jueves, 14 de noviembre de 2024

Proyección turística de la región de Caldas

Proyección turística de la región de Caldas.

Imagen: La ecorregión Cafetera en los Mundos de Samoga.

Por Gonzalo Duque-Escobar**

Mientras históricamente el occidente caldense, vinculado desde la Colonia a la minería aurífera de Quiebralomo, la Vega de Supía, Marmato y Anserma, ha sido un territorio mestizo forjado en oro, panela y café, la subregión centro que parte de Aguadas y pasa por Salamina y Neira para nutrirse de preciadas joyas del patrimonio arquitectónico, que soportan el Paisaje Cultural Cafetero PCC, surge en el contexto de las fundaciones de poblados durante la colonización antioqueña del siglo XIX.

Este amplio territorio que tiene en común el cultivo del café y la panela, comporta un doble carácter: por un lado, al contener por la margen occidental del Cauca un medio fundamentalmente rural y pluriétnico que se expresa en tierras de resguardos y negritudes y en la cultura minera; y por el otro, al incorporar por la margen oriental del citado río, un medio soportado en una economía fundamentalmente urbana, dada la presencia de la capital caldense en medio de poblados de economía no solo cafetera, sino también panelera y pecuaria.

Para ver la importancia del occidente minero, digamos que no solo en el oro de Marmato y Riosucio existe más novela y poesía que en el café; sino que también en el Siglo XIX, cuando la Nueva Granada generaba cerca del 40% del oro del mundo, Quiebralomo aparecía como la primera mina del orbe.

Y por tratarse del cañón del río Cauca en Caldas, deberá añadirse a la anterior circunstancia, que las oleadas de colonos que desde 1780 parten de Antioquia hacia el sur en busca de minas y tierras, pasaron por Armaviejo reactivando el viejo poblado colonial - lo que condujo a la fundación de Aguadas (1808) y más tarde de Salamina (1825), Pácora (1831), Filadelfia (1850) y Aranzazu (1853)-, tras cruzar el río Cauca por el viejo camino de Bufú llegaron a Marmato donde laboraron como mazamorreros independientes, y luego continuaron para poblar los entornos del valle del Risaralda y tierras del Quindío.

La antigua Provincia de Marmato ubicada en la vertiente oriental de la Cordillera Occidental hasta las riberas del Cauca, tuvo por límites al Sur de forma incierta el río Cañaveral o el río La Paila en el Norte del Valle del Cauca y al norte el río Arquía en límites con Antioquia. Y en cuanto a la subregión Centro-Sur, con Manizales y Neira se toma parte de la provincia del sur de Antioquia cuyo límite meridional era el Río Chinchiná, y con Palestina, Chinchiná y Villamaría, se añade el extremo más norte de la provincia del Cauca en límites con dicho río.

 --

1.1 Escenarios turísticos de la Zona del Centro y Occidente de Caldas

Imagen: Íconos de Caldas. Villegas Editores y Ornitologiacaldas.org

Si el turismo ha logrado al año 2024 una participación del 4% en el PIB de Caldas, lo que significa que se trata de una actividad económica importante en el departamento, para hacerle, eco a la idea de un turismo de talla mundial, tal cual lo propone desde hace un lustro la corporación “ESNATURAL, pareciera importante explicar dos elementos condicionantes:

Primero, el potencial de Aerocafé con alcance transoceánico para darle vía libre al turismo internacional en el marco del PCC, ya que gracias a su ubicación en el centro del Triángulo de Oro de Colombia, y a su gran eficiencia para hacer viable un aeropuerto Low Cost y de Carga pesada al permitirle a un Jumbo levantar 112 mil libras, contra 75 mil desde Río Negro y 83 mil desde El Dorado, no sólo accederíamos al Cono Sur, Canadá y Europa atrayendo rutas andinas y centroamericanas, sino que también Colombia como nodo aéreo podría actuar de bisagra entre Europa y Asia u Oceanía, y entre las Américas.

Y segundo, la importancia intrínseca de Colombia como país biodiverso que ofrece entre los 53 Parques Nacionales Naturales, el PNN de Los Nevados con su Complejo Volcánico donde sobresales además de volcanes activos, fuentes geotérmicas y ecosistemas de páramo, a los que se suman varias reservas Forestales Protectoras vitales para cientos de especies de flora y fauna endémicas, y como ecosistemas proveedores de servicios ecosistémicos para las capitales cafeteras e Ibagué, además de la estabilidad de otros ecosistemas andinos gracias a la conectividad biológica de franjas y rondas reforestadas, que parten desde sus zonas de amortiguamiento. Al respecto, Caldas cuenta con el 42% de las 1966 especies de aves que tiene Colombia.

Además, en esta Ecorregión Cafetera con su verde, escarpado y deforestado paisaje tropical enclavado entre las cordilleras, y los profundos valles de los Andes más septentrionales de América, sobresalen los páramos establecidos en ambientes fluviales, glaciares y gravitacionales que se entreveran, ubicados tanto sobre la Cordillera Central en vecindad de las cumbres nevadas del Complejo Ruiz-Tolima y la Mesa de Herveo a más de 5.000 msnm, como en el continuo de farallones de la Cordillera Occidental ubicado al sur de los Complejos Paramillo y FrontinoUrrao, con sus notables alturas como el Cerro Caramanta del Complejo Citará, y el Tatamá del Macizo Tatamá que son sus mayores alturas en jurisdicción del Eje Cafetero.

Y en cuanto a poblados, para empezar Riosucio: un poblado fundado en 1819 al lado del Ingrumá su cerro tutelar, cuya grandeza se manifiesta en el Encuentro bianual de la Palabra, y se expresa y en el Carnaval a través de la danza, el disfraz y la palabra como expresión del pensamiento de las comunidades de base y de la nueva intelectualidad, como hechos que reivindican el concepto más incluyente de esta población mestiza.

Riosucio, como núcleo artesanal cuya tradición precolombina se asociada a sus parcialidades indígenas, ofrece además de productos de talabartería, tallados y tejeduría de fique, la alfarería en Cañamomo y Lomaprieta; la cerámica de Portachuelo, la cestería de bejuco de la Zulia y El Salado en la Montaña y en San Lorenzo; las esteras de enea y caña brava de la Montaña; las artesanías en cogollo de caña brava y la sombrerería en Travesías y Pasmí en San Lorenzo; y las tallas en palo de naranjo de Tumbabarreto.

Respecto a Supía, el colonial poblado que se ubica entre Marmato y Riosucio a 1183 msnm y al pie del cerro Tacón, las torres del monumental templo de San Lorenzo, desde 1887 anuncian la presencia del poblado fundado en 1540 y erigido municipio en 1777, ocupando una estrecha vega del río Supía afluente del Cauca, en territorio de la nación de los aborígenes Ansermas, explorada por el conquistador Juan Vadillo. En su circunscripción sobresalen Guamal y el resguardo de Cañamomo y Loma Prieta, hábitat de dos comunidades autónomas. A mediados de cada año par, los supieños celebran la ya cincuentenaria Feria de la Colación, evento nutrido de verbenas populares, presentación de bandas y chirimías, caravanas turísticas, conciertos y variados espectáculos culturales.

Ahora, por la ruta del café que es la de la colonización, tras la fundación de Sonsón (1800) y Abejorral (1805), entre neblinas y pasillos aparecerá Aguadas, la nueva aldea de 1808 que será el portal más septentrional de entrada por la tierra del sombrero de iraca y el pionono, a la ruta donde el esplendor de nuestra arquitectura vernácula en continuos de bahareque, se repetirán al sur en las nuevas fundaciones del norte caldense: Salamina (1825), Pácora (1831), Filadelfia (1850) y Aranzazu (1853).

Aunque Salamina, el precioso municipio fundado en tierra de Carrapas y Pícaras, es monumento nacional desde

1982, para dimensionar su importancia, está anécdota: en 1995, ante el entonces alcalde electo de Salamina Luis Guillermo Velásquez, François Widemann del CNRS de Francia y Luis Gonzalo Valencia del Ministerio de la Cultura de Francia, acompañados de un grupo de profesores de la UN, propusieron acometer el proyecto de la declaratoria de Salamina como Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad, acordando tareas que desafortunadamente no lograron su cometido.

Si en Colombia 500 mil familias viven del café, 300 mil lo hacen de la panela. Riosucio y Guamal cuentan con una tradición panelera de más de 100 años, en la producción de caña y su transformación en panela artesanal. Entre el 2001 y 2010, el sector primario contribuyó con el 13,5% del PIB de Caldas; allí, el café, que a nivel nacional participa con el 0,8% del PIB, a nivel departamental representó el 4,5% y otros productos agrícolas, en especial caña, plátano y cítricos, el 3,9%.

Dentro del sector agropecuario, en Supía y Riosucio descolla la caña panelera, mientras que en Filadelfia, La Merced y Marmato lo hace en menor proporción. Entre los instrumentos a evaluar y fortalecer, están el Centro Tecnológico de la Panela de Supía, la Asociación de Productores de Panela de Bonafont y los paneleros de Guamal, para intentar la construcción de sinergias orientadas al desarrollo del sector artesanal y al fortalecimiento de las cadenas productivas.

Con el nombre de Marmato asociado al vocablo “marmaja”, mineral que los aborígenes Cartamas molían sobre piedras para extraer el oro, se identifica el emblemático municipio minero de Caldas que fue prenda para financiar nuestra independencia; este histórico poblado anclado sobre los riscos del cañón del río Cauca, en una zona aurífera cuyo nombre honró Juan B. Boussingault al denominar marmatita a una variedad del mineral esfalerita. Entre los jolgorios de la región en la tierra de Iván Cocherín, a las Fiestas de San Antonio habrá que sumar las del Oro.

Anserma, además de ofrecer escenarios naturales, como la vereda La Nubia para el avistamiento de aves y la práctica del canotaje en el río Risaralda, con su ubicación estratégica en la troncal de occidente, posibilita el fácil acceso al túnel de los samanes como antesala de Viterbo, a Risaralda en la ruta de Santágueda, y a San José y Belalcázar con su monumental Cristo, dos impresionantes balcones desde donde se domina el precioso valle que inspiró al novelista Bernardo Arias Trujillo en 1935, a relatar en “Risaralda” una ficción fundacional con historias de palenques y luego de colonos, de principios del siglo XX.

Y pasando al otro lado del Cauca, para entrar a la Subregión Centro Sur, empecemos por el Patrimonio Arquitectónico sobre la ruta de la colonización, donde Neira, Aguadas y Salamina son referente de la arquitectura vernácula del bahareque. Además, si en Neira empieza la zona cafetera que pasando por Marsella y el Quindío llega hasta el norte del Valle, continuemos con Chinchiná-Palestina como núcleo de la institucionalidad cafetera, y cerremos con Villamaría con su potencial ecoturístico relacionado con el propuesto Geoparque de los Nevados. 

Añádase a lo anterior, a Manizales, ciudad que desde su fundación hasta cerrar el siglo XX, en una perspectiva económica ha experimentado cambios estructurales, así: un período de supervivencia que parte de la fundación de Manizales (1949), otro de crecimiento económico en el que se crea el departamento (1905), uno más de verdadero desarrollo con sabor a café gracias a la creación de la Federación Nacional de Cafeteros (1927), otro entre 1970 y final del siglo de profunda crisis; y por último el actual período que ya deja atrás la sociedad industrial de ayer.

Sea esta la oportunidad para subrayar la preocupación por la expansión aguacatera, que además de comprometer territorios cafetaleros, presiona las zonas de recarga hídrica en la alta cordillera, razón por la cual no solo deberían limitarse dichos cultivos, sino también extenderse las áreas de protección, máxime cuando en Caldas ellas apenas representan solo el 5% de su territorio. Las áreas cultivadas con extensos monocultivos en aguacate, en predios que eran remanentes de bosques nativos, afectando áreas de infiltración como reguladoras de aguas subterráneas, reducen las   cuencas abastecedoras aumentando el riesgo de sequias.

Conjugados los elementos descritos para un nodo turístico regional cafetero de talla internacional en Caldas, comparable al del Parque del Café y el Turismo en el Quindío, veamos el clúster del PCC en Caldas, y dentro del mismo a modo de ejemplo el Nodo Cafetero, Chinchiná – Palestina, que podría ser objeto de lo que en este municipio se ha denominado el Centro Interpretativo de la Ruta del Café -CIRCA. Veamos:

  1. El clúster del PCC en Caldas: 1- El Termalismo tanto en el cañón del Chinchiná como del Río Claro; 2- La ruta del PNNN, con sus volcanes y paisajes del ecosistema de Páramo; 3-El patrimonio Arquitectónico de Salamina y Aguadas, soportes de la declaratoria patrimonial del PCC; 4- El Carnaval de Riosucio el Encuentro de la Palabra y los jolgorios del alto Occidente; 5- El Centro Histórico de Manizales con su arquitectura republicana, museos y monumentos; 6- La ruta de la expedición Botánica y de los Vapores en el Magdalena Centro, entre Mariquita- Guaduas y Honda -La Dorada; 7- Los bosques alto andinos para el avistamiento de aves en Río Blanco, El Recinto del Pensamiento, Alto Corozal y la reserva de La Chec.
  2. El Nodo Cafetero, Chinchiná – Palestina: 1- Buencafé Liofilizado de Colombia, el Centro de Investigaciones del Café (CENICAFÉ), y la Cooperativa de Caficultores: 2- El Hotel Campestre Curazao, el Ecohotel Centro de Convenciones, la Hostería del Café y la Granja Pinares; 3- La ruta del tren recuperando la ferrovía, las estaciones y los túneles del Ferrocarril Cafetero; 4- El Aeropuerto del Café equipado para aviones con alcance transoceánico, complementado con Matecaña; 5- Las grandes haciendas y pequeñas fincas cafeteras, de la localidad, con prácticas agroforestales; 6- La Declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero hecha por la UNESCO (2011), como motor.

-- 

1.2. El Paisaje Cultural Cafetero – PCC: ¿sujeto de derechos?

Siendo el Café el dinamizador histórico de la economía en Caldas además de fuente de arraigo y tradición, al ser el sustento básico de 32.459 familias que dependen directamente de su cultivo, la preocupación actual es doble: primero porque en los últimos 50 años su participación en el PIB nacional ha caído del 9% al 0,9%; y segundo, porque con el cambio climático las áreas cafetaleras del planeta se reducirán un 50%.

Imagen: Monocultivo de Caturra y café en sombrío. Villegas Editores y Que Café

El Paisaje y su importancia para la Región Caldense y la Ecorregión Cafetera, en la construcción de este Territorio biodiverso, multicultural y mestizo de Colombia, donde los desafíos ambientales asociados al cambio climático, no solo pasan por el tema de la economía rural campesina de base artesanal, sino también por los del agua y la biodiversidad. Esto porque tras haber abandonado un modo de producción que engrandeció a Colombia entre 1900 y 1970, por apostarle a la Revolución Verde con el monocultivo del café, renunciamos a la caficultura orgánica, para introducir un modo de producción intensivo en productos de base química, a costa de la salud del suelo, la biodiversidad y la calidad del agua.

El Pasaje Cultural Cafetero de Colombia, conformado por 47 municipios en su área principal y 4 más de su área de influencia, comprende 340.000 hectáreas de la zona rural en 858 veredas cafeteras donde habitan cerca de 500.000 personas, y 3.500 hectáreas de zonas urbanas de los municipios de Aguadas, Belalcázar, Chinchiná, Neira, Pácora, Palestina, Risaralda, Salamina y San José en Caldas; Montenegro, Salento y Filandia en Quindío; Apía, Belén de Umbría, Marsella y Santuario en Risaralda; así como El Cairo en el Valle del Cauca.

La declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como patrimonio de la humanidad, representa una oportunidad para hacer de dicho instrumento un factor de desarrollo rural integral, mediante la implementación del “bioturismo”- concepto que incorpora cultura y medio ecosistémico -, apalancado con un programa de vías lentas que cruce poblados lentos.

Lo anterior supone recuperar la economía campesina, y la reconversión del modelo agrario cafetero, uno y otro soportados en una agroindustria que en lugar de aportarle valor agregado al café, con los monocultivos y el uso de productos químicos, ha destruido la biodiversidad y convertido la caficultura en una economía de enclave.

Con el Paisaje Cultural Cafetero, la suerte de los pequeños poblados cafetaleros dependerá del papel del transporte rural como catalizador de reducción de la pobreza, del bahareque como arquitectura vernácula, de la salud del suelo y del agua, del sombrío para la biodiversidad, de las sanas costumbres, y de un cúmulo de elementos tangibles e intangibles de nuestro patrimonio cultural y natural. No olvidemos que por carencias en C&T y asimetrías en el nivel educativo, existe una profunda brecha de productividad entre los medios urbanos y el campo, misma que explica ingresos medios cuatro veces superiores en la ciudad respecto las zonas rurales.

Pero el bioturismo que se soporta en lo autóctono y en la biodiversidad, exige una revolución educativa, para hacer viables la reconversión productiva, el desarrollo de la identidad cultural, el fortalecimiento del tejido social y la solución de la brecha de productividad entre ciudad y campo, y eficaz el apoyo institucional. Colombia, con 9.153 especies endémicas y 56.343 registradas en 2016, aparece entre los doce países biodiversos del mundo y el primero en aves y orquídeas: por esta razón el aviturismo se constituye en una opción económica, ya que con el 20 por ciento de las aves existentes en el planeta, equivalentes a 1.912 especies, de las cuales 79 son endémicas y orquídeas, el país tiene la mayor diversidad de aves del mundo.

Pero dada la disrupción del modelo cafetero y agropecuario en la ecorregión, por qué no buscar una declaratoria que ampare los derechos bioculturales del Paisaje Cultural Cafetero para recuperar la senda del desarrollo rural y adaptarlo al cambio climático, si es que nos decidimos por el rescate de la estructura natural y simbólica con sus elementos tangibles e intangibles conexos a la cultura y al ecosistema cafetero, apalancados en elementos estructurales como la educación y el desarrollo rural, y en especial en una reconversión productiva orientada a una producción artesanal y orgánica de bienes culturales y servicios ambientales certificados, soportados en ciencia, tecnología y saberes como una apuesta sustentable por lo autóctono que permita cerrar la brecha de productividad e ingresos en nuestro medio rural.

En una acción de tutela fue interpuesta por el Foro Interétnico Solidaridad Chocó (FISHC) y los Consejos Comunitarios Mayores de la cuenca del Río Atrato, con el apoyo y representación del Centro para la Justicia Social Tierra Digna, la Corte Constitucional mediante la Sentencia T-622 de 2016 el 10 de noviembre de 2016, le otorgó derechos al río Atrato, partiendo de la premisa que “La tierra no le pertenece al hombre sino, por el contrario, es el hombre quien pertenece a la tierra”.

Posteriormente, como respuesta a una petición de tutela solicitando el amparo de derechos fundamentales afectados por el cambio climático, la Corte Suprema de Justicia mediante Sentencia STC4360 del 5 de abril de - 2018, también reconoce a la Amazonia colombiana como sujeto de derechos y titular de protección, al señalar que dicho territorio «tiene derechos que obligan al Estado a protegerla y adelantar acciones urgentes para fortalecer su conservación y manejo sostenible».

Recientemente, el Tribunal Superior de Medellín siguiendo esta histórica y fundamental línea en la jurisprudencia ambiental de Colombia, en un fallo de segunda instancia que pasará a revisión de la Corte Constitucional, en junio de 2019 reconoció al Río Cauca, su cuenca y sus afluentes como sujeto de derechos a la protección, conservación, mantenimiento y restauración a cargo de EPM y del Estado. Lo anterior, bajo el entendido de que, si un territorio es una construcción social e histórica que una relación dialéctica entre dos sistemas, el natural y el social, para que las transformaciones del medio ambiente sean ecológicamente sólidas y compatibles con la cultura, habrá que priorizar los derechos de las comunidades ancestrales y ecosistemas del territorio.

La pregunta que surge ahora, es si también deberían declararse sujeto de derecho, al igual que el Paisaje Cultural Cafetero, también el Magdalena hoy víctima del olvido y de la contaminación, por ser su cuenca el hábitat donde se dan nuestras relaciones con el medio andino tropical y su arteria fluvial la ruta que permitió la consolidación de la nación durante el siglo XIX.

Para Samoga, el Idea y el Observatorio Para la Sostenibilidad del Paisaje OPP de conformidad con lo argumentado en la Cátedra Unesco de la U.N. de Colombia, la solución a la situación de enclave y a la amenaza del cambio climático, es el ecoturismo comunitario a la luz de los atributos del Paisaje Cultural Cafetero la UNESCO (2011) lo que supone, reorientar la caficultura a la producción de cafés especiales orgánicos, certificados y con sombrío, antes que persistir en un modelo agroindustrial de enclave económico al apostarle a exportar cada año cerca de 14 millones de sacos de café en cereza. A nivel mundial el turismo representa el 10,5% del PIB y 1 de cada 8 empleos.

 **

Fuentes de Consulta y Lecturas:

….

** GDE: Profesor de la Universidad Nacional de Colombia y Socio de la SMP de Manizales. Web del autor: https://sites.google.com/unal.edu.co/godues1

* Este documento inicialmente preparatorio para el II ENCUENTRO de PROYECCIÓN TURÍSTICA DE LA REGIÓN DEL CENTRO Y OCCIDENTE DE CALDAS, de agosto 23 de 2019 en Palestina- Caldas- y que se ha ajustado en noviembre 13 de 2024 para el Conversatorio sobre el turismo en Caldas, de La Catedra Unesco y el IDEA de la U.N. de Colombia, es una visión del Museo Interactivo Samoga de la Universidad Nacional de Colombia. 

No hay comentarios: