Por Gonzalo Duque-Escobar *
Calificado
como "el proyecto más ambicioso de Latinoamérica y una puerta de entrada
al mercado de Asia y Oceanía" por el Presidente Santos, surge Alianza del
Pacífico como un acuerdo que, además de contemplar el libre comercio entre
Chile, México, Perú y Colombia, gradualmente desmontaría aranceles y, según el
Presidente Peña Nieto de México, traería el bienestar al propender por el libre
flujo de personas, servicios y capitales, en dicha región. El Presidente de
Perú, Ollanta Humala, señaló: “el gran reto es cerrar la brecha de desigualdad;
no somos la región más pobre del mundo, pero somos la región más desigual”. Los
Congresos de Chile y Colombia, ya aprobaron eliminar aranceles para el 90 por ciento
de los productos. Sin duda alguna ese sería el potencial del acuerdo de
lograrse una integración económica, pero orientada al incremento de una
producción que complemente sectores estratégicos en función de ventajas
comparativas, para buscar el desarrollo de la competitividad a parir de sinergias
culturales, que permitan elevar el nivel de vida de estos pueblos relativamente
similares en términos de desarrollo y que representan un mercado de 209
millones de personas con un Producto Interno Bruto PIB de dos billones de
dólares, equivales al 35 por ciento de la población y al 35 por ciento del PIB
de América Latina y el Caribe, región cuya población alcanza 589 millones de
habitantes y donde se genera un PIB de 5,6 billones de dólares.
En
el Financial Times, el columnista Samuel George de la Fundación
Bertelsmann, calificó el modelo de
integración comercial, de capitales y de cooperación de estos cuatro países,
políticamente estables, como "un referente para los países en
desarrollo", pero subraya atributos
que lo diferencia del Mercado Común del Sur -Mercosur-, argumentando pesadez y
lentitud de los países miembros, y desestimando que sólo Brasil cuenta con 196
millones de habitantes y un PIB de 2,2 billones de dólares y que el Mercosur,
del que Colombia es sólo "país asociado", permite la libre
circulación de los ciudadanos del bloque. Ahora, si la Cuenca del Pacífico,
donde la nueva organización tiene ventajas de posición geoestratégica que no
posee Brasil, es el nuevo escenario de la economía planetaria al estar habitada por cerca de la mitad de la
población del planeta y generar 2/3 de la economía mundial, ninguno de los
países de la costa pacífica de Latinoamérica -salvo Panamá con el nuevo Canal,
posee puertos dotados para barcos de más de 12 mil contenedores, ni genera
carga contenedorizada suficiente, con destino a Asia-Oceanía.
Además,
si bien los temas de la globalización comportan controversia por los
desequilibrios en las negociaciones -de forma inequívoca por ampliar la brecha
entre la economía urbana y la rural, y posiblemente entre las economías
desarrolladas y emergentes- también en el caso de Colombia, mirar a los mares,
aunque sea un suceso más que relevante, nuestra bicentenaria historia viene
siendo mancillada por otro episodio tan nefasto como el de Panamá (1903), con
San Andrés (2012), lo que pone en evidencia una Colombia con dos mares pero sin
visión marítima. En primer lugar, porque mientras en el litoral del hemisferio
norte aparecen puertos notables cada 200 km, en 2900 kilómetros de costa
colombiana -1600 en el Caribe y 1300 en el Pacífico- apenas contamos con diez
puertos, cinco destacados, pero profundas asimetrías de desarrollo portuario
entre mares y una capacidad limitada para operar sólo en el escenario del
Atlántico o en las costas del Pacífico americano. En mercancías diferentes a
carbón y petróleo, mientras nuestras exportaciones con valor agregado van y
vienen por el Atlántico, por el Pacífico operamos con Buenaventura moviendo
importaciones. Y en segundo lugar, dado que para entrar al Pacífico tenemos un
retraso de 100 años: en el contexto regional, mientras en Panamá avanza una
nueva ruta que complementará la del Canal de 1914, buscando el tránsito de
embarcaciones tipo Suez de 12 mil contenedores, que ofrecen fletes 5 veces
menores que las del tipo Pánamax de 4 mil quinientos contenedores, Colombia
considera haber "modernizado" a Cartagena y Buenaventura, al dragar
dichos puertos para admitir embarcaciones tipo Pánamax, cuyos fletes no hacen
rentable transitar el extenso Pacífico hasta Asia.
* Profesor
Universidad Nacional de Colombia http://cts-economia.galeon.com/
[Ref: La Patria, Manizales, 2013-05-27]
Imagen:
Barcos Clases Panamá de 4500 TEU y Suez de 12000 TEU. Adaptada de vinamaso.net
Relacionados:
PACÍFICO
COLOMBIANO, en: http://godues.wordpress.com/2012/12/30/pacifico-colombiano/
COLOMBIA MIRA A LA CUENCA DEL PACÍFICO, en:
http://www.bdigital.unal.edu.co/4102/1/gonzaloduqueescobar.201151.pdf
LA NAVEGACIÓN DEL MAGDALENA Y LA CONURBACIÓN
HONDA - LA DORADA
MACROPROYECTOS PARA EL EJE CAFETERO, en:
MACROPROYECTOS PARA EL EJE CAFETERO, en:
MIS LIBROS DIGITALES, en:
SEIS DIÁLOGOS CON EL TERRITORIO, en:
SOBRE PUERTOS Y MARES EN COLOMBIA, en:
UN “FERROCARRIL VERDE” PARA ARTICULAR LOS MARES DE COLOMBIA, en:
UNA SALIDA AL MAR PARA EL OCCIDENTE COLOMBIANO, en:
..
..
ENLACES:
Paisaje Cultural Cafetero PCC 2011-2016
Manual de geologia para ingenieros- U.N. de Colombia.
¿Por qué el Aeropuerto del Café?
¿Para dónde va el Magdalena?
El Ferrocarril Cafetero por el Norte del Tolima para la Intermodalidad de Colombia
Pacífico colombiano
UMBRA: la Ecorregión Cafetera en los Mundos de Samoga.
Guerra o Paz, y disfunciones socio-ambientales en Colombia.
Visión retrospectiva y prospectiva del desarrollo regional.
..