Por
Gonzalo Duque-Escobar *
Si
deseamos un mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos, debemos
partir de la educación por ser un proceso con el cual se liberan y
desarrollan las personas, formándolas en actitudes, valores y respeto por
lo público, además de generar en los individuos capacidades que les permita
actuar como miembros de la sociedad civil de forma responsable con el medio
ambiente y con visión de futuro,
decidiendo sobre los asuntos propios del hábitat. Al respecto, antes de abordar
la calidad de la educación, habrá que empezar por replantear el actual modelo
educativo por anacrónico, al ser un tema de primer orden, dado que esta
sociedad demanda formar en competencias para la nueva sociedad del
conocimiento, sin perder de vista que nuestro particular contexto natural y
cultural, responde al ámbito latinoamericano.
Con la
intensión de buscar soluciones a los problemas del país, de conformidad con la triada
priorizada para el período Santos II, “Paz, equidad y educación”, el
gobierno implementará propuestas en el marco de “La tercera
vía”, un híbrido que toma elementos del capitalismo y del socialismo para
seleccionar alternativas y argumentar opciones acordes con una visión no
conflictiva del futuro, pero trazando políticas públicas en un mundo cada vez más abierto,
donde a primera vista no habría posibilidad práctica de encontrar tres vías y
tampoco una tercera desde la perspectiva de la teoría económica, salvo que la propuesta sea
priorizar la formación de capital social sobre el crecimiento económico, y no
la fórmula contraria que nos ubicó en un sitial de privilegio entre
las naciones menos equitativas del planeta.
Lo
anterior, porque en la realidad colombiana donde paros agrarios, conflictos
mineros y desempleo formal caracterizan a esta sociedad, dada la naturaleza
compleja tanto del sistema social como del natural, la problemática
socio-económica en un escenario premoderno como el nuestro, no puede admitir
respuestas simples, dado que en virtud de la naturaleza de las relaciones entre
colectividades humanas y medio ecosistémico, más allá del neoliberalismo y del
keynesianismo, necesariamente se dan muchas formas de capitalismo y múltiples
formas en la organización social, incluyendo la democracia comunitaria. Para el
efecto, veamos nuestras circunstancias en las tres dimensiones del desarrollo:
En lo
ambiental, durante los últimos años, la deforestación que
alcanza niveles del 41% en la Región Andina, aunque en Colombia las tasas
hayan disminuido, ha pasado factura con inundaciones y sequías por
toda la geografía nacional, y con la contaminación hídrica por los vertimientos industriales y agroindustriales principalmente,
así seamos el sexto
país del mundo en oferta de agua, hemos comprometido el 50% del valioso
patrimonio: con sendas problemáticas, nuestros ecosistemas se han
desmejorado de forma sistemática, incluidos páramos y humedales legalmente
protegidos, pero también los bosques andinos que permanecen a la
deriva, por lo que una proporción considerable de la biodiversidad está amenazada.
En lo
social, nuestras principales problemáticas se relacionan con
violencia, conflicto armado, desplazados, narcotráfico y corrupción. Mientras la guerra históricamente
ha estado ligada al desarrollo económico colombiano, la violencia ha
partido del ejercicio indebido del poder buscando el control y asalto del
Estado, para acumular tierras y riqueza. Y como fenómenos asociados, además del
desplazamiento forzado cuyas víctimas sumarían 5 millones, tenemos el
narcotráfico ejercido por bandas criminales dedicadas al microtráfico,
sicariato y extorsión, o por las Bacrim herederas de las Auc, quienes retomaron
el control de las actividades criminales de paramilitares y narcotraficantes.
Y en lo
económico, aunque los temas sustantivos se relacionan con inequidad y pobreza,
empleo y productividad, crecimiento económico, inversión en infraestructura y
balanza de pagos, aunque el país ha presentado notables avances los principales
problemas se asocian, en primer lugar, con la inequidad, que a diferencia de la
pobreza resulta más difícil de resolver; en segundo lugar, con la falta de
acceso a un empleo de calidad y con la obsolescencia del aparato productivo,
consecuencia de una brecha de productividad por carencia de políticas de
ciencia y tecnología en especial para el agro, donde aquélla explica la
concentración del ingreso en los medios urbanos; y por último la salud, dada la
falta de cobertura y dificultades de acceso equitativo a servicios de buena
calidad en forma oportuna y eficiente.
* Prof.
Universidad Nacional de Colombia. http://galeón.com/cts-economia [Ref. La Patria, Manizales, 2014.08.18] Imagen:
Viviendas del Pacífico colombiano, en http://3.bp.blogspot.com
, y vivienda Wayú de la Guajira, en http://jesus-robles-cultura-caribe.blogspot.com
Relacionados:
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Anotaciones
para un crecimiento previsivo y con desarrollo http://godues.wordpress.com/2011/08/15/
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Una nueva
sociedad, el desafío para un cambio sostenible, en: http://www.bdigital.unal.edu.co/2181/
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