaría la opción de La Línea. El Ferrocarril Cafetero, se pagaría con la salida del carbón andino a la Cuenca del Pacífico, y la Transversal Cafetera que se construiría después, se financiaría con los beneficios del tren. No obstante, dado que la pendiente férrea cruzando la cordillera es crítica, se prevé que de tener que perforar a menor altitud por resultar el túnel necesariamente más largo, la vía sería únicamente para el paso férreo. Esto dado que los grandes túneles viales por regla general son en longitud tres veces menores que los ferroviarios.
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UN TREN ANDINO PARA LA HIDROVÍA DEL MAGDALENA
Si el modo férreo puede ofrecer fletes tres a cuatro veces inferiores a los de la tractomula y el fluvial seis veces menores, en lugar de poner a competir tren, carretera y río a lo largo del Magdalena, debería extenderse el Corredor Férreo del Cauca, en primer lugar hasta Urabá y en segundo lugar hasta La Dorada. Respecto a Cartagena, Urabá reduce la distancia al mar 40% para Medellín y 30% para el Eje Cafetero.
A la Dorada deberían llegar trenes por tres puntos cardinales. Uno de ellos por el poniente, denominado el Ferrocarril Cafetero, vía de 150 km de extensión que transitaría entre El Km 41 y La Dorada articulando el Corredor Férreo del río Cauca con la Hidrovía del Magdalena. El Proyecto incluye el Túnel Cumanday de 17 km a 2200 msnm, para salvar la Cordillera Central perforando rocas graníticas con auto-soporte, por el norte de Cerro Bravo.
Las obras costarían no más de US 900 millones, incluidos el tren y un solo túnel, que se pagarían con los beneficios de 15 mil a 30 mil toneladas diarias del carbón andino exportándose por el Pacífico al Asia, gracias a que el medio férreo ofrece fletes tres a cuatro veces inferiores a los de la tractomula. La capacidad del Magdalena estimada en 500 Millones de toneladas anuales por Hidrochina, equivale a 150 trenes diarios de 10 mil toneladas, cada uno con 100 vagones de 100 toneladas por vagón: sin los trenes, la Hidrovía no tendría impactos relevantes para el país.
De forma aproximada, el costo por Kilómetro de una línea férrea, varía entre U$ 2,1 y U$ 1,9 millones para una vía nueva, según sea en trocha estándar o angosta; o entre U$ 550 y U$ 350 mil, según se trate de su ampliación o rehabilitación. Y el costo y rendimiento de un túnel con sección transversal de 110 m2 y por kilómetro, varían entre U$ 25 y U$ 45 millones, y de uno 1 a 2 años, según se trate de túneles en rocas con o sin auto-soporte. Así, el Ferrocarril Cafetero con un sólo túnel, costaría alrededor de U$900 millones.
El carbón andino exportado a la Cuenca del Pacífico, incrementaría la producción actual entre cinco y diez millones de toneladas por año adicionales, si con precios remunerativos se logra industrializar su extracción.
En 2014, la producción nacional superó los 84 millones de toneladas, 93% de ella concentrada en La Guajira y Cesar donde la explotación es a gran escala, y 7% en el interior donde se destacaron las distritos carboníferos de Santander, Cundinamarca y Boyacá, y en menor grado Antioquia; todos estos con una minería de corte artesanal.
En Colombia, donde la carga transportada que va por carretera es ahora del 27% si se incluye el carbón, en 2013 se movilizó un total de 183 millones de toneladas, incluyendo 6 ,1 millones de contenedores de 20 y 40 pies. Y para tranquilidad de citado sector automotor, esto: con una reducción dada en el costo del transporte como la que se advierte, las exportaciones en su conjunto podrían crecer unas tres veces dicha proporción, de conformidad con lo planteado en el estudio “Destrabando las arterias: El impacto de los costos de transporte en el comercio de América Latina y el Caribe”, BID (2008).
La imagen de portada, muestra la ruta del Ferrocarril Cafetero en línea negra y la de la Transversal Cafetera en color rojo, sobre los trazados para las alternativas de la nueva carretera al Magdalena desarrollados por Civiltec para del Invías, en 2013. Evidentemente, la pendiente del tren idealmente no debería pasar del tres por ciento, y nunca del cinco por ciento ya que en el segundo rango la cantidad de vagones tirados cae a la mitad.
Presentación UN-SMP para el Módulo de Economía del Transporte U.N. Manizales, 4-12-2015.
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4-5 Aerocafé
Visión prospectiva del Aeropuerto del Café.
http://www.bdigital.unal.edu.co/53402/
Resumen:
El Aeropuerto del Café ubicado a mitad de distancia entre Pereira y Manizales, al estar en el centro demográfico de Colombia y ofrecer fletes más económicos en aviones de largo alcance, presenta ventajas competitivas como aeropuerto regional de convergencias aéreas para operar como “Aeropuerto Low Cost” y de carga pesada, con destino a Europa, África, Asia y Oceanía. Dichos mercados, Norte América y el Cono Sur, son fundamentales para hacer del Paisaje Cultural Cafetero un motor de desarrollo rural soportado en el ecoturismo.
Nota: implementar en Palestina un aeródromo de solo 1400 m similar en longitud a la Nubia, al quedar en condiciones tarifarias no competitivas frente a Matecaña, podría enterrar el proyecto de forma definitiva. De ahí la importancia de empezar con pista de 2100 m de longitud como estrategia para poder avanzar a la fase de 3800 m.
VISIÓN PROSPECTIVA DEL AEROPUERTO DEL CAFÉ
El Aeropuerto Internacional del Café es la obra de infraestructura aeroportuaria que se construye en Palestina, Caldas, a 1550 msnm, ubicado en el centro de gravedad del Triángulo de Oro de Colombia, a 24 km de Manizales a 27 km de Pereira. El proyecto está dividido en tres etapas: la primera contempla la construcción de una pista de 1.400 m de longitud a un costo de $391.000 millones de pesos, incluyendo las inversiones iniciales de infraestructura; la segunda etapa, es para extender la pisa hasta 2.600 m a un costo adicional de $680.000 millones de pesos, y la tercera, aún por estimar, sería para llegar a 3.800 m.
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Aeropuerto del Café con alcance transoceánico
https://godues.files.wordpress.com/2016/08/a8506-aeropuero-del-cafe-alcances-con-aviones-de-5000-millas.png?w=640
Alcance transoceánico del Aeropuerto del Café, extendiéndose desde el Eje Cafetero hasta Europa, Asia, Oceanía y África, para permitirle a Colombia cumplir funciones de convergencia aérea desde la Región Andina. Esta visión interoceánica, es diferente a la de un aeropuerto regional cuya viabilidad financiera no es favorable. Imagen adaptada por GDE, en http://www.bdigital.unal.edu.co/50354/
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De conformidad con lo señalado por la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles, un Jumbo puede operar desde Aerocafé con ventajas adicionales sobre otros aeropuertos del país, al estar ubicado en el centro de gravedad de la Región Andina y poder salir fletado hasta con 112 mil libras, contra 83 mil libras que podría levantar desde el Altiplano y 74 mil libras desde Rionegro.
La anterior ventaja comparativa del Aeropuerto del Café se traduciría en una mayor competitividad para vuelos transoceánicos, lo que le permitiría llegar al Cono Sur, Norte América, Oceanía, Asia, África y Europa, operando desde el centro de Colombia como “Aeropuerto Low Cost” y como “Aeropuerto de carga pesada”, con economías de un 49% respecto al José María Córdoba y de un 36% con relación a El Dorado.
De conformidad con el Estudio de Alternativas para el Matecaña elaborado por la Corporación Aeropuerto de París (1982), dicho aeropuerto no podría expandir su pista para admitir aviones transoceánicos tipo Jumbo, lo que le impediría apalancar el Paisaje Cultural Cafetero como motor de la economía regional: recuérdese que el turismo a nivel mundial genera el 10% del PIB y el 8% del empleo; y que puertos y aeropuertos son los mayores empleadores del planeta.
En el Top 10 de 2015, por pasajeros movilizados en los aeropuertos internacionales de Colombia, tenemos: 1- El Dorado: 31 956 551; 2- El José María Córdova: 6.903.820; 3- El Alfonso Bonilla Aragón: 5 122 389; 4- El Rafael Núñez: 3 898 628 ; 5- El Ernesto Cortissoz: 2 756 389; 6- El Palonegro: 1 839 969; 7- El Matecaña: 1 890 088; 8- El Gustavo Rojas Pinilla: 1 500 526; 9- El Simón Bolívar: 1 457 078; y El Camilo Daza: 10- 1 161 249.
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Aerocafé como complemento de El Dorado
Ubicado en el Municipio de Palestina, Aerocafé como complemento de El Dorado conformando un nodo aéreo que no sólo dimidiaría la distancia entre Norte América y el Cono Sur, sino que por su mayor alcance admitiría vuelos transoceánicos pudiendo hacer viable el Paisaje Cultural Cafetero. Imagen: en.wikipedia.org
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La viabilidad económica de Aerocafé, no está en la componente regional sino desempeñándose como aeropuerto transoceánico y de convergencias aéreas para Colombia.
Si Aerocafé como complemento de El Dorado puede fortalecer un nodo aéreo entre São Paulo y de Ciudad de México, también puede complementar a Matecaña que pese a ofrecer la mayor frecuencia de operaciones del Eje Cafetero, está limitado a vuelos de mediano y corto alcance. Contrariamente, Aerocafé por ofrecer economías en vuelos de largo alcance con grandes economías desde el Centro del Triángulo de Oro, puede fortalecer la región Andina de Colombia con ventajas de convergencia aérea para rutas que entren por el Pacífico.
La competencia para Aerocafé-El Dorado como gran nodo aeroportuario de alcance transoceánico, seria Panamá, que respecto a la Región Andina de Colombia no tienen el mismo peso demográfico, ni de oferta potencial de productos perecederos como heliconias, hortalizas y frutas tropicales a otros continentes y latitudes, y tampoco de bienes con valor agregado.
Mientras el aeropuerto Tocumen de Panamá, en 2014 con 135406 operaciones, movilizó 8 536 342 de pasajeros y 110 789 ton de carga, el Aeropuerto El Dorado tuvo 337 137 operaciones aéreas, en las que alcanzó un movimiento de 31 956 551 pasajeros y un movimiento de carga de 670 222 ton. Lo anterior, hace de El Dorado el tercer aeropuerto de América Latina, después del Aeropuerto Internacional de São Paulo-Guarulhos en Brasil y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en México.
Nuestra Zona Franca Andina como catapulta para Aerocafé, se constituye en la mejor apuesta logística para Manizales y Caldas al haberse concebido como nodo productivo para acceder a la Sociedad del Conocimiento, con la generación de BB y SS estratégicos, creando sinergias entre la Economía del Conocimiento, con la Economía de las TIC, la Economía Verde y la Economía Naranja.
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* Presentación para el Honorable Concejo Municipal de Palestina, a nombre de la U. N. de Colombia, y de de la SMP de Manizales. Palestina, Caldas. Jueves 18 de Agosto de 2016.
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4-6 La mejor esquina de América
Urabá frente a los mares e Colombia.
http://www.bdigital.unal.edu.co/51859/
Resumen:
El Plan Maestro de Transporte Intermodal que no contempla el desarrollo del Corredor Férreo del río Cauca, tampoco incluye a Urabá, el lugar más cercano del Caribe a los principales centros de producción y consumo de la región Andina de Colombia, donde además del tradicional puerto de Turbo, Conconcreto invertirá U$1.000 millones para un puerto en Necoclí y la clase empresarial de Antioquia U$536 millones para construir Puerto Antioquia sobre la margen del río León en Urabá, aprovechando la Autopista al mar que hará más competitivo el estratégico lugar donde se podrán articular los mares de Colombia.
URABÁ FRENTE A LOS MARES DE COLOMBIA
Según la Superintendencia de Puertos y Transporte, las nueve zonas portuarias de Colombia en 2014 movilizaron 185 millones de toneladas, cifra equivalente al 98% del comercio exterior del país, donde la carga en contenedores participó con 2,13 millones de TEU, de los cuales 1,58 millones correspondieron al Caribe y 0,55 millones al Pacífico. Al examinar los flujos por cada océano, los del norte, donde sobresalieron en su orden Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, respondieron por el 69,4% de los movimientos, contra un 30,6% de lo movilizado por el mar de Balboa, con visible hegemonía de Buenaventura.
No obstante, Urabá podría ser nuestro primer nodo de carga interoceánico, por estar ubicado en la mejor esquina de América y en vecindades de Panamá. Allí, el sistema portuario que avanza en Antioquia, podría mejorar su nivel de competitividad gracias al impacto de la nueva Autopista al mar, que de construirse el Túnel del Toyo reduciría de ocho a cuatro horas el tiempo de recorrido desde Medellín. Aún más, en un plano de mayor nivel de desarrollo, otra sería la historia si se articulan nuestros océanos entre Urabá y Cupica, y se llega con tren al estratégico lugar de Antioquia, tal cual lo propuso Carlos E. Restrepo en 1905, además de extender el ferrocarril desde Bolombolo hasta Buenaventura, y construir el Ferrocarril Cafetero cruzando la Cordillera Central, para implementar la intermodalidad al articular con el modo férreo el Altiplano, la Hidrovía del Magdalena y el corredor férreo del Cauca.
Sería inimaginable el desarrollo portuario que tendría el Urabá antioqueño, tras la apertura de una nueva troncal transoceánica similar a la ruta del Suez, transitando por el nuevo Canal de Panamá, cuando avanzando por el Atrato, Colombia también haga lo mismo articulando nuestros mares mediante la hidrovía del Atrato y un tren pasando por Chigorodó y Vigía del Fuerte para salir al Pacífico. En aquel magnífico Golfo que se comparte con el Chocó biogeográfico, se tendrán tres puertos sobre un tramo de 80 km: uno, el añejo terminal de Turbo que ha sido el puerto de la Costa Atlántica más cercano al centro del país; Puerto Antioquia ubicado a orillas del río León en Nueva Colonia, donde se prevé iniciar obras y operar en 2019; y el nuevo complejo portuario en Necoclí, que también iniciaría el presente año para concluir obras en 2023. Medellín quedará a 300 kilómetros de Puerto Antioquia, a 340 kilómetros de Turbo y a 380 kilómetros de Necoclí.
Pero otra es la racionalidad del Plan Maestro de Transporte Intermodal que se formula, donde aún se contempla el modo ferroviario a lo largo del Magdalena hasta Santa Marta, para poner a competir a lo largo del río, tren, ferrocarril y carretera, además de persistir en el modo carretero para el flujo de carga entre el Altiplano y Buenaventura, olvidando que así esa distancia de tan solo 513 kilómetros, en costos se alargaría tres veces, aunque se pasen los camiones en un tren-plataforma por un túnel vecino a La Línea, tal cual lo propone ODINSA. Esta visión parecería contraria al fundamento de un sistema troncal de transporte, donde trenes e hidrovías deben ser la fórmula para un sistema eficiente de carga que llegue hasta nuestros mares: respecto al modo carretero, el tren reduce entre tres y cuatro veces los fletes y el modo fluvial seis veces.
Ahora, si se opta por la transversalidad del medio ferroviario y por su extensión, para lograr un verdadero sistema intermodal de carga que alimente también la hidrovía del Magdalena, buscando al tiempo centralizar las operaciones logísticas en movimientos troncales de carga para hacerlo viable, el desarrollo portuario antioqueño traería ventajas para Colombia, por dos razones: primero, porque el puerto de Turbo, ubicado a mitad de distancia entre Necoclí y el Río León, dista por tierra 340 kilómetros de Medellín, 780 kilómetros de Bogotá y 525 kilómetros de Manizales; y segundo, porque si en lugar de Cartagena se opta por Necoclí, que es el puerto más distante de los tres terminales, en el movimiento de carga se generarían economías por distancia respecto a la ciudad amurallada, del 41% para Medellín, 22% para Bogotá y 32% para Manizales, cuantías que se triplicarían con el advenimiento del tren andino llegando hasta Urabá.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016.02.29] Imagen: Golfo de Urabá y Delta del Atrato. Fuente Google Earth y Wikipedia (Adapt.)
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4.7 La intermodalidad
Un plan maestro de transporte “multi” pero no intermodal.
http://www.bdigital.unal.edu.co/53096/
Resumen:
Observaciones al Plan Maestro de Transporte Intermodal PMTI 2015-2035, relacionadas con su enfoque multimodal, y algunos proyectos estratégicos de la región Andina para establecer un sistema intermodal de carga en Colombia que puede financiarse con la locomotora del carbón andino. Entre otros, se propone que, en lugar de poner a competir ferrocarril, hidrovía y carretera a lo largo del Magdalena, se desarrolle el sistema ferroviario extendiendo el Corredor Férreo del Cauca hasta la Hidrovía del Magdalena y el Altiplano, y desde La Felisa hasta Urabá, además de articular los mares de Colombia con un paso interoceánico entre Urabá y Cupica.
UN PLAN MAESTRO DE TRANSPORTE “MULTI” PERO NO INTERMODAL
El Gobierno Nacional, estructuró el Plan Maestro de Transporte Intermodal PMTI 2015-2035, sobre las necesidades en infraestructura y transporte de carga con una visión estratégica del sector a largo plazo. Según este, Colombia tendrá una red vial primaria que le garantice al sector camionero una infraestructura eficiente, para operar con velocidades de 60 a 80 km/h según se trate de terreno montañoso o llano, donde las 4G podrían generar beneficios reduciendo tiempo de transporte hasta el 30%, y aunque considera que una reducción del 1% en el costo “ad valórem” de los fletes, puede aumentar las exportaciones entre 6 y 8 veces, persiste en el modo carretero para salir al mar y abandona la interacción del sistema con ferrocarriles e hidrovías como fundamento de la intermodalidad.
De otro lado, el estudio “Destrabando las Arterias…” BID (2010), al considerar el impacto del transporte en el comercio de América Latina y el Caribe, había sentenciado que una reducción en sus costos, permitiría incrementar las exportaciones, señalando de paso que por cada reducción del 10%, se produciría un aumento tres veces superior de aquéllas. Esto, dado que según las estimaciones más conservadoras la cantidad de productos importados y exportados crecería entre el 9% y el 10%; y en un escenario favorable más del 60%, puesto que la expansión asociada a dicha reducción sería mayor en los productos manufacturados (66,3%) y los minerales y metálicos (69,2%), que en los productos agrícolas (54%).
Si una reducción de los costos de transporte, no sólo incrementa el volumen del comercio de la Región Andina de Colombia, sino que también diversifica los bienes transados; entonces ¿cuál es el modelo que propone implementar el PMTI que ponga los costos de transporte en el centro de la agenda comercial colombiana, y se traduzca en beneficios significativos por volumen y diversificación del comercio? Debo confesar que ni veo cómo ni encuentro el carácter Intermodal en el PMTI, puesto que se olvida de Urabá y de la expansión del modo ferroviario para conectar la Red Central y la Red del Pacífico, además de apostarle al modo carretero y de poner a competir ferrocarril carretera y río, a lo largo del Magdalena.
Para valorar la eficiencia modal entre el sistema Carretero, Férreo y Fluvial, partiendo del presupuesto de que la capacidad de carga por viaje es de 5000 ton en un convoy, 2500 ton en tren y 30 ton en tractomula, dado que por cada HP de potencia en cada medio, se mueven 1000 kg por agua, 500 kg por ferrocarril y 150 kg por carretera, tales diferencias hacen que respecto al modo carretero que solo tiene competencias en repartos, la hidrovía resulte 6 veces más económica y el tren de 3 a 4 veces. Adicionalmente, mientras el mayor tiempo de viaje desfavorece la hidrovía, el uso del tren para llegar a los mares de contarse con carga suficiente como sería la del carbón, resultaría fundamental por ser competente en tiempo y costos, con un doble propósito: salir del altiplano a los dos mares en Urabá y Buenaventura, y alimentar la hidrovía desde sendos puertos de contenedores ubicados en la Virginia y el Altiplano, por ser los dos centros de gravedad de generación de carga de la Región Andina.
Pero en materia de trenes, aunque el PMTI considera que sólo son factibles priorizarlos asegurando por la vía privada una integración vertical entre una mina de carbón y su transporte, olvida que las reservas de petróleo se acabarían en seis años y no propone una política pública alterna soportada en la locomotora del carbón andino, como estrategia para viabilizar el sistema intermodal y darle sentido al dragado del Magdalena, ya que en materia de conexiones férreas entre el centro y el occidente del país, el PMTI únicamente acaricia la idea de un túnel por La Línea, obra que seguramente será el que propone ODINSA para pasar tractomulas en un planchón férreo, desconociendo el Ferrocarril Cafetero ya inscrito en el PND 2014-2018 además de la imperiosa necesidad de alimentar con trenes la Hidrovía, y olvidando impulsar el Corredor Férreo del Cauca urgido no solo de la variante por Loboguerrero, sino también de su extensión hasta Urabá donde avanza Antioquia con sus grandes megapuertos.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2015.06.20]. Imagen Corredores logísticos propuestos por la UN SMP para el PMTI.
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4-8 Los mares de la patria
Impactos del Nuevo Canal de Panamá
http://www.bdigital.unal.edu.co/53095/
Resumen:
Con la ampliación del Canal de Panamá donde seguirán operando las embarcaciones Clase Panamax de 4500 TEO, países como EE UU, China y Chile, además de la Región Caribe, Andina, y el Pacífico Americano, se verán beneficiados con la nueva obra emprendida para permitir el paso de barcos Clase Suez de 12500 TEU. Con el Nuevo Canal de Panamá incrementando la capacidad de 300 a 600 millones de toneladas anuales, al darse paso a grandes embarcaciones que reducen cinco veces los fletes, la troncal interoceánica del movimiento de carga abrirá por el Istmo un paso alterno a Suez entre el Atlántico y el Pacífico.
IMPACTOS DEL NUEVO CANAL DE PANAMÁ
Imagen mostrando que el Flujo del Comercio de Panamá al depender de embarcaciones pequeñas no entra al corazón del Pacífico (Izq); y que el Volumen Global de Contenedores aún crece de forma exponencial (Der). Fuentes; people.hofstra.edu y cdn.theatlantic.com
Con el carguero chino Cosco Shipping Panama, de 9.472 contenedores de 20 pies (TEU), transitando las 50 millas del Istmo entre el Atlántico y el Pacífico, tras pagar U$ 586 mil, el pasado 26 de Junio Panamá inauguró el nuevo canal, una de las obras de ingeniería más emblemáticas de América, resultado de una inversión de U$ 5.581 millones (75% más de lo presupuestado), que según los expertos tendrá un retorno mayor al 13 %, ya que los ingresos para el Estado en la década entrante duplicarán los de la precedente estimados en U$ 1.000 millones por año, generados por los peajes en esta vía que verá incrementar su actual participación del 5% en el comercio marítimo global.
La magna obra emprendida por los panameños en 2007 y ejecutada por un consorcio liderado por las constructoras Salini Impregilo y Sacyr, tras nueve años incorpora dos juegos de esclusas con 427 metros de eslora por 55 metros de manga y 18,3 metros de calado, para un tercer carril de navegación. Mientras el antiguo canal de 1914 con capacidad de 300 millones de toneladas-año continuará dando paso por día a 25 barcos Clase Panamax de 5.000 TEU, con dicha ampliación, al transitar 10 barcos Clase Suez de 12.500 TEU adicionales, se duplicará la capacidad de la vía húmeda.
Si en 1914, gracias a la inauguración del histórico canal y a la llegada del Ferrocarril del Pacífico a Palmira, cuando el protagonismo del comercio marítimo lo capitalizaba el Atlántico, Buenaventura que respondía por el 8% de las exportaciones de Colombia pasa a movilizar el 32%, un siglo después con esta estratégica ampliación para acceder al mar de Balboa y ofrecer una ruta alterna a la del Suez, indudablemente habrá significativos impactos para el Caribe y para la costa Este de Norteamérica, con nuevas oportunidades que debe capitalizar nuestro país derivadas de la apertura de una nueva troncal interoceánica entrando por el istmo centroamericano; todo consecuencia del tránsito de los Pospanamax, grandes “monstruos de los mares” que con fletes cinco veces menores respecto a los Panamax, logran una economía del 500% que hace rentable salvar la extensa cuenca del Pacífico por Panamá, para entrar a ese enorme escenario donde se generan 2/3 del PIB mundial.
Lo anterior, dado que el antiguo canal de la vecina república, que ayer solamente servía para articular las costas americanas y acceder desde el Pacifico latinoamericano a la cuenca del Atlántico, después de 102 años de servicio con esta ampliación, se convierte en arteria vital para la economía global al estructurar un nueva ruta interoceánica que permitirá la integración de los mercados del Este de las Américas y Asia, mediante un paso más competitivo del Atlántico al Pacífico que abrirá puertas, por ejemplo, para la economía norteamericana establecida al Este del Misisipi, beneficiando centros industriales y urbanos como Chicago, Detroit y Dallas, quienes en lugar de buscar por tierra la salida al Asia vía férrea yendo hasta Long Beach, San Francisco o Los Ángeles, optarán por los puertos del Golfo o de la Costa Este que concentren carga, donde salvo Norfolk y Baltimore los demás requieren adecuarse para operar embarcaciones Pospanamax.
Y en el caso colombiano con el nuevo Canal de Panamá, habrá beneficios no sólo para Cartagena, el futuro Necoclí, Buenaventura y los puertos equipados de la región, que admitiendo Pospanamax se incorporarán a esta ruta para llegar al Asia con un ahorro en distancia del 25% navegando 160° por el Pacífico, en comparación con el tradicional recorrido de 200° por el Mediterráneo y el mar Rojo, y sobre todo para Nicaragua y Colombia porque al examinar las estadísticas del comercio marítimo y encontrar un escenario de crecimiento exponencial de carga, caracterizado por el protagonismo asiático sobre Norte América y Europa, se puede concluir que los colombianos podemos implementar un desarrollo portuario con visión interoceánica de cara a la cuenca del Pacífico, apalancados en la locomotora del carbón andino: primero, si expandimos el sistema ferroviario articulando la región Andina para salir del Altiplano hasta los mares mediante el Ferrocarril Cafetero y el corredor férreo del Cauca yendo desde Buenaventura hasta Urabá; y segundo, si construimos un paso interoceánico mediante el Ferrocarril Verde entre Puerto Antioquia y Cupica, complementado con la hidrovía del Atrato.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016.07-04.]
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4-9 Canal interoceánico
Alternativa verde para el ferrocarril del Chocó biogeográfico http://www.bdigital.unal.edu.co/11520/
Resumen:
Canal seco interoceánico entre Urabá y Cupica, constituido por el Ferrocarril Verde transitando por el Atrato antioqueño para mitigar el impacto ambiental, complementado con la navegación por el río, sin afectar las culturas nativas del Darién, y de paso buscando su articulación con el Tren de Occidente y el sistema de transporte de carga de Colombia. Este ferrocarril, se complementaría con la hidrovía del Atrato, por ser medio 50% más económico que la línea férrea que ofrece una capacidad de carga decenas de veces superior.
ALTERNATIVA VERDE PARA EL FERROCARRIL DEL CHOCÓ BIOGEOGRÁFICO
Sabemos que el desarrollo del Chocó se ha debatido entre su doble condición: la de ser un santuario de flora y fauna con asentamientos humanos Cunas, Catíos y Emberas, y la de contar con un potencial natural subrayado por abundantes recursos naturales y la posición geoestratégica que ofrece su territorio al ligar los dos océanos de la economía planetaria.
Justo hace meses apreció la noticia de un ferrocarril interoceánico para un canal seco de 220 km por el Chocó biogeogáfico, que al unir el Atlántico desde Titumate en Bahía Ceverá con el Pacífico y llegar a Punta Aguacate en el norte de Bahía Solano, podría movilizar 40 millones toneladas año, cantidad inferior a las 300 millones de toneladas que transitan por Panamá y que se duplicarán con la ampliación del canal, hoy en curso.
Ferrocarril Verde de unos 250 kilómetros transitando entre Urabá y Cupica por el lado de Antioquia (color oscuro) y complementado con la hidrovía del Atrato, como alternativa a la propuesta del Ferrocarril Chino (color rojo) que lo hace por la margen panameña afectando el Parque Natural del Darién y sus comunidades indígenas.
Esta alternativa al Canal de Panamá, por Colombia, que costaría U$ 7.500 millones financiados por el Gobierno Chino, facilitaría la salida de materias primas para el Asia provenientes de Colombia, Brasil y Venezuela, pero estaría descompensada en los volúmenes y tipos de embarcación probables para los flujos contrarios. El corto trazo, se presenta luego avanzando hasta Tribugá, para paliar su preocupante aspecto de proyecto absolutamente desarticulado.
Los antecedentes de semejante obra pasan por la historia de Colombia, primero con la construcción del Ferrocarril de Panamá en 1855, cuyas consecuencias fueron hacer de la capital del istmo la primera metrópoli del país y causar el declive de Honda al palidecer el Magdalena como ruta de paso a Ecuador y Perú desde la colonia.
Hasta la apertura del canal en 1914, dicho ferrocarril transportó el mayor volumen de carga por unidad de longitud entre las vías férreas del mundo; y segundo, con la construcción del Canal de Panamá iniciada en 1881 por el constructor de Suez, Ferdinand de Lesseps, quien fracasa al intentar el paso sin exclusas, debiendo declinar en 1889. Ya en 1903, Panamá se separa y negocia concluir la construcción con EEUU entregando el canal a perpetuidad con su franja de 16 kilómetros, a cambio de U$10 millones y una renta anual de U$250 mil.
Pero por razones que van más allá de la generosidad, Panamá recibe el Canal en 2000 mediante el tratado Carter-Torrijos firmado en 1978 para el traspaso de su soberanía y control. La razón: la entrada en escena de los grandes monstruos de los mares: los Superpánamax, embarcaciones que superan los 4500 contenedores de 20 pies TEU de capacidad actual en el Canal. Ahora Panamá se amplia para permitir el paso de barcos de 12500 TEU, ligeramente mayores a los que cruzan Suez su tradicional competidor. Con todo esto, ambos canales no darán abasto atendiendo unos flujos comerciales que crecen al doble del PIB mundial, razón por la cual EEUU seguirá movilizando rutas troncales de contenedores entre Asia y Europa, que utilizan en su tránsito los ferrocarriles costa a costa para pasar de Nueva York a San Francisco, gracias a sus puertos profundos.
Lo anterior muestra cómo Colombia tiene una opción a pesar de la ampliación de Panamá, máxime cuando dicho canal debe funcionar con exclusas, lo que supone una limitación natural asociada a las precipitaciones en el Lago Gatún, así tenga previsto reutilizar el 40% del agua en la nueva vía. Además el 30% de las embarcaciones que transitan allí, son embarcaciones pequeñas de menos de 9000 toneladas para las cuales se encarece el tránsito por contenedor por la operación de las esclusas.
Ahora, volviendo a la propuesta China urge una alternativa de ferrocarril para ese trazado por la margen occidental del río Atrato que aprovecha el piedemonte oriental de la Serranía del Baudó, que ofrezca mayor articulación al sistema de transporte de Colombia y mitigue impactos sobre ecosistemas y comunidades con culturas ancestrales: el Ferrocarril del Atrato que saliendo de Turbo, como parte del Ferrocarril de Occidente que uniría a Medellín con Urabá, pase por Chigorodó y Mutatá, y llegue a Vigía del Fuerte para cruzar el Atrato aguas arriba del escenario fangoso e inundable del río.
El trazado avanzaría hacia el sur por el piedemonte occidental de la Cordillera Occidental en jurisdicción de Murindó y Vigía del Fuerte, hasta el río Murri de Antioquia, lugar donde giraría al poniente para buscar el Atrato y luego cruzar por túnel la serranía del Baudó, con el fin de entrar al Golfo de Utría donde está Bahía Solano, para bajar a Tribugá destino y salida al mar para el Eje Cafetero. Esta ruta sirve a Antioquia, evita el tapón del Darién, mitiga impactos en áreas de interés como parques y reservas, vincula los poblados del Medio Atrato y articula los dos principales golfos del Chocó al proyecto.
[Ref: La Patria, Manizales, 01/04/2011]. Imágenes: adaptadas de: juanpineres.com y de Google Earth.
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Cap 5- Temas de desarrollo
Imag 5. Palacio Amarillo de Caldas en asambleadecaldas.gov.co
.5-1 La identidad
Los Mundos de Samoga para la Ecorregión Cafetera
http://godues.wordpress.com/2014/05/20/
El Museo Interactivo de la Ciencia y el Juego Samoga, es una dependencia de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, concebida desde sus orígenes como un proyecto de ciudad mediante el cual la Universidad ofrece un espacio cultural, educativo y recreativo para contribuir al desarrollo ciudadano y a la competitividad urbana.
LOS MUNDOS DE SAMOGA PARA LA ECORREGIÓN CAFETERA
No hemos desarrollado los íconos culturales para la identidad del Eje Cafetero, como región biodiversa. Con la implementación de “Siete mundos”, el Museo Samoga de la U.N de Colombia Sede Manizales, busca generar dicho instrumento, a partir del análisis del potencial natural y cultural de la ecorregión.
Mientras que con tres mundos se formularán las estrategias necesarias para dar respuesta a las problemáticas de la ecorregión a partir de sus potencialidades, para su descripción se presenta el escenario concebido como una construcción social e histórica constituida por cuatro subregiones, recurriendo a una analogía con los cuatro elementos aristotélicos, así:
Por el Mundo de la Tierra, Pachamama (tierra) que recoge el occidente minero con Anserma, Marmato y Riosucio, un lugar de marimbas, de resguardos, de carnavales y de negritudes, y además una subregión panelera con arquitectura de tapia pisada y vocación minera: en el oro de Marmato y Riosucio existe más novela y poesía que en el café; para este territorio triétnico y colonial, la música es el curruláo.
Por el Mundo del Agua, Bachué en la subregión magdalenense con su recurso hídrico excedentario; es el oriente caldense, tierra de ranchos de hamacas, de chinchorros, de subiendas de bagres, nicuros y bocachicos, del petróleo de Barranca, de la historia de los vapores por el río y de la Expedición Botánica. Es la subregión del bunde, donde sobresalen el bosque de Florencia y los humedales del Magdalena.
Por el Mundo del Aire, Yuruparí, donde el aroma de la tierra del café cubre los dos ejes de la colonización antioqueña; es la región Cafetera propiamente dicha, que empieza en Neira y llega hasta el norte del Valle; es la tierra de las chivas, del bahareque de guadua, de los cables aéreos, de los Ferrocarriles Cafeteros, del bambuco y de la música de carrilera. En este territorio de guaduales y yarumbos, la gastronomía se relaciona con el plato montañero.
Por el Mundo del fuego, Chiminigagua para la alta cordillera con sus volcanes y las fértiles tierras de San Félix-Murillo, un espacio geográfico que tiene sus propios íconos en el cóndor, el pasillo, la ruana de Marulanda, los caminos empalizados, la palma de cera, el pasillo y el sombrero aguadeño. Es el territorio del páramo y del bahareque entablado.
Además, para contribuir a la apropiación del territorio se propone implementar las estrategias de ciencia y tecnología, y la traducción de los saberes populares en los términos de la ciencia moderna, con los Mundos de Chía (arte) dado el carácter pluricultural de la ecorregión, Bochica (lógica) por la necesaria articulación entre ciencia y saberes, y de Chibchakum (tecnología) para incorporar los desarrollos tecnológicos requeridos en el trópico andino en el marco de un desarrollo sostenible.
Con lo anterior, la idea es incorporar en la oferta del Museo Samoga como centro interactivo, elementos de un museo de tercera generación, mediante la innovación de su guion museístico con la anterior temática orientada a la promoción del Eje Cafetero.
Imagen: Los siete mundos del Museo Interactivo Samoga de la U, en: http://samoga.manizales.unal.edu.co
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5-2 La planificación
El desarrollo urbano y económico de Manizales
http://www.bdigital.unal.edu.co/50922/
Resumen:
De conformidad con las dinámicas del PIB y la grave fragmentación social y espacial del territorio, donde se advierten el rezago regional y de la economía local, y el empobrecimiento de los medios rurales de la Ecorregión, Manizales, está urgida de un nuevo modelo urbano más verde, incluyente y con “crecimiento hacia adentro“, para lo cual debe descentralizar la infraestructura social y económica, y aplicar estrategias regionales para conurbar su territorio.
Dichos procesos demandan el fortalecimiento de la identidad cultural y empoderamiento del territorio por parte de la sociedad civil y las comunidades de base, a fin de para emprender el desarrollo del espacio público, la movilidad regional, el ordenamiento de cuencas, la protección de la biodiversidad y el aprovechamiento de la posición geoestratégica del territorio; todo a partir de una revolución educativa que desarrolle el talento humano, y de estrategias de C&T imbricadas en la Cultura, como condición necesaria para cerrar la brecha de productividad e ingresos a partir de una reconversión productiva, de implementar la intermodalidad articulando la hidrovía del Magdalena con el Corredor Férreo del río Cauca, de hacer del Paisaje Cultural Cafetero PCC un clúster turístico soportado en las ventajas de Aerocafé, y de desarrollar opciones en Biotecnología, en las TIC y en Economía naranja, entre otros. -
EL DESARROLLO URBANO Y ECONÓMICO DE MANIZALES
Imagen: plano de Manizales, años 70.
Documento preparado a partir de material del suscrito autor, para ser presentado al “Colectivo: Subámonos al Bus del POT”, en el Auditorio José Restrepo Restrepo de la SMP de Manizales, el jueves 16 de julio de 2015.
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Presentación:
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Manizales, está urgida de un nuevo modelo urbano más verde, incluyente y con “crecimiento hacia adentro“, para lo cual debe descentralizar la infraestructura social y económica, y conurbar su territorio. Requiere del fortalecimiento de su identidad cultural y del empoderamiento del territorio por parte de la sociedad civil, para emprender el desarrollo del espacio público, el ordenamiento de cuencas, la protección de la biodiversidad; todo esto a partir de una revolución educativa que desarrolle el talento humano, como condición necesaria para cerrar la brecha de productividad e ingresos a partir de una reconversión productiva.
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Manizales
Manizales, con 394 mil habitantes de los cuales 28 mil son rurales, posee el 40% de la población de Caldas. Esos 28 mil habitantes rurales, equivalen a los 2/3 de la población urbana de Villamaría, estimada en 43 mil habitantes.
Manizales es una ciudad intermedia y mediterránea, en la región septentrional de los Andes, sobre el fragmento norte dela franja intertropical. La zona urbana, está ubicada a 2100 msnm. El territorio de Manizales cuya superficie es de 572 km², equivale al 7,2% de la extensión territorial de Caldas (7,888 km²)
Mientras la participación del PIB en el Eje Cafetero, equivalente al 4,1% del PIB nacional, el PIB de Caldas al año 2013 sólo llegó al 1,4% del total del país, con un per cápita de U$ 5500, contra U$ 8100 de la nación.
El PIB en Caldas, cuya estructura del 55% para el sector terciario, 24% para el sector secundario, 14% para el sector primario y 7% para los impuestos, entre 2004 y 2014 creció en promedio 2,6%, contra una media nacional anual del 4,8% para el mismo período.
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Retos y Fortalezas
Pero hoy, la ciudad enfrenta retos complejos, entre ellos: en lo social, la pérdida de valores, la obsolescencia del modelo educativo, la fragmentación social, el desplazamiento intraurbano y la drogadicción; en lo ambiental, la expansión urbana, la “guetificación” del hábitat, el deterioro del centro histórico, la amenaza del cambio climático y la ineficiencia del modelo de movilidad; en lo económico, la desindustrialización y la informalidad, la incapacidad para responder a las dinámicas urbano-regionales, la problemática de la conectividad de la ciudad y la brecha de productividad que sume a los productores rurales en la pobreza; y en lo institucional, la pérdida de liderazgo, la corrupción y el clientelismo como expresión del “paraestado”, la pérdida de confianza en el sector público y la privatización de la plusvalía urbana.
Si entre las fortalezas que tenemos, además de una declaratoria de Paisaje Cultural Cafetero por implementar, estarían el potencial cultural y carácter laborioso de la población; un territorio biodiverso con variedad geográfica y de recursos naturales; además de factores históricos y antropológicos favorables a la cohesión e integración, que se suman al conocimiento experto de los actores sociales, esto además de resultar aleccionador, serviría para identificar otros conflictos y nuevas tendencias como insumos necesarios para prospectar opciones de futuro para Manizales, útiles para confrontar las propuestas de los programa de gobierno de las campañas, analizándolas con visión social, territorial y de futuro.
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La subregión Centro-Sur y La Ciudad Región
Urge un nuevo modelo de ciudad para resolver la integración de los municipios del potencial área metropolitana de Manizales, abordando temas sustantivos como: el agua, las cuencas, la inversión, los servicios públicos y la movilidad, además de la vocación de los entes territoriales y de la construcción de sinergias para la ciudad región, como elementos clave para decidir sobre la asignación de las funciones metropolitanas y los usos del suelo en el Eje Pereira-Manizales.
Entre dichas capitales cafeteras, además de importantes poblados conurbando el espacio en Caldas y Risaralda, conforme se han intensificado los factores de movilidad, el territorio distal se ha rururbanizado, al tiempo que dichas capitales se han expandido de forma conflictiva, más allá de sus propias necesidades.
Pereira y Manizales, antes que competir como ciudades para luego tener que palidecer por los efectos metropolitanos ejercidos desde Cali y Medellín, deberían complementar sus economías aplicando la metodología de un clúster urbano, para transformarse en el núcleo de la gran conurbación del occidente de Colombia.
Entre los desafíos regionales y locales que deberán enfrentar nuestros planificadores, está el de estructurar la subregión Centro-Sur, abordando temas estratégicos para sus comarcas y las formas de organización posibles. Los temas sustantivos para resolver dicha integración, son el agua, las cuencas, la movilidad, los servicios públicos, la inversión en infraestructura social y productiva, y la vocación de los entes territoriales, la gestión integral del riesgo y el manejo responsable del medio ambiente.
Mientras la urgencia de las megalópolis es volverse internacionalmente competitivas y manejar problemas de escala, y la de los poblados menores articularse a un centro urbano de mayor nivel de importancia desarrollando una competencia específica, la de las ciudades intermedias como Pereira y Manizales debe ser conurbarse para conformar una ciudad región, para no palidecer.
Para fortalecer el crecimiento del PIB, además de crear sinergias económicas complementando sus economías, se debe aprovechar a fondo la relación directa y efectiva entre movilidad y economía, integrando los mercados de las áreas metropolitanas de Pereira y Manizales, propiciando de paso un enorme beneficio para Chinchiná, Palestina y Santa Rosa de Cabal.
Ambas capitales, Dosquebradas, Villamaría y estas tres poblaciones, suman 1 millón cien mil habitantes, 51% en el área metropolitana de Pereira y 39% en la de Manizales.
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Las dinámicas del suelo urbano
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Ya no son los tiempos de la ciudad industrial de la primera mitad del siglo XX; ahora las economías que siguen siendo fundamentalmente urbanas, se han tercerizado, al tiempo que las zonas rurales sobre el eje Pereira-Manizales, desde los años 70 se han rururbanizado, mientras el modelo urbano difuso se ha acentuado.
A la par, en los medios urbanos la fragmentación social y espacial se ha venido favoreciendo por un modelo urbanístico expansionista, insolidario, excluyente y sin opciones de vida para los pobres, cuyas consecuencias se harán insostenibles. De ahí la importancia de concebir los necesarios procesos de renovación urbana, no como proyectos de infraestructura sino como procesos sociales para la recuperación del hábitat.
Una oportunidad, puede surgir de un nuevo modelo urbano, descentralizando la infraestructura social y económica, “más verde” y que contemple la conurbación del Eje Cafetero como factor de subsistencia y el aprovechamiento de la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero PCC, entre otros asuntos, pero orientando los esfuerzos hacia la consolidación de un territorio más justo, equitativo y soberano, y al desarrollo del capital social.
Macroproyecto San José: la renovación urbana de la comuna San José, dejó de ser un proyecto esperanzador para cientos de familias pobres, dado que utilizando como estrategia los cambios en la valoración del riesgo para la revitalización del degradado sector, se propició la expulsión de cientos de moradores del céntrico lugar hacia la periferia urbana, para captar la plusvalía urbana.
La Galería: el histórico lugar cuyo singular trazo delata el urbanismo de mediados del siglo XX, exige un diálogo entre sus actores sociales fundamentales: pequeños comerciantes, artesanos y productores rurales, y la autoridad municipal, en pro de un proceso de ordenamiento incluyente, participativo y concertado que parta del presupuesto de que dicho escenario debe ser el principal articulador de los medios rurales y urbanos de Manizales.
El Centro Histórico: el vital y más representativo referente urbano de la ciudad, no solo ha visto usurpado el espacio público puesto al servicio de la informalidad, sino que ha sido abandonado por sus propios moradores. La gestión urbana de este lugar hoy lumpenizado, no solo debe ser el resultado de una gestión pública por sí misma, sino también el fruto de una gestión integral, descentralizada e incluyente, donde se exprese el interés del universo heterogéneo de los actores sociales, incluidos los pobres urbanos y de la sociedad civil organizada, considerando no solo económicos y ambientales, sino también soluciones sociales en temas fundamentales la convivencia y los derechos humanos.
Los guetos urbanos: estos escenarios periurbanos duales: unos conformados por áreas deprimidas donde la vida deteriorada y condiciones de inequidad, sumadas a la desigualdad inherente de las clases sociales, alimentan los factores que generan acciones perturbadoras de la seguridad sobre las demás zonas del sistema urbano, y otra otros espacios constituidos por unidades residenciales cerradas para la clase pudiente que se aísla y protege, y donde las vías pierden su carácter público al limitar su función social.
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Un TIM Verde para el POT
Imagen: Manizales cómo vamos, en http://manizalescomovamos.org
En Colombia, donde la problemática de la movilidad ha puesto en jaque la viabilidad de las grandes ciudades, las de tamaño intermedio como la nuestra tampoco escapan a los problemas causados por la proliferación de carros y motos, como lo son la accidentabilidad vial, una de las principales epidemias de nuestra sociedad, y la congestión vehicular con sus graves consecuencias económicas y sociales, entre otros. A esta realidad contribuyen en Manizales un modelo urbano que en lugar de redensificar el hábitat, propende por su expansión promovida por las dinámicas urbanizadoras, y las fuerzas de un sistema de transporte urbano premoderno que por la falta de Estado privilegia el automóvil, en lugar de apostarle a la movilidad no motorizada y al transporte público colectivo de calidad.
En relación con el transporte urbano, el Plan de Ordenamiento Territorial aún vigente, establece que “El Sistema Integrado de Transporte privilegiará un sistema masivo, digno y eficiente, público más que privado, con base en una red integral, multimodal y complementaria en sus niveles, que utilice apropiados y modernos equipos para la movilización de pasajeros”, visión que se retoma para el Transporte Integrado de Manizales, TIM, en la que se muestra la intención de reducir el hábito modal del carro particular fortaleciendo el transporte público colectivo.
Y en relación con la movilidad autónoma, entre las conclusiones del estudio adelantado por la U.N. al elaborar el Plan de Movilidad Vial para Manizales, sobresalen dos aspectos: primero, el hecho de que por tiempo de viaje y accesibilidad al territorio urbano, en efectividad la primacía la tiene el taxi, luego la moto, en tercer lugar el carro particular y por último los vehículos de transporte público colectivo, poniendo en evidencia que lo anterior se quedó en el enunciado; y segundo, que la ciudad tiene la posibilidad de implementar corredores peatonales en 180 km de vías y construir ciclorrutas en 107 km ya identificados, con lo cual se impactaría el 85% de sus rutas principales. Ese novedoso planteamiento sumado a la visión del POT, convertiría el sistema estratégico de transporte integrado de la ciudad en una apuesta verde, si se propone como meta incrementar la movilidad autónoma del 20% al 40%, reduciendo al 50% los viajes de la motorizada que alcanzan el 70%.
Como consecuencia de integrar ambos propósitos en el nuevo POT: más transporte público colectivo y masivo, y mas ciclovías y rutas peatonales para viajes no motorizados, además de optimizarse la eficiencia de la infraestructura existente y reducir la sobreoferta de transporte público y el uso desmedido del carro particular y del taxi, también se mitigarían la congestión vial, la accidentabilidad y la contaminación. Pero esta doble fórmula invita a modificar en lo fundamental el modelo urbano expansionista que hace cada vez más inviable el transporte masivo con perjuicio para los pobres, cambiándolo por un crecimiento hacia adentro basado en la redensificación urbana, también viable, dado que la densidad de población en el área urbana de Manizales es 2,5 veces inferior a la de Medellín.
En conclusión, si Manizales con cerca de 400 mil habitantes, en 250 kilómetros cuadrados dotados de 110 km de vías principales y secundarias, 90 km de vías colectoras, y casi otro tanto de vías semipeatonales o peatonales, desea resolver la problemática del transporte público colectivo e implementar un sistema de transporte coherente, limpio y eficiente, que se traduzca en una movilidad sostenible, debería forjar la capacidad del sistema para satisfacer las demandas de la población de manera eficiente e incluyente, empleándose a fondo en acciones como lograr la gobernanza en el sector, como un instrumento que le permitiría al Estado implementar el necesario control en este servicio y viabilizar la gestión pública orientada a fortalecer el desarrollo empresarial.
Finalmente, dos referentes: Hamburgo con el Green Network pretende en 20 años, construir una ‘red verde’ de aceras y ciclorrutas sobre el 40% de su área urbana, vinculando el centro con los suburbios para proyectarse como una ciudad sin carros. De forma similar Copenhague, proyecta 26 autopistas de bicicletas para establecer rutas urbanas en lugares donde la movilidad obliga a recorridos superiores a 10 km, entre otras acciones que buscan mitigar el calentamiento global.
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Propuestas Económicas – I: Sector Terciario
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§ En primer lugar, potenciar el sector terciario, donde la principal barrera podría ser el factor educativo, dado que el nivel de escolaridad de nuestra población sólo alcanza a superar los 4 años en la zona rural y los 10 años en la urbana, dificultad para la cual el fortalecimiento de los programas Escuela Nueva, Escuela Activa Urbana y Universidad en el Campo, resultan claves. Y a futuro, gracias a la expansión de las TIC cuya red cubre el departamento, no sólo se crearán más oportunidades para acceder a programas de formación superior desde la provincia, sino también para la oferta de bienes y servicios desde dichos lugares. Mientras en Colombia el aporte del turismo al PIB 2005 fue del 2,3%, a nivel mundial ese aporte llegó al 10,6% generando uno de cada ocho empleos. De conformidad con lo anterior, se deben emprender las acciones para el desarrollo de la identidad cultural, a partir de los íconos en que se soporta el Paisaje Cultural Cafetero PCC, e implementar en el sector cafetero una política para que los productores rurales se sirvan de los beneficios sociales, ambientales y económicos de dicha declaratoria de la Unesco.
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Si ayer arrasamos el sombrío e implementamos el monocultivo del café renunciando a la caficultura orgánica, hoy para hacer viable el PCC, debemos recuperar la estructura natural y simbólica de la caficultura tradicional, generar capital social y humano, y emplear a fondo la ciencia, la tecnología y la cultura (CT&C) como medios para resolver la brecha de productividad para cerca de 300 mil habitantes rurales, constituidos por campesinos indígenas, pescadores y comunidades raizales de origen afro, de los cuales cerca del 50% son cafeteros.
Ahora, para alcanzar masa crítica en la oferta turística, además de inversiones en infraestructura en el sector y capacitación para la población potencialmente vinculada al sector, el contexto deberá comprender toda la ecorregión, desarrollando los respectivos íconos culturales para la identidad del territorio, considerado como una región pluricultural, con cuatro grandes escenarios, así:
Además del transporte rural como un catalizador de la reducción de la pobreza, del bahareque como arquitectura vernácula, de la salud del suelo y del agua, del sombrío para la biodiversidad, de las sanas costumbres, y de un cúmulo de elementos tangibles e intangibles de nuestro patrimonio cultural y natural, la implementación del PCC la ecorregión cafetera, requiere de un aeropuerto equipado de una pista suficiente para operar aviones tipo Jumbo con alcance mínimo de 5000 millas, para poder acceder, además de los mercados europeos y de Norte América y Sur América, a los asiáticos, de conformidad con la idea de la Dra. Ana María Londoño, dada la posibilidad de escañar los vuelos con dichas aeronaves en Hawái y Tahití, dos islas ubicadas en el Pacífico Norte sobre la ruta a Tokio y Hong Kong, y en el Pacífico Sur yendo a Sidney y Wellington.
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Propuestas Económicas – II: Sectores Primario y Secundario
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Respecto a los sectores primario y secundario, con el Ferrocarril Cafetero articulando la hidrovía del Magdalena y el Corredor Férreo del Cauca, la Ecorregión Cafetera puede emprender un desarrollo de industrias pesadas destinadas a transformar la riqueza del subsuelo, haciendo uso del potencial carbonífero e hidroenergéticos, y de los yacimientos propios y vecinos. Habrá que prospectar y valorar estos recursos mineros para garantizar por 25 años como mínimo, la materia prima para las correspondientes plantas de transformación.
Los nuevos escenarios privilegiados serían: Por el poniente, el Corredor del Cauca entre La Virginia y La Felisa, que cuenta con el carbón de la cuenca carbonífera de Antioquia, el que se extiende hasta Quinchía y Riosucio, pero cuya viabilidad depende del ordenamiento de las cuencas hidrográficas, dado que el territorio es deficitario en recurso hídrico, lo que obliga a resolver su balance deficitario en agua. Y por el naciente, La Dorada, donde además del carbón, el recurso hidroenergético e hidrogeológico gracias a las precipitaciones y al gran acuífero del valle magdalenense, es excedentario.
Respecto a las materias primas, Gabriel Poveda Ramos rescata para el Plan Minero-Industrial de Caldas 2006 -2016, la existencia de filones de oro en Manizales, Manzanares, Marmato, Riosucio y Supía, Pensilvania y Samaná de cuyas jaguas y gangas sumadas a las de otras explotaciones, se podría obtener apreciables cantidades de sulfuros de zinc, de plomo, de hierro, de cobre, de antimonio y de arsénico, o zinc metálico y sus derivados.
También considera un eventual aprovechamiento del manganeso de Apía y Viterbo, del cual existe un prospecto importante en San Félix, como de las arenas silíceas de alta pureza en cuarzo (SiO2), existentes en Pueblo Rico, el Valle del Cauca, Antioquia y Tolima, y posiblemente en el distrito minero Riosucio-Supía-Quinchía, para implementar industrias de silicato de sodio, sílice-gel y carburo de silicio. Añade a los anteriores prospectos, los materiales calcáreos que parecen inferirse desde el centro de Tolima hasta el nordeste de Antioquia, y entre Manizales y Aguadas, para proveer una industria de carburo y fosfatos fertilizantes que podría dar origen a plantas de acetileno, cianamida, cloruro químicamente puro y cemento.
De otro lado, si bien lo anterior se relaciona con la industria pesada, también la actividad productiva deberá contemplar una zona franca como motor de desarrollo, pensada para la sociedad del conocimiento y no para la sociedad industrial de ayer, en la que se centren los esfuerzos mancomunados de empresarios, gobierno y academia, para aprovechar las ventajas naturales y culturales de la Ecorregión y la Ciudad, en la construcción de sinergias entre la nueva economía de las TIC y la economía verde, con la economía del conocimiento.
Para el efecto, Manizales y Caldas bajo ese nuevo enfoque deberán trazar una estrategia de promoción de la Ciudad, que tenga como objetivo consolidar desarrollos estratégicos relacionados con dos áreas: las Tecnologías en Información y Computación (TIC), y la Biotecnología (verde, blanca, roja y transversal), encontrando en cada área una empresa ancla como atractora, y empleando la metodología de clúster para obtener ventajas asociativas y conformar masa crítica en sendas opciones, haciendo del carácter biodiverso del territorio y del notable potencial de las instituciones científicas y universidades de la ecorregión cafetera, una ventaja competitiva. Respecto a los sectores primario y secundario, con el Ferrocarril Cafetero articulando la hidrovía del Magdalena y el Corredor Férreo del Cauca, la Ecorregión Cafetera puede emprender un desarrollo de industrias pesadas destinadas a transformar la riqueza del subsuelo, haciendo uso del potencial carbonífero e hidroenergéticos, y de los yacimientos propios y vecinos. Habrá que prospectar y valorar estos recursos mineros para garantizar por 25 años como mínimo, la materia prima para las correspondientes plantas de transformación.
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Epílogo: opciones urbanas
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El actual modelo urbano de Manizales, que está pensado para la sociedad industrial de ayer y para el automóvil, además de concentrar la inversión social y productiva, sigue fragmentando espacial y socialmente la ciudad: en él se tiende a privilegiar la infraestructura vial para el transporte individual y las grandes superficies de mercado, en lugar de propender por un hábitat sostenible, más humano e incluyente, que irrigue los beneficios del gasto público con más equipamiento verde, mejores medios para la movilidad autónoma, y más rutas para el transporte colectivo limpio.
Para empezar, estas son las fortalezas de Caldas y la Región Cafetera: a- el potencial minero-energético de Caldas y el patrimonio hidroenergético aprovechable, equivalente a 2000 Mw; b- la posición geoestratégica de La Dorada y del Km 41 para la implementación de un sistema intermodal de carga en la región Andina, si se articulan ambos escenarios mediante el modo ferroviario; y c- la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por ser una opción para resolver la profunda crisis que afecta a los medios rurales cafeteros.
Y en cuanto a las opciones: en primer lugar, se requiere el desarrollo de los íconos culturales para la identidad del territorio, considerado como una región pluricultural y biodiversa, soportada en un cúmulo de elementos tangibles e intangibles de nuestro patrimonio cultural y natural, donde urge hacer del transporte rural un catalizador de la reducción de la pobreza, y un ordenamiento de cuencas que resuelva los conflictos entre uso y aptitud del suelo, y los manejos que degradan la biodiversidad, además de la salud del suelo y del agua. En segundo lugar, el POT debería concretar una apuesta por la Ciudad Región entre Pereira y Manizales, creando elementos para facilitar la construcción de sinergias económicas que apliquen la metodología de clúster urbano, además de acuerdos respecto a servicios públicos, a un sistema integrado de transporte para abrigar las potenciales Áreas Metropolitanas o sus equivalentes. Aerocafé, tiene opciones operando desde el centro de la Región Andina de Colombia, como aeropuerto de convergencias aéreas para carga pesada y “aeropuerto low cost”, llegando al Asia y a Europa con tarifas competitivas
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Epílogo: opciones económicas
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Según CORPOCALDAS, de una extensión de 744 mil Ha, en 2010, las coberturas verdes del departamento eran: 300 mil Ha en pastos y rastrojos (40%), 265 mil Ha en cultivos (36%) y 163 mil Ha en bosques (22%), tres cuantías que cubren el 98% de nuestro escarpado y deforestado territorio.
Para empezar, estas son las fortalezas de Caldas y la Región Cafetera: a- el potencial minero-energético de Caldas y el patrimonio hidroenergético aprovechable, equivalente a 2000 Mw; b- la posición geoestratégica de La Dorada y del Km 41 para la implementación de un sistema intermodal de carga en la región Andina, si se articulan ambos escenarios mediante el modo ferroviario; y c- la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por ser una opción para resolver la profunda crisis que afecta a los medios rurales cafeteros.
Y en cuanto a las opciones; en segundo lugar, potenciar el sector terciario, fortaleciendo las TIC, la Biotecnología y la Economía Naranja, donde las principales barreras están en el factor educativo de la básica, dado el actual modelo educativo que sigue pensado para la sociedad industrial de ayer, y el bajo nivel de escolaridad de la población que sólo alcanza a superar los 4 años en la zona rural y los 10 años en la urbana.
En segundo lugar, hacer del Paisaje Cultural Cafetero PCC un factor detonante del turismo en la subregión, estableciendo como meta de mediano plazo una participación del 10% en el PIB para el sector turístico de Caldas, con dos componentes: la línea ecológica y el área de la salud. La estrategia para esta empresa pasa por complementar los aeropuertos de Matecaña y Aerocafé. Mientras un Jumbo sólo levanta 83 mil libras en El Dorado y 75 mil libras en Rio Negro, puede salir con 112 mil libras desde el Aeropuerto del Café en Palestina.
En Caldas, mientras las cuencas del corredor del río Cauca, al ser deficitaria en patrimonio hídrico presentan riesgo severo de sequía en temporadas de verano, las del Oriente caldense con el enorme acuífero del valle del Magdalena y la copiosa precipitación, explican un patrimonio hídrico excedentario. Imágenes: Corpocaldas
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Gracias
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§ Documento preparado a partir de material del suscrito autor, para ser presentado al “Colectivo: Subámonos al Bus del POT”, en el Auditorio José Restrepo Restrepo, de la SMP de Manizales, el jueves 16 de julio de 2015.
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5-3 La economía
Nuestra zona franca como motor de desarrollo
http://www.bdigital.unal.edu.co/46562/
Resumen:
Caldas y Manizales requieren para su desarrollo una zona franca pensada para la sociedad del conocimiento y no para la sociedad industrial de ayer, en la que se centren los esfuerzos mancomunados de empresarios, gobierno y academia, para aprovechar las ventajas naturales y culturales de la Ecorregión y la Ciudad, en la construcción de sinergias entre la nueva economía de las TIC y la economía verde, con la economía del conocimiento.
NUESTRA ZONA FRANCA COMO MOTOR DE DESARROLLO
No puede contar la ciudad con un escenario más estratégico para la generación de empleo e inversión directa, que la Zona Franca Andina ZFA ubicada en el corazón del Parque Industrial de Manizales, resultado del esfuerzo de Inficaldas e Infimanizales orientado a crear nuevas empresas industriales y comerciales generadoras de bienes y servicios, y para desarrollar un polígono industrial con los sectores existentes transformados, pensado para los tiempos de ahora y no para la sociedad industrial de ayer.
Para salvar sus dificultades de ubicación respecto a los modos de transporte vecinos al Cañón del Cauca, la ZFA además de ser una sociedad comercial de naturaleza pública, del orden departamental, dotada de personería jurídica, patrimonio independiente y autonomía administrativa, al contar con significativos beneficios tributarios, aduaneros, cambiarios y fiscales, tendrá un régimen franco competitivo a nivel de América Latina.
Para reflexionar sobre el tema, convocados por el gerente, quien presentó con solvencia los elementos de soporte de la ZFA, un grupo de profesores de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura en cabeza de su Decano, intercambiamos ideas teniendo como marco de referencia el “Plan Estratégico de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Departamento de Caldas” (2013), los desarrollos del Grupo de Trabajo Académico “Innovación y Desarrollo Tecnológico” en Gestión y Logística de Producción, y algunas fortalezas institucionales como el Instituto de Biotecnología y Agroindustria de la U.N., y de otras instituciones del territorio.
Este acercamiento de la ZFA, hoy con la academia y luego con el sector empresarial, al respaldarse en la notable apuesta de los “Infi” y acompañarse con políticas públicas y sectoriales adecuadas, podría resultar fundamental para apalancar el crecimiento económico y el desarrollo socio-ambiental de la región, porque la articulación tripartita de los actores estratégicos, permitiría desencadenar procesos propios de una sociedad del conocimiento, donde la generación y uso continuo del saber articulado a las fuerzas productivas, actúe como factor de producción.
En las últimas décadas se han promovido la ciudad y la región mediante múltiples iniciativas, como una construcción colectiva que avanza hacia una sociedad del conocimiento, asunto clave que ha permitido consolidar la agenda del citado Plan de competitividad soportado en ciencia y tecnología, adoptado en 2013 por el Consejo Departamental de Ciencia y Tecnología CODECTI, año en que las universidades de Manizales contaban con 242 doctores y los grupos de investigación de Caldas registrados en Colciencias florecían en cantidad y calidad: de 158 grupos 10 estaban en Categoría A y 9 en A1.
Similarmente, en el conversatorio, el Gerente de la ZFA subrayó otras ventajas significativas de la ciudad que hacen atractivo el proyecto, señalando la ubicación geoestratégica de Manizales por su equidistancia a Urabá y Buenaventura, y su posición sobre el centro del Triángulo de Oro de Colombia, pero sobre todo consideró el talento humano que ofrece la región, argumentando que Manizales es la ciudad con la menor tasa de desempleo del Eje Cafetero, se perfila al 2019 como “Ciudad Bilingüe”, presenta la mayor tasa de alfabetismo en lectoescritura del país (96%), y se reconoce como la Capital de las tecnologías de la información y el desarrollo de software en Colombia.
Partiendo de los anteriores elementos, los académicos sugerimos: a- considerar un nuevo enfoque para la gestión de la Zona Franca, soportado en una estrategia de promoción de la Ciudad liderada por el Alcalde y secundada por los líderes gremiales; b- consolidar desarrollos estratégicos relacionados con dos áreas: las Tecnologías en Información y Computación (TIC), y la Biotecnología (verde, blanca, roja y transversal); c- encontrar en cada área una empresa ancla como atractora, y d- emplear la metodología de clúster para obtener ventajas asociativas y conformar masa crítica en ambas opciones.
Finalmente, se observó la relevancia de factores como la calidad ambiental asociada a la abundancia de agua de gran calidad y al clima primaveral de la ciudad, y la oportunidad sin precedentes para crear sinergias entre la nueva economía de las TIC y la economía verde, con la economía del conocimiento, buscando desarrollar ventajas competitivas, al aprovechar el carácter biodiverso del territorio y el notable potencial de las instituciones científicas y universidades presentes en la ecorregión cafetera.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2015.02.16] Imagen en: www.zonafrancaandina.com
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5-4 Ecoturismo
Ecoparques turísticos: nodos para articular cultura y biósfera http://www.bdigital.unal.edu.co/3631/
Resumen:
A propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, hacemos eco a la importancia intrínseca de los Parques Nacionales Naturales PNN para la conservación de la biósfera, donde se comprenden dos grandes grupos: Parques Naturales como Turismo y Parques Naturales como santuarios de ecosistemas y culturas. En esta Circular se alude a dos espacios singulares del Sistema, donde se contempla el turismo: el PNN Sierra Nevada de Santa Marta y el PNN de los Nevados en la Ecorregión Cafetera, dado que por varios motivos, uno y otro resultan emblemáticos como objetivo para los visitantes de Colombia, pero igualmente vulnerables por las dinámicas antrópicas que se advierten en ellos.
ECOPARQUES TURÍSTICOS: NODOS PARA ARTICULAR CULTURA Y BIÓSFERA.
A propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, hacemos eco a la importancia intrínseca de los Parques Nacionales Naturales PNN para la conservación de la biósfera y como categoría superior de áreas de interés ambiental de Colombia, pensando entre ellos en aquellos lugares donde existen escenarios vitales para la preservación del conjunto de ecosistemas que están comprometidos por las complejas funciones rurales y urbanas del hábitat humano. Empecemos por señalar que en el conjunto de PNN donde se comprenden dos grandes grupos: Parques Naturales con Turismo y Parques Naturales como santuarios de ecosistemas y culturas, también los primeros suelen involucrar recurso hídrico, especies en extinción y grupos étnicos con su cultura ancestral, como elementos fundamentales del patrimonio de la Nación, según sea el caso. Esa diversidad representada en 56 áreas naturales, se extiende por 113.910 km2 de la superficie terrestre y 1.113 km 2 de las áreas marinas de Colombia, lo que muestra al país como uno de los más ricos en diversidad biológica y cultural del mundo.
En consecuencia, quisiera para el caso señalar dos espacios singulares del Sistema, donde se contempla el turismo: el PNN Sierra Nevada de Santa Marta y el PNN de los Nevados en la Ecorregión Cafetera, dado que por varios motivos, uno y otro resultan emblemáticos como objetivo para los visitantes de Colombia, pero igualmente vulnerables por las dinámicas antrópicas que se advierten en ellos. El primero, dado que en el seno de la Sierra Nevada, además de las comunidades indígenas Arhuaco, Kogui, Wiwa y Kankuamo, habitan campesinos con actividades agropecuarias; y el segundo, por ser un escenario que alberga en su interior desde la colonización antioqueña, propietarios provenientes del Altiplano Cundiboyacense, Gran Tolima y Eje Cafetero.
Esto para invitarlos a pensar en el desafío de implementar acciones en una doble vía de cara a los PNN ecoturísticos, de un lado con el fin de adaptarnos para enfrentar las dinámicas ambientales que comprometen su estabilidad, pero también para hacer de ellos verdaderos instrumentos del desarrollo de la Nación a partir del conocimiento y aprovechamiento de su oferta y demanda ambiental. Para los ejemplos citados, Santa Marta y Valledupar, o Manizales, Ibagué, Pereira y Armenia, pueden lograr importantes desarrollos articulando los beneficios de la economía verde a la economía del conocimiento, pero de forma sostenible.
Primero, la Sierra Nevada alberga un escenario urbano como Santa Marta, donde las inundaciones urbanas sufridas por el uso indebido de las cuencas en temporadas invernales, son la consecuencia de la actividad antrópica surgida de un modelo de explotación que ha desconocido los saberes de las comunidades ancestrales locales, y que se soporta en la tecnología inapropiada introducida por quienes hemos desatendido las sabias advertencias de los “hermanos mayores” nativos del lugar. Y segundo, en el caso del Complejo Volcánico Ruiz Tolima conviene pensar en que al riesgo asociado a volcanes como el Ruiz, Machín y Cerro Bravo, se suma la amenaza del Calentamiento Global que compromete un recurso hídrico vital para las conurbaciones de las capitales cafeteras e Ibagué, y la estabilidad de esos ecosistemas andinos, en especial por lo que ocurre en su zona de amortiguamiento o entorno sobre cuerpos de agua y laderas en fuerte pendiente con suelos inestables, franjas aptas para bosques y conectividad biológica.
Dadas las dinámicas que se están advirtiendo en el medio natural con la reducción de los glaciares, y las consecuencias esperadas cuando en algunas décadas las zonas de vida cambien al incrementarse la temperatura en unos 3°C; y ahora en concreto por las transformaciones agrarias sobre el citado medio de la periferia de los PNN donde se sustituyen siembras permanentes por cultivos limpios más agresivos o por ganadería como respuesta a las variaciones del mercado, indudablemente surge la urgencia de aplicar medidas de planificación y ordenamiento del territorio con restricción de usos y cambios en manejos de suelos, favoreciendo una reconversión productiva con prácticas amigables para el medio ambiente y educación ambiental, no solo en los terrenos ocupados y sus áreas de amortiguamiento, como también en los grandes escenarios urbanos que se sirven de ellas.
Dado lo anterior, en virtud del necesario desarrollo de un conocimiento que articule ciencia y saberes y la apropiación social de los ecoparques con sus contenidos ecosistémicos y culturales, rescatamos la plausible labor del equipo de la Dirección de la Territorial de los Andes Occidentales de PNN de Colombia, que ha emprendido la tarea de formular estrategias concertadas entre actores sociales estratégicos en pro de los objetivos misionales, proceso que acompañamos y para el cual invitamos a sumar esfuerzos de la comunidad científica en cada región de Colombia donde sea del caso, todos necesarios para la encomiable tarea que apenas se formula bajo la coordinación de Jorge Eduardo Ceballos.
Ed. Circular RAC 613 http://oam.manizales.unal.edu.co Imagen, Parques Nacionales de Colombia.
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5-5 La energía
Energía…a recuperar la senda perdida
http://www.bdigital.unal.edu.co/7574/
Resumen:
Tras hacer una descripción del desarrollo hidroeléctrico del Eje Cafetero y la pérdida de la CHEC para la región, se presentan las opciones de fuentes para el arco energético regional, donde se destaca el recurso hídrico excedentario del oriente caldense y propone el desarrollo de los medianos proyectos hidroenergéticos con apalancamiento nacional, como propósito regional.
ENERGÍA… A RECUPERAR LA SENDA PERDIDA
El desarrollo regional ha pasado por la Central Hidroeléctrica de Caldas CHEC creada en 1943 por ordenanza de Caldas en el marco del Centenario de Manizales (1949), empresa que hoy distribuye, genera y comercializa energía eléctrica en 27 municipios de Caldas y 13 de Risaralda. Sus 7 plantas con una capacidad de 185 mil Kw, satisfacen cerca de 1/3 de los requerimientos de la región y equivalen a 1/10 de su potencial hidroenergético.
Históricamente Caldas ha contado con tres centrales, propiedad de la CHEC: La Ínsula inaugurada en 1949 y ampliada en 1979, con una potencia de 35 mil Kw en tres turbinas; La Esmeralda, equipada de 2 turbinas Francis de 15 mil Kw, que operan con una cabeza de 171 m y un caudal de 22 metros cúbicos por segundo; y San Francisco con 3 máquinas Mitsubishi de 53 mil Kw, puesta en servicio desde 1969. El sistema ubicado en la hoya del río Cauca, aprovecha en cadena los ríos Chinchiná y Campoalegre, y toma aguas del río San Francisco.
En 1960 la CHEC inicia la investigación del potencial hidroenergético del Eje Cafetero en las cuencas del Risaralda, San Juan y La Miel, donde encuentra los mejores prospectos ubicados al oriente de Caldas en los ríos Miel y Samaná. En 1982 realiza los diseños de Miel I, que optimiza en 1990 para licitarlo en 1993 e iniciar obras que duran 54 meses, en 1997. Pero la región cuenta con recursos energéticos relacionados con su potencial hídrico, biótico, carbonífero y geotérmico. En hidroenergía el escenario aprovechable puede llegar hasta unas 5 veces Miel I, central con una potencia instalada de 396 mil Kw, mientras la potencia hidroeléctrica instalada del país es de 9.600 Kw.
Pero a pesar de lo que ha significado la CHEC para la región y de haber tenido la posibilidad de consolidar su control accionario en Caldas, por una falta de políticas visionarias sumada a una estrategia regional en el gobierno de Uribe, la emblemática y estratégica empresa queda en manos antioqueñas gracias a una política de “ablandamiento” por la vía de los precios, que se congelaron a nivel nacional hasta cambiar de dueño: al debilitarse las finanzas de la CHEC se le sugirió a los caldenses como “mejor alternativa” venderla para financiar la pavimentación de las vías secundarias.
De los estudios de Gensa para Inficaldas, en la administración actual Caldas recibe un inventario de 15 nuevos proyectos hidroenergéticos: siete con licenciamiento ambiental (Miel II, Encimadas, Cañaveral, Montebonito, El Edén y Paujil); uno en etapa de factibilidad (Samaná Medio); cinco en prefactibilidad (Butantán, Puente Linda, Aguabonita, Pensilvania y Pantágoras); y tres en proceso de reconocimiento (La Unión, El Salado y Río Hondo). Del conjunto, salvo Encimadas y Cañaveral ubicados entre Aguadas y Sonsón, el resto se localiza en el oriente caldense.
Lo anterior permite inferir que, pese a su potencial hidroenergético, el Eje Cafetero es comprador neto de energía, máxime si se suman las salidas de capital local por la vía de los hidrocarburos. De ahí que el desarrollo de los medianos proyectos hidroenergéticos con apalancamiento nacional (financiero, industrial e ingenieril), deba ser un propósito regional, como también el de los pequeños proyectos de generación para microcuencas del territorio rural, favoreciendo comunidades geográficamente aisladas. Al respecto, para recuperar la senda perdida del desarrollo hidroenergético, en esta administración Caldas que poseía el 81% de los estudios iniciales de Miel II, en 2012 adquirió el 14% adicional para aproximarse al 99% de la propiedad del proyecto.
En ese panorama, deberán contemplarse otras fuentes de nuestro arco energético, como la palma africana donde el Magdalena Centro cuenta con posibilidades en esta Colombia que tiene en un potencial bruto de 4700 Gwh/año; la Caña de azúcar del occidente en el valle del Risaralda para contribuir a una producción nacional que podría llegar a 5390 millones de galones de alcohol por año; el carbón de la cuenca terciaria de Quinchía-Riosucio aún por cuantificar; el potencial geotérmico del macizo volcánico Ruíz-Tolima que se investiga de nuevo; y los depósitos uraníferos del área de Berlín (Caldas) y de Irra (Risaralda-Caldas) por prospectarse.
Finalmente, para un desarrollo en tecnología de la energía podríamos asociarnos así: con Antioquia para la licuación y gasificación del carbón; con el Valle para las tecnologías de producción y consumo de etanol y gasohol a partir de la caña de azúcar; con el Tolima para los proyectos geotérmicos y petroquímicos; con los departamentos del Quinchía-Riosucio para programas de energía eólica y solar, la utilización integral del recurso hídrico y para el manejo ambiental y energético de la industria cafetera. Dicha agenda deberá incluir las economías energéticas asociadas a la logística del transporte férreo y fluvial, y al sistema de movilidad de las zonas metropolitanas y entre las capitales cafeteras.
[Ref: La Patria, Manizales, 2012-09-03] Imagen: En el oriente caldense, por la precipitación y por el acuífero del Valle del Magdalena, el recurso hídrico resulta excedentario. Imágenes: Corpocaldas
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5-6 La economía extractiva
Anotaciones para un crecimiento previsivo y con desarrollo http://www.bdigital.unal.edu.co/4200/
Resumen:
Ahora que la exploración avanza por todos los rincones de la geografía colombiana, si lo que deseamos es el desarrollo, debemos prevenir las consecuencia de una minería extractiva, donde oro e hidrocarburos cobran valor estratégico y son una fórmula para movilizar una locomotora clave para el crecimiento económico, que requiere operarse responsablemente, sin atropellar comunidades y generar conflictos, sin deteriorar el medio ambiente y el recurso hídrico, y sin comprometer el patrimonio de la nación.
ANOTACIONES PARA UN CRECIMIENTO PREVISIVO Y CON DESARROLLO
El tema de los enclaves mineros y petroleros ahora que la exploración avanza por todos los rincones de la geografía colombiana, obliga a prevenir la amenaza de devastación de ecosistemas.
Este título para dos temas relacionados con la minería extractiva en Colombia, objeto de políticas económicas globales que han reprimarizado nuestra economía buscando alimentar el modelo de consumo, pero donde oro e hidrocarburos cobran valor estratégico y son fórmula para movilizar una locomotora clave para el crecimiento económico, aunque requiere operarse sin atropellar comunidades y generar conflictos, sin deteriorar el medio ambiente y el recurso hídrico, y sin comprometer el patrimonio de la nación, si lo que deseamos es el desarrollo. Naturalmente, mientras en el caso del petróleo la situación resulta más homogénea, en la minería del oro, donde existen tres formas de explotación: la industrial, la artesanal y la ilegal, me centraré en la primera por ser fundamental para el asunto del cual me ocupo, cuando la bonanza minera con el brillo del precio del “vil metal” puede opacar el valor fundamental de las aguas, la biodiversidad y la cultura ancestral, en ciertas formas y situaciones.
Sabemos que dichos recursos del subsuelo como bienes que le pertenecen a la Nación y solo a ella, por su carácter no renovable que impide hacerlos objeto de una política de agotamiento, al no ser sostenibles deben utilizarse marginalmente y por lo tanto no pueden destinarse en sí para financiar el Plan Nacional de Desarrollo así sea por el Gobierno, puesto que su nivel de explotación debe limitarse a satisfacer los niveles de consumo interno y las necesidades de su legítimo dueño, manteniendo preceptos sociales, ambientales y económicos, y dejando sólo una fracción a las dinámicas exportadoras, para aquellos fines.
El tema de los enclaves mineros y petroleros ahora que la exploración avanza por todos los rincones de la geografía colombiana, obliga a prevenir la amenaza de devastación de ecosistemas, en territorios sensibles como San Andrés y las zonas amortiguadoras del páramo en PNNN, en Tolda Fría y La Colosa, e invitar a reflexionar sobre las consecuencias de la minería extractiva en descontrolada expansión animada por el elevado precio del “oro azul” en el caso de nuestro archipiélago cuyos ecosistemas se comprometerían, y del valor económico del oro en áreas de interés ambiental o cultural objeto de mesas de inversionistas, como las que resuelven la suerte de los marmateños y las que comprometen el agua de la ciudad a cambio de insulsas regalías, que para el oro son 1/5 de las que recibe la Nación de las empresas petroleras o 1/3 de las que aplican para el níquel y la sal.
Y mientras el precio interno de la gasolina se reajusta al vaivén de los precios internacionales del petróleo, no ocurre lo mismo con las regalías auríferas, afectándose la contraprestación económica que recibe el Estado por la explotación de este recurso natural susceptible de agotarse, por lo que nos preguntamos por qué en el oro donde sólo paga el 4% del valor de la producción en boca de mina o el 6% en oro de aluvión, las multinacionales que en dos años han duplicado y triplicado el valor de sus acciones fruto del “boom” minero que en la década ha elevado 5 veces el valor del oro, objetan la fórmula para el “gana-gana” alegando requerir beneficios adicionales.
Igualmente, cuando la explotación petrolera le apunta al millón de barriles día, cuantía que triplica el consumo nacional y consumiría en menos de una década las actuales reservas probadas del país, nos preguntamos si con unas exportaciones que no guardan proporción con nuestros precarios activos petroleros, a pesar de la exploración de nuevos yacimientos no se estaría comprometiendo la vida útil de las refinerías y la seguridad energética de Colombia.
Motivado por lo dicho y temiendo el detrimento de nuestro patrimonio, considero conveniente volver a ajustar la legislación ambiental colombiana que fuera ablandada para permear una economía de enclave de tal naturaleza. En virtud de esto recalcaba para mis colegas de la Red de Astronomía de Colombia convocados en Barrancabermeja, a discutir temas como la órbita geoestacionaria y el desarrollo aeroespacial de Colombia, al decirles que todo esto no se compadece con lo que recibimos por un metal no renovable y de elevado precio ni compensa las consecuencias ambientales y sociales de dicha minería, al tiempo que señalaba la necesidad de implementar políticas que le apuesten a la incorporación de valor agregado como soporte para el desarrollo minero, tal cual lo hicimos ayer al constituir Ecopetrol en este emblemático puerto para sentar soberanía sobre el petróleo de Colombia, por ser mejor alternativa esa que la de optar por “entregar la riqueza del subsuelo y mantener indicadores del 70% de pobreza en escenarios como Barbacoas Nariño, Tibú Santander, Orito Putumayo, Cantagallo Bolívar y El Difícil en Ariguaní Magdalena”.
[Ref: La Patria, Manizales, 2110815] Imagen: Imagen de Fundación ICRI, en:
http://icri-colombia.blogspot.com
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5-7 El costo ambiental
No todo lo que brilla es oro
http://www.bdigital.unal.edu.co/52182/
Resumen:
A diferencia de una minería artesanal y limpia que puede coexistir con la minería industrializada subterránea en Marmato cuando se practica con responsabilidad social y sin comprometer biomas estratégicos, la mega minería a cielo abierto y la minería ilegal, son dos flagelos que amenazan el frágil ecosistema andino en la Ecorregión Cafetera, caso Salento, La Colosa y Tolda Fría.
NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO
El “vil metal” como se le llama al oro cuando se usa como medio de pago, que si hace una década se cotizaba a U$600 la onza hoy cuesta el doble, desde épocas coloniales ha sido uno de los principales motores económicos del país: si en el siglo XVI la Nueva Granada producía el 39% el oro del mundo, y hasta el siglo XX Colombia participaba con el 30%, hoy con 56 toneladas por año ocupa el puesto decimocuarto a nivel mundial y el segundo en Sudamérica, después de Perú (151). Además, para el caso de Caldas que con 1,8 toneladas por año aparece en el sexto lugar de Colombia, el municipio productor por excelencia es Marmato, cuyas regalías por tal concepto suman $1.639 millones, cuantía más de veinte veces superior a lo que generan los demás municipios juntos.
Ahora, si en Colombia existen dos grandes empresas que controlan el 12% de la producción: la Mineros conformada por Colpatria, la Corporación Financiera Colombiana y otros socios menores, y la Gran Colombia Gold de Canadá, pero la mayor proporción estimada en el 80% del oro del país es de la minería ilegal, entonces, en nombre de esta actividad empresarial, a las fuentes de agua del país se vierten 200 toneladas de mercurio al año, 100 de ellas en Antioquia, y también en la Depresión Momposina donde los ríos Cauca, Cesar y San Jorge desaguan al río Magdalena, convergen las aguas servidas llevando el mercurio de 1.200 minas de aluvión y los vertimientos de la Región Andina donde habitamos el 70% de los colombianos.
Además, en razón a la mirada utilitarista de multinacionales blindadas por una ley que desampara a los colombianos, o de la máquina devastadora de la informalidad cooptada por el “para-estado”, esta actividad extractiva se ha venido constituyendo en una severa amenaza para los ecosistemas andinos ubicados en los departamentos de mayor producción de oro en Colombia: basta examinar los procesos de deforestación en el Amazonas y el Chocó, los intentos de arrasar santuarios como el páramo Santurbán y de perforar por el “oro negro” en Caño Cristales, cuando no la criminal degradación del paisaje en el Bajo Cauca con la destrucción del humus, y las charcas de mercurio y cianuro, herencia de uno de los negocios más fructíferos de los últimos tiempos: el oro.
En Marmato, el cuarto municipio más viejo de Colombia (1537), un verdadero enclave económico dado el contraste entre su elevado PIB per cápita para unas NBI mayores al 30%, y donde las reservas auríferas tras 100 km de perforaciones exploratorias han pasado a 11,4 millones de onzas de oro, pese a haber sido objeto temprano de la intervención del Estado desde la Misión Boussingault (1822-1831) que eleva la eficiencia de la explotación en un 25%, y de haber contado desde 1980 con la presencia de Ecominas -luego Mineralco- como ente administrador de las minas en representación del ministerio de Minas y Energía, se tiene que de las 500 minas de socavón, la mitad concentrada en el Cerro el Burro, únicamente 121 tienen título, entre estas 103 propiedad de la Gran Colombia Gold.
Si en el precioso poblado de Iván Cocherín, guacheros y pequeños mineros que en medio de minas ilegales cuya legalización no está a su alcance técnico ni económico, al no encontrar oficio empujados por la necesidad van tras los socavones abandonados asumiendo los riesgos que conlleva la informalidad mientras sus mujeres, niños y mayores deben recurrir al mazamorreo en aguas contaminadas, entonces qué podremos esperar en La Colosa o Cocora y Tolda Fría, donde la sudafricana Anglo Gold Ashanti o la canadiense Río Novo han puesto el ojo para explotar oro a cielo abierto, sin importar el equilibrio ambiental de esta barrera natural protectora del PNNN, ni la sobrevivencia de especies emblemáticas como el cóndor y la palma de cera.
Razonablemente, nuestra Sociedad de Mejoras Públicas previendo la amenaza sobre ecosistemas y el agua, como defensora del territorio y de la vida al conocer lo que está ocurriendo en la quebrada La María de la Vereda Montaño de Villamaría, vecina a la Reserva de la Chec y afluente directo del Río Chinchiná cuya cuenca comparte con Manizales, ha logrado la suspensión provisional de la Mina Tolda Fría.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016.05.23]. Imagen: Minería ilegal, río Ovejas. Juan Bautista Díaz. El Tiempo 13.02.2015.
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5-8 La industria manufacturera
Un polígono industrial para Manizales
http://www.bdigital.unal.edu.co/2139/
Resumen:
Manizales debe atender la propuesta de un Polígono Industrial como parte de un Plan Maestro contemplado en el Plan de Acción Inmediato que ha formulado Corpocaldas para la cuenca de la Quebrada Manizales, donde además de contemplar un plan ambiental integral. Se señalan como estrategias fundamentales el reordenamiento del territorio para resolver profundos conflictos, y avanzar en la reconversión de nuestra industria apuntándole a la producción limpia y a la articulación sectorial entre academia, gobierno y empresarios.
UN POLÍGONO INDUSTRIAL PARA MANIZALES
Si resultare cierta la tesis de que la suerte de Manizales pasa por fortalecer su competencia como ciudad industrial y centro académico del Eje Cafetero, necesariamente habrá que afirmar que la ciudad no será viable sin resolver su conectividad dentro del “triángulo económico” de Colombia y solventar por aire la condición mediterránea que la aísla de los dos mares de la patria, y por lo tanto de los “océanos de la economía” planetaria, sin aprovechar su potencial cultural y ecosistémico, sin reconvertir su industria a nuevas condiciones y sin un sector universitario orientado a la generación de conocimiento e innovador.
Entre estos puntos, el reto para Manizales que le exige reconvertir su aparato productivo, no solo apunta al valor agregado y a la producción limpia, sino que obliga a concertar esfuerzos sectoriales para organizar el gremio empresarial productivo y orientar la actividad a tres líneas específicas, que son las nuevas opciones: industrias de alto valor agregado que hagan uso del transporte aéreo en un aeropuerto que supere las condiciones que busca Aerocafé, industrias que satisfagan el mercado nacional renglón para el cual fueron concebidas cuando imperaba el modelo de sustitución de importaciones, e industrias que deben ubicarse del lado de la materia prima y no del consumidor, bien para los medios de aire mar o tierra.
No en vano la ciudad ha buscado encontrar salidas aérea y hacia Bogotá y el Mar con más intuición que análisis, o posiblemente sin saber adónde deben apuntar sus planificadores. Y por lo menos algunos líderes y miembros de la clase empresarial empiezan a conocer las puertas de la investigación y el desarrollo tecnológico, y la dirigencia a imaginar que la viabilidad económica de la Ciudad depende entre otros factores, de proyectos de infraestructura estratégicos cuyo aprovechamiento no será posible sin la reconversión agropecuaria e industrial, y un reordenamiento territorial como elementos de soporte.
Al respecto debo resaltar que, entre las acciones de mayor calado que ha emprendido la autoridad ambiental local, merece atención la importante propuesta de un Polígono Industrial como parte de un Plan Maestro contemplado en el Plan de Acción Inmediato para la cuenca de la Quebrada Manizales, como instrumento estratégico en curso para lograr la sostenibilidad de la microcuenca de la quebrada Manizales. La propuesta de Corpocaldas necesaria para implementar de forma coherente e integral la función urbana en la cuenca citada, hace eco a su misión y da línea para el necesario crecimiento del sector industrial de Manizales: allí, además de contemplarse un plan ambiental integral, se señalan como estrategias fundamentales el reordenamiento del territorio para resolver profundos conflictos, y avanzar en la reconversión de nuestra industria apuntándole a la producción limpia y a la articulación sectorial entre academia, gobierno y empresarios.
Si a principios del Siglo XX se dieron las primeras explotaciones mineras en la cuenca de la quebrada Manizales, la actividad industrial propiamente dicha se dio a partir de los años 30 cuando se instala la planta de Bavaria en Maltería. Luego el desarrollo industrial que comienza a perfilarse a partir del centenario de Manizales (1949) y sólo se consolida desde la década de los 70. Pero a partir de la Constitución de 1991, nuestra industria que no aprovechó las ventajas de la política proteccionista de la industrialización sustitutiva, ahora necesariamente debe enfrentar, además de los errores de la planificación por el uso del suelo en ese territorio, las dificultades propias de la apertura económica y la actual problemática ambiental, para subsistir en un mercado cada vez más competitivo sin comprometer el desarrollo local, donde medio ambiente sano y crecimiento económico, entran en juego.
Entre los impactos esperados del Polígono Industrial, con la Zona Franca pero de complemento, tendríamos: la articulación de políticas y objetivos para el sector entre Academia, Estado y Empresa en torno al desarrollo de las actividades productivas vulnerables pero estratégicas, con acciones dirigidas en pro de su competitividad y sostenibilidad ambiental; la posibilidad de promover a Manizales como ciudad industrial en función de nuevas ventajas y ofertas diferenciales para atraer inversionistas y disuadir competidores; la cualificación tecnológica del sector buscando un desarrollo coherente con la oferta y demanda ambiental, donde las actividades clave surjan de un diagnóstico, unas políticas y unas estrategias; el desarrollo de ventajas comparativas por reducción de costos asociados, compra de energía en bloque y a largo plazo, fletes compartidos y estrategias coordinadas de tipo logístico y mercantil; y la identificación de nuevas industrias para lograr la masa crítica requerida en el desarrollo industrial local.
[Ref: LA PATRIA, Manizales, 2010-10-11] Imagen: Municipio de Manizales, en
http://caleidoscopiosurbanos.blogspot.com
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5.9 Industria química
Desarrollo minero-energético de Caldas
http://www.bdigital.unal.edu.co/46067/
Resumen:
Industrias químicas de base minera propuestas por Gabriel Poveda Ramos, destinadas a transformar la riqueza del subsuelo aprovechando el recurso minero relacionado con el oro de Marmato, las calizas de Victoria, y el manganeso de Apía, y haciendo uso de la posición geoestratégica del territorio, del potencial multimodal en La Dorada y de nuestros recursos energéticos.
DESARROLLO MINERO-ENERGÉTICO DE CALDAS
Ahora que Caldas retoma la senda perdida en el desarrollo hidroenergético con El Edén y Miel II, al declinar la bonanza del oro, carbón y petróleo para la Colombia minera, e iniciar el quinquenio de la infraestructura por las inversiones en curso para carreteras, líneas férreas, aeropuertos y la navegación del Magdalena, veamos las problemáticas y potencialidades de la ecorregión con los desafíos, grandes ventajas y tareas por resolver, para un desarrollo de industrias pesadas destinadas a transformar la riqueza del subsuelo, aprovechando el recurso minero relacionado con el oro de Marmato, las calizas de Victoria, y el manganeso de Apía, haciendo uso de la posición geoestratégica del territorio, del potencial multimodal en La Dorada y de nuestros recursos energéticos.
Para entrar en la materia, algo sobre los dos escenarios privilegiados de la ecorregión para implementar industrias químicas de base minera: por el poniente, el Corredor del Cauca entre La Virginia y La Felisa, cuenta con el carbón de la cuenca carbonífera de Antioquia que se extiende hasta Quinchía y Riosucio, pero depende para su viabilidad de un sistema férreo eficiente como medio de transporte y debe resolver su balance deficitario en agua. Y por el naciente, La Dorada, aunque el recurso hidroenergético e hídrico excedentario, y la hidrovía del Magdalena la favorecen, también requeriría del Ferrocarril Cafetero entre La Dorada y el Km 41 cruzando la cordillera, para resolver el suministro de materas primas al integrar la Región Andina, y encontrar la salida de productos transformados a la cuenca del Pacífico.
Como punto de partida, del trabajo del ilustre Maestro e Investigador Gabriel Poveda Ramos, “Propuesta de un Plan Minero- Industrial de Caldas 2006-2016”, tomaré algunos elementos, donde al citar el “Inventario minero nacional” Ingeominas (2000), advierte sobre la carencia de estudios serios de cuantificación de reservas, y condiciona los proyectos a los costos del transporte y de la energía disponible.
Poveda Ramos rescata la existencia de filones de oro que califica de interesantes, en Manizales, Manzanares, Marmato, Riosucio y Supía, y agrega que de las jaguas de los beneficios y de las gangas de las explotaciones de estos y otros lugares, caso Pensilvania y Samaná, se podría obtener apreciables cantidades de sulfuros de zinc, de plomo, de hierro, de cobre, de antimonio y de arsénico, o zinc metálico y sus derivados. Añade que previamente habrá que cuantificar y caracterizar las cantidades de materias primas existentes en las escombreras auríferas y que se generan en las minas, para asegurar suficiencia alimentando una planta de producción de zinc metálico y óxido de plomo.
Sobre el manganeso de Apía y Viterbo, el eminente Investigador también señala que en dicho Inventario no se mencionan estas minas, califica el yacimiento minero-metálico como el más importante de Caldas, y considera su eventual aprovechamiento de mucho interés para el Plan Minero-Industrial. Similarmente, anota que tal compilación del Ingeominas no precisa la existencia de arenas silíceas de alta pureza en cuarzo (SiO2), existentes en Pueblo Rico y el Valle del Cauca, y posiblemente en el distrito minero Riosucio-Supía-Quinchía, las que podrían explotarse y complementarse con otras de Antioquia y Tolima para implementar industrias de transformación, garantizando un proyecto a 20 años para tres importantes productos: silicato de sodio, sílice-gel y carburo de silicio.
Adicionalmente y entre los principales prospectos para el Plan Minero de Caldas, el Doctor Gabriel Poveda considera los materiales calcáreos, al anunciar que parece inferirse una inmensa cadena de yacimientos de calizas en el oriente caldense, que parte desde el centro de Tolima y llega al nordeste de Antioquia, cuyos mayores prospectos requieren ser ubicados y aforados, al igual que los existentes en la otra vertiente de la cordillera entre Manizales y Aguadas. Al respecto recomienda un programa para inventariar los yacimientos de caliza y mármol de las dos franjas calcáreas que recorren a Caldas de sur a norte: la de La Victoria-La Dorada-Río La Miel, y la de Neira-Aranzazu-Salamina, aforando su calidad, dispersión y cantidad, para proveer de materias primas en un horizonte de 20 años como mínimo, una industria de carburo y fosfatos fertilizantes que en un plano de mayor nivel de desarrollo daría origen a plantas de acetileno, cianamida, cloruro químicamente puro y cemento.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2014.12.8] Imagen: Mapa Geológico de Caldas. Ingeominas.
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5-10 La C&T
Educación con-ciencia para el desarrollo
http://www.bdigital.unal.edu.co/2806/
Resumen:
El desarrollo sostenible de Colombia exige, además de más y mejor educación con C&T para cerrar la brecha de productividad y facilitar el empleo, atender la oferta y demanda ambiental (natural y cultural) del país, para lo que se sugieren una segunda expedición botánica y una segunda misión corográfica. Si el retraso rural es abrumador, también lo es la obsolescencia del sector industrial en Colombia.
EDUCACIÓN CON-CIENCIA PARA EL DESARROLLO
Las posibilidades de avanzar en productividad y competitividad desarrollando al tiempo las dimensiones social y ambiental de Colombia, exigen algo más que potenciar un sistema educativo que requiere cualificarse y fortalecerse estructuralmente, empezando por modernizarlo en los términos que señalara la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo en Colombia: “Al filo de la oportunidad” (1994); también debemos construir la identidad de unas regiones que le impriman a Colombia un carácter acorde con su base pluricultural y medio biodiverso, para consolidar la Nación y lograr el aprovechamiento sostenible de nuestra oferta cultural y natural, sin detrimento de nuestra soberanía.
En lo primero, la tarea que tenemos exige cuatro acciones fundamentales: apostarle a la calidad de la educación para resolver las deficiencias en formación e instrucción en los procesos y resultados de la básica, elevar el promedio de escolaridad de la población llevándolo más allá de los 10 años para ingresar a los niveles profesional y tecnológico, impulsar programas de ciencia y tecnología para resolver el atraso del sector productivo, y fortalecer la cultura del emprendimiento para articular a los colombianos al mercado laboral. Esta tarea debe incluir estrategias locales para implementar los necesarios procesos de apropiación y traducción de los saberes de la cultura popular y de las comunidades rurales y culturas ancestrales, al lenguaje y la racionalidad de la ciencia moderna.
En lo segundo, las prioridades se relacionan con la necesidad de continuar el legado de las dos mayores hazañas de la historia científica de Colombia, como son la Expedición Botánica de la Nueva Granada (1783-1810) y la Misión Corográfica (1850-1859), con una segunda versión de cada una. Si bien la Botánica de Mutis logró la recolección y clasificación de 20 mil especies vegetales y 7 mil animales, aún desconocemos nuestro patrimonio biótico. Y si la Corográfica de Codazzi aportó no sólo la elaboración de nuestra cartografía sino también la identificación de las grandes regiones naturales de un país por entonces rural y desarticulado y en el que solamente se concebían los poblados bajo el concepto de la “Ciudad Estado” de Plutarco, hoy resulta lamentable el déficit de una Cartografía temática y de detalle, y la falta de reconocimiento e identidad de muchas bioregiones y culturas.
Y para entender la urgencia de esta doble propuesta, solo basta reflexionar no solo sobre el abandono y postración del campo, sino también sobre el desempleo crónico que afecta la estructura del empleo en Colombia y sobre la violencia juvenil urbana que se va propagando en las ciudades intermedias, hechos en los cuales la falta de oportunidades para los jóvenes como causa, se relaciona con factores más profundos y determinantes, relacionados con el surgimiento de una nueva sociedad en la que el Estado solidario se ha desmontado y la estructura del empleo ha cambiado, todo consecuencia de una revolución tecnológica compleja y de la globalización de la economía y la cultura, entre otras causas.
Como evidencia de las dificultades por resolver y soportado en cifras del DANE, así en el último lustro el PIB de Colombia haya crecido el 60%, basta mirar la participación del sector agropecuario donde excluyendo el café y como consecuencia de su baja productividad, apenas alcanza el 8,5% del PIB nacional: en este sector carente de políticas y desarrollos en ciencia y tecnología, las tierras ganaderas superan ocho veces la extensión de la agropecuaria e invaden de forma conflictiva sus espacios con prácticas menos productivas, para no hacer mención de la deforestación que agrava las amenazas hidrometeorológicas, ni de la pérdida de casi la mitad de los productos perecederos del agro gracias al deterioro de vías y a problemas de manejo pos cosecha y de mercadeo. Como muestra, esta brecha: mientras las tres mayores ciudades que conforman el “triángulo de oro” de Colombia presentan un indicador de necesidades básicas insatisfechas del 17% y en proceso de reducción, el de las regiones Caribe con el 46% y Pacífico con el 62% resulta preocupante y se resuelve más lentamente.
Y en la economía del frágil y contradictorio medio urbano, donde pobreza extrema, fragmentación social, desempleo crónico y cultura de la corrupción, facilitan la informalidad, la violencia y la delincuencia; allí donde los modernos hipermercados hacen lo propio de esa apertura económica que desvertebra los procesos de la pequeña economía local tradicional: la precaria industria anuncia su retraso tecnológico con una participación de tan solo el 13,2% en el PIB nacional, gracias a una preocupante obsolescencia que no se ha resuelto acometiendo su necesaria reconversión, posiblemente porque la clase empresarial, acostumbrada al ritmo fácil del proteccionismo, aún desconoce las ventajas y oportunidades de la sociedad del conocimiento.
[Ref.: La Patria, Manizales, 2011.01.17] Imagen en: http://nosoyliteratura.blogspot.com
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5-11 El comercio
De la tienda al hipermercado
http://www.bdigital.unal.edu.co/2804/
Resumen:
Con el nuevo orden económico, la producción y transformación de bienes para el consumo reclama el desarrollo del comercio, dando paso a las grandes superficies comerciales que dependen fundamentalmente de grandes proveedores externos e importaciones, lo que también afecta a los pequeños negocios y empresas tradicionales con bajos niveles de incorporación tecnológica y limitada capacidad de negociación.
DE LA TIENDA AL HIPERMERCADO
Cuando ha llegado el Centro Comercial Fundadores y se anuncia para este año la construcción del Puerta Grande en Manizales, amerita considerar el impacto de las grandes superficies comerciales para la economía local, particularmente para el comercio tradicional de la ciudad. Y para avanzar en algo entendiendo que son varios y complejos los niveles y formas de organización comercial, para simplificar el problema reduciré su amplio universo a las pequeñas empresas tradicionales con bajos niveles de incorporación tecnológica y limitada capacidad de negociación, pero que abren espacios para los pequeños productores, de un lado, y a las grandes superficies comerciales que dependen fundamentalmente de grandes proveedores externos e importaciones, del otro.
Como punto de partida, esta forma de distribución moderna que pone el consumo al servicio de la lógica del mercado bajo los preceptos neoliberales, en cierto modo es a las tiendas de barrio y a los pequeños locales comerciales, lo que la gran industria y agroindustria es hoy a la producción rural y artesanal de ayer. Con el nuevo orden económico, la producción y transformación de bienes para el consumo no solo se complementa con las actividades del sistema económico propias del sector terciario, sino que también reclama el desarrollo del comercio en los términos señalados.
Para empezar, en Colombia tras varias décadas de dependencia tecnológica y de un proteccionismo que llevó a la ineficiencia a los productores rurales e industriales, luego con la apertura de los mercados inspirada en el modelo neoliberal sobrevino la quiebra, fusión y cierre de empresas, la destrucción de fuentes de empleo formal y el desmantelamiento del Estado solidario que se soportaba en los postulados keynesianos.
Y en cuanto al sector terciario del cual me ocupo, si bien el comercio ha venido entrando a un proceso de cambio de sus estructuras tradicionales gracias a la incorporación de tecnologías y de cambios organizacionales, donde tuvo que ver mucho el impacto de almacenes minoristas como las cajas de compensación y cadenas de almacenes de hace años, ya hemos empezamos a ver con los almacenes poco eficientes o que no se asociaron para formar cadenas con marca propia, una suerte similar a la que corrieron decenas de empresas industriales que cerraron en Pereira y Manizales durante los últimos veinte años, tras amasar fortuna gracias a un Estado que favoreció altos precios y bajas calidades antes de la apertura económica de los 90.
Y conforme se van ampliando las opciones por el proceso de cambio de los negocios que partieron de unas estructuras tradicionales, el consumidor de hoy ya encuentra un sector comercial muy heterogéneo en el que sus opciones dependerán sustancialmente de su nivel de ingresos: los de mayor capacidad de consumo que en teoría serán quienes dominen el mercado futuro, aprecian ya los beneficios adicionales de una forma de compra más moderna y variada en las grandes superficies comerciales, donde además de una oferta amplia de precios y de variedad y múltiples características de las mercancías, pueden interactuar por sí mismo con los productos sin que “mostrador y vendedor” tengan que mediar; entre tanto, los consumidores de menores ingresos y que en la realidad de Colombia son muchos, por ser los más interesados en productos de consumo corriente o para el abastecimiento familiar diario, aprecian el crédito del tendero o las ventajas de un rebusque capaz de premiar con menor precio la obtención de productos de cosecha y segundas.
No obstante, siempre habrá una gama importante de consumidores con ingresos no muy bajos y de cualquier tamaño, interesada en bienes y servicios llave en mano que se prestan a domicilio.
Y si en la industria siempre habrá que trazar políticas e instrumentos donde Estado y sector privado actúen diferenciando la producción artesanal de la industrial al diseñar sus estrategias de desarrollo con objetivos necesariamente diferentes; igualmente ambos deben formular sus objetivos y estrategias partiendo de modelos que, previa estratificación y sin debilitar el mercado, consideren la articulación estratégica horizontal o vertical de los pequeños comerciantes atendiendo las particularidades y beneficios socio ambientales del conjunto de los sectores de la actividad económica local, para encontrar las opciones y condiciones de una eventual expansión que permita obtener economías de escala o condiciones de estabilidad económica, ya por la vía de su expansión espacial, de la diversificación de sus productos o de la segmentación de los consumidores, contemplando entre otras opciones el establecimiento de cadenas productivas, la organización solidara, la capacitación y formación empresarial, y las fórmulas crediticias y tributarias; pero con una acción concertada que no perpetúe la ineficiencia del sector y que justo fortalezca esos procesos que se desmantelan con las grandes superficies de mercado.
[Ref: El Andino. Manizales, 4-01-2011] Imagen en: http://caleidoscopiosurbanos.blogspot.com/
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5-12 El suelo urbano
El Estado y la función social del suelo urbano en Manizales
http://www.bdigital.unal.edu.co/40947/
Resumen:
En Manizales, a la problemática del suelo advertida en procesos que acentúan las inequidades, como la fragmentación y renovación urbana, la presión sobre la selva andina, y las zonas de riesgo de la periferia, se suman las dinámicas incontroladas de expansión de la frontera urbana por quienes controlan el modelo de ocupación territorial, para mantener la distribución inequitativa de cargas y beneficios y la separación de costos y utilidades, asociada a la actividad urbanizadora.
EL ESTADO Y LA FUNCIÓN DEL SUELO URBANO EN MANIZALES
No parece viable un ordenamiento que propenda por la sustentabilidad del medio ambiente urbano, mientras persistan en Manizales las dinámicas incontroladas de expansión de la frontera urbana, la distribución inequitativa de cargas y beneficios, la separación de costos y utilidades obtenidos de la actividad urbanizadora, y una estratificación de Ley altamente inconveniente, inequitativa y anacrónica, mediante la cual se otorgan subsidios y cobran contribuciones en función de la morfología urbana de la vecindad y de las características de la vivienda, y no de la realidad socioeconómica del ciudadano.
Los planificadores, más allá de una perspectiva técnica opaca a los procesos socioeconómicos del hábitat, para el desarrollo de sus actividades deberían contar con elementos de política pública, que prevengan la especulación con el suelo urbano y garanticen la función social de la propiedad, en lugar de dejar las dinámicas urbanísticas a merced del mercado, olvidando asuntos vitales para decisiones que deberían redundar en el bienestar colectivo, en un modelo no conflictivo de ocupación del territorio, y en una propuesta de ciudad más verde y humanizada como lo propone el colectivo “Subámonos al bus del POT” desde la SMP de Manizales.
Uno de los fenómenos que caracterizan el subdesarrollo, es la segregación espacial y social urbana a la que se refiere Samuel Jaramillo González (2010) de la Universidad de los Andes, definiéndola como “una característica no neutra de nuestras ciudades”, para la cual reclama una decisión política orientada a controlar las dinámicas espontáneas que produce el mercado asociadas a la especulación con el suelo urbano, y generar instrumentos de intervención del Estado útiles para prevenir ganancias no productivas ocasionadas por el cambio de uso del suelo, como la apropiación de la plusvalía urbana por el municipio, la promoción estatal planificada de vivienda y la aplicación de cuotas de vivienda social a los urbanizadores.
Aunque estén relacionados, “valor y precio” no son lo mismo: los bienes tienen un valor de uso que se asocia a la satisfacción que nos brindan, y al tiempo pueden o no poseer un valor de cambio, gracias al cual se intercambian con otras mercancías y se establece su precio en el mercado. Por ejemplo, el aire que tiene un considerable valor de uso, no tiene precio, como sí las mercancías que por ser bienes económicos que se venden, compran o intercambian. Desde Aristóteles, cuando alude a la reciprocidad y al talión, pasando por Adam Smith cuando se ocupa de las dinámicas del mercado y de la teoría de los precios, o por David Ricardo con sus ideas sobre la teoría de la renta de la tierra asociada a su productividad agrícola, hasta Marx con la teoría histórica y social del valor-trabajo, el pensamiento económico se ha ocupado del asunto para explicar precio y renta de la tierra.
Si efectivamente el aire, aunque posee valor de uso, no posee precio toda vez que en él no se incorpora trabajo humano para su purificación y suministro, entonces al reflexionar sobre la naturaleza del precio de la tierra, dado que ella en sí no es un bien transformado, para el Profesor-Investigador Jaramillo, en el caso del suelo urbano la tierra tiene precio así no sea un valor en sí misma, gracias a la renta que genera en virtud del control que ejercen los dueños de los terrenos, sobre una condición suya indispensable para la producción y consumo del espacio construido, con lo cual los terratenientes se apropian de parte del valor producido socialmente por los agentes económicos que generan capital.
Finalmente, si en Colombia la deuda histórica con el campesinado parte de que el Estado no ha controlado el régimen de propiedad de la tierra, ni usado con eficiencia herramientas como el catastro, la extinción del dominio y la reforma agraria, en nuestra ciudad la problemática del suelo advertida en procesos que acentúan las inequidades, como la fragmentación y renovación urbana, la presión sobre la selva andina, las zonas de riesgo de la periferia, deberíamos aplicar correctivos al mercado inmobiliario, densificar la retícula de la ciudad antigua, prevenir la propagación de los guetos urbanos y emplear a fondo instrumentos impopulares como el impuesto predial y la contribución de valorización, además de la recuperación de la plusvalía urbana ya aplicada en Pereira y no en Manizales.
[Ref.: La Patria, Manizales, 2014.09.1] Imagen, Piezas Intermedias de Planificación PIP, de Manizales. Secretaría de Planeación de Manizales. En:http://sociedadespacionaturaleza.wordpress.com
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5-13 El espacio público
Centro histórico como atractor urbano
http://www.bdigital.unal.edu.co/9346/
Resumen:
El Centro Histórico es un atractor urbano ubicado en la zona comercial de la ciudad, cuyos conflictos asociados a la tercerización de la economía tras el desmoronamiento de la actividad industrial, ponen en evidencia las contradicciones del modelo urbano y del cambio en la estructura del empleo, y la necesidad de políticas para humanizar el trabajo y formular otra ciudad con funciones y equipamientos descentralizados.
CENTRO HISTÓRICO COMO ATRACTOR URBANO
En mis cursos suelo reiterar que el centro histórico con su arquitectura republicana, epicentro de esas actividades comerciales mayoristas de ayer que ahora se han trasladado a las grandes superficies de mercado, es ese atractor urbano ubicado en la zona comercial de la ciudad, que debe valorarse por el valor intrínseco y estado de los viejos inmuebles de su patrimonio arquitectónico. En nuestro caso, dada la creciente degradación del lugar donde se materializa la historia y el espíritu manizaleño, gracias a la Fundación Centro Histórico de Manizales ha surgido desde la sociedad civil un proceso participativo, que propone diseñar e implementar una acción urgente para prevenir la consecuente pérdida de nuestra arquitectura republicana.
Como punto de partida habrá que señalar, no sólo que los procesos de urbanización a nivel global son una de las tendencias de hoy, sino que en Colombia como país de ciudades, Manizales es una ciudad intermedia de pequeño tamaño con grandes posibilidades e indiscutible urgencia de conurbarse, para consolidar el área metropolitana y también la ciudad región en el Eje Cafetero, buscando no palidecer en las siguientes décadas.
Por la profunda degradación del centro histórico, la apacible, risueña y placentera Manizales de ayer, ha cedido paso a la frustración de sus ciudadanos: al lugar se le ha arrebatado la vida social a los moradores de los viejos inmuebles, al permitirse actividades que incrementan la amenaza de pérdida del patrimonio arquitectónico en que se soporta el carácter de esta ciudad refundada tras los incendios de los años veinte.
Al tiempo, las edificaciones y viviendas que colman la retícula ortogonal de la zona céntrica, ahora envejecidas y con normas residenciales caducas, se van embarullando en medio de reformas que rompen los continuos urbanos del siglo XX, para obtener locales destinados a actividades que resquebrajan la estética citadina, conforme se arruina su decorado y pierde el confort haciendo inhabitables las viviendas, al enfrentar a los inmuebles con la calle convertida en un caos donde florecen actividades informales que generan incomodidades al peatón y al residente, caso la 23 y la19, cuando no el efecto del smog generado por las rutas del transporte público de la 20 y la 21.
No obstante, la complejidad del problema obliga a reconocer que siempre las ciudades evolucionan, por lo que la zonificación urbana debe responder a los desafíos de cada época: cómo resolver los conflictos entre uso y aptitud del suelo, los asuntos de la movilidad y con ellos los de la economía urbana, mejorar el decorado y resolver los espacios sucios y malolientes, o reducir la polución del aire, si no es recurriendo a medidas ya probadas en tantas ciudades, como una peatonalización del espacio público en la 23, acompañada de políticas sociales y económicas conducentes a generar empleos dignos y actividades comerciales formales.
Esta tarea resultado de un proceso de ordenamiento territorial participativo, concertado y amplio del centro histórico como fragmento del centro de Manizales, puede hacer viable en el mediano plazo un aislamiento de los vectores conflictivos, para blindar sus atractivos al separarlos de la circulación y de peligros ambientales, con el fin de recuperarle a cada elemento su función, convertir el conjunto en un “paseo” y volverlo un lugar homogéneo notable, objeto de exposición y vida cultural digna de la ciudad.
Como complemento, habrá que potenciar las actividades culturales del centro histórico mediante políticas de soporte a algunas actividades comerciales y de servicios, propicias para abatir en el lugar el tema de la informalidad y brindar una oferta calificada de opciones recreativas que llenen el tiempo de todos los manizaleños como sus usuarios.
Aún más, en la periferia más inmediata pueden promoverse procesos de renovación urbana incluyentes, abriendo espacios habitacionales con unidades residenciales a la inmensa población de clase media y sectores populares, que en el tema laboral absorbería el centro histórico y no histórico de la ciudad, dado que los trabajadores y empleados urbanos -en especial los de las grandes urbes-, a menudo consideran más determinantes el precio y tiempo invertido en el transporte entre la vivienda y el lugar de trabajo, que las pesadas condiciones ambientales inherentes al oficio, por difíciles que sean.
[Ref. La Patria, Manizales, 2013-04-01] Imagen: Manizales en metropolisgraphic.com (adaptada).
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5-14 La vivienda
Determinantes de la vivienda de interés social
http://www.bdigital.unal.edu.co/44851/
Resumen:
La falta de una política pública de vivienda, con enfoques socioambientales, soportada en procesos que la hagan sustentable y blindada de procesos de especulación con el suelo urbano, esta compleja problemática se ha manejado desde las determinantes macroeconómicas, dejándola a merced de un mercado inmobiliario sumergido en su racionalidad neoliberal, sin importar sus consecuencias sociales.
LA VIVIENDA SOCIAL Y SUS DETERMINANTES
En Colombia, por no haber diseñado una política pública de vivienda, dotada de estrategias y enfoques socioambientales y procesos de economía solidaria que la hagan sustentable, culturalmente profunda, concebida en términos de un hábitat integral y blindada de procesos de especulación con el suelo urbano, esta compleja problemática se ha manejado desde las determinantes macroeconómicas dejándola a merced de un mercado inmobiliario sumergido en su racionalidad neoliberal, sin importar sus consecuencias sociales.
Dicho enfoque restringe el problema del hábitat popular a un fenómeno de naturaleza económica, donde la demanda sólo responde a las variaciones de la tasa de interés, ingreso familiar y precio de la vivienda nueva, y la oferta a los cambios en el precio del suelo y costos de construcción, cuando no convirtiendo los temas de un hábitat urbano espacial y socialmente fragmentado, en un instrumento de efectos mediáticos y electorales como podría ser el programa de la Vivienda de Interés Prioritario Gratuita, o en una herramienta de Estado para generar empleo y dinamizar el consumo, sin mirar su verdadero significado y alcance a pesar de interesantes programas que se han implementado para el mejoramiento del hábitat en sectores degradados, aunque no en el campo colombiano pese a sus mayores falencias.
Ya en lo local, la experiencia aleccionadora por el fracaso en Manizales del proceso de renovación urbana de la comuna San José, donde si bien las metas contemplaban reubicación de viviendas en riesgo, y nuevo equipamiento colectivo para beneficiar las 5600 familias del estratégico lugar, la fórmula para revitalizar este antiguo sector, fue incrementar la plusvalía urbana empleando metodologías de planeación no participativa, especulación institucional con la valoración de las zonas de riesgo y demolición del mejor lugar para construir la Avenida Colón sin resolver su articulación urbana, todo a costa de un desplazamiento forzado que acentuó la fragmentación socio-espacial, al llevar a centenares de familias del céntrico sector a la periferia urbana.
Entre las estadísticas del orden nacional, aparecen las cifras asociadas al primer programa de cien mil viviendas gratis lanzado en 2013, estimado en 4,2 billones de pesos para beneficiar a medio millón de colombianos y generar 200 mil empleos, y los importantes avances alcanzados en 2012, cuando el déficit cuantitativo sin incluir las deficiencias ambientales del entorno de la vivienda popular que son enormes, se ubicó en 554.087 hogares y el cualitativo en 1.093.066 hogares urbanos, con unas reducciones en su orden del 46,3% y 7,8 % de los déficit existentes en 2005.
En dicho análisis, toma especial importancia el trabajo del Profesor Julio Fernando Salamanca Pinzón, Arquitecto forjado en experiencias como la Ciudadela Nueva Tibabuyes de Bogotá (5000 viviendas) y la Gerencia Zonal de la Universidad Nacional en la reconstrucción de Armenia (7500 viviendas), por las ideas que subyacen en las conclusiones de su investigación fruto de un viaje por América del Sur, donde recalca sobre la relevancia de concebir una política de vivienda en la que el objeto no sea el inmueble en sí, sino la consolidación de un hábitat sostenible, interviniendo factores estructurales que trasciendan las comunidades y consideren el urbanismo.
En su decálogo de conclusiones, este Profesor de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, subraya interesantes puntos: 1- con el modelo neoliberal, a pesar de las buenas prácticas, ha declinado la calidad del hábitat; 2- los procesos de autogestión y diseño participativo, conducen a experiencias sostenibles; 3- los proyectos de vivienda social emprendidos por empresas de economía solidaria son económicamente viables; 4- es un error regalar la vivienda, dado que el aporte de la familia crea una actitud positiva, genera identidad y fortalece la autoestima; 5- el impacto de un programa participativo e integral de vivienda, dignifica a las personas y eleva la condición humana; 6- como prueba de la capacidad emprendedora de las comunidades, la mayor proporción de viviendas en América Latina es informal; 7- en las prioridades del sector vivienda, debe partirse de la supremacía del déficit cualitativo (60%) sobre el cuantitativo (40%); 8- para el mejoramiento de la vivienda, al no requerirse suelo adicional, el esfuerzo financiero es menor; 9- se deben apoyar los procesos de producción de vivienda comunitaria; y 10- el acompañamiento de los actores sociales y de la academia, resulta fundamental.
[Ref. La Patria, Manizales, 2014.10.27] Imagen: Barrios populares en las laderas de Manizales.
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Cap 6- Asuntos de las subregiones
Imag 6. La guadua, planta emblema de Caldas, en Villegas Editores.
.6-1 El mapa
Subregiones del departamento de Caldas.
http://www.bdigital.unal.edu.co/52131/
Resumen:
A continuación, los perfiles para cada una de las seis subregiones del departamento de Caldas. Este trabajo que se ha desarrollado a solicitud de la Secretaría de Planeación como Miembro de la CROT y a nombre de la Universidad Nacional de Colombia y de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales, para ser incluido en el documento del Plan de Desarrollo de Caldas 2016-2019, se soporta en las visiones municipales concertadas con los líderes locales, luego de un proceso de planificación participativa adelantado por dicha dependencia con el acompañamiento de varios actores sociales convocados. Adicionalmente, se consideran documentos, contenidos y visiones del autor, fruto de un trabajo continuo y de años, actuando como Socio de la SMP de Manizales y como profesor de la U.N. de Colombia.
SUBREGIONES DEL DEPARTAMENTO DE CALDAS: PERFILES
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A continuación, se presentan unos perfiles para las seis subregiones del departamento de Caldas, desarrollados por el suscrito como Miembro de la CROT a solicitud de la Secretaría de Planeación departamental, para ser incluidos en el documento del Plan de Desarrollo (2016-2019), el que se ha venido formulando de forma participativa municipio por municipio por dicha dependencia, con el concurso de las comunidades, líderes, sociedad civil y empresarios locales, además de alcaldes, diputados, expertos, funcionarios de instituciones públicas y privadas, y el apoyo del personal técnico de las diferentes unidades de la Secretaría y de miembros de la academia.
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Subregión Centro Sur
Centru Sur de Caldas ARTE
Imagen: Arte caldense en la Web: Alipio Jaramillo, Guillermo Botero, Luis Guillermo Vallejo y David Manzur. Mosaico.
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Este territorio que concentra cerca del 68% del PIB de Caldas y 40% de su población, asentado fundamentalmente sobre la gran cuenca del río Chinchiná y constituido por Manizales, Neira, Chinchiná, Villamaría y Palestina, es una conurbación de facto que se extiende más allá de su jurisdicción, hasta Pereira, Armenia y Cartago. Hoy día, las capitales cafeteras como ciudades intermedias deben conurbarse para conformar una ciudad región y sacar ventajas al complementar sus economías, en lugar de competir con el riesgo de palidecer al ser absorbidas por Cali y Medellín.
Ayer, en esta tierra de empresarios que lograron con el café sumado a los cables, vapores y ferrocarriles cafeteros, hacer pasar por Manizales el meridiano económico de Colombia, y con la creación de la Federación (1927) y posteriormente de la CHEC (1944), hacer de Caldas una empresa cafetera, electrificar el campo e industrializar a Manizales, también surge un cúmulo de intelectuales, artistas y literatos, entre muchos otros, como los escritores Rafael Arango Villegas (1889-1952) y Silvio Villegas (1902-1972), los pintores Alipio Jaramillo Giraldo (1913-1999 ), Judith Márquez Montoya (1925-1994), David Manzur Londoño (1929…) y Luciano Jaramillo Trujillo (1938-1984), los poetas Blanca Isaza de Jaramillo Meza por adopción (1998-1967) y Jaime Bedoya Martínez (1931…), quienes sumando a las luces de la provincia, han hecho de Caldas y Manizales un referente de la cultural.
Ahora, elevar el PIB de Caldas, cuya estructura es del 55% para el sector terciario, 24% para el sector secundario, 14% para el sector primario y 7% para los impuestos, debe ser la gran prioridad por dos razones: una, porque luego de un crecimiento entre 2004 y 2014 del 2,6% anual, hemos perdido frente a una media para el país del 4,8%; y dos, porque su concentración en el medio urbano, obliga a implementar estrategias de C&T en los medios rurales de Caldas, para cerrar la brecha de productividad e ingresos entre la conurbación y la provincia. En consecuencia las opciones de Manizales, pasarían por los siguientes planos sectoriales del PIB, así:
En el sector terciario, por una apuesta profunda del sector servicios, implementado el Paisaje Cultural Cafetero PCC con una oferta de bienes y servicios culturales y ambientales, que parta del presupuesto de un ordenamiento de cuencas que garantice la calidad del agua, la salud del suelo y la biodiversidad, para un portafolio que incorpore servicios de salud y hotelería para un turismo verde, cultural y de recreación, donde rutas y escenarios aparezcan articulados hacia adentro y entre sí, para el termalismo, el paisaje de páramo, la caficultura, la arriería, el avistamiento aviar, la gastronomía, la aventura, y las fiestas y jolgorios. Al respecto, para hacer viable el PCC, habrá que complementar Aerocafé y Matecaña.
En el sector secundario, implementar un plan con dos vertientes: uno para la innovación, creando sinergias entre la nueva economía de las TIC, la economía verde y la economía naranja, con la economía del conocimiento, aprovechando el carácter biodiverso del territorio, el potencial de nuestras instituciones científicas y académicas, y la capacidad artística e innovadora de los caldenses, con el objeto de lograr desarrollos estratégicos relacionados con dichas áreas: las Tecnologías en Información y Computación (TIC), y la Biotecnología (verde, blanca, roja y transversal), y la economía de la creatividad.
En el sector primario, igualmente: en primer lugar, crear bancos de fomento para el campo, y descentralizar la academia creando por lo menos dos nodos regionales en La Dorada y en Riosucio, a fin de llevar la C&T para fortalecer la productividad, incorporando el Conocimiento y el Capital, al lado de la Tierra y del Trabajo como factores de producción. En segundo lugar, concurrir con los líderes regionales para convertir el Magdalena Centro y el Corredor del Cauca, en nodos estratégicos del transporte intermodal de carga.
El Ferrocarril Cafetero entre La Dorada y el Km 41, además de articular el Sistema Férreo de Colombia con la Hidrovía del Magdalena, puede detonar las dos mayores plataformas logísticas de la Región Andina, una entre Honda y La Dorada y otra entre La Virginia y La Felisa: allí, se emplazarían aquellas plantas que resulten viables para implementar una industria química pesada de transformación, que empleando procesos de producción limpia le incorpore valor agregado a nuestra riqueza, en lugar de reprimarizar nuestra economía.
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Subregión Magdalenense
Imagen: Charca de Guarinocito, en pdpmagdalenacentro.org y Puente viejo río La Miel, en lapatria.com
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Esta cálida subregión de invaluable riqueza natural y cultural, constituida por La Dorada, Victoria, Norcasia y Samaná, ubicada en el corazón del Magdalena Centro como tierra de hamacas y chinchorros, es un territorio de contrastes que comparte con el Magdalena Medio su historia de los vapores por el gran río, y con Cundinamarca y Tolima la de la Botánica de Mutis.
En primer lugar, La Dorada, dado el valor estratégico de su ubicación por ser epicentro de futuras dinámicas económicas, sociales y ambientales del país, gracias a la disponibilidad energética y a los desarrollos de la infraestructura del transporte que inciden en ella, posee las condiciones para apalancar uno de los más promisorios escenarios urbano-regionales de Colombia, además de permitir desarrollos para los sectores lácteos y cárnicos.
Adicionalmente, Samaná, Norcasia y Victoria, suman a las ventajas del fértil valle del Magdalena y de su enorme acuífero del subsuelo, un potencial minero-energético aprovechable, asociado a yacimientos de rocas calcáreas, uranio y asfaltos naturales, además del interesante potencial agropecuario de las cuencas bajas de los ríos Samaná Sur, La Miel y Guarinó, para productos de tierra cálida como cacao, aguacate y frutas tropicales.
Sobre la margen derecha del río La Miel y vecino a la desembocadura de su afluente el río Moro, aparece Norcasia, un municipio al pie de la hidroeléctrica de la Miel, que por su alto índice de Necesidades Básicas Insatisfechas expresa las contradicciones de un sector económico típicamente intensivo en bienes de capital, pero no en generación de empleo.
Dicho sector, no sólo es estratégico para incrementar nuestra participación en el PIB nacional, sino también los ingresos por impuestos y regalías, al igual que lo haría el sector minero hoy deprimido, a pesar de un enorme potencial que permitiría detonar industrias minero-energéticas de transformación, justo en el Magdalena Centro y en menor grado sobre el Corredor del Cauca donde el agua es escaza, como consecuencia del desarrollo de la hidrovía del Magdalena y su eventual articulación al Corredor Férreo del Río Cauca, mediante el Ferrocarril Cafetero ya inscrito en el PND 2014-2018.
Aún más, Caldas podría ganar parte del protagonismo de hace un siglo: de un potencial hidroenergético de 2 millones de KW, sólo aprovecha la cuarta parte logrando una participación del 2% en el PIB departamental; la industria cuya participación a caído a valores cercanos al 10%, crecería varias veces con sólo algunas de las plantas de transformación propuestas por Gabriel Poveda Ramos en el Plan Minero de Caldas 2010-2016. A esto se sumaría el sector del Transporte y Comunicaciones, cuya participación del 5,9% en el PIB de Caldas también crecería como consecuencia de la intermodalidad.
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Subregión Norte
Imagen: Aguadas y Salamina, pueblos patrimoniales de Caldas, en: viajaporcolombia.com y colombia.travel
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Este territorio ubicado sobre la margen caucana del interfluvio de la Cordillera Central, entre los ríos Arma y Tareas, comprende los municipios de Aguadas la tierra del ensayista Jaime Mejía Duque (1933-2009), reconocida por el Festival del Pasillo y el sombreo aguadeño; de Salamina, cuna de ilustres caldenses como los poetas Agripina Montes del Valle (1844-1915), Luis Alzate Noreña (1889-1939) y Fernando Mejía (1929-1987); de Pácora, la tierra natal del escultor Guillermo Botero Gutiérrez (1917-1999), y de Aranzazu el terruño de José Miguel Alzate (1954…), poblados todos fundados entre 1808 y 1853, y económicamente vinculados a actividades productivas que giran en torno a la agricultura, en particular a los cultivos de café y plátano y en menor escala a la caña panelera, aunque en el caso de San Félix su actividad tradicionalmente ha sido ganadera y de producción de leche.Aguadas y Salamina, pueblos patrimoniales de Caldas, en: viajaporcolombia.com y colombia.travel
Por su arquitectura como impronta de la cultura paisa, sobresalen Aguadas y Salamina declarados Monumento Nacional en 1982, y ejes fundamentales en los que, al lado de Marmato, se soportó la declaratoria por la Unesco del Paisaje Cultural Cafetero en 2011como Patrimonio de la Humanidad, lo que exige entre otras acciones “Incorporar los lineamientos de planificación en los POT de los municipios del PCC para garantizar el uso eficiente del suelo y el agua, y propiciar la articulación de las relaciones campo-ciudad.
Para hacer del Corredor del Río Cauca caldense el gran articulador de territorios y poblados con historia y etnias, como los ubicados en el alto Occidente y estos del Norte donde dos poblados hacen parte de la red de diecisiete pueblos patrimoniales de Colombia, se requiere implementar proyectos que permitan captar recursos de la nación, en el marco de un Plan Maestro de Turismo que propenda por el desarrollo del Paisaje Cultural Cafetero.
Ahora, para expandir los beneficios del citado Plan Maestro, además de un direccionamiento hacia el bioturismo a partir de estrategias como las “vías lentas”, se deberá construir sinergias vinculando elementos del patrimonio inmaterial y material de la cultura caldense, entre ellos las artesanías mediante talleres para mejorar los procesos de producción, transformación y mercadeo de productos, así: en Aguadas para la sombrerería, en Salamina para tallado y calado, en Aranzazu para el fique, y en Pácora para la Panela.
A estos productos se sumarían otros de Subregiones vecinas, para bienes que son emblemáticos de Caldas: en Riosucio para cestería y chaquiras; en Supía, la tierra del historiador Jorge Eliecer Zapata Bonilla (1950…), con la dulcería; en Marmato, la tierra de Iván Cocherín (1909-1982), con la joyería; en Pensilvania, con la madera; en Anserma, la tierra del poeta Edgardo Escobar Gómez (1947-2014), con la seda; y en Marulanda con la lana.
Entre las acciones que demanda el fortalecimiento del mercadeo de los productos agropecuarios y del aparato productivo de los citados municipios, se contemplan el establecimiento de centrales de acopio, la organización de los productores, y la mejora y desarrollo de vías de comunicación, no sólo buscando la conectividad interna, sino también con Pacífico 3 como nueva Troncal de Occidente. Salvo en el caso de Aranzazu se requiere cruzar la vía férrea y un puente sobre el Cauca.
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Subregión Alto Occidente
Imagen: Marmato, Riosucio y Supía, en la Web
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Esta subregión caldense, conformada por los municipios de Filadelfia, La Merced, Marmato, Riosucio y Supía, cuya orografía pertenece al sistema andino y que se establece en el cañón del Río Cauca, es un territorio mestizo forjado en la historia del oro durante la Colonia, y del café que llega una vez se ha consolidado la ocupación del territorio caldense, tras la gesta de la Colonización Antioqueña.
Para comprender la expoliación del inmenso potencial aurífero por más de medio milenio: basta decir no sólo que durante el siglo XVII, cuando la Nueva Granada suministraba el 39% del oro del mundo, la primera mina del orbe era Quiebralomo, sino también que aún Marmato con cerca de 9,3 millones de onzas de oro en el subsuelo, ahora controlado por la multinacional Gran Colombia Gold pero en aparente abandono, ve cómo la pobreza abate por igual a barequeros y ‘guacheros’ que han quedado sin oficio.
Primero la colonial Supía ubicada al pie de Tacón su cerro tutelar, que sólo florece avanzado el siglo XVIII con el auge de la minería aurífera durante la Colonia, y luego Riosucio que emerge apenas en 1819 sobre el ondulado paraje al lado del Ingrumá, cuentan con la mayor proporción de pobladores de ascendencia indígena de la ecorregión cafetera: allí están los resguardos de Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, San Lorenzo y Escopetera, y Pirza por Riosucio; además Cañamomo y Lomaprieta por ambos municipios.
Con la mitad de los pobladores de la Subregión, Riosucio, la tierra de Otto Morales Benítez, es el núcleo cultural más relevante y de la artesanía folclórica más añeja del departamento: además del “Carnaval del diablo” que surge del mito fundacional del poblado, brillan los artesanos de la alfarería en Cañamomo y Lomaprieta, de la cerámica en Portachuelo, de la cestería de bejuco en la Zulia y El Salado en la Montaña y en San Lorenzo, de las esteras de enea y caña brava de la Montaña, del cogollo de la caña brava y la sombrerería en Travesías y Pasmí en San Lorenzo, y de las tallas en palo de naranjo de Tumbabarreto. Se suma a estas comunidades, todas escasas de tierra, la de Guamal, donde una comunidad negra que subsiste desde 1717 se dedica a beneficiar caña panelera y a producir cafés especiales.
Al emblemático carnaval que según el Sistema Nacional de Información Cultural de MinCultura, es la demostración de la cultura de un pueblo que se formó con la integración indígena, negra africana y blanca europea, se suman otros eventos emblemáticos, como “El Encuentro de la Palabra” creado en 1983, para promover la vocación cultural de los riosuceños, y el Encuentro de Escritores Caldenses “Danilo Cruz Vélez” (1920-2008), que en nombre del insigne filósofo y escritor de Filadelfia se realiza cada año en esta población, también tierra del Compositor José Macías (1912-2003).
Y en cuanto al desarrollo de un prospecto minero, para Marmato, en lugar de propiciar el actual enclave y sobre todo de apostarle a una explotación a cielo abierto, se deberá impulsar una minería limpia subterránea, con una componente artesanal y otra industrial, ambas articuladas. Adicionalmente, una escuela minera que abarque desde la extracción y transformación del mineral, hasta su mercadeo, pasando por los necesarios temas ambientales, para corregir conflictos y prácticas que históricamente han degradado el histórico poblado.
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Subregión del Sur-occidente
Anserma, San José y Belalcázar, en la Web
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Ubicada en la vertiente occidental del río Cauca y vecina al Departamento de Risaralda, esta subregión tiene jurisdicción que comprende territorios de los municipios de Viterbo, Anserma, San José, Belalcázar y Risaralda, en los que se advierte una cultura compleja que expresa, además de la ancestral Embera Chamí presente en dos resguardos: Totumal (Belalcázar) y La Albania (Risaralda), referentes que se remontan a tiempos de la conquista, cuando Jorge Robledo funda a Santa Ana de los Caballeros sobre una colina del valle de Umbra (1540), en dominios de los Ansermas; y otros elementos más, a épocas de la colonización del siglo XIX.
Aunque su principal referente hidrográfico es la cuenca del río Risaralda, los paisajes cafeteros dominando las alturas y de cañaduzales esparcidos sobre el precioso valle aluvial, dan testimonio no sólo de una actividad socioeconómica históricamente marcada por el café y más tarde complementada por la caña azucarera, sino también del potencial de aguas subterráneas en un escenario altamente vulnerable al riesgo por sequía, para un territorio escaso de precipitaciones copiosas, donde la cultura ha encontrado notable expresión durante décadas, ya en artesanías como la seda de Anserma urgida de procesos que la conviertan en un bien artesanal certificado, ya en movimientos literarios y culturales de diferente índole y muchos actores.
Salvo Viterbo, que yace bajo imponentes samanes, todas las cabeceras son portentosos miradores naturales: de ahí nombres para cabeceras, como “la colina del viento” para Risaralda y “el balcón del paisaje” para Belalcázar, o de “Buenavista” para una vereda de San José, además de la propuesta de hacer del turismo un motor de la economía de la subregión, donde la apuesta común de estos municipios que ya han emprendido acciones e invertido en infraestructura, es la ruta Amaranta que espera aprovechar los beneficios de la variante Tesalia, en el marco del PCC.
Pero además de dicha vía perteneciente a Pacífico 3, ruta que significa el regreso de la vieja troncal de Occidente de 1939, después de cuatro décadas de haber cambiado su curso al tomar la vía de Irra por Chinchiná, se esperan los beneficios de extender el Ferrocarril de Occidente, y de hacer viable el más interesante de los proyectos de aleaciones mineras incluido en el Plan Minero de Caldas, como lo es el aprovechamiento del manganeso de Apía y Viterbo, para obtener bióxido de manganeso electrolítico, opción que demanda prospectar, valorar y caracterizar las reservas, además de suficiente agua.
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El Alto Oriente
Imagen: Marulanda, Manzanares y Pensilvania en la Web
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Esta marginada subregión cordillerana ubicada en la vertiente oriental de la Cordillera Central, sobre los escarpados predios de lo que se conocía a finales del Siglo XIX como el norte del Páramo de Herveo y sur de la Tenebrosa selva de Sonsón, cuenta con preciosos poblados de cinco municipios: Pensilvania, Manzanares, Marquetalia y Marulanda con su corregimiento Montebonito, esparcidos en medio de un quebrado y verde paisaje de abundantes aguas y múltiples ecosistema propios del trópico andino.
Para ejemplarizar la calidad humana y empresarial de sus habitantes, basta dos referentes: uno, el notable desarrollo de Pensilvania, la patria chica del pintor Virgilio Patiño Gutiérrez (1948…), obtenido con el concurso del sector privado local a través de la Fundación Darío Maya Botero comprometida con las causas públicas locales, y segundo, el protagonismo intelectual del escritor manzanareño Bernardo Arias Trujillo (1903-1939), escritor y polifacético pensador con convicción de justicia social.
Salvo Marulanda en la parte alta con sus fértiles tierras, la economía de esta subregión, otrora habitada por Pantágoras y Marquetones, es eminentemente agropecuaria, dado que tradicionalmente el café ha sido el principal cultivo, seguido de la caña papelera, el plátano, la ganadería y productos de pan coger, aunque en las dos últimas décadas la agroindustria se ha venido fortaleciendo en dos renglones: la industria maderera afín al enorme potencial forestal y la frutícola, con plantas de transformación en ambos casos, aunque para lograr su consolidación se requiere aplicar una metodología de clúster, lo que supone avanzar en estrategias asociativas supra-regionales.
Resolver la precaria conectividad regional, bajo el presupuesto de que el transporte rural es un catalizador de la reducción de la pobreza, tiene que ser una prioridad de carácter supra departamental, con doble direccionamiento: salvar el Guarinó para articular a Manzanares y Marquetalia con Fresno, Tolima, por la ruta La Marina-El Tablazo para crear un mini clúster subregional, y pavimentar los 180 km de la vía del Renacimiento, entre Sonsón y La Dorada, para la salida de Pensilvania a Puente Linda. En caso de dificultarse la inversión, el mapia o asfalto natural existente en la vecindad, es una opción económica y válida.
El caso de Marulanda, pasa por tres elementos: uno, el desarrollo de una ovinocultura de tipo artesanal soportada en productos certificados con denominación de origen, en lugar de desarrollos industriales que no pueden competir y menos imprimir el sello cultural y ambiental a esta cadena productiva, que goza del beneficio de poseer carácter asociativo dada la tradición de la Cooperativa Viña de Marulanda; dos, el desarrollo de las TIC como medio de conectividad e instrumento articulado a proyectos ecoturísticos; y tres, la Transversal de Caldas donde el “talón de Aquiles” que demanda dicha vía ha sido su precario tráfico promedio diario, por lo cual el mapia debería ser una alternativa válida.
Manizales, 29 de Febrero de 2016.
* Documento UN-SMP elaborado para el Plan de Desarrollo de Caldas 2016-2019. In: Bases para el Plan de Desarrollo de Caldas 2016-2019. Secretaría de Planeación de Caldas. Imagen: Subregiones de Caldas.
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6-2 Para el norte extremo caldense
Aguadas: Esplendor entre neblinas y pasillos
http://www.bdigital.unal.edu.co/10882/
Resumen:
Aguadas, fundada en 1808 al este de Santiago de Arma sobre la ruta que de Medellín y Rionegro conduce a las provincia de Marmato y del Sur de Antioquia, tierra de arrieros, clima saludable, bahareque, neblinas y pasillos, está habitada por gente amable con sentido de familia, en cuyo folclor se conservan tradiciones y costumbres paisas heredadas de la colonización antioqueña del siglo XIX.
AGUADAS: ESPLENDOR ENTRE NEBLINAS Y PASILLOS
En tierra de arrieros donde empalizadas entre neblina y pantanos conducen a la fonda atendida por Manuela Ocampo, sobre los 2.200 msnm en 1808 se funda Aguadas, 9 km al este de Arma, vecina a una ceja de bosque protector de la selva andina más extensa al norte del páramo de Herveo, cuando José Narciso Estrada oriundo de la Vega de Supía, José Antonio Villegas del valle de San Nicolás de Rionegro y otros, deciden establecer un nuevo poblado en dicho paraje de clima saludable, provisto de agua, apto para el viajero y estratégico para asegurar predios amenazados por las corrientes colonizadoras de principios del siglo XIX.
Desde 1542 se había fundado Santiago de Arma en los dominios del cacique Pipintá, cuando Belalcázar le ordena al capitán Miguel López Muñoz establecer una villa con carácter de fuerte militar, para someter las hostiles tribus vecinas, lo que le permitió a familias españolas establecerse para dedicarse a la explotación de yacimientos auríferos, contar con alcalde mayor, cabildo y encomenderos, hasta que al agotar las minas, escasear el agua y palidecer las rentas, emigran en su mayoría al valle de San Nicolás, por lo que en 1786 el rey ordena trasladar el poblado con sus privilegios y símbolos a Rionegro.
Así, la ruta que llega de Medellín y Rionegro, se bifurca en Arma y Aguadas: de un lado para cruzar el río Cauca en Bafú y entrar a la Provincia de Marmato donde están Supía, Anserma y Cartago; y del otro, a la Provincia del Sur de Antioquia conforme el frente de colonización va ocupando con sus fundaciones la vasta concesión Aranzazu, cuyos dominios inicialmente establecidos entre la vieja Arma y el Chamberí, mediante artimañas de don Juan de Dios y su derechohabiente la sociedad González-Salazar & Cía., se extienden por la vertiente oriental del río Cauca hasta la Provincia de Robledo ubicada al sur del río Chinchiná.
Tras la fundación de Sonsón (1800) y Abejorral (1805), la nueva aldea de 1808, será el portal más septentrional de entrada en la tierra del sombrero de iraca y el pionono, a la ruta donde el esplendor de nuestra arquitectura vernácula en continuos de bahareque, se repetirán al sur en las nuevas fundaciones del norte caldense: Salamina (1825), Pácora (1831), Filadelfia (1850) y Aranzazu (1853), y para transitar por las fértiles tierras de la alta cordillera Central, que entre blancas neblinas se extienden desde Sonsón y pasan por Encimadas, para continuar por los verdes valles de San Félix, Marulanda y el páramo de Romeral, hasta las empinadas laderas vecinas de Cerro Bravo.
De ese modo, en el proceso de colonización, conforme se van fundado poblaciones, la economía de la aldea empieza a soportase, primero a lo largo del siglo XIX en la ganadería, el cultivo del maíz y el laboreo de las minas, sumados al comercio aprovisionado por arrieros que unen centros como Rionegro ya beneficiado por el traslado de Arma y como Medellín con su desarrollo paulatino entre 1830 y 1850; y segundo, en el siglo XX concluidas las guerras civiles que producen cambios significativos en las territorialidades políticas del país, como la creación del departamento de Caldas (1905), al florecer la economía cafetera por estos dominios de la gesta colonizadora, apogeo que llega hasta el advenimiento de la revolución verde con el monocultivo del caturra (1970) y su propuesta de graves consecuencias ecosistémicas y sociales, por conducir a un modelo de dependencia tecnológica, causa de la actual crisis cafetera.
De este pueblo, tierra de Maestros como Libardo Flórez Montoya, Aníbal Valencia Ospina y Javier Ocampo López, parroquia en 1819, distrito en 1880 y hoy cuna del pasillo en Colombia, cuya economía se basa en café y plátano, y en menor escala en caña panelera y ganadería, habitado por gente amable con sentido de familia y poseedora de un folclor que conserva tradiciones y costumbres paisas, merecen mención los hermanos Félix, Diego, Tiberio y Emiliano Estrada Botero, artífices de una portentosa empresa de arriería, conformada por mil quinientos bueyes y mulas que en la alborada del siglo contribuyó al progreso de “La mariposa verde” sacando su café a la vía fluvial del Magdalena.
[Ref.: La Patria, Manizales, 2013-11-11] Imagen: “Pasilleano”, Óleo de Carlos Alberto Osorio Monsalve.
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6-3 Para el norte cercano caldense
Salamina patrimonial y emblemática
http://www.bdigital.unal.edu.co/7299/
Resumen:
Para aprovechar las ventajas del Paisaje Cultural Cafetero, habrá que empezar por Salamina. La aldea con su arquitectura vernácula que es un hito por los inmemoriales continuos urbanos, resulta estratégica para articular territorios y poblados con historia y etnias mediante el desarrollo “vías lentas” que abriguen poblaciones históricamente ligadas a la Colonización Antioqueña, como Abejorral, Aguadas y Neira, dotadas del bahareque patrimonial.
SALAMINA PATRIMONIAL Y EMBLEMÁTICA
A continuación, unas ideas para el norte caldense, centradas en las posibilidades de desarrollo de Salamina, precioso municipio de 1825 fundado en tierra de Carrapas y Pícaras, Monumento Nacional desde 1982, urgido de acciones estratégicas para un desarrollo agropecuario y turístico que aprovechen sus notables atributos naturales y culturales, a partir de propuestas de interés que alcanzan poblaciones históricamente ligadas a la ruta sur de la Colonización Antioqueña, como son Abejorral (1805), Aguadas (1808) y Neira (1842), por estar dotadas de condiciones de similar interés por el valor intrínseco del bahareque como arquitectura vernácula.
Para subrayar la importancia patrimonial del poblado y su rol en el escenario del Paisaje Cultural Cafetero, ésta anécdota: en 1995, ante el entonces alcalde electo de Salamina Luis Guillermo Velásquez, François Widemann del CNRS de Francia y Luis Gonzalo Valencia del Ministerio de la Cultura de Francia, acompañados de un grupo de Profesores de la UN, propusieron acometer el proyecto de la declaratoria de Salamina como Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad, acordando tareas que desafortunadamente no lograron su cometido.
Hoy día, al prospectar el desarrollo regional se pueden señalar ventajas comparativas para la “ciudad luz” de Caldas, como son: el espíritu laborioso de su pacífica población; el potencial de su monumental arquitectura a juicio de la UNESCO; los impactos de conectividad esperados de las Autopistas de la Montaña; el desarrollo de la Felisa con el Ferrocarril de Occidente y la hidroeléctrica Encimadas-Cañaveral; el aprovechamiento de las fértiles tierras cordilleranas; la creciente conectividad de la Transversal de Caldas; los beneficios del clúster cafetero extendidos a la economía rural en la caña panelera; y el impacto de Aerocafé con pista de 3600 m sobre el Paisaje Cultural Cafetero.
En cuanto a San Félix, la problemática de esta ecorregión con enorme potencial ambiental y agropecuario, empieza por su aislamiento, pasa por la inseguridad ya superada y cierra en las erradas políticas agropecuarias, temas que obligan a implementar acciones en el marco del nuevo ordenamiento territorial de Caldas y del plan departamental de Ciencia y Tecnología, dado que la alta productividad de las altas tierras de la cordillera Central, comparable a la del altiplano Cundiboyacense y la región Túquerres-Ipiales, la hace una de las zonas agrícolas más ricas de Colombia, cuyo aprovechamiento obliga a trazar políticas de ciencia y tecnología para combinar el conocimiento con los otros factores de producción.
Ahora, mientras en el entorno de las capitales cafeteras el escenario se ha rur-urbanizado, Salamina conserva su arquitectura a pesar de su precaria economía rural, gracias al efecto redistributivo del ingreso dada la pequeña propiedad de la tierra, la que complementaría mejor los beneficios si a nivel local recibe el apoyo gremial de los cafeteros y del Estado para hacer competitivas las anteriores ventajas. De lograrse, el Comité Municipal de Cafeteros propendería al tiempo, por un modelo de caficultura diversificado y más amigable con el medio ambiente.
Si Caldas desea aprovechar mejor la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero, debe empezar por Salamina dada su condición de bisagra como articulador de territorios y poblados con historia y etnias, empezando por el desarrollo del bioturismo a partir de estrategias como las “vías lentas”: desde allí se accede al alto occidente, tierra de resguardos y negritudes con potencial minero y opciones agropecuarias en pan coger y caña panelera; por el sur y el norte, parten rutas del bahareque de la colonización hacia Neira o Aguadas y Abejorral; y al oriente sobre la cordillera, desde Letras y Romeral hasta San Félix, Encimadas y Sonsón, ofrece los paisajes de páramo con sus íconos en el cóndor, el pasillo, la ruana de Marulanda, la palma de cera y el sombrero aguadeño.
Evidentemente, la transversal de Caldas y la vía al norte, sin la perversidad de peajes como el de Neira y La Cabaña que sólo contribuyen a menguar los precarios ingresos de las comunidades campesinas vecinas a Manizales, juegan un papel fundamental para implementar la oferta de bienes culturales y servicios ambientales, donde la suerte de los poblados dependerá del papel del transporte rural como medio esencial para resolver la pobreza, y de la preservación del ese legado arquitectónico que alcanza su mayor expresión en Salamina.
Si la maravillosa aldea es un hito por los inmemoriales continuos urbanos, entonces deberá fortalecerse la escuela de artesanos del bahareque de Salamina, para que se perpetúe ese patrimonio asociado a una tecnología “temblorera” de guadua, limos y cagajón, amenazada por las termitas en expansión por el calentamiento global: ella como los guaduales, la biodiversidad, los bosques y las prácticas agroforestales y silvopastoriles, resultan tan fundamentales para la adaptación al cambio climático, como lo Aerocafé con pista larga para el Paisaje Cultural Cafetero, o la ciencia y la tecnología para resolver la brecha de productividad de las comunidades rurales.
[Ref: La Patria, Manizales 2012/08/20] Salamina en fragmentos de acuarelas de Luis Fernando Rodríguez García
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6-4 Para el alto oriente caldense
Pensilvania: La “Perla del oriente” caldense
http://www.bdigital.unal.edu.co/10399/
Resumen:
Este precioso poblado caldense cuyos hijos han honrado la comarca, fundado en 1866 entre empinadas montañas, cristalinos torrentes, verdes y estrechos valles donde cerca de mil colonos llegaron portando como símbolos la cruz de su fe y el hacha de su reciedumbre, es consecuencia de uno de los fenómenos sociales más significativos de nuestra historia: la colonización antioqueña del siglo XIX.
PENSILVANIA: LA “PERLA DEL ORIENTE” CALDENSE
En el paraje de explanadas, sobre la ruta que conectaba a Salamina y Honda, ubicado entre empinadas montañas, cristalinos torrentes, verdes y estrechos valles, territorio jurisdicción de Sonsón desde 1870 hasta 1908, año en que se le anexan a Caldas las subregiones del naciente ubicadas en la vertiente izquierda del Magdalena entre los ríos Samaná y Guarinó, se funda el corregimiento de Pensilvania en 1866 por solicitud de Don Isidro Mejía, al Abogado y Militar Pedro Justo Berrío entonces presidente del Estado Soberano de Antioquia. Entre tanto, en Manizales se abría el segundo camino al Magdalena por el Páramo de Aguacatal en dirección a Honda, obra que concluye en 1872 justo cuando Pensilvania se erige como municipio.
Pero de esta comarca de bosques andinos tropicales húmedos, bañada por las aguas de La Miel y el Samaná Sur, que estuvo deshabitada unos 300 años, al ocuparse del exterminio de sus aborígenes Pantágoras, cuenta Alfredo Cardona Tobón cómo en 1551, soldados al mando de Asencio de Salinas descubren a dos jóvenes expiando desde la espesura, los persiguen con feroces canes adiestrados para aperrear llegando hasta el poblado con claras intenciones de saquear bohíos y hacer prisioneros. Por el pánico generado, los gritos fueron en aumento durante media hora, hasta que se produce el Holocausto de Ingrima: “Los unos sin animarse a forzar los ranchos y los otros sin ánimo de repelerlos. De pronto una flecha atravesó la cabeza de un español.
Los españoles reaccionaron e incendiaron los ranchos indígenas para obligarlos a salir. Los nativos no salieron. Prefirieron morir achicharrados o ahorcados en las lumbreras de los bohíos; fue un espectáculo aterrador; se oían los llantos de los niños entre el crepitar de las llamas, los ayes lastimeros de las madres con sus bebés de brazos, los gritos de agonía de todo un pueblo que perecía en las llamas.”
A diferencia de lo ocurrido con la fundación de poblados coloniales como Honda (1539) y Mariquita (1551), que surgen cuando la propiedad de la tierra respondía a la lógica de los títulos reales y el modo de producción era el régimen de servidumbre, la “Perla del oriente” caldense es consecuencia de uno de los fenómenos sociales más significativos de nuestra historia: la colonización del siglo XIX, en la que se consagra la propiedad de baldíos o tierras realengas para quienes trabajan y poseen tales parcelas, ocupadas tras una lucha territorial que se da primero en el marco de la colonización espontánea, previa a repartos, acaparamientos y control de tierras, y luego durante la fase empresarial cuando la colonización evoluciona al modo capitalista al emplear colonos asalariados.
Los cerca de mil colonos que en los primeros lustros hasta la fundación llegaron paulatinamente a descuajar agrestes montañas de tan indómita naturaleza, en lo que se conocía como las tenebrosas selvas de Sonsón, portando como símbolos la cruz de su fe y el hacha de su reciedumbre, sembraron parcelas y construyeron chozas de paja en donde hoy está la plaza principal, luego la iglesia y la escuela, hasta consolidar ese ambiente cívico de sanas costumbres para levantar familias en valores que se fueron perpetuado e irrigado por las nacientes veredas que colman el territorio. Allí, conforme abrieron caminos y trochas para el comercio con poblados en varias direcciones, surgieron generaciones de pensilvenses cuyos hijos le han dado lustre a Caldas y honrado la comarca.
Ahora, esa economía de Pensilvania orientada a la actividad forestal, cafetera, panelera y ganadera, que crecería de integrase con Manzanares y Marquetalia para encontrar conexión a Fresno cruzando el Guarinó por La Marina, y aprovechar sus notables posibilidades hidroenergéticas sin detrimento del portentoso patrimonio biótico expresado en baluartes como la Selva de Florencia, un ecosistema natural compartido con el municipio de Samaná sobresaliente por su grado de endemismo al involucrar la mayor proporción de especies de ranas del país, está obligada a desarrollar otras posibilidades en el Paisaje Cultural Cafetero, incluyéndose con aquel territorio entre los municipios fundamentales de la citada declaratoria de la Unesco, argumentando que los cafés Pensilvania y Manzanares, también fueron reconocidos por su calidad en la década de los 20, con otros como los cafés Manizales y Burila provenientes de tierras frías.
[Ref. La Patria, Manizales 2013.10.14] Imágenes: fuentes varias con crédito en cada fotografía.
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6-5 Para el bajo oriente caldense
Ciudad, puerto y río en tierra de pasillos, bundes y guabinas
http://www.bdigital.unal.edu.co/12623/
Resumen:
Gracias a la posición geoestratégica del territorio y a la navegación del Magdalena, puede surgir un nuevo escenario urbano-regional en el Magdalena Centro, sí se fortalece la multimodalidad conurbando La Dorada con Honda, y sí se construye el Ferrocarril Cafetero, que saliendo de La Dorada cruzaría la Cordillera Central, para articular el centro de la Región Andina con el Eje Cafetero y con los dos mares de Colombia.
CIUDAD, PUERTO Y RÍO EN TIERRA DE PASILLOS, BUNDES Y GUABINAS
Imagen (adaptada), en: ladorada-caldas.gov.co y en Google Earth. El río corre hacia el Norte y el recuadro muestra el puente actual, cuya congestión explica el proyecto de un nuevo puente sobre el Magdalena, en La Dorada.
Tierra de río y vapores
Imagen en: banrepcultural.org
Desde la Colonia hasta los albores del siglo XX, la hidrovía del Magdalena fue la ruta natural para conectar el Atlántico con el centro andino de Colombia.
Para convertir el más estratégico de los proyectos Yuma en un instrumento de paz, de conformidad con las enseñanzas de PDP-MC, se deberá abordar el tema del desarrollo regional bajo el presupuesto de que el “territorio”, antes que un espacio de transformaciones, es una construcción social e histórica y como tal un sujeto, lo que emplaza a la sociedad civil a establecer un diálogo con él a través de la cultura.
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Dragado aguas arriba de Conejo para detonar la Ciudad Región
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Con el dragado del Magdalena, se establecerá un canal navegable de medio centenar de metros, cuya profundidad de 4,5 pies en el tramo Puerto Berrío-La Dorada, la que se irá incrementando aguas abajo, se podrán movilizar por lo menos 6 millones de toneladas anuales en el corto plazo y 11 millones en el mediano plazo, utilizando naves de poco calado.
Si se draga aguas arriba del puente a Salgar para extender los beneficios de la navegación hasta Honda, además de mitigar las inundaciones en Bucamba, con el desarrollo portuario sobre el eje conurbado Honda -La Dorada, se pueden tomar las decisiones para consolidar un clúster urbano, buscando prevenir conflictos y el aprovechamiento de los grandes beneficios de la multimodalidad relacionada con la convergencia del sistema de transportes.
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Historia… Ferrocarril y Río en La María
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Antonio Acosta, … establece hacia el año de 1886 un leñateo en el puerto denominado Conejo…
Finalizada la Guerra de los Mil Días en 1904… la compañía inglesa “The Railway Company” emprende la construcción del FFCC desde Honda hasta la quebrada de Yeguas.
Terminada la obra, el personal cesante se establece al norte en las riberas menos difíciles del Magdalena, conformando el pequeño poblado La María, ubicado en la parte sur del “Barrio Conejo y Dorada vieja“.
En 1908 cuando llega a Facatativá el Ferrocarril de Girardot, se establece la primera comunicación férrea de la Capital de la República con el Magdalena.
En 1921 se transforma el Ferrocarril de la Sabana en Ferrocarril de Cundinamarca, y el gobierno departamental asume entre obras, llevar el tren hasta Puerto Salgar en el Magdalena.
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Un Ferrocarril Cafetero y el Tren La Dorada-Bogotá
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Colombia debe articular el sistema férreo nacional. En comparación con el modo carretero, mientras el río es seis veces más económico para la salida de los contenedores al mar, el tren reduce los fletes tres veces.
Sacar un contenedor de Bogotá por el modo carretero, cuesta U$2600 a Cartagena y U$ 2100 a Buenaventura, mientras desde Cartagena hasta Asia cuesta US1500.
En lugar de poner a competir a lo largo del Magdalena: ferrocarril, carretera y río, Colombia debe articular los mares con un Ferrocarril entre Buenaventura y Urabá, y empalmar el sistema férreo con un sistema transversal de trenes que pase por La Dorada: el Ferrocarril Cafetero por Caldas, que aprovecharía las rocas estables del Stock de Manizales, para un túnel más económico por el costado norte de Cerro Bravo donde la cordillera se estrecha, que en lugar del Túnel de La Lora vecino a La Línea cruzando un ambiente de rocas poco competentes.
Para un Canal Interoceánico, además de la hidrovía de Atrato, el Ferrocarril Verde Urabá – Cupica transitando por la margen del lado de Antioquia y no del Darién, sería la fórmula.
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Magdalena Centro MC: Tierra de bundes, pasillos y guabinas
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Cuenta el MC con cerca de 500 mil habitantes de etnias y culturas diversas, y un potencial para desarrollar una plataforma logística soportada en el eje urbano Honda-La Dorada, asociada a la convergencia del sistema multimodal, articulando el Centro y Occidente de Colombia.
Recurso hídrico en la zona de alta precipitación de Pensilvania, Samaná y Norcasia; Hidrocarburos, Asfaltos, Uranio, Geotermia y Carbón; Mármol, Calizas y Caolín; Esmeraldas y Oro; Plomo y Zinc.
Biodiversidad por pisos térmicos con variadas zonas de vida en climas y bosques secos a muy húmedos; humedales del Magdalena y ecosistema de páramo; suelos fértiles en tierras frías y cálidas.
Ganadería, Piscicultura, Caucho, Avicultura, Porcicultura, Ovinocultura y Pesca; Café, Caña panelera, Caucho, Papa, Plátano, Maíz, Yuca, Algodón, Fríjol, Cacao, Aguacate, Legumbres, Hortalizas y Frutas de climas frio, templado y cálido.
Turismo rural y Ecoturismo; Medios de Transporte; Recreación, Paisajes naturales, Rutas turísticas, Oferta cultural, Ferias y jolgorios.
Imagen. Diócesis La Dorada-Guaduas: La Dorada, Manzanares, Marquetalia, Norcasia, Pensilvania, Samaná, Victoria, Montebonito, Caparrapí, Chaguaní, Guaduas, La Palma, Puerto Salgar, Yacopí, Puerto Boyacá, Puerto Triunfo, La Danta y San Miguel. Fuente, PDP
El MC comprende territorios de municipios de Cundinamarca, Caldas, Antioquia y Boyacá donde tiene jurisdicción la Diócesis de La Dorada Guaduas (ver figura), pero también debe incluir los municipios del norte del Tolima desde Herveo hasta Honda, para no desestructurar el territorio.
Posición geoestratégica , Suelos fértiles en especial el Valle del Magdalena, El Magdalena como hidrovía, Sistema de transporte ferroviario, Ruta del Sol y Autopista Medellín Bogotá, Sistema hidroenergético, Red de oleoductos, Aeropuerto de Flandes y vecindad de El Dorado, Distribución demográfica, Cercanía a una Megalópolis (Bogotá) y vecindad con Medellín y el Eje Cafetero.
Factor demográfico asociado a su población no polarizada, dada la distribución y tamaño de las cabeceras municipales, aunque la conectividad, afectada por factores topográficos y estado de las vías, al reducir la movilidad, impide el papel del transporte rural como catalizador de la reducción de la pobreza.
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Habrá que potenciar la multimodalidad desarrollando el eje fluvial Honda – La Dorada
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Sí la urgencia de las megalópolis como Bogotá, es volverse internacionalmente competitivas y manejar problemas de escala, la de las ciudades intermedias es conurbarse o conformar una ciudad región en lugar de competir, para consolidar un clúster urbano y no palidecer.
Entre tanto, los pequeños poblados deben articularse a un centro urbano vecino de mayor nivel de relevancia, desarrollando una competencia específica de cara a las necesidades de dicha ciudad.
Mientras Bogotá es la única megalópolis de Colombia, Medellín es una ciudad intermedia grande que debe conurbarse con el Eje Cafetero, y Pereira y Manizales dos ciudades intermedias pequeñas cuya suerte depende de su capacidad para articularse entre sí, buscando la complementariedad económica para no sufrir procesos de vaciado desde Cali y desde Medellín.
Se requieren tres condiciones para conformar una Ciudad Región: 1-articularse a un centro urbano a menos de 2 o 3 horas de distancia, 2- de igual nivel de relevancia, y 3- que sea económicamente complementario.
Extendiendo el dragado aguas arriba de Conejo, Honda podría generar sinergias con La Dorada al conformar una Ciudad Región si deciden complementar sus economías.
Al conurbar el territorio y conformar una plataforma logística, el Magdalena Centro puede desarrollar un clúster urbano como estrategia que previene los conflictos vistos en Buenaventura, asociados al desarrollo indeseable de un enclave portuario.
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El Eje Honda – La Dorada, podría acercarse a los 200 mil habitantes en 25 años
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Para transformarse en ciudad intermedia, La Dorada deberá espacializar sus funciones urbanas, así:
Las zonas industriales que se valoran por su posición con respecto a los medios de transporte, deben ubicarse de cara a los medios de transporte, buscando la multimodalidad del sistema soportada en la convergencia del sistema de ferrocarriles y autopistas, con un desarrollo portuario lineal.
Las zonas residenciales que valen por su función estética y paisajística, deben ubicarse lejos del paisaje de chimeneas de las zonas industriales, donde ruidos, vapores y vibraciones se suman a la polución y vertimientos fabriles. La descentralización de la infraestructura social y productiva y la densificación urbana, son la clave para el desarrollo de ciudades sostenibles.
Las zonas comerciales que suelen coincidir con los Centros Históricos, al estar constituidas por los viejos inmuebles que le imprimen el carácter a la ciudad, deben mitigar la amenaza del deterioro y la informalidad, como causa de los procesos de degradación e inseguridad.
Las zonas de servicios que suelen valorarse por su nivel de equipamiento, requieren promover la movilidad soportada en la eficiencia del transporte público colectivo, la peatonalización de los espacios y las ciclorrutas, en lugar del carro y la moto; debe impulsarse los centros de educación, investigación y convenciones; los cómodos hoteles y hospitales con servicios complejos, y las instalaciones culturales, recreativas y deportivas.
La Dorada por ser puerto de convergencias, podría enfrentar graves conflictos al duplicar su población, o en su defecto potenciar su desarrollo espacializando las funciones urbanas para transformarse en una ciudad intermedia.
Honda y La Dorada pueden conurbarse manteniendo una estructura de núcleos urbanos autosuficientes, al tiempo que podrán desarrollar competencias surgidas de sinergias para aprovechar las ventajas comparativas complementarias: de la convergencia del sistema de transporte y de la navegabilidad del Magdalena.
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Epílogo
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La apropiación del Magdalena Centro por las comunidades de base, a partir de las acciones socioambientales de carácter participativo con visión de futuro, emprendidas por el PDP-MC como ONG articuladora del apoyo institucional y del aporte cívico de los pobladores de este territorio, además de constituirse en verdaderos hechos de Paz son la ruta para hacer de la navegación del río Magdalena un proyecto sostenible.
Gracias a la posición geoestratégica del territorio y a la navegación del Magdalena, puede surgir un nuevo escenario urbano-regional en el Magdalena Centro, si se fortalecerse la multimodalidad conurbando La Dorada con Honda, y si se construye el Ferrocarril Cafetero, que saliendo de La Dorada cruzaría la Cordillera Central, para articular el centro de la Región Andina con el Eje Cafetero y con los dos mares de Colombia.
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Gracias
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Ponencia presentada a nombre de la U.N. de Colombia y la SMP de Manizales, en el Foro “Integración Regional en torno a la Navegabilidad del Río Magdalena”, realizado en La Dorada por el Programa de Desarrollo para La Paz del Magdalena Centró PDP-MC, el 23/05/2014.
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6-6 Para el noroccidente caldense
Riosucio mestiza e indígena
http://www.bdigital.unal.edu.co/11888/
Resumen:
Según el mito fundacional de esta población caldense, célebre por su carnaval bianual, sobre la cerca divisoria que partía el poblado, los párrocos acordaron poner la imagen de un demonio para que recibiera las quejas y reclamos de la plebe, argumentando que sí Dios no había podido unir al pueblo, que lo una el diablo.
RIOSUCIO MESTIZA E INDÍGENA
En las estribaciones de la Cordillera Occidental y en la hoya del río Cauca, sobre un paraje ondulado ubicado a 1800 msnm entre Anserma y Supía, en 1819 cuando se salvaba la batalla del Puente de Boyacá, se funda Riosucio al lado del Ingrumá su cerro tutelar, como un proyecto de integración de las poblaciones del asentamiento minero Quiebralomo constituido por españoles dueños de minas, y negros y mestizos que laboraban como mineros, y de la comunidad indígena de La Montaña conformada fundamentalmente por grupos nativos dispersos e indígenas cristianizados de Pueblo Viejo, su vereda más importante. La fundación de San Sebastián de Quiebralomo data de 1550, mientras la creación de los resguardos de La Montaña de finales del siglo XVI y de Cañamomo y Lomaprieta del siglo XVII.
Cuando en el siglo XVI España explotaba la mina aurífera más grande del orbe, localizada en el cerro Quiebralomo por entonces jurisdicción de la Gobernación de Popayán, existían dos parcialidades indígenas vecinas al lugar: Cañamomo y la Montaña. A mediados del siglo XVIII por una carestía surge un conflicto entre ambas, cuando para expandir sus cultivos la primera ocupa tierras de propiedad indígena en La Montaña. La situación que lleva a la fundación de un poblado al pie del cerro de Ingrumá en 1752 para atenuar tensiones, exacerba el conflicto durante seis años más, hasta cuando don Lesmes de Espinosa con prudente sabiduría apacigua los ánimos, para que las provincias prosperen.
Ya en 1813, llega para establecerse en La Montaña el Padre José Bonifacio Bonafont, natural de Socorro, quien al encontrar desacaecido el desarrollo de ambas parroquias y haber asumido como Cura, con el apoyo del Padre José Ramón Bueno oriundo de Popayán que ejercía en Quiebralomo, reúne en asamblea ambas comunidades para consolidar la apuesta de hacer de sus poblados uno solo, , y que finalmente se decide considerando entre las opciones hacer la ocupación en Tumbabarreto y un asentamiento en Ingrumá, en favor del segundo sitio, apareciendo Riosucio en jurisdicción del Cantón de Supía, aunque por las conmociones de la independencia la fusión definitiva de ambos poblados y el traslado de sus parroquias y la erección de sus respectivos templos, tarda hasta el 7 de agosto de 1819. Pero como las diferencias no se salvaron, unos y otros separadamente iban a los rituales cristianos vistiendo sus galas el día de mercado, para comprar mercaderías y ofrecer sus productos.
Los más acomodados: españoles y criollos con su servidumbre, habitaban viviendas pajizas que construyeron en el entorno de la plaza fundacional; contrariamente los negros, mulatos, zambos e indígenas vivían aislados en los desmontes de la selva y en vecindades de sus primeras parroquias. Finalmente, los de La Montaña que fueron tomando posesión en la parte baja para quedar en el entorno del templo que consagraron a la Virgen de la Candelaria, terminaron separados por una cerca divisoria de los venidos de Quiebralomo ubicados en la parte alta, donde el templo consagrado a San Sebastián adornaba una segunda plaza. Sobre la cerca divisoria, los dos curas acordaron poner la imagen de un demonio para que recibiera las quejas y reclamos de la plebe, argumentando que sí Dios no había podido unir al pueblo, que lo una el diablo. En 1850, las corrientes de la colonización antioqueña, irrumpen ocupando tierras de resguardos y fundando a Oraida en este territorio.
Pero qué tenemos hoy en Riosucio, esa población caldense de 57 mil habitantes que en un 74% se reconoce amerindia: el legado cultural de esta comunidad cuya ancestral cultura parte de la sabia actitud de respeto a la naturaleza, así su carácter indígena aceptado para el poblado sólo en tiempos de la naciente República, se desconociera luego por la excluyente élite de las primeras décadas del siglo XX que abogaba por “blanquear” la raza. No obstante, sobre la segunda mitad del siglo XX y en cada cita del Encuentro de la Palabra y del Carnaval bianual, en el pensamiento de las comunidades de base y de la nueva intelectualidad se expresa la grandeza de Riosucio, cuando a través de la danza, el disfraz y la palabra se reivindica el concepto más incluyente de una Riosucio mestiza cimiento de la caldensidad.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2014.02.17] Imagen: Resguardos de Riosucio, en www.carnavalriosucio.org
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6-7 Para el suroccidente caldense
Anserma puntal del occidente por sus raíces Umbra
http://www.bdigital.unal.edu.co/8012/
Resumen:
A pesar de que la comunidad indígena se creyó extinguida en 1625, existen vestigios de la cultura Umbra diferente a la Embera, aún viva. Tras la ocupación de la tierra de los Umbra, con la colonización antioqueña Ansermaviejo indígena cede paso al moderno poblado que en el siglo XX consolida una economía cafetera, para un apogeo que llega hasta la década de los 70 cuando se crean implementa con el monocultivo del café un modelo agroindustrial que conduce a la actual crisis socioambiental, situación que obliga a las acciones estructurales que propone el Paisaje Cultural Cafetero
ANSERMA PUNTAL DEL OCCIDENTE POR SUS RAÍCES UMBRA
Anserma, fundada en 1539 por Jorge Robledo en territorio Umbra, Cabildo en épocas coloniales que en 1570 se le consagra a Santa Bárbara, situada en una región despoblada por siglos, salvo centros mineros como Marmato y Supía, y resguardos indígenas, pese a sus dificultades para apuntalarse y mantenerse como municipio, es una población que apenas alcanza esa condición definitiva desde 1882 cuando la Asamblea del Cauca lo erige como tal, gracias al rol desempeñado como base logística para los procesos de fundación de pueblos vecinos en tiempos de la colonización antioqueña.
A pesar de que la comunidad indígena que habitaba entre Arma y Anserma, se creyó extinguida en 1625 al ser forzada al trabajo en las minas, sufrir la desmembración familiar o la desintegración de núcleos aborígenes con los traslados y las escaramuzas contra los españoles ocurridas hasta 1557, existen vestigios de su lengua y cultura aún vivas, localizados en vecindades de Riosucio y Quinchía, documentados y rigurosamente descritos por los Etnógrafos Guillermo Rendón y Anielka Gelemur, quienes han consignado una notable iconografía importante para proyectar un portentoso desarrollo artesanal y turístico en el occidente caldense y risaraldense.
Creado el departamento en 1905 con las provincias de Marmato, Robledo y Sur de Antioquia, cuando Tolima llegaba hasta Antioquia y Quindío aún pertenecía al Cauca, se enriquece el carácter del caldense con el espíritu liberal del caucano presente en Riosucio y Anserma, incluidas en la primera de aquéllas, y en Pereira y San Francisco (Chinchiná) pertenecientes a la segunda, perfil al que se suma el talante conservador del antioqueño laborioso que viene poblando la región entre Aguadas y Manizales desde los albores de la República y en tiempos de guerras civiles. Esto para señalar que el occidente cafetero debe ser entendido como un sujeto de transformaciones ambientales que se extiende desde Anserma hasta Quinchía, Marmato, Riosucio y Supía, por ser una construcción social que remonta épocas de la cultura Umbra y luego de la historia de los mineros afrodescendientes, hasta incorporar finalmente los fenómenos de la gesta colonizadora.
De ahí la complejidad de nuestra sociedad, dada la diversidad cultural de la ecorregión cafetera, y el riesgo de un enclave minero como se propone en Marmato que desestructure el vasto territorio del occidente caldense y risaraldense, donde según las crónicas de la conquista los españoles conocieron la riqueza aurífera del subsuelo viendo barequear a los Cartamas en las quebradas que bajaban del cerro.
Tras la ocupación de la tierra de los Umbra con la expansión de la colonización, finalizando el siglo XIX Ansermaviejo indígena gradualmente cede paso al moderno poblado de continuos arquitectónicos en bahareque al entrar al siglo XX, y consolidar una economía cafetera que le permite en los años 20 adornarse de preciosas casonas, con balcones metálicos en la segunda planta, para que a partir de 1939 al inaugurarse la Carretera de Occidente, se anuncie con su intensa vida cultural como el más pujante de todos los de la cuenca del río Risaralda, donde aún sorprenden por su actividad la biblioteca pública, además de chirimías, semilleros de escritores, grupos de danzas, bandas…
Pero esa etapa de modernidad en Anserma, concluye con el advenimiento del café Caturra en la década de los 70: símbolo de la crisis social, ambiental y urbana consecuencia de la revolución verde que implementó monocultivos y arrasó la diversidad cafetera. Luego, tras perder la senda ecológica y palidecer su economía por el deterioro de los términos de intercambio, surge ahora una oportunidad sin precedentes para resolver la profunda brecha de productividad de las áreas rurales que explica la concentración del PIB de la ecorregión en las capitales, todo gracias al Paisaje Cultural Cafetero PCC y dinámicas en el nuevo escenario de las conurbaciones del occidente colombiano: primero, si se satisfacen los presupuestos de la declaratoria de la Unesco; segundo, si se articulan políticas de ciencia, tecnología y cultura para los medios rurales y productores artesanales; y tercero, si se desarrollan los elementos estructurantes de la cultura y se emprende la recuperación del medio ecosistémico.
Sabemos que unas cadenas productivas con identidad cultural y servicios ambientales de productores organizados expresando los íconos culturales de la región como tierra de resguardos y negritudes, con sus comunidades indígenas en Anserma y Riosucio y ancestros afrodescendientes en Marmato, además de los atractivos del bahareque como arquitectura vernácula, son factores para aprovechar el potencial humano en las oportunidades del PCC y desarrollar ventajas asociadas a la Autopista de La Montaña entre Irra y La Virginia pasando por La Tesalia, cuando el tiempo de recorrido a Medellín baje al 40% y se acorte la ruta entre varias ciudades conurbadas y la subregión minera y panelera del norte o con el valle del Risaralda pleno de cañaduzales entre laderas cafetaleras.
[Ref.: Manizales, La Patria 2012-10-01] Imagen: Provincias del Departamento de Caldas en 1905. Libro Centenario SMP de Manizales.
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6-8 Para el centro-sur caldense
El CIRCA en la perspectiva de "La Ruta del Café"
http://www.bdigital.unal.edu.co/51857/
Resumen:
Esta nota se ocupa de la creación del Centro Interpretativo de la Ruta del Café CIRCA en Chinchiná, ubicado en la antigua Estación San Francisco del Ferrocarril de Caldas, un instrumento clave para apalancar el turismo en este municipio caldense donde, además de la vía férrea, Cenicafé, Buencafé, la Cooperativa de Caficultores y los eco-hoteles, al lado de varias haciendas cafetaleras y veredas cafeteras, permiten conformar un nodo del Paisaje Cultural Cafetero.
EL CIRCA EN LA PERSPECTIVA DE “LA RUTA DEL CAFÉ”
La Secretaría de Desarrollo Económico de Chinchiná realizó un foro académico para la veeduría ambiental de la creación del Centro Interpretativo de la Ruta del Café CIRCA, ente estratégico para impulsar el turismo en este municipio de más de 50 mil habitantes, fundado en 1857, que se propone crear la administración local mediante la restauración de la Estación San Francisco del antiguo Ferrocarril de Caldas. Como contribución a esta interesante iniciativa, permítanme algunas lecturas de una ponencia presentada en el marco de dicho proyecto, titulada “Significado y Posibilidades del CIRCA” y en las que me ocupo del arribo del tren a esta población caldense y de la enumeración de algunos elementos notables del equipamiento de Chinchiná-Palestina, útiles para la implementación de un nodo del Paisaje Cultural Cafetero PCC, por ser dos temas complementarios.
En cuanto al arribo del Ferrocarril de Caldas a San Francisco, hoy Chinchiná, hecho acaecido el 28 de julio de 1925, a modo de síntesis una breve historia merecida y necesaria para lo que viene, dado el notable impacto de los ferrocarriles cafeteros en la década de los años 20, relacionado con el poblamiento del centro occidente y la industrialización del país: si bien los ferrocarriles en Colombia surgen en 1855 con la construcción del Ferrocarril de Panamá, apenas en 1915 la Asamblea de Caldas expide la Ordenanza que aprueba recursos para terminar los estudios, diseños y trazados de una línea férrea de 117 kilómetros entre Puerto Caldas y Manizales. El 16 de julio de 1915 el Gobernador inaugura la construcción del Ferrocarril de Caldas partiendo de Puerto Caldas, lugar sobre la confluencia de los ríos Cauca y La Vieja, obra que se desarrollará en tres tramos con características técnicas y ambientales diferentes: Puerto Caldas-Pereira (39 Km), Pereira-San Francisco (Chinchiná) (44 km), y San Francisco-Manizales (34 km), y para la cual se prevé una trocha de yarda, once túneles que sumarán 0,775 km, radios de curvatura mayores de 80 m, entretangentes mayores de 40 m y pendiente máxima 3%.
Aunque la línea Cartago-Pereira se ejecuta entre 1915 y 1920, tras una suspensión de 4 años debida a dificultades presupuestales que se resuelven mediante la Ley 67 de 1923 que destina recursos de la indemnización americana por la pérdida de Panamá, en 1924 continúa el tramo Pereira-San Francisco logrando la meta; y finalmente, San Francisco–Manizales entre 1925 y 1927. Aunque la mayor complejidad técnica estaba entre San Francisco y Manizales donde la escarpada topografía podría demandar pendientes entre el 3 al 5% que exigirían locomotoras de tracción eléctrica, contrariamente las mayores vicisitudes del proyecto se presentaron en el segundo tramo, a causa de lluvias torrenciales: primero con la destrucción de 8 km de banca en el ascenso de Boquerón y luego de 10 km de la vía férrea a Chinchiná recién concluida, justo la noche del 28 de julio de 1925, día en que se inaugura la llegada del tren a San Francisco.
Y en relación con los elementos notables para estructurar un nodo del PCC entre Chinchiná y Palestina, la idea sería: en primer lugar, desarrollar una vía lenta recuperando la ferrovía con sus estaciones y túneles del Ferrocarril Cafetero desde Chinchiná hasta Villamaría (24 km), y en una segunda etapa hasta Santa Rosa de Cabal (23 km), como elemento de conectividad regional. Y en segundo lugar, integrar el nodo con los principales activos del territorio, entre ellos: 1- Buencafé Liofilizado, el Centro de Investigaciones del Café (CENICAFE), y la Cooperativa de Caficultores. 2- El Hotel Campestre Curazao, el Ecohotel Centro de Convenciones, la Hostería del Café y la Granja Pinares. 3- Las grandes haciendas y pequeñas fincas cafetaleras que emplean prácticas agroforestales.
Sabemos que con el Aeropuerto del Café operando aviones con alcance transoceánico, la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero hecha por la UNESCO (2011) podrá ser el gran motor del turismo en la Ecorregión Cafetera. En un plano de mayor nivel de desarrollo, la ruta del antiguo ferrocarril rehabilitada y extendida hasta Gutiérrez en Dosquebradas (12 km), además de articular escenarios turísticos como la ruta de los termales en todo el Eje Cafetero, será el tren de cercanías para la futura ciudad región Pereira-Manizales.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016.04.25] Imágenes, Túnel El Arango (Km 98,2), Basílica Menor de Nuestra Señora de las Mercedes y Estación San Francisco del Ferrocarril de Caldas; Juan Carlos Ardila, La Tierra del Café – Bar, y Fotógrafo Alejandrino Tobón.
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6-9 Para Manizales
Manizales: funciones urbanas y metropolitanas
http://www.bdigital.unal.edu.co/5699/
Resumen:
Los desafíos del POT para Manizales, obligan a revisar la incoherencia y los conflictos de las funciones del medio urbano en sus zonas industrial, residencial, comercial y de servicios, y a tomar las previsiones del caso en la conurbación cafetera para avanzar como ciudad región y no palidecer por falta de visión en las políticas de planificación.
MANIZALES: FUNCIONES URBANAS Y METROPOLITANAS
En virtud de los desafíos del POT para Manizales, creo necesario insistir en dos elementos fundamentales de su estructura urbana: de un lado la incoherencia y los conflictos de las funciones del medio urbano en sus zonas industrial, residencial, comercial y de servicios, y del otro las falencias de la conurbación cafetera para avanzar como ciudad región y no palidecer como escenario urbano por falta de visión y gestión de las políticas de planificación. Y como evidentemente esta visión puede alimentar decisiones desarrollistas, para que los temas sociales y ambientales de Manizales encuentren acertada solución por resultar más apremiantes, el planificador deberá entenderlos y establecerlos como condicionantes del POT.
Para este ejercicio y a modo de fundamento en cuanto a la espacialización urbana, digamos que las zonas industriales que regularmente están contaminadas deben valorase por su posición con respecto a los medios de transporte; que las zonas residenciales se deben estimar por su valor estético y paisajístico; que la zona comercial, por coincidir con el centro histórico de la ciudad, debe medirse por el valor y estado de los viejos inmuebles del patrimonio urbano; y que la zona de servicios, vale por su nivel de equipamiento, y complejidad, variedad, eficiencia y calidad de los servicios.
Y para lo segundo, se sabe que en la teoría urbana donde fracasa la visión cartesiana que no diferencia entre megalópolis, ciudades intermedias y pequeños poblados, mientras las primeras están obligadas a resolver problemas de escala y volverse internacionalmente competitivas, las ciudades intermedias tienen como prioridad conformar una ciudad región, y por lo tanto conurbarse y complementarse con los centros poblados de similar importancia que se ubiquen a menos de dos o tres horas de distancia para no palidecer, asunto imposible cuando no se tienen vecinos o no se logra complementar las economías, o cuando la ciudad sucumbe en los conflictos surgidos en su área metropolitana con los pequeños poblados vecinos. A su vez, la suerte de los pequeños poblados dependerá solo de las competencias que puedan desarrollar de cara a la gran ciudad, lo que no puede lograrse en aquellos ubicados en un escenario de soledad.
Ahora el examen para Manizales, en lo primero, conduce a las siguientes inquietudes: en cuanto a la zona industrial, además de sufrir un largo proceso de desindustrialización como el que asola a Pereira y que aún continúa, también nuestra principal zona industrial se localiza de espaldas a las principales rutas de transporte que avanzan por el occidente de la ciudad; además, parece equivocado que nuestra zona residencial más costosa, se haya consolidado para entrar en conflicto con el paisaje de chimeneas y aguas vertidas que contaminan la cuenca de la quebrada Manizales; también, el precioso centro de Manizales como teatro de la zona comercial y lugar donde se materializa la historia y el espíritu manizaleño, en virtud de su creciente degradación amerita una acción urgente para prevenir su lumpenización y la consecuente pérdida de la arquitectura republicana; y por último, la zona de servicios cuyo centro de gravedad es Palogrande, exige prevenir el deterioro de su espacio público para no repetir las experiencias del centro y sobre todo potenciar la oferta cultural y turística de la ciudad. Naturalmente a este conjunto, debe sumarse el ordenamiento de las cuencas y el desarrollo socioambiental de los medios rurales.
Del análisis de lo segundo, para el tema de la ciudad región me permito sugerir una mirada al eje Manizales-Pereira, dado que sobre este corredor logístico surgirá el centro de gravedad de los procesos de conurbación por los impactos metropolitanos que llegarán por Aerocafé, las Autopistas de La Montaña y las dobles calzadas al Valle, puesto que de las decisiones que se tomen se tendrán dos posibilidades: el desarrollo de una conurbación sin precedentes en el Pacífico Latinoamericano sobre el eje Cali-Medellín, o la generación de un “fenómeno de vaciado” para el Eje Cafetero en caso de no sacarse ventaja de la posición geoestratégica como centro del Triángulo Económico de Colombia.
Así las cosas, la suerte de Manizales como ciudad intermedia no solamente estará relacionada con la formulación de un POT que comprenda los conflictos estructurales de sus funciones urbanas y las opciones de una consolidación de la zona metropolitana para prevenir conflictos y desarrollar potencialidades al integrar las ventajas de los centros urbanos menores, sino también de la articulación y complementariedad económica con Pereira como estrategia para desarrollar una ciudad región que logre resolver el carácter mediterráneo del Eje Cafetero, al integrarlo a los mares de la patria y su capital, con proyectos como Aerocafé y como los túneles Cocoló y Cumanday que son la salida de Bogotá a Urabá y Tribugá por este lado.
[Ref: La Patria, Manizales, 2012-01-23]. Imagen: Manizales 1916. L.J. Giraldo y J.A. Cardona. Escuela de arquitectura U. N. de Colombia. En: https://godues.wordpress.com/2013/10/10/
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6-10 Para Caldas
Un SOS por la bambusa guadua
http://www.bdigital.unal.edu.co/12641/
Resumen:
Esta planta es emblema de Caldas. En dos siglos la extensión de guaduales en Colombia se redujo de unos doce millones de hectáreas a sólo cincuenta mil. En la ecorregión cafetera donde el patrimonio arquitectónico se soporta en el bahareque, en lugar de llevar los cafetales hasta la quebrada, se deberían recuperar los bosques de galería sembrando guaduales para proteger los cauces.
UN SOS POR LA BAMBUSA GUADUA
Cuando esta “aldea encaramada” de trama urbana reticulada superaba los 10 mil habitantes y soportaba su economía en el café y en la arriería de cientos de bueyes y mulas, tras los pavoroso sismos de 1878 y 1884 que derrumban el templo principal, surge el bahareque al cambiar la tapia pisada por una “estructura temblorera” configurada por una cercha de arboloco y guadua, con paneles de esterilla cubiertos por una mezcla de estiércol de equinos y limos inorgánicos, o por láminas metálicas, arquitectura cuyo mayor exponente era la Catedral de Manizales que se incendia en 1926.
Si en algún lugar de Colombia la guadua ha sido factor fundamental del paisaje natural y del patrimonio arquitectónico nativo, es en la ecorregión cafetera donde la gran riqueza de su construcción vernácula se basa en el uso de esta bambusa, en cuyo estudio se han ocupado la Universidad Nacional de Colombia y la UTP abordando los ámbitos socio-económicos, tecnológicos y arquitectónicos de los sistemas constructivos, como la Universidad de Caldas y la CRQ en las componentes agronómicay biótica de la guadua. Además de la utilidad que presta el rodal como regulador hídrico de las quebradas, en el control de la erosión del suelo y como hábitat de la biodiversidad, este “acero vegetal” liviano de rápido crecimiento, resistencia y manejabilidad, ha servido como material de construcción en formaletas, andamios o como elemento estructural en columnas y vigas, y usado para muebles, herramientas, artesanías, canales de conducción de agua, trinchos, postes, juegos e instrumentos musicales, o para materia prima del papel y leña, entre otros.
Cualquier cafetero por sus vivencias exitosas asociadas a los beneficios cotidianos de la guadua, sabe que en lugar de llevar los cafetales hasta la quebrada debería recuperar los bosques de galería sembrando guaduales para proteger los cauces. Y hoy podría hacerlo soportado en las acciones de las autoridades ambientales orientadas a incidir en un modelo agropecuario y ambiental que reconoce la importancia de la guadua como alternativa económica y cultural para el desarrollo rural, e inspiradas en una política ambiental que busca prevenir la deforestación y propiciar el uso y manejo de los rodales naturales de guadua en el marco de la adaptación al cambio climático y la problemática del agua. Actualmente las CAR de la región cafetera, han construido y consolidado un esquema de gobernanza forestal, soportado en cuatro elementos: 1) el acompañamiento técnico brindado a los actores forestales, 2) los ajustes normativo para el acceso legal a los aprovechamientos, 3) la atención a los usuarios buscando la reducción del tiempo en los tramites, y 4) el fortalecimiento del mercado legal no sólo de la guadua sino de la madera.
Lo anterior lo consignamos en las “Lecciones aprendidas entorno a la legalidad y sostenibilidad de la guadua” (2012), publicación de la Corporación Autónoma Regional del Risaralda CARDER elaborada en el marco del proyecto Posicionamiento de la Gobernanza Forestal en Colombia, donde se trata la problemática de la legalidad y de la sostenibilidad de esta preciosa gramínea, una de las especies nativas más representativas de los bosques andinos, declarara planta emblema de Caldas según Decreto 1166 de octubre 20 de 1983. Similarmente, la Corporación Autónoma Regional de Caldas CORPOCALDAS y la Cámara de Comercio de Manizales, en el trabajo “Microclúster de la guadua” (2003), su prólogo “El milagro de la guadua” de Mario Calderón Rivera, recuerda que esta especie que formó no solo el hábitat que creó la gesta colonizadora, sino todo un universo cultural, por la captura de CO2 podría jugar un papel de primer plano en el desarrollo del protocolo de Kioto.
Pero, así Jorge Villamíl haya visto los guaduales “danzar al agreste canto que dan las mirlas y las cigarras” y Simón Vélez con el empleo estético en sus notables creaciones arquitectónicas haya exaltado las virtudes sismo-resistentes de la guadua, no hemos sabido valorarla: de conformidad con lo consignado en ambos documentos, en los últimos dos siglos la extensión de guaduales en el país se redujo ostensiblemente: se pasa de unos doce millones de hectáreas a sólo cincuenta mil, de las cuales cerca de 20 mil hectáreas están en la zona cafetera y 6 mil en Caldas.
[Ref. La Patria. Manizales, 2014.05.26] Imagen: Manizales años 20. Bahareque de guadua. Omar Darío Cardona, en: sociedadespacionaturaleza.wordpress.com
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6-11 Para el Eje Cafetero
Eje Cafetero: perfil de las ciudades
http://www.bdigital.unal.edu.co/6092/
Resumen:
Las capitales del Eje Cafetero: Manizales, Pereira y Armenia, son las cabeceras de una región mediterránea del centro occidente colombiano, conformada por los departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío, cuya oferta cultural y variado potencial de pisos térmicos dada la biota propia del medio tropical andino, contrastan con una problemática socioambiental que expresa la crisis del café.
EJE CAFETERO: PERFIL DE LAS CIUDADES
Las capitales del Eje Cafetero, son las cabeceras de una región mediterránea del centro occidente colombiano, cuya oferta cultural y variado potencial de pisos térmicos dada la biota propia del medio tropical andino, contrastan con una problemática socioambiental que expresa la crisis del café -su principal producto y base de la economía regional por cerca de una centuria-, una dificultad exacerbada primero por la ruptura del pacto del cafetero y luego por las dinámicas de la apertura económica.
En una perspectiva sociocultural, Manizales, Pereira y Armenia son herederas de una cultura imbricada en la “antioqueñidad” y la “caucanidad”, primero por las profundas huellas de los empresarios terratenientes y laboriosos actores de la colonización antioqueña, y segundo por el aporte del caucano de mentalidad abierta como natural promotor del comercio y la producción manufacturera, gracias a una apertura aprendida desde la colonia ya que en Popayán se recibía información de Panamá a través de las actividades mineras en Barbacoas, del Perú por depender de Quito, y de la Nueva Granada con quien finalmente se desarrollaba el comercio.
Si bien las fundaciones de estas ciudades intermedias emplazadas sobre abanicos aluviales de ríos que descienden del complejo volcánico del Ruiz por la vertiente occidental de la cuenca del Cauca, son del período republicano, el mayor esplendor de su arquitectura y economía se da en la década de 1920 gracias al portentoso impacto de los ferrocarriles cafeteros, donde café y ferrocarril aparecieron como las fuerzas motrices del poblamiento del centro-occidente colombiano y de la industrialización de Colombia, por lo que el meridiano político y económico de la Patria pasó por la Manizales de entonces.
Aunque el antiguo Caldas surge al iniciar Siglo XIX cuando el café cambia la economía de subsistencia y la arriería por la de un período de acumulación con trenes y cables aéreos, en el que el trazo urbano abandona la retícula para seguir las curvas de nivel, el bahareque evoluciona hacia la arquitectura ecléctica, y se acentúa la ocupación del territorio con pequeños y numerosos poblados, también el precioso grano como cultivo de pequeña superficie marca la estructura de la tenencia de la tierra por lo que el ingreso se redistribuye, y se forja un carácter independiente y de liderazgo en esa sociedad de propietarios, donde algunos presumen un abolengo sin tradición ni historia, mientras otros van construyendo la nueva sociedad en el marco de una singular y fértil actividad cultural que surge en la Manizales del Gran Olimpia como epicentro de los acontecimientos.
Para 1970, la distribución y desarrollo de pequeños poblados y veredas sobre la ecorregión cafetera, resulta en conjunto importante y vigoroso tras décadas de beneficios explicados por una actividad agropecuaria gremialmente organizada. En épocas del “Jeepao y la Chiva”, con el concurso de los comités de cafeteros se abrieron por los verdes campos: caminos, escuelas, puestos de salud, acueductos y redes para la electrificación rural, hasta que llega el caturra como fórmula de una revolución verde con efectos nocivos para la salud del agua y del suelo, monocultivos que destruyen la biodiversidad, con propuestas financieras y paquetes tecnológicos que no logran asimilar los campesinos de la próspera región. Estos venden sus tierras a comerciantes y profesionales para migrar buscando oficio en un industrial en reconversión tecnológica más exigente, por lo que terminan cambiando la fisonomía periurbana de las capitales cafeteras y tercerizando una economía que aun cabalga sobre la informalidad.
Con el apogeo del automóvil en la década del sesenta se empieza a conformar una ciudad región, donde las frustraciones agravadas por el clientelismo, sumada a los sueños de liberales marginados y a las contradicciones de las bases cafeteras, impulsan la segregación del “Gran Caldas” en 1966, un hecho afortunado que anticipa la descentralización ordenada en la Constitución Política de 1991 y que le da vida administrativa y presupuestal a los municipios, pero que no se ha aprovechado por las heridas premodernas que van gravitando durante los años precedentes mientras se va construyendo una nueva identidad en cada departamento, hasta ahora cuando apenas se alcanzan a vislumbrar propuestas colectivas para la construcción de una región coherente bajo el rótulo de Eje Cafetero, gracias al esfuerzo visionario de Alma Máter.
En los últimos 25 años la población de las capitales ha crecido así: 41% en Manizales, 96% en Pereira y 60% en Armenia, lo que muestra la asimetría en los niveles de conectividad y ubicación de los tres núcleos urbanos, donde evidentemente gravita la ventaja de Pereira como centro de la conurbación; en el mismo período Medellín ha crecido un 86%. Hoy las tres ciudades que enfrentan problemáticas como la del desempleo a pesar de su posición geoestratégica en el centro del “Triángulo de Oro de Colombia”, suman 1.134.536 habitantes que se distribuyen en 388.525 para la capital de Caldas, 457.103 para la del Risaralda y 288.908 para la del Quindío. A pesar de todo, más por su natural vocación que por las intenciones de sus dirigentes, las tres ciudades no han puesto a competir sus economías, al orientarse la de Manizales hacia el sector industrial, la de Pereira hacia el comercio, y la de Armenia al turismo.
Y mientras los nuevos desarrollo urbanos deben propender por la integración hacia adentro y hacia afuera de estas capitales, en lo interno solo se ha logrado conformar el área metropolitana de Pereira, falta articular funciones que aprovechen las mejores competencias de los municipios periféricos y centros poblados de menor jerarquía tal cual lo ha logrado Armenia; y en lo externo, para que las tres conurbadas logren integrarse y prevenir un fenómeno de vaciado, y puedan enfrentar con éxito las acciones metropolitanas que las acechan desde Cali y Medellín, deben lograr que sus economías se complementen, incrementar la movilidad y reducir distancias entre sus centros urbanos, logrando interactuar como conjunto donde el Eje Cafetero muestre el mismo nivel de relevancia de las capitales de Antioquia y Valle.
Pero para no palidecer, el reto para Manizales debe empezar por ordenar y reconvertir su industria orientándola a productos de alto valor agregado que hagan uso de un medio aéreo competitivo, bienes para el mercado nacional conforme a como fueron concebidas en el modelo de sustitución de importaciones, e actividades que se ubican del lado de la materia prima y no del consumidor. A su vez Armenia que ha logrado articular las fortalezas de la oferta ambiental del Quindío y constituirse en el segundo destino turístico de Colombia, puede diversificar su economía a partir de su función articuladora de las cuencas del Cauca y Magdalena gracias al Túnel de la Línea como ruta hacia el Pacífico. Y Pereira, podrá sacar superior ventaja al constituirse en centro del eje de desarrollo Cali-Medellín, dado que las Autopistas de la Montaña y dobles calzadas del Valle facilitarán los hechos metropolitanos de esa gran ciudad-región donde se genera el 40% de la carga del país, con la más importante conurbación del Pacífico Latinoamericano para el Siglo XXI.
Revista Eje 21. Manizales, 2010.09.28. Imagen, en SIR- UTP.
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Cap 7- Cuestiones institucionales
Imag 7. Loro Multicolor, ave emblema de Caldas, en ornitologiacaldas.org
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7-1 La sociedad civil
Pensamiento crítico para construir la Paz
http://www.bdigital.unal.edu.co/10613/
Resumen:
El camino para construir la paz que exige el ejercicio de un pensamiento crítico, para resolver la inequidad, democratizar la democracia y dignificar la sociedad, dado que sabemos con certeza lo que no es deseable, pero sin percibir con claridad el objetivo correcto en la solución de los conflictos.
PENSAMIENTO CRÍTICO PARA CONSTRUIR LA PAZ
Frente a una apuesta desmedida por la competitividad a costa de la solidaridad como objetivo excluyente al servicio de las élites, y por unas políticas públicas pensadas para favorecer el consumismo que alimenta el mercado globalizado, la receta para estos pueblos que padecen las consecuencias, parecería exigir el desarrollo de un pensamiento crítico, como estrategia para construir un escenario alternativo, tal cual debería ser el de la paz con que soñamos tantos colombianos, aunque mortifique a unos pocos privilegiados.
Con la actual crisis de liderazgo, tras el ocaso de nuestra democracia representativa afectada por las dinámicas de la globalización de la economía, sumada a la crisis de valores que ha deslegitimado las instituciones soporte de la Nación, parece inviable encontrar las respuestas y opciones que esperan legiones de indignados y desamparados, en una sociedad profundamente fragmentada sin afectar el statu quo, máxime cuando el rol que cumple la clase política tradicional se muestra más del lado de los problemas que de las soluciones.
Basta con ver ahora las demandas desatendidas clamando por una salud pública como derecho y por una educación superior pública que sirva de instrumento para la producción de ese pensamiento de vanguardia y un conocimiento propio, en los que se fundamenten nuestra soberanía e identidad, ya que los modelos neoliberales que han colonizado estos dos sectores, los más vulnerables de la sociedad, se subrayan en el primer caso por el rotundo fracaso del servicio que se ha mercantilizado, y en el segundo por las frustraciones en el alcance de las metas propuestas por la Misión de Ciencia y Tecnología (1991): p.e. que las políticas de investigación y desarrollo en el marco de la apertura económica le apuntaran a que el sector privado en alianza con la academia, hicieran de la innovación tecnológica la estrategia para sobrevivir, tema desatendido cuyo resultado terminó siendo la desindustrialización y reprimarización de nuestra economía.
Ahora, la construcción de ese pensamiento crítico, parece reclamar el valor estratégico de los escenarios rurales marginados no contaminados por el mercado globalizado, por ser espacios donde la democracia comunitaria juega un rol fundamental, y el de los frentes de acción de la sociedad civil donde la democracia participativa resulta efectiva, gracias al liderazgo colectivo; porque en ambos lugares con los procesos de gobernanza como forma de ejercer el Estado de derecho, se pueden concretar los frutos del pensamiento propio trazando senderos viables para un desarrollo en el que se humanice la economía y se desmercantilice el medio ambiente. Estas prácticas políticas participativas soportadas en el empoderamiento de los procesos de cambio son en esencia la construcción social de un territorio de paz.
Dado que sabemos con certeza lo que no es deseable pero sin percibir con claridad el objetivo correcto en la solución de los conflictos, estamos urgidos de un pensamiento alternativo que facilite los cambios estructurales que demanda nuestra sociedad por los senderos de la democracia, para mitigar el riesgo de alimentar las vías de hecho como estrategia cuestionable para reclamar el bienestar general. A modo de ilustración, veamos estas problemáticas:
En lo económico, la brecha de productividad que concentra el ingreso en los medios urbanos, e invita a reestructurar las políticas agropecuarias opacas al desarrollo rural, implementando estrategias de ciencia, tecnología y cultura. En lo social, la necesidad de priorizar la formación de capital humano sobre el crecimiento económico, e implementar un modelo educativo que desarrolle el talento humano y forme en valores, como políticas estructurales para resolver el desempleo, la inequidad y la fragmentación social. En lo ambiental, reformar la Ley colombiana y nuestras políticas públicas que se han acoplado a los apetitos del mercado a costa de un desarrollo sostenible, cuando les quita el carácter de patrimonio inalienable al agua y a la biodiversidad al definirlos como recursos; de ahí que áreas de valor ecológico como el páramo de Santurbán o de interés cultural como Marmato, estén amenazadas.
Así el camino para construir la paz que exige el ejercicio de un pensamiento crítico para resolver la inequidad, democratizar la democracia y dignificar la sociedad, comporta una pedagógica popular para erradicar la discriminación social y construir una ética biocéntrica que modere los excesos antropocentricos.
[Ref: La Patria, Manizales, 2013-10-28] Imagen: Masacre en Colombia de Fernando Botero.
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7-2 La SMP
Décadas de oro de la centenaria SMP
http://www.bdigital.unal.edu.co/6805/
Resumen:
Aportes de la SMP hasta el Centenario de Manizales, de este espacio cívico creado en 1912 cuando Aquilino Villegas y Alfonso Robledo convocan a notables ciudadanos de la próspera aldea, como Alfonso Villegas, Carlos E. Pinzón, Constantino Gutiérrez, Estanislao Estrada, Fernando Arango, Francisco Gutiérrez, Gonzalo Villegas, Jesús María Arias, Liborio Gutiérrez, Luis Londoño, Pedro Henao y Pompilio Gutiérrez.
DÉCADAS DE ORO DE LA CENTENARIA SMP
El 28 de junio de 1912, se funda nuestra Sociedad de Mejoras Públicas SMP: veamos los aportes hasta el Centenario de Manizales de este espacio de la sociedad civil, que surge cuando Aquilino Villegas y Alfonso Robledo convocan al recinto de la Asamblea de Caldas a estos notables ciudadanos de la próspera aldea cafetera: Alfonso Villegas, Carlos E. Pinzón, Constantino Gutiérrez, Estanislao Estrada, Fernando Arango, Francisco Gutiérrez, Gonzalo Villegas, Jesús María Arias, Liborio Gutiérrez, Luis Londoño, Pedro Henao y Pompilio Gutiérrez.
Colombia llegaba a 5 millones de habitantes y Bogotá a 122 mil, mientras Manizales contaba con 34.720; son los tiempos en que aparecen el Centro de Historia de Manizales (1911), la Escuela Normal Superior de Caldas (1910) y la Cámara de Comercio de Manizales (1913), y en que se traza el Ferrocarril de Caldas (1912), construye el Cable Aéreo a Mariquita (1913-22), y adhiere Pueblo Rico (Chocó) a Caldas.
Producto de las primeras iniciativas del órgano cívico interesado en una universidad, es el Instituto Universitario (1913) que surge a partir del Colegio Mayor de Manizales. Igualmente, los visionarios personajes que buscaban la salida del café a los mares con el Ferrocarril de Caldas (1915-27) para reemplazar caminos de herradura, dan su apoyo al Cable Aéreo a Mariquita (1913-22) financiado por los ingleses interesados en mitigar el impacto del Ferrocarril del Pacífico, que llegando a Cartago (1923) y abriendo la ruta por Buenaventura al Canal de Panamá (1914), pone en riesgo el monopolio británico del transporte por el Magdalena.
A pesar de los trágicos incendios (1922, 25 y 26) que asolaron 36 manzanas de Manizales y obligaron su reconstrucción con el liderazgo de la SMP, los años 20 han sido recordados por el impacto de los “ferrocarriles cafeteros” en el desarrollo de Colombia, al sacarse provecho de un boom económico mundial y de la expansión de esta agroindustria, lo que desplaza el meridiano económico del país a “la mariposa verde” como epicentro cafetero, hasta cuando la gran depresión (1929) cambia la suerte al centralizarse la economía en Bogotá para provocar la migración de los más afortunados al escenario capitalino.
Un año antes de la creación de “Tejidos de Occidente S.A” (1929) -posteriormente “Tejidos Única S.A- y de la construcción del Palacio de la Gobernación (1927-29), con el apoyo de la SMP se da inicio a la construcción de la Catedral de Manizales, magna obra de concreto reforzado para 5000 fieles liderada por el Padre Adolfo Hoyos Ocampo, líder de la mayor empresa cívica de esta sociedad en todos los tiempos, y cuyo esplendor que anuncian las 4 agujas menores (1936) alcanza al concluirse la torre mayor de 113 m de altura (1939). De dicha época es la Revista Civismo (1936), órgano informativo de la SMP con 450 números editados que consignan propuestas e historias de civilidad.
Pero desde 1930 a pesar de la recesión mundial que avanza hasta 1945, mientras Manizales se engalana con la arquitectura republicana y Colombia prioriza el transporte carretero, la industrialización que no trajo el caucho, la quina o el tabaco, se logra con el café, provocando beneficios que se extienden al agro con vías rurales e infraestructura básica para las zonas cafeteras, adelantados por los Comités de la Federación Nacional de Cafeteros (1927). Entre tanto, la SMP que había impulsado la carretera Manizales-Pereira (1915-28) propone el peaje cívico para preservarla y trabaja por la integración vial de Caldas desde la Hora Cívica, impulsando la vía al norte (1938), la conclusión de la vía al Magdalena (1939) y la Carretera de Occidente (1939) que lleva a Anserma y Riosucio.
Si bien la SMP impulsó la Escuela de Artes y Oficios (1924) y el Politécnico (1939), su fructífera labor cultural logra transformar el Instituto Politécnico en la Universidad Popular (1943) y la construcción del Palacio de Bellas Artes (1948 a 1950), hechos que viabilizan el desarrollo de las fuerzas productivas con la creación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional (1948) y de Agronomía y de Medicina Veterinaria de la Universidad de Caldas (1949), gracias al liderazgo del Gobernador José Jaramillo y del Rector del Politécnico Juan Hurtado, y al apoyo del Rector de la Nacional Gerardo Molina.
Finalmente, llegado el Centenario de Manizales (1949), la SMP hace su aporte para el Plan Maestro de la efemérides que modernizará la ciudad, proveyéndola del equipamiento urbano necesario para separar y fortalecer sus funciones urbanas industrial, residencial, comercial y de servicios, con las avenidas Paralela, del Centro, Centenario y Doce de Octubre, el aeródromo de Santágueda, los planes de vivienda en Chipre, Fátima y La Estrella, la CHEC, el Palacio Municipal, un nuevo matadero y acueducto municipal, el Hotel Termales y la Plaza de Toros.
[Ref: La Patria. Manizales, 2012-06-25] Imagen: Plaza del Libertador hoy de Bolívar y Catedral de Manizales. Fuente: Centro de Historia de Manizales.
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7-3 El PDP-MC
PDP-MC: una década “magdaleneando”.
https://godues.wordpress.com/2015/08/17/
Resumen:
El concepto de territorio visto como una construcción social e histórica, y su aplicación al Magdalena Centro y en diferentes escenarios de Caldas donde se están dando procesos participativos e interinstitucionales para la solución de los conflictos socioambientales más relevantes: Marmato, Chinchiná, La Dorada, las cuencas de los ríos Guarinó, La Miel, San Francisco y Campoalegre, y la Charca de Guarinocito, es un ejercicio aleccionador que ha resultado viable gracias a las enseñanzas aportadas por sus comunidades de base y actores estratégicos comprometidos con los diferentes planes de acción de Corpocaldas, entre ellos el PDPMC cuya labor ha resultado fundamental para avanzar en la transformación de dichas acciones en hechos de Paz y de esperanza.
PDP-MC: UNA DÉCADA “MAGDALENEANDO”
El Magdalena Centro MC, es una subregión compartida por Caldas, Cundinamarca, Antioquia y Boyacá, que abriga al Norte del Tolima, cruzada por la historia de los vapores por el río y de la Expedición de Mútis; es una tierra de bundes, guabinas y pasillos, de ranchos de hamacas y chinchorros, y de subiendas de bagres, nicuros y bocachicos, en cuyas dos vertientes magdalenenses aparecen la selva de Florencia, la hidroeléctrica de La Miel y el río Guarinó por el costado caldense, o la tierra de “La Pola”, la colonial Villa de Caparrapí y El Río Negro por el de Cundinamarca.
Pero también, a pesar de los profundos conflictos del precioso y promisorio territorio, relacionados con violencia, pobreza, falta de oportunidades para los jóvenes, deterioro ambiental y desastres, sus pobladores cuentan con una reserva ética y moral de hombres y mujeres en una organización: el Programa de Desarrollo y Paz para el Magdalena Centro PDP-MC, que le está apostando a un desarrollo sustentable desde hace una década, al diseñar planes de alto contenido social y emprender procesos participativos, concebidos con estrategias y objetivos que conducen a acciones emblemáticas y viables, mediadas por la confianza para lograr soporte institucional.
Todo empieza el 18 de Agosto de 2005, cuando en el puerto caldense la Diócesis de La Dorada-Guaduas, ISA, ISAGEN, la Fundación Escobar, la Universidad Autónoma de Manizales y la Central Hidroeléctrica de Caldas, constituyen el PDP-MC, con el objeto de emprender las acciones sobre el citado distrito eclesiástico, soportadas en los Programas de Desarrollo y Paz de Colombia por ser expresiones de la sociedad civil en alianza con actores representativos de las regiones, y por estar concebidos para la promoción de procesos incluyentes de amplia participación ciudadana. La tarea inicial encomendada al Padre Jorge Alberto Tovar, fue conformar dicha organización y una base social para soportar el proceso, elaborar un diagnóstico de la región y generar las herramientas de trabajo social para iniciar el nuevo programa.
La apuesta por un desarrollo humano integral sostenible en el MC, beneficia a unos 450 mil habitantes de diecisiete municipios de la jurisdicción diocesana y tres más del Tolima: de Caldas, Pensilvania, Manzanares, Samaná, Marquetalia, Norcasia, Victoria, La Dorada y Montebonito como corregimiento de Marulanda; de Cundinamarca, Puerto Salgar, Yacopí, Caparrapí, Chaguaní, La Palma y Guaduas; además, Puerto Boyacá en Boyacá; Puerto Triunfo y San Miguel como corregimiento de Sonsón, en Antioquia; y Fresno, Mariquita y Honda por el norte del Tolima.
El potencial del territorio es enorme: la posición geoestratégica de los puertos y la hidrovía recuperada, las cuencas medias en ordenamiento con sus cultivos de café y panela y el recurso hidroenergético, la biodiversidad, los bosques y la producción forestal, o la abundancia en calizas y mármoles; las cuencas altas en la zona cordillerana con sus caminos de arriería que alcanzan a Marulanda con sus fértiles tierras y paisajes de páramo, o en la tierra muisca abundante en sal, carbón y esmeraldas; y la cuenca baja compartida como gran despensa de cacao y frutales, con sus yacimientos calcáreos y de asfaltos naturales, o el propio río con el feraz valle del Magdalena.
Para aludir a la gestión del PDP-MC, habrá que pasar con juicio el telón de sus actividades: allí aparecen entre otras acciones las Agendas Ciudadanas, importante evidencia de una actividad de los últimos seis años, por tratarse de un instrumento de empoderamiento que permite la apropiación social del territorio, dado que se construye a partir de propuestas de la comunidad consolidadas mediante el análisis de su realidad y de su impacto en cada municipio, bajo el entendido de que son fruto de procesos democráticos asociados a espacios de incidencia directa en la planeación y el seguimiento de la gestión pública.
También, consecuencia de un largo camino de actividades ejemplarizantes en curso, emprendido por los pescadores de la charca de Guarinocito y de las veredas Buenavista y Horizontes, quienes son ahora los artífices de su propio desarrollo, gracias al PDP y al apoyo de entidades cooperantes: en el marco de las complejas relaciones entre el viejo meandro y la comunidad que lo habita, se logra enfrentar la problemática local acometiendo acciones estructurales, empleando como recursos, además de la cultura del emblemático río, el capital social y el diálogo entre saberes y ciencias.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2015-08-17] Imágenes: Programa Desarrollo para la Paz del Magdalena Centro.
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7-4 La Cámara de Comercio de Manizales
El alba iluminada de la Cámara de Comercio de Manizales
http://www.bdigital.unal.edu.co/9220/
Resumen:
Aportes al desarrollo regional de la centenaria Cámara de Comercio de Manizales (1913-2013) en el alba de su creación. Desde la Cámara de Comercio con el liderazgo de Carlos E. Pinzón como su primer Presidente y la SMP de la cual fuera cofundador, se hacen gestiones para implementar un medio de transporte competitivo para la salida del grano: el Ferrocarril de Caldas que se construye en dos etapas: Cartago Pereira (1915-1920) y Pereira Manizales (1924-1927) que saliendo al Pacífico, es el camino alterno a la ruta del Cable al Magdalena, controlada por los ingleses.
EL ALBA ILUMINADA DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE MANIZALES
Con aportes al desarrollo regional y sentido de civilidad, llega a un siglo nuestra Cámara de Comercio, institución que surge de la caficultura de principios del siglo XX, con jurisdicción en el Viejo Caldas. Esto, bajo el liderazgo del antioqueño Don Carlos Eduardo Pinzón (1874-1925), su primer Presidente, cofundador de la SMP de Manizales (1912) y hombre de negocios reconocido por el New York Times como el Rey del Café, cuando logra consolidar con el “grano de oro” el principal producto de exportación de los albores de la historia económica de país, fruto de una empresa iniciada por su padre, el santandereano Don Antonio Pinzón, quien en 1878 planta un cafetal en la hacienda “El Águila” de Manizales para promover su consumo y emprender su comercialización, aunque ya desde 1864 Don Eduardo Walker en La Cabaña había sembrado el primer cafetal de esta ecorregión.
Habiendo quebrado la caficultura colombiana del siglo XIX, actividad soportada en un modelo de servidumbre propio de las grandes haciendas cafetaleras del centro-oriente, la labor de Don Antonio Pinzón promoviendo la siembra del café a lo largo del FFCC de Antioquia y luego en Manizales, concluidas las guerras civiles del siglo y la de los Mil días (1903), fructifica en los minifundios del Antiguo Caldas, tierras en las que el modo de producción partía del trabajo de campesinos propietarios hijos de la colonización antioqueña, cuando complementaron la siembra de productos de pan coger, el engorde de cerdos, el “mazamorreo” del oro y la guaquería de sepulturas indígenas, con una caficultura de sombrío y valor ecológico, donde los productores cafeteros mostrarán capacidad de organización en torno a su actividad económica de alto efecto redistributivo del ingreso, soporte de la industrialización de Colombia que no pudo lograrse con la quina, el caucho, ni el tabaco.
La inusual producción de principios del siglo XX, suficiente para explicar más de 10 mil mulas y bueyes transitando caminos de herradura por Salamina y Abejorral hacia Medellín, o hacia el oriente, occidente y sur de Manizales, y en mayor grado hacia Honda como puerto de salida para la pujante caficultura local por ser ruta expedita para el mercado del grano con norte América y Europa, es una actividad mercantil sin precedentes que debe enfrentar nuestra Cámara de Comercio abordando dos problemas: la ineficiente arriería como medio de transporte para el alto volumen de exportaciones, y el monopolio del transporte por el Magdalena ejercido por los ingleses. Esto, implementando alternativas para Manizales con los vapores del Cauca entre Puerto Caldas y Puerto Isaacs, buscando una ruta más expedita por el Pacífico tras la reiniciación de obras en el Canal de Panamá (1903), asunto que obligaría a concluir el Ferrocarril del Pacífico.
Para el efecto, desde la Cámara de Comercio con el liderazgo de Don Carlos Eduardo Pinzón y la SMP de la cual fuera cofundador, se hacen gestiones para implementar un medio de transporte competitivo para la salida del grano con el Ferrocarril de Caldas (1915-1927) articulado al medio fluvial del Cauca y al FFCC del Pacífico en construcción, alterno al del Magdalena donde los ingleses temiendo por su monopolio en el transporte, la banca y los seguros, proponían un cable aéreo remontando la cordillera para amparar de paso los intereses de su empresa “The Railway Company” propietaria del Ferrocarril Ambalema-Honda y la navegación por el Magdalena.
Como resultado de esta gestión en cabeza del presidente de la Cámara de Comercio, Don Carlos E. Pinzón, en 1910 el Gobierno Nacional aprueba la construcción del Ferrocarril de Caldas entre Manizales y Puerto Caldas, hecho anticipado que muestra la capacidad política local y el aporte económico de la región al fisco nacional, dado que el Ferrocarril del Pacífico apenas llegará a Palmira en 1914 y a Cartago en 1923. En respuesta, los ingleses aprueban en 1911 construir el Cable Aéreo Manizales-Mariquita de 76 km, y sin lograr desestimular la apertura de esta ruta alternativa emprenden la obra entre 1913 y 1922. La ruta por Buenaventura buscando el Canal de Panamá (1914) resultó tan contundente que el puerto vallecaucano que movilizaba el 8% de las exportaciones del país, movilizará el 33% hacia mediados de siglo. El Ferrocarril de Caldas llega a Pereira en 1920 y a Manizales en 1927.
Muere Don Carlos E. Pinzón en 1925 dejando como aporte de nuestra Cámara de Comercio los cimientos para la exportación del producto símbolo de Colombia, que también serán los de la Federación Nacional de Cafeteros (1927), un sector en crisis que palidece por no haberle incorporado valor agregado al producto “grano de oro” en el siglo precedente, tal cual lo hizo Don Carlos E. Pinzón articulando con la trilla los primeros desarrollos de la esfera de una producción que apalancó el desarrollo rural aportado por nuestros comités de cafeteros del ámbito municipal en tiempos del sombrío.
[Ref. La Patria, Manizales, 2013-03-4] Imágenes: Vapor Sucre en el río Cauca, U. Icesi (1923) y Ferrocarril entre Honda y Yeguas, Honda Historia y Cultura (1899).
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7-5 El Centro de Historia
El centenario Centro de Historia de Manizales
http://www.bdigital.unal.edu.co/5102/
Resumen:
Al conmemorar los 100 años de esta institución creada por el intelectual Victoriano Vélez Arango, por encargo de la Academia Colombiana de Historia, diríamos que Manizales, ciudad fundada el viernes 12 de octubre de 1849, muestra en 162 años de existencia, que puede sobrevivir a las drásticas consecuencias de eventos naturales y antrópicos, pero no a la degradación de los valores fundamentales de su sociedad.
EL CENTENARIO CENTRO DE HISTORIA DE MANIZALES
Ha salido el Archivo Historial, Época IV, Número 82-83 de 2011, publicación del Centro de Historia de Manizales CHM, conmemorando los 100 años de esta institución que fuera creada por el intelectual Victoriano Vélez Arango, cumpliendo un encargo que le hace la Academia Colombiana de Historia interesada en contar con una organización con sede en la capital de Caldas, que tuviera la capacidad de emprender las acciones investigativas y de difusión necesarias para poder documentar y comprender los hechos de la colonización antioqueña y poblamiento del centro occidente del país: el momento escogido, domingo 30 de abril de 1911, fecha de la inauguración de la estatua de Francisco José de Caldas en el que hasta ese entonces fuera denominado Parque Sucre; el principal actor, el educador antioqueño natural de Sonsón, Maestro José María Restrepo Maya, designado como su primer Presidente; y el lugar, el recinto de la Asamblea de Caldas, en el Palacio Departamental que se incendiara en 1925.
Loable empresa la de haber llegado a la centuria tan cara institución, hoy conformada por 29 miembros y presidida por Vicente Arango Estrada, por su fundamental función para el estudio de nuestro pasado empleándose con el método propio de las ciencias sociales, en medio de una sociedad que por sus aires aún premodernos debe valorar mejor esta clase de esfuerzos, máxime en la capital del ayer reconocido Departamento Modelo de Colombia, tratándose de una ciudad de acervo cultural como lo es Manizales, así reclamemos fortalecer sus precarios procesos culturales y cívicos en un medio urgido de organizaciones sociales, políticas intersectoriales y presupuestos públicos, que fortalezcan la identidad cultural, la institucionalidad, el desarrollo humano y los valores fundamentales de la sociedad.
Al respecto los temas fundamentales de la cultura, como los de esta organización que carece de sede y recursos públicos para investigar y financiar sus publicaciones, dos asuntos misionales que no resuelve el mercado, de seguro podrán encontrar eco en esta sociedad cuando nos decidamos por gobernantes y dirigentes sensibles a la cultura.
Todo esto cuando Manizales, ciudad que fuera fundada el viernes 12 de octubre de 1849, llega a sus 162 años pudiendo sobrevivir tras sufrir las drásticas consecuencias de eventos naturales y antrópicos, pero que no podrá hacerlo si los valores de la sociedad se hunden. Y lo decimos así, porque ella que ha sobrevivido a las guerras civiles de 1860 y 1876 entre los Estados Federales de Antioquia y Cauca; a los incendios de 1922, 1925 y 1926 que consumieron cerca de 36 manzanas del poblado; a los intensos sismos, como los de origen profundo ocurridos en 1884, 1906, 1925, 1938, 1950, 1961, 1979, y 1995, y otro superficial en 1999; al desastre asociado a la erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985; y a los deslizamientos y flujos generalizados y frecuentes, como los de las últimas temporadas invernales de Las Niñas 2007/08 y 2010/11: no podrá perdurar en medio de una crisis social y ambiental como la actual, que surge de falencias en la ética, la justicia y la honestidad, y del desprecio por la vida, por lo público y por el patrimonio natural y cultural.
Y para quienes consideren que la historia ya está escrita, basta decir que los hechos que la soportan no sólo están en curso, sino que sus causas y consecuencias siempre se reinterpretan a la luz de las nuevas teorías y visiones, desde variadas disciplinas y múltiples enfoques: no es de otra manera como, a través de sus fuentes se hace el examen juicioso de los procesos de ayer, con las herramientas del presente para lograr construir opciones de futuro que, sin repetir los errores del pasado y viendo más allá de fechas y anécdotas, sirvan a las decisiones de consenso que se correspondan con la visión de todos los actores sociales, ajustadas a las condiciones ambientales y a su capacidad económica, como condiciones necesarias para hacer viable el cambio esperado por todos.
Finalmente, que la ocasión sea motivo para reconocer hijos adoptivos de esta tierra, por sus meritorios aportes al CHM: al Historiador santandereano Enrique Otero D´Costa como fundador del Archivo Historial (1918); al Sociólogo George F. Drake Ph.D., su Presidente Honorario, quien tras un receso de 29 años revive el CHM en 1963, cuando se desempeñaba como Director del Centro Colombo Americano; a la dama antioqueña Señora Mercedes Berrío de Mejía, erudita conocedora de la Colonización Antioqueña, por ser la única mujer que ha logrado ocupar la Presidencia del CHM (1964); y al Sacerdote e Historiador antioqueño Gonzalo Sánchez Zuleta, Presidente del CHM (1972 y 1985), fundador de la Academia de Historia de Caldas y reconocido Experto en Antonio Nariño.
[Ref: La Patria, Manizales, 2011.10,7] Imágenes: Plaza Bolívar, Manizales, 1923 y 1924. Fuente: CHM
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7-6 La Federación Nacional de Cafeteros
Proezas cafeteras y desafíos de futuro
www.bdigital.unal.edu.co/5272/
Resumen:
En los albores del Siglo XX, con el modelo cafetero de la pequeña propiedad y la creación de la Federación Nacional de Cafeteros (1927), se redistribuyó el ingreso y desarrolló el campo. Esto debe retomarse para construir un mejor futuro para esta sociedad aún premoderna donde la esperanza de un mejor futuro dependerá de la capacidad que tengamos de implementar una estrategia de desarrollo donde se priorice la formación de capital social y atienda la problemática ambiental.
PROEZAS CAFETERAS Y DESAFÍOS DE FUTURO
La tierra cafetera, además de ser el territorio más representativo fruto de uno de los procesos sociales más importantes de nuestra historia, como lo es la Colonización Antioqueña al lado de la Revolución de los Comuneros y de la Independencia, es el resultado de complejos procesos sociales y ambientales que explican la cultura imbricada de quienes hemos construido esta ecorregión: primero por tener profundas trazas de la racionalidad laboriosa y conservadora de las empresas terratenientes de Antioquia, y segundo por estar inficionada por la mentalidad caucana, abierta, liberal y proclive al comercio. Todo esto, para señalar que el influjo caucano que llega hasta los predios del río Chinchiná y de Marmato, pesa tanto como la influencia del colono paisa que baja por Salamina y Manzanares.
Así aparece Manizales a mediados del siglo XIX como primer referente de esta legión de intrépidos montañeros, para irse erigiendo con edificaciones de bahareque armado de una mezcla de limos y cagajón dispuesta sobre la esterilla que cubre armazones de maderas nativas, una tecnología vernácula cuya importancia se acentúa por la evolución de las formas arquitectónicas. Además, los continuos urbanos que primero se disponen sobre la retícula ortogonal urbana, más adelante se adaptan a los contornos topográficos para cubrir desde lo alto un ramal cordillerano del centro occidente de Colombia, pudiendo enfrentar mejor las demandas ambientales el clima tropical y los frágiles suelos de estas montañas de quebradas y empinadas laderas. Así se consolidó Manizales como un singular poblado con vista hacia los volcanes más septentrionales de los Andes, por el naciente, y a los estrechos valles tropicales de las corrientes que drenan al río Cauca, por el poniente, sobre la pretérita frontera entre los Estados Federales de Antioquia y Cauca, donde ofreció un camino para articular y poblar las inconexas provincias del occidente de Colombia.
Para nuestros ancestros, inmigrantes de alpargata, la empresa no fue fácil, pues hubo conflictos entre colonos y Concesiones, y entre aparceros y latifundistas: cuenta el Historiador Albeiro Valencia Llano que “los terratenientes avanzaban con sus brigadas de asalto -inspectores, jueces, guardianes, levitas, alcaldes, leguleyos-, iban destruyendo cultivos, arrastrando las sementeras; incendiando casas”. Y fundada Manizales, a pesar de que los tiempos para la Patria eran complejos, el poblado se desarrolla a un ritmo vertiginoso a pesar de las confrontaciones armadas de 1860 y 1876 entre paisas y caucanos, y de que se había declarado la emancipación de los esclavos temida por los grandes feudos de las provincias caucanas y por las grandes empresas mineras de Antioquia y Chocó, al tiempo que se proponían cambios fundamentales como la ley agraria, la separación de la Iglesia y el Estado y la libertad de prensa, en esta joven república de economía agraria.
Terminadas las guerras civiles del citado período, ya en los albores del Siglo XX, con la rubiácea esta comunidad de campesinos esperanzados con la aventura de poseer tierra como medio de subsistencia y única oportunidad para el ascenso social, capitalizó su ardua tarea, al forjarse futuro con desmedido éxito desde principios del Siglo XX, gracias a la transformación del anterior modelo cafetero de las grandes haciendas implementado en Santander y Cundinamarca, por el de la pequeña propiedad donde la estructura minifundista democratizó el ingreso y las exportaciones obligaron a la organización de los pequeños productores, al consolidarse la Federación Nacional de Cafeteros (1927), hechos notables que contribuyen no sólo a que por ese entonces el meridiano político y económico de Colombia, cruce por esta tierra, sino a que el campo se haya electrificado, cruzado por caminos rurales y dotado de escuelas y puestos de salud.
Semejante proeza lograda en el Gran Caldas no es despreciable: primero porque la industrialización de Colombia y su primera apertura cultural y económica resultado de la hazaña cafetera, no se dio con la quina, el tabaco o el caucho, sino con el café; segundo, porque su segregación para darle vida a dos nuevos departamentos (1967) también permite advertir que no solo se dio la distribución geográfica de la riqueza, sino que también se implementó un modelo de desarrollo urbano más conveniente, al haberse conurbado el territorio en lugar de polarizar su población. Pero todo esto debe retomarse para construir un mejor futuro para esta sociedad que aún mantiene sus aires premodernos. Y aunque los tiempos sean otros, y tengamos de por medio la crisis del café, la esperanza de un mejor futuro dependerá de la capacidad que tengamos de colonizar la modernidad, expresada en valores como la libertad, igualdad, fraternidad y civilidad, implementando una estrategia de desarrollo donde se priorice la formación de capital social sobre el crecimiento económico, y avanzar en la adaptación sustentable del medio ambiente.
[Ref, Manizales, La Patria 21/11/2011] Imagen: El día de la independencia, en Manizales 1923 – Centro de Historia de Manizales.
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7-7 La Academia
La U.N. en Manizales construyendo Ciudad y Región
Resumen:
Presentación para la “Cátedra José Félix Patiño” del Curso de Contexto para La Universidad Nacional de Colombia en Manizales, en 2016, sobre los orígenes y evolución de la sede en el Eje Cafetero, la Reforma Patiño, el Decano Magnífico y el territorio con sus desafíos, además de varios hechos notables como el surgimiento de la Revista Aleph, los egresados por programa, sus profesores por Facultades, las publicaciones del Sinab y algunas de las fortalezas institucionales relacionadas con su actividad académica en investigativa y Extensión
LA U.N. EN MANIZALES CONSTRUYENDO CIUDAD Y REGIÓN
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Los albores de la U.N. en Manizales
La Universidad Nacional de Colombia sede Manizales y la Universidad de Caldas, surgen gracias al apoyo material y político de la SMP de Manizales, en el marco del proyecto de la Universidad Popular (1943).
El hecho de que se creara desde 1913 el Instituto Universitario de Caldas, y en 1931 la Escuela de Bellas Artes en la ciudad, y sobre todo que en 1937 se crea el Instituto Politécnico, y se reestructura la básica secundaria en Manizales, contemplando entre otros una escuela de artes y oficios y una granja para la formación en técnicas agrarias y pecuarias, permite advertir un interés específico de sectores de la sociedad local, en avanzar en pro de un programa de educación superior.
Lo anterior, en especial a partir de la implementación del modelo keynesiano que surge en el contexto de la Gran Depresión de 1929, facilitando dichas reformas orientadas al progreso de las fuerzas productivas locales, sino también para el desarrollo social y cultural de la región que hoy denominamos Eje Cafetero. A modo de ejemplo, según lo consignado por Marta Lucía Londoño de Maldonado, en 1939 se conforma en Manizales “un frente en defensa del Instituto Politécnico, proclamando indispensable preparar la entidad para impartir enseñanza industrial dirigida a la clase media, los obreros y los campesinos, donde se formasen aprendices en lugar de obreros”.
Cuando Manizales se prestaba a celebrar su primer centenario (1949), habiéndose creado la CHEC desde 1944, dio apertura a la Universidad Pública, primero con la Facultad de Ingeniería adscrita a la Universidad Nacional de Colombia (1948) y luego con las Facultades de Agronomía y Veterinaria que le dan fundamento a la Universidad de Caldas (1949).
Una y otra como parte del aludido proyecto concebido entre otros por Juan Hurtado y Gerardo Molina años antes, para el Gran Caldas, ente territorial que a partir de 1967 daría origen a tres departamentos: Caldas, Risaralda y Quindío, cuando ya habían entrado al escenario regional dos nuevas universidades estatales: la Tecnológica de Pereira (1961) y la del Quindío (1961).
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Los orígenes de la Nacional
Imagen: El Observatorio Astronómico Nacional OAN, en http://www.bdigital.unal.edu.co/1703/
A partir de la Independencia, el proyecto educativo de Santander, contemplando un sistema educativo no confesional como soporte de la naciente república, da pie al establecimiento de las universidades centrales de Quito, Caracas y Bogotá, la de Boyacá en Tunja y la del Cauca en Popayán.
Así, el Estado Colombiano ve surgir en la década de los años 20 del siglo XIX, la universidad pública en Santafé, Popayán y Cartagena.
Luego en enero de 1867 se crea el Instituto Nacional de Ciencias y Artes, como preludio a la fundación de la Universidad Nacional, en el que se incorporan el Colegio Militar, la Escuela Politécnica, la Biblioteca Nacional, el Observatorio Astronómico y la Escuela de Enseñanza de las Artes y Oficios.
Pero en virtud de las guerras civiles de finales del Siglo XIX, las escuelas y facultades de la Universidad Nacional quedaron dispersas, y pasada la Guerra de los Mil Días(1899-1903), la Universidad Nacional mantiene una estructura similar, pero agrupada en tres Facultades: Matemáticas e Ingeniería, Medicina y Ciencias Naturales, Derecho y Ciencias Políticas.
Ya en 1935, en el mandato de Alfonso López Pumarejo el Congreso expide la Ley orgánica de la Universidad Nacional logrando su reestructuración, se emprende la construcción de la Ciudad Universitaria y se crean nuevas facultades y programas, en Arquitectura, Veterinaria, Agronomía, Química y Administración de Empresas.
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La Ecorregión Cafetera
Un territorio es una construcción social e histórica: en él establecemos nuestras relaciones sociales, con las cuales creamos un medio ambiente, determinado.
Los habitantes de la “Tierra del café”, poseemos una cultura donde inciden determinantes de la caucanidad y la antioqueñidad, relacionados con los modos de producción de la minería de la Colonia y con los de la actividad agraria que florece en el Siglo XX, en ambos escenarios.
La ecorregión cafetera, es un territorio biodiverso, pluricultural y mestizo, así:
El occidente, tierra de resguardos y negritudes, una subregión panelera, con arquitectura de tapia pisada y vocación minera. La zona Cafetera propiamente dicha, que es la de las chivas, el bahareque de guadua, los cables aéreos, los trenes cafeteros, el bambuco y la música de carrilera. El corredor San Félix-Murillo en la alta cordillera, que tiene sus propios íconos en el cóndor, el pasillo, la ruana de Marulanda, los caminos empalizados, la palma de cera, el pasillo y el sombrero aguadeño. El Magdalena centro, tierra de ranchos de hamacas, de chinchorros, de subiendas de bagres, nicuros y bocachicos, de la historia de los vapores por el río y de la Expedición Botánica.
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La industrialización de Manizales
Imagen: Manizales 1949- Centro de Historia de Manizales
Según el censo de 1912, Manizales contaba con 34.720 habitantes, Pereira con 18.418 y Armenia con 13.720 personas. Si hasta 1930 Manizales contaba con decenas de establecimientos fabriles, como las trilladoras promovidas por Don Manuel Mejía Jaramillo, Luker (1906), Textilera Manizales (1919), Fósforos El Rey (1919), La Patria (1921), Tejidos de Occidente (1929) -que con Textilera Manizales da origen a Única ese año-, el apogeo industrial de Caldas se da desde la creación de la CHEC (1944) y la apertura de la vía al Magdalena (1939), hasta la segregación del Gran Caldas (1967). Este hecho, sumado al moderado tamaño del mercado, sumado a la migración de capitales y el centralismo tras la reforma keynesiana, explica la dificultad para implementar una universidad en la región.
Sin embargo, aunque la actividad fabril se favorece con las exenciones y beneficios del Decreto 3830 de 1985 y la Ley 44 de 1987 expedidos a raíz del desastre del Ruiz (1985), que se traducen en la creación efectiva de 45 empresas importantes, también decae tras la reforma del Estado (1991) al provocar la desindustrialización, como consecuencia de la apertura económica.
A raíz de lo anterior, en los noventa la distribución del PIB empieza a mostrar cambios estructurales, como lo es el apogeo del sector terciario jalonado por la administración pública, el comercio, la hotelería y afines, y según lo observado desde la bonanza cafetera (1975) hasta la última década, cuando el sector primario reduce su participación en 12 puntos porcentuales.
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Una economía de prosperidad
Hace un siglo el meridiano económico de Colombia pasó por Manizales: gracias al grano de oro y a los cables y ferrocarriles cafeteros.
En los albores del siglo XX la aldea de bahareque y arriería se transforma, cuando gracias al café entra a un período de acumulación, el de los cables y ferrocarriles que llevarán dicho producto más allá de los mares. Sigue luego otro período de verdadero desarrollo económico, el de los Jeppaos y las Chivas cuando se abren los caminos rurales para electrificar el campo y dotarlo de acueductos, escuelas y puestos de salud, con el concurso de la Federación Nacional de Cafeteros (1927).
No obstante, tras el modelo centralista del Estado derivado de la reforma keynesiana (1929), que acentúa la migración de los capitales a Bogotá, y de la pérdida del protagonismo de los anteriores medios de transporte, el surgimiento de un nuevo sistema carretero que favorece el comercio, desplaza el centro de convergencias interurbanas a favor de Pereira.
Finalmente, a partir de 1970 entra la ecorregión a un período de crisis, en el que palidecen los poblados cafeteros y el campo, no sólo por el deterioro de los términos de intercambio sino también por las consecuencias de la Revolución Verde.
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El amanecer de la universidad en la ecorregión
Dice Marta Lucía Londoño en su investigación sobre la historia de la U.N. Sede Manizales, que aunque en 1935 existían en el viejo Caldas unas 37 instituciones de educación secundaria, los estudiantes de provincia llegaban a Manizales donde se ofrecía el bachillerato completo, ya en el Instituto Universitario como institución oficial, ya en los colegios privados de Nuestra Señora y de Cristo.
Agrega la investigadora, que si bien desde la creación del Instituto Universitario en 1914 Manizales aspiró a tener estudios profesionales y posteriormente, en 1927, se propuso crear una universidad con varias facultades, en 1940 la Asamblea de Caldas aprobó en primer debate un proyecto de ordenanza que adiciona una ordenanza de 1937, determinando la creación de una Facultad de Química Industrial con estudios superiores para bachilleres en el Instituto Politécnico y la apertura del primer año de estudios en 1941.
Y añade que el 18 de abril de 1943, La Patria anuncia el proyecto de fundar la Universidad Popular en Manizales, y en mayo de 1943 la Asamblea de Caldas la crea, como una institución dedicada a la enseñanza secundaria y comercial, técnica e industrial. A finales de 1944 se conoce que se había presentado al Congreso un proyecto para la creación de las facultades de ingeniería y agronomía en el Departamento de Caldas, adscritas a la Universidad Nacional.
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Creación de la Facultad de Ingeniería
Facultad de Ingeniería de Manizales, Foto particular, en http://www.bdigital.unal.edu.co/10603/
En 1947 siendo Gobernador de Caldas José Jaramillo Montoya, la Universidad Nacional bajo la rectoría de Gerardo Molina aprueba la creación de la Facultad de Ingeniería con especializaciones en mecánica y electricidad, con Juan Hurtado como Rector del Instituto Politécnico Universidad Popular de Caldas. A fines de abril se definió que la facultad funcionaría provisionalmente en la Escuela de Bellas Artes, previendo que sus instalaciones en proceso de construcción, concluirían ocho a nueve meses después.
Mediante Acuerdo 187 del septiembre 11 de 1947, el Consejo Directivo de la Universidad Nacional, fijó el Plan de Estudios para los dos primeros años del Programa de Ingeniería, con orientación hacia la Mecánica y la Electricidad. En febrero 26 de 1948, comienzan las labores docentes, y en 1949 mediante el Acuerdo N° 26 del 16 de diciembre se cambió la orientación de la Facultad en la Seccional de Manizales, estableciéndose en su defecto el Programa de Ingeniería Civil, con mención en Vías y Transportes.
Según Londoño de Maldonado, el 4 de marzo de 1949 comenzaron las actividades académicas en el “Palacio de Bellas Artes”, con 70 alumnos procedentes de nueve Departamentos y de una Intendencia, 5 profesores adscritos a la U.N. de Colombia y el apoyo de 3 empleados, todos bajo la dirección de Juan Hurtado como Decano encargado; y el 29 de marzo de dicho año que es el del Centenario de Manizales, se inaugura la Facultad de Ingeniería, siendo entonces la primera Facultad y por lo tanto la Sede de la U.N. la primera Universidad creada y constituida en el Eje Cafetero.
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Administración de Empresas
Con respecto a la creación de Administración de Empresas, en 1955 los Doctores Hugo Sin y Alfonso Flórez, delegados por el Consejo Directivo de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, elaboran un proyecto para la creación del Programa en Administración de Empresas, que deberá ser aprobado en primer lugar por el Consejo Directivo de la Facultad de Economía, luego por el Consejo Directivo de la Facultad de Ingeniería-Manizales y finalmente por el Consejo Académico de la Universidad Nacional.
En la sesión de septiembre 3 de 1955, contemplado el Plan Cuatrienal de Desarrollo de la Universidad Nacional, se sustituye el Proyecto de creación de la Carrera de Tecnología Industrial en Manizales, por la Carrera de Administración de Empresas adscrito a dicha Facultad de Ingeniería y acordando su inicio para el primer semestre de 1966.
Al respecto, Londoño de Maldonado señala que, “Mediante Acuerdo 224 de septiembre 16 de 1955, el Consejo Superior Universitario creó los seis primeros semestres de la Carrera Profesional de Administración de Empresas. El 6 de octubre se informó que la Carrera de Administración de Empresas había sido aprobada por la Universidad.”
Mediante la Resolución N.° 2413 de 11 de mayo de 2007, se otorgó Acreditación de Alta Calidad al programa de Administración de Empresas, el cual cuenta con una Maestría en Administración desde 2004.
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La Reforma Patiño
Imagen: Alfonso Carvajal Escobar – El Decano magnifico, en: unradio.unal.edu.co
En 1964, en el gobierno de Guillermo León Valencia, su ministro e intelectual Pedro Gómez Valderrama incrementa tres veces el presupuesto de la Universidad Nacional de Colombia, y nombra Rector al Médico venezolano José Félix Patiño Restrepo. La Universidad y la educación, estaban en crisis.
Para hacer de la U.N. un instrumento de desarrollo social y económico para el país, el nuevo rector incorpora la investigación como nuevo fundamento misional al lado de la docencia, crea departamentos e institutos, trae a Marta Traba y se rodea de otros intelectuales como Camilo Torres Restrepo y Orlando Fals Borda.
Con ellos, Patiño emprende un ambicioso Plan de Desarrollo, que consagra la necesaria Autonomía académica universitaria, con una notable Reforma abordo: 34 facultades dispersas pasan a ser 11; construye la Biblioteca Central, el Auditorio León de Greiff en homenaje al insigne intelectual colombiano miembro de Los “Panidas de Medellín” y el edificio de la administración, para fortalecer la infraestructura académica y de bienestar, monta los laboratorios y los museos, y crea el Centro Estudiantil con la Cafetería y las Residencias estudiantiles.
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El Decano magnífico
Llega a la Facultad de Ingeniería el ingeniero y arquitecto Alfonso Carvajal-Escobar, en esos momentos de crisis, agravada por la percepción existente en Bogotá de que la entonces sede de Manizales, con sólo 180 alumnos, era inviable. El único programa académico existente, era Ingeniería Civil, resultado de haber cambiado en 1949 la Facultad de Ingeniería Electromecánica creada en 1948, por la de Ingeniería. En 1986, el Consejo Superior de la UN aprobó convertir dicha Facultad en una Vicerrectoría.
Este “Decano magnífico”, además de fortalecer la biblioteca central del Campus Palogrande, de gestionar la sede del Campus El Cable y de implementar un adecuado bienestar estudiantil, crea nuevos programas académicos que le dan presencia a la sede y mayor capacidad de injerencia en el desarrollo regional: Administración de Empresas (1965) con oferta diurna y nocturna, Topografía y Agrimensura (1965) como carrera intermedia, Arquitectura (1969), e Ingenierías Química, Eléctrica e Industrial (1969).
Para comprender la disposición académica y comprensión del momento, gracias a la política de José Félix Patiño, subraya el Profesor Carlos Enrique Ruiz Restrepo que, en la historia de la Universidad Nacional, Administración de Empresas ha sido el único programa con modalidad nocturna y que aún persiste, al igual que Topografía y Agrimensura, la única carrera intermedia, programa en cuya corta existencia de dos años alcanzó a sacar dos promociones.
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La Revista Aleph: una proeza cultural
Testimonio de medio siglo que parte de esa época, es la Revista Aleph, máxima expresión del periodismo cultural y académico de Caldas y de la propia Universidad Nacional, obra con 179 ejemplares editados a modo de símbolo de esperanza, libertad y perseverancia, en el que se rinde tributo desde la academia al pensamiento humanístico y alternativo, ya que Aleph surge en 1966 como parte de los procesos que emprenden el “Reformador” José Félix Patiño y el “Decano magnífico” Alfonso Carvajal Escobar.
Las complejas relaciones entre Arte y Ciencia, inspiran a su fundador y director, el Ingeniero y Maestro de Maestros Carlos Enrique Ruiz, también fundador y director del Boletín de vías de la U.N. de Colombia sede Manizales, obra técnica magnífica fundada en 1972 que en 32 años produce 101 ejemplares, a emprender la titánica tarea de esta publicación cultural, en un medio poco proclive a esta clase de empresa.
Portadas y partituras, ensayos y entrevistas, además de artículos memorables recogidos por medio siglo de cualificada labor periodística, son testimonio de una producción cultural coherente y de profundo valor por la dimensión de sus autores, con sus múltiples miradas y perspectivas que hacen de Aleph un patrimonio de la historia cultural de Colombia, digno merecedor de todo homenaje, según lo señalan mentes excelsas como Darío Valencia Restrepo y Nicolás Wasserman.
Proezas como esta, han sido reconocidas y exaltadas por personalidades como el ex Ministro Juan Luis Mejía Arango, el Escritor e Investigador Albio Martínez Simanca, el Filósofo Carlos Alberto Ospina, e instituciones como la Cámara Colombiana del Libro y el Centro Colombiano de Derechos Retrográficos, en evento cuya producción fílmica entrega el Instituto Caro y Cuervo, y al cual asistieron entre otros notable intelectuales, el propio José Félix Patiño, el ex Ministro José Fernando Isaza Delgado, la intelectual tolimense Carmelita Millán.
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La dependencia tecnológica
La reforma Patiño, al amparo del programa Alianza para el Progreso que se propuso abatir modelo de dependencia tecnológica en América Latina para que no se repitiera el fenómeno cubano (1964), priorizó la incorporación de las disciplinas en una educación superior del país, antes centrada en las profesiones.
Dentro de esa política, el Observatorio Astronómico Nacional, bajo el liderazgo de Jorge Arias de Greiff y adscrito a la Facultad de Ciencias, hace la prospección de los sitios potencialmente aptos en Colombia para montar un observatorio astronómico de importancia, logrando proponer uno en la vecindad del Parque Natural de los Nevados.
En 1985, el proyecto que alcanzó a ingresar al COMPEX contempló adquirir un telescopio de 100 cm de diámetro en la República Democrática Alemana, que se pagaría con trueque de café colombiano. El lugar para instalar el preciado equipo, estaría 10 km al Este y 1 km al Norte del Nevado del Tolima.
Pero en 1986, las prioridades internacionales en materia de políticas de desarrollo cambian del enfoque relacionado con la dependencia tecnológica hacia los problemas de las necesidades básicas insatisfechas.
Además, los sucesos del Palacio de Justicia y del desastre de Armero asociado a la erupción del Ruiz, y posteriormente la crisis del café que afecta a la Federación Nacional de Cafeteros quien había colaborado en el Planetario de Bogotá, hacen que el proyecto por esa vía, se detenga.
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Mas Estado… más universidad
La Universidad Nacional, en el marco de la Paz y el Posconflicto la apuesta al establecimiento de un Grupo de Apoyo y Seguimiento al Proceso de Negociación y de construcción de Paz, que actúe como un “Centro de Pensamiento”.
Su objeto, acompañar y producir documentos de política en las temáticas que hacen parte de la agenda de diálogo, y constituir espacios de reflexión y debate que no sólo convoque a la academia, sino a los diversos sectores de la sociedad civil.
El rol de la sociedad civil actuando colectivamente en una esfera pública, será definitivo para enfrentar una clase política en crisis, que al haber optado por el clientelismo, como legado premoderno para la democracia del Frente Nacional, tras el acuerdo que puso fin a la cruenta lucha entre la sociedad agraria tradicional y quienes abogaban por una sociedad industrializada y moderna.
La ausencia del Estado como ente monolítico, explicada por las particulares asimetrías del territorio en materia de infraestructura, servicios públicos, conectividad y recursos disponibles, ha facilitado la parainstitucionalidad que usurpa dichos vacíos, con el quehacer del clientelismo, de los narcotraficantes y los grupos guerrilleros, y de los grupos de autodefensa y de justicia privada.
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Hacia una sociedad moderna
Hoy la Universidad Nacional se ha transformado, al dejar de ser una universidad de docencia para convertirse en una universidad de investigación comprometida con un proyecto de Nación, y pensada para la nueva sociedad y para los nuevos tiempos.
Hemos entrado a la sociedad del conocimiento, con un modelo educativo inspirado en la sociedad industrial de ayer que no desarrolla el talento humano, y con un desarrollo urbano soportado en la fragmentación social y espacial del territorio. Además, no hemos trazado políticas de desarrollo rural adecuadas, porque hemos confundido lo industrial y agroindustrial con la producción rural y artesanal.
Se requiere priorizar la formación de capital humano y de capital social, sobre el crecimiento económico.
Esta doble fórmula, además de soportarse en el uso de la Ciencia y la Cultura como medios para incrementar la productividad de los factores productivos, fortalece la colaboración de los actores sociales de forma individual y como colectivo, en torno a la solución de los conflictos socio-ambientales del territorio, aprovechando su oferta natural y cultural y las oportunidades que surgen de las relaciones sociales.
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La U. Nacional hoy
Imagen. Izq. Campus La Nubia. Der. Cmpus Palogrande. Unimedios.
Hoy la Universidad nacional, con cerca de 50 mil estudiantes, de los cuales el 83% son de pregrado y el 17% de posgrado, está constituida por cuatro Sedes, las de Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira, y cuatro Sedes de Presencia Nacional, denominadas del Caribe, Pacífico, Amazonia y Orinoquia.Ahora, con la aprobación de $41 mil millones por parte del Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD) del Caribe, se proyecta el inicio de la construcción de la Sede del Cesar de la UN.La sede de Bogotá ofrece 49 programas de pregrado, 31 Doctorados, 95 Maestrías y 88 Especializaciones y Especialidades médicas.Instituida la sede Manizales en 1998, crea la primera Maestría en Física del Plasma, y una especialización en Semiótica y Hermenéutica del Arte; también los programas en Matemáticas e Ingeniería Física. En 1996 el programa de Administración de Sistemas Informáticos y en 2001 la carrera de Gestión Cultural y Comunicativa.
Hoy, con sus tres Facultades en sus tres campus universitarios: Palogrande, El Cable, y La Nubia, la sede U.N. Manizales atiende 4919 estudiantes en 11 pregrados y 776 alumnos de posgrado en 29 programas posgrados, entre ellos 6 maestrías consolidadas y un programa de doctorado. Según la Dirección Académica de Manizales DAMA, en 2015 entre las sede andinas de la UN, ocupó el 3°Puesto. Según el ranking anual de Scimago sobre las mejores instituciones educativas de Iberoamérica, en 2015 la Universidad Nacional encabeza el escalafón en el país.
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Pregrados U.N. Manizales
Los actuales programas de pregrado, todos acreditados, son:
Administración de Empresas, Administración de Sistemas Informáticos y Gestión Cultural y Comunicativa, por la Facultad de Administración. Matemáticas e Ingeniería Física, por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Arquitectura, Ingeniería Civil, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial e Ingeniería Química, por la Facultad de Ingeniería y Arquitectura.
Según la DAMA, el número de egresados en toda la historia de la UN sede Manizales desde la primera corte hasta el 2016, es de 17124 profesionales de pregrado, distribuidos así por programa:
Administración de empresas 3639 desde 1971 (21%); Administración de Sistemas Informáticos 672 desde 2003 (4%); Arquitectura 1975 desde 1975 (12%); Gestión Cultural y Comunicativa 172 desde 2005 (1%); Ingeniería Física 264 desde 2005 (2%); Ingeniería Civil 3275 desde 1954 (19%); Ingeniería Eléctrica 1937 desde 2975 (11%); Ingeniería Electrónica 1240 desde 1996 (7%); Ingeniería Química 1524 desde 1975 (9%); Ingeniería Industrial 2342 desde 1975 (14%); y Matemáticas 84 desde 2005.
Por lugar de procedencia, entre 2010 y 2016, los estudiantes de pregrado son: de Caldas 67%; de Nariño 8%; de Bogotá 5%; del Valle del Cauca 3%; de Tolima 3%; de Risaralda 2%; de Putumayo 2%; de Huila 2%; de Cundinamarca 1%; de Arauca 1% y otros lugares 4%.
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Investigación U.N. Sede Manizales
Con el objeto de avanzar desde una universidad de docencia hacia una universidad de investigación, además de estar fortaleciendo los laboratorios y creando programas de posgrado, la planta docente en la sede se ha venido cualificando: de los 268 profesores, 96 tienen título de doctorado 95 de maestría, 26 de especialización y 54 título profesional.
Por facultades, la F. de Ingeniería y Arquitectura cuenta con 63 Doctores y 43 Maestros; la F. de Ciencias Exactas y Naturales con 28 Doctores y 27 Maestros; y la F. de Administración con 5 Doctores y 25 Maestros.
Grupos
|
Gr
A1
|
Gr
A
|
Gr
B
|
Gr
C
|
Gr
D
|
No
Acre
|
Gr
Acre
|
Total
Gr
|
F.
Ing Arq
|
5
|
4
|
4
|
6
|
0
|
5
|
19
|
24
|
F.
Ciencias
|
1
|
3
|
2
|
2
|
0
|
1
|
8
|
9
|
F.
Admon
|
0
|
0
|
2
|
6
|
2
|
5
|
10
|
15
|
Total Gr
|
6
|
7
|
8
|
14
|
2
|
11
|
37
|
48
|
Tabla 1: Grupos de Investigación
Acreditados y No Acreditados
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La UN sede Manizales cuenta con 48 grupos de investigación, de los cuales 37 están acreditados en Colciencias; y de estos, 13 grupos son categoría A1 o categoría A. Ver Tabla 1.
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Unidad
Admin
|
Publicac.
desde
May 2012
|
Descargas
desde
May 2012
|
Descargas
desde
May 2015
|
Descargas
2016 hasta
Mayo 13
|
UN (toda)
|
45.672
|
33.246.385
|
8.296.740
|
2.472.064
|
UN Bogotá
|
4.271
|
13.343.206
|
2.998.908
|
787.430
|
UN Medellín
|
2.564
|
7.236.630
|
1.389.142
|
408.298
|
UN Manizales
|
1.722
|
5.621.632
|
1.277.425
|
346.731
|
F. Ing Arq
|
869
|
3.283.421
|
642.536
|
176,263
|
F. Ciencias
|
296
|
1.071.739
|
321.554
|
67.529
|
F. Admon
|
365
|
1.188.358
|
301.366
|
98.762
|
Tabla 2:
Repositorio Institucional UN: Número de Documentos y de Descargas
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Al examinar las publicaciones del Repositorio Institucional en la biblioteca digital UN, en 2016/05/13, la sede Manizales aunque sólo ha aportado el 3% de los documentos de toda la universidad, durante el último trienio participa con el 16,9% de las descargas que hacen los usuarios. Ver Tabla 2.
Fuente: http://www.bdigital.unal.edu.co/
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Extensión
Aunque la Sede Manizales cuenta con su oficina de Extensión Cultura, aludiré únicamente a dos dependencias creadas para este fin y que me fueron encomendadas hasta enero: el Museo Interactivo Samoga y el Observatorio Astronómico OAM, ambas concebidas en la administración de Carlos Enrique Ruiz. Para conocer lo que se ha hecho en ambas dependencias durante los últimos 15 años.
Véase: http://www.bdigital.unal.edu.co/51428/
El Museo Interactivo Samoga que se inaugura el 3 de Enero de 2001, según oficio CI 266 del 10 de diciembre de 1996 del Coordinador del Cindec; nace de una convocatoria nacional que hace la propia Universidad Nacional de Colombia en la que la propuesta de Manizales resulta favorecida. Hoy Samoga como museo de segunda generación centrado en el tema de la ciencia, coordina actualmente los programas del Observatorio Astronómico OAM y de su Planetario Móvil, y ofrece la Sala Interactiva Samoga con decenas de módulos, el Modelo Hidráulico para El Control de la Erosión, la Rampa de Exposiciones, la Sala Umbra para conferencias y talleres, una sala de computadores denominada “Samoga Virtual“ y los módulos de los Mundos de Samoga. Y en relación al Multitaller de Ciencia y Tecnología Samoga ofrece un Curso de Contexto en CTS, convertido en una asignatura electiva.
Ver https://godues.wordpress.com/2013/02/13/curso-de-contexto-cts-u-n/
El OAM inaugurado el 18 de Septiembre de 1992, cuyo telescopio lo provee la Fundación Mazda y que funciona en el último nivel de la Torre de Estancias del Campus Palogrande, cuenta con el Planetario Móvil del OAM y académicamente se soporta en el Taller de Astronomía del OAM que inició en 1985 como parte del Multitaller de C&T, y que continúa como una actividad académica del Observatorio Astronómico de Manizales OAM bajo la modalidad de un Curso de Contexto en Astronomía, como asignatura electiva.
Ver: https://godues.wordpress.com/2013/02/14/contexto-en-astronomia-oam-un-2013-is/
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El desafío económico
Imagen: Plaza de Bolívar de Manizales: mercado y rituales en la plaza – SMP Manizales
Mientras la participación del PIB 2010 en el Eje Cafetero, equivalente al 4,1% del PIB nacional, fue del 55% para el sector terciario, 25% para el sector secundario, 14% para el sector primario y 7% para los impuestos, por actividades la estructura del PIB de Caldas al año 2013, sólo llegó al 1,4% del total del país, dando como resultado un percápita de US5500, contra U$ 8100 de la nación.
Y aunque se hayan dado crecimientos importantes en algunos momentos y para algunos sectores, como lo fue el de la construcción que presentó en Caldas una variación del 25.8% en 2012, el PIB departamental entre 2004 y 2014 creció en promedio 2,6%, contra una media nacional anual del 4,8% para el mismo período.
A nivel nacional, igualmente tememos profundos problemas con la desigualdad. Aunque a partir del año 2000, el PIB per cápita de Colombia logra crecer 3,5 veces, al pasar de U$ 2335 en 2000 a U$ 6701 en 2014, y que el desempleo de la población activa cae a la mitad al pasar del 20% – tasa alcanzada en la crisis del 1999-2002-, al 9.5% en diciembre de 2014 y abril de 2015, a pesar de la disminución de la pobreza monetaria, la desigualdad en el país persiste.
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El rescate de lo rural y lo artesanal
En lo artesanal y en la producción rural, los productos deben ser bienes culturales con identidad cultural, soportados en producción limpia y economías asociativas, con control de toda la cadena productiva y denominación de origen.
Contrariamente, lo industrial y agroindustrial son otra cosa, donde obliga aplicar la metodología de los clúster, basada en la producción en serie y en economías de escala, pero igualmente controlando la producción, transformación y mercadeo de productos para no repetir el error de nuestra economía cafetera.
Como consecuencia de lo anterior, existe una brecha de productividad e ingresos entre la ciudad y el campo, que exige: además de considerar el papel del transporte rural como catalizador de la deducción de pobreza, aplicar políticas de C&T para el sector rural, y en especial aquellas imbricadas con la cultura local para hacer viable la certificación de productos.
La tarea fundamental para enfrentar este reto desde la academia es incluir estrategias locales para implementar los necesarios procesos de apropiación y traducción de los saberes de la cultura popular y de las comunidades rurales y culturas ancestrales, al lenguaje y la racionalidad de la ciencia moderna.
No obstante las posibilidades reales que se desprenden de la autonomía universitaria, hace falta garantizar para la Universidad pública una real autonomía integral, dado que con el presupuesto asignado que solo cubre el 40% de sus necesidades en el caso de la U.N., están llevando a la universidad estatal colombiana a cumplir funciones de cara al mercado.
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La educación como estrategia
Imagen: Afiche del OAM para el conmemorar Centenario del departamento de Caldas.
La posibilidad de avanzar en productividad y competitividad desarrollando al tiempo las dimensiones social y ambiental, exige, una reforma estructural del modelo educativo para desarrollar el talento humano, cualificar y fortalecer el aparato educativo en los términos que señalara la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo en Colombia: “Al filo de la oportunidad” (1994).
Además de priorizar Matemáticas, Ciencias y Lenguaje, el nuevo modelo educativo deberá enfatizar en la cultura, las artes, las humanidades y la formación del cuerpo humano.
Colombia por su complejidad ambiental, debe construir la identidad de cada región, para imprimirle a la Nación un carácter acorde a la condición mestiza, biodiversa y pluricultural del territorio.
Frente a una apuesta desmedida por la competitividad a costa de la solidaridad como objetivo excluyente al servicio de las élites, y por unas políticas públicas pensadas para favorecer el consumismo que alimenta el mercado globalizado, el rol de la Universidad pública y en particular el de la nuestra, debe ser el de aportar un pensamiento crítico y alternativo, tal cual debería ser el de la paz con que soñamos tantos colombianos.
Sin un proyecto de ciencia y cultura para la Nación, no es viable el aprovechamiento sustentable de nuestra oferta cultural y natural, ni el crecimiento económico sostenido sin el detrimento de nuestra soberanía.
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Manizales del futuro
Manizales y Caldas bajo ese nuevo enfoque deberán trazar una estrategia de promoción de la Ciudad, que tenga como objetivo consolidar desarrollos estratégicos relacionados con tres áreas: la Economía Naranja, las Tecnologías en Información y Computación (TIC) y la Biotecnología (verde, blanca, roja y transversal). En estas áreas la U.N. y la U de C tienen fortalezas que compartir.
En el tema de la Economía Verde, la clave está en implementar ese modelo educativo, que desarrolle el talento humano. Y en relación a las TIC y a la Biotecnología, el desarrollo se facilita encontrando en cada área una empresa ancla como atractora, y empleando la metodología de clúster para obtener ventajas asociativas y conformar masa crítica en sendas opciones, haciendo del carácter biodiverso del territorio y del notable potencial de las instituciones científicas y universidades de la ecorregión cafetera, una ventaja competitiva.
Al respecto, el proyecto académico del Museo Interactivo Samoga, ha incorporado en el “Proyecto de los siete mundos”, tres mundos: las artes (Chía), la ciencia (Bochica) y la tecnología (Chibchacum), que subrayan la importancia de la ciencia, la tecnología y la identidad cultural, como factores clave para resolver la brecha de productividad e ingresos que sume en la pobreza a cerca de 300 mil caldenses en los medios rurales.
Ver en: http://www.bdigital.unal.edu.co/50853/
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Epilogo 1
Imagen: Bolívar Cóndor de Arenas Betancur. SMP Manizales
Para hacer de la ciudad y la región “Un territorio de oportunidades, conocimiento e innovación”, se deberá:
Implementar mecanismos de participación ciudadana con fundamento en el civismo activo, como valor supremo de la cultura urbana de los Caldenses.
Ubicar a las personas en el centro del desarrollo, priorizando la formación de capital social y humano sobre el crecimiento económico.
Formular políticas de ciencia y tecnología imbricadas con la cultura, para resolver la brecha de productividad e ingresos que sume en la pobreza a los medios rurales de Caldas.
Reconocer el papel del transporte rural como catalizador de la reducción de la pobreza, dado el papel definitivo de la conectividad para la economía campesina.
Desarrollar políticas públicas que enfrenten la problemática del riesgo y del cambio climático, para soportar la sostenibilidad del territorio en la responsabilidad ambiental.
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Epilogo 2
En cuanto a los retos para la Universidad Nacional, los desafíos serían:
Incidir en un nuevo modelo educativo, pensado para la sociedad del conocimiento: hoy lo esfuerzos en el sistema educativo son una apuesta para mejorar la calidad, de un modelo educativo anacrónico.
Una apuesta por un conocimiento que contribuya al proyecto Nación y a la identidad de los colombianos, articulando la Ciencia y Tecnología, con la Cultura y en especial con nuestros saberes ancestrales.
Formar profesionales y científicos, con sensibilidad social y ambientalmente responsables, forjados en la civilidad como fundamento del Estado social de derecho, comprometidos con el desarrollo del país.
Fortalecer la Universidad Nacional por ser patrimonio de la nación, como una institución pública líder en la educación superior, dotada de autonomía universitaria y presupuesto adecuado para cumplir su misión.
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Gracias
Documento elaborado para la “Cátedra José Félix Patiño” y para el Contexto de CTS, presentado en 2016 a nombre de la SMP y de la U.N.
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Cap 8- Piezas de contexto
Imag 8. Los mundos de Samoga en godues.wordpress.com
8.1 La Paz
Un Nobel que honra el Proceso de Paz
http://www.bdigital.unal.edu.co/53929/
Resumen: El camino para construir la paz exige el ejercicio de un pensamiento crítico y comporta una pedagógica popular inspirada en el pensamiento profundo del Padre Francisco de Roux, que invita a democratizar la democracia y dignificar la sociedad. Aunque el plebiscito del pasado 2 de octubre por estrecho margen no aprobó el histórico acuerdo de La Habana, el que posteriormente la sociedad colombiana mayoritariamente esté reclamando la Paz y se le haya otorgado el Nobel de Paz 2016 al Presidente de la República, son hechos que se constituyen en una oportunidad para detener la guerra fratricida con las guerrillas a fin de crear condiciones propicias que permitan emprender los complejos procesos que su construcción demanda.
UN NOBEL QUE HONRA LA PAZ
Pese a que Colombia le decía “No” a los acuerdos de la Habana, el Nobel de Paz 2016 otorgado al Presidente Santos reconociendo el histórico proceso, se constituye en un deber ético que obliga a reflexionar en las condiciones que permitirán construir colectivamente y a largo plazo un país viable. Para el efecto, inspirados en el pensamiento profundo del Padre Francisco de Roux, que invita al perdón y al diálogo si queremos detener la guerra fratricida de Colombia, podría implementarse una pedagógica por la Paz soportada en valores éticos que no son los del odio y el castigo, y en los fundamentos de la democracia que consagra el Estado Social de Derecho.
Dado el lastre de medio siglo de este conflicto que sigue gravitando en imaginarios e historias, podría reconocerse el significado esperanzador que tuvo el hecho de Bojayá, cuya comunidad pese a haber sido víctima de la masacre cometida por las FARC en 2002, aceptó en un 96% lo pactado entre gobierno y guerrilla, además de subrayarse la importancia de los resultados en otros territorios cuyas comunidades habiendo padecido la guerra, mayoritariamente decidieron acoger el “Si”, caso Apartadó (52%), Barbacoas (73%), Cajibio (71%), Caloto (73%), Macarena (73%), Miraflores (85%), Mitú (77%), Puerto Asís (57%), San Vicente el Caguán (62%), Silvia (73%), Toribío (71%), Tumaco (72%), Turbo (56%) y Valle del Guamez (86%).
Hoy, conocidas las posturas derivadas del resultado plebiscitario, con un país fraccionado en torno a los citados acuerdos y unido por la necesidad de preservar el cese bilateral del fuego para hacer viable un proceso de renegociación que conduzca a una Paz duradera y sostenible, dada la incertidumbre por efecto de lo ocurrido con la voluntad de las FARC y el ELN, para no frustrar un deseo esperanzador, de no lograrse un trámite ágil y oportuno en virtud de la dificultad desde la perspectiva política, podría optarse por una asamblea constituyente que blinde el proceso con la sociedad civil e incluya salud y educación públicas, para no someter los acuerdos a un debate parlamentario en un ambiente donde se correría el riesgo de convertirlo en objeto electoral.
Frente a la invalidez de los citados acuerdos cuyo resultado desfavorable en la consulta, parte del menoscabado natural de la popularidad del gobierno, y de errores como la extensión del documento, del éxito de una controvertida campaña mediática contra el “castro-chavismo” que redujo lo fundamental a que los culpables de crímenes de guerra y de lesa humanidad no irían a la cárcel sino al Congreso, resulta esperanzador ver señales dadas por actores de lado y lado, favorables a ajustes posibles para replantear lo que fuera objeto del plebiscito, aunque quedan dudas sobre la prevalencia del interés general cuando algunos en beneficio propio han instrumentalizado campañas exacerbando el fanatismo y dogmatismo.
Si de algo sirve, estas precisiones a los puntos de divergencia: 1- se argumentó que de haberse aprobado los acuerdos habría nuevos impuestos para los colombianos, pero esto solo resulta cierto en el caso específico de terratenientes evasores que lo harían con un catastro rural actualizado; 2- se dijo que los acuerdos atentan contra la propiedad privada, afirmación temeraria que exigiría precisiones para saber dónde lo dice; 3- añadieron que se consagraría la impunidad para delitos atroces, afirmación que olvida que para el efecto los crímenes graves serían juzgados en un tribunal especial y que los acuerdos sobre justicia transicional se ha planteado para todos los actores del conflicto armado, incluidos militares que podrían decir verdades; y 4- afirmaron que en el proceso se “vulneraba” la institución de la familia, porque lo acordado incluyó un enfoque de género no sólo con énfasis en la mujer.
Ahora lo rural, asunto vital en los acuerdos para la Paz que debería preservarse: contempla el otorgamiento de tierras para comunidades campesinas pobres y minoritarias, sin tierra o con tierra insuficiente, acompañado de planes y programas integrales que garanticen la inclusión social, la integración de las regiones y la seguridad alimentaria; se incluye además un fondo de tierras que se nutriría de la extinción judicial de dominio de predios ilegales (dominios paramilitares p.e.), baldíos recuperados mediante procesos agrarios, y excedentes no explotados fruto de la delimitación y actualización de reservas forestales.
[Ref.: La Patria. Manizales, 216.10.10] Imagen: La Danza, de Débora Arango, en elcolombiano.com; Presidente Juan Manuel Santos, Nobel de Paz 2016, en nytimes.com; y Rincón Típico Colombiano de José Gabriel Acuña, en Artelista.com
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8-2 Prospectiva para Manizales
El futuro de la ciudad
http://www.bdigital.unal.edu.co/10175/
Resumen:
Se propone, entre otras, consolidar apostarle a la formación de capital humano y social, estructurar el clúster urbano cafetero, a partir de estrategias como implementar políticas de Ciencia Tecnología y Cultura en el marco de la sociedad del conocimiento, implementar un modelo de ocupación del territorio con objetivos ambientales, sociales y económicos, construir sinergias territoriales soportadas en ventajas culturales y naturales, y en la complementariedad de las economías regionales y del desarrollo de la movilidad y la conectividad.
EL FUTURO DE LA CIUDAD
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Prefacio
Nevado del Ruiz. Fotografía de Jaime Duque.
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A continuación un ejercicio prospectivo con la intención de presentar ideas ya elaboradas sobre la ciudad y la región, traídas para cerrar este importante ciclo de diálogos de cultura y territorio sobre Manizales, evento cuyo nombre evoca al escritor caldense Bernardo Arias Trujillo (1903-1939), recio panfletario con convicción de justicia social.
Se acometerá la tarea sin apuestas de calendario, ni pronósticos sobre el mejor escenario a construir, ya que cualquier propuesta sobre la Manizales ideal solo le pertenece al futuro, por ser consecuencia de varias dinámicas multifactoriales.
Pensando más en apuestas de ciudad que en la Manizales soñada, surgidas aquellas del examen de los actuales conflictos y tendencias socio -ambientales y económicos que la afectan, y sobre todo examinados dichos elementos desde los procesos históricos del territorio, se abordará una visión con optimismo y esperanza ajustada a determinantes del desarrollo que pueden influir en su devenir.
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El contexto territorial
La Ecorregión Cafetera. Imagen del Museo Samoga U.N.
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La Ecorregión Cafetera, es un territorio mediterráneo, biodiverso, pluricultural y mestizo, localizado en el trópico andino del Centro-Occidente de Colombia.
Conocemos los íconos culturales del Tolima Grande, de la Región Cundiboyacence, de las Montañas Santandereanas, de la Costa Atlántica, de las montañas de Antioquia, de la costa del Pacífico o de los Llanos Orientales, pero no hemos desarrollado los de la Ecorregión Cafetera, un territorio a re-significar y re-descubrir. Veamos, mediante una analogía aristotélica, el carácter de nuestro complejo territorio:
– El Mundo de la Tierra (Pachamama) en el occidente, que como tierra de resguardos y negritudes, de marimbas y currulaos, además de ser una subregión panelera, ha sido emblema de nuestra historia minera: en el oro de Marmato y Riosucio existe más novela y poesía que en el café.
– El Mundo del Agua (Bachué) en el Magdalena centro, tierra de ranchos de hamacas, de chinchorros, y de bundes, con subiendas de bagres, nicuros y bocachicos; es la de la Charca de Guarinocito, los vapores por el río y la expedición botánica.
– El Mundo del Aire (Yurupaí) en la región cafetera que empieza en Neira y llega hasta el norte del Valle del Cauca, y que avanza por Manzanares; es la de las chivas, el bahareque, los cables aéreos, los Ferrocarriles Cafeteros, el bambuco y la música de carrilera.
– El Mundo del Fuego (Chiminigagua) sobre la alta cordillera con sus volcanes, donde aparece la región San Félix-Murillo de fértiles tierras y paisajes andinos, que tiene sus propios íconos en el cóndor, el pasillo, la ruana de Marulanda, la palma de cera y el sombrero aguadeño.
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El carácter del cafetero
Los habitantes de la “Tierra del café”, poseemos una cultura donde inciden determinantes de la caucanidad y de la antioqueñidad, relacionados con los modos de producción de la minería de la Colonia y con los de la actividad agraria que florece en el Siglo XIX, sobre ambos escenarios.
Primero, porque en la minería aurífera de tiempos coloniales, los modos de producción fueron diferentes: mientras en la Provincia del Cauca se soportaba en la esclavitud, en la de Antioquia lo hacía en el trabajo del minero independiente.
Segundo, porque en el Siglo XIX, mientras el modelo agrario caucano era de tipo feudal basado en el latifundio y en un régimen de servidumbre, tras la colonización antioqueña, vendrá la producción cafetera soportada en un modelo de economía capitalista, que surge del trabajo en el minifundio propiedad del colono.
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El hábitat
La historia urbana de Manizales, ha estado signada por desastres como la erupción del Ruiz en 1985, los terremotos profundos de 1961/62, 1979 y 1995, o el sismo superficial de 1999 de importancia para el Eje Cafetero, y ahora las Niñas 2007/8 y 2010/11 con su enorme impacto para nuestra conectividad vial y frágiles laderas y para el suministro del agua de esta ciudad del trópico andino (7).
En Caldas, la situación igualmente apremia: ya por la contaminación con cianuro y mercurio proveniente de la minería en Villamaría, Marmato y Supía, ya por la amenaza indebida de origen antrópico sobre los corredores cordilleranos de flora y fauna, por la eutrofización de acuíferos y por los conflictos entre aptitud y uso del suelo en áreas de vocación agropecuaria; o ya por el modelo de ocupación expansionista del territorio en los medios periurbanos, caso Manizales donde el proyecto urbanístico de La Aurora presiona la reserva de Río Blanco, o por el prospecto minero en la vereda Gallinazo que pone en riesgo ambiental, además de la reserva de la CHEC ubicada sobre su frontera, la calidad del acuífero que soporta las fuentes las de agua asociadas a la planta de tratamiento de la ciudad.
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Historia económica
Manizales Republicana. C de H de Manizales.
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Un territorio, antes que un espacio de transformaciones ambientales, es una construcción social e histórica en el que surge la cultura como resultado de las relaciones dialécticas que se establecen entre el medio ecosistémico y las colectividades humanas que lo habitan.
Fundado Manizales (1849), el poblado de bahareque y de caminos de arriería, vive un primer período de economía de subsistencia y guerras civiles. Ya en los albores del siglo XX la aldea entra a un segundo período de acumulación, gracias al café; son los tiempos de los cables y ferrocarriles cafeteros.
Sigue un tercer período de verdadero desarrollo económico, el de los “jeepaos” y las “chivas”, cuando se abren los caminos rurales para electrificar el campo y dotarlo de acueductos, escuelas y puestos de salud. Posteriormente, a partir de 1970 entramos a un cuarto período de crisis, en el que palidecen los poblados cafeteros y el campo, no solo por el deterioro de los términos de intercambio, sino también por las derivaciones demográficas y ambientales de la Revolución Verde.
Y tras palidecer la sociedad industrial de ayer y haber desmontado el Estado solidario, nuestra ciudad, ahora más fragmentada social y espacialmente, ha entrado a un quinto período: el de la globalización de la economía y de la cultura, donde el protagonismo le corresponderá al conocimiento.
Ilustración anticipada del Paisaje Cultural Cafetero. Obra del Maestro Luis Guillermo Vallejo.
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Algo de historia: entre 1913 y 1935, la producción de café del Gran Caldas según Antonio García, presenta un incremento del 539 por ciento; gracias al apogeo de una nueva estructura productiva capitalista soportada en las pequeñas y medianas explotaciones cafetaleras de nuestra región, cuya participación en la producción de café entre 1932 y 1970 por departamentos, pasa del 29.5% al 26.8%.
Si en 1932 Antioquia, el Gran Caldas y el Valle del Cauca contribuían con el 57% de la producción nacional, hoy el mapa cafetero colombiano ha cambiado: por extensión cafetera, el orden es: Huila 154.980 ha, Eje Cafetero 153.230 ha, Antioquia 130.990 ha y Tolima 117.180 ha.
El origen del capital industrial de Colombia, aunque en algunos casos parte de la propiedad de haciendas o de actividades especulativas asociadas al periodo de inflación de 1899-1902, fundamentalmente surge de la producción y el mercadeo de café después de 1870.
Si hasta 1930 Manizales contaba con decenas de establecimientos fabriles, como las trilladoras promovidas por Don Manuel Mejía Jaramillo, la Luker (1906), la Textilera Manizales (1919), Fósforos El Rey (1919), La Patria (1921), Tejidos de Occidente (1929) -que con la Textilera Manizales da origen a Única ese año-, el apogeo industrial de Caldas se da desde la creación de la CHEC (1944) y la apertura de la vía al Magdalena (1939), hasta la segregación del Gran Caldas (1967).
Sin embargo, aunque la actividad fabril se favorece con las exenciones y beneficios del Decreto 3830 de 1985 y de la Ley 44 de 1987 expedidos a raíz del desastre del Ruiz (1985), medidas que se traducen en la creación efectiva de 45 empresas importantes, también decae tras la reforma del Estado (1991) al provocarse la desindustrialización de las capitales cafetaleras como consecuencia de la apertura económica.
A raíz de lo anterior, en los noventa la distribución del PIB empieza a mostrar cambios estructurales, como lo es el apogeo del sector terciario jalonado por la administración pública, el comercio, la hotelería y afines, y según lo observado desde la bonanza cafetera (1975) hasta la última década, cuando el sector primario reduce su participación en 12 puntos porcentuales.
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El medio ambiente
Papal en Murillo. Óleo de GDE
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Urge un plan maestro para recuperar el espacio público y el Centro Histórico de la ciudad, implementando una política pública inspirada en los fundamentos del Civismo Activo, de la humanización de la ciudad y del trabajo, y de la movilidad autónoma.
La ciudad, toma materia y energía del entorno y tiene sus propias “excretas”: Manizales genera 300 toneladas diarias de basura, y vierte 20 toneladas de carga contaminante en las aguas servidas de áreas no industriales, a sus tres distritos sanitarios (Olivares, Chinchiná y La Francia), a los que se suman cerca de 17 toneladas adicionales con los vertimientos de origen industrial que afectan cuerpos de agua como la Quebrada Manizales donde se establece su principal sector industrial.
En 2002, la ecorregión cafetera presentaba unas coberturas anómalas: de un potencial del suelo del 4% para potreros, la cobertura llegaba al 49%; de un potencial del suelo para usos forestales del 54%, los bosques apenas llegaban al 19%; y de un potencial para usos agrícolas y agroforestales del 21% y 20% en su orden, la cobertura agrícola subía al 30% (2).
Según Corpocaldas (3), el departamento de Caldas con una extensión de 744 mil Ha, contaba en 2010 con cerca de 163 mil Ha en bosques, 265 mil Ha en cultivos y 300 mil Ha en pastos y rastrojos, tres cuantías que cubren el 98% de su escarpado, verde y deforestado territorio.
En cuanto al agua (4), en el sistema subterráneo sobresalen las zonas de recarga de las áreas cordilleranas del páramo y sectores vecinos provistos de gran cobertura boscosa, o las regiones del Oriente caldense donde la copiosa precipitación explica un recurso hídrico excedentario, susceptible de aprovechamientos hidroenergéticos responsables y socialmente más incluyentes.
El patrimonio hídrico más comprometido de Caldas, es el de la Cuenca del Río Chinchiná para el caso de la Subregión Centro-Sur, y el del Cañón del Río Cauca donde a nivel municipal existe potenciales riesgos asociados al suministro de agua en todos los municipios del corredor del río Cauca, ademas de contaminación con mercurio en las zonas mineras.
La consolidación de la subregión obliga a contemplar el ordenamiento de la cuenca del río Chinchiná, la atención a la ruralidad donde Manizales cuenta con cerca de 28 mil habitantes- cuyos índices de pobreza (46%) e indigencia (11%) resultan relativamente superiores a los urbanos-, el desempleo estructural (10%) y la informalidad, las limitantes de conectividad con Villamaría y Neira, el riesgo por el calentamiento global y las amenazas sísmica y volcánica, la fragmentación socio-espacial dinamizada por las fuerzas del mercado que controlan el modelo de ocupación del territorio, y la crisis de liderazgo que parte de la corrupción y el clientelismo como formas de “paraestado”.
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La economía
Ferrocarril de Caldas. Mural del Maestro Luis Guillermo Vallejo.
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El territorio de Manizales, municipio cuya superficie es de 572 km², equivale al 7,2% de la extensión territorial de Caldas (7888 km²). Mientras la participación del PIB en el Eje Cafetero, que en 1970 era del 7,1% del PIB, ha caído al 4,1% del PIB nacional, la de Caldas al año 2013 sólo llegó al 1,4. Y aunque no se refleja en la distribución del ingreso y menos en el índice de NBI, a nivel municipal sobresalen Marmato y Norcasia por el PIB percápita.
Además de haber perdido participación en el PIB nacional, también nuestra economía que se ha tercerizado, se viene rezagando: con una estructura del 55% para el sector terciario, 24% para el sector secundario, 14% para el sector primario y 7% para los impuestos, entre 2004 y 2014 Caldas creció en promedio 2,6%, contra una media nacional anual del 4,8%. Con dichas tasas, si Colombia podría duplicar el PIB en 15 años, Caldas lo lograría en 28 años.
Hoy, Caldas y Risaralda participan en el PIB con el 1,4% cada uno, y Quindío con el 0,8%. Y en cuanto al PIB percápita que a nivel nacional alcanza los U$8030, en el Eje Cafetero llega a U$7722 en Risaralda, U$5531 en Caldas y U$ 5095 en Quindío.
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El empleo
En el alba de la ciudad y primeras décadas del siglo XX, la actividad agraria era la generadora del empleo, en especial cuando explota la producción de café favorecida por una estructura productiva capitalista y el comercio exterior. Cerrando el siglo XIX, el café representaba dos terceras partes de las exportaciones colombianas, y con el oro y los metales preciosos, cerca de 90% del total.
Posteriormente, la actividad industrial hace lo propio, aunque a mediados del siglo XX las industrias solían ser intensivas en mano de obra no calificada o en recursos naturales, dos actividades con una baja relación de capital físico V.S. personal. Entre tanto, la producción de café en Colombia, que entre 1950 y 1975 llegaba a los 6 millones de sacos y se concentraba en el Eje Cafetero, se publica al surgir como protagonistas Huila, Cauca y Antioquia.
Luego en los 70, el sector terciario repunta, sobre todo cerrando el siglo XX cuando las reformas del Estado dan vía libre a la apertura económica y provocan la desindustrialización de la estas capitales cafeteras. Actualmente, el desempleo, que ha sido el lastre para Pereira y Armenia cuyas tasas cerrando el año fueron del 13,6% y 14,6%, llegó al 9,6% en Manizales donde se mantiene en un dígito.
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La conurbación
Pese a su condición mediterránea, la Ecorregión Cafetera es un territorio estratégico, localizado en el centro de gravedad del Triángulo de Oro de Colombia, donde se genera el 64% del PIB de Colombia y habita el 52% de la población del país. Manizales, con 394 mil habitantes de los cuales 28 mil son rurales, posee el 40% de la población de Caldas. Esos 28 mil habitantes rurales, equivalen a los 2/3 de la población urbana de Villamaría, estimada en 43 mil habitantes.
Ya no resulta viable pensar en la capital caldense sin referir dicho espacio a la denominada Subregión Centro-Sur, constituida por cinco municipios cuyas fronteras día a día se van desvaneciendo: Chinchiná, Manizales, Neira, Palestina y Villamaría, donde habitan 518 mil habitantes de los cuales 420 mil son urbanos y 78 mil rurales. Si bien el futuro de Manizales depende de los municipios vecinos y el de ellos de ésta, el empleo y desarrollo futuro de tales centros urbanos periféricos, también dependerá de su articulación urbana y de la expansión de su infraestructura económica y social hasta ellos.
Adicionalmente, la suerte de las capitales cafeteras y ciudad en particular, cada vez más dependerá de la conurbación entre las áreas metropolitanas de Manizales y Pereira: ambas capitales, Dosquebradas, Villamaría y las poblaciones de Chinchiná, Palestina y Santa Rosa de Cabal, suman 1 millón cien mil habitantes, 51% de ellos en el AM de Pereira y 39% en el AM de Manizales.
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Las urgencias urbanas
Sí la urgencia de las megalópolis es volverse internacionalmente competitivas y manejar problemas de escala, la de las ciudades intermedias es conurbarse conformando una ciudad región, para construir sinergias territoriales, demográficas y económicas, y no palidecer como resultado de competencias intraurbanas.
Entre tanto, los pequeños poblados deben articularse a un centro urbano vecino de mayor nivel de relevancia, desarrollando una competencia soportada en atributos culturales y ventajas naturales, de cara a las necesidades de dicha ciudad.
Mientras Bogotá es la única megalópolis de Colombia, con problemáticas como la movilidad y el crecimiento urbano, Medellín es una ciudad intermedia grande que sólo puede conurbarse con el Eje Cafetero, y las capitales cafeteras ciudades intermedias pequeñas cuya suerte dependerá de su capacidad de articularse hacia adentro y hacia afuera, buscando la complementariedad económica al aplicar metodologías de clúster, para no sufrir procesos de vaciado entre sí y desde Cali o Medellín.
Ahora, en lo local, para construir sinergias en la Subregión Centro-Sur de Caldas, Manizales aportará su potencial económico y cultural, además de su equipamiento y oferta de servicios urbanos como ciudad intermedia.
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La ciudad del caos
Evoluciona Manizales a partir de la retícula urbana construida entre la fundación y la década de 1920, lugar donde se alberga el Centro Histórico que se ha venido depreciando, más por la irrupción del automóvil que por la informalidad. Pero el potencial de este atractor urbano es enorme, al estar bien dotado de servicios públicos y admitir procesos de densificación que sean incluyentes, para prevenir la expansión y expulsión urbana.
Entre las décadas del 30 al 50, continúa desarrollándose la trama urbana hacia el sector oriental, ofreciendo hoy un escenario con vocación para los servicios, que reclama cambios estructurales en materia de transporte público y movilidad, y que amerita densificación en los entornos de las avenidas Santander y Aquilino Villegas.
Ya en la década de 1960, conforme se expande la ciudad sobre la periferia cuando surgen a partir como Aranjuez, La Sultana, La Enea y Bosques del Norte, adquiere una estructura satelital, con nuevos asentamientos que deberían consolidarse como núcleos urbanos autosuficientes, para recomponer el tejido social y prevenir los guetos urbanos, descentralizando la inversión en infraestructura social y productiva.
Al decidir sobre el modelo de ocupación del territorio, surgen contradicciones entre dos sistemas altamente complejos – el social y el natural-, cuyas relaciones dialécticas son de simbiosis y parasitismo: conforme los procesos especulativos e intereses cortoplacistas y utilitaristas afectan al suelo como principal activo ambiental, la conformación de ese hábitat menos verde y más excluyente, incrementa la “entropía social”.
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La agenda de la sociedad civil
Murales del Maestro Guillermo Botero en la Plaza de Bolívar. Blog SMP Manizales.
Si queremos hacer de Manizales una ciudad sostenible y amable, con mejor calidad de vida, la clave está en propender por un desarrollo centrado en la gente y por el fortalecimiento del Estado, de la Civilidad como valor supremo de la cultura urbana; en trabajar por una democracia incluyente fundada en el respeto, el ejercicio y la promoción de los derechos humanos, y por una identidad cultural que reconozca los procesos de construcción social e histórica de la ecorregión.
Igualmente, habrá que emprender reformas estructurales en la educación, además de planes y programas de C&T para tener un medio ambiente más verde, más seguro y más sano, y para lograr una economía más robusta, más equitativa y más diversificada, que esté soportada en el conocimiento y en las ventajas culturales y naturales del territorio.
Así el camino para construir la paz, que exige el ejercicio de un pensamiento crítico nutrido desde la academia y la intelectualidad para resolver la inequidad, democratizar la democracia y dignificar la sociedad, comporta una pedagógica popular para erradicar la discriminación social y construir una ética biocéntrica que modere los excesos antropocéntricos, que le apueste a un proyecto de nación soberana y de construcción de la identidad, y que recupere la institucionalidad en el marco de un Estado Social de Derecho.
A continuación las propuestas para una Agenda:
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Opciones 1
Aerocafé: este proyecto ubicado en el Municipio de Palestina, que se complementaría con el Aeropuerto de Matecaña, haría viable el Paisaje Cultural Cafetero, al tener la posibilidad de ofrecer fletes más económicos en aviones de largo alcance y operar con ventajas de convergencia aérea desde el centro demográfico de Colombia, llegando a destinos como a Europa, Asia, África y Oceanía.
Un Jumbo saliendo desde Aerocafé y llegando al Asia y a Europa, operando como “Aeropuerto Low Cost” y fletado hasta con 112 mil libras, tendrá ventajas adicionales sobre otros aeropuertos de Colombia, al estar ubicado en el centro de gravedad de la Región Andina y poder levantar un 49% que en el José María Córdoba y un 36% más de carga que en El Dorado. Esta economía, dado que el mismo Jumbo sólo podría levantar 83 mil libras desde el Altiplano y 74 mil libras desde Rionegro, de conformidad con lo señalado por la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles
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Opciones 2
El Ferrocarril Cafetero y la Hidrovía del Magdalena: por tratarse de dos proyectos estratégicos para implementar un sistema intermodal de transporte de carga para el país, y cuya viabilidad se soporta en la locomotora del carbón andino.
Con dicha transversal férrea entre La Dorada y el Km1, sumada a las ventajas de la Hidrovía del Magdalena, y a la extensión del corredor férreo del cauca, detonarían condiciones favorables en sus dos nodos de conectividad para desarrollar las mayores plataformas logísticas de la Región Andina de Colombia, sobre todo cuando el Ferrocarril de Cundinamarca retorne a Salgar y el Tren de Occidente, pasando por el Km 41, conecte a Buenaventura con Urabá.
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Opciones 3
Cuando se implemente el anterior sistema intermodal de carga conectando el río Magdalena y el Ferrocarril de Occidente mediante el Ferrocarril Cafetero, al contar con energía disponible y un transporte intermodal más económico, según el Plan Minero de Caldas 2010-2016 elaborado por Gabriel Poveda Ramos la Ecorregión y Caldas podrían desarrollar industrias químicas de base minera.
Gracias a un potencial de 120 yacimientos mineros existentes en Caldas, o 210 en el Eje Cafetero, se podrían aprovechar, entre otros minerales, las jaguas y fraguas del oro de las explotaciones de Marmato y del oriente de Caldas, las calizas que afloran en Neira y en Victoria, las arenas silíceas de Pueblo Rico y Cerro Bravo, y el manganeso de Apía y Viterbo, para exportar commodities estratégicos desde los nodos logísticos del Magdalena Centro y del Eje Cafetero. De dichas industrias, estos serían los productos a obtener: de los desechos auríferos, sulfuros de varias clases, ácido sulfúrico y zinc metálico; de las rocas calcáreas, fertilizantes, acetileno, cianamida, cloruro y cemento; de las citadas arenas, silicato de sodio, sílice gel y carburo de silicio; y del manganeso, bióxido de manganeso electrolítico.
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Dimensión social
Manizales años 20. Maestro Luis Guillermo Vallejo.
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Se propone: 1- Mayor presencia efectiva del Estado con acciones que combatan la inequidad, dando opción preferencial a los pobres rurales y comunidades menos servidas. 2- Programas de agua potable y saneamiento ambiental para corregimientos y poblados del área rural. 3- Acciones estructurales para la seguridad alimentaria y para la salud. 4- Programas específicos para la tercera edad, para la mujer y para la niñez. 5- Priorizar el desarrollo humano y la formación de capital social sobre el crecimiento económico.
Como meta social a 25 años, se propone: reducir el coeficiente de Gini en Colombia al 0,4 en las ciudades y al 0,5 en el campo, y para Manizales y Caldas reducir el índice de NBI de 0,97% a 0,1%, y de 18% a 1,0%, en su orden. Lograr un desarrollo cultural en Caldas soportado en procesos sostenidos, con liderazgo en la música y el teatro. Elevar la escolaridad promedio en las zonas rurales del departamento 4.2 años a 12 años, e implementar un modelo educativo de calidad rural urbano, inspirado en la Escuela Nueva y en la Escuela Activa.
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Dimensión ambiental
Se propone: 1- Políticas de reconversión productiva para resolver conflictos entre uso y aptitud del suelo. 2- Un modelo de ocupación del suelo urbano soportado en políticas de redensificación del medio citadino y control de la plusvalía urbana. 3- Programa de vías lentas para dinamizar la economía rural con programas turísticos en el marco del “bioturismo”. 4- Descentralizar la inversión en infraestructura social y productiva. 5- Estrategias de adaptación al calentamiento global soportadas en Planes de manejo ambiental de carácter participativo para las microcuencas.
Como meta ambiental a 25 años, se propone: resolver el conflicto entre uso y aptitud del suelo ordenando las cuencas de Caldas e implementando planes de manejo ambiental participativos; consolidar el turismo con el PCC alcanzando una participación del 10% en el PIB de Caldas; descentralizar la infraestructura social y económica para implementar un modelo de redensificación urbana pensado para la gente, ecológicamente sólido y compatible con la cultura. Conurbar a Manizales con Pereira mediante un sistema integrado de transporte interurbano entre las capitales y Aerocafé.
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Dimensión económica
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Se propone: 1- Banco para los pobres y políticas públicas direccionadas por sectores productivos, para apalancar negocios sociales. 2- Revolución educativa implementando un modelo que desarrolle el talento humano. 3- Programas de C&T imbricados con las cultura, para el sector rural y artesanal. 4- Sinergia entre economía verde y economía del conocimiento (Biotecnología y TIC). 5- Fortalecer el emprendimiento, la innovación y la organización de pequeños productores.
Como meta económica a 25 años, se propone: elevar el PIB per cápita de Caldas de U$7033 a U$18.700; conformar sendos clúster en las TIC y la Biotecnología, y consolidar las plataformas logísticas de la ecorregión, mediante el Ferrocarril Cafetero, la hidrovía del Magdalena y el tren a Urabá: una en el Magdalena Centro, y otra en el Corredor del Cauca compartida con Risaralda. Consolidar las universidades públicas de Caldas, como universidades de investigación, financiadas por el Estado. Desarrollar 1000 Mw adicionales de su potencial hidroeléctrico y cinco industrias químicas de base minera según los perfiles previstos para desarrollo el minero energético de Caldas por Gabriel Poveda Ramos.
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Dimensión institucional
Se propone: 1- Construcción de confianza, a partir de la implementación de prácticas sociales de gobernanza y transparencia. 2- Hacer de la identidad cultural, el desarrollo humano y la Civilidad, los pilares del desarrollo. 3- Fortalecer las organizaciones de base para la reconstrucción del tejido social. 4- Implementar procesos de planeación participativa para los POT. 5- Lograr la coordinación entre los entes de la administración departamental y municipal.
Como meta institucional a 25 años, se propone: lograr la Paz soportada en el fortalecimiento de un Estado Social de Derecho que ejerza el monopolio de la fuerza militar y fiscal, y en el apogeo de unas instituciones fuertes; también en la gobernanza como práctica política y expresión de una sociedad civil consolidada, y en el fortalecimiento de unas comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, reivindicadas en sus derechos fundamentales como el derecho a la tierra. Adicionalmente, habrá que cambiar las estructuras políticas clientelistas por otras representativas que se apliquen con pulcritud y eficiencia.
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Gracias
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Auditorio Tulio Gómez Estrada. Facultad de Ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Caldas.
Manizales, 1 de Diciembre de 2015.
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8-3 Prospectiva regional
Opciones de Caldas en medio ambiente, cultura y territorio.
http://www.bdigital.unal.edu.co/51288/
Resumen:
De la tarea de pensar la ciudad y la región de forma colectiva, al identificar procesos y tendencias, y elaborar visiones prospectivas para trazar objetivos que faciliten una construcción social e histórica del territorio, surgen entre otras algunas opciones de desarrollo que se han identificado con sus desafíos y metas sociales, ambientales económicas e institucionales, como las que se señalan a continuación.
OPCIONES DE CALDAS EN MEDIO AMBIENTE, CULTURA Y TERRITORIO
Rama del cafeto. Adaptación GDE.
El territorio caldense, habitado por cerca de 986 mil personas, el 40% de ellas en Manizales, consta de 27 municipios cuya extensión suma 7.888 km2. Mientras la participación del PIB 2010 en el Eje Cafetero, equivalente al 4,1% del PIB nacional, fue del 55% para el sector terciario, 25% para el sector secundario, 14% para el sector primario y 7% para los impuestos, por actividades la estructura del PIB de Caldas al año 2013, sólo llegó al 1,4% del total del país, dando como resultado un percápita de US 5500, contra U$ 8100 de la nación. Y aunque se hayan dado crecimientos importantes en algunos momentos y para algunos sectores, como lo fue el de la construcción que presentó en Caldas una variación del 25.8% en 2012, el PIB departamental entre 2004 y 2014 creció en promedio 2,6%, contra una media nacional anual del 4,8% para el mismo período. Cabe entonces preguntase ¿en cuáles sectores y actividades económicas, tienen la región y Caldas posibilidades de crecimiento, con qué estrategias y para cuáles objetivos?
Para empezar, eso es posible si se parte de los siguientes elementos: a- del potencial minero-energético de Caldas señalado en el respectivo Plan 2006-2016, y subrayado por 120 explotaciones y depósitos de minerales de 220 que posee el Eje Cafetero según el Inventario Minero de Ingeominas (1972), y por un recurso hidroenergético aprovechable equivalente a 2000 Mw, del cual solo se ha aprovechado la cuarta parte; b- de la posición geoestratégica de La Dorada y del Km 41 para la implementación de un sistema intermodal de carga en la región Andina, si se articulan ambos escenarios mediante el modo ferroviario; y c- de los beneficios derivados de la declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Cultural de la Humanidad como solución a la ya profunda crisis que afecta a 38 mil cafeteros caldenses.
De conformidad con esto, entre las opciones para un crecimiento con desarrollo, estarían estas dos, la primera para el sector primario, y la segunda para los sectores secundario y terciario. Veamos:
1- En primer lugar, potenciar el sector terciario, donde la principal barrera podría ser el factor educativo, dado que el nivel de escolaridad de nuestra población sólo alcanza a superar los 4 años en la zona rural y los 10 años en la urbana, dificultad para la cual el fortalecimiento de los programas Escuela Nueva, Escuela Activa Urbana y Universidad en el Campo, resultan claves. Y a futuro, gracias a la expansión de las TIC cuya red cubre el departamento, con lo cual no sólo se crearán más oportunidades para acceder a programas de formación superior desde la provincia, sino también para la oferta de bienes y servicios desde dichos lugares. Mientras en Colombia el aporte del turismo al PIB 2005 fue del 2,3%, a nivel mundial ese aporte llegó al 10,6% generando uno de cada ocho empleos.
De conformidad con lo anterior, el propio Paisaje Cultural Cafetero PCC podría ser un factor detonante para implementar un turismo en la subregión, estableciendo como meta de mediano plazo una participación para el sector turístico del 10% en el PIB de Caldas, con dos componentes: la línea ecológica y el área de la salud.
Si ayer arrasamos el sombrío e implementamos el monocultivo del café renunciando a la caficultura orgánica, hoy para hacer viable el PCC debemos recuperar la estructura natural y simbólica de la caficultura tradicional, generar capital social y humano, y emplear a fondo la ciencia, la tecnología y la cultura como medios para resolver la brecha de productividad para cerca de 300 mil habitantes rurales, constituidos por campesinos, indígenas, pescadores y comunidades raizales de origen afro, de los cuales cerca del 50% son cafeteros.
Ahora, para alcanzar masa crítica en la oferta turística, además de inversiones en infraestructura en el sector y capacitación para la población potencialmente vinculada al sector, el contexto deberá comprender toda la ecorregión, desarrollando los respectivos íconos culturales para la identidad del territorio, considerado como una región pluricultural, con cuatro grandes escenarios, así:
El occidente, tierra de resguardos y negritudes, una subregión panelera, con arquitectura de tapia pisada y vocación minera. La zona Cafetera propiamente dicha, que es la de las chivas, el bahareque de guadua, los cables aéreos, los trenes cafeteros, el bambuco y la música de carrilera. El corredor San Félix-Murillo en la alta cordillera, que tiene sus propios íconos en el cóndor, el pasillo, la ruana de Marulanda, los caminos empalizados, la palma de cera, el pasillo y el sombrero aguadeño. El Magdalena centro, tierra de ranchos de hamacas, de chinchorros, de subiendas de bagres, nicuros y bocachicos, de la historia de los vapores por el río y de la Expedición Botánica.
Además del transporte rural como un catalizador de la reducción de la pobreza, del bahareque como arquitectura vernácula, de la salud del suelo y del agua, del sombrío para la biodiversidad, de las sanas costumbres, y de un cúmulo de elementos tangibles e intangibles de nuestro patrimonio cultural y natural, la implementación del PCC la ecorregión cafetera, requiere de un aeropuerto equipado de una pista suficiente para operar aviones tipo Jumbo con alcance mínimo de 5000 millas, para poder acceder, además de los mercados europeos y de Norte América y Sur América, a los asiáticos, de conformidad con la idea de la Dra. Ana María Londoño, dada la posibilidad de escañar los vuelos con dichas aeronaves en Hawái y Tahití, dos islas ubicadas en el Pacífico Norte sobre la ruta a Tokio y Hong Kong, y en el Pacífico Sur yendo a Sidney y Wellington.
2- Y en segundo lugar, respecto a los sectores primario y secundario, con el Ferrocarril Cafetero articulando la hidrovía del Magdalena y el Corredor Férreo del Cauca, la Ecorregión Cafetera puede emprender un desarrollo de industrias pesadas destinadas a transformar la riqueza del subsuelo, haciendo uso del potencial carbonífero e hidroenergéticos, y de los yacimientos propios y vecinos. Habrá que prospectar y valorar estos recursos mineros para garantizar por 25 años como mínimo, la materia prima para las correspondientes plantas de transformación.
Los nuevos escenario privilegiados serían: por el poniente, el Corredor del Cauca entre La Virginia y La Felisa, que cuenta con el carbón de la cuenca carbonífera de Antioquia, el que se extiende hasta Quinchía y Riosucio, pero cuya viabilidad depende del ordenamiento de las cuencas hidrográficas, dado que el territorio es deficitario en recurso hídrico, lo que obliga a resolver su balance deficitario en agua; y por el naciente la región del Magdalena Centro con La Dorada, donde además del carbón, el recurso hidroenergético e hidrogeológico gracias a las precipitaciones y al gran acuífero del valle magdalenense, es excedentario.
Respecto a las materias primas, Gabriel Poveda Ramos rescata para el Plan Minero-Industrial de Caldas 2006 -2016, la existencia de filones de oro en Manizales, Manzanares, Marmato, Riosucio y Supía, Pensilvania y Samaná, de cuyas jaguas y gangas sumadas a las de otras explotaciones se podría obtener apreciables cantidades de sulfuros de zinc, de plomo, de hierro, de cobre, de antimonio y de arsénico, o zinc metálico y sus derivados.
También considera un eventual aprovechamiento del manganeso de Apía y Viterbo, del cual existe un prospecto importante en San Félix, como de las arenas silíceas de alta pureza en cuarzo (SiO2) existentes en Pueblo Rico, el Valle del Cauca, Antioquia y Tolima, y posiblemente en el distrito minero Riosucio-Supía-Quinchía, para implementar industrias de silicato de sodio, sílice-gel y carburo de silicio. Añade a los anteriores prospectos, los materiales calcáreos que parecen inferirse desde el centro de Tolima hasta el nordeste de Antioquia y entre Manizales y Aguadas, para proveer una industria de carburo y fosfatos fertilizantes que podría dar origen a plantas de acetileno, cianamida, cloruro químicamente puro y cemento.
De otro lado, si bien lo anterior se relaciona con la industria pesada, también la actividad productiva deberá contemplar una zona franca como motor de desarrollo, pensada para la sociedad del conocimiento y no para la sociedad industrial de ayer, en la que se centren los esfuerzos mancomunados de empresarios, gobierno y academia, para aprovechar las ventajas naturales y culturales de la Ecorregión y la Ciudad, en la construcción de sinergias entre la nueva economía de las TIC, la economía verde y la “economía naranja”, con la economía del conocimiento.
Para el efecto, Manizales y Caldas bajo ese nuevo enfoque deberán trazar una estrategia de promoción de la Ciudad, que tenga como objetivo consolidar desarrollos estratégicos relacionados con dos áreas: las Tecnologías en Información y Computación (TIC) y la Biotecnología (verde, blanca, roja y transversal), encontrando en cada área una empresa ancla como atractora, y empleando la metodología de clúster para obtener ventajas asociativas y conformar masa crítica en sendas opciones, haciendo del carácter biodiverso del territorio y del notable potencial de las instituciones científicas y universidades de la ecorregión cafetera, una ventaja competitiva.
Artículo para la Revista Año 2015 de la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos SCIA. Créditos insertados en las imágenes.
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8-4 El Mundo de la Tierra
Nuestras aguas subterráneas
http://www.bdigital.unal.edu.co/51485/
Resumen:
Mientras en grandes regiones del planeta el agua utilizada proviene del subsuelo, en Colombia, donde el 31% del agua dulce está contenida en acuíferos y la Ley ha tenido que legislar para proteger los páramos, hace falta garantizar el carácter patrimonial y de bien público del agua subterránea. Veamos el desafío en esta materia para la Región Andina, y para el Eje cafetero y Caldas, donde el deficitario territorio del Cañón del Cauca entre Irra y La Pintada, con sus impermeables rocas, alta deforestación y vertimientos de mercurio, es la zona más problemática.
NUESTRAS AGUAS SUBTERRÁNEAS
Mientras en grandes regiones como Australia y EE.UU. el 60% del agua utilizada proviene del subsuelo, en Colombia, donde el 31% del agua dulce está contenida en acuíferos y la Ley ha tenido que legislar para proteger los páramos, hace falta garantizar el carácter patrimonial y de bien público del agua subterránea. Si en el país lo técnico-administrativo está al día, falta para su gestión la dimensión socioambiental, lo que incluye problemáticas como la severa deforestación, la contaminación por efluentes mineros y lixiviados, el uso sin restricciones y la falta de incentivos para su preservación.
Aunque en el país las cuencas hidrogeológicas con posibilidades de aprovechamiento abarcan el 74% del territorio, según el estudio “Zonas hidrogeológicas homogéneas de Colombia” del IDEAM (2005), mientras el 56% de dicha área corresponde a la Orinoquía, Amazonía y Costa Pacífica, y el 31,5% a la región Caribe e Insular, sólo el 12,5% está en la Región Andina, que es la más densamente poblada: al respecto, el citado documento advierte cómo por la Depresión Momposina pasa el agua de este 23% del territorio nacional, contaminada con efluentes de 30 millones de colombianos y 80 toneladas anuales de mercurio provenientes de 1200 minas de oro de aluvión.
Las cuencas hidrogeológicas más utilizadas, según el IDEAM, son las de los valles del Cauca, Magdalena Medio y Superior y la Cordillera Oriental; siguen en importancia, las de los golfos de Urabá y de Morrosquillo y de los departamentos de Bolívar, Magdalena, Cesar y La Guajira. No obstante, habrá que trazar estrategias a largo plazo, para prevenir desórdenes ambientales mayores que los del agua superficial, e incluso daños irreversibles en las aguas subterráneas. Posiblemente en la Sabana, tras el advenimiento de la floricultura, se están explotando los acuíferos, a tasas superiores a su reposición, situación que se agrava por: la eutrofización de sus lagunas, precaria precipitación del altiplano, vulnerabilidad a la erosión severa de sus suelos y bajos rendimientos medios de agua en sus cuencas altas.
En Caldas, sabemos que en el cañón del Cauca donde se sufre el impacto por escasez de agua, Corpocaldas traza estrategias con participación de actores sociales para mitigar el riesgo severo de sequias por baja precipitación, avanza en acuerdos con las CAR de los departamentos vecinos que comparten nuestras cuencas para lograr su necesario ordenamiento, y pretende en el oriente caldense donde el patrimonio hídrico es abundante, velar por el manejo sostenible de los proyectos hidroenergéticos para que operen con responsabilidad social y ambiental, no como enclaves económicos.
En el Eje Cafetero, para trazar las políticas públicas relativas a la conservación, uso y manejo del patrimonio hídrico subterráneo, y para enfrentar la amenaza del cambio climático y la vulnerabilidad sísmica e hidrogeológica, deberá implementarse un programa de investigación y desarrollo integral y a nivel de detalle en el tema del agua, de carácter interinstitucional e interdepartamental con la concurrencia de las Gobernaciones, las CAR, la academia, Ingeominas y el MAVDT; las fortalezas institucionales, planes de ordenamiento y manejo ambiental de cuencas, niveles de información de base existente, entre otros elementos, facilitaría el programa.
Habrá que reconocer y caracterizar las unidades hidrogeológicas, mediante geología directa de campo, prospección geofísica y perforaciones exploratorias; hacer una evaluación hidrodinámica de los acuíferos y flujos de aguas subterránea, desde las zonas de recarga hasta los reservorios y de allí a los manantiales, además de conocer las condiciones hidrológicas del territorio, lo que significa dimensionar el ciclo hidrológico y entrar a corregir los conflictos severos entre uso y aptitud del suelo, relacionados con el estado de nuestras cuencas abatidas por el descontrol hídrico y pluviométrico, consecuencia de la deforestación y potrerización del territorio.
Según CORPOCALDAS, de una extensión de 744 mil Ha, en 2010, las coberturas verdes del departamento eran: 300 mil Ha en pastos y rastrojos (40%), 265 mil Ha en cultivos (36%) y 163 mil Ha en bosques (22%), tres cuantías que cubren el 98% de nuestro escarpado y deforestado territorio. Igualmente, según estudios emprendidos por nuestra CAR, en cuanto al sistema subterráneo sobresalen las zonas de recarga de páramo y bosques de la alta cordillera, el extenso valle magdalenense, además del oriente caldense donde la copiosa precipitación explica un patrimonio hídrico excedentario que debería llevar bienestar a estos pobladores y comunidades de pescadores.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016.02.15] Imágenes, Permeabilidad del basamento rocoso ede Colombia, y Coberturas forestales. IDEAM 2010.
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8-5 El Mundo del Agua
Las cuentas del agua
http://www.bdigital.unal.edu.co/53509/
Resumen:
Con precipitaciones anuales promedio de 1.800 mm y unas 720 mil cuencas hidrográficas, Colombia alcanza una oferta de 7.859 kilómetros cúbicos de agua superficial y subterránea, de los cuales el 25% son las aguas de las escorrentías anuales; pero el país tiene severos problemas de calidad en la mitad de dicho patrimonio, dado el vertimiento de 9 mil toneladas de materia orgánica contaminante por año que llegan a los acuíferos y cuerpos de agua, proveniente del sector agropecuario y residencial, a las que se suman otras sustancias como las 200 toneladas anuales de mercurio proveniente de la actividad minera..
LAS CUENTAS DEL AGUA
Colombia, con 2.011 kilómetros cúbicos de aguas de escorrentía y 5.848 kilómetros cúbicos de aguas subterráneas, es reconocida por su potencial hidrológico: según el Estudio Nacional del Agua, ENA, nuestro rendimiento hídrico estimado en 56 l/s/km2, es 5,2 veces superior a la media mundial y 2,7 veces a la de América Latina; de ahí la necesidad de fortalecer el Sistema Nacional de Áreas Protegidas que alberga el 62% de los nacimientos de agua, ya que abastecen al 50% de la población y al 20% del sistema de generación hidroenergética. Mientras que por superficie, la cobertura de bosques del país llega al 53.5% y la de humedales al 2,7%, cada año deforestamos cerca de 300 mil ha, 100 mil de ellas en la región Andina, que con el 24% de la superficie continental y el 75% de la población, solamente posee el 13% de la oferta de agua superficial y subterránea
Es que la escasez del agua agravada por procesos de urbanización, cambios en el uso de la tierra y degradación ambiental, por una gobernabilidad débil, y por el costo económico de los frecuentes desastres naturales de origen climático, es un asunto político y social de gran importancia que igualmente nos afecta: en Colombia, con 24 grandes ciudades de las cuales Bogotá representa el 16 % de su población y con Cundinamarca el 26 % del PIB, en 2008 la participación del agua en el PIB nacional fue del 10% (incluido un 2% por la hidroelectricidad), además los costos económicos de la contaminación hídrica ascendieron al 3,5% del PIB, y según el Banco Mundial el costo oculto de la mala calidad del agua y de los servicios de saneamiento, podría ascender al 1% del PIB.
Dada la problemática acentuada por el cambio climático, en el siglo XXI muchas sociedades deberán enfrentarse a la crisis ambiental del agua, y Colombia no será la excepción: en los años secos nuestra oferta hídrica ya se ha reducido el 38%, incidiendo con mayor intensidad en áreas hidrográficas de baja eficiencia hídrica como La Guajira y sectores con el mayor factor de aridez en el Caribe y la región Andina. Además, en Colombia, donde la cobertura de agua potable alcanza 96% de las ciudades y 56% de las áreas rurales, de 1122 municipios de la geografía nacional, según la Defensoría del Pueblo 521 consumen agua sin tratamiento alguno, el 70% de ellos con riesgo para la salud y en el 21% sanitariamente inviable; y de 318 cabeceras municipales con amenaza de desabastecimiento, 265 se alimentan de corrientes de agua superficiales, 24 obtenida de pozos profundos y 25 de reservorios o soluciones mixtas.
De ahí la importancia de la institucionalidad, para elevar la productividad del agua sin comprometer la sustentabilidad de los ecosistemas, máxime si se tiene en cuenta la deficiente capacidad de municipios y algunas CARS para enfrentar un sensible asunto que pasa por el cuidado de los páramos y humedales amenazados por la minería, por el vertimiento de mercurio contaminando aguas que alimentan poblados enteros, y por la pérdida de resiliencia del Magdalena agobiado por 135 millones de toneladas anuales de sedimentos en suspensión.
Creado el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en reemplazo del Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de Tierras HIMAT, aparece el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales IDEAM que desde su inicio, en 1995, se trazó como objetivos principales la necesidad urgente de conocer y estudiar la riqueza en agua del país, y el uso y las medidas de protección de nuestro patrimonio hídrico.
Por fortuna ha logrado el IDEAM ir más allá de los intereses sectoriales, al poder alertar sobre el potencial desabastecimiento para algunos centros urbanos del país y entregar avances en cada versión del ENA sobre la interdependencia del patrimonio hídrico con la biodiversidad, el suelo, el subsuelo y la atmósfera, incluyendo enfoques fundamentales como el concepto de la huella hídrica, y abordando el análisis del comportamiento del ciclo hidrológico en el territorio nacional, contemplando cuencas hidrográficas, cuerpos de agua y aguas subterráneas. No obstante, el país está urgido de acciones y soluciones para enfrentar dicha problemática socio ambiental, en el marco de la adaptación al cambio climático.
[Ref.: La Patria. Manizales 2016.08.29] Imágenes: Temática del agua (ENA Colombia), en:
www.ingenieria.bogota.unal.edu.co y en http://sig.anla.gov.co
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8.6 El Mundo del Aire
Colombia, país de humedales amenazados
http://www.bdigital.unal.edu.co/53346/
Resumen:
Según la Convención sobre los Humedales, estudios científicos muestran que desde 1900 ha desaparecido el 64% de los humedales del planeta, por lo que urge hacer un llamado para preservar dichos ecosistemas, hoy amenazados por el cambio climático y por la acción humana. En el país según el IAVH en “Colombia anfibia, país de humedales”, contamos con 20 millones de hectáreas de marismas, charcas, lagos, ríos, llanuras de inundación y pantanos, entre otros, equivalentes a cerca del 17% de nuestra superficie continental, que conforman 31.702 humedales de los cuales el 93% requiere figuras de conservación por ser frágiles cuerpos de agua estratégicos para el desarrollo sostenible y para la biota.
COLOMBIA, PAÍS DE HUMEDALES AMENAZADOS
Según el Instituto Alexander von Humboldt IAVH en su libro “Colombia Anfibia, país de humedales”, en 20 millones de hectáreas equivalentes a cerca del 17% de nuestra superficie continental, tenemos 31.702 humedales, de los cuales el 48% están en nuestras Orinoquia y Amazonia. Pero estos ecosistemas dinámicos de cuyos elementos fundamentales, el agua y la biota, al estar amenazados por acciones antrópicas y por el cambio climático, han permitido declarar una alerta para protegerlos, ya que cerca del 93% requiere figuras de conservación por ser frágiles cuerpos de agua estratégicos para insectos, batracios y peces, como para aves, reptiles y mamíferos, donde se hace insostenible la creciente presión de uso sobre el patrimonio hídrico; esto como resultado de la expansión urbana, del crecimiento demográfico, de la demanda de agua, de la desecación antrópica y de la contaminación, entre otros: a modo de ejemplo, la propuesta de urbanizar las tierras de la reserva “Thomas van der Hammen”, o la agonía de manglares y la masiva mortandad de peces en la Ciénaga Grande, consecuencia de obras viales del Estado.
La Convención de Ramsar (Irán) sobre los humedales de importancia internacional, aprobó el 2 de febrero de 1971 un visionario y estratégico tratado intergubernamental que sirve de marco para la conservación y uso racional de dichos ecosistemas, logrando vincular a casi el 90% de los Estados miembros de las Naciones Unidas, entre ellos Colombia que ingresa en 1998, suscribiendo progresivamente y desde entonces seis humedales de importancia con una superficie de 708.683 hectáreas, y que son: el Sistema Delta estuario del río Magdalena, albufera con 400.000 ha, que es el complejo lagunar más grande de Colombia; el Delta del río Baudó con 8.888 ha y ubicado en el Pacífico colombiano; el Complejo de Humedales Laguna del Otún con 6.579 ha, ubicado en el PNNN; el Sistema Lacustre de Chingaza, con 4.058 ha localizadas en Cundinamarca; la Laguna de La Cocha con 39.000 ha, un santuario ubicado a 2.660 msnm en Nariño; y el Complejo de Humedales de la Estrella Fluvial Inírida con 250.159 ha, de Guainía.
Se propone el IAVH consensuar un sistema con cerca de 55 clases diferentes de humedales en Colombia, cantidad que se explica por el relieve cordillerano de nuestro trópico andino con su clima bimodal, la altillanura y la selva amazónica con sus peculiares incidencias atmosféricas, y el régimen climático del Pacífico o las condiciones biogeográficas del Archipiélago, por lo que más allá de los seis emblemáticos ecosistemas húmedos denominados Sitios Ramsar, también habrá que integrar los demás humedales del país a los procesos de Ordenamiento Territorial y Planes de Manejo Ambiental, entre otros instrumentos de planificación donde se define el modelo de ocupación del suelo urbano y rural, no solo reconociéndolos como parte fundamental de los complejos ecosistemas biogeográficos y como espacios estratégicos del territorio, lo que supone emprender un inventario detallado y su caracterización, sino diseñando las acciones para su recuperación y manejo orientadas a resolver los conflictos socioambientales que los afectan y a garantizar su estabilidad ecológica, para asegurar la oferta de bienes y servicios ambientales asociados.
Al observar el mapa preliminar de humedales de Colombia del IAVH, aunque por la escala no se visibilizan turberas y otros humedales de páramo y bosques andinos que regulan los caudales de las regiones más pobladas de Colombia y que contribuyen a las dinámicas del clima, sobresalen por su extensión varios reservorios, como marismas y manglares en la costa del Pacífico desde el sur de Tribugá hasta el río Mira, y en especial sobre el delta del Patía donde aparece Tumaco; o ciénagas y madre viejas en corrientes de meandros, como las comprendidas entre el río Meta y el piedemonte de la Cordillera Oriental; o las rondas del río Guaviare y en parte del Vichada e Inírida; además de las vaguadas del Putumayo, Caquetá y Vaupés; y el valle del Atrato aguas abajo de Vigía del Fuerte, y en parte del San Juan; o en regiones como el Magdalena Medio y Bajo y el Bajo Cauca, donde a pesar de ecocidios agroindustriales, mineros, etc., sobresalen, además de la Ciénaga Grande de Santa Marta, La Mojana, la Depresión Momposina y el área del Sinú-San Jorge.
[Ref:. La Patria. Manizales, 2016.08.15] Imágenes: Ciénaga Grande de Santa Marta y Poblado del litoral del delta del río Mira en: imeditores.com (Deltas y Estuarios de Colombia. Banco de Occidente); Charca de Guarinocito por Darío Correa, en: flickr.com
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8-7 El Mundo del Fuego
Páramos vitales para la Ecorregión Cafetera
http://www.bdigital.unal.edu.co/51490/
Resumen:
El país tiene 36 complejos de páramo, que cubren cerca de 2’906.137 hectáreas, equivalentes al 3 por ciento de la superficie del país, que están en proceso de delimitación, dado que en virtud del fallo de la Corte Constitucional no se puede realizar ningún tipo de actividad extractiva o minera. Colombia, gracias a las tres cordilleras y a sus particularidades edáficas y de biota, no solo tiene el 50% de los páramos existentes en los Andes, sino también los más diversos de la región. En la Ecorregión Cafetera, además de los complejos de páramo del PNN de los Nevados y del sur del complejo Sonsón, aparecen los Complejos del Tatamá y parte sur del complejo del Citará donde se ubica el farallón de Caramanta.
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PARAMOS VITALES PARA LA ECORREGIÓN CAFETERA
Colombia es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático, cuyos impactos socioambientales y económicos también afectarán a la Ecorregión Cafetera, no solo por la migración en altitud de las zonas de vida alterando la aptitud de los suelos y con ello la estructura de la tenencia de la tierra, sino también por cambios en el balance hídrico y régimen de precipitaciones, y en la frágil estabilidad de comunidades vegetales nativas frente a las variaciones del clima por la fragmentación de los ecosistemas, entre ellos los de montaña que están en peligro y los páramos donde por fortuna la Corte Constitucional ha blindado el subsuelo de los apetitos mineros que acechan.
Esta Ecorregión Cafetera con su verde, escarpado y deforestado paisaje tropical enclavado entre las cordilleras y profundos valles de los Andes más septentrionales de América, donde sobresalen los páramos establecidos en ambientes fluviales, glaciares y gravitacionales que se entreveran, ubicados tanto sobre la Cordillera Central en vecindad de las cumbres nevadas del Complejo volcánico Ruiz-Tolima y la Mesa de Herveo a más de 5.000 msnm, como en el continuo de farallones de la Cordillera Occidental ubicado al sur de los Complejos Paramillo y Frontino-Urrao, con sus notables alturas como el Cerro Caramanta del Complejo Citará y el Tatamá del Macizo Tatamá que son sus mayores alturas en jurisdicción del Eje Cafetero.
En los Andes sudamericanos, estos y otros páramos se extienden como islas, en ocasiones en medio de paisajes volcánicos, tal cual se observa desde la Depresión de Huancabamba al norte del Perú, hasta la Cordillera de Mérida en Venezuela o la Sierra Nevada de Santa Marta, pasando por las tres cordilleras de Colombia. Si el páramo es un ecosistema tropical de montaña con vegetación achaparrada tipo matorral, que se desarrolla por encima del área del bosque montano y por abajo del sistema nival, aunque también existen en Centro América, Sudamérica, Asia, Oceanía y África, en términos absolutos la mayor extensión paramuna del mundo está en Colombia, aunque solo algunos han escapado a diferentes procesos de alteración y afectación antrópica.
Así como hemos visto la migración de los cafetales conforme el clima ha venido cambiando, avanzando 170 m en altitud por cada grado centígrado de incremento en la temperatura, también en el PNNN ya se advierte el calentamiento global con la pérdida de los glaciares: si entre 1979 y 2010 la superficie de los hielos perpetuos en el Complejo Volcánico Ruiz-Tolima ha pasado de 32 o 29 a 12 o 10 kilómetros cuadrados, mucho antes, cuando se funda Manizales (1849), como consecuencia del último pico de una pequeña glaciación ocurrida entre 1550 y 1850, según Antonio Flórez (2002) e Ideam-Unal (1997) los hielos del PNNN sumaban cerca de 93 kilómetros cuadrados, 10% de los cuales cubrían el Cisne y el Quindío.
El Tatamá con 4.250 msnm y su ecosistema de páramo y bosques alto-andinos muy húmedos delimitados por los 3.450 m de altitud, y el Caramanta con su cumbre a 3.900 msnm que ubicado al sur de los farallones del Citará igualmente comprende el páramo, no solo marcan el paisaje del norte de Caldas y de Manizales por el poniente, sino que también nutren el drenaje de los ríos San Juan, Atrato, Risaralda y Cauca de esta ecorregión, al albergar varias cuencas de las dos vertientes de la Cordillera Occidental, tanto por el norte de la ecorregión con los ríos Arquía, San Juan Antioqueño , como al sur con los ríos San Rafael, Tatamá, Negro y Mapa.
Pero además de ser el de Tatamá un Parque Natural Nacional por fortuna cuasi-inaccesible y casi virgen y desconocido, y el de Caramanta una zona de interés declarada Reserva Forestal Protectora Regional en Antioquia para proteger sus páramos con su particular biota y fauna biodiversa, e importantes especies endémicas, también ambos escenarios al lado del PNNN como singulares medios de regulación hidrológica, suministro de oxígeno y captura de carbono atmosférico, además de ser espacios vitales para varias comunidades vecinas, de territorios colectivos afrodescendientes, resguardos indígenas Embera y poblados de mestizos, son medios estratégicos y fundamentales para la sustentabilidad urbana y rural de la Ecorregión Cafetera, donde vivimos cerca de 2,7 millones de habitantes que ignoramos estas y otras complejas relaciones y dinámicas culturales y ecosistémicas
[Ref.: La Patria. Manizales, 2016/03/28.] Imágenes de los Páramos en la Ecorregión Cafetera: IDEAM, SIR Alma Mater, e Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
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8-8 El medio ambiente
Clima extremo, desastres y refugiados
http://www.bdigital.unal.edu.co/51555/
Resumen:
Mientras a nivel global en los últimos 20 años, los desplazamientos por epidemias, adversidades tecnológicas y conflictos armados sumaron en promedio 65 millones de víctimas por año, los damnificados por desastres naturales alcanzaron promedios anuales de 200 millones de personas afectadas, de los cuales la mayor proporción se explica tanto por sismos como por eventos climáticos extremos. Según el Departamento Nacional de Planeación DNP, entre 2006 y 2014 uno de cada cuatro colombianos resultó afectado por desastres climáticos con detonantes naturales.
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CLIMA EXTREMO, DESASTRES Y REFUGIADOS
Con la incidencia de los fenómenos climáticos extremos ahora exacerbados por el calentamiento global, la posibilidad de tener desplazados es un 60% mayor que hace cuarenta años; según el Consejo Noruego para los Refugiados, a causa de los desastres naturales cada segundo una persona está siendo desplazada; en 2014 los desplazados internos del mundo sumaron 19,3 millones, de los cuales 17,5 lo fueron a causa de siniestros relacionados con el clima. Con 23.000 víctimas, las catástrofes naturales de 2015 costaron más vidas que en 2014; contrariamente, dichos siniestros en 2015 generaron pérdidas económicas por U$90 mil millones, cuantía no sólo inferior a las pérdidas por U$110 mil millones alcanzadas en 2014, sino también a la media anual de U$130 mil millones para los últimos 30 años.
El informe ‘Estado de la población mundial 2015, un refugio en la tormenta’, además de advertir que “Vivimos en un mundo en el que las crisis humanitarias arrebatan una cantidad cada vez mayor de recursos a las economías, las comunidades y los individuos”, señala cómo en los últimos 20 años los damnificados por desastres naturales sumaron en promedio cerca de 200 millones por año. A esta cifra habrá que sumar 65 millones de víctimas por epidemias, adversidades tecnológicas y conflictos armados, como el caso de Siria donde 7 millones de desplazados internos y 4 millones de refugiados, expresan la peor crisis humanitaria de la época.
En lo corrido del siglo, 8 eventos climáticos y 8 telúricos comparten el ranking de los desastres naturales memorables: el Sismo de Nepal en 2014, el Tifón Haiyan de Filipinas en 2013, el paso del Huracán Sandy por el Caribe y Norte América en 2012, el Terremoto y Tsunami de Japón en 2011, la Sequía y hambruna del Cuerno de África en 2011, el Sismo de Haití en 2010, la Ola de calor en Rusia durante el 2010, el Terremoto y tsunami de Chile en 2010, los Huracanes Ike y Gustav por el Caribe y EE.UU. en 2008, el Huracán Nargis de Birmania en 2008, el Terremoto de Sichuan (China) en 2008, el Terremoto de Ika en 2007, el Huracán Katrina por centro América y el Caribe en 2005, el Terremoto de Cachemira en 2005, el Tsunami de Indonesia en 2004, el Terremoto de Bam (Irán) en 2003, y la Ola de calor en Europa el 2003.
Al examinar estas catástrofes con sus causas y consecuencias, pareciera que la problemática radicará, más que en las amenazas que no siempre pueden ser intervenidas, en la vulnerabilidad de las comunidades expuestas, porque no están siendo preparadas ni mitigada la susceptibilidad del hábitat a los desastres con medidas integrales previas suficientes para reducir el riesgo. Si décadas atrás, dado el hacinamiento en las grandes urbes del tercer mundo ubicadas sobre áreas geológicamente activas, los esfuerzos en la mitigación del riesgo sísmico fueron precarios, ahora con el cambio climático también habrá que gestionar el riesgo hidrogeológico, corrigiendo el uso conflictivo del suelo para prevenir los crecientes desastres ambientales originados por la ocurrencia cada vez más frecuente de eventos climáticos extremos, causantes de incendios forestales y hambrunas en tiempos de sequía, e inundaciones y deslizamientos en períodos invernales.
Para el caso colombiano, según el Departamento Nacional de Planeación DNP, entre 2006 y 2014 uno de cada cuatro colombianos resultó afectado por desastres climáticos con detonantes naturales, como fenómenos hidrogeológicos asociados a pasivos ambientales, conexos a factores antrópicos como la deforestación y el calentamiento global. Esto significa un total de 12.3 millones de damnificados en dicho período, de los cuales 9.4 se vieron afectados por deslizamientos e inundaciones. Ahora, en el marco territorial, dada la alta exposición de las zonas pobladas a las amenazas y deterioro ambiental causado por actividades conflictivas, según el DNP, la más afectada en esos catorce años fue la Región Andina, seguida de otros departamentos, así: por departamentos y por vidas perdidas, lo fueron Antioquia, Cundinamarca, Caldas, Tolima, Cauca y Santander con el 52% de las 3181 vidas perdidas; en cuanto a viviendas destruidas, el mayor nivel con un 47% de las pérdidas, se dio en Nariño, Chocó, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca y Santander; y por infraestructura vial afectada, puntearon Huila, Nariño, Cundinamarca, Santander y Cauca, con el 66 % del total.
[Ref.: La Patria. Manizales, 2015.01.18] Imagen: Tsunami de Japón y Sequía en el Cuerno de África, año 2011.
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8-9- A la memoria de Armero
Exordio de una tragedia volcánica
http://www.bdigital.unal.edu.co/51283/
Resumen:
Si bien la erupción del Ruiz (1985) con apenas 1/10 de Km3 de magma aportado, fue calificada de subpliniana, al cobrar unas 25 mil vidas queda la lección para no subestimar estos eventos: antes del desastre ocurrido el 13 de noviembre, no se preparó a la población de Armero de conformidad con las recomendaciones de UNDRO, y sobre todo ante la advertencia expresa de que en caso de una erupción, tal cual lo señalaba la historia suficientemente conocida desde antes, Armero sería borrado por una avalancha de conformidad con lo que mostraba el mapa oficial de amenazas volcánicas desde su primera versión de octubre de dicho año, así fuese preliminar.
EXORDIO DE UNA TRAGEDIA VOLCÁNICA
Se conmemoran los 30 años de la tragedia de Armero y Chinchiná, el mayor desastre causado por una amenaza natural en Colombia: la erupción del Ruiz que comienza con emisiones de ceniza fruto de explosiones premonitoras pasadas las tres de la tarde, pero cuyo paroxismo se da a las 9:09 de la noche del miércoles 13 de noviembre de 1985, cuando detonan los flujos de lodo generados por el agua del deshielo ocasionado por las riadas gaso-piroclásticas que funden la nieve, además de la copiosa lluvia que acompaña la erupción magmática. Dichos lahares, estimados en 100 millones de metros cúbicos, al descender por los ríos Gualí, Lagunillas-Azufrado y Río Claro-Chinchiná, llevaron desolación y muerte al devastar a su paso los asentamientos rivereños con sus puentes, vías y cultivos.
Las avalanchas de lodo y piedra, tras cerca de dos horas de recorrido, al arrasar las poblaciones ubicadas en los valles de salida de los ríos que drenan desde el volcán nevado hacia el Cauca y el Magdalena, en ambos poblados cobraron la vida de 25 mil compatriotas que no fueron oportunamente alertados, y menos preparados con anterioridad para evacuar preventiva y oportunamente frente a una eventualidad, dado el fatal riesgo de esta amenaza hidrogeológica de origen volcánico, con probabilidad de ocurrencia del cien por ciento en caso de erupción, según lo señalaba el mapa de amenazas concluido desde octubre del mismo año por el equipo de geólogos de Ingeominas y la Universidad de Caldas.
Aunque la UNDRO había recomendado meses antes el monitoreo del volcán, la elaboración de un mapa de riesgos y la implementación de planes de evacuación, a pesar de los antecedentes del Ruiz asociados a las erupciones de 1595 y 1845, donde la primera cobró unas 600 vidas y la segunda otras 1000 asentadas en el mismo lugar donde se fundaría Armero (1895), por nuestra inexperiencia, la falta de apoyo del gobierno explicada en la tardanza para emprender las tres tareas recomendadas, y la inexistencia de los valiosos instrumentos de gestión del riesgo hoy implementados, aunque se contaba con dos horas después de iniciada la erupción de 1985 para que un poblado como Armero fuera evacuado hacia las zonas más altas contiguas, sus pobladores no fueron notificados.
Hace 30 años en el ámbito colombiano, donde el gobierno estaba preocupado por los asuntos de la toma del Palacio de Justicia, no era fácil advertir lo que ocurriría: El Ruiz se había reactivado casi un año antes tras un período de calma de 140 años, silencio que permitió acuñarle el apelativo de “león dormido”. Igualmente, en la tarde del fatídico 13 de noviembre, cuando la ceniza llevada por el viento cae como copos de nieve sobre el poblado, el cura de Armero a través del megáfono le había asegurado al pueblo que las condiciones eran seguras, por lo que no había que abandonar el pueblo, al tiempo que por la emisora local el alcalde de la localidad informaba que no había nada de qué preocuparse aludiendo a la ceniza volcánica que caía.
Dado que la magnitud del desastre sólo se advierte a la madrugada del día siguiente cuando vía aérea se observa la destrucción de la “ciudad blanca”, que los sobrevivientes de Armero sumergidos en el lodo se esparcían sobre un área de 30 kilómetros cuadrados inundada por el fango, se perdieron muchas vidas al haber transcurrido horas vitales sin poder iniciar el rescate, y porque al emprenderlo la logística de salvamento se dificultaba, dada la condición del escenario con vías y puentes destrozados, y un sistema hospitalario colapsado que debió expandirse de forma improvisada para las urgencias.
En Armero, las primeras acciones las emprenden héroes sobrevivientes que al alba penetrando el pantano en medio de una masa enmarañada y esparcida de árboles, escombros y cuerpos mutilados, ayudan a quienes heridos yacían gimiendo en agonía; la difícil tarea que luego prosiguen los socorristas conforme van llegando de las poblaciones vecinas, horas más tarde se apoya con insuficientes helicópteros. A modo de lección, con la convicción de que esta tragedia podría haberse evitado con una planificación adecuada, habrá que continuar con acciones socioambientales integrales, hasta alcanzar una cultura del riesgo que contribuya a la construcción sostenible del hábitat, considerando las amenazas naturales.
[Ref: La Patria. Manizales, 2015-11-09]. Imagen: Mapa de Amenazas Potenciales del Volcán Nevado del Ruiz. Versión no oficial GDE (1996).
8-10 El paisaje
PCC 2011-2016: desafíos de un patrimonio sustentable
http://www.bdigital.unal.edu.co/53037/
Resumen:
Al conmemorar los cinco años del Paisaje Cultural Cafetero PCC, se presentan los desafíos institucionales, socioambientales y económicos a enfrentar, para honrar este reconocimiento otorgado para 411 veredas de 47 municipios de la Ecorregión Cafetera, hecho que compromete al Estado y a la Nación a la construcción social e histórica de dicho territorio, empleando los instrumentos de la LOOT (2011.
PCC 2011-2016: DESAFÍOS DE UN PATRIMONIO SUSTENTABLE
https://godues.files.wordpress.com/2016/06/5e499-pcc.jpg?w=640
Ima: Mapa del PCC, un territorio asociado a una ecorregión y a una cultura, en:http://caleidoscopiosurbanos.blogspot.com
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EL PCC
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El 25 de junio de 2011, el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO declara el Paisaje Cultural Cafetero PCC Patrimonio Mundial de la Humanidad.Al conmemorar los cinco años de esta declaratoria, se presentan los desafíos institucionales, socioambientales y económicos a enfrentar para honrar este reconocimiento del PCC, otorgado para 411 veredas de 47 municipios de la Ecorregión Cafetera, hecho que compromete al Estado y a la Nación a la construcción social e histórica de este territorio, empleando los instrumentos de la LOOT (2011).
El Área principal del PCC es de 141.120 hectáreas (1074 ha en área urbana), y un Área de amortiguamiento constituida por 447 veredas adicionales con una extensión de 207.000 hectáreas, así como por 17 cascos urbanos o cabeceras municipales, incluidos los que rodean los centros históricos o bienes de interés cultural incluidos en la declaratoria.La declaratoria, también es una oportunidad para que como habitantes de la Ecorregión Cafetero emprendamos tareas de recuperación y preservación para la transformación de sus ventajas comparativas culturales y naturales, y hagamos del PCC una opción de desarrollo social y económico, implementando actividades de reconversión productiva incluyentes que incorporen la producción responsable de bienes y servicios culturales y ambientales, tanto industriales como artesanales, entre ellos el ecoturismo.
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El territorio
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La ecorregión cafetera es un territorio, mediterráneo, biodiverso, pluricultural y mestizo, ubicado en el sector más septentrional de los Andes de Sur América, en el que habitan cerca de 2,7 millones de habitantes.
En este verde y deforestado territorio, mientras el suelo apto para potreros es el 4%, la cobertura en dicho uso alcanza el 49%; y mientras su potencial forestal es el 54%, sólo posee el 19% en bosques.
Por la copiosa precipitación, en la Ecorregión Cafetera, existe un recurso hídrico excedentario susceptible de aprovechamientos hidroenergéticos responsable, tanto en el Oriente de Caldas como en el alto San Juan, pero también un potencial riesgo para el suministro de agua en el Corredor del Río Cauca y Norte de Tolima asociado al déficit severo de precipitación en temporadas de El Niño o por limitación de acuíferos.
Y en cuanto al sistema subterráneo sobresalen las zonas de recarga de los complejos de páramos del PNNN, Tatamá y Caramanta, y la gran cobertura boscosa de bosques alto-andinos en áreas de reserva cordilleranas, las zonas del Roble y alto del Nudo, y el bosque de Florencia, o los acuíferos del extenso Valle del Magdalena, del Valle del Risaralda y río La Vieja, o Santágueda, y el Glacis del Quindío.
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La caldensidad
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En la Colonia, la Nueva Granada se erigía como gran productor de oro en el mundo, casi todo proveniente de la economía minera del Cauca y Antioquia, una y otra diferenciadas por sus modos de producción social: la caucana soportada fundamentalmente por esclavos africanos, y la antioqueña mayoritariamente apalancada por el trabajo del minero independiente.
Aislada por dos siglos en tiempos de la Nueva Granada, Antioquia que se aplicaba a una economía extractiva y a una agricultura de subsistencia condicionada por la ubicación del yacimiento aurífero, tras el crecimiento demográfico y agotamiento de las minas, se genera la Colonización del siglo XIX que explica los frentes migratorios que pueblan el centro-occidente colombiano.
Así, al establecerse con la colonización el principio de “La tierra para quien la trabaje”, surge un nuevo modelo capitalista en el que florece esta economía cafetera de pequeña superficie y alto efecto redistributivo del ingreso, que acentúa y moldea el carácter definitivo del caldense al crearse una sociedad igualitaria, poseedora de una cultura que se nutre gracias al cultivo y comercio del café.Entre tanto al sur, el Cauca a lo largo del siglo XIX soportaba su economía en las grandes haciendas del fértil valle, con sus masas de campesinos asalariados y sin tierra, basada en un modelo de servidumbre.
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El café: algo de historia
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Entre 1913 y 1935, la producción de café del Gran Caldas, según Antonio García, presenta un incremento del 539 por ciento; gracias al apogeo de una nueva estructura productiva capitalista soportada en las pequeñas y medianas explotaciones cafetaleras de nuestra región, cuya participación en la producción de café entre 1932 y 1970 por departamentos, pasa del 29.5% al 26.8%.Si en 1932 Antioquia, el Gran Caldas y el Valle del Cauca contribuían con el 57% de la producción nacional, hoy el mapa cafetero colombiano ha cambiado: por extensión cafetera, el orden es: Huila 154.980 ha, Eje Cafetero 153.230 ha, Antioquia 130.990 ha y Tolima 117.180 ha.
El origen del capital industrial de Colombia, aunque en algunos casos parte de la propiedad de haciendas o de actividades especulativas asociadas al periodo de inflación de 1899-1902, fundamentalmente surge de la producción y el mercadeo de café después de 1870.
Según Renzo Ramírez Bacca -citando a William Paul-, si por 1870 existían 5000 fincas cafeteras, hacia 1932 el número asciende a 150 mil, la mayoría de ellas pequeñas propiedades menores de diez hectáreas. Añade que hacia 1970, según el censo cafetero, existen 315 mil fincas cafeteras con una extensión de 4 y 1/2 millones de Ha, de las que 1 millón están sembradas de café, cultivo al cual se aplican 3 y ½ millones de personas, y 1 millón de jornaleros adicionales.
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La economía
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Fundado Manizales (1849), el poblado de bahareque y de caminos de arriería, vive un primer período de economía de subsistencia y de guerras civiles (1860, 1876 y 1884), que llega hasta la guerra de los Mil días (1900-03).En los albores del siglo XX, la aldea entra a un segundo período económico de acumulación, gracias al café; son los tiempos de los cables y ferrocarriles cafeteros, medios que llevan dicho producto más allá de los mares, y que detonan una apertura cultural que se expresa en la arquitectura ecléctica de Manizales.
Sigue un tercer período de verdadero desarrollo económico, favorecido por el modelo keynesiano implementado tras la recesión de 1929, el de los Jeepaos y las Chivas, cuando se abren los caminos rurales para electrificar el campo y dotarlo de acueductos, y de escuelas y puestos de salud, con el concurso de la Federación Nacional de Cafeteros (1927).
Finalmente, a partir de 1970 entramos a un cuarto período económico, que es de crisis, en el que palidecen los poblados cafeteros y el campo, no sólo por el deterioro de los términos de intercambio, sino también por las consecuencias demográficas y ambientales de la Revolución Verde, consecuencia del monocultivo del café caturra y los agroquímicos.
Y tras palidecer la sociedad industrial de ayer y haber desmontado el Estado solidario, nuestra sociedad, ahora más fragmentada entra a un quinto período: el de la globalización de la economía y la cultura, en el que la industria nacional se desmantela y se regresa el modelo de economía extractiva.
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Los productores
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Ima: La cadena de valor del Café, ubicada entre el sistema natural y la provisión de insumos, y el Consumo del producto (Adaptada), en: www.dof.gob.mx
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Lo industrial y lo artesanal, no son lo mismo: en lo artesanal y en la producción rural, los productos deben ser bienes con identidad cultural y denominación de origen, tener sello verde, pero también deben estar soportados en economías asociativas cuya organización tenga control de la cadena productiva: los cafés especiales por ejemplo, y las mochilas wayuu, aunque faltan algunos elementos para garantizarle el beneficio a los actores primarios y no para los intermediarios; o también el sombrero aguadeño donde las tintas deben ser naturales , las pintas estar inspiradas en la cultura Umbra y las moreras poseer certificación ecológica; y las sedas de Aguadas para las que aplican varias limitaciones para acceder a mercados preferenciales y lograr los beneficios del sombreo Panameño.
Contrariamente, lo industrial y agroindustrial son otra cosa, donde obliga la metodología de los clúster, basada en la producción en serie y en economías de escala, y contar con una organización que implemente actividades de investigación y desarrollo, tal cual lo hace la Federación Nacional de Cafeteros. Ejemplo, el clúster cafetero de Colombia, pero cuya crisis se explica por haber concedido los eslabones de la transformación y el mercadeo a terceros, para dedicarse a vender el café pergamino como materia prima, quedándose en el primer eslabón de la cadena de valor, en lugar de transformar y mercadear cafés con valor agregado. Paradójicamente, el primer productor mundial de cafés solubles es Alemania, y los cafés de sabores más notables, son los italianos.
Una Cadena Productiva, es el proceso integral, que comprende el conjunto de operaciones planificadas, desde la obtención de la materia prima o insumos, su transformación mediante determinados factores en bienes o servicios gracias a la aplicación de procedimientos tecnológicos, y las operaciones de distribución y mercadeo hasta el consumo final.
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El modelo
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La declaratoria hecha por la Unesco (2011) del Paisaje Cultural Cafetero de Colombia, obliga a implementar acciones concertadas para mitigar las amenazas locales y globales que puedan afectar ese frágil sistema de elementos naturales y culturales, que le dan el carácter de Patrimonio de la Humanidad.
Ayer cuando arrasamos el sombrío, con la disrupción del modelo cafetero abandonamos un modelo de producción que engrandeció a Colombia desde 1900 hasta 1970, hasta cuando renunciamos a la caficultura orgánica para apostarle con el Caturra al monocultivo del café.Ahora, con el Paisaje Cultural Cafetero podríamos recuperar la senda perdida, si es que nos decidimos por el rescate de la estructura natural y simbólica de la caficultura tradicional, en el marco de una acción concertada de los entes territoriales previamente organizados para tal fin a la luz de la LOOT 1454 de 2011, puesto que no de otra manera podrán acceder a los instrumentos de financiamiento en el marco de correspondiente Plan de Desarrollo del orden Nacional.
Con el PCC la suerte de los pequeños poblados cafetaleros dependerá del papel del transporte rural como catalizador de la reducción de la pobreza, del bahareque dado su valor como arquitectura vernácula, de la salud del suelo y del agua, del sombrío y de la biodiversidad, de las sanas costumbres, del arrullo de pájaros y cigarras, y de esta clase de elementos tangibles e intangibles de nuestro patrimonio cultural y natural.
Una estrategia para hacer del Paisaje Cultural Cafetero un factor de desarrollo, es la implementación del “bioturismo”, concepto que incorpora cultura y medio ecosistémico, apalancado con un programa de vías lentas que cruce poblados lentos, donde la oferta de de canastos, tejidos, cerámicas y otras manualidades típicas se trancen en un mercado justo, y se sume a las delicias de la gastronomía local, además de emprender el ordenamiento de las cuencas y microcuencas cafetaleras y la protección de la biodiversidad y de las fuentes hídricas.
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Transporte rural VS Macroproyectos
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Imagen: Imagen chiva: colombiamulticolor.blogspot.com
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Ahora, que la apertura económica impulsa la construcción de megaproyectos viales requeridos para la competitividad de los grandes centros urbanos, los peajes requeridos para financiarlos, eventualmente cruzan e interfieren la conectividad local aislando a las pequeñas poblaciones y, como consecuencia de la condición de bisagra de la ecorregión cafetera, en medio de las grandes urbes y los mares de Colombia. Es el caso de la subregión del Alto Occidente de Caldas y de otras comunidades rurales de la Ecorregión Cafetera donde existen pequeños centros poblados de precaria economía, sin una vía alterna para acceder a servicios vitales de la capital caldense.
Un mismo proyecto puede ser al tiempo, un instrumento de paz o un factor de conflicto: la clave está en la forma como se diseñe y construya con los actores sociales del territorio. La sostenibilidad de la red terciaria de la ecorregión cafetera dependerá cada vez más de dos asuntos imbricados entre sí, como son el desarrollo y aprovechamiento del Paisaje Cultural Cafetero, y la reconversión productiva del sector agropecuario enfocada a resolver la brecha de productividad, y con ella la pobreza rural.
Para prevenir las externalidades negativas de los macroproyectos, y no emplear estrategias de crecimiento soportando la competitividad a costa del desarrollo de las comunidades rurales ampliando las brechas que se propone cerrar el PND, se deben ubicar los Peajes adecuadamente, para no engrosar los recaudos de las constructoras de autopistas a costa de la economía rural. A modo de ejemplo, los peajes de Pacífico 3 deberían instalarse a la entrada y salida de la variante Tesalia, y no en Irra.
Para comprender la dimensión de esta problemática, basta decir que, a- los ingresos urbanos en las capitales cafeteras donde se concentra más del 50% del PIB regional, superan unas cuatro veces los ingresos rurales; y b- mientras las NBI de las capitales cafeteras son del orden del 10% en la provincia dicho un índice supera el 30% en algunos poblados Marmato, Norcasia, Samaná y Victoria.
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Poblados de arrieros y bahareque: Salamina: emblemática y patrimonial
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Imagen, Salamina Caldas, en www.salamina-caldas.gov.co
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Para aprovechar las ventajas del Paisaje Cultural Cafetero, habrá que empezar por Salamina, un precioso municipio de 1825 fundado en tierra de Carrapas y Pícaras, Monumento Nacional desde 1982. Esto, dada su condición de bisagra como articulador de territorios y poblados con historia y etnias.
La aldea con su arquitectura vernácula, que es un hito por los inmemoriales continuos urbanos, resulta estratégica para articular territorios y poblados con historia y etnias mediante el desarrollo “vías lentas” que abriguen poblaciones históricamente ligadas a la Colonización Antioqueña, como Abejorral, Aguadas y Neira, dotadas del bahareque patrimonial.
Para mantener esta arquitectura vernácula, asociado a una tecnología de guadua, limos y cagajón, se deberá fortalecerse la escuela de artesanos del bahareque de Salamina. Si la base natural de Salamina contempla un clima tropical andino y un ambiente tectónico complejo, esta arquitectura “temblorera”, como los guaduales y la biodiversidad, resultan fundamentales para la adaptación ambiental a la amenaza sísmica y al cambio climático, y para el Paisaje Cultural Cafetero.
Fuente: http://www.bdigital.unal.edu.co/7299/1/gonzaloduqueescobar.201234.pdf
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Poblados de arrieros y bahareque: Aguadas: esplendor entre neblinas y pasillos
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Imagen: Aguadas Caldas, en https://viajaporcolombia.wordpress.com
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Aguadas, fundada en 1808 al este de Santiago de Arma, sobre la ruta que de Medellín y Rionegro conduce a las provincia de Marmato y del Sur de Antioquia, tierra de arrieros, clima saludable, bahareque, neblinas y pasillos, está habitada por gente amable con sentido de familia, en cuyo folclor se conservan tradiciones y costumbres paisas heredadas de la colonización antioqueña del siglo XIX.
La ruta que llega de Medellín y Rionegro, se bifurca en Arma y Aguadas: de un lado para cruzar el río Cauca en Bafú y entrar a la Provincia de Marmato donde están Supía, Anserma y Cartago; y del otro, a la Provincia del Sur de Antioquia conforme el frente de colonización va ocupando con sus fundaciones la vasta concesión Aranzazu, cuyos dominios inicialmente establecidos entre la vieja Arma y el Chamberí, se extienden por la vertiente oriental del río Cauca hasta la Provincia de Robledo ubicada al sur del río Chinchiná.
Tras la fundación de Sonsón (1800) y Abejorral (1805), la nueva aldea de 1808, será el portal más septentrional de entrada en la tierra del sombrero de iraca y el pionono, a la ruta donde el esplendor de nuestra arquitectura vernácula en continuos de bahareque, se repetirán al sur en las nuevas fundaciones del norte caldense.
Fuente: http://www.bdigital.unal.edu.co/10882/1/gonzaloduqueescobar.201335.pdf
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El CIRCA en la perspectiva de “La Ruta del Café”
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Imagen: Templo de San Francisco, Chinchiná – Caldas, en La Tierra Del Café
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El municipio de Chinchiná, ha propuesto la creación del Centro Interpretativo de la Ruta del Café CIRCA, como emblema Chinchinense y ente estratégico para impulsar el turismo en este municipio de más de 50 mil habitantes, fundado en 1857, donde se puede establecer un nodo para el PCC.
Con el CIRCA, se pueden fortalecer aspectos como la educación, la cultura, la ética pública, la equidad y el desarrollo desde la perspectiva regional… haciendo de dicho centro un verdadero tanque de pensamiento para abordar las problemáticas socioambientales de Chinchiná, Palestina, Villamaría y Manizales, además de los temas de la Ciudad Región de la Ecorregión Cafetera y del Paisaje Cultural Cafetero.
En relación con los elementos notables para estructurar dicho nodo del PCC entre Chinchiná y Palestina, la idea sería: en primer lugar, desarrollar una vía lenta recuperando la ferrovía con sus estaciones y túneles del antiguo Ferrocarril de Caldas desde Chinchiná hasta Villamaría (24 km), y en una segunda etapa hasta Santa Rosa de Cabal (23 km), como elemento de conectividad regional.
Y en segundo lugar, integrar el nodo con los principales activos del territorio, entre ellos: 1- Buencafé Liofilizado, el Centro de Investigaciones del Café (CENICAFE), y la Cooperativa de Caficultores. 2- El Hotel Campestre Curazao, el Ecohotel Centro de Convenciones, la Hostería del Café y la Granja Pinares. 3- Las grandes haciendas y pequeñas fincas cafetaleras que emplean prácticas agroforestales. 4- La Fundación Manuel Mejía Vallejo, creada en 1980 por la Federación Nacional de Cafeteros y demás instituciones del gremio.
Fuente: http://www.bdigital.unal.edu.co/51858/1/centrointerpretativodelarutadelcafecirca.pdf
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Problemáticas y Opciones
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Problemáticas
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Modelo agroindustrial cafetero de dependencia tecnológica, soportado en monocultivos y agroquímicos, sin soporte cultural ni ecológico, para hacer viable la preservación del PCC.
Conflictos entre uso y aptitud de suelos, deforestación intensa y extendida, minería ilegal, vulnerabilidad al cambio climático y crisis del agua.
Existe una profunda brecha de productividad y una amenaza adicional hará que hará que los precarios ingresos rurales, con los Tratados de Libre Comercio (TLC) adicionalmente bajen del 25% al 50%.
Un sistema educativo que al priorizar la ciencia, las matemáticas y el lenguaje no desarrolla el talento humano, ya que está pensado para la sociedad industrial de ayer, pero no para la sociedad del conocimiento.
La fragmentación socio-espacial del territorio, por la pérdida de valores, el precario desarrollo de la identidad cultural y el “para estado”, que han menguado el tejido social y facilitado la corrupción.
Los Municipios abrigados por la declaratoria del PCC, no han capitalizado los instrumentos de la LOOT para constituir un ente territorial que pueda captar recursos del Presupuesto Nacional.
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Opciones
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PCC apalancado en el bioturismo, vías y poblados lentos, en Aerocafé, en la reconversión del modelo agrocafetero, y en la organización de pequeños productores rurales y artesanales controlando la cadena productiva.
Ordenamiento de cuencas para la adaptación al cambio climático, con recuperación de corredores de conectividad biológica y protección de cuencas abastecedoras de agua.
Políticas de Ciencia, Tecnología imbricadas con la Cultura para cerrar la brecha de productividad e ingresos entre los medios urbanos y rurales.
Un nuevo modelo educativo con perspectiva rural y urbana, que le de igualdad prioridad a la cultura, al arte y a la formación del cuerpo humano, y que tienda rieles al empleo temprano.
Procesos socio-ambientales soportados en la cultura para el empoderamiento del territorio por parte de los actores sociales, bajo el presupuesto de que la ecorregión es una construcción social de un territorio mestizo, pluricultural y biodiverso.
Conformación de un ente como las Regiones Administrativas de Planeación, para implementar un Contrato Plan para el PCC entre los entes territoriales incluidos en la Declaratoria.
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Conclusiones
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Ima: Paisaje cafetero, obra del Maestro Luis Guillermo Vallejo. https://godues.wordpress.com/2016/03/24/cultura-ciudadana-y-medio-ambiente/
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Para apalancar el PCC, se requiere de estrategias Institucionales relacionadas, en primer lugar, con Políticas de Ciencias y Tecnología que incorporen la Cultura, soportadas en un Modelo educativo pensado para la sociedad del conocimiento, y en segundo lugar los procesos de identidad cultural ajustados a la variada singularidad histórica del complejo territorio, dos asuntos para los cuales la articulación del Estado con los sectores de la producción y la academia, resulta fundamental.
Ahora la cultura será necesaria, no solamente para abrazar los conocimientos ancestrales y los saberes populares, sino también para abrirle espacio a los productores rurales y artesanales, bajo el entendido de que para ellos no aplica la metodología de clúster válida para la industria y la agroindustria, sino la del desarrollo de productos rurales y artesanales con denominación de origen, soportados en la organización de pequeños productores controlando la cadena productiva, empleando modelos de producción limpia certificados, para acceder mercados preferenciales.
Habrá que desarrollar el transporte rural como factor de conectividad y como catalizador de la reducción de la pobreza, y desarrollar opciones para el acceso a las TIC, no solo desde la provincia sino también desde el campo, además de fortalecer la presencia del Estado, de la academia y de los gremios de la producción, implementando procesos mediados por la práctica de la gobernanza; esto es, decidiendo y construyendo y los procesos de transformación del territorio, con y para las comunidades de base, en lugar de implementar decisiones inconsultas ideadas y “socializadas” por los tecnócratas.
La Ecorregión Cafetera, por su ubicación en el trópico andino, donde la interacción de la atmósfera ecuatorial con la del Pacífico, y en menor grado con la altillanura y la Amazonía, proveen un ciclo hidrológico dinámico, cuenta con un patrimonio hídrico abundante, aunque asimétricamente distribuido, y un medio ecosistémico biodiverso gracias al carácter de sus biomas terrestres de selvas, altillanura, y montaña, y a los biomas tanto de aguas dulces, como del Caribe y del Pacífico.
Allí, donde el agua puede convertirse en un notable factor de desarrollo y de bienestar social para la región, también el modelo agroindustrial cafetero soportado en monocultivos y en el uso de productos químicos, requiere una reconversión estructural, dado que actualmente se constituye en una amenaza creciente para el habita animal y humano, como consecuencia del cambio climático y el avanzado estado de deforestación de sus cuencas. Para el efecto, el agua, el suelo y la biodiversidad, no pueden ser considerados un recurso y como tal un objeto de mercado, sino un patrimonio inalienable que solo debe ser objeto de aprovechamientos responsables.
Se debe priorizar el ordenamiento y reforestación de cuencas, implementando estrategias que resuelvan los conflictos entre uso y aptitud del suelo a partir de modelos de reconversión productiva económicamente viables, que incorporen prácticas silvopastoriles y agroforestales para mitigar la amenaza del cambio climático, además de promover la venta de servicios ambientales haciendo del PCC la locomotora del turismo.
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Gracias
Ponencia para la Semana del Paisaje Cultural Cafetero. Secretaría de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Chinchiná. Junio 23 a 29 de 2016. Casa de la Cultura. Chinchiná, Caldas.
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Manizales, Octubre 23 de 2014. (Rev 2016)
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Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas. Duque Escobar, Gonzalo (2014) (Rev. 2016) SMP Manizales, SMP de Manizales. - See more at: http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
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Gonzalo Duque Escobar. Profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Miembro del CROT de Caldas, Miembro del CODECTI de Caldas, Socio de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales y Socio Honorario de la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos de Caldas SCIA, filial de la Sociedad Colombiana de Ingenieros SCI. http://godues.webs.com
ANEXO: Carografía de Caldas
Ver en: https://godues.wordpress.com/2012/11/13/mapas-del-departamento-de-caldas-en-colombia/
Fuentes Bibliográficas
Asuntos del Clima Andino en Colombia. Gonzalo Duque Escobar https://godues.wordpress.com/2011/11/08/asuntos-del-clima-andino-en-colombia/
Columna de Opinión de Gonzalo Duque Escobar - La Patria: http://godues.wordpress.com/2012/05/17/la-patria-mi-columna-de-opinion/
Contexto CTS U.N. Curso de Gonzalo Duque Escobar. http://godues.wordpress.com/2013/02/13/curso-de-contexto-cts-u- n/
Contexto en Astronomía OAM-UN. Curso de Gonzalo Duque Escobar. http://godues.wordpress.com/2013/02/14/contexto-en-astronomia-oam-un-2013-is/
Infraestructura del transporte estratégica para la Ecorregión Cafetera. https://godues.wordpress.com/2016/08/28/infraestructura-del-transporte-estrategica-para-la-ecorregion-cafetera/
Libros digitales U.N. y Capítulos de libro. Gonzalo Duque Escobar - http://godues.wordpress.com/2012/12/12/a-digital-books-un-duque-escobar-gonzalo/
Maestría en Enseñanza de las Ciencias. Astronomía y Geociencias. Asignatura de Gonzalo Duque Escobar. https://godues.wordpress.com/2013/08/12/modulos-oam-un-maestria-en-ensenanza-ciencias-naturales/
Maestría en Enseñanza de las Ciencias: Astronomía y Geociencias. Módulo de Gonzalo Duque Escobar. http://godues.wordpress.com/2013/08/12/modulos-oam-un-maestria-en-ensenanza-ciencias-naturales/
Maestría Medio Ambiente y Desarrollo: Seis diálogos con el territorio. Módulo de Gonzalo Duque Escobar. http://godues.wordpress.com/2012/05/13/seis-dialogos-con-el-territorio-abril-de-2012/
Manizales y Caldas: temas para una Veeduría Ambiental de la Sociedad Civil. https://godues.wordpress.com/2016/02/07/manizales-y-caldas-temas-para-una-veeduria-ambiental-de-la-sociedad-civil/
Notas sobre Sismos y Volcanes en Colombia https://godues.wordpress.com/2012/05/21/sismos-y-volcanes-en-colombia-2/
Posgrado en Vías y Transportes UN: Economía y Transportes. Módulo de Gonzalo Duque Escobar. http://godues.wordpress.com/2012/09/28/posgrado-en-vias-y-transportes-un-modulo-de-economia-y- transportes/
Posgrado Geografía: Gestión del Riesgo Natural. Módulo de Gonzalo Duque Escobar. http://godues.wordpress.com/2013/05/29/dialogos-con-el-territorio-y-gestion-del-riesgo-natural/
Publicaciones de Gonzalo Duque-Escobar en el Repositorio de la Biblioteca Digital U.N.: http://www.bdigital.unal.edu.co/view/person/Duque_Escobar=3AGonzalo=3A=3A.html
Sobre puertos y mares en Colombia. Gonzalo Duque Escobar http://godues.blogspot.com/2011/02/sobre- puertos-y-mares-en-colombia.html
Temas de Caldas. Gonzalo Duque Escobar -: http://godues.wordpress.com/2014/02/21/temas-de-caldas/
Temas de Ciencia, Tecnología, Innovación y Educación. Gonzalo Duque Escobar - http://godues.wordpress.com/2012/06/22/temas-de-ciencia-tecnologia-innovacion-y-educacion/
Temas de ordenamiento y planificación del territorio. Gonzalo Duque Escobar - http://godues.wordpress.com/2012/01/27/temas-de-ordenamiento-y-planificacion-del-territorio/
Temas Económicos de Interés para Caldas. Gonzalo Duque Escobar - https://godues.wordpress.com/2015/11/28/temas-economicos-de-interes-para-caldas/
Temas verdes para la Ecorregión Cafetera… Gonzalo Duque Escobar https://godues.wordpress.com/2015/06/21/temas-verdes-para-la-ecorregion-cafetera/
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Bibliografía de complemento
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Transversal de Caldas y Tolima, Transversal Tesalia, Tren de Occidente, Tren La Dorada - Km 41, Tren Río Guarinó - Río Guacaica, Trenes de carbón, Triángulo de Oro de Colombia; Troncal de Occidente, Túnel Cocoló, Túnel Cumanday; Túnel de La Línea; Túneles en Colombia, Vía al Magdalena, vía Fresno - Manizales; Vía Girardot Salgar , Vía Honda - Manizales; Vía Mariquita - Manizales; Vía Pereira Bogotá; Vías 4G en Colombia, Vías de Cuarta Generación en Colombia, Manual de Geología ; Mecánica de suelos , Cultura y astronomía ; Vía Letras vs La Línea; Vías transversales de Colombia ; Guadua, Bambusa guadua, Bosque tropical, Bosque andino, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Tecnológica de Pereira UTP, Aspectos socio-económicos de la guadua, Vivienda popular y guadua, Aspectos tecnológicos de la guadua, Arquitectura de la guadua, Sistemas constructivos con guadua, Bahareque en Colombia, Universidad de Caldas, Carder, Corporación autónoma Regional del Quindío CRQ, Corpocaldas, Patrimonio arquitectónico de Colombia, Paisaje Cultural Cafetero, Catedral de Manizales, Sismos de 1878 y 1884 en Manizales, “Estructura Temblorera” del bahareque, Manizales "La aldea encaramada", Usos de la guadua, Planta emblema de Caldas, Microclúster de la guadua, Legalidad del mercado de la guadua, Madera ilegal, Gobernanza Forestal en Colombia, “El milagro de la guadua”, Guadua y cambio climático ; 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MAPA DEL TEXTO
Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas
Resumen:
Texto virtual con diagnósticos y propuestas prospectivas del territorio caldense, contenidas en un conjunto estructurado de 65 publicaciones del Profesor Gonzalo Duque-Escobar, cuyo fin es contribuir a la construcción de una visión del desarrollo de Caldas en la que se consideren los diferentes procesos sociales e históricos de este territorio, que explican su naturaleza y carácter biodiverso, pluricultural y mestizo, y cuya identidad obliga a entenderlo como un fragmento geográfico de la ecorregión cafetera de Colombia. http://www.bdigital.unal.edu.co/44850/
Manizales, Octubre 23 de 2014. (Rev. 2016)
*Gonzalo Duque Escobar: Profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Socio de la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales y Miembro Honorario de la Sociedad Caldense de Ingenieros y Arquitectos de Caldas SCIA, filial de la Sociedad Colombiana de Ingenieros SCI. http://godues.webs.com
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