martes, 20 de octubre de 2009

La minería lucha contra los estigmas



http://www.larepublica.com.co/Colprensa/20-10-2009.

Medellín. Por años la minería ganó mala fama en la opinión pública. Primero, porque se piensa que la minería contamina y perjudica el medio ambiente, lo cual la hace incompatible con algunos sectores económicos como, por ejemplo, la agricultura.

También se asume que no genera valor agregado en la economía, pues se trata de una industria primaria. Se dice además que no promueve el desarrollo de las comunidades que viven en su entorno. Y como si lo anterior no fuera suficiente, se cree que no actúa con transparencia, ya que se sabe poco de sus operaciones y resultados.

Eduardo Chaparro Ávila, oficial de Asuntos Económicos de la División de Recursos Naturales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y responsable del área minera de esta institución, dice que el sector carga con unos estigmas bien ganados a lo largo de la historia, cuando la minería se desarrollaba sin ningún respeto por el ambiente y las comunidades.

Pero señala que desde hace varias décadas la industria se dio cuenta de que era hora de cambiar, y lo hizo, aplicando la Responsabilidad Social Empresarial en todas sus intervenciones. ¿Por qué el sector minero acogió el concepto? Según Chaparro Ávila, simplemente porque es una buena inversión en el largo plazo, ya que facilita las relaciones armoniosas con el entorno y previene situaciones de conflicto, economizando gastos implícitos en las crisis.

En segundo lugar, se trata de una fuerte tendencia global que procura prácticas sociales y ambientales positivas y que fuerza a las empresas, incluso las que no creen en estas políticas, a operar de manera distinta. “El hecho de que la minería se necesita para el desarrollo económico no implica que tenga una patente de corso para hacer y deshacer. La minería se dio cuenta de eso y decidió que es la actividad económica que enfrentó los desafíos de poner las prácticas y la prédicas de la Responsabilidad Social”, dice el experto.

Por eso insiste en que tiene diversos retos específicos como son los relacionados con ciencia y tecnología, educación, medio ambiente, tributación, educación ciudadana y condiciones claras de juego para que haya equidad en la distribución de las rentas. Resaltó que la industria extractiva afronta dificultades financieras, pues algunas entidades bancarias se resisten a financiar proyectos que no sean viables en términos sociales o ambientales. Estas circunstancias provocan resistencia al desarrollo de proyectos.

Para el funcionario, la renta minera es fundamental para apoyar las iniciativas de RSE. Pero hay que ir más allá.
“Por ahí se arranca y es el piso mínimo. Lo importante es que el sector entendió que debe hacer RS en todas las regiones a las que llega. Si me dejan entrar a su casa debo respetarla y lo mínimo es trabajar en estos frentes sociales.

Hay que hacer desarrollo local porque el proyecto minero no es eterno y hay que dejar algo para las comunidades. Esto no puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Debe ser un desarrollo legítimo, pensando en visión de futuro. Sembrar desarrollo local y eso no es solo pagar regalías, es comprometerse en los campos social, económico, educativo”, insiste.

Respecto a la inversión que hacen las compañías en RSE, Eduardo Chaparro indica que es muy variable, ya que hay compañías que gastan 10 millones ó 12 millones de dólares al año, mientras que otras pueden destinar hasta 500.000 dólares.

No obstante, reitera que todos los años las empresas mineras de Colombia están haciendo su balance social y de sostenibilidad, que se puede palpar en las comunidades que se benefician. Ese trabajo, que ya no es tan callado, quiere acabar con los estigmas que carga la minería.

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