Por: Gonzalo Duque Escobar*
Una mirada a la «Cultura ciudadana y el medio ambiente» en Manizales como herramienta para la apropiación del territorio entendido como una construcción social e histórica, por ser el lugar donde se dan las relaciones dialécticas de simbiosis y parasitismo entre el sistema social y el medio natural, sirve de fundamento para la construcción de apuestas participativas concertadas de desarrollo socio ambiental orientadas a lograr un medio ambiente ecológicamente sólido y compatible con la cultura de la ciudad.
Lo anterior ya que Manizales requiere un urbanismo verde dotado no sólo de sistemas cerrados de gestión hídrica urbana donde el entorno construido no se conciba como una jungla de concreto, sino que se dote de espacios públicos efectivos, y con paisajes arborizados, techos y paredes verdes, en el cual el suelo urbano cumpla con su función social y ecológica, como estrategia de adaptación al cambio climático, y donde se implementen la movilidad sostenible y la vivienda digna al alcance de los más pobres, entre otros aspectos que empobrecen el hábitat popular.
Mientras en Colombia persistamos en modelos de ciudad insolidaria, excluyente y sin opciones de vida para los pobres, las consecuencias se harán insostenibles: ya que la población pauperizada quedará entre las fronteras de la ilegalidad y la delincuencia. Si bien algunos menesterosos viven en las diferentes texturas cosechando los residuos de las actividades citadinas, también este medio presenta otros escenarios periurbanos degradados a modo de guetos, donde la vida deteriorada y condiciones de inequidad, sumadas a la desigualdad inherente de las clases sociales, alimentan los factores que generan acciones perturbadoras de la seguridad.
De persistir ese modelo urbano que concentra la infraestructura social y de servicios a favor de los sectores pudientes y no se reconozcan unos mínimos para priorizar la atención a la pobreza y en lo posible corregir la desigualdad, no se logrará prevenir la “guetificación”, reducir el desempleo, y combatir las tensiones y la violencia urbanas: de ahí la importancia de concebir los necesarios procesos de renovación urbana, no como proyectos de infraestructura sino como procesos sociales para la recuperación del hábitat.
Si deseamos un territorio digno en la ciudad y por lo tanto con opciones de vivienda para los más pobres, se propone desarrollar planes parciales combinados con la estrategia Barrios de Paz del Min-Vivienda, y financiados con la plusvalía urbana, para mejorar el hábitat y dar curso a programas participativos de mejoramiento y reubicación de vivienda social, lo que incluye el tratamiento de las zonas inestables como estrategia de adaptación al cambio climático que ayude a saldar los pasivos ambientales de la Ciudad.
Así entonces, para no presionar la estructura natural y cultural del territorio urbano y rural, la apuesta debe ser por incrementar la densidad urbana, paro con inversión en infraestructura social y productiva dispersando los usos mixtos y flexibles del suelo, con lo cual se puede lograr la porosidad de Manizales en lugar de presionar su frágil estructura ecológica, como herramienta de integración de la arquitectura y el urbanismo, lo que permite generar estructuras capaces de reproducir la intensidad y complejidad de la ciudad en lugar de degradar los sectores populares.
Como antecedente, desde 1991 con la apertura económica y la implementación de un modelo neoliberal, tras el desmonte del Estado Keynesiano, Colombia vive procesos de crecimiento explosivo, en el que las ciudades van quedando sometidas a intensos procesos de reestructuración como consecuencia de profundas transformaciones socioeconómicas, a lo que contribuye la innovación tecnológica y reestructuración del aparato productivo, lo que se expresa en la fragmentación social y espacial de los territorios.
Finalmente, para superar la problemática de los barrios informales e improvisados no sólo como respuesta frente a la falta de infraestructuras básicas, sino también en materia de propiedad individual, gestión y gobierno local, además de políticas públicas, se requiere una acción conjunta del Estado donde converjan la nación y el municipio, como del sector privado y de las organizaciones no gubernamentales, dado que sin ello, mientras el sistema económico se hace cada vez más prósperos, la inequidad y la pobreza extrema seguirán siendo endémicas.
* Profesor Especial de la Universidad Nacional de Colombia, Ingeniero Civil con estudios de posgrados en Geotecnia, Geofísica y Economía. Web: https://sites.google.com/unal.edu.co/godues1
Ponencia para el Primer Foro “Por un modelo de vivienda digna”. Centro Cultural del Banco de la República en Manizales. Manizales, 23/10/2025.***
ENLACES U.N.
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Acceso
al suelo y segregación urbana.
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Agua, Ordenamiento Territorial y Desastres.
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Anotaciones
al perfil socioambiental de Manizales.
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De la aldea cafetera a la ciudad fragmentada.
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El
derecho a un ambiente sano: ¿cómo vamos?
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El Estado y la función del suelo urbano en Manizales.
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El modelo de ocupación urbano – territorial de Manizales.
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Hablemos de Ordenamiento Territorial y Sociedad Civil.
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La gestión ambiental del hábitat.
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Manizales del alma: y la plusvalía qué…
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Manizales,
por la civilidad y la sustentabilidad urbana.
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Manizales: dimensión ambiental en el POT.
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Mas espacio y oportunidades para el ciudadano.
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Plusvalía, desarrollo urbano y mercado.
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Sobre la fragilidad del hábitat humano.
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Sustentabilidad y decrecimiento económico.
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Un diálogo con la dinámica urbana.
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Vulnerabilidad
de las laderas de Manizales.
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Y la transición ecológica, qué?.


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