domingo, 26 de septiembre de 2010

La situación del mundo 2010

La Patria/ Opinión/ Mario Calderón Rivera/ 2010-09-26 00.

El Informe anual del World Watch Institute -el observatorio interdisciplinario sobre la situación de nuestro planeta, fundado hace 36 años por Lester Brown- trae para este año una edición de más de 400 páginas que cubre una extensa gama temática dirigida esencialmente hacia un enfoque sobre las raíces culturales del hiperconsumo que transversalmente envuelve sin excepción todas las políticas dominantes de desarrollo. El documento central está coordinado por el antropólogo estadounidense Eric Assadourian, con la concurrencia de grupos multidisciplinarios que se ocupan de temas relacionados con aspectos clave para alimentar procesos urgentes de rectificación de signos evidentes de deterioro en las condiciones de la tierra. Esos tópicos fundamentales se refieren tanto al valor que se debe asignar a las lecciones derivadas de las sociedades primitivas y de nuestros propios ancestros, como del papel que pueden jugar las religiones, los gobiernos y las empresas. Pero, sobre todo, lo que un cambio radical en el modelo educativo -permeado transversalmente por condicionamientos mercantilistas- puede influir para crear una nueva cultura para la sostenibilidad del desarrollo. Porque si alguna distorsión se adivina en nuestro sistema educativo es que su objetivo principal parecería ser la formación de consumidores más que de generadores eficientes de riqueza y protectores de la integridad del planeta, y mucho menos de personas con conciencia sobre un mínimo de equidad en la distribución del bienestar.

El signo más positivo que podría señalarse en el informe, especialmente a través del ensayo de Eric Assadourian, es de que por fin se adivina una aproximación de las nuevas escuelas de Economía a la Antropología y a muchas otras disciplinas que hasta fechas recientes, parecían inconciliables con los fríos modelos econométricos. Un enfoque no lineal multi e interdisciplinario de las cifras estadísticas altera radical y esclarecedoramente resultados. En una primera aproximación el solo cruce de la visión economicista con la antropológica da un resultado revelador: "la economía se interesa por el individuo y analiza sus elecciones racionales, mientras que la antropología se interesa por las comunidades y por el significado de las relaciones sociales" (Grant McCracken).

Los modelos económicos vigentes se han negado sistemáticamente a contabilizar las llamadas "externalidades", definidas acertadamente como "interdependencias no compensadas". Lo cual equivale simplemente a la más grave de las omisiones en la contabilidad del Estado de un planeta que, en términos de recursos y de integridad funcional, se agota cada minuto con el modelo hiperconsumista, sin que nadie -y menos el sector productivo y los grandes consumidores que se benefician de él- se hagan cargo de los costos implícitos. Si se resumiera en solo cinco puntos, el contenido esencial de la "Situación del Mundo 2010", tomado de Assadourian, debería servir para que hasta los más escépticos se tomaran una pausa para reflexionar sobre hipótesis imposibles de ignorar:

Primero: Actualmente se extraen de la tierra 60 mil millones de toneladas de recursos no renovables, 50% más que hace 30 años. El europeo medio consume 43 kilos de recursos diarios, mientras el estadounidense consume 88. Los 65 países de renta más alta y de más elevado hiperconsumo y con solo un 16% de la población mundial, representaban en 2006 el 78% de los gastos de consumo en el mundo.

Segundo. El indicador de la Huella Ecológica -que relaciona el impacto de la acción humana sobre la superficie terrestre y marina productiva disponible- es de 1,3 lo cual significa que se ha llegado a un nivel que rebasa en un 30% la resiliencia (capacidad de recuperación) de los ecosistemas. Si todo el mundo viviera con el nivel de vida de los Estados Unidos, la tierra sólo podría sostener 1.400 millones de personas. Según los soportes científicos, cerca del 60% de los servicios de los ecosistemas -regulación del clima, suministro de agua dulce, tratamiento de desechos, alimentos de las pesquerías y muchos otros servicios- están siendo degradados o utilizados en forma insostenible.

Tercero. La concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2), que había permanecido estable durante los últimos 1.000 años en 280 partes por millón, ha aumentado a 385, debido a los combustibles fósiles, al aumento de consumo de carne y a los procesos de urbanización y a la agricultura comercial. Mientras tanto, según un estudio de la Universidad de Princeton, los 500 millones de personas más ricas del mundo (7% de la población total) son responsables del 50% de las emisiones mundiales de CO2, mientras los 3.000 millones más pobres solo son responsables del 6%.

Cuarto. Según un modelo utilizado por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), de continuar los ritmos desenfrenados de desperdicio en los recursos terrestres, las temperaturas medias de la tierra aumentarían en 5,2 grados centígrados para 2100.

Quinto. La adopción de tecnologías sostenibles deberían permitir que niveles básicos de consumo siguieran siendo viables ecológicamente. Pero, por encima de todo, nuevos patrones educativos están llamados a impulsar megatendencias emergentes como la que alimentan los "publicistas sociales" que han invadido al mundo con sus mensajes, principalmente a través de las redes de Internet, para crear culturas de post-consumo. "La Situación del Mundo 2010", presentaba al Centro "Las Gaviotas", obra del gran visionario colombiano Paolo Lugari, como un paradigma de esa nueva cultura. Una razón de sobra para que la Universidad Carnegie Mellon, uno de los más prestigiosos centros de investigación superior de los Estados Unidos le haya otorgado hace dos años el grado Honoris Causa en Ciencias, el primero otorgado a un colombiano por esta Universidad. (http://www.centrolasgaviotas.org/)

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