sábado, 2 de febrero de 2008

La amenaza volcánica y la gestión del riesgo, en la planeación y ordenamiento del territorio de Colombia.


Por Gonzalo Duque-Escobar

Luego de los sucesos del Galeras, se da la noticia sobre las preocupantes señales de actividad del volcán Cerro Machín, vecino a Cajamarca, sobre el cual nuestros científicos por intermedio del Ingeominas han hecho estudios y Mapas de amenaza volcánica concluyendo sobre un riesgo significativo dado que la actividad futura de este volcán podría afectar intensamente, durante meses o años, una extensa región de las hoyas centrales del Cauca y Magdalena, entre Ibagué y Armenia.

Esta seria amenaza se infiere de este edificio volcánico por el gran potencial explosivo asociado a la química particular que anuncia sus lavas, y por la magnitud, extensión y tipo de eventos que muestran sus aparatosas erupciones.

Al respecto me permito señalar dos consideraciones para el riesgo volcánico: una para la previsión a corto plazo, que se relaciona con el proceso magmático, y es la del Monitoreo volcánico y la definición del Modelo eruptivo. Y otra, la previsión general que se materializa en Mapas de amenaza para estudiar el riesgo, y que se ocupa del conocimiento de la Historia y prehistoria eruptivas, y de la Evolución e historia estructural del volcán.

Esta loable y muy difícil labor, la han desarrollado oportunamente los científicos del Ingeominas en varios volcanes como el Galeras, el Huila, el Ruiz y el Cerro Machín, entre otros, pero en los planes de desarrollo y ordenamiento territorial no se contempla nada.

Entonces el problema aparece ahora en el terreno de la previsión general; dado que en Colombia no se han aplicado los Mapas de amenaza volcánica durante los Períodos de calma, para proceder con los planes de ocupación del suelo y de exposición al riesgo; y porque la utilidad de los Mapas de amenaza volcánica la hemos restringido únicamente al manejo de los Períodos de crisis, para desarrollar los planes de defensa civil y de administración de recursos que se demandan en la respectiva emergencia, pero ya hemos visto las dificultades que presentan las órdenes de evacuación con los sucesos de la erupción del galeras el 17 de enero de 2008, y las posible ocurrencia de eventos de carácter sorpresivo como el que cobró la vida de varios científicos en el Galeras el 14 de enero de 1993.

Me temo que con esa visión de corto plazo y la baja propensión a las acciones estructurales para la gestión del riesgo, estemos desaprovechando el esfuerzo de muchas instituciones del país empleado en el conjunto de los valiosos instrumentos de prevención, como son, además de los Mapas de amenaza, la educación básica, el monitoreo volcánico, los planes de emergencia, las medidas de defensa civil y la organización comunitaria; todos estos tienen que entrar al terreno de la previsión general.

Para el efecto, los políticos, los planificadores y la autoridad ambiental que no se están anticipando a las situaciones de riesgo previstas con la responsabilidad y gravedad que estas demandan, deben volver sobre los planes de desarrollo del orden nacional y departamental, donde la gestión del riesgo volcánico no aparece.

Que también sirva esta advertencia, porque además el peso de semejante responsabilidad está quedando en los que sí han cumplido, entre ellos: los vulcanólogos colombianos del Ingeominas, y las instituciones de socorro, salvamento y defensa civil.

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Imágen: Volcán Galeras, por FREDDY ARGOTTY, erupción de nov 2006. www.joseargotty.blogspot.com
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1 comentario:

NESO dijo...

Muy bien Gonzalo. Sobre esos temas es que debemos estar trabajando si de prevenir desastres se trata. Muy interesnte el artículo. Te adjunto el link sobre algo que escribí hace un tiempo.

http://www.desdeabajo.info/component/k2/item/18133-el-volc%C3%A1n-mach%C3%ADn-existe-%C2%BFy-ahora-qu%C3%A9?.html