Por: Gonzalo Duque-Escobar*
En Colombia, el páramo como
ecosistema alpino intertropical con una extensión 2 millones 299 mil Ha, y que se
ubica desde los 2900 m hasta los 5000 m de altitud, presenta graves
transformaciones en el 16% de sus territorios. Veamos en el Eje Cafetero que pasa
con estos santuarios que a pesar de albergar una gran biodiversidad de fauna y
flora y de proveer el agua para 2,5 millones de personas de cuatro
departamentos, al estar amenazados por el cambio climático y otras dinámicas de
origen antrópico requieren de medidas precautelares para garantizar su pervivencia
y fragmentación.
...
1- Paramos vitales para la ecorregión cafetera
Imágenes de
En Colombia, los páramos como ecosistemas estratégicos que son altamente vulnerable
a los efectos del cambio climático, cuyos impactos socioambientales y
económicos también afectarán a la Ecorregión Cafetera, no solo por la migración
en altitud de las zonas de vida alterando la aptitud de los suelos y con ello
la estructura de la tenencia de la tierra, sino también por cambios en el
balance hídrico y régimen de precipitaciones, y en la frágil estabilidad de
comunidades vegetales nativas frente a las variaciones del clima por la
fragmentación de los ecosistemas, entre ellos los de montaña que están en
peligro y los páramos donde por fortuna la Corte Constitucional ha blindado el
subsuelo de los apetitos mineros que acechan.
El PNN de los Nevados con sólo
58.300 Ha protegidas debería ampliarse para cubrir las 102 mil Ha que tiene el
páramo en el lugar, y también declarase la figura de PNN para el complejo de
Páramos de Hervéo hasta Marulanda, para integrar el PNN de los Nevados con el
Complejo de Páramos se Sonsón.
Esta Ecorregión Cafetera con su
verde, escarpado y deforestado paisaje tropical enclavado entre las cordilleras
y profundos valles de los Andes más septentrionales de América, donde
sobresalen los páramos establecidos en ambientes fluviales, glaciares y gravitacionales
que se entreveran, ubicados tanto sobre la Cordillera Central en vecindad de
las cumbres nevadas del Complejo volcánico Ruiz-Tolima y la Mesa de Herveo a
más de 5.000 msnm, como en el continuo de farallones de la Cordillera
Occidental ubicado al sur de los Complejos Paramillo y Frontino-Urrao, con sus
notables alturas como el Cerro Caramanta del Complejo Citará y el Tatamá del
Macizo Tatamá que son sus mayores alturas en jurisdicción del Eje Cafetero.
En los Andes sudamericanos, estos
y otros páramos se extienden como islas, en ocasiones en medio de paisajes
volcánicos, tal cual se observa desde la Depresión de Huancabamba al norte del
Perú, hasta la Cordillera de Mérida en Venezuela o la Sierra Nevada de Santa
Marta, pasando por las tres cordilleras de Colombia. Si el páramo es un
ecosistema tropical de montaña con vegetación achaparrada tipo matorral, que se
desarrolla por encima del área del bosque montano y por abajo del sistema
nival, aunque también existen en Centro América, Sudamérica, Asia, Oceanía y
África, en términos absolutos la mayor extensión paramuna del mundo está en
Colombia, aunque solo algunos han escapado a diferentes procesos de alteración
y afectación antrópica.
Así como hemos visto la migración
de los cafetales conforme el clima ha venido cambiando, avanzando 170 m en
altitud por cada grado centígrado de incremento en la temperatura, también en
el PNNN ya se advierte el calentamiento global con la pérdida de los glaciares:
si entre 1979 y 2010 la superficie de los hielos perpetuos en el Complejo
Volcánico Ruiz-Tolima ha pasado de 32 o 29 a 12 o 10 kilómetros cuadrados,
mucho antes, cuando se funda Manizales (1849), como consecuencia del último
pico de una pequeña glaciación ocurrida entre 1550 y 1850, según Antonio Flórez
(2002) e Ideam-Unal (1997) los hielos del PNNN sumaban cerca de 93 kilómetros
cuadrados, 10% de los cuales cubrían el Cisne y el Quindío.
El Tatamá con 4.250 msnm y su
ecosistema de páramo y bosques alto-andinos muy húmedos delimitados por los
3.450 m de altitud, y el Caramanta con su cumbre a 3.900 msnm que ubicado al
sur de los farallones del Citará igualmente comprende el páramo, no solo marcan
el paisaje del norte de Caldas y de Manizales por el poniente, sino que también
nutren el drenaje de los ríos San Juan, Atrato, Risaralda y Cauca de esta
ecorregión, al albergar varias cuencas de las dos vertientes de la Cordillera
Occidental, tanto por el norte de la ecorregión con los ríos Arquía, San Juan
Antioqueño , como al sur con los ríos San Rafael, Tatamá, Negro y Mapa.
Pero además de ser el de Tatamá
un Parque Natural Nacional por fortuna cuasi-inaccesible y casi virgen y
desconocido, y el de Caramanta una zona de interés declarada Reserva Forestal
Protectora Regional en Antioquia para proteger sus páramos con su particular
biota y fauna biodiversa, e importantes especies endémicas, también ambos
escenarios al lado del PNNN como singulares medios de regulación hidrológica,
suministro de oxígeno y captura de carbono atmosférico, además de ser espacios
vitales para varias comunidades vecinas, de territorios colectivos
afrodescendientes, resguardos indígenas Embera y poblados de mestizos, son
medios estratégicos y fundamentales para la sustentabilidad urbana y rural de
la Ecorregión Cafetera, donde vivimos cerca de 2,7 millones de habitantes que
ignoramos estas y otras complejas relaciones y dinámicas culturales y
ecosistémicas
2-
Páramos: ecosistemas vulnerables al
cambio climático
Imagen 2- Páramos de Colombia y
del sector del PNN de Los Nevados. IAvH y PNN de Colombia.
RESUMEN: ¿Por qué no extender el
PNN de los Nevados desde 58,3 mil Ha hasta 102 Ha, que es el área de páramos en
el lugar? Aún más debería extenderse la figura de PNN al norte de dicho lugar y
hasta la ceja de páramo de Sonsón, para abrazar la franja cordillerana que
fuera denominada Páramo de Erbé o Mesa de Herveo en época de la Colonia, con lo
cual se garantizaría no solo un corredor de conectividad biológica en el
estratégico ecosistema y el agua para las poblaciones del Norte o Oriente de
Caldas, sino también la pervivencia de especies como la palma de Cera del
Quindío y el Cóndor de los Andes- que son emblemas de Colombia-, hoy en peligro
de extinción.
Nuestros páramos, como elementos
biogeográficos tropicales, que por condiciones de clima, flora y suelos
comparten Perú, Ecuador, Venezuela, Panamá y Costa Rica, en el caso de Colombia
benefician la Región Andina con sus tres cordilleras y el sector Nariño-Putumayo,
además del área de influencia de la Sierra Nevada de Santa Marta, lugares donde
la pervivencia de la biota y las actividades socioculturales y económicas,
aunque están amparados por la Ley 99 de 1993 por ser altamente vulnerables,
requieren no sólo de su conservación sino también de estrategias de manejo
sostenible para su adaptación al cambio climático.
En Colombia donde se concentra la
mitad de los páramos del mundo, estos ecosistemas propios de latitudes
tropicales, que al definirlos se sitúan entre los bosques altoandinos y la
isoterma de nieves perpetuas así su precipitación media anual varíe según el
lugar, con el calentamiento global han venido migrando a zonas de mayor
altitud, tal cual se advierte en el país al observar su dinámica en los
glaciares del Parque Natural de los Nevados: si en 1970 cubrían 29 km2, de
ellos 20 km2 en el Ruiz, 9 km2 en el Santa Isabel y 3 km2 en el Tolima, hoy en
extensión sólo tienen la tercera parte.
Se puede hablar de subpáramo,
páramo propiamente dicho y superpáramo; y aunque el límite altitudinal varía
según el lugar, existe una variedad de vegetación paramuna entre matorrales,
frailejonales, chuscales y pastizales que los caracteriza. Mientras en la
transición entre el bosque altoandino y el subpáramo las temperaturas medias
son inferiores a los 9°C, y en el páramo medio menos de 6 °C, en el superpáramo
están por debajo de 3 °C. Y dado que en Colombia las condiciones biográficas
favorecen a la Cordillera Oriental, el de Sumapaz-Cundinamarca- con 333.420 Ha
de las cuales la tercera parte están protegidas, es el páramo más grande del
mundo.
Aunque existe una equivalencia
altitudinal de bosque altoandino y subpáramo, al delimitar el subpáramo entre
los principales indicadores se tienen, además de una humedad relativa promedio
del 85%, la presencia de heladas aunque la temperatura media anual es de 10°C,
y unas altitudes típicas establecidas en
rangos entre 3.000-3.300 y 3.500-3.800 msnm y por ahora, dado que estos límites
tienden a elevarse cerca de 170 m por cada °C que se incremente la temperatura
por el cambio climático, que además de deshielos traerá incremento en las
lluvias para los páramos.
Pero entre las tres franjas de
páramo cordilleranos, si en la Cordillera Oriental aparecen la mitad de ellos,
y en todos el paisaje dominado por el modelado glaciar pleistocénico está
caracterizado por valles en U, lagunas emplazadas en áreas de socavación
limitadas por abundantes bloques y afloramientos rocosos que fueron arrastrados
por los glaciares, otra cosa ocurre en los de la Cordillera Central donde
adicionalmente aparecen estructuras vulcanogénicas que durante los últimos tres
millones de años afloraron en los fragmentos volcánicos del Galeras, Huila y
Ruiz, irrumpiendo en la suave y ondulada topografía.
Para estos ecosistemas
estratégicos por los servicios ambientales como la regulación del clima y del
patrimonio hídrico, aunque se ha logrado la declaratoria de Sujeto de Derechos
en 2020 para proteger la vida, la salud y el ambiente sano en unas 58.300 Ha,
urge no solo ampliar el PNN para cubrir el Complejo de Páramos y declarar las
Zonas Amortiguadoras para vincular a las comunidades que pueden desarrollar un
ecoturismo comunitario sostenible, en lugar de un extractivismo turístico que
además de desolar escenarios borrando la cultura, monopoliza la oferta con
paquetes excluyentes de todo incluido que dejan por fuera a las comunidades
locales.
Finalmente, si para en el PNN de
los Nevados donde el régimen bimodal de lluvias varía de 1.500 a 2.000 mm por
año en la vertiente Occidental contra 1000 mm anuales en la Oriental, y al año
2000 aún se mantenía el 80% de ecosistemas naturales, habrá que tener en cuenta
la urgencia de declarar el Área de Amortiguamiento mirando el Complejo de
Páramos cuyas 102 mil Ha superan la del PNN,
para proteger estos frágiles ecosistemas ubicados altitudinalmente entre
los 3.550 y los 5.280 msnm, donde se incluyen los páramos de Quindío, Peñas
Blancas, Aguacatal, Santa Isabel, del Ruiz y Herveo.
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Fuentes Bibliográficas y de Consulta:
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Cumbre del Clima y ENSO. Duque-Escobar, Gonzalo. Documento U.N.-SMP
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Muñoz, José Miguel (2014) Carder- Corporación Aldea Global, CARs Socias del
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ENLACES U.N.
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