jueves, 12 de mayo de 2022

Historia de los procesos urbanos y económicos del Eje Cafetero

 


 

Por Gonzalo Duque-Escobar. (*)

 

 

Gracias al ferrocarril y al café, durante la primera mitad del Siglo XX, la población de Colombia se pudo establecer con centros urbanos de relevancia, en el centro occidente del país.

Con la revolución verde, el campesino deja de ser propietario y la tierra pasa capas sociales de la población urbana: de esta forma, la región cafetera de Colombia también deja de ser un escenario rural  para transformarse en uno urbano.

Las ciudades latinoamericanas vienen siendo día a día escenarios predominantemente habitados por pobres en medio de una creciente opulencia, como resultado de la inequidad.

La concentración de la riqueza y del poder, no son dos problemas distintos: son una misma cosa. El modelo de desarrollo debe apuntar a la democratización de la propiedad y del poder.

CTS Y ECONOMÍA



 I- Economía General


II- Macroeconomía


III- Microeconomía*


HISTORIA DE LOS PROCESOS URBANOS Y ECONÓMICOS DEL EJE CAFETERO.
EL EJE CAFETERO EN EL ESCENARIO DE LAS CIUDADES INTERMEDIAS.
LA LECCIONES  DEL RUIZ A LOS 20 AÑOS DE ARMERO.
CIENCIA TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD – CT&S-LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL.

Index

 

 

Resulta conveniente mirar la historia de Manizales desde su fundación hasta el centenario  y articularla a la del desarrollo local de la segunda mitad del siglo XX, para comprender las implicaciones del relevo de Manizales por el nuevo centro de las actividades regionales que se traslada a una potencial  conurbación en medio del país, con centro en Pereira, la que se advierte entre las capitales del Eje Cafetero y Cartago.

 

Para el efecto, se señalarán cuatro períodos históricos partiendo de la fundación de Manizales y caracterizándolos a partir de la lectura de hechos notables para obtener una herramienta que permita advertir tendencias y limitaciones hacia el futuro, con el objeto de prevenir conflictos, potenciar posibilidades y construir con acierto el futuro de la región y sus gentes. 

 

El primer período transcurre entre 1849 a 1905, es de ocupación y pertenece a la colonización antioqueña, uno de los procesos sociales más importantes de la historia de Colombia ocurrido en el siglo XIX. En el se da la fundación de nuestras ciudades bajo una economía de subsistencia, y Manizales como teatro de los acontecimientos, se favorece por las inversiones en las guerras entre los estados federales de Antioquia y Cauca.

 

Iniciando el siglo XX, es la portentosa empresa de la arriería, con varios miles de mulas y bueyes que caminan desde Manizales por las trochas del occidente colombiano y la Cordillera Central, el verdadero motor que soporta y proyecta las necesidades de los habitantes de estas nacientes aldeas de bahareque y teja de barro. Estas construcciones de estructuras de guadua, arboloco y más maderas nativas, empañetadas con cagajón y con propiedades sismo-resistentes, aún se observan en San José, Hoyo Frío y Los Agustinos, donde la cuidad mantiene la ortodoxa retícula urbana.

 

Luego el segundo período, de crecimiento económico, que va desde la creación del antiguo Caldas en 1905 hasta el centenario en 1949. En la década de 1920s se presentan los grandes incendios, y gracias al café se concibe y ejecuta la construcción de medios de transporte buscando los puertos sobre los dos océanos para fines comerciales, como el cable aéreo a Mariquita, los vapores para la navegación por el Cauca y Magdalena y el Ferrocarril de Caldas.

 

Así se facilitan los procesos de acumulación de riqueza y se reconstruye y transforma el poblado, que muestra entonces una arquitectura ecléctica, como se ve en el Teatro Olimpia y  hoy en la Gobernación y el Palacio Arzobispal, o también en algunas casas de Versalles y sobre el llamado Carretero, primera avenida construida por la divisoria de aguas para cambiar el modo de trazar el espacio urbano, que en conjunto muestra ahora una estructura con cola de cometa. Este estilo de construcciones de cemento, metal y otras de bahareque enriquecido con estos materiales y formas europeas, anuncia la apertura cultural y económica de Manizales como ciudad re rápido crecimiento y nuevo meridiano económico de la Colombia de la época. 

 

Continua el tercer período que es el del desarrollo, que va desde el 1949 al año 1967 y está marcado por el desmembramiento del territorio, para dar origen a Quindío y Risaralda. Es el período en el cual se habla del departamento modelo de Colombia, calificado así por hechos de verdadero desarrollo. A pesar del centralismo y gracias al efecto redistributivo del ingreso cafetero, intensificado por el pequeño tamaño de la propiedad de la tierra, con los Comités de Cafeteros y el liderazgo cívico que en el subyace, se logran acciones concretas para el bienestar de los pobladores de la región y obras necesarias para el impulso de las fuerzas productivas locales. Se construyen las escuelas y puestos de salud rurales, se crea la universidad pública, se consolidan la Chec, la Federación, Única y Luker, se abren los caminos veredales y se electrifica el campo.

 

Son los tiempos del Jeep, el Willys y “la chiva”, los automóviles que transforman varios poblados de la región en ciudades, al reducir los tiempos para abastecer sus actividades. Mientras tanto, las comunicaciones se expanden y la población rural gradualmente emigra a estos escenarios urbanos y a los vecinos, donde son mayores las oportunidades. La arquitectura propia de este período, republicana como la de los anteriores, es moderna, un estilo que muy bien se expresa en el precioso Banco del Comercio o en las casonas de los Gómez Arrubla, en Manizales. Hasta ahora la ciudad que se ha expandido con rapidez razonablemente responde a criterios claros de planeación y responsabilidad ambiental.

 

Después del año 1967, viene el cuarto período que cierra el milenio, y que es el de la crisis, empezando por la cafetera. De esta parte la crisis ambiental, que también contribuye a la problemática social y  económica que afecta la región. Con el monocultivo del Caturra, perdimos el sombrío y entramos al deterioro de los términos de intercambio. Es que exportamos café para importar agroquímicos (abonos, pesticidas, fungicidas), contaminar y agotar las aguas disponibles y de paso, al exterminar la biodiversidad, provocar las plagas (roya, broca, paloteo). Hemos pasado de la autosuficiencia a una economía de dependencia y los prósperos campesinos, propietarios ayer, hoy han emigrado a la ciudad para hacerse proletarios.

 

Ahora la ciudad ve como los reductos de bosques andinos desaparecen de las frágiles laderas, para dar paso a urbanizaciones populares con una estructura satelital desarticulada de la urbana con forma de cometa, y vulnerables en alto grado a los movimientos de masa en las temporadas invernales. En este escenario los moradores viven en circunstancias socioeconómicas más apremiantes y preocupantes que cualquiera de las  del último siglo. Como prueba, el “muro” que separa a pobres y ricos y expresa los agudos conflictos y contradicciones de la época actual. Basta ver a pequeña escala el contraste entre la arquitectura contemporánea del sector de Los Rosales y San Cancio contra el asentamiento tugurial colgado en la ladera de la periferia urbana, armado con tecnologías de tercera, como si los habitaran personas de segunda.

 

¿Y Ahora qué?. La globalización de la economía y la cultura, el protagonismo del saber entre los factores de producción, el auge del sector terciario, las condiciones geográficas y de recursos naturales asociadas al ecosistema, y el buen desarrollo esperado de la Constitución Política, deben servir para aprovechar las posibilidades surgidas de los largos años requeridos para los procesos de identificación de los tres departamentos del Eje Cafetero, consolidar la competitividad subregional por las ventajas comparativas de la Dorada vista la sinergia regional de cara a la Hoya del Magdalena, y fortalecer el ordenamiento regional integrado hacia adentro y hacia afuera para alcanzar el posicionamiento del Eje Cafetero conurbado entre Cali - Medellín y en medio de Bogotá y el Pacífico.

 

Aquí será necesario considerar las determinantes asociadas a la inversión de la población que ha pasado  de rural a urbana, a la realidad del sector cafetero y a la interdependencia entre los tres departamentos del Eje Cafetero y en particular de las ciudades conurbadas. Cualquier estrategia deberá pasar por la educación individual y colectiva, única estrategia que cruza por las otras del desarrollo, y deberá contar con el efecto redistributivo de los beneficios económicos, asociado únicamente al papel del Estado y que surgen de la riqueza que impulsa pero concentra, el dinamismo de las fuerzas del mercado.

 

Agosto 14 de 2001

 (*) Gonzalo Duque-Escobar: Ingeniero Civil con estudios de posgrado en Geotecnia, Geofísica y Economía. Profesor Especial de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales. Actualmente Director del Museo Interactivo Samoga y del Observatorio Astronómico OAM. Presidente de la Red de Astronomía de Colombia – RAC entre 2004 y 2006. Autor o coautor de los siguientes libros y documentos, disponibles en la Web:


Aerocafé en tiempos de pandemia

Agricultura sostenible: reconversión productiva en la cuenca del río San Francisco.

Apuestas por el agua en Caldas.

Área Metropolitana de Manizales.

Breviario caldense: asuntos del desarrollo regional. 

Caldas en la biorregión cafetera.

Caldas: marco territorial e histórico

Cien años de civilidad en la construcción de territorio. 

Colombia Tropical ¿y el agua qué? 

CTS, Economía y Territorio.

Dinámica económica del Eje Cafetero.

Eje Cafetero: construcción social e histórica del territorio. 

El camino por el Río Grande de La Magdalena.

El desarrollo urbano y económico de Manizales. 

El Paisaje Cultural Cafetero de Colombia PCCC: una visión prospectiva

El territorio caldense: ¿un constructo cultural? 

El volcán y el desastre de Armero

Elementos para la construcción de una visión estructurada del desarrollo de Caldas.


Fragmentación urbana y clima en Colombia. 

Fundamentos de economía y transportes.

Introducción a la economía del transporte. 

Geomecánica. 

Geotecnia para el trópico andino. 

Gestión del riesgo natural y el caso de Colombia. 

Gobernanza forestal para la ecorregión andina”.

Guía astronómica. 

Huracanes y terremotos: ¿y cómo está Colombia? 

Introducción a la teoría económica.

La adaptación de la ciudad al trópico andino. 

La amenaza volcánica del Cerro Machín. 

La astronomía en Colombia: perfil histórico. 

La logística del transporte: un elemento estratégico en el desarrollo agroindustrial. 

La pobreza en la historia de los procesos de desarrollo del eje cafetero

La Septuagenaria Galería de Manizales 1951-2021. 

Laudato sí: El Cuidado de la Casa Común: Memorias. 

Legalidad y sostenibilidad de la guadua en la ecorregión cafetera.

Los albores de la civilización. 


Manual de geología para ingenieros. 

Manizales: el futuro de la ciudad.

Manizales: un diálogo con su territorio. 

Nuestro corredor logístico para el PND. 

Nuestros bosques de niebla en riesgo. 

ONG: desarrollo sostenible, gestión del riesgo y cambio climático.

Oro de Marmato: miseria o desarrollo.  

Preservación Ambiental e Hídrica dentro de la Declaratoria del PCC de Colombia. 

Procesos de Control y Vigilancia Forestal en la Región Pacífica y parte de la Región Andina de Colombia. 

¿Réquiem por la Reserva Forestal Protectora de Río Blanco?

Sistematización de Experiencias y Estrategias de los Planes de Acción Inmediatos PAI de la cuenca del río Guarinó y la Charca de Guarinocito.

UMBRA: la Ecorregión Cafetera en los Mundos de Samoga.

Una mirada al contexto regional. 

¿Violación de derechos ambientales en Río Blanco? 

Visión retrospectiva y prospectiva del desarrollo regional. 

 

Fuente: https://godues.wordpress.com/2011/09/09/a-digital-books-gonzalo-duque-escobar/

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