domingo, 1 de junio de 2008

LA ZONA FRANCA - para la capital de Caldas, Manizales

Por: Mario Calderón Rivera

Discrepar de una posición del alcalde es un derecho ciudadano tan legítimo como el de acompañarlo con resolución y convicción en otras de sus decisiones.

Con el gran respeto que merece nuestro alcalde, hay que decir que no estuvo en su mejor momento el doctor Juan Manuel Llano Uribe cuando, en tono dogmático y con alguna dosis de arrogancia, descartó para Manizales cualquier solución de zona franca diferente a la que se ubicaría alrededor de los terrenos de la Industria Licorera en la antigua zona de Maltería. Si bien no descartó una figura como ésta al interior de Aerocafé o con otro pretexto, lo cierto es que la sorpresiva declaración de nuestro admirado burgomaestre está muy lejos de lo que debería ser una verdadera estrategia prospectiva integral del ordenamiento territorial para Manizales, pero también de la propia proyección que, con sentido visionario, le dio él mismo a Manizales y a su área metropolitana como gerente de Emtelsa. Es claro y más que justo el reconocimiento que se ha hecho a esa gestión, por lo que significó para nuestra ciudad y para su área de contorno, al convertirlas en la unidad geográfica urbano-rural mejor dotada de fibra óptica del país, y para proyectarla de paso como centro excepcionalmente dotado para insertarse en la informática global. El significado de ese logro excepcional se ha visto magnificado por otros hitos regionales de valor geoestratégico comparable. Ellos se expresan principalmente en la doble calzada Manizales-Armenia, igual que en Aerocafé y en lo que éste representa como un afortunado desplazamiento del área de influencia de Manizales hacia el corredor del Cauca, para conjugar equidistancias que convertirán a este aeropuerto en pieza clave de un sistema de transporte multimodal de alcance hemisférico. Porque cuando se habla de infraestructura para el desarrollo, resulta ineludible para Manizales pensar en lo que representan la Autopista del Café y el Aeropuerto de Palestina conectados con la carretera al mar y con un puerto de aguas profundas en el Pacífico, igual que con los grandes desarrollos que el Proyecto Arquímedes está impulsando en el Golfo de Tribugá y en el corredor fluvial del Atrato, entre otras obras que representarán para Colombia y principalmente para nuestra región una inflexión histórica sin precedentes en su desarrollo. Sin hablar del Tren de Occidente que, por claras razones geoestratégicas, han asumido inversionistas de Antioquia y Valle, con una deplorable ausencia de interés por parte de los departamentos del Eje Cafetero, pero con clara incidencia positiva para nuestra región.

Hay que decir sin ambages que el Plan de Ordenamiento Territorial de Manizales se quedó corto en esta visión de amplio espectro. Porque cuando se tiene una perspectiva que trascienda el marco convencional del aislacionismo a que nos habíamos acostumbrado, el concepto de infraestructura física en una verdadera prospectiva de desarrollo adquiere una dimensión diferente a lo puramente municipal. Por esta razón hay que discrepar muy respetuosamente del doctor Juan Manuel Llano cuando enfáticamente afirma que fuera del perímetro urbano de Manizales no hay infraestructura que soporte una zona franca. Es, sin duda, un argumento de validez relativa porque lo que importa, en primera instancia, es la gran infraestructura de transporte multimodal -que está a la vista-, igual que de energía -que la da nuestra posición dentro de un sistema interconectado y bien dotado por la Chec-, y de comunicaciones, -que está en óptimo nivel. Lo demás, como las vías de acceso, iluminación, seguridad y otros servicios, corresponde en la práctica a inversiones recuperables que forman parte de las propias proyecciones de una zona franca o de un parque industrial. En este contexto, otros elementos como vivienda, educación, recreación, están dados por la proximidad a los diversos centros urbanos.

A la luz de las consideraciones anteriores, un parque industrial encapsulado en 23 hectáreas, -dentro de un área claramente desaconsejable como localización industrial a la luz de cualquier plan racional de ordenamiento territorial-

no alcanza a ser siquiera un buen negocio inmobiliario. Mucho más cuando cualquier posible inversionista que vea más allá de sus narices sabe que la opción obvia debería estar en un espacio de escala suficiente y claramente conectado con la gran infraestructura física que lo conecte con el mundo. Lo realmente peligroso es que un direccionamiento político, -así sea con la mejor buena fe- cierre el camino para otras alternativas verdaderamente lógicas y termine agravando las actuales distorsiones de la planeación urbana. Desde hace muchos años -antes de que se hicieran manifiestas las actuales evidentes ventajas geoestratégicas- las zonas del Kilómetro 41, de El Retiro y de El Rosario, entre otras, con disponibilidad de miles de hectáreas y de proximidad a centros urbanos, los estudios prospectivos sobre el área metropolitana de Manizales habían sido señaladas como las ideales para la relocalización industrial de la ciudad. Algo que la nueva y promisoria realidad en infraestructura hace ineludible.

A lo anterior podría añadirse que no debería pasar desapercibido un proyecto de ley que corre en el Congreso y supuestamente de origen gubernamental, que consagra la figura de una zona libre para vivienda con amplios espacios que conecten con el turismo y con generosos incentivos para adquisición de segunda vivienda por parte de colombianos residentes en el exterior. Se trata de trasladar a Colombia una idea que tuvo éxito notorio en Costa Rica y en República Dominicana. No se requiere mucha imaginación para pensar que el amplio territorio que se extiende al occidente de Manizales tiene las características de un gran espacio territorial en que la ciencia y la tecnología, combinadas con turismo ecológico, salud y recreación pueden dar origen a una especie de ciudad jardín que reemplace el frío esquema de un simple aglomerado industrial. Ahí está la gran oportunidad para vender el territorio de Manizales, y no sólo su perímetro urbano, como deseable para una inversión de alcance global.

La Patria, Mayo 31 de 2008

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola podemos utilizar un mapa que tienes para hacer un programa web que necesitamos para una pagina web ?