Por Gonzalo
Duque-Escobar *
Cuando se estima que el universo se constituye
en un 73 % de energía oscura, 23 % de materia másica oscura y 4 % de materia
bariónica o en forma de átomos, de conocerse esa materia oscura que se rastrea
tanto en laboratorios desde el espacio como en complejos subterráneos, la
astronomía podría dar origen a una revolución comparable a la de tránsito del
Medioevo al Renacimiento, en tiempos de Nicolás Copérnico (1473-1543) quien
sustituye el modelo geocéntrico por el heliocéntrico que consideraba la Tierra centro
del universo, o la de hace un siglo cuando el universo pasa a describirse como
un todo mediante la teoría de la gravitación de Albert Einstein (1879-1955) que
sustituye la gravedad Newtoniana por la curvatura del espacio-tiempo cuya
expansión relativista descubre Edwin Hubble (1889-1953) observando los
espectros de extrañas nebulosas, que resultan ser otras galaxias ubicadas más
allá de la Vía Láctea, alejándose de nosotros a velocidades crecientes.
Pero ¿en qué anda la Cosmología moderna?: primerio,
tenemos las teorías de Stephen Hawking (1942), quien intenta aunar la
relatividad general con la teoría cuántica, e instituye ideas sobre los
agujeros negros y el origen del tiempo, en las que argumenta que el universo no
tiene bordes y propone el tiempo imaginario, al sostener que en lugar de una singularidad
del espacio-tiempo forman una superficie cerrada sin fronteras. Y segundo, la
hipotética existencia de una materia oscura que no emite radiación alguna, inferida
de las observaciones fundamentales de la astrónoma estadounidense Vera Rubin
(1928-2016), pionera en la medición de la rotación anómala de las estrellas
dentro de una galaxia, ya que si en el Sistema Solar según las leyes de Newton
y Kepler la velocidad de rotación planetaria decrece conforme aumenta la
distancia al Sol como centro de masa, mientras en las galaxias se mantiene.
Para conocer la dificultad de obtener
evidencias de dicha materia oscura, recordemos cómo las ondas gravitacionales
que predice en 1916 Einstein, apenas fueron detectadas un siglo después, en
2015, cuando esos rizos o vibraciones en el espacio-tiempo que viajan a la
velocidad de la luz, pudieron ser encontrados mediante un gran instrumento
óptico de precisión desarrollado por los institutos tecnológicos Caltech y MIT en
el marco del proyecto de un Observatorio de Interferometría Láser de Ondas
Gravitacionales LIGO. El
detector subterráneo LIGO con sus brazos ortogonales de 4 km de longitud que
comenzó a construirse en 1999, al lograr sus primeras observaciones entre
2001-2007 debió actualizarse para hacerlo una máquina 10 veces más potente,
capaz de identificar las ondas
gravitacionales cuyas variaciones equivalentes a una diezmilésima parte del
diámetro de un átomo, transformarán la astronomía porque el universo
es casi transparente a ellas.
Volviendo a la materia oscura: cuando otros
astrónomos confirman que a nivel de las
galaxias, también las estructuras estelares giraban de una manera inesperada, tal
cual lo observa Vera Rubin al encontrar que la velocidad de las
estrellas continúa igualmente tan alta en la periferia como en el centro de la
Vía Láctea, se formula
la hipótesis de la materia oscura diseminada de forma no uniforme y a gran escala, estimándose según dicha
teoría que de la masa total de nuestro universo la mayor proporción estaría
conformada por otra clase de materia cuya naturaleza desconocemos, ya que
apenas se ha mapeado su ubicación en torno a las galaxias gracias a que con su
gran masa desvía la luz procedente de objetos distantes y brillantes no
visibles que las interfiere, al actuar la materia oscura como lentes gravitacionales.
Incluso, si desde principios del 2000, se
propone la existencia de una energía oscura uniforme, que al ejercer una
presión negativa en el espacio-tiempo similar a la de la constante cosmológica,
explicaría la actual expansión
acelerada del universo, también sabemos que la materia oscura, que no son neutrinos,
ni átomos, ni materia oscura, es todavía un gran misterio. Al igual que
el Bosón de Higgs que teóricamente
desde 1964 nace para explicar el origen de la masa de las
partículas elementales, solo hasta 2012 pudo comprobarse su existencia con el
acelerador de partículas CERN, similarmente el tipo de partículas fantasmas que
componen la materia oscura, esperan ser capturadas por sensibles detectores, para desentrañar su misteriosa
naturaleza y abrir una nueva era en el conocimiento del universo.
* Profesor Universidad Nacional
de Colombia http://godues.webs.com [Ref.: La Patria- Manizales,
2019.01.16] Imágenes, en: https://www.spacetelescope.org and https://science.nasa.gov
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ciencia neogranadina http://www.bdigital.unal.edu.co/54140/
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El Universo acelerado http://www.bdigital.unal.edu.co/4878/1/gonzaloduqueescobar.201169.pdf
Enlaces U.N. del OAM https://godues.wordpress.com/2016/08/03/
Guía astronómica, en: http://www.galeon.com/guiaastronomica/
La astronomía en Colombia:
perfil histórico, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/1703/
Manual de Geología para
Ingenieros, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/1572/
Observatorio Astronómico de
Manizales OAM http://oam.manizales.unal.edu.co
Sol, clima y calentamiento
global, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/39782/
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